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Visión psicológica y criminológica del homicidio (página 2)




Enviado por Elsa Benaducci



Partes: 1, 2

De estos últimos profesionales, de los
investigadores criminales traeré una clasificación
de los homicidas que nos permita adentrarnos en el tema, es
decir, no me basaré en una taxonomía
psicológica o científica en esta primera
parte.

Existen útiles subdivisiones de los homicidas que
resultan ser valiosas al momento de comprender el
fenómeno.

Homicida según el orden del lugar de los hechos.
Según la planeación
del crimen y las evidencias
dejadas en el lugar de los hechos.

Desorganizado: A mayor
desorganización del lugar de los hechos, mayores
evidencias, mayor facilidad para la captura e incluso mayor
juventud e
inexperiencia criminal.

Organizado: A mayor organización mayor planeación,
menores evidencias, menos facilidad para su captura, mayor
experiencia delincuencial y mayor edad.

Homicida de grupos. Es el que aniquila
a varias personas al mismo tiempo. A su
vez esta dividido en:

Homicida Familiar, que es el que mata a
su familia y
algunas veces se suicida él mismo.

Homicida múltiple: Es el que
mata a un grupo de
desconocidos, se asocia a periodos de agitación por
enfermedad mental (psicosis,
paranoia, maniaco-depresión)

Homicida según la movilidad.

Sedentario. Mata en una misma zona, es
geográficamente estable.

Itinerante. Es geográficamente
transitorio, se dedica a matar y se traslada de ciudad para
desorientar a las autoridades y evadir las investigaciones
criminales. Puede o no usar varias identidades, obtiene lucro de
actividades ilícitas o informales, nunca permanecen en
trabajos estables, no conserva vínculos familiares, ni
sociales.

Homicida según otras agresiones: Es decir que
además del homicidio cometen
otro tipo de lesiones personales o actos violentos contra sus
víctimas.

Homicida sexual (asesino lujurioso). Es
el que causa la muerte de sus
víctimas, pero acompaña su hecho de actos sexuales,
como violar a la víctima, cercenarle partes sexuales o
genitales, introduce objetos extraños en sus orificios
genitales o excretorios. El acto sexual se puede ver como una
forma de usar y abusar de la otra persona, el pene
puede ser considerado un "arma".

Homicida sádico: es el que
arremete actos de tortura contra la víctima mientras ella
esta viva.

Otros criminales realizan actos exploratorios con el
cuerpo inerte de su víctima, produce evisceración,
quema o descuartiza el cadáver.

Homicida según características de
personalidad:
Comprendiendo
la
personalidad como la fundamental motivación para la realización del
acto, los subdivide en trastornados mentalmente y en
personalidades antisociales.

Psicóticos. Los
psicóticos son los que padecen de una enfermedad mental,
como la esquizofrenia, la
paranoia, el delirium tremes y motivados por dicho
trastorno ejecutan homicidios. Se
identifican generalmente como homicidas
desorganizados.

Psicópatas. Son personalidades
antisociales reincidentes, se caracterizan por parecer normales,
tener capacidad de discernimiento y normal curso de pensamiento y
lenguaje, no
padecen de remordimientos, tienen encanto y afecto superficial,
son manipuladores, ostentan megalomanía (autoestima
distorsionada exageradamente positiva), mantienen conducta
irresponsable hacia los hijos, hacia el trabajo y
hacia su pareja, no establecen un proyecto de vida
y desde la infancia
presentan conducta antisocial y son reincidentes hasta que son
capturados por la justicia, es
decir, solo los detiene el control social
formal.

Los psicópatas son personas con entidad
clínica propia, pero que no han sido propiamente
reconocidos como trastornados mentales, según la
taxonomía del DSM-IV ni del CIE-10, ni tampoco han sido
considerados como inimputables ante los tribunales Europeos, ni
norteamericanos.

Varios autores reconocidos entre la criminología y la psicología
jurídica como Hare y Garrido, afirman que el diagnóstico de psicopatía no
coincide con los criterios diagnósticos del Trastorno
Antisocial de la Personalidad del DSM-IV, ya que este
último hace énfasis en criterios conductuales y no
en rasgos y adicionalmente agrega la frase "5 de estos criterios
permiten establecer el diagnóstico" pudiendo quedar
excluidos los fundamentales.

