¿Por qué casaron al vino? Una búsqueda desesperada por encontrar el camino correcto
- Introducción.
Objetivo - Tema de
preocupación - Arriesgando algunas
interpretaciones - ¿Qué
podemos hacer? - Quien escribe
- Un interesante
artículo
Someto a la consideración de los lectores este ensayo que
pretende cubrir un vacío que vengo observando en los
diversos temas que sobre el vino se desarrollan en el mundo.
Les agradezco de antemano la atención que dispensen al tema, el que por
la cuota de empirismo
aplicada no pretende ser sólo un ejercicio ergotista.
Aprovecho para decir que soy un asiduo visitante de
Monografías.com, la que ha aderezado muchas veces mi deseo
de análisis e investigación.
INTRODUCCIÓN
El vino es una bebida sobre la que casi todo está
dicho, sin embargo hay un aspecto que a mi entender constituye un
vacío que deberá ser tratado y ampliado por todos
aquellos que, reconociéndose como verdaderos consumidores
de esta ambrosía, están preocupados por su
devenir.
OBJETIVO
El presente trabajo busca
avivar el ánimo de los buenos productores, el de los
verdaderos consumidores y de todos aquellos que sabiéndose
conocedores de su problemática, no se han atrevido
aún a formular un cuestionamiento serio al statu quo en el
que parece estar el tema.
TEMA DE
PREOCUPACIÓN
En los últimos años, se viene observando una
"corriente" que tiende a privilegiar en el mundo, ya no el
deseo por saborear un buen vino, sino un
afán desagradable por asociar a este placer con una serie
de "exigencias" que van poco a poco instalándose en
la mente de los nuevos consumidores y marcando en ellos una mayor
preocupación por la copa a elegir; la manera de
sostenerla; la forma de la botella; La calidad del
corcho; el plato a elegir -maridaje-; etc. además de
presentarles al vino como un licor que parecería ya no
extraído del zumo de la uva, sino mas bien de la grosella;
el melocotón; la fresa; el limón; diversas flores y
especias y paro de
mencionar. Todo lo dicho y más acompañado de una
excluyente jerigonza como: estructurado, equilibrado; redondo;
complejo; varietal; blend; corte; etc. etc. etc.
Parece ser que un numero importante de bodegas; buenos
consumidores y entendidos en la materia, se
están dejado seducir por esta "corriente" y claudicando en
su verdadera lucha por defender el sabor del vino por lo que es y
no por lo que parece ser o por lo que se deba hacer.
En el ámbito de las reuniones; empresariales; sociales
y en una diversidad de foros, comienza a mostrarse como
desagradable la observancia de esta "parafernalia", la que a
estas alturas esta ya tan desbordada que empieza a lindar con la
"huachafería". No se si soy solo yo, pero me resulta
sumamente incomodo tener que observar a un numero cada vez mayor
de personas, tratando de cumplir escrupulosamente con estas
"exigencias", sea por esnobismo o para no sentirse un advenedizo
en dichas reuniones. Por convicción entiendo que cualquier
persona es
libre de hacer lo que mejor le parezca y si a muchos les gusta
guardar estos formalismos, pues que lo sigan haciendo. Lo que si
me parece mal, es que los verdaderamente entendidos en la materia
no digan nada y dejen que al amparo de esta
"parafernalia", se este perdiendo el verdadero espíritu
que encierra el consumo de
esta señera bebida y sumiendo en la "ignorancia" a un buen
número de bien intencionados nuevos consumidores, quienes
creyendo que esta es la forma de ingresar al mundo del vino la
privilegian dejando a un lado lo más importante, que es:
encontrar en el vino su verdadero sabor.
Un buen número de bodegas parecen estar encubriendo una
serie de deficiencias en sus procesos
productivos al resguardo de estas "exigencias", y empiezan ya a
afectar la calidad de sus vinos.
ARRIESGANDO ALGUNAS
INTERPRETACIONES
-Lo difícil que resulta buscar un sabor que identifique
a una cepa con su vino, es quizás lo que explicaría
la coyuntura por la que actualmente atraviesa en el mundo este
apreciable licor y pudiera haber provocado que esta preocupante
"corriente" tome la importancia de la que hoy goza. Muchos
expertos en la materia y/o buenos consumidores parecen haber
renunciado a trabajar en esa dirección y cautivados por el "boom
mediático", adoptan el "facilismo" de asociar el sabor del
vino con cualquier otra cosa menos con la cepa o cepas que le
dieron origen.
Reconocemos que la tarea es muy difícil y esta
reservada solo para aquellos que sean capaces de emprender con
constancia y dedicación una gran lucha en esa
dirección, pero sin dejarse influenciar por esta
"corriente" que solo pretende desviar nuestra atención
hacia aspectos tan accesorios como el de privilegiar en un vino
el sabor de la madera o el de
poner preferente atención a aspectos tan fútiles
como el de la forma de la copa. Imaginémonos por un
momento dirigir toda la atención de nuestros sentidos solo
a la búsqueda de un sabor exclusivo que identifique a una
uva con su vino, es ciertamente una tarea muy difícil pues
debe enfrentar no solo a la "parafernalia" impuesta sino a una
realidad química, que es la trasformación en
vino del jugo de la uva; siendo en este último producto en
donde el sabor del fruto marca su
derrotero, el que deberá prevalecer durante toda la
transformación.
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