El desarrollo de las habilidades en la carrera de Logopedia. Pautas para la reflexión
Resumen
El objetivo de la
presente ponencia radica en presentar una estrategia
metodológica para la evaluación
de las habilidades de la carrera de Logopedia en el primer
año intensivo, tomando como referencia las relaciones
interdisciplinarias, el trabajo
ideopolítico y la educación en valores de
nuestros estudiantes desde el accionar del colectivo
pedagógico de año.
INTRODUCCIÓN
La evaluación y su expresión en las teorías
psicológicas reflejan un conjunto de ideas
predominantes que se han manifestado como tendencias en
diferentes momentos del devenir histórico.
El estudio de los antecedentes de la evaluación
escolar, la revelación de sus tendencias generales y la
constatación de su vigencia en la escuela actual
muestran la necesidad de un modelo
teórico que sustente, en términos y esencia, una
práctica pedagógica consecuente con las
regularidades evaluativas, que compulse hacia la negación
dialéctica de los aspectos deficientes de la
práctica, superando las limitaciones de esta y alcanzando
una configuración más flexible y, en consecuencia
más desarrolladora.
En contraposición con la evaluación con enfoque
conductista, basado en la actividad, cognitivista,
constructivista y ecologista, está el enfoque
histórico cultural.
La incorporación activa de los estudiantes en los
diferentes momentos evaluativos del proceso de
enseñanza y que reflejan la
aplicación de la función
educativa de la evaluación se evidencian en un proceso de
asimilación más consciente, con un mayor desarrollo de
sus intereses por el propio proceso de aprender. Todo esto, unido
a la formación de elementos de autocontrol,
autorregulación y autoevaluación, constituyen
premisas para la realización de un trabajo cada
vez con mayor nivel de independencia.
Con este trabajo se logra que el estudiante participe como
elemento activo del proceso de evaluación y de forma
consciente participa en la eliminación de las deficiencias
encontradas, se forman en él cualidades como el
espíritu autocrítico, la objetividad y la responsabilidad.
Los resultados evaluativos pueden utilizarse no solamente para
resolver dificultades o eliminar deficiencias, sino
también para promover el desarrollo de los conocimientos,
hábitos, habilidades, actitudes,
aspectos ético-morales, la
motivación profesional y la orientación
vocacional, entre otros elementos.
La evaluación del aprendizaje es en
esencia el análisis cualitativo de los cambios que se
han ido efectuando sistemáticamente en el alumno, en
relación con el rendimiento académico y el nivel de
desarrollo de la
personalidad durante el ciclo de enseñanza
(módulo, semestre, curso, carrera, etc.).
La evaluación es una, en la medida que refleja la
unidad entre la instrucción y la educación en el
proceso pedagógico; es decir, que a un proceso
único corresponde también una evaluación
integral única. Es necesario evaluar conjuntamente los
conocimientos, los hábitos, las habilidades y el nivel de
desarrollo de la personalidad
alcanzado por el estudiante, que se traduce en desempeño cognitivo y actitudinal.
La evaluación parte de los objetivos, y
la dimensión real de esta relación objetivo –
evaluación, se aprecia a partir de concebir los primeros
no en el sentido reduccionista de la pedagogía conductista sino en un sentido
mucho más amplio y flexible: las metas que se plantea
el hombre a
partir de sus representaciones más complejas acerca del
futuro y derivadas de sus
tendencias orientadoras, responden a la activa búsqueda y
reflexión de las circunstancias concretas que
enfrenta.
Aunque esta parte de los objetivos no se limita solamente a la
comprobación de estos, los cuales no siempre abarcan en su
totalidad el objeto de asimilación ni las potencialidades
del alumno. La evaluación debe partir de sus fines, dar
espacio para la reflexión, la alternativa, la
imaginación y el acto creativo.
El proceso de evaluación va más allá del
simple acto de medir, comprobar o cuantificar el volumen de
conocimientos adquiridos por el estudiante, la evaluación
se desarrolla a toda la personalidad.
La formación intensiva del maestro requiere hoy
de un análisis sistemático del estado y
desarrollo de las habilidades intelectuales
como garantía de un aprendizaje eficiente en un
nivel superior de desempeño cognitivo.
En este sentido el trabajo científico
metodológico ha transitado por diferentes etapas, desde un
diagnóstico inicial del estado de las
habilidades en los estudiantes de la carrera, el estudio
minucioso del plan de estudio y
los programas de
disciplina y
asignatura para definir las habilidades comunes y su consecuente
sistema
operacional, hasta la determinación del sistema de
evaluación en función de las
habilidades; sin desestimar el tránsito por los
diferentes niveles de desempeño.
DESARROLLO
El proceso docente se desarrolla con el fin de que el
estudiante asimile y domine los contenidos, habilidades,
hábitos, aspectos formativos, ético-morales, etc. y
de ese modo cumpla con los objetivos programados. Esta lógica
es dinámica, zigzagueante y responde a las
condiciones específicas de los estudiantes, del grupo de
clase.
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