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Memoria: peluquería (página 2)



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Los íberos

En nuestras tierras los íberos habían seguido
sus propios criterios. Hasta la fecha sólo nos han llegado
testimonios a través de estatuillas de damitas, a partir
de las cuales se ha podido descubrir la enorme influencia de la
cultura
griega. Así, se observa una deliciosa mezcla entre lo
autóctono y lo importado que muestra, por
ejemplo, objetos de tocado similares a ruedas, que algunos
expertos han identificado con pelo trenzado, enroscado y cubierto
de tela (véase la famosa ?Dama de Elche? que, a pesar de
que su autenticidad haya sido puesta en duda, es un claro intento
de reflejar un peinado de la época). Además de
complementos como mantillas y peinetas, que tanto se identifican,
todavía hoy, con la cultura
hispánica, los íberos utilizaron también los
elementos de peluquería propios de los griegos de la
época: esto son cintas, redecillas y diademas a modo de
corona.

Los pueblos bárbaros

Los pueblos a quienes los romanos denominaron
?bárbaros? fueron en cuestiones de peluquería, como
en muchas otras, gente eminentemente práctica. Los
cabellos largos y sucios podían llegar a ser realmente
molestos y siendo pueblos humildes y poco dados a valorar y
considerar criterios estéticos hicieron de las trenzas y
las colas de caballo sus peinados insignia. Guerreros y
cazadores, poco dados a cultivar las artes, no podían
entretenerse en rizar, colorear o decorar sus cabellos.
Así que en algo coincidieron los hunos que venían
de Oriente con celtas y vikingos del Centro y Norte de Europa: el
cabello largo y trenzado (negro en los primeros y rubio o
pelirrojo en los otros).

Roma

Entre las múltiples adopciones culturales que los
romanos tomaron de los griegos, se encuentran, como no, los
criterios estéticos, y entre ellos el de mostrar cabellos
lustrosos y peinados elaborados y con infinidad de detalles. El
cabello era corto para los hombres y solía sujetarse con
una cinta. Las mujeres podían dejar caer su cabello
rizado, en forma de tirabuzón o ligeramente ondulado, o
bien recogerlo en moños sobre la nuca, que
envolvían con redecillas y cintas del mismo modo que
anteriormente hicieron las griegas.

Pero el Imperio Romano no
sólo tomó ejemplo de la cultura griega, sino que
también se fijó en los hermosos cabellos rubios de
los pueblos del norte a los que Julio César hizo cautivos.
El impacto de ese nuevo tono causó un gran efecto en las
mujeres y se empezaron a realizar pruebas para
aclarar el cabello, entre las que se popularizó el
compuesto de sebo de cabra, ceniza de haya y flor de manzanilla,
pese a que resultaba nefasto para la salud de las ya castigadas
melenas. Quizá por este motivo, o porque resultaba
más práctico, se popularizaron las pelucas
elaboradas con cabello de prisioneras. Los salones de
peluquería eran ya un negocio, aunque en aquel entonces no
existían de modo global como en la actualidad sino que se
organizaban por especialidades. En unos se realizaban peinados,
en otros se daba color, en otros
se hacían pelucas o postizos… no fue hasta cientos de
años más tarde en que se consideró el hecho
de que, al tratar todos con una misma materia prima,
el cabello, lo mejor era unirse para dar un servicio
completo. Las barberías, existentes también en
época helenística, se convirtieron en centros de
encuentro y charla mientras auténticos profesionales se
encargaban de arreglar cabellos y barbas.

El médico y egiptólogo Jonckheere, que
dedicó toda su vida al estudio de la medicina en
Egipto,
describió algunas de las recetas cosméticas que
utilizaban los antiguos habitantes del valle del Nilo. Entre
ellas se encontraba un peeling para suavizar la piel o un
machacado para aliviar la picazón de los pies. Pero nos
fijaremos especialmente en aquella que trataba problemas
capilares, más concretamente la caída del
cabello.

Etapa II: Edad Media

El declive del Imperio Romano dio paso a dos periodos de la
historia
totalmente contrapuestos: la Edad Media, en
que la pobreza y la
austeridad caracterizaron una sociedad
eminentemente rural, falta de todo tipo de recursos y muy
controlada por una religión casi
asfixiante a la que se tenía más miedo que respeto, y
el Renacimiento,
una etapa donde se encontró un espacio más abierto
al pensamiento y
las Artes, en que se empezó a recuperar parte de la
riqueza económica y cultural perdida durante el largo
paréntesis medieval. El entorno de estas dos épocas
se vio, evidentemente, reflejado en la estética y la moda de la
sociedad del momento.

La Edad Media (s. VII – s. XV)

Una vez retirados los romanos de todos los territorios que
habían mantenido bajo su influencia dejaron tras de
sí un panorama desolador. Sin una administración competente, las ciudades
quedaron en manos de señores locales que imponían
su ley en
territorios limitados, preocupándose de su propia riqueza
por encima del bienestar de los habitantes de sus tierras. Las
zonas urbanas se convirtieron en focos de pobreza y
epidemias y la única salida era una escapada al mundo
rural. En un pueblo falto incluso de los recursos más
básicos, la austeridad extrema triunfó sobre los
afeites y la coquetería.

Sólo en la Corte y los pequeños entornos de los
señores feudales se mantenía un nivel de vida que
permitía unos mínimos retoques estéticos,
que, eso sí, solían limitarse a recogidos en las
melenas de las damas.

Una religión apremiante que prohibía todo tipo
de frivolidad jugó también una mala pasada a
aquellas más presumidas que pudiesen intentar arreglarse
de un modo más original que el estrictamente
permitido.

Teñirse el cabello dejó de ser material y
moralmente posible. Sin embargo, las mujeres debían llevar
el cabello largo y bien recogido, tal como marcaba la Iglesia, lo
que, en una época en que disponer de jabón se
consideraba un lujo, obligó a agudizar la
imaginación para crear todo tipo de moños y
trenzas. La única manera de proteger el cabello de la
suciedad y los piojos era cubrirlo convenientemente, por lo que
se generalizó el uso de capuchas, velos, gorros y
sombreros, en invierno y en verano. Las mujeres intentaban
arreglarse de la manera más coqueta posible sin salirse de
los cánones estrictamente indicados. Las más
humildes tejían en sus cabellos trenzas de todo tipo que
generalmente nunca dejaban caer, sino que se enroscaban encima o
alrededor de la cabeza formando originales recogidos. Sus
únicos recursos para hacerlo eran peines de madera e hilos
de lana.

A menudo, se usaban flores como ornamento, pues era lo
único que tenían a su alcance. La raya en medio era
lo más convencional y no solía haber tiempo ni
ganas para hacer nada que se saliera de lo establecido. Para la
gente del pueblo resultó una época oscura y
demasiado dura para pensar en la belleza física.

Las clases más afortunadas disponían de joyas e
incluso diademas, aunque la principal diferencia, única
aportación de la época al sector de la
peluquería, fue la aparición de los tirabuzones,
que hasta ese momento no adquirieron consistencia como peinado,
aunque no fue hasta mucho después, en el Barroco,
cuando realmente se popularizaron. En palacio, también se
seguían las normas sociales,
pero los recogidos eran mucho más sofisticados, incluyendo
a menudo cuentas y todo
tipo de piedras para decorarlos.

Los velos de finas telas substituían las capuchas y
gorras del pueblo llano y las damas de la corte tenían
capacidad para permitirse algunas frivolidades, impensables en
otros estratos de la sociedad de la época.

En unos tiempos en los que aún quedaba muy lejos la
invención de la fotografía
y en los que ni las clases de más rango se preocupaban por
las artes figurativas, sólo a través de dibujos y
escritos en libros y
tratados se ha
llegado a conocer el tratamiento que recibían los
cabellos.

De Liebaart es un grupo de
personas amantes de la Historia Medieval que nos hace llegar los
modelos de
peinado y ropas de la época, deducidos a través de
sus estudios, transmitiéndolos de la manera más
comprensible imaginable: mediante recreaciones en vivo.

Etapa III:Renacimiento

El Renacimiento (s.
XVI? s. XVIII)

El culto a la belleza personal fue uno
de los valores de
la época clásica que se recuperaron durante el
Renacimiento.

El afloramiento de una nueva economía y el interés y
preocupación por volver a un modelo de
sociedad más civilizado hizo restablecer el valor del aseo
y el cuidado personal. En la Corte se crea moda y aparecen otra
vez especialistas del peinado que evolucionan en formas e ideas
intentando recuperar los antiguos tocados de las épocas
griegas y romanas.

Los accesorios proliferan y aparecen los postizos,
especialmente en forma de trenzas y moños muy
elaborados.

Además redecillas, coronas y joyas entrelazadas se
extienden no sólo por la Corte, sino entre las
florecientes clases urbanas.

Italia vuelve a
ser el centro de las miradas europeas e impone su gusto y sus
ideas de tendencia decorativista y refinada a la mayor parte del
mundo occidental de la época.

De esta manera se expanden los peinados de las casas
venecianas y la moda de teñir el cabello en tonos rojizos,
para lo que se empleaban mezclas de
sulfuro negro, miel y alumbre con las que se embalsaban las
cabelleras y posteriormente se exponían al sol para
potenciar la acción
de la fórmula.

Nació en estos momentos la pasión por cambiar el
color natural de la melena de las mujeres, y se popularizaron
también el rubio ceniza, el ?hilo de oro? y el
color azafrán.