A estas clasificaciones norteamericanas hay que
reconocerles que representan una muestra del
trabajo serio
y experimentado que han realizado por más de 30
años, pero significará esta taxonomía
norteamericana un conocimiento
aplicable para Peru? Es
probable que en Peru no tengamos asesinos organizados y
desorganizados puros? Podrán existir otra clase de
asesinos seriales diferentes a los psicóticos y a los
psicópatas? De ser así cuales serían sus
motivaciones y cómo serían susceptibles de
tratamiento?

Aún desconocemos como se puede aplicar este
conocimiento a muchas realidades nacionales, basándonos en
la realidad y las estadísticas peruanas no podemos afirmar
que tengamos psicóticos que hayan cometido homicidio
serial, sabemos que han cometido homicidios únicos
(numéricamente hablando).

Esto nos permite vislumbrar como el
conocimiento internacional del tema supera significativamente
la aplicación del mismo a nuestra realidad peruana, por
eso más que interesarnos en los avances teóricos
del tema deberíamos empezar motivando a los entes
administradores de la justicia en la aplicación de los
mismos a la investigación criminal y al control social
formal.

Y debería interesarnos mucho más el tema
de perecimiento de las víctimas, porque las cifras
deberían recordarnos más a ellas que a los
homicidas, "las víctimas no pueden ser asumidas como una
cifra más en el ranking de las listas de Internet de los asesinos en
serie", este delito para la
víctima significó una experiencia única y
definitiva, para el autor material significó tan solo un
"trofeo más".

No existe la criminología sin la
victimología, no podemos continuar con el negligente
olvido de las víctimas, aunque es difícil que nos
atraiga más la versión dramática y no la
versión fascinante y poderosa del agresor. También
considero que dar publicidad a los
homicidas les puede resultar motivante, pues los medios de
comunicación les aseguran despliegue social y
reconocimiento de sus hazañas; hecho que puede ayudar a
que otros criminales aprendan por modelamiento; por eso creo que
debemos llamar la atención a los medios de
comunicación sobre la responsabilidad
social que tienen en el tema de publicitar la violencia y
creo fehacientemente que nosotros mismos como audiencia y como
sociedad civil
debemos concientizarnos y asumir una posición ética que
no refuerce a los victimarios.

Motivaciones
subyacentes al homicidio serial

El homicidio como cualquier conducta humana
tiene una motivación
implícita, que puede ser un móvil antecedente o
consecuente, para ilustrar la
motivación antecedente se podría pensar en la
venganza "mato porque esa persona me había hecho daño" y
para ejemplificar la motivación consecuente podemos traer
a colación el interés de
lucro que observamos en nuestros jóvenes sicarios, los
cuales se autodescriben como "soy un asesino a
sueldo".

Es probable que existan infinitas motivaciones para
aniquilar a otro ser humano y dependiendo de la motivación
es posible que se atraiga el interés de ciertas
comunidades, tanto para que expliquen el fenómeno, como
para que propongan alguna forma de
intervención.

Por ejemplo si se comete homicidio en aras de
ideologías se atraerá el interés de las
ciencias
políticas o a la sociología, si la motivación para
matar a otro es poderlo sacrificar en un "rito" se llamará
la atención a las religiones; si
el homicidio tiene un motivo pasional se atraerá a la
psicología y a la psiquiatría; si la
motivación es el lucro se atraerá la economía e incluso al trabajo
social.

Para efectos del evento académico que nos
convoca, me voy a referir al homicidio que atrae la
atención y requiere la intervención de la
psicología, razón por la cual quedan excluidos los
homicidios en los cuales el lucro fue el móvil principal.
También queda excluido el tema de homicidio único o
simple, que puede haber sucedido como un hecho aislado en la vida
del autor material; esto debido a que el título de la
conferencia
hace referencia al homicidio serial, que es una conducta
reiterativa, que implica mayor alteración y complejidad de
la topografía conductual. El modelo
explicativo que usaré será el del multideterminismo
bio-psico-social.

