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Biografías de los miembros de la dinastía Borbón, la Casa reinante de España (página 2)



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Mecenas cultural, amante del teatro, amiga de actores y
actrices, deportista, apasionada del baile, los toros y las
romerías, la infanta gozaba de un gran respeto y
cariño popular, y era realmente poquísimos quienes
se atrevían a hablar una palabra en contra de la venerable
infanta. Ya anciana, la infanta Isabel, percibía la nada
despreciable cantidad de 250.000 pesetas de parte del Estado, y
cierta vez, un parlamentario objetó que la vieja
señora cobraba demasiado. Un compañero, arrobado,
adujo: "¡Pero si siempre tiene su popular sonrisa en los
labios!". A lo que el primero respondió castizamente:
"Mire usted, si mi mujer dispusiera de esa cantidad, se
estaría riendo a carcajadas todo el año…". Cuando
se proclamó la II República y la Familia Real hubo
de partir al exilio, sólo a la infanta Isabel el Gobierno
le dio la posibilidad, si ése era su deseo, de quedarse en
España. Sin embargo, la infanta, que estaba enferma y
tenía casi 80 años, decidió irse.

Tan presumida y sociable que había sido, se
había transformado en una mujer agotada y triste. Estaba
paralítica y casi privada del uso de la palabra, debido a
una afección medular. A la estación de la capital
francesa llegó en camilla, y nadie la estaba esperando,
aunque toda la Familia Real se encontraba ya en París y
sin nada que hacer. La llevaron a una residencia de ancianos, en
el convento de La Asunción, en Auteuil, donde su estado se
fue agravando. Murió allí, el 23 de abril de 1931,
cinco días después de partir hacia el destierro. El
semanario Crónica le dedicó su portada con
este pie: "Era, indiscutiblemente, la figura de la Familia Real
más popular y querida en Madrid, por su espíritu
democrático y castizo". No pudo soportar vivir lejos de su
amado Madrid. Se la enterró, en solitario, sin pompa ni
ceremonia alguna, en el cementerio parisino del padre Lachaise.
Fue la primera que murió en el exilio y la última
que volvió: su cadáver regresó a
España 60 años más tarde, y lo enterraron en
el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, donde solía
pasar los veranos.

María de las Mercedes de
Borbón y Habsburgo, Infanta de España y Princesa de
Asturias

1880-1912

María de las Mercedes de Borbón y
Habsburgo, hija mayor de los reyes Alfonso XII y María
Cristina, nació en el Palacio Real de Madrid a las 8.20
horas de la noche del 11 de septiembre de 1880,
anunciándose el acontecimiento al pueblo mediante el izado
de una bandera blanca en el palacio y quince salvas de
artillería. La niña fue bautizada en la capilla del
palacio, en la ancestral pila de Santo Domingo de Guzmán,
tres días después, por el arzobispo de Toledo, y
sus padrinos fueron el Papa León XIII –representado
por el nuncio en España—y la reina Isabel II, su
abuela. Recibió una extensa lista de nombres: María
de las Mercedes Isabel María Teresa Cristina Alfonsa
Jacinta Ana Josefa Francisca Carolina Fernanda Filomena
María de Todos los Santos. Por entonces, la familia real
española se hallaba en una cuestión bastante
precaria en cuanto a la sucesión. La dinastía,
encarnada en Alfonso XIII y María Cristina, contaba con
apenas una heredera, la misma Mercedes, y sus tías Isabel,
Paz y Eulalia. Dos años después vendría al
mundo su hermana María Teresa, y en 1885 falleció
su padre, iniciándose la regencia de María Cristina
con María de las Mercedes como princesa de Asturias y
presunta heredera del trono. La reina regente se hallaba
embarazada y María de las Mercedes sería heredera
del trono hasta el nacimiento del primer hijo de Alfonso XIII, su
hermano, en 1907.

Como princesa con enormes posibilidades de reinar, la
reina regente deseaba para su hija un matrimonio conveniente,
pero tratado de conciliar los intereses dinásticos con la
felicidad de la infanta. María Cristina se dio a la tarea
de buscar un príncipe de sangre y apellido Borbón,
y su elección recayó en don Carlos de
Borbón, príncipe de las Dos Sicilias, heredero de
la rama borbónica que había reinado en las Dos
Sicilias hasta la unificación italiana en 1878.
Descendiente de los Reyes Católicos, de Juana I La Loca,
de Felipe V y Carlos III de España y de tres reyes de las
Dos Sicilias, joven, sano, fuerte y de agradable presencia, don
Carlos había sido formado en las filas de las Fuerzas
Armadas Españolas, llevaba apellido Borbón y
había sido premiado por su valor y capacidad militar. Una
de sus hijas, la condesa de Barcelona, contó muy
posteriormente: "Cuando papá pensó en casarse con
la princesa de Asturias, hubo muchos problemas, porque algunos
sacaron a relucir lo del "carlismo" de su padre, pero la reina
Cristina y Alfonso XIII, que estaban encantados con la idea, le
apoyaron".

La requerida ceremonia de Petición de mano se
realizó en el Palacio Real madrileño a mediados de
diciembre de 1900, y la noticia fue recibida con conformidad en
el parlamento, que dio su consentimiento al enlace. Se
concedió a la destronada reina Isabel II el honor de ser
madrina de la boda, pero, sintiéndose cansada y ya
bastante anciana, no pudo viajar desde París.

El casamiento fue impopular al principio, por algunos
disturbios populares que fueron fácilmente contenidos
cuando las tropas fueron enviadas a las calles de Madrid. Pese a
todos los conflictos que supusieron las celebraciones, hubo un
gran número de celebraciones esplendorosas, y la boda se
realizó el 14 de febrero de 1901. La pareja tuvo dos
hijos, el infante don Fernando y la infanta doña Isabel
Alfonsa, pero la muerte de la princesa de Asturias fue muy
prematura, y conmocionó a España entera. Le
sorprendió a los 24 años –el 17 de octubre de
1904— dando a luz a su única hija, Isabel Alfonsa.
El pueblo madrileño demostró en sus funerales un
gran cariño a la infortunada princesa. Su segundo hijo, el
infante don Fernando (que automáticamente pasó a
ser Príncipe de Asturias y primero en la sucesión
al trono español), fallecería un año
más tarde.

Don Alfonso de Borbón-Dos
Sicilias y Borbón, Infante Heredero de España,
Conde de Caserta

1907-1960

Fue el primer nieto de un abuelo al que no
conoció, el rey Alfonso XII, e "Infante heredero" y
primero en la línea sucesoria al trono español
desde la muerte de su madre, en 1904, hasta el nacimiento del
primogénito de Alfonso XIII, en 1907.

El hijo mayor de don Carlos, el infante Alfonso, fue una
figura poco relevante. En abril de 1936, luego de haber intentado
cortejar a su hermosa prima Isabel de Orleans-Braganza, el
infante contrajo matrimonio con la princesa Alicia de
Borbón-Parma. "A Alfonso –contó su hermana
María— que ya no era tan joven, le adjudicaron una
prima lejana que era hija del Duque de Parma. Fue a una
cacería en Austria y allí conoció a Alicia,
que era la hermana pequeña de la otra. Le gustó
más y dijo: «Pues con ésta es con la que me
caso». Y así fue".