En gran parte ha sido gracias a los grandísimos mecenas
de las Artes de aquellos tiempos que hemos podido hacer una
aproximación a los peinados de esa floreciente etapa de la
Historia.

En pinturas hechas por los grandes maestros de la época
se pueden apreciar con todo detalle los complicados peinados y
recogidos que se estilaban, plasmados en tela con toda claridad,
como si de una fotografía se tratara.

Otra vez, sin embargo, las mejores referencias de que se
dispone son de las clases altas, pues pocos eran los pintores que
se dedicaban a retratar a las gentes del pueblo, aún
así, gracias a los pocos grabados que han perdurado y a
escritos extraídos de textos sobre modas y costumbres se
ha conseguido una idea bastante clara de como se lucían
las melenas en esos siglos.

Trenzas anudadas encima de la cabeza o a los costados han
perdurado desde la etapa medieval, y sin embargo, a diferencia de
los años anteriores, ahora son decoradas con todo
aquél complemento que se pueda imaginar. A pesar de esto,
el buen gusto y la prudencia son muy bien considerados en la
época, con lo que la elegancia prima por encima del
recargamiento que será propio de etapas posteriores: el
barroco y el rococó.

Etapa IV: La época del
Barroco

Los siglos XVII y XVIII, fueron los de la riqueza decorativa,
las exageraciones, la búsqueda del efectismo… Las clases
privilegiadas se preocupaban más de aparentar que de ser y
lo ostentoso equivalía a lo poderoso.

Fueron tiempos de intrigas políticas
y sociales. En la Corte se dedicaban más a las fiestas,
los bailes y la diversión en general que a la política, lo cual
supuso una etapa de monarcas despreocupados por los asuntos de
Estado pero
sumamente interesados en su apariencia física y todo lo
relacionado con la belleza y la estética en general.

La moda se desarrolló dando lugar a nuevas prendas como
la casaca, el calzón que caía bajo la rodilla,
esbeltos zapatos, sombreros adornados con plumas y exagerados
cuellos con encaje (que posteriormente decaerían para dar
paso a cuellos lisos, pequeños y rígidos). Las
mujeres gustaban de ostentar grandes escotes e incorporaron a su
atuendo los miriñaques (esa especie de armadura de alambre
destinada a ahuecar las faldas).

Pero sin lugar a dudas si algo caracteriza el look de la
época son las pelucas, mediante las cuales se
diferenciaban las clases
sociales. Su aparición fue fomentada por Luis XIV de
Francia, que
deseaba ocultar al precio que
fuera su incipiente calva, pero rápidamente se extendieron
por la Europa continental y, posteriormente por Gran
Bretaña; a pesar de que en un primer momento se vieron
como una más de las excentricidades de la Corte.

En pelucas y peinados se reflejaron los gustos
estéticos del momento, por lo que, aunque parezca
increíble, en ellos se puede observar monumentalidad,
espectacular y recargada riqueza decorativa, expresividad,
etc.

Así se mezclaban con el cabello joyas, gasas, plumas,
flores, cintas y elementos inimaginables, de manera que una
peluca podía llegar a ser la maqueta de un castillo o de
un barco. A más espectacularidad, mayor prestigio se
ganaba socialmente, de manera que esta suerte de peinados
llegó a obligar a las damas a agacharse para entrar en las
carrozas.

Burguesía y nobleza empleaban todos sus recursos a dar
la mejor imagen social,
puesto que, unos y otros, tenían en realidad menos
capacidad económica que la que querían aparentar y
buscaban siempre alianzas adecuadas o matrimonios de
conveniencia. Sin embargo, se suponen tiempos en que la higiene no se
consideraba una facultad indispensable y la idea de que la
limpieza evitaba enfermedades aún no
se había extendido, por lo que los recargados peinados y
las voluminosas pelucas se suponen llenas de piojos, o, como
mínimo, verdaderamente grasientas. Curiosa
característica para unas gentes que se consideraban
refinadas.

El rizo durante el barroco, y los tirabuzones, que triunfaron
definitivamente en la época del rococó, empezaron,
por primera vez, a crearse de manera artificial, mediante palos
cilíndricos que luego se sometían al calor de
hornos de panadería o incluso, fraguas. La técnica
perduró y, siglos más tarde, en ella se basaron las
primeras permanentes en caliente.

Con la llegada de la Revolución
Francesa, en 1789, finalizó la ostentación de
estos siglos, y la sencillez y la comodidad a las que las clases
bajas nunca habían renunciado, se impusieron por encima de
las costumbres sofisticadas, que fueron despreciadas por los
revolucionarios. Las pelucas desaparecieron por completo y
volvió el gusto por el pelo natural. Y es que, como todo,
la peluquería también se rige por ciclos.

Etapa V: El Siglo XIX. época de
cambios

La Revolución
Francesa y la Revolución
Industrial marcaron, en todos los sentidos, el
devenir de la Historia del mundo occidental.

En la sociedad, ambas tuvieron una consecuencia clara: la
sencillez era la línea a seguir en todos los sentidos para
señalar la amplia distancia que separaba las nuevas
costumbres de los antiguos excesos de la Corte.

Así, las grandes pelucas y los abalorios de
fantasía quedaron relegados por un largo periodo de
tiempo.

El siglo XIX marca con
claridad el triunfo del capitalismo,
el aumento de la población y las mejoras higiénicas,
lo cual condujo a la creación de nuevas profesiones que
jamás antes habían existido lejos de palacio.

Aparecieron así los peluqueros, que trabajaban
sobretodo a domicilio cuando lo hacían con la
burguesía, desplazándose a trabajar al hogar de las
clientas. Se asentó definitivamente el oficio, el de
expertos en cabello que lavaban y sobretodo peinaban a grupos de
clientas a cambio de una
remuneración económica; a diferencia de los
antiguos peluqueros de la Corte que solían ser doncellas u
otros sirvientes que aprendieron la profesión o bien
artesanos o sastres que confeccionaban pelucas.

Los caballeros sin embargo, cortaban su cabello en el barbero,
sin decidirse todavía a ponerse en manos de los estilistas
que trataban a las señoras.

Las mujeres de las clases sociales más humildes
empezaron a trabajar en fábricas y en algunos oficios
artesanales, buscando lo más sencillo y práctico
sujetaban sus cabellos, sobretodo en moños, que
empezó a considerarse el peinado más decoroso del
momento.

También las burguesas adoptaron este peinado, que
reflejaba el espíritu de sencillez que predominaba en el
momento. Cubrirlo con el sombrero adecuado al salir a la calle se
convirtió en el máximo adorno para
estos moños sujetos en la nuca y a menudo cubiertos por
redecillas.

Pero la auténtica revolución de la
peluquería en esta época la provocó la
aparición del agua oxigenada
en 1867. Lo que hasta entonces habían sido recetas
auténticamente peligrosas para la salud del pelo y el
cuero
cabelludo pasó a convertirse en un proceso de
decoloración mucho más sencillo y seguro. La
coloración vivió otro avance espectacular casi a
las puertas del S.XX cuando aparecieron los primeros colorantes
sintéticos. Y aunque sólo las clases más
favorecidas hacían uso de ellos y que tampoco fueron
recibidos con gran entusiasmo, significaron la primera semilla de
un producto que
sin duda ha evolucionado en 100 años más que
ningún otro de los utilizados en esta
profesión.

Etapa VI: El Siglo XX-I
(1900-1930)

El pasado siglo fue el que dio el empujón definitivo a
la peluquería profesional. A pesar de que ya había
hecho sus primeros pinitos unas décadas antes, fue en el
siglo XX cuando surgieron los salones de belleza dedicados
exclusivamente al cabello, cuando estos se acercaron al pueblo,
cuando los productos
específicos dejaron de ser artesanales y aparecieron las
grandes firmas, cuando hombres y mujeres decidieron dedicar parte
de su presupuesto
familiar a arreglar su peinado y cuando surgieron las escuelas y
los estudios de peluquería.

Pero si hay un hecho verdaderamente destacable fue el
acontecido en los años veinte: las mujeres se cortaron el
pelo corto. Con la incorporación de las mujeres al
trabajo,
éstas habían dejado de peinarse solamente para
arreglarse y habían empezado a buscar la comodidad. La
evolución lógica
de la búsqueda de lo práctico fue cortarse el pelo
como un hombre:
surgió el estilo garçon. En ese momento cortarse el
cabello se convirtió en todo un símbolo de la mujer moderna.
Inicialmente hubo quien consideró que el pelo corto
femenino sería una moda pasajera, pero realmente se
convirtió en una opción más, y una
opción que siempre ha seguido ligada a las mujeres
emprendedoras, atrevidas, independientes y modernas.

Pocos años después empezaron a surgir en Europa
y Estados Unidos
los primeros sindicatos y
asociaciones de peluqueros, sentando otra de las bases de lo que
es la peluquería hoy en día.

En estos emocionantes años de principios de
siglo otro invento revolucionó la peluquería: de la
mano de Carlos Nessler apareció la permanente en caliente,
y los rizos ?artificiales? causaron furor durante décadas
y en diversas formas y estilos.

Nos encontramos pues ante el nacimiento de la
peluquería tal como la entendemos hoy.

