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Globalización y desigualdad: el "dogma" que no fue (página 2)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

A sus antecedentes recurro, permanentemente, desde hace
más de 10 años (en 1998 publiqué mi primer
Ensayo), para
debatir con el "dogma" de la
globalización, para "alertar" de la desigualdad, para,
desde mi humilde "speaker corner", denunciar, cuestionar,
reclamar… y si fuera posible (con la ayuda de ustedes)
exigir un cambio de
paradigma
económico.

Globalización y desigualdad: el
"dogma" que no fue

(Caricaturas del mercado: 20
años no es nada)

Causa (Brevísimo
retrato con violín)

El Fondo Monetario
Internacional (FMI) en su
Publicación: "Perspectivas de la economía
mundial"
de Octubre de 2007, en el Capítulo 4:
"Globalización y desigualdad",
sorprendía a estudiosos y analistas (en una de sus
habituales "rectificaciones" -y van…), con estas
"Observaciones y conclusiones fundamentales":

  • "En los últimos 20 años, la desigualdad
    del ingreso ha aumentado en la mayoría de los
    países y regiones…
  • Los avances
    tecnológicos son el factor que más ha
    contribuido al aumento reciente de la desigualdad. El desarrollo
    de la globalización financiera -y la inversión
    extranjera directa en particular- también ha
    contribuido a aumentar la desigualdad…
  • Es importante garantizar que los beneficios de la
    globalización y los avances tecnológicos se
    distribuyan más ampliamente entre toda la población. Las reformas orientadas a
    fortalecer la
    educación y la capacitación contribuirán a
    garantizar que los trabajadores tengan los conocimientos
    técnicos adecuados para adaptarse a la evolución de la economía
    mundial"…

Desde el año 1998 (si se considera mi primera
publicación) vengo "denunciando" la globalización,
"criticando" al librecambio, "alertando" sobre la
desregulación, la privatización y la financierización
(la mano que mece la cuna). Diez años de luchar contra los
molinos de viento. Viejas y queridas causas perdidas o la
amargura de la victoria…

Ahora, resulta que: "En los últimos 20 años,
la desigualdad del ingreso ha aumentado en la mayoría de
los países y regiones"…
(Sic FMI)

Se han perdido 10 años desde mi denuncia ó 20
años según la "confesión" del FMI para
mejorar la distribución del ingreso. ¿Veinte
años no es nada (como dice el tango)?

Veinte años es ni más ni menos que una
generación. Una generación perdida. Una
generación vencida, frustrada, desengañada,
descalabrada. Una generación que ha perdido su autoestima, el
respeto por
sí misma y peor aún (si cabe) el respeto de la
siguiente (sus hijos). Futuro ejército de "despachadores"
de McDonald"s o de "reponedores" de Wal-Mart (en el mejor de los
casos). Futuros trabajadores de usar y tirar. Víctimas de
la precariedad eterna. Prisioneros del salario del
miedo.

Para denunciar (una vez más, y van…) al FMI, que
se equivoca hasta cuando rectifica. Para alertar (una vez
más, y van…) sobre el engaño de la
globalización, el librecambio, la privatización, la
desregulación y la financierización,
presentaré una trascripción resumida del Informe del FMI
sobre Globalización y desigualdad, para agregar luego
otros elementos de juicio, que permitan al lector constatar (si
es posible) como se ha pasado de la "simulación" al "simulacro".

¿Conmemorará el FMI 20 años de secretos y
mentiras, haciendo autocrítica? ¿Inevitable
afirmación de lo evidente? ¿Catarsis,
cinismo, cortina de humo o reaseguro? ¿Nunca
más?… Pasen y lean.

Oratio (¿El
"dogma" que no fue?)

Perspectivas de la economía mundial

Fondo Monetario Internacional

Octubre 2007

Capítulo 4 – Globalización y
desigualdad
(versión resumida)

"La integración de la economía mundial a
través de la progresiva globalización del comercio y las
finanzas ha
alcanzado niveles sin precedentes, que superan el máximo
registrado antes de la primera guerra
mundial. Esta nueva ola de globalización está
teniendo implicaciones de gran alcance para el bienestar
económico de los ciudadanos de todas las regiones y de
todos los grupos de
ingreso, y es uno de los principales temas de debate
público…

En este capítulo se profundiza en el estudio de la
globalización a través del análisis de las implicaciones para la
desigualdad y la distribución del ingreso dentro de los
países, haciendo hincapié en los países de
mercados
emergentes y los países en desarrollo (denominados
frecuentemente "economías en desarrollo" en este
capítulo).

El debate sobre los efectos distributivos de la
globalización suele enfocarse desde dos puntos de vista
opuestos. Por un lado, los que creen que la globalización
genera un aumento creciente de la marea del ingreso que impulsa
al alza a todos los barcos, de forma que hasta los grupos de bajo
ingreso se benefician de la globalización en
términos absolutos. Esta visión optimista tiene
paralelismos con la hipótesis de Kuznets planteada en los
estudios sobre el desarrollo, según la cual aunque la
desigualdad podría aumentar en las fases iniciales del
desarrollo industrial, se iría reduciendo a medida que el
país concluyera la transición hacia la
industrialización.

Por otro lado, algunos creen que si bien la
globalización puede mejorar los ingresos
globales, los beneficios no son compartidos de forma equitativa
por todos los ciudadanos del país, y hay perdedores claros
en términos relativos y posiblemente incluso en
términos absolutos. Además, la ampliación de
las disparidades en el ingreso no sólo podría
plantear problemas
sociales y de bienestar, sino también limitar las
fuerzas impulsoras del crecimiento porque tal vez no se
aprovecharían plenamente las oportunidades generadas por
el proceso de
globalización…

Con este trasfondo, en este capítulo se examina a
nivel general cómo la globalización afecta a la
distribución del ingreso dentro de los países y a
los ingresos de los sectores más pobres de la
población en particular. Los objetivos
principales son: 1) analizar la evolución de la
globalización y de la distribución del ingreso en
los últimos 20 años; 2) identificar los principales
canales a través de los cuales la creciente
globalización comercial y financiera afectan a la
distribución del ingreso dentro de un país, y 3)
plantear recomendaciones de política basadas en
las observaciones recogidas para ayudar a los países a
aprovechar al máximo las oportunidades que brinda la
globalización y al mismo tiempo
garantizar que los beneficios de la globalización se
distribuyan adecuadamente entre toda la
población…

Como avance de las conclusiones principales, los datos disponibles
parecen indicar que la desigualdad del ingreso ha aumentado en la
mayor parte de los países y regiones en los últimos
20 años, aunque los datos están sujetos a
limitaciones sustanciales. No obstante, al mismo tiempo los
ingresos medios reales
de los segmentos más pobres de la población se han
incrementado en todas las regiones y grupos de ingreso. El
análisis indica que el desarrollo de la
globalización comercial y la creciente
globalización financiera han tenido efectos opuestos y
reconocibles por separado en la distribución del ingreso.
La liberalización del comercio y el crecimiento de las
exportaciones
están vinculados con la reducción de la desigualdad
del ingreso, mientras que la creciente apertura financiera
está relacionada con el aumento de la desigualdad. No
obstante, la contribución de ambas al crecimiento de la
desigualdad ha sido mucho menor que la del cambio
tecnológico, sobre todo en los países en
desarrollo.

El desarrollo de la tecnología
también está vinculado, por supuesto, a la
expansión de la globalización, pero se considera
que el progreso tecnológico, sin embargo, tiene un efecto
reconocible por separado en la desigualdad. El impacto de aumento
de la desigualdad de la apertura comercial -sobre todo a
través de la inversión extranjera directa (IED)- y el
progreso tecnológico parecen operar a través de
canales similares al acrecentar la prima por nivel de
calificación de la mano de obra más que limitar las
oportunidades de desarrollo
económico. Por lo tanto, la ampliación del
acceso a la educación está
vinculada con una distribución más equitativa del
ingreso en promedio.

En la sección siguiente se analizan los datos
disponibles sobre la globalización y la desigualdad en los
últimos 20 años, y cómo han evolucionado en
las diversas regiones y grupos de ingreso…

Tendencias recientes de la desigualdad y la
globalización

¿Cómo ha evolucionado la
globalización?

