Derechos humanos durante el quiebre del orden constitucional (Argentina)
- Desarrollo del
cuestionario - Golpes de Estado en nuestro
país
Último golpe de Estado en nuestro
país
Presidentes de facto durante el último proceso
militar
"Juicio a las Juntas militares"
CONADEP
"Leyes del perdón"
Organismos de Derechos Humanos
Conclusión- Bibliografía
consultada
Desarrollo del
cuestionario
Un golpe de Estado,
cuyo enunciado correcto es "colapso de gobierno", es la
usurpación del poder vigente,
violando y vulnerando la legalidad
institucional en un Estado por
parte de un grupo armado,
fuerzas armadas sublevadas (Rebelión militar) o fuerzas
civiles y militares sublevadas (Rebelión cívico-militar).
En muchas ocasiones termina con la instauración
de una dictadura. Por
definición se produce contra cualquier gobierno,
autoritario o no, y puede buscar instaurar cualquier otro
diferente, también autoritario o no. Sin embargo, el
sentido peyorativo que se aplica al término golpe de
Estado hace que se utilice en la mayor parte de las ocasiones a
referirse a intentos de instauración de
dictaduras.
Algunos diferencian el golpe de Estado del
pronunciamiento militar basándose en que éste
último busca cambiar el Gobierno, pero sin llevar a cabo
una usurpación ni derrocar el sistema
vigente.
Golpes de
Estado en nuestro país
Autoridades derrocadas. Autoridades
impuestas. Partidos a los que representaban.
Entre 1930 y 1983 Argentina vivió un largo
período marcado fundamentalmente por 6 golpes de Estado
(1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976) con pequeños
períodos de democracias débiles. Esos golpes fueron
producidos por las Fuerzas Armadas, en muchos casos, con apoyo de
civiles. Impusieron gobiernos de facto que interrumpieron la vida
constitucional del país, con el objetivo de
"poner orden".
1) 1930- "LA REPÚBLICA
CONSERVADORA." El 6 de septiembre de 1930, Uriburu
encabezó un golpe de estado que derrocó al gobierno
constitucional de Hipólito Irigoyen y estableció
una dictadura
militar, la primera de una serie que se extendería
hasta 1983.
El 10 de septiembre, Uriburu fue reconocido como
presidente de facto de la Nación
por la Corte Suprema mediante la acordada que dio origen a la
doctrina de los gobiernos de facto.
Disolvió el Congreso, declaró el estado de
sitio, intervino todas las provincias y, en rasgos generales,
quiso implantar un gobierno elitista autoritario de naturaleza
fascista, régimen del que era admirador.
Aunque públicamente declaraba respetar la
constitución, personalmente sentía
que el país necesitaba retornar al régimen de
gobierno conservador, previo a la sanción de la Ley Sáenz
Peña de voto universal y secreto para varones.
En el plano económico, su presidencia se
caracterizó por una aguda recesión. Los aspectos
más acentuados fueron la disminución de los
ingresos, la
caída del consumo, el
crecimiento alarmante de la desocupación y el aumento de la presión
fiscal.
En el plano político se recurrió a la
ruptura del orden legal declarando el estado de sitio, la
censura, las intervenciones provinciales y el fraude
electoral.
Este golpe inauguró la década infame, una
época marcada por la corrupción y el fraude
electoral.
Agustín P. Justo (1932-1938) firmó el
pacto Roca Runciman, con desventajas comerciales para el
país.
Roberto M. Ortiz (1938-1942) triunfó en
elecciones fraudulentas. Impulsó tímidas medidas
democráticas. Renunció al cargo por
enfermedad.
Ramón Castillo (1942-1943), vicepresidente de
Ortiz, lo sucedió tras su retiro. Retomó la
tradición del fraude y fue depuesto por el general
Rawson.
2) 1943-1946- El 4 de Junio de 1943 se produjo un golpe
militar contra el gobierno de Ramón
Castillo organizado por el
G.O.U.(grupo de oficiales
unidos) y dirigido por el general Arturo Rawson; a él le
sucedieron dos presidentes de facto: Pedro Pablo Ramirez y
Edelmiro Farrell. Durante estos años se tomaron algunas
medidas que demuestran la influencia del nacionalismo
católico en el gobierno: se establece la enseñanza religiosa obligatoria en las
escuelas, se prohíbe el
lunfardo.
Página siguiente |