Etapa VII: El Siglo XX-XXI (1930-1960)

La época dorada de Hollywood, la de lo que hoy son los
clásicos del cine,
influirá en todos los aspectos de la moda. En
peluquería, las grandes ondas en el
más puro estilo Vivien Leigh, Maureen O?Hara o Rita
Hayworth se convirtieron en el máximo exponente de la
elegancia. Sin embargo, si un peinado creó escuela fue el
llamado ?Peek-a-boo-bang? consistente en una abundante masa de
cabello rubio platino ondulado que tapaba un ojo, popularizado
por uno de los grandes mitos del
celuloide: Veronica Lake. Tal fue el éxito
de su look que el Departamento de Guerra de los
EEUU exigió a la Paramount la prohibición del
célebre peinado de la diva, puesto que, según
ellos, las chicas que trabajaban en las fábricas de
armamento lo estaban imitando y, al llevar un ojo tapado, se
estaban produciendo numerosos accidentes.

Pero si hubo una actriz que determinó el tipo de
trabajo que se realizaba en peluquería ésa fue
Marilyn Monroe. La rubia más sexy de la historia
podría considerarse un fraude, puesto
que es bien conocido que su color natural de cabello era
castaño. Aún así, fue tal el éxito
que consiguió tiñéndose de rubio platino,
que miles de mujeres de todo el mundo no dudaron en emularla,
intentando acercarse a la imagen de la seductora actriz.

Fueron tiempos de melenas rubias y onduladas, aunque no todo
eran cascadas de cabello cayendo encima de los hombros. Los
grandes crepados eran habituales en las calles, y las
peluquerías tenían mucho más trabajo
peinando que cortando o tiñendo.

En lo que a productos se refiere fueron los años de
mayor auge de lacas y ?plis? que debían mantener intacto
el laborioso trabajo de los peluqueros.

Cualquier mujer que se
prestara debía acudir al salón como mínimo
una vez por semana, aunque en la alta sociedad no resultaba
extraño hacerse peinar a diario por un especialista.

Las medias melenas con puntas graciosamente inclinadas hacia
fuera o las melenitas cortas con mucho volumen
triunfaron también, siempre gracias a abundantes
cantidades de fijación.

Entre los hombres fue más la música que el cine lo
que popularizó determinados peinados, así en los
?50 se extendió por todo el mundo el mítico
tupé de Elvis, sostenido gracias a fuerte gomina (entonces
brillantina).

Anteriormente, sin embargo, era el pelo corto de estilo
militar lo que más se había llevado, cómodo
y práctico, el look se popularizó especialmente
durante la guerra y la posguerra. En las grandes ciudades se
completaba gracias también a la brillantina, usada en este
caso para que ningún pelo se despegara de la
posición exacta en la que el peine lo dejaba.

Los medios de
comunicación (revistas gráficas, cine y televisión) han sido claves pues desde ese
momento para la internacionalización de determinados
looks. Nace la auténtica pasión por la moda y el
culto a la imagen vigente aún en nuestros días.

En Europa y Estados Unidos nacen algunas de las revistas de
moda que todavía hoy pueden encontrarse en el kiosco, y en
1956 aparece en España el
primer número de TOCADO, que con el paso del tiempo se
convertirá en la revista que
hoy tienes en las manos.

Etapa VIII: El Siglo XX-XXI
(1960-1980)

En los años ?60 y ?70 se vive una auténtica
revolución en lo referente a la moda del cabello. El
peinado se convierte en una de las más
características señas de identidad de
cada persona, y
especialmente los jóvenes lo convierten en el santo y
seña de su grupo o ?tribu urbana?, de manera que les
identifique con unos determinados ideales o convicciones, o les
encuadre como seguidores de unas tendencias concretas.

Así, los ?rockabilies? que habían surgido en la
década anterior se peinarán con un tupé al
más puro estilo Elvis y lo perpetuarán hasta los
años ?90 (como puede verse en España con los fans
de grupos como Rebeldes o Loquillo y los Trogloditas. Los
seguidores del movimiento
?beat? imitarán a ?The Beatles? con sus melenitas y
flequillos escandalizando a propios y extraños con lo que
entonces se consideraba una melenita demasiado larga para el
público masculino. Pero en los ?70 llegó la
auténtica revolución de forma y color: el glam, con
David Bowie en cabeza, propulsó el mullet (flequillo muy
corto y pelo más largo en la nuca) que llegó a
evolucionar hasta límites
insospechados con el movimiento punk que construyó altas
crestas de colores
estridentes sobre una base de mullet. También en los ?70
escandalizaban los rastas, que siguiendo los dreadlocks de Bob
Marley triunfaron inicialmente entre el público
afro-americano, aunque en los ?90 se popularizaron a todo tipo de
público joven, incluyendo a las chicas que en un primer
momento se habían mostrado más reticentes a adoptar
este peinado.

Por su parte el movimiento hippie y posteriormente el grunge,
propulsaron una moda ?anti-peluquería? en la que lo que se
priorizaba era un pelo descuidado, largo y caído de la
manera más natural posible. Para los pseudo-seguidores de
estas tendencias fue necesario sin embargo un buen trabajo de
salón, para conseguir un aspecto descuidado en lo que
realmente era un cabello bien tratado.

Sin embargo si hay dos peinados a resaltar de la moda cabello
de los años ?60 y ?70 que se popularizaron de manera
desorbitada, estos fueron la permanente y el bob. Los rizos
exagerados a lo ?Jackson Five? y el peinado de ?corte de paje?
que presentó inicialmente Vidal Sassoon, supusieron dos de
las grandes fuentes de
ingresos de
los salones en esas dos décadas y la mayor parte de la
posterior.

Ambos buscaban algo que ha caracterizado la moda cabello de la
edad contemporánea: la comodidad, no sólo al
llevarlo, sino al peinarlo. La mujer trabajadora del S.XX
necesitaba levantarse, ducharse y estar arreglada en el
mínimo tiempo posible, y estos dos peinados le
suponían esta ventaja.

Etapa IX: Siglo XX- XXI
(1980-2000)

En los años ?80 empezó, sobre todo en nuestro
país, donde se gozaba de una recién estrenada
democracia, el
mundo tal y como lo conocemos hoy en día. Las dos
últimas décadas del S.XX supusieron una introducción perfecta a la dinámica del siguiente milenio, y, en
palabras de? la obsesión estética se compagina con
la victoria femenina sobre las grandes batallas sociales,
políticas y personales?

 

 

 

 

 

 

 

 

En el mundo occidental la mujer ha conseguido emanciparse, y
al contrario de lo que se podía pensar en un principio,
esto supone el empujón final a la cultura del culto al
cuerpo. Las mujeres quieren demostrar más que nunca que su
profesionalidad no está reñida en ningún
caso con su belleza y los cuidados que esta necesita. A su vez,
el hombre no querrá ser menos, y empieza también a
preocuparse cada vez más por su físico, a utilizar
productos cosméticos, a seguir las tendencias de la moda y
a no avergonzarse de dedicarse a los cuidados personales.

A partir de este momento, en peluquería se empiezan a
crear ?tendencias?, es decir que los estilistas ?proponen?
determinadas pautas de moda, pero sin ?imponerlas? Las tendencias
forman corrientes a seguir que permiten que cada cual adapte a su
gusto las propuestas de cada temporada. Color, textura, medida
del cabello… quedan al gusto del consumidor.
Así en los ochenta se llevaban los cabellos ondulados
ligeramente, y en los noventa triunfaron los desfilados, los
escalados y finalmente las extensiones, pero cada cual dio a
estas ideas su toque personal.

Etapa X: El S. XX-XXI. Los inicios del nuevo
milenio

Los pocos años de este nuevo milenio marcan un camino
en el mundo de la peluquería que ya había empezado
a ser trazado en la última década del S.XX.
La mezcla de culturas, de estilos, el cambio constante, el
atrevimiento ante formas y colores ha abandonado las pasarelas y
las páginas de las revistas y ha invadido las calles.

Los grandes ídolos estéticos masculinos suelen
surgir del mundo del deporte, por lo que los looks que
lucen futbolistas o jugadores de baloncesto son
imitados por miles de chicos de todo el planeta. Entre ellas
siguen triunfando como ejemplos a seguir cantantes, actrices y
top-models, los estilistas de las cuales cogen sus ideas de la
calle para aplicarlas en pantallas y pasarelas, popularizarlas y
finalmente extenderlas por los diferentes países de todo
el mundo.

Todas las barreras geográficas han quedado destruidas y
la
comunicación circula a gran velocidad,
provocando que modas y tendencias no duren más de una
temporada.

Las extensiones fijas o de quita y pon, los baños de
color, los postizos, los tintes de alta calidad que no
dañan el cabello, las ceras, geles y espumas que
texturizan y dan formas, los accesorios y complementos, los
protectores solares y todos y cada uno de los productos que
pueden encontrarse en el mercado
formulados y/o diseñados para el cabello han convertido lo
que era un lujo en una necesidad, y la industria de
la belleza se ha entrado en la mayoría de hogares.

 his

 

Jóvenes y no tan jóvenes reservan una parte de su
presupuesto mensual a cuidar su cabello, a hacerlo cambiar, a
colorearlo o darle forma… Empieza el milenio de la
peluquería, el tiempo en que las barreras han sido
derrocadas y cualquiera de los estilos que a lo largo de los
siglos anteriores han triunfado ahora se puede ver en las cabezas
de los/las más atrevidos y vanguardistas

Desarrollo

Unidad I

COSMETOLOGÍA

HISTORIA DE LA
COSMETOLOGÍA

Cosmetología: es la ciencia y
arte de
embellecer la piel sana.
Cosmeto: kosmeti"c: embellecer
Logía: estudio o tratado

La palabra cosmética deriva del griego
Kósmetikos que significa adornar, siendo el arte de
preservar y aumentar la belleza. Cosmetología es la parte
de la medicina que trata especialmente de los cuidados, del aseo
y belleza de la piel.