El comercio mundial se ha multiplicado por cinco en
términos reales desde 1980, y su proporción en el
PIB mundial ha
aumentado del 36% al 55% durante este período. La
integración del comercio se aceleró en los
años noventa a medida que los países del antiguo
bloque comunista se integraban en el sistema de
comercio mundial y las economías en desarrollo de Asia -una de las
regiones más cerradas al comercio en 1980- desmantelaban
gradualmente las barreras comerciales. No obstante, cabe
señalar que todos los grupos de países de mercados
emergentes y de países en desarrollo, cuando se agregan
por grupo de
ingreso o por región, se están equiparando o han
superado a los países de ingreso alto en términos
de apertura comercial, lo que refleja la convergencia
generalizada de los sistemas
comerciales de los países de ingreso mediano y bajo hacia
los regímenes comerciales tradicionalmente más
abiertos de las economías avanzadas.

La globalización financiera también ha
avanzado a un ritmo muy rápido en los últimos 20
años. El total de los activos
financieros internacionales se ha duplicado con creces, del 58%
del PIB mundial en 1990 al 131% en 2004. Las economías
avanzadas siguen siendo las más integradas desde el punto
de vista financiero, pero otras regiones del mundo han
incrementado progresivamente sus posiciones de activos y pasivos
internacionales). No obstante, los indicadores de
jure de la apertura de la cuenta de capital
presentan un panorama desigual y las economías
recientemente industrializadas de Asia (ERI) y las
economías en desarrollo muestran pocos progresos en el
ámbito de la convergencia hacia regímenes de la
cuenta de capital más abiertos como los de las
economías avanzadas, que han seguido ampliando la
liberalización.

Cabe destacar que la proporción de la
inversión extranjera directa en los pasivos totales ha
aumentado en todos los países de mercados emergentes -del
17% de los pasivos totales en 1990 al 38% en 2004- y sobrepasa
con creces la proporción de los pasivos de
inversión de cartera, que se incrementó del 2% al
11% de los pasivos totales en el mismo período. La
disminución de las necesidades de financiamiento
de los gobiernos también ha contribuido a cambiar las
estructuras de
los pasivos y la proporción de la deuda en el total de los
pasivos se ha reducido en todas las regiones de países de
mercados emergentes y de países en desarrollo…

¿Se ha vuelto menos equitativa la
distribución del ingreso dentro de los
países?

Los análisis comparativos sobre la desigualdad entre
los países se caracterizan generalmente por problemas de
fiabilidad, falta de cobertura e incoherencias en la metodología

Dadas las limitaciones de disponibilidad de datos, en el
análisis de este capítulo se utilizan los datos
sobre la desigualdad basados en las encuestas
sobre el ingreso y el gasto…

Tomando como base las variaciones observadas de los
coeficientes de Gini (el indicador resumido de la desigualdad
utilizado más comúnmente), la desigualdad ha
aumentado en todos los agregados,
salvo los de los países de bajo ingreso, en los
últimos 20 años, aunque existen importantes
diferencias nacionales y regionales. Si bien en las dos
últimas décadas la desigualdad ha aumentado en las
economías en desarrollo de Asia, en las economías
de mercados emergentes de Europa,

América Latina, las ERI y las economías
avanzadas, se ha reducido en África
subsahariana y en la Comunidad de
Estados Independientes (CEI).
La evolución es la
misma en general si se utilizan los promedios ponderados por la
población, salvo en el caso de los países de
mercados emergentes de América
Latina debido a las disminuciones recientes de la desigualdad en
Brasil y
México.
Entre las principales economías avanzadas, parece que la
desigualdad sólo se ha reducido en Francia,
mientras que en los principales países de mercados
emergentes, las tendencias son más diversas y la
desigualdad ha aumentado fuertemente en China, se ha
mantenido prácticamente al mismo nivel en India y se ha
reducido en Brasil, México y Rusia

El panorama de la desigualdad es más detallado si se
examinan las proporciones del ingreso de los diferentes grupos de
países. En general, las variaciones de las proporciones
del ingreso por quintil (es decir, los subgrupos sucesivos que
comprenden cada uno el 20% de la población) en las
distintas regiones y niveles de ingreso coinciden con los datos
sobre la desigualdad basados en los coeficientes de Gini. No
obstante, los datos indican que el aumento de los coeficientes de
Gini se explica en gran medida por el incremento de la
proporción de los quintiles más ricos a expensas de
los quintiles medios, mientras que la proporción del
ingreso del quintil más pobre varía poco.

Al examinar los niveles medios del ingreso de los distintos
quintiles, los ingresos per cápita han aumentado en casi
todas las regiones incluso en el caso de los quintiles más
pobres. La excepción es América
Latina donde se produjo un ligero descenso general, impulsado
principalmente por el impacto adverso de las crisis
económicas y financieras en los pobres de varios
países. Sin embargo, los ingresos se han recuperado desde
los bajos niveles registrados después de la crisis. De
hecho, como se desprende de los datos derivados de los
coeficientes de Gini, los ingresos del quintil más pobre
han aumentado más rápidamente que los de otros
segmentos de la población en África subsahariana y
los países de la CEI, aunque a partir de una base muy
baja.

En todas las regiones, los datos parecen indicar, por lo
tanto, que en términos absolutos los pobres no se
encuentran en peores condiciones (salvo en unas pocas
economías afectadas por las crisis), y en la
mayoría de los casos las condiciones son considerablemente
mejores, durante la fase más reciente de la
globalización.

En resumen, de los datos se desprenden dos hechos
generales. Primero, en los últimos 20 años, el
crecimiento del ingreso ha sido positivo en todos los quintiles
de casi todas las regiones y de todos los grupos de ingreso
durante el período reciente de globalización. Al
mismo tiempo, la desigualdad del ingreso ha aumentado
principalmente en los países de ingreso alto y mediano, y
en menor medida en los países de bajo ingreso. Esta
experiencia reciente parece indicar un cambio claro de tendencia
con respecto al descenso general de la desigualdad en la primera
mitad del siglo XX, y dar la impresión de que el
rápido crecimiento de Asia oriental durante los
años sesenta y setenta se logró manteniendo al
mismo tiempo la desigualdad en niveles relativamente bajos. No
obstante, cabe destacar que es difícil comparar los datos
sobre la desigualdad de una década a otra, dadas las
numerosas salvedades con respecto a la fiabilidad de los datos y
la comparabilidad metodológica.

¿Cuál es el impacto de la
globalización en la desigualdad?

Con este trasfondo, cabe preguntarse en qué medida
el aumento de la desigualdad en los países de ingreso alto
y mediano en las últimas décadas puede atribuirse
al desarrollo de la globalización, y en qué medida
a otros factores, como la expansión de la
tecnología y las limitaciones internas a la igualdad de
oportunidades. En esta sección se examinan los canales a
través de los cuales la globalización del comercio
y las finanzas podría afectar a la distribución del
ingreso dentro de un país, estableciendo el marco para el
análisis empírico que se presenta a
continuación.

Canales a través de los cuales la
globalización afecta a la desigualdad

El principal vínculo analítico entre la
liberalización del comercio y la desigualdad del ingreso
proporcionado por la teoría
económica se deriva del teorema de Stolper-Samuelson: en
el marco de dos factores y dos países, el incremento de la
apertura comercial (mediante la reducción arancelaria) en
un país en desarrollo donde abunda la mano de obra poco
calificada contribuirá al aumento de los salarios de estos
trabajadores y a la reducción de la remuneración de
los trabajadores calificados, lo que dará lugar a una
disminución de la desigualdad del ingreso (véase
Stolper y Samuelson, 1941).

Después de la reducción de los aranceles a la
importación, el precio del
producto
(importable) con un uso intensivo de mano de obra calificada baja
y, por lo tanto, también disminuye la remuneración
de los escasos trabajadores calificados, mientras que el precio
del bien (exportable) con un uso intensivo de mano de obra poco
calificada, un factor relativamente abundante en el país,
aumenta y, por lo tanto, también se incrementa la
remuneración de los trabajadores poco calificados. En las
economías avanzadas donde la mano de obra calificada es
relativamente abundante, ocurriría lo contrario y el
aumento de la apertura agravaría la desigualdad.