Factores
neuropsicológicos correlacionados

Raine presentó en la 4a. Reunión
Internacional sobre Biología y
Sociología de la Violencia (1.999) sus conclusiones de
múltiples estudios con técnicas
de neuroimagen que han demostrado que los psicópatas y
personas violentas presentan deficiencias funcionales y
estructurales en las regiones anteriores del cerebro.
Concretamente encontró que padecen de una
disfunción frontotemporal y dificulta el establecimiento
inhibiciones conductuales o control de estructuras
subcorticales filogenéticamente más primitivas como
la amígdala; estas disfunciones en el plano comportamental
se traducen en comportamientos irresponsables, arriesgados; en el
plano de personalidad conllevan a impulsividad, inmadurez; en el
plano social se traducen en dificultad para resolver problemas y
para procesar grandes cantidades de información verbal.

El giro angular izquierdo también presenta un
menor nivel de actividad, actividad fundamental porque es un
área de confluencia de información proveniente de
lóbulo temporal, parietal y occipital.

Esta disfunción disminuye la capacidad de
procesar información verbal, se asocia a fracaso escolar y
laboral e
incluso a incapacidad en el procesamiento de información
significados emocionales. Un asesino serial cuenta "se de esas
emociones por
los libros y por
lo que las personas cuentan, pero no es algo que yo haya
experimentado"

Su dificultad para procesar información emocional
les dificulta establecer vínculos afectivos profundos, de
allí su insensibilidad ante el dolor ajeno y su
deslealtad, si a esto se suma déficit en inhibiciones
estamos frente a un detonante de violencia conductual.

Menor actividad del cuerpo calloso de los asesinos y por
ello menor control del hemisferio izquierdo sobre el derecho que
es el productor de emociones negativas, adicionalmente lesiones
de esta zona se asocian con dificultad en la expresión de
emociones e incapacidad para comprender implicaciones a largo
plazo de cualquier evento.

Menor volumen de
sustancia gris prefrontal en contraste con el volumen de
sustancia blanca que era igual para el grupo de asesino que para
el grupo control.

Otro hallazgo interesante es de orden descriptivo
establece una relación entre edad e inicio y
declinación de la conducta violenta de los homicidas,
afirma que la conducta homicida comienza en los jóvenes
norteamericanos cercanos a los 20 años y disminuye su
peligrosidad con el advenimiento de la 4ª década de
vida del individuo.
Esta descripción induce a inferir que un periodo
de maduración neurohormonal refrenaría a los
sujetos violentos.

La adicción a la violencia es otra teoría
que se filtra dignamente entre las explicaciones que he elegido
para compartir con ustedes , implica la comisión de un
hecho que por primera vez se realizó tal vez por azar, por
ensayo y error
o motivado por una fantasía, pero que resultó tan
gratificante para el individuo que cometió el punible
porque le dispara los niveles de adrenalina de tal modo que le
condiciona fuertemente y le motiva para repetir su acción
. Alguno de ellos afirmaba, " es como una adicción,
aprendí que tenía que hacer para sentirme
completo".

¿Si aceptamos las explicaciones
biofisiológicas, quiere decir que estamos afirmando que el
homicida serial psicópata es un paciente trastornado
mentalmente y que por ello no puede responder judicialmente por
sus actos? No. Sencillamente estamos afirmando que existe un
componente neurológico, que requiere de tratamiento, pero
que se trata de un elemento que por si solo no explica un
comportamiento
tan complejo.

Seguramente las conductas prosociales también
tienen un sustrato en el Sistema Nervioso
Central y no por ello se las atribuimos exclusivamente a
nuestro cerebro.

Factores psicológicos
correlacionados

La mejor forma de conocer las motivaciones de los
homicidas seriales es hablar con ellos cuando están
condenados y ya no tienen nada que perder si dicen la verdad,
este es uno de los métodos de
elaboración de perfiles criminales. Sckrapeck (1999) en un
estudio con metodología de fenomenología empírica, se
basó en narraciones personales de homicidas seriales
condenados y logró identificar que sus motivaciones se
centraban en la sensación de máximo poder/control
y vitalidad durante la comisión del acto, en el cual
alcanzaban la sensación de clímax por controlar a
otro, se autopercibían como omnipotentes con poder sobre
la vida y la muerte.
Aunque fuera una sensación fugaz era innegable y esto les
aliviaba de su frecuente sensación de debilidad,
insatisfacción, de sinsentido y aburrimiento.
Además los asesinatos los hacía sentirse vivos,
experimentar un éxtasis eufórico el desfogue de una
ira violenta que les producía gran placer, la sexualidad se
asocia a la vitalidad, luego un estado de
calma y por último de alivio, pero esas sensaciones no
eran duraderas y después de cada asesinato se
volvían más inquietos y se agitaban más
fácilmente.