Desde lo más profundo de la historia nos llegan
noticias de
que la mujer siempre trato de ser más bella. Desde la
mujer del paleolítico que se embadurnaba con la grasa de
los animales que
cazaban los hombres hasta la mujer actual que es capaz de gastar
una fortuna en cosméticos.

5.000 años antes de nuestra era, en las ruinas
arqueológicas de Ur, se encontraron en la tumba de la
reina Shub-ad, de la civilización sumeria, gran cantidad
de utensilios de belleza. Las tablillas sumerias no nos descubren
antiguas fórmulas para preparar ungüentos y afeites,
siendo médicos los que las preparaban. En Babilonia
florece el comercio de
perfumes y esencias aromáticas. La civilización
egipcia da suma importancia a la cosmética. En la tumba de
la reina Mir-hotep se hallaron numerosos envases con
preparaciones cosmetológicas. Entre los papiros de ebers
se halla uno llamado" kosmetikon" escrito durante la
dinastía Ptolomeica y que habla de diversos preparados
cosmetológicos.

Los médicos egipcios escribían largos tratados
sobre la belleza y maquillajes. En Grecia, luego
de las conquistas de Alejandro
Magno hubo una floreciente industria de los productos de
belleza y perfumes. Los romanos dieron gran auge e importancia a
la cosmetología. De los más apartados rincones del
imperio iban a Roma los
más sofisticados productos para aumentar y preservar la
belleza de las patricias romanas.

Criton, en la época del Emperador Trajano,
escribió un tratado sobre Cosmética en 4 tomos.
Ovidio también escribe sobre belleza. Son famosos los
baños de leche de la
Emperatriz Popea, esposa de Nerón.

En el Antiguo
Testamento Bíblico encontramos en Jeremías,
Ezequiel, Cantar de los Cantares y otros libros claras
referencias a los cosméticos usados por los
israelitas.

Durante la edad media el ascetismo se impone y se dejan de
lado las preparaciones cosméticas, considerándolas
pecaminosas. Con el Renacimiento vuelven nuevamente éstas
prácticas. En 1370 hizo furor en Europa un agua perfumada
compuesta por tintura de romero, cedro, trementina y alcohol
llamada Agua Húngara. Venecianos y genoveses fueron
activos
comerciantes en cosméticos. Catalana de Médicis, al
casarse con Enrique II de Francia, introduce en Francia las
técnicas de fabricación
cosmetológicas. En el siglo XVIII se expande la
cosmética. En 1770 el Parlamento Inglés
promulgó un curioso decreto prohibiendo el uso de afeites
y declarando nulo cualquier matrimonio
dónde la mujer hubiese usado tinturas, pomadas, afeites o
cualquier otro artificio para mejorar su rostro. Josefina, esposa
de Napoleón, gastó fabulosas sumas en
pomadas, cremas y perfumes que le conseguía Monsieur
Lubin, su proveedor. En el siglo XX los franceses y luego los
americanos crean toda una industria farmacológica apoyada
por los descubrimientos científicos. Nuevos productos
invaden el mercado continuamente. Los productos de belleza dejan
de ser productos de lujo para llegar a las más amplias
capas de la población.

Los orígenes de la estética se remontan a la
prehistoria.
Los productos de que disponía la mujer de ese tiempo se
limitaban, prácticamente, a la arcilla, tierras de
distintos pigmentos colorantes o toscos productos elaborados a
partir de grasas
animales. El afeite más antiguo que se conoce estaba
compuesto de sulfuro de antimonio.

En la Biblia encontramos las primeras referencias escritas de
la belleza en la antigüedad. Dice así: "Jezabel
adornó su cutis con afeites para seducir a Jehú y
para hablarle con mayores poderes de seducción". Otro
ejemplo es el de Ester, reina de Babilonia quien
embellecía con afeites sus maravillosos ojos, hasta ser
considerada la mujer con los ojos más bellos que nunca
existió.

En Egipto la belleza era casi un culto, los ritos funerarios
incluían el dejar junto al difunto una serie de objetos
entre los que se encontraban peines de marfil, cremas, negro para
los ojos, polvo, etc., dentro de pequeños recipientes en
los que estaban grabadas las instrucciones para su uso.

Especial Atención merecía el cabello, la piel
y los ojos. El cabello se teñía con henna, o bien
se rasuraba completamente para facilitar los continuos cambios de
pelucas, sumamente sofisticadas. Con ungüentos, afeites y
baños perfumados o de leche cuidaban de mantener una piel
tersa y extremadamente suave. Los ojos se remarcaban en negro,
engrandeciendo y suavizando su forma natural. El carmín de
los labios, el blanco para restar viveza a la cara, el
rojo-naranja para las mejillas, eran productos extraídos
de plantas y
arbustos. Usaban antimonio para cambiar el color de los
párpados en azul y verde, realzando así más
las pestañas.

Grecia fue la civilización de la belleza, es así
como Apolonio, en uno de sus libros, explica que "en Atenas no
hay mujeres viejas ni feas". La mayor atención la
prestaban al cuidado del cuerpo. Los cánones de belleza
griega no toleraban ni la grasa ni los senos voluminosos. Eran
fanáticos de los baños, siempre realizaban
ejercicios antes y usaban agua fría. También los
masajes tenían un papel importante ya que lograban que en
el cuerpo no hubiera rastro alguno de grasa y que se mantuviera
la figura grácil y la piel tersa. Usaban todo tipo de
aceites, que se extraían de flores distintas, el cabello
se cuidaba con tintes de extractos naturales. El maquillaje se
basaba en el color negro y azul para los ojos, coloreaban sus
mejillas con carmín y los labios y las uñas se
pintaban de un único tono. Se consideraba que el color de
la piel de la cara debía ser pálido, ya que era
reflejo inequívoco de pasión.

En el imperio romano la estética constituyó una
auténtica obsesión. Tanto hombres como mujeres se
depilaban, peinaban y maquillaban por igual, debido a las
conquistas territoriales romanas la belleza siempre estuvo bajo
diversas influencias, como por ejemplo, cuando Julio Cesar
conquisto tierras germanas, las esclavas eran blancas y rubias,
esto desato una locura de las romanas por ser también
rubias y blancas. Los baños termales eran muy populares
llegando a 900 solo en Roma. Durante los primeros siglos de la
Edad Media los nobles no descuidaban la higiene personal. En las
ciudades los baños públicos eran visitados con
frecuencia por éstos, mientras que en los castillos las
damas se bañaban en agua fría perfumada con hierbas
aromáticas. Pero a medida que la Edad Media avanza, estas
costumbres se van olvidando. Los perfumes de fuerte olor
sustituirán poco a poco a la más mínima
higiene corporal.

En el Renacimiento se crea el primer gran laboratorio de
productos cosméticos y medicinales. El ideal de belleza
consistía en tener un cuerpo de formas muy curvadas, la
frente alta y despejada, sin apenas cejas y la piel blanquecina.
Se escribieron los primeros tratados de belleza y se instalo el
primer instituto de belleza, a pesar de todo esto, la higiene
dejaba mucho que desear, solo lavaban sus manos una vez por
semana y se peinaban a lo lejos.

El siglo XVIII, los labios tenían forma de corazón
pequeño, se usaban pelucas extravagantes y empolvadas,
mejillas enrojecidas con exceso de colorete, polvos en cuello y
hombros, con lunares en cara y espalda. La época dorada de
la cosmética se inicia en este siglo con las más
sofisticadas cremas, esencias y aguas. A pesar que la higiene
personal va aumentando poco a poco, los perfumes continúan
siendo imprescindibles para disimular los malos olores.

Llega luego el Romanticismo y
con él la languidez, los aires desvalidos, los talles
ceñidos y las minúsculas cinturas. Las pelucas
desaparecen temporalmente para dar paso a bucles realizados en
las peluquerías.

En la India hasta el
día de hoy los niños
se pintan los ojos con kohol por sus poderes desinfectantes y
también se usan las flores y el azafrán en
diferentes productos de belleza y en ritos religiosos.

En China los
cánones estéticos se basaban en una mujer
delicadamente maquillada y con un cutis cuidado al máximo.
El maquillaje consistía en finos polvos de color rozado,
rojo o anaranjado y los ojos se subrayaban con bastoncillos
untados en tinta china. Se usaban cremas elaboradas con pulpas de
frutas, aceites de té o grasas animales, los perfumes
provenían de flores.

En Japón
se recogieron muchas de las costumbres chinas para el cuidado de
la piel y el cabello.

Actualmente la estética tiene carácter científico y desde la
limpieza de cutis con aplicaciones de rayos ultravioleta o
vapores de ozono, la incorporación del rayo láser para
muchos tratamientos, o los tratamientos anticelulíticos
con alta tecnología, vemos
cómo en la Estética actual y prácticamente
en todos los terrenos se hace imprescindible la aplicación
de técnicas científicas de primer orden.