Una ampliación importante del modelo
básico que debilita la dicotomía entre las
economías avanzadas y las economías en desarrollo
en términos de efectos distributivos es la
inclusión de los bienes
comerciables "que no compiten con los bienes nacionales", es
decir, los bienes que no se producen en un país y que se
importan solamente porque, por ejemplo, las diferencias en
materia de
dotación de recursos entre
los países son muy grandes. Los recortes arancelarios
reducirían los precios de
estos bienes -y, por lo tanto, aumentaría el ingreso
efectivo real de los hogares- sin afectar a los salarios ni a los
precios de otros bienes comerciables. Si este bien que no compite
con otros bienes producidos en el país representa una
proporción importante de la cesta de consumo de los
segmentos más pobres de la sociedad, el
recorte del arancel sobre este bien reducirá la
desigualdad en este país.

A nivel más general, tanto en las economías
avanzadas como en las economías en desarrollo, si se
reducen los aranceles de los bienes que no compiten con los
bienes nacionales y que no se producen en el país pero que
son los que consumen particularmente los pobres, se
reducirá la desigualdad tanto en las economías
avanzadas como en las economías en desarrollo.

Las implicaciones del teorema de Stolper-Samuelson, en
particular los efectos positivos de la liberalización del
comercio en la desigualdad del ingreso en los países en
desarrollo, no se han verificado en los estudios sobre el
conjunto de la economía. Una dificultad particular ha sido
explicar el aumento de la prima por nivel de calificación
entre los trabajadores calificados y los no calificados observada
en la mayoría de los países en desarrollo.

Por lo tanto, se han planteado otros enfoques
analíticos, como la introducción de: 1) un marco multinacional,
en el cual los países pobres también pueden
importar bienes de uso intensivo de mano de obra poco calificada
de otros países pobres y los países ricos pueden
importar igualmente bienes de uso intensivo de mano de obra
calificada de otros países ricos; 2) un universo de
bienes, lo que implica que lo que se considera un bien de uso
intensivo de mano de obra poco calificada en una economía
avanzada será un bien de uso intensivo de mano de obra
relativamente calificada en un país menos desarrollado
(véase Feenstra y Hanson, 1996), y 3) bienes importados
intermedios utilizados para la producción de bienes de uso intensivo de
mano de obra calificada. No obstante, estas ampliaciones han
planteado en sí mismas nuevas dificultades para el
análisis empírico y no se ha establecido ninguna de
forma concluyente…

Por lo tanto, toda estimación empírica sobre
los efectos generales de la globalización deberá
tener en cuenta explícitamente los cambios
tecnológicos en los países, además de las
variables
estándar relacionadas con el comercio. Otro aspecto
importante sobre las implicaciones derivadas del
teorema de Stolper-Samuelson está relacionado con el
supuesto de que la mano de obra y el capital son móviles
dentro de un país pero no a escala
internacional. Si el capital puede cruzar las fronteras, las
implicaciones del teorema se debilitan considerablemente. Este
canal parecería evidente sobre todo en el caso de la IED,
que suele dirigirse hacia los sectores de mano de obra calificada
en la economía receptora. Además, lo que parece ser
IED entrante de uso intensivo de mano de obra relativamente
calificada para un país menos desarrollado podría
parecer IED saliente de uso intensivo de mano de obra
relativamente poco calificada para una economía
avanzada.

Por lo tanto, un aumento de la IED de las economías
avanzadas hacia las economías en desarrollo podría
incrementar la demanda
relativa de mano de obra calificada en ambos países, lo
que aumentaría la desigualdad tanto en la economía
avanzada como en el país en desarrollo. Los datos
empíricos sobre estos canales respaldan esta
opinión de manera ambigua, y el impacto de la IED se
considera negativo, por lo menos a corto plazo, o no
concluyente.

Además de la inversión extranjera directa,
existen otros canales importantes a través de los cuales
el capital cruza las fronteras, como los préstamos
bancarios transfronterizos, la deuda de cartera y los flujos de
inversión de capital. En este contexto más amplio,
algunos sostienen que la intensificación del proceso de
liberalización de la cuenta de capital podría
incrementar el acceso de los pobres a los recursos financieros,
mientras que otros advierten que la mayor apertura financiera
podría dañar de forma desproporcionada a los pobres
al aumentar la posibilidad de crisis financieras.

Algunos estudios recientes han observado que la solidez de
las instituciones
desempeña un papel esencial: en el contexto de
instituciones sólidas, la globalización financiera
permitiría suavizar el consumo de forma más eficaz
y reduciría la volatilidad para los pobres, pero si las
instituciones son débiles, el acceso financiero
estará sesgado a favor de los grupos de ingresos altos con
más activos y el aumento del financiamiento a
través del ahorro
mundial, y no sólo el interno, podría agravar
aún más la desigualdad.

Por lo tanto, la composición de los flujos
financieros podría ser importante, y el impacto neto
también podría depender de otros factores, como la
calidad de las
instituciones del sector financiero.

En resumen, las consideraciones analíticas parecen
indicar que todo análisis empírico de las
consecuencias distributivas de la globalización
deberá tener en cuenta el comercio y los diversos canales
a través de los cuales opera la globalización
financiera, y también tomar en cuenta el impacto del
cambio tecnológico. Además, en el contexto real de
la estructura de
los flujos comerciales y financieros, la teoría no indica
claramente si la globalización afecta a la desigualdad en
las economías avanzadas y en las economías en
desarrollo de forma diferente.

Investigación empírica de la
globalización y la desigualdad

A pesar de lo que comúnmente se cree, no parece a
simple vista que exista una relación obvia entre las
variaciones de la desigualdad de un país a otro y las
variaciones en el grado en que los países se han
globalizado durante el mismo período. Pero ello tal vez no
sea sorprendente, dada la multiplicidad de canales a
través de los que operaría esta relación, y
la variedad de otros factores que también son importantes.
Por lo tanto, en este capítulo se examinan con más
detalle los datos comparativos de países, relacionando las
variaciones de la desigualdad a un amplio conjunto de variables
que podrían afectar a la distribución del ingreso,
como las que miden diferentes aspectos de la globalización
y otros factores que pueden ser importantes para determinar las
variaciones de la desigualdad en los países a lo largo del
tiempo.

• Un factor esencial es el papel de la
tecnología. En la medida en que el cambio
tecnológico favorece a la mano de obra más
calificada y agrava las diferencias entre los trabajadores
según el nivel de calificación, este cambio
podría afectar negativamente a la distribución del
ingreso en las economías avanzadas y en las
economías en desarrollo reduciendo la demanda de
actividades que requieren mano de obra poco calificada y
aumentando la prima de las que exigen mano de obra calificada y
los rendimientos del capital (véase, por ejemplo,
Birdsall, 2005, y la edición
de abril de 2007 de Perspectivas de la economía mundial ).
En este estudio el desarrollo tecnológico se mide por la
proporción del capital de la tecnología
de la información y las comunicaciones
(TIC) en el
capital total, que ha aumentado rápidamente en los
últimos veinte años en todas las regiones.

• Una segunda variable importante es el acceso a la
educación. Dado un nivel determinado de tecnología,
se supone que la ampliación del acceso a la
educación contribuirá a reducir la desigualdad del
ingreso ya que permitirá que una proporción mayor
de la población participe en actividades que exigen mano
de obra calificada. Las oportunidades educativas han tendido a
mejorar en todas las regiones, pero las diferencias son
considerables de un país a otro.

• Un tercer factor que afecta a la distribución
del ingreso es la proporción sectorial del empleo. En los
países en desarrollo se prevé que la
transición del sector agrícola hacia el sector
industrial mejorará la distribución del ingreso al
aumentar el de los grupos de ingresos bajos. En este contexto,
cabe esperar que la mayor flexibilidad de los mercados de
trabajo que
facilita el desplazamiento de las ocupaciones de baja
remuneración hacia las que ofrecen mejores oportunidades
también mejorará la distribución del ingreso
(véase Topalova, 2007).

• Otra variable importante que afecta a la desigualdad
es el desarrollo financiero, calculado como la relación
entre el crédito
privado y el PIB. Como se señala en la sección
anterior, aunque el desarrollo financiero puede reducir la
desigualdad del ingreso al mejorar el acceso de los pobres al
capital, ello dependerá de la calidad de las instituciones
de cada país. En un contexto caracterizado por
instituciones deficientes, la profundización financiera
podría beneficiar en forma desproporcionada a los ricos,
lo que agravaría aún más la desigualdad
inicial en el acceso al financiamiento…

El análisis se centra en las variaciones de la
desigualdad a lo largo del tiempo y tiene en cuenta las
diferencias entre los niveles de los distintos países
mediante el uso de efectos fijos de país. El modelo se
estima en un panel de 51 países (de los cuales 31 son
economías de mercados emergentes y países en
desarrollo) durante el período 1981-2003, y se presentan
otras estimaciones en las cuales la muestra se divide
entre economías avanzadas y economías en
desarrollo.