Alicia María Teresa Francesca Luisa Pía
Anna Valeria de Borbón, princesa de Parma, nacida en Viena
el 13 de noviembre de 1917, era la séptima descendiente
del matrimonio conformado por el príncipe Elías de
Borbón, Duque de Parma y Piacenza (1880-1959) y la
archiduquesa María Ana de Austria (1882-1940). Fue una de
los 38 nietos del duque Roberto I de Parma, lo que la convierte
en prima hermana del rey Boris III de Bulgaria (muerto en 1943),
del archiduque Otto de Austria, del gran duque Juan de Luxemburgo
y del reconocido Carlos Hugo de Borbón Parma, divorciado
de Irene de Holanda. La madre de Alicia, María Ana de
Habsburgo, tataranieta de Carlos III de España y bisnieta
del emperador Leopoldo II de Austria, era prima hermana del rey
don Alfonso XIII, al ser hija de un hermano de la reina
María Cristina. Inexplicablemente, la princesa Alicia fue
la única de ocho hermanos que contrajo
matrimonio.

Doña Alicia procede de una rama de la Casa de
Borbón que había reinado en el territorio italiano
de Parma durante los siglos XVIII y XIX, y provenía de los
Capetos franceses a través de los Borbones
españoles. Alicia era descendiente del rey Felipe V de
España; de Luis I, rey de Etruria, y de Carlos III, Duque
de Parma y de la princesa Luisa de Francia. Decana de la
dinastía española, la infanta doña Alicia es
actualmente la última persona a la que el rey Alfonso XIII
le concedió el tratamiento de Infanta de España.
Junto a don Alfonso tuvo tres hijos, las princesas Teresa e
Inés de Borbón-Dos Sicilias, y el infante don
Carlos, actual duque de Calabria.

Ese título había sido heredado por Alfonso
a la muerte de un tío napolitano, en 1960, y por entonces
el infante se volvió atrás sobre la renuncia de su
padre y reclamó para sí la jefatura de la Casa Real
de las Dos Sicilias, dando lugar a no pocos disgustos y
disensiones en el seno de su familia, que han llegado a nuestros
días. Con su acción puso en duda la absoluta
certeza que don Carlos, su padre, siempre tuvo de su
españolidad y de la de sus hijos, y su convicción,
refrendada por el propio rey Alfonso XIII, de que él y su
familia eran príncipes españoles de pleno derecho y
no príncipes de las Dos Sicilias. Don Alfonso
falleció en Madrid el 3 de febrero de 1964 y fue enterrado
en el Escorial.

S.A.R. Don Carlos de Borbón-Dos
Sicilias y Borbón-Parma, Infante de España,
Príncipe de las Dos Sicilias y Duque de
Calabria

1938-

Realmente escasos son los españoles que saber que
el duque de Calabria, don Carlos de Borbón-Dos Sicilias, y
sus hijos ocupan, según la tradición
dinástica, el lugar inmediato de los hijos del rey Juan
Carlos en la sucesión de la corona española. Todo
ello se debe a las renuncias del príncipe Alfonso de
Asturias y del infante Jaime y las infantas Beatriz y
María Cristina (hijas de Alfonso XIII), así como la
de las infantas Pilar y Margarita (hermanas de Juan Carlos I),
acontecimientos que dejaron vía libre en la
sucesión a los descendientes de la hermana mayor del rey
Alfonso, María de las Mercedes, princesa de Asturias entre
1885 y 1904, abuela paterna del infante don Carlos.

Nació el 16 de enero de 1938 en Lausana, Suiza,
once días después que su primo hermano Juan Carlos.
Hijo de Alfonso de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria
(aquel "Infante heredero") y de la princesa Alicia de
Borbón-Parma. Al año siguiente a su nacimiento, la
familia se trasladó a España., donde el
príncipe asistió a la misma institución
educativa que fue elegida para el futuro rey Juan Carlos. El 3 de
febrero de 1964, en Viena, Austria, murió su padre el
infante don Alfonso, y desde entonces Carlos se convirtió
en Jefe de la Casa Real de la Dos Sicilias, ostentando el
título napolitano de Duque de Calabria. Desde entonces, y
en sus propias palabras, don Carlos se considera "depositario de
una tradición que procuro conservar con decoro, salvando
así su continuidad histórica".

En 1962, durante la boda de Juan Carlos y Sofía,
en Atenas, Carlos conoció a quien sería su futura
esposa, Ana de Orleáns, una belleza rubia de ojos
cautivantes que era Princesa de Francia. Su Alteza Real la
princesa Ana era una de los once hijos del Conde de París,
Enrique de Orleáns, y la princesa Isabel de Orleáns
e Bragança. Nació el 4 de diciembre de 1938 en
Woluwé-Saint-Pierre, Bélgica.

La pareja se casó el 11 de mayo de 1965 en la
Capilla Real de la dinastía francesa en Dreux, Francia. El
conde de Barcelona apadrinó el casamiento, y
concedió a su sobrino el Toisón de Oro, como
muestra de su especial afecto. Y es que, contrariamente a otros
familiares, don Carlos nunca se había mostrado dispuesto a
escándalos, llamadas de atención ni
excentricidades. Vivía entonces deliberadamente marginado
del foco de la atención pública, decidido, como su
mujer, a ser flanco de publicidades desmedidas. Muchos
españoles se asombraron de ver que, ostentando la
representación oficial de su primo Juan Carlos, el duque
de Calabria acudió al aeropuerto de Barajas a recibir a
algunos príncipes y jefes de Estado extranjeros invitados
a los actos de entronización del rey, en 1975.

Luego, a lo largo de los siguientes treinta años,
se lo ha visto en contados actos públicos, lo cual no deja
de asombrar a todos. Acertadamente, la periodista
Françoise Laot, especialista en temas de la realeza,
observó: "Verdaderamente, el duque de Calabria no es ni un
personaje oficial, pues no tiene casi empleo junto al rey, ni un
español como los demás… Pero, si llegara a ser
necesario para la corona, ¿se le ha ensalzado lo
suficiente?".

Por un Decreto Real del 16 de diciembre de 1994, el Rey
Juan Carlos I de España lo nombró Infante de
España. Carlos vive actualmente en Madrid, junto a su
familia. Tiene varias propiedades rurales en Toledo y Ciudad
Real, así como acciones en importantes
compañías como Repsol y Telefónica. El
Infante Carlos de Borbón es uno de los dos pretendientes
al trono del Reino de las Dos Sicilias junto con Carlos, Duque de
Castro. La disputa surge a raíz de que el abuelo del
Infante Carlos renunció a sus derechos al trono para poder
ser pretendiente al trono de España. Sin embargo ellos
aducen que la renuncia era potencial, y solo en caso de que se
accediera efectivamente al trono de España, cosa que no
sucedió.