Maquillaje

HISTORIA DEL MAQUILLAJE
I

Desde siempre la gente ha hecho uso del maquillaje para
potenciar su atractivo y disimular defectos. Siempre ha tenido el
mismo fin, aunque a lo largo de la Historia se han usado
diferentes utensilios y cosméticos para ello.

A continuación podemos ver cómo ha sido esa
evolución y cómo se las ingeniaban antiguamente
para conseguir esos productos que hoy en día encontramos
sin ningún tipo de dificultad en cualquier establecimiento
apropiado.

·   ANTIGUO EGIPTO

Seguro que los grandes maquilladores de hoy en día han
echado un vistazo a la historia del maquillaje para buscar
métodos y
trucos que aplicar en la actualidad. Por ejemplo, es curioso
cómo en Egipto obtenían los colores de sus
cosméticos mezclando tierras, cenizas y tintas. ;

Era muy típico que los egipcios realzasen sus ojos con
colores fuertes y vivos. Y fueron ellos los primeros en pintar
sus labios, con ocre rojo y óxido de hierro
natural, extendiendo el mejunge con un cepillo o palito por sus
labios.

No hace mucho que se descubrieron restos de maquillaje en las
tumbas de los faraones, y curiosamente esos productos
cosméticos tienen un gran parecido con los que se usan en
la actualidad.

En esta civilización utilizaban el antimonio rojo para
colorear los labios, mediante la pulverización de piedras
y minerales
sacaban los tonos turquesa que aplicaban en párpados junto
con el khöl que usaban para delinear los ojos en forma de
cola de pez y remarcar las cejas. Usaban pinzas de depilar para
dar forma a las cejas.

Sé tenia muy en cuenta el uso de adornos corporales,
tanto en hombres como en mujeres. El aseo corporal era un ritual
de varias horas que consistía en baños, masajes y
rasurado de cabeza por motivos de higiene, religiosos y
climáticos.

Elaboraban sus propias cremas a base de aceites y plantas y
depilaban el vello superfluo.

·   GRECIA Y ROMA

En la edad Antigua, griegos y romanos perfeccionan las
técnicas del maquillaje. Gana peso la piel, la cual
comienzan a maquillar para conseguir blanquearla mediante una
mezcla hecha a base de yeso, harina de habas, tiza y albayalde
(carbonato clásico de plomo), que al final obtenía
resultados totalmente contrarios a los pretendidos, ya que al
contacto con el sol
oscurecía el rostro.

Es en esta etapa donde encontramos la creación del
famoso y actual rimel. Es curioso descubrir como era en sus
inicios, pues conseguían ennegrecer sus pestañas
utilizando una mezcla de huevos de hormigas y moscas
machacadas.

La tendencia es tener la piel muy blanca como signo de
apasionamiento, para ello ingerían gran cantidad de
cominos y blanqueaban la piel con cerusa y albayalde. En los ojos
utilizaban el khöl, maquillándolos en negro y azul.
Las cejas se perfilaban sin alargarlas y se depilaban con pinzas
y los labios y pómulos se coloreaban en tonos rojos
vivos.

Además del khöl, de los egipcios heredaron muchos
cuidados estéticos como los baños y masajes.

La figura masculina se riza el cabello y la barba y llevan las
piernas depiladas.

·   MESOPOTAMIA

Al igual que en Grecia llevaban la piel blanqueada y los
pómulos enrojecidos, en los ojos lapislázuli y las
cejas teñidas en negro.

Las mujeres lucían el pelo suelto y rizado sobre los
hombros y los hombres rizaban la barba y el cabello dejando al
final geométricos tirabuzones. La abundancia de pelo
significaba fuerza y valor
y se espolvoreaba con oro en polvo tanto la barba como el
cabello.

·   ROMA

La piel era blanquecina, los ojos y cejas llevaban khöl y
los párpados iban muy marcados con antimonio y turquesa.
Los labios y mejillas marcadas en rojo vivo.

Influidos por las costumbres refinadas de Egipto y Grecia
empiezan a funcionar los baños públicos y masajes.
Utilizaban cremas para el cuidado del cuerpo. Las mujeres de la
época (llamadas patricias) disponían de criadas que
eran quienes se dedicaban a hacer estas labores
estéticas.

Dedicaban mucho tiempo a los peinados, eran muy laboriosos,
teñían los cabellos con preparados de color rubio y
los exponían al sol para transformar el color.
También se elaboraban pestañas tejiéndolas
con seda o con pelo natural.

·   ARABIA

Las mujeres dedicaban largas horas al embellecimiento,
vivían recluidas en harenes donde se cuidaban con
baños perfumados, aceites y masajes. Se aplicaban
Khöl en los ojos para agrandarlos y usaban colorete y
cantidad de perfumes. Llevaban la cara tapada con velo y el pelo
cubierto con sedas.

Tantos cuidados se debían a la inferioridad que
tenían con el varón, era una forma de
seducirlo.

·   EDAD MEDIA

Tras la caída del Imperio, en las primeras
décadas hay una ausencia total tanto del cuidado
estético como del aseo personal. La mujer llevaba la
cabeza cubierta con tocados en señal de
sumisión.

Pasado algún tiempo empezó de nuevo el
interés por la cosmética debido a la influencia
árabe. Los trajes se fueron modificando con generosos
escotes y se hacían largos trenzados en el pelo que
llegaban a ser verdaderas obras de arte.

·   RENACIMIENTO

Las cejas se dejan muy finas y en algunos casos desaparecen.
Incluso la frente se depila para dejar más
dimensión en el rostro. Los ojos se maquillan con
khöl y el colorete tiende a gránate.

Es el resurgir de una nueva época, hay un cambio
ideológico en todos los aspectos que llega de Italia.

Se sigue usando gran cantidad de perfumes para paliar el olor
corporal ya que la higiene sigue siendo muy escasa, en cuanto al
pelo se tiñe de rubio debido a la influencia que llega de
Venecia, un tinte rubio que causa furor y que denota prestigio.
Los tocados van excesivamente adornados.

Existe una obsesión por el maquillaje y los perfumes,
no así por las cremas de belleza. Al igual que la mujer el
hombre va maquillado, ofreciendo así un aspecto afeminado.
La mujer lleva la tez con una blancura excelente,
empolvándose con unos polvos de arroz o harina. Los ojos
van delineados en negro, en el párpado aplican azul o
verde y los labios dibujados en forma de corazón con tonos
rojos oscuros. Adquieren mucha importancia los lunares, se
consideraban muy estéticos e incluso se hacían de
terciopelo o bien se pintaban. Se colocaban en rostro o escote
dependiendo del significado que se le quisiera dar, llegan a
tener un lenguaje
propio.

En cuanto al cabello los peinados eran monumentales, a finales
del siglo XVII los hombres empiezan a utilizar pelucas y las
mujeres postizos de gran tamaño con tocados también
grandes. El pelo va retirado de la cara y se lleva con
tirabuzones y rizos. Toda esta moda viene impuesta por la
Corte.

La higiene corporal sigue en el olvido, por lo que siguen
utilizando cantidad de perfumes para el mal olor.

Se consolida en este siglo la Edad de Oro de la
cosmética. Francia se convierte en el centro de la
cultura, creando la nueva moda de la ropa, peinado y
cosmética.

·   SIGLO XIX

Se sigue llevando la cara pálida pero de manera
exagerada, el ideal es parecer enfermo y ya no es suficiente
empolvar con polvos de arroz. Se pone de moda ingerir vinagre y
limones para aclarar la piel, incluso se ingieren sustancias que
contenían plomo o arsénico con el consiguiente
riesgo de en
algunos casos llegar a provocar la muerte. La
ojera se marca de azul al igual que las venas. La idea es mostrar
la sensibilidad cutánea. Los pómulos se sonrosan
levemente con un rosa palo y los labios se maquillan en color
carmesí en forma de corazón.

Se siguen usando perfumes, los más recomendados son los
de lavanda ya que denotan frescura y limpieza. Las uñas
van en un aspecto muy natural y abrillantadas con cremas.

El canon de belleza no solo marca una piel extremadamente
translúcida sino que también exige una cintura muy
estrecha. Para esto utilizan corsés ajustados hasta los
extremos suponiendo también un riesgo por la
deformación de órganos internos e incluso problemas
intestinales y enfermedades.

La moda de belleza la sigue marcando Francia, aunque las
tendencias ya no las impone la corte sino la
burguesía.

En la última década aparece un peluquero
francés llamado Marcel que revoluciona el concepto del
peinado con un nuevo método de
ondulación que le hizo famoso a nivel mundial y se
extiende bien entrado el siglo actual.

·   SIGLO XX

Surgen distintas décadas que van a marcar modas por
fenómenos sociales: los medios de
comunicación, el cine, la televisión
y la publicidad
idealizaran un prototipo de mujer que acaba marcando una moda en
una determinada época.

La industria cosmética sufre un boom, ofreciendo un
gran abanico de posibilidades en productos de peluquería y
cosmética.

En los primeros años del siglo XX las ideas y
costumbres del pasado siguen estando vigentes como el tono de la
piel que sigue siendo distintivo social ya que una piel blanca
denota no estar expuesta al sol ni a la intemperie que
están sometidas las pieles de las clases menos
favorecidas.

La elaboración de los polvos de arroz para blanquear el
rostro es cada vez mas refinada. En 1904 surgen los primeros
polvos perfumados elaborados por un perfumista llamado Caron que
olían a una de sus fragancias llamada " Tabac Blonde"
.

