Para el cáncer,
los días están contados. De ser así, la
estocada final es una realidad. Los científicos de todo el
mundo han estado
trabajando en nuevas terapias no invasivas, realizando
descubrimientos en animales de
experimentación que hasta hace dos décadas ni se
pensaban y que han arrojado resultados valiosos para la ciencia en
busca de la sanación contra el cáncer.
Las terapias invasivas que se han venido utilizando para
la cura o por lo menos para frenar el cáncer ya quedaron
obsoletas; dichas terapias, como la radioterapia y la
quimioterapia, al igual que la cirugía radical, han
demostrado que dejan más secuelas que
beneficios.
Sin embargo, debemos estar en parte agradecidos con los
que en un tiempo idearon
dichos tratamientos, ya que se convirtieron en un aliciente para
los pacientes y familiares que de alguna u otra forma
tenían alguna esperanza en que se curaran. Aunque hoy se
siguen utilizando como paliativos para el cáncer, no
sólo han ido perdiendo valor y
credibilidad, pues al final el paciente se le considera terminal
y ya no hay nada más que hacerle, sino que las secuelas de
estas terapias invasivas hacen que el paciente con cáncer
termine dañando el resto de células
"buenas", mutilando su cuerpo, sin agregarle los efectos
secundarios indeseables como el vómito, la
pérdida de cabello, la anorexia,
anemia y
muchas otras complicaciones que ocasionan este tipo de
terapias.
Desde este punto de vista, la muerte
según los biólogos, se convierte en el resultado de
lesiones irreversibles en los tejidos del
cuerpo. Aunque es la última etapa de la existencia, nadie
desea morir y menos de cáncer.
Actualmente se les ha dado un vuelco total a las
terapias sobre el cáncer; los estudios recientes se
enfocan en la TERAPIA GÉNICA, la cual parece ser
muy prometedora para el tratamiento del cáncer. Los
científicos actuales están mirando desde el punto
de vista genético la posible sanación de las
células tumorales cancerígenas, de tal forma que dichos
investigadores están a punto de descubrir qué genes
están alterando el crecimiento y desarrollo
normal de las células y poder
controlar esas mutaciones anormales, evitando que se multipliquen
en forma anómala para que no se vuelvan
malignas.
La Apoptosis se define como la muerte celular
programada, de tal forma que cientos de millones de
células de nuestro cuerpo sufren ese proceso, pero
asimismo nuevas células van naciendo; la células
que mueren por la apoptosis son por traumas a los tejidos, por
virus,
bacterias,
tóxicos, falta de oxígeno, por el metabolismo y
por envejecimiento. Estas células son devoradas por los
barrenderos de nuestro organismo que son los
macrófagos.
Pero no sólo mueren unas, sino que nacen nuevas
células como resultado de la mitosis, las
cuales continúan el ciclo vital de cada organismo y todo
ello se hace en forma muy ordenada y controlada, perfectamente
adecuada para que la división celular, llamada mitosis,
llegue a presentarse sin ningún defecto. "Dicha reproducción celular está
supervisada por ciertos sistemas de
control extremadamente rigurosos; para que la célula
se divida en dos células hijas idénticas es
necesaria la participación de una serie de
moléculas, proteínas,
enzimas, factores
de crecimiento y de genes, que se activan y desconectan con la
precisión de un mecanismo de relojería", afirma el
catedrático Eduardo Díaz-Rubio.
Ahora con el descubrimiento del GENOMA humano, se
han podido desentrañar incógnitas que antes no
podían responder los oncólogos, como:
¿qué es lo que forma los tumores cancerosos?
¿De dónde provienen y por qué crecen
más rápido que las células
normales?
El Genoma humano consta de cien mil genes (100.000),
cada uno de ellos con su programa
genético que debe llevar a cabo en el crecimiento y
desarrollo celular. Se han descubierto alrededor de 17 genes
comprometidos directamente en el proceso de los tumores
cancerígenos.
Es entonces a partir de la genética,
desde donde se han podido dilucidar nuevas teorías
y terapias, utilizando técnicas
especiales, por lo menos en animales de experimentación,
no sólo para descubrir qué genes están
alterados, sino cómo frenar ese proceso de
mutación.
Cuando ocurre un fallo mínimo en la mitosis,
puede ocurrir una tragedia celular, alterando el desarrollo y
crecimiento normal de la célula, lo
cual iniciaría una división celular indebida. Un
gen es un pedazo de ADN que contiene
información importante, que consiste en
fabricar una proteína para una función
específica en el organismo.
Los investigadores de la última década han
descubierto en el estudio de la Oncogénesis, que se trata
de desentrañar las diferencias que existen entre las
célula normales y las cancerosas. Sin embargo se han dado
cuenta de que tanto en las células normales como en las
cancerosas, se encuentran igualmente ciertos defectos
genéticos, "que no permiten que el sistema inmune
los reconozca y no pueda frenar el proceso de división
celular hasta formar el tumor cancerígeno", dice el
profesor
Marino Barbacid.
Sabemos que los genes llevan toda la información
sobre el material hereditario y su clave para el envejecimiento y
la muerte, como también ya está comprobado que cada
vez que una célula se divide, los cromosomas (ADN)
pierden entre cinco y veinte fragmentos de sus hélices,
llamados Telómeros.
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