Las entrevistas
con estos homicidas revelaron que tienen unas motivaciones
similares a las de otras personas, sin embargo su necesidad de
control, poder y vitalidad les llevan mucho más
allá de las fronteras que nos retienen a los
demás.

Otros autores han hecho una interpretación distorsionada del
fenómeno y afirman que es la sensación de continuo
malestar la que resulta acuciante para el homicida, es un
elemento predisponente de su conducta criminal y ese malestar
solo se alivia acudiendo al asesinato. y terminan así
estableciendo una justificación científica para un
hecho antisocial, brindando un tratamiento psicológico
sustitutivo y evasivo de la pena privativa de libertad
establecida por el Derecho Penal.
Psiquiatra ruso.

Los principios del
aprendizaje se
pueden aplicar también a la explicación de este
comportamiento, es decir, los homicidas aprenden por modelamiento
"imitan un modelo", la mayoría de ellos afirma haber
padecido humillaciones y haber sido víctimizados por
otros, de manera que se justifican en la replicación de su
modelo. O pueden aprender también por moldeamiento
"alguien les va modulando su conducta, les retroalimenta y ayuda
a perfeccionar", esta es la modalidad menos frecuente, pues
parece que para ellos es más seguro actuar
individualmente, además de que no tienen interés en
relacionarse con otros, ni siquiera para ejercer su conducta
delictiva. O pueden adquirir comportamientos por aprendizaje
vicario "aprenden viendo directa e
indirectamente”.

Aprenden también por ensayo y error, azarosamente
hirieron a su víctima y al emanar la sangre les
produjo una satisfacción inesperada que los llevó a
repetir la conducta de herir para ver sangrar.

Los principios del aprendizaje permiten explicar como
las carreras delictivas evolucionan desde conductas más
frecuentes hasta otras menos frecuentes, desde los delitos de
tasa alta a los delitos de tasa baja, que van desarrollando
niveles de progresividad tal que los niveles superiores permiten
inferir presuponer la previa exhibición de conductas
inferiores.

Los estudios de psicopatía que datan de los
años 80 afirmaban que los psicópatas tenían
un dificultad para aprender e incluso lo demostraban con estudios
empíricos de laboratorio y
por tanto de baja validez ecológica, acudieron a esta
explicación porque observaban su reincidencia en la
conducta a pesar de recibir los mayores estímulos
aversivos y también por los altos umbrales de dolor
reportados por ellos. La conclusión de la autora es que
ellos tienen un aprendizaje diferencial, aprenden lo que les
interesa, desarrollan versatilidad criminal, van aprendiendo a
dejar menos evidencias, a contestar los interrogatorios, etc.
similar a cualquier otro ser humano, no aprenden lo que no
quieren aprender y como no les interesa extinguir su conducta
homicida no es efectivo ningún estímulo
aversivo.

Al estudiar personalidades antisociales se encuentran
cogniciones constantes entre las cuales está la
justificación principalmente ellos se perciben a sí
mismos como víctimas y creen que su padecimiento les
justifica para hacer perecer a otros, como víctimas
furiosas "que ellos actúan así porque
también fueron víctimas y padecieron a manos de
otros". Ellos de manera habitual culpan a otros, afirman que "las
víctimas lo merecían", "que era una venganza", "que
las mujeres estaban pagando por sus pecados, ya que una de ellas
lo había humillado", "que en el mundo funciona la ley del
más fuerte", "que es una fuerza
superior a ellos, que los domina y los obliga a matar, que es un
impulso que no pueden controlar".

También la justificación colinda con la
estrategia de
evitación de la responsabilidad que tiene tres factores
principales: el primero es que los individuos con trastorno de
personalidad antisocial se justifican y se sienten
víctimas; el segundo, es que evitan la culpa y el tercero
es su falta acentuada de remordimiento.