En Estados Unidos comienza la creciente industria del cine y
con él el maquillaje es una pieza indispensable para el
éxito de las películas.

Un antiguo maquillador del Ballet Imperial Ruso llamado Max
Factor abre una tienda en Los Ángeles
donde vende perfumes, cosméticos y maquillajes que
él mismo fabrica y empieza a maquillar actores. A partir
de ese momento irá creando maquillajes adaptados a las
necesidades de las películas.

·   1910 – 1919

Durante estos primeros diez años la mujer quiere
encarnar tres ideales muy distintos: la mujer cariñosa, la
madonna dispuesta a cualquier sacrificio y la vampiresa
exótica.

Hacia 1910 el maquillaje ya esta muy extendido y se tiende a
llevarlo de manera natural. Se usan polvos de Helena Rubinstein
para quitar artificialidad blanca de los rostros de épocas
anteriores. Se abre un nuevo salón de belleza de Elizabeth
Arden, rival de la norteamericana Rubinstein. Las dos firmas
rivalizaran por sacar nuevos productos al mercado y someter a las
damas de la alta sociedad a tratamientos faciales
periódicos.

Durante la guerra el maquillaje estuvo fuera de lugar y lo
único que se utilizaba era un poco de rojo en los labios y
un toque de vaselina brillante en los párpados. El cabello
que iba ondulado se empezó a peinar sobriamente con
raya.

Entre 1914 y 1918 el ideal para hombres y mujeres era la
enfermera dispuesta a cualquier sacrificio. Las damas de la alta
sociedad se vestían de monjas o enfermeras y enviaban los
retratos a sus esposos que estaban en el frente.

El maquillador Max Factor crea un maquillaje especial para
cine que poco a poco irá perfeccionando.

Al final de la guerra el prototipo de mujer cambió y
todas querían parecer peligrosas y enigmáticas. El
pelo se llevaba corto como los chicos y los ojos se destacaban en
khöl, los párpados oscuros y los labios en rojo
intenso dibujados en boca de piñón. Era un
estereotipo de mujer que podía representar a la vez a un
ángel y a un demonio. Este tipo de mujer se mostraba
enfundada en fetiches eróticos como ropa interior de
satén, pieles lujosas, kimonos de seda, etc.

·   No se hacen correcciones ni claras ni
oscuras.

·   Aplicaremos uno o dos tonos más
claros del color real de la persona para que nos dé
aspecto de porcelana. Los polvos serán claros.

·   Rellenamos la tonalidad del
párpado móvil con un lapicero negro y lo
difuminamos con un pincel invadiendo el párpado superior
aunque sin invadir por completo el arco de la ceja.

·   Dibujamos la delineación inferior
interna y externa mediante una línea muy gruesa,
uniéndola en los extremos con la delineación
superior. La difuminamos con pincel hacia abajo llevándola
a la ojera. Fijamos todo con polvos.

·   Reforzamos el ojo con sombra negra
dándole un acabado en forma redondeada.

·   Máscara de pestañas arriba
y abajo abundante.

·   Ceja redonda, caída y estrecha
(muy negra).

·   La boca se dibuja pequeña,
perdiéndola en los centros para luego volver a salir.
Colores oscuros siendo él granate él más
característico.

·   Colorete en círculo tipo rubor,
muy próximo a los ojos y en tonos rosas bastante
marcados.

·   1920 – 1929

Los locos años veinte fueron la época del jazz,
el Charleston, las faldas cortas, el amor
libre…..

Los descubrimientos y a avances científicos favorecen
al maquillaje. El descubrimiento de los estearatos colorantes
revoluciona la fabricación de barras de labios pudiendo
obtener con ellos nuevas tonalidades.

Los ojos se llevaban con raya negra y muy difuminada y en la
cuenca del ojo sombra en rojo o morado. Los labios en rojo oscuro
en forma de boca de piñón y las cejas
cuidadosamente depiladas y se maquillan para darles una forma
circular. El colorete en forma de mancha redondeada. El objetivo
principal era la provocación, no importaba que se fuera
muy recargada. Las rubias se maquillaban con tonos verdes y
azules muy intensos mientras que las morenas optaban por negros y
marrones. Se quería conseguir el efecto de tener unos ojos
muy grandes y almendrados, para ello utilizaban mucho el
khöl difuminado.

En 1924 se lanza la laca de uñas con color y a partir
de ese momento se termina con la moda de llevar las uñas
naturales.

Una gran revolución fue la máscara de
pestañas resistente al agua que creó Elizabeth
Arden.

En 1927 los productos de Max Factor que hasta entonces
sólo se utilizaban en cine empezaron a comercializarse por
Estados Unidos con un éxito absoluto. También en el
27 surge una nueva barra de labios que se emulsiona al entrar en
contacto con la saliva, la llamada Rouge Baiser, creada por el
químico francés Paul Baudecroux. Era un tanto seca
y opaca pero fue la barra líder
del mercado hasta la época de los sesenta.

En 1928 el proceso de elaboración de polvos se
revoluciona con un nuevo método, la "
micronización" , que permite que la textura del polvo
tenga un acabado muy fino y ligero.

El corte de pelo se convirtió en patrimonio
común, el corte de pelo a lo chico ya fuera con cinta o
sin cinta de pelo en la frente y en liso u ondulado.

·   No se hacen correcciones ni claras ni
oscuras.

·   Base de maquillaje y polvos claros.

·   Media luna extendida en negro y en forma
redondeada uniéndola en los extremos con la
delineación inferior que se marcará ancha y
ligeramente difuminada hacia abajo.

·   Marcamos un arco por encima de la cuenca
en color rojo o morado y lo difuminamos hacia arriba sin llegar a
invadir el arco de la ceja.

·   Integramos bien el color negro con el
rojo o morado de la cuenca y lo fijamos con polvos. A
continuación podemos reforzarlos con sombra.

·   La delineación inferior interna
puede ir dibujada en blanco. La externa irá en negro unido
en los extremos con la superior y difuminada hacia abajo.

·   Máscara de pestañas
abundante.

·   Dibujamos la ceja en negro, alargada,
abierta y ligeramente caída.

·   Boca pequeña y estrecha en color
rojo vivo, marcando mucho la parte central y omitiendo las
comisuras " boca de corazón" .

·   Colorete tipo rubor en rosa.

·   1930 – 1939

El maquillaje se democratiza y accede a todas las capas
sociales cuyas mujeres intentan imitar a sus actrices favoritas y
a los grandes mitos de la época: Marlene Dietrich, Greta
Garbo….

La tendencia artificial de los años veinte se
consideraba vulgar y prima una apariencia más individual y
natural. El rostro debía tener una limpieza transparente
como el de las estrellas de cine. Se usa lápiz para
perfilar las cejas cuidadosamente depiladas en
semicírculo; sombras de ojos dorada, plateada, en
ocasiones combinada con marrón, azul o violeta; rimel o
pestaña postiza si era necesario, el colorete ya no es
redondeado sino que se difumina y la boca va perfilada dando
forma de " arco de Cupido" y con carmín marrón o
gránate.

En cuanto al cabello se deja más largo, como
mínimo media melena con ondas que partían desde la
raíz y teñido de rubio o rubio platino ya que era
el color que estaba de moda y que combinaba con los brillantes
trajes de noche que lucían en perla y champán.

En 1932 los hermanos Charles y Joseph Revson se asocian con el
químico Charles Lachman y crean la marca Revlon que
entrara en el mercado con una innovadora laca de uñas que
años más tarde se combinará con el mismo
tono de la barra de labios.

En 1935 la recién nacida marca Lancôme lanza una
nueva barra de labios llamada " Rose de France" , muy brillante y
untuosa, hecha de una fina pasta y perfumada a rosas y de escasa
perdurabilidad y con tendencia a manchar los dientes.

En 1937 Max Factor lanza " Pan-cake Make-up" , un fondo de
maquillaje que revolucionó la técnica del
maquillaje cinematográfico ya que era impermeable al agua,
inalterable bajo los focos y tenia una cobertura total y un
acabado mate. Este producto todavía hoy se comercializa
manteniendo su fórmula original.

·   Base clara sin correcciones. Fijamos con
polvos.

·   Marcamos la delineación superior
del ojo en marrón o en negro ensanchándola
ligeramente en la parte central del ojo y dibujando un
pequeño triángulo en la parte exterior. Este
vértice descendente a la vez agranda el ojo le dará
una sensación triste y caído.

·   Delineación inferior interna en
blanco y externa en marrón.

·   Banana abierta y descendente en
marrón, muy discreta.

·   Máscara de pestañas sin
recargar arriba y abajo.

·   Cejas finas y redondas, con tendencia a
la caída pero no demasiada oscuras.

·   Boca fina en forma de arco de cupido,
dibujado curvo por dentro de la línea natural como si la
boca estuviera fruncida a punto de besar. En tonos oscuros:
marrones, granates.

·   El colorete es un toquecito marrón
muy suave por debajo del pómulo.

·   1940 – 1949

La Segunda Guerra
Mundial supuso un paréntesis en los avances del
maquillaje y continúa en los años de austeridad y
de la posguerra. A pesar de esto las francesas estaban dispuestas
a mantener su reputación de ser las mujeres mejor vestidas
del mundo. Si el resto de las mujeres del mundo creían que
debían vestir con modestia y sobriedad, las francesas
desarrollaron un estilo extravagante para demostrar su independencia.
Los labios de rojo oscuro, vestidos de colores vivos (azul,
blanco, rojo) y sombreros y zapatos que crecían a lo alto
con cuña. Tocados en la cabeza realizados con cualquier
tipo de material (velo, flores, terciopelo, plumas….)
utilizaban mucho el ingenio e incluso llegaban a ser de mal gusto
en algunos casos.

