Relación sociedad-naturaleza y dinámica evolutiva de comunidades indígenas y ecosistemas
- Racionalidad y
problemática ambiental en comunidades indígenas:
manifestaciones de la relación
sociedad-naturaleza - Relaciones
múltiples de las sociedades humanas con el
ambiente
Artificialización de ecosistemas: más
armonías que desarmonías en la cosmovisión
y praxis de las comunidades
indígenas
Proceso adaptativo de comunidades indígenas y
dinámica de ecosistemas: una relación
imperfecta
Introducción
Al ser muy complejo el estudio de la dinámica evolutiva de los diferentes
ecosistemas de
la biosfera,
más aún con los cambios producidos en ellos por las
disímiles formas de intervención humana, sabemos
que hoy se encuentran mucho más impactados y vulnerables
que cuando la aparición de las primeras sociedades
tribales. En tal sentido nos interesó indagar sobre los
procesos
evolutivos de comunidades indígenas y su papel en la
gestión
local de ecosistemas, aproximando al respecto algunos elementos
teóricos y analógicos del estudio de su
relación de interacción como sociedad–naturaleza.
Racionalidad y problemática ambiental
en comunidades indígenas: manifestaciones de la
relación sociedad-naturaleza
Para estudiar la relación sociedad-naturaleza en
la dinámica evolutiva de comunidades indígenas, y
el escenario espacial-territorial en que se manifiestan sus
interacciones, postulamos dos dimensiones clave a considerar: la
dimensión ambiental y la cultural. Postulamos la
dimensión ambiental, porque en el análisis de la problemática
territorial de poblaciones indígenas es menester
caracterizar los procesos sociales de
ocupación-adaptación y las relaciones de predominio
y control
político-administrativo que ejercen sobre el territorio,
en razón de sus inevitables repercusiones con el entorno.
De otro lado, postulamos la dimensión cultural, porque en
el análisis de las implicancias ambientales derivadas de esta
relación de interacción, existen determinados
contextos culturales en los que se manifiestan impactos
territoriales y ambientales específicos. Así, lo
cultural implicará reconocer las formas, estilos o modos
de vida propios de una comunidad
indígena manifestándose de forma singular sobre el
ámbito territorial que habita.
Asimismo, las formas de vida o las manifestaciones
particulares positivas ensayadas por las comunidades
indígenas en sus territorios y ecosistemas los podemos
estudiar bajo el concepto de
racionalidad ambiental, porque se alude a un cuerpo de valores o
principios
orientados hacia la búsqueda de una finalidad ambiental
positiva. Pero, además, porque los desajustes o desfases
que pudieran ocurrir -y que de hecho ocurren en la
dinámica evolutiva de comunidades indígenas- son
resultado de múltiples factores condicionantes que son
propios del sistema de
interacción sociedad-naturaleza. Lo que -como antítesis–
también puede conducirlas por el umbral de la
irracionalidad, y de esa forma configurar el concepto de
problemática ambiental: es decir, cuando los factores
condicionantes del sistema de interacción conforman un
conjunto de elementos de desequilibrio (conocidos como defectos
de racionalidad).
Tales conceptos no se contraponen con los alcances de la
cosmovisión holística indígena resaltada por
diversos investigadores sociales, por ejemplo, cuando citan casos
específicos de estudios sobre dinámicas evolutivas
de poblaciones indígenas en la región andina y
amazónica. En tal sentido, suponemos que las implicancias
ambientales derivadas del estudio de la relación
sociedad-naturaleza se comprenderán mejor en el contexto
de determinadas culturas y entornos territoriales. Así
pues el marco cultural implicará entender una forma
específica de racionalidad o un tipo de comportamiento
que la sociedad manifestará sobre el territorio en el que
se asienta -por ejemplo, el espacio- territorio andino o
amazónico-, asumiendo como razonable que éste le
proporcione sus medios de
vida.
Relaciones múltiples de las sociedades
humanas con el ambiente1
Para estudiar la complejidad inherente a las relaciones
múltiples entre las sociedades humanas y el ambiente, el
investigador Emilio Morán2 resaltó la
contribución de Julián Steward -considerado el
investigador de mayor influencia en la práctica de la
ecología
humana contemporánea-, quien presentó un marco
teórico y metodológico amplio integrando el
análisis de los componentes población-ambiente. Morán sostuvo,
con respecto a las teorías
evolucionistas de comunidades, que la contribución
más importante y original fue la teoría
del "evolucionismo multilineal" de Julián Steward,
propuesto en 1955, porque representó una novedosa
alternativa interpretativa a las teorías del
"evolucionismo lineal" de los siglos XIX y XX, que sostienen las
sociedades humanas se clasifican en etapas invariables y
sucesivas en el proceso
evolutivo. Steward, en cambio,
sugirió que "la evolución multilineal contempla
trayectorias múltiples y variables de
las culturas en el proceso de cambio y
adaptación".3 Es decir que las sociedades y
culturas no siguen una línea única continua y
ascendente de cambios sucesivos en su proceso adaptativo, desde
sociedades más simples a las más complejas, sino
-al contrario- que su evolución es "no unilineal",
siguiendo múltiples rumbos y procesos discontinuos. Por
ello Steward prefirió asumir y estudiar la discontinuidad
del proceso evolutivo, en tanto: "a veces conduce a un mayor
control energético y una mayor complejidad social y otras
veces a formas sociales y económicas más
simples".4
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