Los resultados indican que el factor principal que
impulsó el aumento reciente de la desigualdad entre los
países es el progreso tecnológico. Tomando como
base el modelo de referencia, el progreso tecnológico en
sí mismo explica la mayor parte del aumento del 0,45%
anual, en promedio, del coeficiente de Gini desde principios de los
años ochenta.

La globalización comercial y financiera y la
profundización financiera contribuyeron cada una a un
aumento adicional del 0,1% anual del coeficiente de Gini, que fue
contrarrestado por reducciones casi equivalentes del coeficiente
de Gini derivadas de la ampliación del acceso a la
educación y el desplazamiento del empleo del sector
agrícola hacia el sector industrial. El escaso impacto
negativo neto de la globalización en la desigualdad se
debe a las influencias opuestas de los diferentes componentes de
la globalización: la globalización comercial ha
tenido un impacto de aumento de la equidad,
mientras que la globalización financiera (y la IED en
particular) está vinculada con la ampliación de las
diferencias del ingreso durante el período examinado en
este estudio.

El análisis basado en datos más desagregados
y en estimaciones de los coeficientes de regresión de las
economías avanzadas y las economías en desarrollo
por separado parece indicar que el impacto de la
globalización en la desigualdad varía de un grupo
de países a otro. En las economías avanzadas, la
globalización ha contribuido algo más que la
tecnología al aumento del 0,6% anual, en promedio, del
coeficiente de Gini en los últimos 20 años. Sin
embargo, en los países en desarrollo, la tecnología
ha sido la causa principal del aumento del 0,3% anual, en
promedio, del coeficiente de Gini; en cambio, la
contribución de la globalización es poco
significativa. Estas diferencias pueden explicarse por las
variaciones de los canales de la globalización dentro de
estos dos grupos: la globalización financiera se ha
ampliado con mucha mayor rapidez en las economías
avanzadas, mientras que la globalización comercial se ha
extendido más rápidamente en las economías
en desarrollo.

Al examinar los resultados con más detalle, el
efecto positivo del comercio en la reducción de la
desigualdad del ingreso es particularmente apreciable en el caso
de las exportaciones agrícolas, sobre todo en los
países en desarrollo donde el empleo agrícola
aún representa una proporción importante de la
fuerza de
trabajo. Argelia, Brasil, Nicaragua y Tailandia son ejemplos de
países donde el aumento de la proporción de las
exportaciones agrícolas está vinculado con la
reducción de la desigualdad, mientras que ocurre lo
contrario en Bangladesh, Bolivia,
Jamaica y Sri Lanka.

Los datos disponibles respaldan esta conclusión e
indican que el aumento de la productividad
relativa de la agricultura
también está vinculado con la reducción de
la desigualdad. El desplazamiento de los trabajadores
agrícolas subempleados hacia el sector industrial y el de
los servicios -lo
que aumentaría la productividad del sector agrícola
con respecto al promedio de la economía- también
tiende a reducir la desigualdad. También se observa que el
impacto neto de la reducción arancelaria es positivo en la
reducción de la desigualdad del ingreso.

En las economías avanzadas, las importaciones de
los países en desarrollo están vinculadas con una
reducción de la desigualdad. Ello se explicaría por
la sustitución de los empleos de baja remuneración
y calidad en el sector manufacturero en las economías
avanzadas por empleos bien remunerados en el sector de los
servicios, como el comercio minorista. Un segundo canal
podría ser que al incrementarse la disponibilidad de
bienes importados que no compiten con los bienes nacionales a
precios más bajos, el ingreso efectivo del segmento
más pobre de la población de las economías
avanzadas aumenta si estos bienes representan una
proporción mayor del consumo de este segmento que la del
más rico.

La globalización financiera, y especialmente la IED,
parece estar relacionada con el aumento de la desigualdad. Si
bien la IED entrante agrava la desigualdad en los países
en desarrollo, en las economías avanzadas se observa otro
efecto negativo derivado de la IED saliente. Esta
conclusión coincide con la información empírica de que la IED
suele concentrarse en sectores de uso más intensivo de
tecnología y mano de obra (desde el punto de vista del
país receptor), lo que aumenta la demanda relativa de
trabajadores calificados tanto en las economías avanzadas
como en las economías en desarrollo. Se trata, sin
embargo, de un efecto promedio a lo largo del período de
la muestra. Cabe esperar que el impacto de la IED variará
por sector y se disipará con el tiempo conforme los
trabajadores adquieran conocimientos especializados y
educación.

La conclusión de que la inversión en avances
tecnológicos tiene un impacto de aumento de la desigualdad
coincide con la opinión de que la nueva tecnología,
tanto en las economías avanzadas como en las
economías en desarrollo, incrementa la prima por nivel de
calificación y automatiza los insumos relativamente poco
calificados (véase Birdsall, 2007). Del mismo modo que la
IED potencia las
actividades de valor agregado
más alto, el progreso tecnológico también
plantea exigencias cada vez mayores a los trabajadores más
calificados.

En las economías avanzadas, la utilización
generalizada de la tecnología en el sector manufacturero y
el de servicios eleva la prima por nivel de calificación
en una parte importante de la economía. En los
países en desarrollo, el efecto del progreso
tecnológico es mayor en Asia que en América Latina,
lo que posiblemente se debe a la proporción más
alta de manufacturas de uso intensivo de tecnología en
Asia. A pesar del efecto específico y separado de la
tecnología en la desigualdad observado en los datos, hay
que tener en cuenta que el uso generalizado de la
tecnología y la globalización creciente no
están desvinculadas: los avances tecnológicos han
contribuido a reforzar los vínculos comerciales y
financieros entre los países, mientras que la
globalización ha ayudado a fomentar el uso de la
tecnología.

La información empírica de que la
profundización financiera interna afecta negativamente a
la desigualdad coincide con la opinión de que si bien la
profundización financiera global está relacionada
con un aumento del crecimiento, una parte desproporcionadamente
mayor de los flujos financieros se dirige hacia aquellos
países que tienen mayores dotaciones de recursos e
ingresos, que pueden utilizarse como garantía. Por lo
tanto, los segmentos de la población que ya tienen
ingresos altos están en mejores condiciones de invertir en
capital humano
y físico y de aumentar sus ingresos.

Para ampliar aún más el análisis del
impacto de la globalización en la desigualdad,
también se estimó el modelo empírico
utilizando las proporciones del ingreso de los cinco quintiles de
la población como variables dependientes. Este modelo
confirma la mayor parte de los resultados del análisis
anterior, aunque las estimaciones a nivel del quintil son menos
precisas en el caso de la liberalización arancelaria y el
progreso tecnológico. De acuerdo con la evolución
observada en las proporciones del ingreso de los quintiles, los
efectos en los cuatro quintiles inferiores son cualitativamente
similares y en la dirección opuesta a los del quintil
más rico.

El crecimiento de las exportaciones está vinculado
con el aumento de las proporciones del ingreso de los cuatro
quintiles inferiores y con la disminución de la
proporción del quinto (es decir, el quintil más
rico). Del mismo modo, la reducción de la
proporción del empleo agrícola (lo que aumenta la
productividad laboral del
sector) también está relacionada con el aumento de
la proporción del ingreso de los cuatro quintiles
inferiores, mientras que tiene el efecto contrario en la
proporción del ingreso del quintil más rico. Los
beneficios de la reducción arancelaria se concentran sobre
todo en las proporciones del ingreso de los tres quintiles
inferiores, contrarrestados por una disminución de la
proporción del ingreso del quintil superior. En cambio, la
globalización financiera, el progreso tecnológico y
la mayor profundización financiera benefician
principalmente a la proporción del ingreso correspondiente
al 20% de la población más rica.

En toda la muestra de países, el progreso
tecnológico parece ser la causa principal de la
reducción de la proporción del ingreso del quintil
inferior y el aumento del ingreso del quintil superior. La
globalización ha contribuido solo moderadamente a las
variaciones netas de las proporciones del ingreso porque en todos
los quintiles, salvo el más rico, los efectos positivos
del crecimiento de las exportaciones y las reducciones
arancelarias han contrarrestado considerablemente el impacto de
aumento de la desigualdad derivado de la IED entrante.