Debido a la falta de recursos la calidad del maquillaje dejaba
mucho que desear y tuvieron que agudizar el ingenio con trucos
como maquillar las pestañas con betún de botas y
las cejas con betún de zapatos, en el caso de las
inglesas, o sustituir el colorete con pétalos de rosa
bañados en vino tinto.

Las melenas se llevaban recogidas en moños altos, lo
cual alargaba y estilizaba más la cabeza. En el cine
triunfo la figura de Verónica Lake, lucía una
melena larga y rubia ligeramente ondulada que tuvo que cortar
obligada por el gobierno debido a
que las mujeres de la época sufrían accidentes en
las fábricas de trabajo al imitar su larga
cabellera…

Al finalizar la guerra dejaron de acentuarse la boca con tonos
tan oscuros y le dieron más importancia a los ojos. El
ideal lo encarnaría Brigitte Bardot, un rostro infantil
con un cuerpo plenamente desarrollado.

·   Base de maquillaje clara con
corrección de ojeras muy marcada y correcciones oscuras
más naturales. Fijamos con polvos.

·   Media luna cerrada en marrón, bien
difuminada hacia arriba y reforzada a continuación con
sombra marrón. En párpado móvil sombra
marfil.

·   Delineación superior en negro. En
algunas ocasiones se repasa con eyeliner.

·   Delineación inferior en
marrón hasta la mitad o tres cuartos del ojo, muy
discreta.

·   Máscara de pestañas sin
recargar.

·   Boca de asco en color gránate.
Esta boca consiste en situar el punto más elevado del
labio próximo a las comisuras y dándole una forma
completamente arqueada, sin picos.

·   Colorete muy suave, en marrón.

·   1950 – 1959

Después de pasar el duro periodo de la Segunda Guerra
Mundial el look que vuelve es más dulce y suavizado.
En 1953 aparece el primer fondo de maquillaje en emulsión
fluida llamado " Fluid Make-up" , haciendo que los fondos de
maquillaje cubrientes y espesos tipo pan-cake empezaran a
tambalearse.

La industria de la moda francesa va adquiriendo mayor
importancia y su influencia en el maquillaje cada vez es mas
patente. El diseñador Christian Dior impone el " Total
Look" con faldas anchas y cinturas muy estrechas que
consistía en la conjunción de ropa, accesorios y
maquillaje dentro del mismo estilo. Dior se inicia en el mundo
del maquillaje y en 1955 lanza 8 barras de labios en
armonía con los colores de su colección de alta
costura. Era muy importante llevar acorde el maquillaje con la
ropa y complementos.;

Otras marcas de costura
como Chanel y más tarde Rochas irrumpen en el mundo del
maquillaje e implantan la costumbre de lanzar dos coloridos de
temporada acordes con sus colecciones de moda. Combinaciones como
sombra de ojos verde claro con delineador verde musgo y marcara
de pestañas cobre, o bien
sombra azul plateado con delineador azul oscuro y máscara
violeta. La combinación párpados turquesa y labios
naranja tuvieron mucho éxito. Las cejas se llevaban
más claras y anchas como Audrey Hepburn que daban un toque
elegante a la par que dramático o bien podían ir un
poco más curvadas al estilo Marilyn Monroe o Elizabeth
Taylor que
daban un aire más
sensual.

A parte de la imagen sexy, aniñada y más
suavizada por otro lado había quienes querían
proyectar una imagen más seria renunciando así al
color: desde los cabellos hasta el amplio contorno de ojos,
pasando por la ropa, todo era negro. Podían llevar el pelo
largo o corto, pero siempre desgreñado, normalmente con
flequillo deshilachado.

Dos complementos muy importantes fueron los pañuelos en
la cabeza que usaban mucho las mujeres que conducían
descapotables y los cinturones anchos. También tuvieron
mucho éxito los zapatos tipo bailarinas que resultaban
perfectos para bailar rock and roll.
Por otro lado se invento el tacón de aguja que
popularizaron ídolos de esta época como

Anita Eckberg, Sofía Loren, Evita Perón,
Marilyn Monroe, Liz Taylor y Grace Kelly.

·   Correcciones claras y oscuras.

·   Base de maquillaje igualado al tono de la
piel o un tono por debajo (ya no se lleva la mujer
pálida).

·   Delineación superior terminada en
forma abierta ligeramente ascendente y repasada con eyeliner.

·   Párpado móvil con sombras
claras muy recargadas: azules, verdes, rosas, etc.

·   Delineación inferior interna en
blanco y externa en castaño hasta la mitad o tres cuartos
del ojo.

·   Máscara de pestañas muy
abundante.

·   Cejas anchas y un poco curvadas pero no
caídas y bien marcadas.

·   Boca grande con tendencia a la forma de
la mitad. Esta forma consiste en trazar un arco desde las
comisuras hasta la parte central de la boca de modo que los
puntos mas elevados estarán situados aproximadamente en la
parte de la mitad del labio. El color más
característico de la época es el rojo.

·   Colorete no muy marcado en tonos
marrones.

·   1960 – 1969

La década de los 60 es la más importante en el
siglo XX, para unos una época dorada de nuevas libertades
y para otros una década tenebrosa de poca moral,
autoridad y
disciplina. El
caso es que todo lo que supuso y tuvo lugar (moda, música,
filosofía, forma de vida….) actualmente
sigue teniendo consecuencias sociales, políticas y
culturales.

Las corrientes feministas de los años 60 destacan la
idea de la emancipación suponiendo un gran cambio en la
actitud de las
mujeres y en su idea de la belleza. Por primera vez se asocian
las ideas de feminismo y
feminidad y de ahí surgen dos tendencias: las partidarias
de la sofisticación y las que defienden la
naturalidad.

El maquillaje se convierte en un distintivo haciéndose
notar. Esta seña de identidad llega a su clímax con
los maquillajes psicodélicos de las comunidades
hippies.

A finales de los 60, Dior y Lancôme lanzan unos brillos
de labios consistentes en unas barras grasas, brillantes y menos
coloreadas que las existentes hasta el momento.

El prototipo de mujer lo encarna la modelo Twiggy, grandes
ojos, delgada, representa la ternura y un estilo transparente.
Sombras de ojos de distintos colores, línea oscura en los
párpados superior e inferior, varias capas de
máscara e incluso pestañas postizas, cejas falsas y
pétalos de flores pegados o pintados.

Por otro lado hay otra modelo Jean Shrimpton que aporta una
imagen totalmente distinta, en este caso es un tipo de mujer de
aspecto depravado, con ojeras que indican varias noches sin
dormir y el pelo largo y liso a veces crepado. También
triunfan el estilo Jackie Kennedy con el pelo muy ahuecado y sus
numerosas pelucas o la voluminosa cabellera de Fara Diva. En
contraposición tenemos también el estilo de los
hippies, tanto hombres como mujeres con cabellos largos rizados o
lisos y aspecto greñoso.

La minifalda fue la gran invención en cuanto a
vestuario, los vestidos de corte recto, los estampados de flores,
sandalias de pescador, vaqueros, chaquetas bordadas de piel de
cordero, cueros indios, chales…

En 1968 Veruschka de Lehndorff, descendiente de la nobleza
prusiana y una de las modelos de la época puso de moda el
maquillaje corporal haciendo de ello un puro arte.

·   Correcciones claras y oscuras bien
marcadas.

·   Comienzan a estar de moda las pieles con
más color, ligeramente bronceadas.

·   Polvos translúcidos.

·   Marcamos la delineación superior e
inferior en negro terminándolas en forma abierta en la
parte exterior y uniéndolas en la parte interna exagerando
u poco el triángulo del lagrimal. Repasamos con
eyeliner.

·   Dibujamos una banana abierta bien marcada
alargándola hacia la nariz en la parte interna y
curvándola hacia la sien en la parte externa. La
reforzamos con sombra. Se llevaban mucho los tríos de
sombras en colores vivos de modo que podemos aplicar un azul
oscuro encima de la banana, un azul más claro en el
párpado móvil y él más claro de todos
pudiendo ser incluso blanco en el arco de la ceja.

·   Pestañas postizas
acompañadas de la máscara abundante.

·   Cejas extremadamente finas ya que se pone
muy de moda el depilado (parcial o incluso total lo que obligaba
a dibujarlas con un lapicero).

·   Bocas grandes en color rosa chicle.

·   Colorete rosa en pómulos, bien
definido.

·   1970 – 1979

Un gran adelanto fueron los micatitanios, unas
minúsculas pepitas de mica recubiertas de una fina capa de
dióxido de titanio totalmente inofensivas que permitieron
multiplicar los colores y desterrar para siempre las eosinas,
colorante utilizado hasta entonces que producía problemas
de tolerancia. Nace
una nueva marca americana llamada Clinique que ofrece por primera
vez una línea sobria en la que el envase pasa a un segundo
plano y la idea es tratar problemas específicos de la piel
a la vez que embellecer.

