- El desarrollo de las habilidades
intelectuales - Programas para
el desarrollo de habilidades intelectuales - Dimensiones
del aprendizaje - Enriquecimiento
instrumental - Aprender a
pensar. Filosofía para niños - Desarrollo
de habilidades de pensamiento - Funciones
cognoscitivas deficientes - Conclusión
- Bibliografía
El presente trabajo tiene
como propósito el proporcionar algunos criterios
útiles para la elección de programas para el
desarrollo de
habilidades intelectuales,
dado que en la última década se ha incrementado el
interés
por el tema así como el número de programas que se
ofrecen. La elección cuidadosa es importante porque los
programas varían en cuanto a costo,
destinatarios, amplitud, profundidad, apoyo de investigación y otras variables.
El trabajo está dividido en tres partes; la
primera de ellas es acerca de las razones que existen para que
las escuelas se interesen en el desarrollo de habilidades
intelectuales en sus alumnos. La segunda parte presenta los diez
criterios más importantes que deben tomarse en cuenta para
elegir el programa adecuado
para cada colegio en particular. La tercera parte consiste en una
breve descripción de ocho programas para el
desarrollo de habilidades intelectuales conocidos en nuestro
medio.
1.- El desarrollo de
las habilidades intelectuales
A pesar de su expansión, el sistema
educativo de nuestro país aún está muy
lejos de alcanzar el objetivo de
educación
primaria para todos. Dentro de diez años, si las
condiciones actuales permanecen sin alteración, el 25% de
la población total y casi el 40% de la
población adulta carecerá de los mínimos
básicos de la
educación.
El problema muestra su rostro
más grave cuando se pasa de examinar la eficiencia
terminal del sistema, al
examen de los niveles de eficiencia interna. De acuerdo a un
estudio de Tirado Segura, existen estudiantes universitarios que
aún no aprenden los conocimientos correspondientes al
nivel de enseñanza básica.
Este problema también se constata en el ITESO. Al
revisar los exámenes de admisión de los aspirantes
se encuentra que sus puntajes tienden a bajar año tras
año. Los maestros de las áreas de ciencias
exactas de preocupan por la baja preparación en matemáticas que tienen los alumnos de nuevo
ingreso. Los maestros de las áreas de ciencias
sociales y humanidades externan su preocupación por
las dificultades que experimentan los alumnos en la
comprensión de textos que vaya más allá de
la simple repetición de lo leído.
El costo social de este problema es previsiblemente
enorme y ya lo estamos empezando a pagar, las preguntas que
surgen son: a)La educación sirve para algo?, )vale la pena
gastar en educación?. b)el dinero que
se gasta en educación no sería más
productivo en otro renglón?
Si aceptamos y acordamos que la educación es uno
de los valores
supremos de la humanidad, estipulado y ratificado en la sociedad de
las naciones como un derecho inalienable del individuo
humano, habrá que preguntarse si la educación que
tenemos, es la que queremos, si estamos satisfechos con la manera
en que educamos y enseñamos y si nos satisfacen los
productos que
obtenemos de nuestro quehacer educativo.
c) Qué aprende el alumno en la escuela de hoy?
Aprende a memorizar y repetir lo que dicen el maestro y el
texto, aprende
a apoyarse menos en su juicio y más en la autoridad del
maestro, aprende a que otros decidan por él y a
conformarse.
Por su parte, el maestro recurre a una pedagogía que simplifica el aprendizaje y
lo hace repetitivo, mecánico y memorístico, utiliza
el principio de autoridad como sustituto de la reflexión y
la discusión inteligente; espera obediencia incondicional
por parte del alumno, y fomenta en este la desconfianza de su
propia experiencia y capacidad. (4)
En nn artículo de una revista de
circulación nacional, Pablo Latapí afirma que el
rasgo que define la crisis de
nuestra educación es su irrelevancia. No existe diálogo
sino verticalidad programática y burocrática que no
tolera -probablemente por no resistirla- la menor
interlocución. La escuela se ha convertido en un rito
necesario para llegar al empleo y no en
un sitio en el que se transmite y revitaliza la cultura, se
generan significados, se producen aprendizajes.
Mal servicio nos
hace la escuela de hoy en la área de la información en la que con mayor urgencia
requerimos de un intelecto desarrollado, alerta y crítico
para no convertirnos en meros receptores, que, incapaces de
procesar y asimilar, mucho menos de criticar y transformar,
seremos llenados y vaciados según convenga. La evolución de la sociedad es cada vez
más rápida. En todos los campos del saber y del
hacer humanos se generan informaciones y se producen
descubrimientos a un ritmo impresionante. Solo mediante un
intelecto ejercitado en el pensar, los individuos y la sociedad
podremos hacer frente a los retos de adaptación que esta
situación demanda. De
acuerdo a la afirmación de Ornstein:
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