Aunque las proporciones del ingreso de los cuatro quintiles
inferiores se han reducido a nivel global, es importante
señalar que los niveles medios del ingreso dentro de estos
quintiles han aumentado, ya que el progreso tecnológico,
la profundización financiera y la globalización han
impulsado de forma significativa el crecimiento global. Sin
embargo, los niveles medios del ingreso de los cuatro quintiles
inferiores han aumentado a una tasa más baja que los del
quintil superior. Las excepciones importantes en este caso son
África subsahariana y la Comunidad de Estados
Independientes. En estas regiones, los niveles del ingreso de los
quintiles inferiores han aumentado más rápidamente
que los del quintil superior.

Conclusiones e implicaciones de política
económica

La desigualdad ha aumentado en los países en todos
los niveles de ingreso, salvo en los clasificados como de ingreso
bajo. Como trasfondo de estas tendencias, la proporción
del ingreso del quintil más rico se ha incrementado,
mientras que las de los quintiles restantes se han
reducido.

En este capítulo se llega a la conclusión,
sujeta a las limitaciones impuestas por la disponibilidad de los
datos, de que el progreso tecnológico es el factor que
más ha contribuido al aumento de la desigualdad del
ingreso en los últimos 20 años. La
globalización ha tenido, en general, un impacto de aumento
de la desigualdad mucho menor, lo que refleja el impacto positivo
compensatorio de la globalización comercial y el impacto
negativo de la IED.

En las economías avanzadas, el aumento de las
importaciones provenientes de los países en desarrollo
está vinculado con la reducción de la desigualdad
del ingreso, mientras que en las economías en desarrollo
el crecimiento de las exportaciones agrícolas y la
liberalización arancelaria han contribuido a mejorar la
distribución del ingreso. La inversión extranjera
directa ha tenido, en promedio, un impacto de aumento de la
desigualdad en la distribución del ingreso durante el
período de la muestra, ya que el incremento de los flujos
de inversión extranjera directa ha aumentado la demanda de
mano de obra calificada, mientras que en las economías
avanzadas la IED saliente ha reducido la demanda de mano de obra
relativamente poco calificada en estos países.

Entre otros factores, la profundización financiera
también ha tenido un impacto moderadamente negativo en la
distribución del ingreso, mientras que la
ampliación del acceso a la educación y el
desplazamiento del empleo en el sector agrícola hacia el
sector industrial y de los servicios han contribuido a mejorar la
distribución del ingreso.

Por lo tanto, contrariamente a lo que se cree
comúnmente, no se observa que la globalización
comercial tenga un impacto negativo en la distribución del
ingreso ni en las economías en desarrollo ni en las
economías avanzadas. Además, el papel positivo de
las exportaciones agrícolas en el mejoramiento de los
resultados distributivos muestra la importancia de la
aplicación de reformas en los países en desarrollo
para respaldar el crecimiento de este sector. Al mismo tiempo, la
mayor liberalización del acceso de las exportaciones
agrícolas provenientes de los países en desarrollo
a los mercados de las economías avanzadas
contribuiría a una distribución más
equitativa del ingreso en ambos grupos de países.

Aunque la IED está vinculada con el incremento de la
desigualdad de los ingresos durante el período de este
estudio, también está relacionada con el aumento
del crecimiento global, y este resultado refleja fundamentalmente
el incremento de los rendimientos derivados del aumento del nivel
de calificación. El impacto de la IED puede variar
según el sector. No obstante, cabría esperar que,
en un horizonte a más largo plazo, los efectos de aumento
de la desigualdad de la IED desaparezcan a medida que mejore la
oferta de
educación y conocimientos especializados para satisfacer
la demanda creciente de estos factores.

Por lo tanto, la respuesta adecuada de política no
será frenar la IED o el cambio tecnológico, sino
convertir el acceso a la educación en una prioridad. Ello
permitirá a los grupos de ingresos bajos y menos
calificados aprovechar las oportunidades del progreso
tecnológico y la globalización, reduciendo el
período en que la IED tiene un efecto de aumento de la
desigualdad.

Por último, la profundización financiera en
sí misma aumenta el crecimiento, pero parece tener un
impacto de aumento de la desigualdad debido al acceso disparejo
de los segmentos ricos y pobres de la población al
financiamiento. Las reformas de política orientadas a
ampliar el acceso al financiamiento, como el fortalecimiento de
las instituciones que fomentan la concesión de
préstamos orientados a los pobres, podrían ayudar a
mejorar la distribución global del ingreso, aunque al
mismo tiempo el financiamiento continúe respaldando a
nivel general el crecimiento global.

El análisis presentado en este capítulo
parece indicar que existen algunos factores comunes que explican
la evolución general de la desigualdad entre los
países y las regiones. No obstante, las circunstancias
varían de un país a otro. En el considerable
número de estudios en los que se analiza la desigualdad en
los distintos países se subraya la necesidad de comprender
las dimensiones regionales y sectoriales de la desigualdad y su
relación con la globalización, así como las
circunstancias de cada país con respecto a la estructura
de la economía. Por lo tanto, las políticas
deberán adaptarse a la situación específica
del país a fin de aprovechar al máximo los
beneficios de la globalización para el crecimiento y la
reducción de la
pobreza"…

Por su interés, a
continuación, se reproducen algunos de los Gráficos presentados en el Informe del FMI.
Se mantiene la numeración del original.

Gráfico 4.1. Globalización comercial

(Promedio ponderado por el PIB)

La globalización se aceleró en los años
noventa a medida que los países del antiguo bloque del
Este se integraban en el sistema de comercio mundial y las
economías en desarrollo de Asia desmantelaban
progresivamente las barreras comerciales.

Gráfico 4.2. Globalización financiera

(Promedio ponderado por el PIB)

Las economías avanzadas (incluidas las ERI) mantienen
el monto más grande de activos y pasivos financieros
internacionales, pero otras regiones del mundo también han
aumentado progresivamente sus posiciones de estos activos y
pasivos.

Gráfico 4.2. (conclusión)

Gráfico 4.3. Tendencias de la desigualdad en los
países

(Coeficiente de Gini)

La desigualdad ha aumentado en las economías en
desarrollo de Asia, Europa central y oriental, las ERI y las
economías avanzadas, mientras que se ha reducido en la
Comunidad de Estados Independientes y, en menor medida, en
África subsahariana.

Gráfico 4.3. (continuación)

Gráfico 4.4. Proporciones del ingreso por
quintil

(Proporción del ingreso total: promedio ponderado
por la población)

La creciente desigualdad se explica en gran medida por el
aumento de la proporción del ingreso del quintil
más rico a expensas de los quintiles medios, mientras que
la del quintil más pobre ha variado poco.

Gráfico 4.5. Ingreso per cápita por quintil
(1)

(Dólares internacionales de 2000: promedio ponderado
por la población)

Los ingresos han aumentado en todos los quintiles de todas las
regiones, salvo en el quintil más pobre en América
Latina, lo que está relacionado en parte con los efectos
de la crisis.

Gráfico 4.6. Ingreso per cápita por quintil
en algunos países (1)

(Dólares internacionales de 2000)

A pesar del aumento global de la desigualdad en los
países de ingreso mediano y alto, la experiencia
varía mucho de un país a otro.

Gráfico 4.7. Desigualdad frenta a la
globalización: Países seleccionados (1)

(Variación de los indicadores en los últimos
10 años disponibles: años indicados)

No existe una relación evidente entre las variaciones
de la desigualdad y los cambios en la apertura comercial o
financiera.

Gráfico 4.8. Proporciones correspondientes al
capital de la tecnología de la información y las
comunicaciones (TIC), el crédito privado, la
educación y el empleo sectorial

La globalización es sólo uno de los factores que
han afectado a la desigualdad. El rápido cambio
tecnológico, la profundización financiera, el
mejoramiento de la educación y la transición del
empleo del sector agrícola hacia otros sectores son otros
factores que pueden afectar considerablemente la desigualdad.

Gráfico 4.9. Explicación de las variaciones
del coeficiente de Gini (1), (2)

(Variación porcentual anual media)

En las economías avanzadas el aumento de la desigualdad
es más atribuible a las salidas de IED.