Bandura (sf), afirma que una forma de reforzar las
autojustificaciones, opera por medio de la
desconsideración o la falsa representación de las
consecuencias de la acción. Cuando las personas deciden
realizar actividades que son perjudiciales para los demás,
ya sea por motivos de provecho personal o por
móviles sociales, evitan enfrentarse o minimizan el
daño que causan. "No le hice daño, la alivie del
dolor que implica vivir" Recuerdan con facilidad la
información que recibieron previamente sobre los
beneficios potenciales del comportamiento, pero son menos capaces
de recordar sus efectos perjudiciales.

Todas las anteriores distorsiones cognoscitivas se
pueden asociar a la de Deshumanización de la
víctima, que es el conjunto final de prácticas de
desconexión moral opera
también sobre los objetivos de
los actos violentos Una vez deshumanizadas, las víctimas
potenciales ya no son consideradas como personas con
sentimientos, esperanzas y preocupaciones, sino como objetos
sub-humanos a los que se ve como "prostitutas", "basura humana"
"un daño colateral", "salvajes", "espíritus
satánicos" u otras denominaciones similares y así
se les percibe como sujetos insensibles a los malos tratos y solo
capaces de dejarse influir mediante el empleo de
métodos duros. Así la deshumanización de las
víctimas disminuye las reacciones empáticas y el
remordimiento.

Cognoscitivamente los criminales violentos utilizan
adicionalmente la estrategia de manipulación se encuentran
argumentos como el decir que están enfermos, que padecen
una enfermedad mental, que tienen personalidad múltiple,
que están dementes porque alucinan y sus delirios los
impulsan a cometer esos actos, que son inimputables y por ello no
pueden ir a la cárcel, sino que requieren un tratamiento
psiquiátrico. Otros piden perdón, con el objetivo de
alcanzar alguna indulgencia, no porque se sientan profundamente
arrepentidos, luego pueden burlarse de sus hazañas y
ostentar que son buenos actores.

La impulsividad, la ausencia de miedo, la
búsqueda de sensaciones y la extroversión, son
otras de las características personales más
populares en la psicología de la conducta criminal, que en
forma de conglomerado o factor, se han asociado a teorías
de muy diferente orientación han propuesto que las
dificultades para reflexionar antes de actuar y para considerar
las consecuencias futuras de la conducta ponen al individuo en
riesgo de
implicación delictiva (Romero, 2000).

Se explican como la manifestación de una
alteración en los sistemas de
control biológico, psicológico y social, que
permite que la pulsión agresiva se origine y se manifieste
en forma inmediata, sin medir las consecuencias, en el ataque al
otro o hacia sí mismo, como acontece en los actos de
automutilación o en los intentos de suicidio.
Implica la existencia de un componente biológico, la
pulsión que no puede ser controlada en forma eficaz.
(Téllez, 2000).

En cuanto a la inteligencia
los estudios no son concluyentes, algunos autores mencionan
déficit y otros niveles superiores de coeficiente
intelectual, lo cual se puede deber a que la inteligencia es una
característica multifactorial y a que los estudios se
centran en uno solo de sus factores. Los psicópatas no son
más inteligentes, simplemente eso es un mito, al
contrario tienen deficiencias en su CI Verbal, pero aprenden de
su carrera delictiva y de los errores anteriores y lo que sucede
es que son más hábiles para evadir la
justicia.

El criterio de la buena inteligencia según
Cleckley (1982), citado por Lykken, (2000) no significa que los
psicópatas tengan un CI medio más elevado, sino que
existen dos razones para pensar que tienen capacidad intelectual,
la primera es que sus actitudes
escandalosas no se deben a la simple estupidez y la segunda es
que no se dejan intimidar, es decir, tiende a sacar el mayor
provecho a su inteligencia en las situaciones en que los
demás tenderían a parecer más tontos de lo
que son en realidad.

Por otro lado, los estudios con las escalas para evaluar
inteligencia de Wechsler constatan que, en los psicópatas,
es el CI verbal (pero no el CI manipulativo) el que tiende a ser
bajo; la discrepancia entre el CI verbal y el CI manipulativo
parece ser mayor en los delincuentes reincidentes y en los
psicopáticos.