De formación profesional financiera
(trabajó en el Chase Manhttan Bank, Banca Popular Peruana
y Banco Nacional de México, y fundó Consorcio
Hispano-Arábigo y Central Financiera de Expansión),
don Carlos es consejero y accionista de Grupo Dragados (10.000
acciones), Inmobiliaria Urbis (3.025 acciones), Cepsa (30.000
acciones), Viajes Marsans y de Sociedad Española del
Acumulador Tudor, entre otras empresas. Además, preside la
sociedad familiar Dehesa de la Higuera SA, que, con un capital
social de 60.101 euros, se dedica a la explotación y
cultivo de fincas rústicas. Don Carlos de
Borbón-Dos Sicilias también es presidente del Real
Consejo de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava,
Alcántara y Montesa.

Los Duques de Calabria han tenido cuatro hijas y un
hijo:

S.A.R. doña Cristina de
Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, Princesa de las Dos
Sicilias

Nacida en Madrid el 15 de marzo de 1966. Casada con el
español Pedro López-Quesada y Martínez
Urrutia. Su segundo hijo, Pedro López-Quesada y
Borbón-Dos Sicilias, nació en Madrid el 1 de
diciembre de 2003.

S.A.R. doña María de la
Paloma de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns, Princesa
de las Dos Sicilias, Archiduquesa de Austria

Nacida en Madrid el 5 de abril de 1967, es la segunda
hija del infante don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y de la
princesa Ana de Francia. La princesa María de la Paloma
contrajo matrimonio en la finca familiar de "La Toledana", Ciudad
Real, el 13 de julio de 1996, con el archiduque Simeón
(Carlos Eugenio José Leopoldo) de Austria, hijo tercero
del archiduque Rodolfo de Austria, y de la condesa Xenia
Tschernyschev-Besobrasow, y nieto de Carlos I, el último
soberano del imperio austro-húngaro, nacido el 29 de junio
de 1958. El archiduque Simeón es descendiente directo del
emperador del sacro imperio romano Carlos V, y del último
emperador austrohúngaro, Carlos I. A lo largo de los
siglos XIX y XX han sido frecuentes los enlaces matrimoniales
entre miembros de las dinastías Borbón de las Dos
Sicilias y Habsburgo de Austria.

El archiduque Rodolfo (nacido en 1919) fue el sexto hijo
del emperador Carlos I de Austria y la emperatriz Zita, princesa
de Borbón-Parma. En 1953 contrajo matrimonio en Nueva York
con la condesa rusa Xenia Tschernyschev-Besobrasow, que
falleció en un accidente de aviación en 1969. Una
de las hermanas de Simeón de Austria, la archiduquesa
Catalina, es una famosa historiadora y escritora de libros acerca
de las dinastías reales, dedicándose especialmente
a investigar la vida de las reinas de la Casa de
Austria.

La princesa María y el archiduque Simeón
han sido padres de cuatro hijos: el archiduque Johannes Rudolf
Antonio María (1997), el archiduque Ludwig Christian
Fransikus María (1998), la archiduquesa Isabelle Rocio
Maravillas Lourdes (2000) y la archiduquesa Carlotta
Adelaïde Teresa María (nacida en
2003).

S.A.R. don Pedro de Borbón-Dos
Sicilias y Orleáns, Príncipe Heredero de las Dos
Sicilias, Duque de Noto

Nacido en Madrid el 16 de octubre de 1968. El 30 de
marzo de 2001 contrajo matrimonio en la Capilla del Real Club
puerta de Hierro, Madrid, con la española Sofía
Landaluce Melgarejo, bisnieta de los duques de San Fernando de
Quiroga. Nueve años había tardado la pareja en
convencer a la familia de que ninguna ley de este mundo
podría impedir que su historia de amor acabara en
matrimonio. Nueve años de relación secreta
–todo para no contradecir las normas de la Real Casa de las
Dos Sicilias y del jefe de ésta, padre del príncipe
Pedro, que esperaba un matrimonio más principesco para su
primogénito.

El infante don Carlos es el depositario del legado
dinástico de los Borbones de Nápoles y, como tal,
debía defender la dinastía, las normas sucesorias
de la Casa Dos Sicilias. El duque de Noto, sin embargo, ingeniero
de Montes, impuso su amor, y se retiró a vivir a la finca
La Toledana con Sofía, en la provincia donde la
había conocido, en 1991, ya que el padre de Sofía,
Manuel Landaluce, explotaba en la comarca de las propiedades de
los Calabria una finca donde se caza perdiz y donde se organizan
monterías.

En ésta cultivaron trigo, cebada y olivos,
llegando, incluso, a instalar una piscifactoría. Ni un
escándalo, ni un mal tono. Sólo una sufrida y
ahogada pasión vivida en silencio y, lo más
importante, el nacimiento, en 1993, de Jaime, que fue inscrito
inmediatamente con los apellidos de Borbón Landaluce. La
fuerza de la sangre de un nieto que visitaba con frecuencia a sus
abuelos fue cerrando fisuras con los años entre los duques
de Calabria y el duque de Noto, hasta que, finalmente, el infante
don Carlos acabó por convencerse de que el abrazo de un
niño inocente no tiene por qué estar reñido
con el incumplimiento de las normas dinásticas.

En la ceremonia, oficiada por el sacerdote Marco
Álvarez de Toledo y Marone –nieto de la infanta
doña María Cristina-, actuaron como padrinos Manuel
Landaluce, padre de la novia, y la duquesa de Calabria, madre del
contrayente. La familia Real española estuvo representada
por el príncipe de Asturias, la infanta Elena, el duque de
Lugo, la infanta doña Margarita y su esposo, el duque de
Soria, con sus hijos. Firmaron como testigos por parte del novio:
don Felipe de Borbón, el duque de Calabria; sus hermanas,
las princesas María, Cristina, Victoria e Inés; sus
cuñados Pedro López Quesada y el archiduque
Simeón de Austria. Todos felices de que Pedro y
Sofía hubieran visto cumplido, al fin, el sueño de
casarse.

La actividad empresarial del príncipe don Pedro
Juan, con estudios de Ingeniería de Montes, se centra en
cuidar y administrar la extensa finca familiar, "La Toledana", en
la provincia de Ciudad Real, y en el campo de la
cinegética. Es administrador único de Perdicampo,
SL y Agrocinegética Borbón, SL, ambas domiciliadas
en Ciudad Real. Los duques de Noto, aparte del mencionado Jaime,
ha tenido dos hijos más, Juan (abril de 2003) y Pablo (28
de junio de 2004) de Borbón-Dos Sicilias y
Landaluce.

S.A.R. doña Inés de Borbón-Dos
Sicilias y Orleáns, Princesa de las Dos
Sicilias

Nacida en Madrid el 20 de abril de 1971. Contrajo
matrimonio el 15 de octubre de 2001 con el duque Michelle
Carrelli Palombi dei Marchese Raiano, perteneciente a la
aristocracia italiana, en la iglesia de Santa Leocadia, situada
al norte de Toledo, España.

Los reyes Juan Carlos y Sofía y el
Príncipe de Asturias actuaron como testigos del enlace, al
cual asistió también la Condesa de Parí
(abuela materna de la princesa Inés) y el duque de
Braganza. La princesa Inés y Michelle Palombi tuvieron dos
hijas, Teresa (6 de septiembre de 2003) y Bianca (2005), y
residen en Roma.