En los países en desarrollo el cambio
tecnológico fue el factor que más contribuyó
a la desigualdad.

Gráfico 4.10 Descomposición de los efectos de
la globalización en la desigualdad (1)

(Variación porcentual anual)

La globalización del comercio ha tenido un impacto de
aumento de la equidad, mientras que la globalización
financiera y la IED, en particular, están vinculadas con
la ampliación de las disparidades

Gráfico 4.11. Desigualdad frente a exportaciones en
la agricultura

(Variación del logaritmo de los indicadores en los
últimos 10 años disponibles; años
indicados)

El crecimiento de las exportaciones agrícolas ha
contribuido a reducir la desigualdad en los países en
desarrollo, donde el empleo agrícola aún representa
una proporción importante de la fuerza de trabajo.

Gráfico 4.12. Saldo de la inversión
extranjera directa por sector

(Porcentaje del saldo de la inversión extranjera
directa entrante)

La composición de la inversión extranjera
directa entrante tanto en las economías avanzadas como en
los países en desarrollo se ha concentrado más en
los sectores de mano de obra calificada, como el sector de las
manufacturas de tecnología alta y media alta y el sector
de servicios con intensidad de conocimiento.

Gráfico 4.14. Explicación de la
variación de la proporción del ingreso de los
quintiles superior e inferior (1), (2)

(Variación anual media, en puntos
porcentuales)

En todos los países, el progreso tecnológico es
la causa principal de la caída de la proporción del
ingreso del quintil inferior y del aumento de la
proporción del ingreso del quintil superior.

Materia (La amargura
de la victoria: y mira que se lo dijimos…)

En marzo de 2005, publiqué el Paper:

La insoportable levedad de los "modelos" del
FMI

(Desmontando a Anne Krueger, vicedirectora del Fondo
Monetario Internacional)

Decía en la Introducción:

Este artículo intenta contestar al IMF Working Paper
(WP/03/30): "Trade, Growth, and Poverty: A Selective Survey",
cuyos autores son Andrew Berg y Anne Krueger, publicado en
febrero de 2003.

(http://www.imf.org/external/pubs/ft/wp/2003/wp0330.pdf

El Working Paper del Fondo Monetario Internacional, con la
autoría de Andrew Berg y Anne Krueger, intenta contestar
la pregunta: Cómo es de importante la política
comercial para la reducción de la pobreza?

Entre los párrafos "sin desperdicio" que ustedes
encontrarán en la traducción (resumida) que se presenta al
inicio del artículo (Piso Cero), está el siguiente:
"Como conclusión sobre la tendencia de la apertura a
incrementar los ingresos, nosotros sugerimos que si los
países pobres se abrieran más, la pobreza
podría caer"…

Para contestar al IMF Working Paper he intentado, por
rigurosidad metodológica (aunque sin ignorar la caprichosa
-y sospechable- selección
de los países investigados por los autores), ampliar la
información estadística de los mismos, de cara a
constatar que "no todo lo que reluce es oro".

Al margen del muestreo elegido
(contestando al original), he tratado de "cuantificar" y
"cualificar" a los que "se mueren a las puertas del
Paraíso".

Liberación unilateral? Mentiras arriesgadas. Un
librecambio que no existe…

Si midiéramos el actual desarrollo del mercado mundial
considerando que cada vez existe un número mayor de
personas en el mundo que ya no tienen nada que perder, el
resultado no sería demasiado halagüeño. Todo
lo contrario: las promesas de ciertos gurús, según
las cuales esta fase del comercio mundial sentaría las
bases para el desarrollo, demostraron ser en gran medida un
artilugio para cimentar la desigualdad
social.

En la actualidad, ninguna zapatilla, casi ningún
televisor y sólo unos pocos coches se fabrican donde las
firmas vendedoras tienen su sede. Esta "división global de
las tareas", que a su vez es una división entre ricos y
pobres, no constituye un orden mundial predefinido e inalterable,
aunque mucha gente parezca haberse acostumbrado a ello. No
sólo los representantes económicos se alinean con
esta postura. Muchas otras personas también sostienen que
este reequilibrio genera una dinámica en la cual las inversiones de
los países ricos se dirigen hacia los más pobres, y
que, a largo plazo, las inversiones generarán bienestar
también en ellos.

Las firmas occidentales no sólo explotan a millones de
trabajadores, sino que ejercen un control absoluto
sobre las riquezas naturales de numerosos países. El mundo
al revés: Angola, Brasil, Congo y Nigeria, al igual que la
mayoría de los países en vías de desarrollo,
poseen una reserva casi inagotable de tesoros naturales (petróleo, oro, diamantes, cobre, maderas
nobles, café,
cacao, plátanos, etc.). En calidad de "propietarios" de
estos recursos, son objetivamente mucho más ricos que la
mayoría de los países industrializados. Sin
embargo, amplias capas de población sufren hambre y no
tienen acceso ni a los medicamentos ni a la educación.

¡Cada día mueren 100.000 personas a consecuencia
del hambre, y no, por ejemplo, porque vivan en regiones con
sequía, sino porque, como en los tiempos más
oscuros de la colonización, se les arrebatan las riquezas
de sus países!

Las Conclusiones del Working Paper del FMI eran las
siguientes:

Hemos hecho una amplia investigación en la literatura sobre el tema y
hemos extraído tres proposiciones principales sobre la
política de comercio y la pobreza:

  1. la reducción de la pobreza se basa principalmente en
    un crecimiento del promedio de ingreso per cápita;
  2. la apertura del comercio es un importante determinante del
    crecimiento;
  3. el crecimiento que está asociado a la
    liberalización del comercio es tan pro-pobres como el
    crecimiento general.

Con respecto a la primera proposición hay una amplia
evidencia que la causa principal de los cambios en la pobreza
absoluta está en el cambio del promedio de los ingresos
per cápita. Tendencias a largo plazo refuerzan el punto de
vista que la relación entre la pobreza y la apertura
está dominada por el crecimiento. Primero, la desigualdad
dentro de los países ha sido estable, y no ha sido
originada por los cambios en la desigualdad global. Por ende, si
alguna globalización indujo cambios en la inequidad dentro
de los países ésta sería una pequeña
parte de la historia

Como conclusión sobre la tendencia de la apertura a
incrementar los ingresos, nosotros sugerimos que si los
países pobres se abrieran más la pobreza
podría caer…

Con respecto a la segunda proposición, la evidencia de
que la apertura comercial es una importante determinante del
crecimiento es variada. Primero, nosotros sabemos que los
países y regiones que son suficientemente similares a lo
largo de un amplio número de dimensiones, como EEUU,
regiones de Europa y algunos países de la OCDE, tienden a
converger hacia similares niveles de ingresos. Esto hace
plausible la apertura comercial que resulta una parte importante
de ese proceso de convergencia y de ahí parte la
fórmula de reducción de los ratios de pobreza en
los países más pobres. Por supuesto muchos otros
factores son potencialmente relevantes en este proceso de
convergencia…

Nuestra tercera proposición principal es que la
apertura comercial, condicionada al crecimiento, no tiene efecto
sistemático sobre la pobreza. La evidencia demuestra que
el ingreso de los más pobres tiende a crecer punto por
punto (uno a uno) con el promedio de ingresos. Por supuesto, en
algunos países y en algunos períodos la pobreza ha
coincidido con ese promedio, y otras veces no ha sido así.
Pero la apertura no puede ayudar a explicar como estos resultados
ocurren. Hay una pequeña evidencia frente a un largo
número de episodios individuales de liberalización
que también muestra que no hay una relación
sistemática entre liberalización comercial y
distribución de ingresos. Por lo tanto, que la apertura
comercial ha contribuido al crecimiento ha sido confirmado por la
indudable declinación de la pobreza absoluta en los
últimos 20 años. Los cambios en la
distribución de los ingresos dentro de los países
han, por otra parte, contribuido muy poco a cambios netos en la
incidencia de la pobreza (Esto es cierto también durante
largos períodos). Indudablemente, el cambio en la
distribución de ingresos en los últimos 15
años o más ha sido mínimamente
pro-pobres.

