- Un
líder no le teme a lo desconocido… - El
llamamiento y la renuncia en la vida del
líder - El
camino de un líder se construye paso a
paso - El
líder aprende a esperar su tiempo - El
líder crece en medio de las pruebas - El mundo
quiere condicionar al líder - El
líder vivencia la relación entre el decir y el
hacer - El
secreto: aprender de los errores - Los
tropiezos en la vida del líder - El
líder se prepara para ejercer el
liderazgo - Una
misión específica para alguien
específico - "Dios,
¿tengo las capacidades para asumir esta
misión?" - Un
líder en la encrucijada - La dura
tarea de subir la montaña - Un viaje
a lo desconocido - Un
líder frente a las murmuraciones - Sembrando para el
hoy y la eternidad - El
líder se sobrepone a la adversidad - Llega el
final…
Introducción
Nos vendieron una imagen equivocada
de los líderes…
Nos engañaron… definitivamente nos
engañaron… ¿La razón? La sociedad que
nos rodea nos vendió a través de todos los medios
-impresos y audiovisuales– una imagen estereotipada de los
líderes…
Los presentan como los protagonistas de alguna
película en la que jamás les ocurre nada y siempre,
al final de la historia, aparecen
sonrientes en la pantalla mientras que a lo lejos se aprecia
el sol
muriendo entre las montañas. Inmediatamente después
aparecen los créditos de los realizadores del filme y
quedamos con la íntima sensación de que no estamos
refiriéndonos a seres comunes sino a una especie de
súper-hombres y súper-mujeres que jamás
cometen errores, a quienes todo les sale a pedir de boca, que
superan con facilidad cualquier obstáculo, que no se
desesperan a pesar de las circunstancias adversas, y si llegan a
sufrir algún ataque que los derriba, se levantan airosos
limpiándose el polvo que se adhirió a sus
ropas.
No… definitivamente esa no es la realidad de los
líderes triunfadores de carne y hueso…
Tampoco es la que ofrecen las tiras cómicas o tal
vez los programas de
dibujos
animados en los que el personaje central puede caer desde un
edificio muy alto o quizá recibir todo el peso de un
enorme piano, y aunque en el instante quedan aplanados como si se
tratara de sellos postales de
correo, se restablecen con facilidad y, armados de un sonrisa que
nunca abandona sus rostros, reemprenden la jornada…
¿Qué puede pensar el pequeño
empresario que
lucha una y otra vez por colocar sus productos en
el mercado, mientras
que la competencia
despiadada agota sus esfuerzos para sacarlo del camino?
¿Acaso aquellos que hoy lucen satisfechos en las
fotografías de los diarios como productores sólidos
y emprendedores no enfrentaron alguna vez y, al igual que
él, las mismas dificultades?¿O tal vez los
empresarios que tienen buenos ingresos hoy no
aprendieron ayer de los fracasos y los desengaños cuando
las cosas no salían como esperaban?
¿Y qué razonará el promotor de
libros y
enciclopedias que concluye su jornada sin que haya vendido tan
siquiera un texto?¿Qué podrá decir si en
las conferencias de motivación le aseguraron que sería
tan fácil como saludar al potencial comprador y
despacharle –en cuestión de minutos– todas las ventajas
de los manuales, para
encontrarse sobre el terreno que apenas perciben que se trata de
un comercializador le cierran las puertas en la cara?
¿De qué manera asimila los fracasos la
persona
corriente que adquirió un libro de
superación –de esos que se leen en cuestión de
horas y que ofrecen un cambio
extraordinario de la vida con sólo disponerse a ser un
triunfador"cuando enfrenta la realidad de que los famosos
principios
hacia el éxito
no son aplicables a su realidad?
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