S.A.R. doña Victoria de Borbón-Dos
Sicilias y Orleáns, Princesa de las Dos
Sicilias

Encantadora y dueña de una sonrisa radiante, Su
Alteza Real la princesa Victoria de Borbón-Dos Sicilias y
Orleáns, hija menor del infante don Carlos de
Borbón y de la princesa doña Ana de Orleáns,
nació en Madrid el 24 de marzo de 1976.

Pese a su cercano parentesco, la prensa española
vio en esta rubia y hermosa princesa una perfecta para don
Felipe, Príncipe de Asturias. Heredera de la
simpatía y la bella sonrisa de su madre, el 27 de
septiembre de 2003 contrajo matrimonio en la radiante ciudad
manchega de Almagro (Ciudad Real), precisamente en la iglesia del
convento de la Asunción de Calatrava con el armador griego
Markos Nomikos. El enlace se celebró por los rituales
cristianos católico y ortodoxo –la confesión
religiosa del novio— y fue oficiada por el párroco
de pueblo Nuevo del Bullaque (la localidad en la que se encuentra
la finca La Toledana, propiedad del infante don Carlos) y el
metropolitano ortodoxo de España y Portugal,
Epifanias.

La princesa Victoria y Markos Nomikos han sido padres de
un niño, Anastasios (nacido en Atenas el 27 de mayo de
2005), y una niña, Anna Nomikos.

Isabel Alfonsa de Borbón y
Borbón-Dos Sicilias, Infanta de España y Princesa
de las Dos Sicilias

1904-1985

La infanta Isabel Alfonsa fue una mujer digna de su
ascendencia borbónica española. En extremo sencilla
y escasísima de recursos, pasó toda su vida
dedicándose a sus caridades y a la gestión de sus
tierras. Cuando, ya muy anciana, recibió la visita de
algunos de sus primos napolitanos, éstos encontraron una
anciana de la España profunda vestida de negro, en cuya
casa las gallinas se codeaban con recuerdos de familia de la casa
real. El recuerdo que de ella se guarda en Sevilla es
excelente.

La infanta doña Isabel Alfonsa era la hija del
Infante don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y de la Princesa
de Asturias, por tanto, era nieta de la reina María
Cristina, sobrina de Alfonso XIII, hermanastra de la Condesa de
Barcelona y tía carnal de Juan Carlos I. Infanta
queridísima y popular, su vida es especialmente
interesante. Nació en 1904 en el Palacio Real de Madrid,
con la fatalidad de que su madre murió en el parto y a
ella misma la dieron también por muerta. Se salvó
porque el rey Alfonso XIII se acercó, le puso los dedos en
la boca y exclamó: "¡Pero si está viva!".
Estas circunstancias tan dolorosas hicieron que toda la familia
se volcara en ella, por lo que vivió rodeada de
cariño y atenciones. Se convirtió en la nieta
preferida de la reina regente y en la sobrina predilecta del rey
Alfonso XIII.

Tras la muerte de la princesa Mercedes, el querido
cuñado de Alfonso XIII, el infante don Carlos
siguió viviendo en el palacio real madrileño con
sus hijos, Alfonso e Isabel Alfonsa bajo el cariño y el
amparo de su suegra, la reina María Cristina, la "Abuela
Bama" a la que adoraban. Ella los llamaba "Bela" y "Belito" y
para ellos hacía juegos de manos y de magia. Era curioso
para todos contemplar a aquella rígida reina regente de
España sentada en el suelo, moviendo los biombos y
santiguándose con los dedos de los pies ante las grandes
carcajadas de los niños.

En 1929, la muerte de la reina Cristina sumió en
un profundo luto a la familia real. Justamente para ese mismo
año se había fijado la boda de la infanta Isabel
Alfonsa con un pariente lejano suyo, el conde Juan Kanty de
Zamoyski, y, aunque con pocos ánimos, se decidió no
aplazar la ceremonia. La condesa de París nos da una
vívida descripción de aquel acontecimiento en sus
memorias: "El matrimonio tuvo lugar en la capilla de palacio.
Todas las damas españolas vestían traje de corte
blanco y oro, y las princesas extranjeras llevaban también
en su mayoría vestidos blancos, o de plata, con mantillas
blancas de hermoso encaje sostenidas por diademas. Todo era del
más bello efecto".

"En el Real Palacio de Madrid", comenzaba el acta
matrimonial, "a las 11.00 horas del día 9 del mes de marzo
de 1929, constituidos en la real capilla y en virtud del real
mandato para asistir a la celebración del concertado
matrimonio de Su Alteza Real la Serenísima Señora
Infanta doña Isabel Alfonsa de Borbón con Su
Excelencia el Conde don Juan Kanty de Zamoyski…" Los padrinos
fueron los Reyes. Alfonso XIII vestía uniforme de gala de
la Armada. La reina, vestido de tisú de plata con mantilla
blanca, diadema, collar y joyas de brillantes. Entre los
presentes estaban los hijos de los monarcas, entre ellos el joven
don Juan, padre del rey Juan Carlos, que por entonces
tenía dieciséis años. "Su Alteza iba
ataviada con un lindo vestido blanco y lucía el
valiosísimo manto de encaje que llevó el día
de su boda la reina doña Victoria y que perteneció
a la reina doña Isabel II…". Así describió
la prensa de 1929 la última boda real celebrada en
España antes del exilio. Debido a que la madre del rey
había fallecido hacía un mes, la corte estaba de
luto oficial y la boda tuvo menos brillo del previsto. El vestido
de la infanta estaba adornado con flores de azahar y llevaba el
manto de encaje que perteneció a su bisabuela, Isabel II.
No lucía ninguna joya. El novio vestía el uniforme
de maestrante de Sevilla con la banda de Carlos III. El banquete
nupcial se celebró en dos salones. Uno de ellos ocupado
por los reyes, los novios, los infantes y los familiares
más allegados al conde Zamoyski. El otro, por los
demás invitados hasta alcanzar el medio centenar, las
damas, los profesores y ayudantes. Los regalos fueron de lo
más variado, desde un automóvil –obsequio del
rey–, hasta la cartera del ministro de Justicia.

Isabel Alfonsa y el conde Zamoyski se marcharon a vivir
a Eslovaquia, donde fueron perseguidos y desposeídos de
todos sus bienes, primero por los nazis y después por los
soviéticos. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, la
pareja vivió temporalmente en el Principado de
Mónaco, donde el conde tomó el cargo de Ministro de
Relaciones Exteriores del príncipe Rainiero III.
Posteriormente, el matrimonio logró viajar a Sevilla
prácticamente sin nada, tras una azarosa huida llena de
peligros, con la ayuda del infante don Carlos.

