- El conflicto
- Herramientas
de comunicación del mediador - Proceso de
mediación - Actitudes de
fondo del mediador
Dentro del campo de la Teoría
del Conflicto y la
Negociación, existe una obra cuya crucial
importancia radica en el hecho de que nos prepara para saber
tomar una actitud
sensata, y a la vez prudente y equilibrada como intermediarios en
una situación de conflicto, que consiste en saber
evaluarla y evaluar como establecer los cimientos primarios, para
una negociación adecuada basada en el silencio como
estrategia para
deliberar y mejorar la
comunicación, pudiendo generar las bases para los
primeros consensos. Me refiero al excelente libro "EL
VALOR DEL
SILENCIO EN EL PROCESO DE
MEDIACIÓN: UN MEDIO PARA LA PAZ" de Miguel Armando
Garrido, que bien puede considerarse un clásico de
lectura
obligada que nos permite aprender a dilucidar todos los factores
a tomar cuenta no solamente para evitar que la sangre llegue al
río sino conseguir por todos los medios que
esta no corra.
Una obra de esta naturaleza,
más que un libro de texto
convencional, es todo un manual que debe
revisitarse para poder irlo
apreciando cada vez más y más. A
continuación, comentaremos algunas cosas claves que este
contiene, de manera coloquial y en ocasiones reproduciendo
textualmente algunos de sus párrafos de primordial
importancia. La pretensión de estas líneas,
consiste solamente en proveer una invitación a su
lectura.
La mediación viene a ser un trabajo fino
de comunicación persuasiva para la construcción de consensos entre las partes,
promovido por un sujeto o actor que actúa de manera
imparcial y absolutamente ética y
discreta.
Este libro de Miguel Garrido no aborda técnicas
concretas de carácter prospectivo para el análisis de conflictos en
base al establecimiento de posibles escenarios, pero da muy
buenas bases del proceso pragmático de la mediación
y su sustento teórico.
I. EL
CONFLICTO
"En toda relación interpersonal existen factores
externos susceptibles de crear tensiones o conflictos". De no ser
así, no existirían discrepancias o desacuerdos
entre las personas y los grupos humanos de
cualquier tipo. Las iniciativas de todos los seres humanos
podrían siempre llevarse a cabo, todas tendrían
sentido y nadie discutiría ni tendría dudas u
objeciones.
"Cuando tomamos conciencia de que
existen factores externos a las personas, que pueden generar
tensiones o conflictos; nuestra atención se centra en los factores que lo
generaron y no en los temas o títulos que las partes
dieron al conflicto". Lo importante en un conflicto es distinguir
cómo es que se originó más que las
dimensiones que llegó alcanzar aunadas a las
justificaciones muy particulares de las partes, y de los actores
interesados en que no se resuelva.
"Los factores externos siempre se observan de una u otra
manera en el proceso de mediación". Esto conlleva a
entender que el valor fundamental del mediador es la
imparcialidad que se sabe acompañar de una buena dosis de
objetividad.
"La fuente de las tensiones y los conflictos tienen una
relación directa con el fenómeno de las
aspiraciones y de las necesidades". Para que se compliquen las
cosas debe de existir una situación que se salga de
control y no
existe conflicto que no se derive de un choque de intereses.
"Cuando una aspiración no es tenida en cuenta, eso
genera una subida de tensión.
Del mismo modo, cuando una necesidad se manifiesta y no es
tenida en cuenta eso provoca tensión". Los conflictos se
suelen dar cuando las aspiraciones y necesidades no son tomadas
-lo suficientemente- en cuenta.
"Los conflictos nacen de tensiones que no se han tomado en
serio ni a tiempo, o que
no se han sabido o podido solucionar bien". Es muy importante
entender que fue lo que generó al conflicto y qué
es lo que está permitiendo amenace con volverse
inmanejable.
"Ante tensiones o conflictos lo ideal es prevenirlos…
más que narrar las situaciones conflictivas, debe pensar
cómo las va a trabajar". Las reflexiones de un mediador
deben de privilegiar más la acción
que el análisis -en sí mismo- exhaustivo de los
hechos.
"…la naturaleza del conflicto no debe ser vista desde
una sola perspectiva, pues en ese caso funcionaremos
fragmentariamente, es decir sin ver la totalidad que envuelve al
conflicto". Desde el punto de vista jurídico
consistiría en especificar a quién le asiste la
razón o quién está autorizado para hacer tal
o cual cosa, pero muchas veces la solución de un conflicto
rebasa el ámbito de lo normativo. Aún dentro de lo
meramente legal, nos vemos obligados a sopesar y equilibrar tres
premisas:
1) Lo que no está
prohibido está expresamente permitido.
2) Donde las leyes no
distinguen no cabe distinguir.
3) La ignorancia de las leyes no
exime de su cabal cumplimiento.
"…observaremos el conflicto desde la perspectiva de una
mala comunicación entre los sujetos conflictuantes que
viven un proceso de mediación". El germen de los disensos,
cuando no se vislumbra en ellos una justificación visible,
se encuentra en una falta de comunicación, o bien en que
ésta no es clara y acumula cierto ruido.
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