Sin embargo, la apertura no es una "bala mágica". La
política comercial es solamente una de las muchas
determinantes del crecimiento. Por lo tanto, no debería
ser una sorpresa que, aunque el comercio es un importante
determinante del crecimiento, y que ha habido una sustancial
liberalización comercial en los últimos 20
años, el crecimiento, entre los años 1980s y 1990s
ha sido decepcionante, dando por resultado una modesta (sí
acaso sin precedente) declinación de la pobreza. Por
supuesto, esto no debería distraernos con respecto a la
importancia de la liberación del comercio en los
países en desarrollo…

En el Apartado: Voy a su juego (Deme
cartas…)
, intentaba contestar al Paper
del FMI:

En las siguientes páginas se presentan varios Cuadros
(4 a 15) con la intención de comprobar si la
hipótesis del
Fondo Monetario Internacional sobre "Apertura, Crecimiento y
Pobreza", con referencia a las ventajas del libre comercio
para la reducción de la pobreza, resulta correcta.

(Se mantiene la numeración del original)

En 27 de los 39 casos presentados el incremento de las
exportaciones superó al de las importaciones.

En 12 de los 39 casos presentados el incremento de las
importaciones superó al de las exportaciones.

En 29 de los 39 casos presentados el saldo comercial
resultó favorable

Performance: 8/36 28/36 8/36 27/36 24/28 4/28 5/30 25/30 21
(<)/30

9 (>)/30

Performance: 17/37 18/37 14/37 12/37

Performance: 14/35 21/35 5/34 7/34 5/34 4/34 8/34 5/34 4/34
5/34

Performance: 14/37 20/37

De los 39 casos presentados en 17 empeora, en 10 mejora, en 3
el resultado es regresivo y en 9 no existen datos sobre la
desigualdad de ingresos o consumo

Performance: 9/34 3/34 1/34 21/34

En el período 1990-1998 los registros
comparativos corresponden a 8 años, cuando en los casos
anteriores corresponden a 5 años.

Del Apartado: Negando la mayor (De la macroeconomía a los "fundamentals")

En el Apartado: Maquillaje (El último
round)
, decía:

Ni siquiera manipulando los "casos" alcanza. El cielo
protector del libre cambio no llega a todos los rincones. Chau,
no va más.

Aunque la selección de los "Developing Countries",
resulta harto sospechosa, aún así, es imposible
negar la evidencia.

A pesar de incluir a casi todos los BRICs (Brasil, Rusia,
India y China), supongo que se dejaron a Rusia porque hubiera
sido clamoroso el deterioro de los ingresos de la
población en el oscuro libertinaje financiero de la era
pos-comunista (se les ve el plumero, my dear), los efectos
colaterales de la apertura comercial (la más de las veces
unilateral, la más de las veces consecuencia de las
exigencias de los Organismos Internacionales) resultan
generadores de un alto grado de vulnerabilidad.

Decía en la Introducción de mi ensayo: "Los
daños ocultos del librecambio – La doble vida de la
economía global" (abril 2002):

"La balanza externa puede presentar un factor negativo para el
crecimiento
económico…Una alucinación del desarrollo
-la globalización de la libertad de
mercado- que, entre la flexibilidad y la incertidumbre, opta por
el miedo a ser uno mismo…El comercio libre promueve el
bienestar de los ricos, pero no necesariamente el bienestar
social, que debería aplicarse a la mayoría de la
población. No es de extrañar entonces que las
compañías multinacionales y sus directores
ejecutivos, con sus feudos industriales diseminados por todo el
mundo, adhieran fervientemente al comercio libre.

El comercio
internacional beneficia a unas pocas empresas
multinacionales y a unas pocas familias propietarias,
perjudicando o en el mejor de los casos dejando en igualdad de
condiciones, al resto de las empresas y familias, cualquiera sea
su lugar de radicación o residencia. Para mayor agravante
-si cabe- el libre comercio -profetizado, publicitado e impuesto-, es
sólo una pantalla para la financierización de la
economía, que es el objetivo
buscado (y por lo que se constata, alcanzado).

Al impulso de la liberación del comercio se cuela el
libre movimiento
-fundamentalmente especulativo- de capitales, sin fronteras,
limitaciones, ni controles, que es la única
globalización verdadera.

En este dualismo económico que ha generado la
globalización, la economía de mercado, la competencia
mundial y el libre comercio, hay muy pocos que ganan mucho
-muchísimo- y un resto enorme que transita la depresión
silenciosa. Lo que se está intentando -aunque el discurso
oficial sostenga lo contrario- es la perpetuación de las
desigualdades superables, la negación de la posibilidad de
tener oportunidades superiores a las nativas, de llegar a una
sociedad más igualitaria"…

Decía en el Epílogo de mi ensayo (abril
2002):

"El libre comercio, podrá resultar un tópico
cuya vigencia es muy difícil de remover, pero cuya
injusticia sigue siendo flagrante (se reitera).

Los puristas del librecambio nos aplastan con el rodillo
económico y nos imponen un darwinismo económico
cainita y fatal (se denuncia).

La liberación, las desregulación y la
privatización castigan a la sociedad, avasallan la
dignidad
humana, amenazan el habitat, debilitan progresivamente la
autoridad
gubernamental, y provocan el crepúsculo de la piedad
(espera haberse demostrado)".

Con todo lo que ha llovido desde entonces, sólo se
puede agregar, Señora Anne Krueger, que usted es la
general Janis Karpinski de la cárcel del Abu Ghraib
financiero en la que están "internados" el hambre, la sed,
la sanidad, la educación, el trabajo, el
progreso y la equidad de millones de habitantes del mundo.

Cuántos Guantánamos financieros tiene repartidos
por el mundo en desarrollo?

Cuántas auditorías al estílo Abu Ghraib se
practican a diario en los países en desarrollo?

Visto lo visto, le pregunto, pregunto a los lectores y a mi
mismo: Cuál es el "Eje del Mal", Iraq, Irán y
Corea del Norte, o el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial
y la
Organización Mundial del Comercio?

El mismo modus operandi, los mismos intereses.

Mentiras arriesgadas…Soluciones
insalubres…

Según Karpinski, el general Walter Wodjakowski (el
número dos del Ejército de EEUU en Iraq cuando
saltó el escándalo de los abusos), llegó a
decirle: "no me importa si estamos reteniendo a 15.000 civiles
inocentes. Estamos ganando la guerra".

El mismo modus operandi, los mismos intereses.

Mentiras arriesgadas…Soluciones insalubres…

Por eso le digo, Señora Anne Krueger, que actuando como
simple observador, apenas como reportero económico, mi
mensaje no es música techno, tal
vez un intento de reunir un conjunto de comentarios e ideas para
el debate, lanzados al mar en una botella…la más de
las veces un sermón a los pájaros.

Nunca dar la espalda a la realidad, o asumir el mediocre
discurso de lo políticamente correcto.

Nunca, nunca, un pensamiento
único.

Siempre, siempre, intentando demostrar el absurdo
(negación en sí mismo) del pensamiento cero.

(Sostuve en abril del 2002) y lo mantengo (luego se supo todo
lo que se supo, pero en aquel momento los que pensábamos
así cabíamos en un autobús y los que nos
animábamos a decirlo ni siquiera podíamos subir a
un autobús), que no creo en el Conservadurismo Compasivo.
No acepto -por ser de quién viene- la Justicia
Infinita. Dudo -por ser de quién viene- de la Libertad
Duradera. Niego -por pueril y maniquea- la existencia del Eje del
Mal. Y además no deseo tragar lo que (se) nos eche (desde)
la Oficina de
Orientación Informativa (y/o sus brazos mediáticos, académicos, u organismos
internacionales infiltrados…)

Como final, y si me lo permite, Señora Anne Krueger, le
pregunto:

Al Fondo Monetario Internacional cómo lo
"calificaría", como Oficina de Orientación
Informativa, como brazo mediático, como brazo
académico, o como organismo internacional infiltrado?

Espero su atenta respuesta…

Hasta entonces, un pedido: Que desde vuestro abuso de
posición dominante no continúen manteniendo esa
falta de respeto a la inteligencia
ajena que les caracteriza.

Hasta entonces, un objetivo: Podrán seguir
mintiendo…Trataremos de que no puedan continuar
engañando.

En febrero de 2007, publiqué el Paper:

Réquiem por el Consenso de Washington

¿El final de los paradigmas?
(Después de los años de plomo neoliberales)

En la Introducción, decía:

Consenso de Washington – "Hora de la muerte: 17
horas, del 31 de agosto de 2006"

(Médico certificante: UNCTAD)

Según un informe de la Conferencia de
las Naciones Unidas
sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) los países en
desarrollo necesitan políticas económicas
más flexibles.