El conde Zamoyski había invertido casi todos sus
bienes en un balneario checo y, tras una estrepitosa ruina, la
pareja hubo de establecerse en Sevilla bajo la protección
de don Carlos, que les compró allí la finca llamada
San José y Santa Elisa, a cuya explotación se
dedicaron carentes de otros medios económicos.
Allí, la infanta se dedicó al cuidado de sus hijos,
trabajando ella misma en una huerta situada en la carretera de
Carmona. Al poco tiempo de estar aquí, el matrimonio se
separó amistosamente, por el carácter
difícil del conde, aunque mientras vivió Isabel
Alfonsa le ayudó económicamente con gran
sacrificio. En Sevilla, doña Isabel vivió
años entregada a la oración y al trabajo, y
renunció a toda clase de privilegios. Esta circunstancia
convirtió a la infanta en una persona muy popular ya que
vestía como una mujer del pueblo y ella misma llevaba al
mercado en su "jeep" los cántaros de leche y los productos
de su huerta. Fue generosísima con los necesitados y con
muchas instituciones religiosas. Repartió joyas y dio
cuantiosas limosnas, mientras ella y sus hijos vivían en
la mayor austeridad. Además, participó de las
tradiciones de la ciudad y tuvo una gran devoción hacia la
Virgen de los Reyes, a cuya procesión
acompañó mientras pudo, y hacia la "Blanca Paloma",
a la que regaló un precioso broche de brillantes con el
escudo de Sevilla, que le había obsequiado la ciudad el
día de su boda.

Sobre su carácter austero y sencillo, Camilo
Olivares, canónigo de la Catedral de Sevilla, suele
relatar esta anécdota: "Una vez asistió entre la
multitud a la entrada de la Esperanza Macarena. Alguien
avisó al hermano mayor de que estaba allí e hizo
que dos hermanos se acercaran para que pudiera entrar en el
templo. Les abrió paso un guardia municipal y una
señora preguntó protestando quién era esa
mujer. El testigo presencial que me lo refirió le
aclaró que era la Infanta, con lo que la señora se
quedó más conforme y exclamó: ¡Tiene
que ser más humilde que la tierra, va peor vestida que
yo!".

Doña Isabel Alfonsa falleció en 1985 en el
Hospital del Aire, de Madrid, a consecuencia de una
complicación cardiaca, y fue sepultada en el
Pabellón de Infantes del Monasterio de San Lorenzo de El
Escorial. Isabel Alfonsa fue una princesa poco afortunada, tanto
en su matrimonio como en su vida. Uno de sus dos hijos varones
acabó trabajando, no de taxista, pero sí de
conductor de camiones en la base de Torrejón. Su
única hija, Teresa, bisnieta, como sus hermanos, de la
reina María Cristina, ingresó, en el otoño
de 1963, como monja de clausura en el convento de carmelitas
descalzas de La Aldehuela. Si Alfonso XIII no hubiera venido al
mundo, Isabel Alfonsa hubiera sido reina de
España.

Doña María Teresa de
Borbón y Habsburgo, Infanta de
España

1882-1906

No muy agraciada físicamente, pero inteligente y
dulce, la infanta María Teresa fue la segunda hija del rey
Alfonso XII y la reina María Cristina. Nació en
Madrid el 12 de noviembre de 1882 y en 1906, pocos meses antes
del enlace de su hermano pequeño Alfonso XIII con la
princesa Victoria Eugenia, se casó en la capilla del
Palacio Real de Madrid con su primo hermano el príncipe
Fernando de Baviera y Borbón, que era hijo de la infanta
doña Paz y nieto de la reina Isabel II de
España.

Con motivo de aquella boda, Madrid se vistió de
fiesta, celebrándose banquetes, cacerías,
excursiones y representaciones teatrales. El embajador
alemán, el barón von Radowitz, dio un gran banquete
con asistencia de todos los príncipes bávaros
emparentados con el príncipe Fernando, y que fue muy
comentado en la prensa española.

El enlace parece que había sido muy planeado
desde la infancia de ambos novios, según demuestra la
correspondencia entre las familias Borbón y Baviera. La
infanta doña Isabel, "La Chata", deseaba arreglar una boda
conveniente para su sobrina María Teresa. Según el
historiador español Juan Balansó, esta infanta, que
había vivido en la austera corte de su madre, la reina
regente María Cristina, como una crisálida no
tenía idea exacta de las diferencias entre hombre y mujer.
No era bonita, pero poseía unos ojos lánguidos y
cosía perfectamente. Era modesta y bondadosa.

A Isabel don Fernando –considerado el más
serio de los hermanos Baviera—le pareció el
candidato adecuado. No era ambicioso ni mujeriego, aunque se
decía que –de mediado intelecto—estaba
interesado únicamente en sus uniformes y en joyas, hasta
el punto de que algunas de sus tías le dejaban las suyas
como herencia. Ricardo Mateos ha escrito sobre el gusto de don
Fernando por las alhajas, diciendo que le asomaba "un deje de
feminidad que le daba un toque de distinción".
Además, don Fernando de Baviera había nacido en
Madrid, lo que hacía innecesaria su nacionalización
sino que simplemente tenía que optar por la nacionalidad
española que le correspondía por nacimiento.
Fernando de Baviera estudió en la Academia Militar de
Baviera y en la Universidad de Múnich, y posteriormente
cumplió servicio en la Escuela de Equitación
Militar de la capital bávara.

En todo caso, "La Chata" tomó nota y
escribió a su hermana doña Paz, residente en
Múnich: "Nuestra María Teresa vale mucho. Deseo que
sea muy feliz. Pero sería una pérdida si tuviese
que abandonar el país. Será muy difícil que
encuentre lo debido, pues son muy pocos con los que puede
contarse". La insistencia de doña Isabel surtió sus
efectos, y pocos después, en febrero de 1904, los Baviera,
al completo, llegaron en Madrid, para una planificada visita
familiar con vistas a organizar un matrimonio entre "Nando" y
Teresa. La infanta nunca había mirado a Nando más
que como a un primo hermano pequeño, y durante la visita a
Madrid ambos pudieron tratarse más a fondo.

La petición de mano tuvo lugar en octubre de
1905, y la noticia fue bien recibida por el pueblo
español. Don Fernando fue el primer príncipe de
Baviera a quien se concedió el rango de Infante de
España, y desde entonces fue un personaje sumamente
discreto y fiel a la corona española, negándose
incluso a ser sepultado en el mausoleo borbónico de El
Escorial mientras el rey Alfonso XIII –muerto en el exilio
en 1941—no volviese a España a ocupar su lugar en el
panteón de reyes.

Tras la boda, el matrimonio se instaló a vivir
algunos años en el Palacio Real de Madrid, lo cual fue
motivo de enorme alegría para el rey y la reina madre, que
podía tener cerca de su querida hermana e hija. Unido a
Alfonso XIII por una gran amistad y complicidad, don Fernando fue
enviado ese año a Copenhague, a representar a Alfonso en
los funerales del rey de Dinamarca, y ese fue el primero de sus
interesantes viajes oficiales en representación de la
corona. En 1907 el rey le envió a Estocolmo, a participar
del entierro del rey Oscar II de Suecia, y al mismo tiempo para
el bautizo del hijo mayor del príncipe heredero de
Alemania en Berlín. En mayo de 1908, don Fernando
representó a Alfonso XIII en un viaje oficial en la corte
de Nicolás II de Rusia. Por su parte, la infanta
María Terea llegó a ser una entrañable amiga
para la reina Victoria Eugenia.