El hedonismo también es un factor que está
relacionado con el trastorno de personalidad antisocial, lo que
se evidencia en su estilo de vida
que consiste en vivir al día placenteramente y en la
ausencia de planeación de metas de largo plazo. Para
Walters (1990), citado por Echeburúa, (1996) existen dos
factores cognoscitivos, los cuales van ligados con el hedonismo.
El primero se denomina permisividad que consiste en el estatus
privilegiado y prerrogativa para satisfacer los propios deseos, y
el segundo es la autoindulgencia, inherente al ser humano y
orientada hacia el placer. Las personas con trastorno de
personalidad antisocial no aprenden el valor de la
gratificación demorada, además tienden a la
impulsividad, búsqueda de satisfacción y placer sin
considerar las consecuencias de sus acciones.

Los homicidas seriales conforman un subgrupo de las
personalidades antisociales, que según algunos autores
presentan una distorsión de la autoestima,
específicamente los psicópatas se han asociado a
una exagerada autovalía, autoestima tan elevada que tiene
que ser irreal, que se relaciona con egocentrismo, hedonismo y
megalomanía, por eso a los homicidas seriales les gusta
confesar, llamar la atención, brindar entrevistas a los
medios de
comunicación, tomarse fotografías,
aparecer como celebridades criminales.

Factores
sociales correlacionados

Las teorías más frecuentes según
Egger (1.999) son las de la socialización inadecuada que afirman que
los asesinos en serie han sufrido durante su infancia, que
presentan sentimientos persistentes de impotencia y desamparo,
situaciones extremas de privación social y
psicológica, abuso y abandono tempranos, falta de
cariño por parte de los padres, con frecuencia tienen
relaciones inusuales o no naturales con sus madres.

Al investigar los antecedentes de 4 de ellos que
parecían muy similares entre si (Jhon Wayne Gacy, Henry
Lee Lucas, Keneth Bianchi, Theodore Bundy), encontró
grandes coincidencias en sus antecedentes familiares, todos eran
hijos ilegítimos y tenían madres dominantes, o
progenitores con problemas emocionales, o padres divorciados . La
intensa rabia del asesino en serie parece ser un reflejo del
horror sufrido durante la infancia.

Disciplina inconsistente, débil control social
formal, establecimiento de bajo autocontrol

Autopercepción como víctimas que
padecieron humillaciones de otros.

CONCLUSIÓN

  • La violencia genera cambios en la conducta social,
    produce erosión
    del capital
    social, entendido éste como el conjunto de relaciones
    sociales y organizacionales que hacen posible la
    colaboración y cooperación entre distintos
    niveles de la sociedad
    para mejorar su nivel de desarrollo y
    de armonía.
  • El ser humano tiende a identificarse con figuras de
    distinto matiz y, en ese espectro, desafortunadamente,
    también hay quienes se identifican con aquellos que
    actúan por fuera de la ley.
  • La violencia obedece a causas múltiples y debe
    ser enfrentada con estrategias
    polivalentes; es necesario mejorar y mantener actualizada la
    información sobre las características y
    circunstancias en que ocurren los hechos de violencia; se debe
    privilegiar lo preventivo sobre lo represivo, con
    énfasis hacia los proyectos que
    actúen sobre las causas que pueden evitar la ocurrencia
    de violencia (prevención primaria); las intervenciones,
    proyectos o decisiones tomadas por autoridades, instituciones académicas u organizaciones
    no gubernamentales, deben hacerse con el debido planeamiento,
    seguimiento y evaluación de sus resultados.
  • Las comunidades (ámbito local, municipal)
    deben ser parte activa de los proyectos, con claro derecho a
    proponer, modificar y actuar en su desarrollo; la sociedad
    civil (entendida como los sectores sociales que no forman parte
    del aparato del Estado, gobierno,
    fuerzas militares, legisladores, jueces y magistrados), tiene
    responsabilidad y derecho a apoyar e implementar acciones y
    proyectos preventivos; las condiciones locales y las
    comunidades dan la pauta para el diseño de políticas. En tal
    sentido, se invita a pensar con imaginación y a
    desarrollar propuestas colectivas, que lleguen y afecten a
    mayores grupos de
    población; los grupos vulnerables con
    mayor riesgo de ser víctimas deben ser atendidos en
    forma especial.

 

 

 

 

Autor:

Elsa Benaducci Ugaz

Partes: 1, 2
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