En esta década empieza a introducirse la idea de
tratamiento en los productos de maquillaje. Aparece la primera
crema hidratante y protectora con color llamada " Bienfait du
Matin" de Lancôme.
Hay una vuelta al glamour de los años pasados, vuelven las
modas de los años veinte y treinta pero con un toque de
disco y lentejuelas. Labios con brillos transparentes,
purpurinas, texturas extra grasas y colores tropicales.

Las pestañas postizas están en auge y hay una
verdadera obsesión por el cutis moreno, tanto en verano
como en invierno. Las cremas autobronceadoras y los polvos y
tierras de sol se convierten en un éxito de ventas.

A partir de 1973 se vuelve a la estética de la naturaleza con
colores neutros, caqui, arena, azul grisáceo, oliva,
beige…tonos que combinaban a la perfección entre ellos y
facilitaba la forma de vestir.

En 1976 se implanta la estética " punk" , no cree en
modas de lujo e implanta los colores sin ton ni son. Aunque no
fue una moda de grandes masas dejará como patente en
nuestros tiempos la mezcla por el color sin ningún tipo de
rigidez.

Más tarde la moda llegaría con ojos muy
oscurecidos, labios rojo sangre y cara muy
pálida recordando los locos años veinte.

En lo referente al peinado, triunfaban las permanentes ya que
conseguían mucho volumen en el pelo, y el estilo Farrah
Fawcett (actriz de la serie Los Ángeles de Charlie)
cabellera con cortes muy escalonados, puntas hacia fuera, melena
revuelta y voluminosa con mechas.

La década de los setenta es conocida como la
década del mal gusto, se probaban y mezclaban todo tipo de
vestimentas; mini shorts con plataformas, pantalones con pata de
elefanta y camisas de poliéster, ropa brillante
discotequera con moda punk….Detrás de toda esta mezcla
se escondía una gran fuerza creativa y liberadora que ha
seguido viva hasta nuestros días. Una pequeña parte
de toda la moda de los setenta ha revivido poco antes del final
del siglo XX. Algunos ídolos de la década: Liza
Minnelli, Olivia Newton-John y
John Travolta, Lauren Hutton, los Ángeles de
Charlie…

·   Correcciones claras y oscuras.

·   Pieles con color (la moda del bronceado
ya se ha implantado definitivamente).

·   Marcamos delineación superior muy
ancha y la alargamos en la parte exterior.

·   La delineación inferior termina
también en forma abierta, dibujando a partir de ella
pequeñas líneas escalonadas simulando
pestañas. Se repasa todo con eyeliner.

·   Dibujamos una banana en negro
alargándola hacia la sien y uniéndola con la
delineación superior.

·   Con sombras en crema reforzamos el ojo
aplicando color negro en la banana y blanco en el párpado
móvil y arco supraciliar (también se admiten
colores vivos como en los " 60" ).

·   Máscara de pestañas muy
abundante (incluso pestaña postiza).

·   Cejas finas.

·   Bocas en colores claros y con mucho
brillo remarcando bien el perfilado.

·   El colorete en tonos rosados
aplicándolo en pómulos, barbilla, frente, sienes,
nariz…

·   1980 – 1989

Todas las marcas de cosmética empiezan a concebir el
maquillaje como un conjunto armonioso que no omite ningún
detalle y las mujeres han pasado a considerarlo como un elemento
indispensable en sus vidas. El concepto de estilo yuppi reflejaba
que tanto el maquillaje como el peinado y los complementos los
mantenía la propia mujer con su trabajo.

El maquillaje permanente ofrece una solución definitiva
para maquillarse cejas, líneas de ojos y labios y
pestañas.

En los primeros años se da preferencia a los tonos
fuertes aunque la mayoría sólo se atreve a
llevarlos por la noche. Durante el día la mujer
trabajadora usa tonos más naturales que lucen la belleza
de un cutis cuidado y en tono mate. Es muy importante la fusión
entre el maquillaje, sombra y coloretes, han de ir muy bien
difuminados y sin marcar trazos visibles entre unos y otros. No
se notan los cortes entre la cara y el cuello y el tono es
más natural, se toma conciencia de que
el sol envejece.

En los últimos años de la década se busca
los tonos mates y se destierran los brillos. Las cejas se llevan
anchas y oscurecidas. Los ojos se maquillan con el khöl
difuminado y el eyeliner cae en el olvido.

Hay varias tendencias para el cabello: cortes lisos y
asimétricos, cortes con pelo pincho (influencia del punk),
cortes con puntas disparadas y realzadas con lacas y gominas y
por ultimo el uso de las planchas calientes que alisaban o
creaban rizos mínimos. El cabello en los ochenta se lleva
cuidado y con volumen; corto a lo chico como la modelo Linda
Evangelista o casi al cero como Annie Lennox. Destacan
también entre los ídolos de esta época
Madona, Chern o Brooke Shield.

En cuanto a la moda se busca sobre todo la comodidad y el
estilo personal. Los grandes modistos se pasan al pret a
porter.

Los vaqueros o jeans se imponen de una manera abrumadora.

·   Correcciones claras y oscuras más
naturales que en décadas pasadas.

·   Pieles bronceadas (adecuado al color de
la persona).

·   Polvos translúcidos.

·   Delineación superior en negro con
eyeliner.

·   Uve en negro degradada sin
exagerarla.

·   Se marca la cuenca en el lado del
lagrimal pero sin llegar a unirla con la uve y con un pincel la
degradamos hacia arriba y hacia la derecha para aproximarla a la
uve.

·   Delineación inferior interna y
externa uniéndola en el lagrimal dejándola abierta
en la parte exterior.

·   Sombra fucsia en la uve, rosa más
claro en párpado móvil y blanco en arco
supraciliar.

·   Máscara de pestañas.

·   Las cejas se llevan más
anchas.

·   Boca grande en color fucsia.

·   Colorete rosa en pómulo.

·   1990 – 1999

En los primeros años de la década se lleva la
estética neohippy, poco preocupada por la belleza
física y el atuendo… El look de las pasarelas de
París, Milán o Nueva York son modelos
extremadamente delgadas y ojerosas como la top Kate Moss.

Ante el poco cuidado por la estética la industria de la
cosmética lanza al mercado productos que prometen un
aspecto natural: brillos translúcidos, mascaras
transparentes, hidratantes que unifican el color, etc. Los
productos que más éxito tienen son los multiuso que
sirven para maquillar ojos, labios y pómulos.

A mediados de los noventa vuelve un pequeño revival de
los colores de los setenta y durante un par de temporadas las
cejas vuelven a llevarse muy depiladas y los párpados en
tonalidades pastel irisadas. Se utilizan recursos étnicos
en el maquillaje como la henna y el piercing se convierte casi en
una forma de cosmética. Las caras se siguen manteniendo en
tono natural ya que la conciencia por los efectos nocivos del sol
cada vez esta más latente.

En cuanto al cabello seguimos con las largas melenas de los
ochenta, sueltas y poco peinadas. Uno de los cortes más
imitados es el de la actriz Jennifer Aniston, de la serie
televisiva Friends. Corte ahuecado y escalado con algunos
mechones que enmarcan el rostro. Vuelve la influencia punk con
colores de pelo en tonos extremos y radicales. Algunos ejemplos
de cabellos imitados son Julia Roberts, Spice Girls…

·   Correcciones claras y oscuras.

·   Base en tono lo mas parecido al del color
natural de la piel, se puede subir el tono con polvo
bronceador.

·   Polvos translúcidos.

·   Delineación superior e inferior
del ojo desde la mitad hacia el exterior y difuminadas.

·   Sombras pastel nacaradas en forma de
arco.

·   Máscara de pestañas.

·   Cejas anchas y peinadas.

·   Boca brillo transparente.

·   Coloretes rosas, anaranjados y tierras
muy bien difuminados.

·   ACTUALIDAD

Hoy por hoy, el mundo de la cosmética ha evolucionado
hasta el punto de ser un negocio que emplea más de quince
mil empleos directos. Generando una industria que en muchos
países…Francia e Italia, por ejemplo… son parte
importante dentro de su economía.

La industria de la cosmética pinta bastante bien, sigue
atenta

Nuestros datos y lo
podrás comprobar:
– Genera 15.079 empleos directos.
– Contribuye con el 2,82 % del empleo y el
4,23 % de la producción industrial, el 4,85 % del valor
agregado por la industria y el 3,17 % de los sueldos y salarios.

– Exporta, principalmente, preparaciones de maquillaje,
incluidos antisolares y bronceadores (20 %); jabones de tocador
(18 %); champú, (13 %); capilares (13 %); perfumes (8 %).
Fuente: Dañe

La belleza en general, es una ciencia que se
reinventa sin cesar. Activos exclusivos, texturas
extraordinarias, acordes inéditos de colores. El
maquillaje lleva constantemente aún más lejos los
límites de la ciencia, de la tecnología y de la
creación.

Porque todas las mujeres son diferentes. Porque una mujer se
siente bien cuando se siente escuchada, comprendida y respetada.
Estudios e investigaciones
avanzadas que se han llevado a cabo en todo el mundo, han
permitido siempre conocer las necesidades de las mujeres.
Así cada una puede disponer de un ritual de belleza
personalizado para cada etapa de su vida. Ya que no todas tenemos
el mismo tipo o color de piel, de ojos, forma de la cara, el
maquillaje y todos sus productos se han creado para adaptarse a
cada mujer.

  • FACTORES QUE INFLUYEN EN UN MAQUILLAJE

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12
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