En un lapso de seis años, nacieron los
príncipes Luis Alfonso, José Eugenio, Pilar y
María de las Mercedes de Baviera y Borbón, todos
ellos Infantes de España. Todos los hijos de María
Teresa y Nando nacieron en España, en la residencia que
habitaban en la Cuesta de la Vega, cerca del palacio real,
amueblada con objetos heredados del rey consorte Francisco. La
infanta falleció a los 30 años de edad luego de dar
a luz a la menor de sus hijas, el 23 de septiembre de 1912. Su
muerte fue un durísimo golpe para el rey Alfonso y
especialmente para la reina Victoria, que perdió a la
única amiga que había logrado hacer en su patria de
adopción. Tras la muerte, el viudo vivió
semienterrado con sus hijos en su hogar de Cuesta de la Vega y
durante algún siguió representando al rey hasta
sorprender a la corte anunciando su intención de casarse
nuevamente.

La mujer que había conquistado su corazón
se llamaba María Luisa de Silva y Fernández de
Henestrosa, una de las virtuosas damas de compañía
de la reina madre María Cristina. La mujer, catorce
años mayor que el infante viudo, carecía de
belleza, y era, según muchos, notablemente fea, pero don
Fernando se hallaba realmente enamorado. La elección de
Fernando no cayó bien al principio a la familia real, y a
la reina madre se le hizo realmente difícil aceptar que
una de las personas de su servicio sustituyera a su llorada hija.
Fue muy dura con su dama, pero Alfonso XIII le resarció
otorgándole con el tiempo el título de Infanta de
España. Fernando alegaba, y no sin razón, que la
estirpe nobiliaria de su mujer era superior a la de algunas casas
reales europeas. Doña María Luisa fue primera y
única persona no nacida en una casa real que
recibió el infantazgo y el rango de Alteza Real en
España, sin contar a Doña Letizia Ortiz Rocasolano,
la actual Princesa de Asturias. La boda se realizó en
1914, junto a la familia real compartieron los amargos
años de exilio, y el infante don Fernando falleció
en 1958, tres años después que su
mujer.

Luis Alfonso de Baviera y Borbón,
Infante de España

1906-1983

Alto y rubio como sus antepasados de Baviera, el hijo
mayor de la infanta doña María Teresa, Luis
Alfonso, vino al mundo en Madrid el 12 de diciembre de 1906,
siendo su madrina de bautismo la reina Victoria Eugenia.
Permaneció soltero toda su vida, y fue, según Juan
Balansó, un "hombre de pocas luces". Siendo general del
ejército español, el infante asistió en el
Palacio de La Zarzuela al acto de nombramiento del
príncipe Juan Carlos como "príncipe de
España" y sucesor de Francisco Franco. Cuando su
cuñada Marisol quedó viuda, la quisieron casar con
Luis Alfonso, pero el proyecto se frustró, y el infante
falleció en la misma ciudad que lo vio nacer, el 14 de
mayo de 1983 a los 77 años.

José Eugenio de Baviera y
Borbón, Infante de España

1909-1966

Nieto de Alfonso XII y la reina regente María
Cristina, el segundo hijo de la infanta María Teresa, el
príncipe don José Eugenio nació en Madrid el
26 de marzo de 1909, y, al igual que su hermano mayor, fue
apadrinado por la reina Victoria Eugenia.

Se cuenta que don José Eugenio tenía el
aspecto español de su padre –a la que perdió
cuando tenía cinco años de vida—y era el vivo
retrato de su abuelo Alfonso XII. Egresado de la Academia militar
española, se especializó en radiodifusión y
estuvo destinado en la Estación de Radio Militar en las
afueras de la capital española. Era un buen deportista en
su juventud, pero su afición principal fue la
música, algo que heredó de su abuelo el
príncipe Luis Fernando de Baviera y de su abuela la reina
María Cristina. No había concierto interesante en
Madrid al que no asistiese, y una de sus mayores ambiciones era
la de ser conocido como compositor. Escribió mucho de
música y fue un constante mecenas.

En 1933, se casó en Urrugne, cerca de San Juan de
Luz, Bajos Pirineos, Francia, con María de la
Asunción Solange ("Marisol") de Messía y de
Lesseps, la hija de veinte años del noble español
Fernando de Messía y Fitz-James Stuart, 12º conde de
Mora, 6º duque de Tamames, 3º duque de Galisteo, Grande
de España, sobrino de la emperatriz Eugenia de Francia.
José Eugenio conocía a Marisol de Messía
desde niño, ya que habían compartido juegos en
palacio. La razón era que la duquesa de Tamames, madre de
Marisol era íntima amiga de la reina Victoria Eugenia. Su
amistad continuó durante el exilio en Francia mientras en
España se iban sucediendo los gobiernos de la Segunda
República. En 1931, al proclamarse ésta, la
princesa Marisol abandonó España con su familia
camino de San Juan de Luz. Es en ese exilio cuando el infante
José Eugenio se enamoró de Marisol.

Debido al origen plebeyo de la novia, el infante
perdió para sí y su descendencia los derechos de
sucesión al trono de España. En 1935, don
José Eugenio estuvo presente en Roma en la boda de su gran
amigo y primo, el infante don Juan, con la princesa María
de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias, y tras la Guerra
Civil José Eugenio y su esposa regresaron a Madrid,
instalándose en una casa de la calle Orquendo, donde
nació su hija Teresa ("Tessa") en 1941. Alejado de la
mirada pública y viviendo sencillamente, a José
Eugenio le seguían gustando los conciertos, y disfrutaba
de reunirse con amigos y escuchar música. El infante, que
admiraba y respetaba al dictador Francisco Franco –quien, a
su vez, le tenía mucho cariño—llegó a
figurar en la lista de príncipes reales que pudieron haber
ocupado el trono de España tras la dictadura franquista.
Don José Eugenio se halló también presente
en los momentos claves de la vida del Conde de Barcelona y del
movimiento monárquico en España. Cuando
falleció accidentalmente el infante Alfonso (hijo
pequeño del conde), José Eugenio de Baviera estuvo
presente en la comitiva que llevó el cadáver del
adolescente al cementerio portugués de Cascais
acompañado por el rey de Italia, el duque de Braganza y el
infante Alfonso de Orleáns.

Don José Eugenio murió relativamente
joven, a los 57 años, luego de una severa neumonía.
Murió en la ciudad de Mentón, Niza, Francia, en
1966, y, como infante de España, debería haber sido
enterrado en el monasterio de El Escorial al lado de su madre,
pero se había negado a ser enterrado allí mientras
no hubiese de nuevo monarquía en España, por lo que
su tumba se encuentra en la cripta de la catedral de Nuestra
Señora de la Almudena de Madrid, donde se ha casado el
actual príncipe de Asturias. Doña Marisol de
Baviera falleció a los 83 años en Madrid el 30 de
noviembre de 2005.