El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de la UNCTAD
afirma que las disciplinas multilaterales que rigen las
relaciones
internacionales en cuestiones monetarias y financieras son
demasiado limitadas, pero las que rigen el comercio internacional
son demasiado amplias.

Las condicionalidades y las normas de
comercio internacional vinculadas a la asistencia externa y los
créditos otorgados a los países en
desarrollo no deben impedir que los gobiernos promuevan su
economía…

Al tiempo que pide flexibilidad en las políticas
económicas, sostiene que para promover el desarrollo, es
necesario complementar la creciente interdependencia
económica de todos los países con un sistema bien
estructurado de gobernanza mundial. Las políticas
económicas nacionales centradas en el propio
interés -incluidas las políticas comerciales
mercantilistas o las políticas macroeconómicas y de
tipos cambiarios que afectan a los demás países-
por las cuales los países influyentes pueden perjudicar la
economía de otros países deben evitarse mediante
normas y disciplinas multilaterales.
Sin embargo, la
restricción de la autonomía política
nacional no debe obligar a los funcionarios de los países
en desarrollo a renunciar a las políticas que fomenten el
desarrollo económico.

El informe sostiene que no existe una fórmula
cuantificable única para lograr el equilibrio
entre las disciplinas multilaterales y la autonomía de la
política nacional que se adecue a todos los países
y se aplique a todos los sectores de la economía.
El
grado de autonomía nacional necesario para promover el
desarrollo de la economía difiere en cada país.

El informe advierte que el régimen de comercio
multilateral debe tener más en cuenta las
asimetrías existentes entre sus miembros y debe concertar
acuerdos multilaterales efectivos para la gestión
de los tipos de cambio…

Los acuerdos comerciales bilaterales y regionales suelen
imponer condiciones aún más estrictas, y
además, existen muchos otros medios no comerciales de
imposición de restricciones al espacio de política,
en particular las condicionalidades del Fondo Monetario
Internacional (FMI).

La desregulación de los mercados
financieros internos, la eliminación de controles
crediticios, la desregulación de los tipos de
interés y la privatización de los bancos eran
elementos fundamentales de las reformas efectuadas en los
decenios de 1980 y 1990. Paradójicamente, dice el informe,
aunque el programa
económico establecido hacía todo lo posible para
"fijar precios correctos en los mercados financieros", no
había ningún concepto que
orientara la gestión de los precios más
importantes, el tipo de cambio
y la tasa de
interés que le está estrechamente asociada. Las
dos opciones de política sobre tipos cambiarios que
finalmente se postularon fueron o bien permitir la libre
flotación de la moneda o bien adoptar un tipo de cambio
totalmente fijo, soluciones extremas que se denominaron "corner
solutions".

El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo subraya que las
normas y reglamentaciones sobre comercio internacional que
están dimanando de las negociaciones multilaterales y de
un creciente número de acuerdos comerciales regionales y
bilaterales podrían impedir la aplicación de las
medidas de política
económica que utilizaron las actuales economías
maduras y los países de industrialización
tardía para desarrollarse. Aunque estas normas y
compromisos tienen el mismo peso para todos los signatarios en lo
que respecta a las obligaciones
jurídicas, desde el punto de vista económico
suponen una carga mucho mayor para los países en
desarrollo. Por tanto, es de crucial importancia interpretar el
concepto de "condiciones equitativas" no desde el punto de vista
de las restricciones jurídicas, sino de las restricciones
económicas, teniendo en cuenta las distintas
características estructurales y los distintos niveles de
desarrollo de los países.

El informe sostiene que un régimen de comercio
multilateral plenamente integrador debe tener suficiente
flexibilidad para reflejar los intereses y las necesidades de
todos sus miembros.
En aras de una asociación mundial
para el desarrollo, los países desarrollados deben acordar
un nuevo marco o nuevas directrices para el tratamiento especial
o diferenciado en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sin recibir
a cambio concesiones de los países en
desarrollo…

Se recomienda que los gobiernos de los países en
desarrollo se dediquen activamente a promover y desarrollar
la empresa
nacional, a diferencia de lo ocurrido en los años ochenta
y noventa, cuando las instituciones de Bretton Woods les
recomendaban que se mantuvieran prescindentes y dejaran que las
fuerzas del mercado fijasen "precios correctos".
En el
informe se sostiene que esos países no deberían
verse demasiado limitados por las normas comerciales
internacionales o las condiciones impuestas por las entidades
crediticias internacionales y no poder hacer lo
que más convendría a sus economías. En los
últimos años esa libertad de acción
se ha convertido en un asunto importante y se suele hacer
referencia a ella como "espacio de política".

En el informe se insta a los gobiernos a adoptar
políticas macroeconómicas e industriales activas
para acelerar la inversión privada y el mejoramiento
tecnológico y estimular a las fuerzas creativas de los
mercados: son las decisiones empresariales innovadoras y que
conllevan riesgos las
que generan nuevas líneas de producción y crean
nuevas empresas y puestos de trabajo. De ser necesario, los
gobiernos también deberían proteger las empresas
nacientes, incluso aplicando con prudencia subvenciones y
aranceles,
hasta que los productores nacionales adquieran
competitividad
en el ámbito internacional en la venta de productos cada
vez más sofisticados.

En el informe se señala que las profundas reformas
realizadas por la mayoría de los países en
desarrollo en los años ochenta y noventa, a menudo a
instancias de las instituciones financieras y entidades
crediticias internacionales, no dieron los resultados prometidos.
Estas reformas hacían hincapié en una mayor
estabilidad económica, una mayor confianza en las fuerzas
del mercado y una rápida apertura a la competencia
internacional. Sin embargo, en muchos casos la inversión
privada no aumentó en la medida prevista, muchas
economías se estancaron o incluso se retrajeron, y muchos
países en desarrollo que ya tenían elevados niveles
de pobreza comprobaron que esos pasos hacia una economía
liberalizada aumentaban la desigualdad en vez de
reducirla.

En el Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2006 de la
UNCTAD se sostiene que la política
monetaria podría desempeñar un papel más
eficaz en apoyo del crecimiento centrándose en la
fijación de un tipo de interés real bajo, que
incitaría a invertir, y un tipo de cambio competitivo y
estable, que promovería la producción nacional en
los mercados mundiales.
Se dice además que, para
permitir que la política monetaria desempeñe ese
papel, las economías de mercado emergentes
deberían reducir su dependencia respecto de las corrientes
de capital extranjero
, como ya han hecho muchas de ellas, y
establecer nuevos instrumentos no monetarios para estabilizar los
precios, como la política de ingresos o la
intervención directa en la formación de precios y,
especialmente, de los salarios.

En el informe se destaca que toda prescripción para
el desarrollo económico debe respetar la situación
específica de cada país. No existe una
fórmula uniforme…

El gobierno
debería prestar apoyo al sector privado únicamente
sobre la base de objetivos operacionales claramente establecidos
que pudieran seguirse de cerca, y únicamente durante
períodos especificados…

También se recomienda que los intentos para atraer
inversión extranjera directa (IED) no apunten a una
cantidad máxima sino a una calidad máxima, en el
sentido de generar valor agregado nacional y progreso
tecnológico…

Unas subvenciones transitorias y cuidadosamente concebidas
pueden fomentar inversiones innovadoras, y una protección
temporal respecto de las importaciones puede permitir que los
procesos de
aprendizaje se
desarrollen entre las empresas nacionales,
según se
dice en el informe. Se añade que los aranceles
aduaneros aplicados a los productos industriales siguen siendo un
instrumento importante
porque son fuente de ingresos fiscales
difíciles de sustituir en muchos de los países
más pobres del mundo, y porque los acuerdos
internacionales han reducido el grado de libertad para usar otros
instrumentos de política de apoyo de la
diversificación y el mejoramiento tecnológico.

Se recomienda mantener los aranceles aprobados en el
ámbito internacional a un nivel relativamente más
alto y modular los aranceles aplicados en determinados sectores
industriales en torno a un nivel
medio relativamente inferior…

Ese enfoque flexible de los aranceles podría apoyarse
fijando los límites
globales a las subvenciones dentro de los cuales los miembros de
la Organización Mundial del comercio (OMC) están
autorizados a conceder de manera flexible subvenciones a empresas
y los sectores económicos…

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