El infante don José Eugenio y doña
Marisol de Messía fueron padres de tres varones y una
mujer:

Doña Cristina de Baviera y Messía,
Condesa de Odiel

Doña Cristina de Baviera y Messía,
nació en 1936 en la capital francesa y fue bautizada con
los nombres de María Cristina Paz Teresa Alfonsa Eugenia
Rita de Todos los Santos; a día de hoy doña
Cristina –bisnieta del rey don Alfonso XII de
España— es una exitosa pintora que expone en muchas
galerías. A sus 21 años se casó con don Juan
Manuel de Urquijo y Novales, licenciado en ciencias
económicas y ganadero. Por concesión de su madre,
doña Cristina ostenta el título de Condesa de
Odiel. Don Juan Manuel de Urquijo y Novales falleció en
Madrid el 9 de octubre de 2002.

Don Fernando de Baviera y
Messía

El segundo hijo del infante don José Eugenio, don
Fernando Juan Luis José María Santiago de Todos los
Santos de Baviera y Messía, nació en San Remo,
Italia, el 3 de abril de 1937. Nació en esa ciudad ya que
entonces sus padres se encontraban en la Villa que poseen en la
Costa Azul, llamada Villa Teba. Su padre no deseaba que Fernando
fuese francés por lo que hizo atravesar la frontera
franco-italiana a Marisol y quedarse en San Remo. Es actualmente
un gran aficionado a los automóviles y ha sido
concesionario de BMW en España a la vez que
vice-presidente de la Federación Internacional de
Automóviles. Cuando se le preguntó en cierta
ocasión porqué figuraba con la profesión de
agricultor, contestó: "Es que cuando empecé a
llevar las fincas de mi madre me di cuenta de que el no aplicar
la nueva tecnología a la agricultura estaba mermando la
capacidad de producción de las tierras, y entonces propuse
un nuevo sistema de riegos. Mi madre, aconsejada por su
administrador, desechó la iniciativa, y me dijo que me
dedicara a estudiar, que cuando acabara la carrera ya
tendría tiempo de ganar dinero. "No me hace falta acabar
la carrera para ganar dinero" le dije. Inmediatamente me
presenté en la casa Mercedes y les solté: "Soy la
persona que necesitan: hablo alemán y me encantan los
coches". Y así conseguí mi primer
empleo".

Se casó en Biarritz, Francia, el 14 de mayo de
1966 con la barcelonesa doña Sofía Cecilia de
Arquer y Aris, y tuvo una hija, doña Cristina de Baviera y
Arquer (1974).

Doña María Teresa de Baviera y
Messía

La tercera hija del infante es la más reconocida
en las esferas sociales madrileñas, y recibió el
nombre de su abuela, aunque le gusta que la llamen "Tessa". Se
cuenta que nació durante un apagón de luz, por lo
que los criados que atendían a doña Marisol
levantaban antorchas y velas alrededor del lecho donde
había nacido para ver su rostro. Fue una gran
compañera de la infancia de los desamparados Alfonso y
Gonzalo de Borbón-Dampierre, nietos de Alfonso XIII, y con
quienes solía pasar largas temporadas de juego y estudios
en el hogar de la reina Victoria Eugenia en Suiza. Tessa
de Baviera se ha dedicado a varias actividades, especialmente al
diseño de ropa y a la moda, y ha colaborado con diversos
medios de prensa escrita, por ejemplo, con la revista Semana, en
la que publicó una entrevista que le hizo a su tía
la Condesa de Barcelona en 1984. A los 22 años se
casó con don Alfonso Márquez y Patiño,
marqués de Castro y dueño de numerosas distinciones
nobiliarias y órdenes.

Alfonso Márquez y Tessa fueron muy amigos de los
príncipes de Mónaco. En cierta ocasión el
príncipe Rainiero III le dijo a Alfonso Márquez:
"Alfonso, me gustaría que aceptaras el cargo de
cónsul honorario de Mónaco en España. Es una
idea que desde hace tiempo tengo en mente. He estado buscando la
persona idónea y me gustaría que aceptaseis. Dada
nuestra amista y, bajo mi criterio, creo que sois tú y
Tessa las personas adecuadas para haceros cargo del Consulado".
Durante las estancias de Tessa y Alfonso en Mónaco, que
eran frecuentes, conocieron a mucha gente de Hollywood: actores
como George Hamilton y Sami Davis Jr., a David Niven y Gary
Cooper, todos amigos de la princesa Grace. Otros actores que
Tessa ha conocido son Dudley Moore, Kira Douglas, Liza Minnelli,
Robert Stack, Robert Redford, Joan Collins, Deborah Kerr y su
marido Peter Viertel. En Mónaco también ha conocido
a Harry Belafonte, Helmut Berger, Bella Darvi, Silvana Mangano,
la princesa Soraya, Christian Dior, Jean Cocteau, Henry
Kissinger… Cuando la princesa de Mónaco iba a Madrid con
motivo de celebraciones de la Cruz Roja, se alojaba en casa de la
princesa Marisol de Baviera.

Teresa de Baviera fue madre dos veces. Su primera hija,
Myrta Márquez y Baviera nació en 1965 y sus
padrinos fueron los entonces príncipes Juan Carlos y
Sofía. La hija menor de Tessa, Sonia Márquez y
Baviera, nació en 1969. Ambas se encuentran casadas y han
dado nietos de doña Teresa.

Don Luis Alfonso de Baviera y
Messía

Don Luis Alfonso Fernando María Santiago de Todos
los Santos de Baviera y Messía, nació en la casa
que sus padres ocupaban en la calle Oquendo de Madrid el 26 de
enero de 1942, y falleció el 4 de diciembre de 1966 en
accidente automovilístico en el Rallye Internacional
"Costa del Sol" , en el que participaba como copiloto del
francés Bernard Tramont, en la carretera nacional
Cádiz-Barcelona, en el punto conocido como
"Cantarriján", cerca de Almuñécar, Granada.
El coche cayó por un terraplén y Luis quedó
atrapado dentro. Se prendió fuego y no pudo salir con
vida. Fue inhumado en la cripta de la catedral de Nuestra
Señora de la Almudena.

Doña María de las Mercedes
de Baviera y Borbón, Infanta de
España

La tercera hija de la infanta María Teresa de
España y sobrina de Alfonso XIII, recibió el nombre
de María de las Mercedes, en recuerdo de su fallecida
tía la princesa de Asturias. Nació el 3 de octubre
de 1911 en Madrid, y fue una infanta que sintió toda su
vida una gran afición por las bellas artes, y sobre todo
por la poesía, escribió una gran cantidad de poemas
y hasta publicó un libro con sus trabajos.

A sus treinta y cinco años, en la capilla de
Ayete, de San Sebastián, en 1946, se casó con el
príncipe Irakli Bagration-Mukhransky, hijo del
príncipe Giorgi Alejandrovich Bagration-Mukhransky y de
Helene Sigismonovna Zlotnicky. Irakli ostentaba la
condición de Jefe de la antiquísima Casa Real de
Georgia desde 1957, como descendiente de los últimos reyes
de Georgia, una dinastía que reinó desde el
año 574. El príncipe Irakli era príncipe de
Kartli, príncipe hereditario de Mukhransky, y duque de los
Lasos.

Especialistas en dinastías reales tan
prestigiosos como Juan Balansó no consideraban la Casa de
Georgia como una de las casas reales del Este de
Europa.

Al respecto éste autor escribió:
"¿Cabe otorgar algún crédito a los Bagration
cuando claman descender nada menos que de un hermano de San
José?". En el siglo XII-XIII con la reina Thamar, que
reinó de 1184 a 1212, Georgia alcanza su apogeo. En 1799
el rey Jorge XII negoció un tratado con el emperador Pablo
I de Rusia y dos años después se anexionó
Georgia al imperio ruso. La familia desciende de Ambat,
príncipe de los bagrátidas en 314, antepasado de
Varaz-Tirots, virrey de Armenia (616-645), bisabuelo de Aschot
III (726-761), tronco de las líneas de los reyes de
Georgia, y de los reyes de Armenia (los últimos
extinguidos por línea de varón). Jorge I (996-1027)
unió los reinos de Abasgia e Iberia en el reino de
Georgia. Fue el antepasado de Bagrat V, rey de Georgia
(1360-1395) y rey de Imeritia (1360-1386).

El segundo hijo de éste, Constantino I
(1405-1412) fue el fundador de las dos líneas de Bagration
(reyes de Georgia, príncipes de Mukhransky), y reyes de
Imeritia, estos últimos representados por la familia
Bagration de Imeritia, Imeritinsky. De una de las ramas del
linaje de los Bagration, los Mukhransky-que reinaron en parte de
la actual Georgia. Los Bagration fueron una de las familias que
reinaron en parte del territorio de la actual Georgia. La
línea de Irakli era dueña de la provincia de
Mukhrani. Tenían unos parientes Bagration que sí
llegaron a ceñir la corona de Georgia y a principios del
siglo XIX se sometieron al zar. La familia no sólo
reconoció a los emperadores vecinos, sino que pasó
a confundirse con la nobleza rusa y sus miembros prestaron
servicios como ayas, chambelanes y otros cargos de la corte
zarista. Muchos consideraban el matrimonio de una princesa rusa
con un Bagration como morganático.

Por sobre todas las cosas, los Bagration afirman
descender en línea directa de un hermano de San
José y tío de Jesucristo, y que su
genealogía llega hasta el Rey bíblico David, aunque
sus orígenes probados se remontan "solo" al siglo VIII,
año 711. En el siglo XIX una princesa Bagration se tomaba
tan en serio esta pretensión que consideraba los oficios
del Viernes Santo como verdaderos funerales de familia. En 1783,
se firmó un tratado por medio del cuál, el Reino de
Georgia, conservando su autonomía y su antigua
Monarquía, quedaba bajo la protección del Imperio
de Rusia. En 1801 murió el Zar Gueorgui XII de Georgia, y
Alejandro I de Rusia, violando el tratado, anexó el Reino
en forma definitiva y la Dinastía de los Bagration
perdió el Trono. En 1921, tras la derrota de los
mencheviques, por los bolcheviques, la familia real escapó
al extranjero, pero en 1923 la nostalgia los hizo regresar. A su
regreso el gobierno les devolvió la casa familiar, pero
pronto comenzaron las opresiones y arrestos. Irakli venía
ya de dos matrimonios rotos, y se cuenta que se encargó de
hacer especialmente desgraciada a su tercera esposa. La
infanta Mercedes y el príncipe Irakli fueron padres de dos
príncipes:

Princesa María de la Paz
Bagration-Mukhranskaya y de Borbón

La princesa María de la Paz Victoria Tamara Elena
Antonietta Bagration-Mukhranskaya y de Borbón, nacida en
Madrid el 27 de junio de 1947, llamada por su padre S.A.R. la
princesa Mariam (o Miriam) Bagration, princesa de Georgia y
Mukhransky, fue la primera hija de la infanta doña
Mercedes de Baviera y el príncipe Irakli
Bragration.

La princesa Paz habla el georgiano. Le sorprendió
el golpe contra el presidente Zviad Gamsajurdia cuando se hallaba
de visita en Tiflis. Es médica estomatóloga de
profesión y, mientras vivió en España
ejerció en la Seguridad Social de Madrid, además de
tener abierta consulta privada. Siguió ejerciendo cuando
en 1995 decidió fijar su residencia en Tiflis, capital de
Georgia. Según se ha publicado, ella declaró: "A mi
ni me mueven intereses por ningún trono. Carezco de la
ambición que tienen los políticos. Prefiero ser
médico, que es mi vocación". En 1998 fue nombrada
por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España,
cónsul honoraria de España en Tiflis. En 2001 la
princesa fue el principal artífice de que dos empresarios
secuestrados en Georgia –Francisco Rodríguez y
José Antonio Tremiño- pudieran regresar sanos y
salvos. Así lo reconocieron las familias de éstos.
En efecto, sin la actuación de la princesa el desenlace de
ese secuestro se hubiera desarrollado de distinta manera. No
solamente fue valiosísima su ayuda, según las
esposas de los empresarios, sino que en los trece meses de
secuestro la princesa puso en peligro su integridad
física, viajando por la zona en un desesperado intento de
ponerse en contacto con los bandidos.

La Princesa María Paz contrajo primeras nupcias
en la iglesia de San Jerónimo el Real, de Madrid, y en el
Templo Bizantino Ortodoxo de Madrid con arreglo al rito
bizantino, el 24 de octubre de 1968 con don José Luis
Blanco y Briones (1935-1985). Casada en segundas nupcias con don
Tomás Ortiz y Valero, médico forense y psiquiatra.
La princesa tuvo dos hijos: doña María de las
Mercedes Tamara Blanco y Bagration-Mukhransky (nacida en
Madrid el 14 de octubre de 1969) y don Luis Alfonso Ortiz
y Bagration-Mukhransky (nacido en Madrid en
1983).

Príncipe Bagrat
Bagration-Mukhransky

Bagrat Juan María Bagration-Mukhransky, segundo y
último hijo de la infanta doña Mercedes de Baviera,
nieto de la infanta doña María Teresa, y sobrino
nieto del rey Alfonso XIII de España, nació en
Madrid el 12 de junio de 1949, y ostenta los títulos de
Príncipe Bagrat Bagration y Príncipe de Georgia y
de Mukhransky.

Contrajo matrimonio en la Iglesia de San Jerónimo
el Real, de Madrid, el 12 de noviembre de 1976 con doña
María del Carmen de Ulloa y Suelves, hija de don Gonzalo
María de Ulloa y Ramírez de Haro, décimo
marqués de Castro Serna, conde de Adanero. La boda del
príncipe Bagrat fue todo un acontecimiento en la
época. Asistieron los grandes duques Wladimir Kyrilovich y
Leonida de Rusia, los duques de Cádiz, y la infanta Pilar,
hermana del rey Juan Carlos I. El principe Bagrat tiene dos
hijos: el príncipe Juan Jorge Bagration-Mukhransky (nacido
en 1977) y la princesa Inés (nacida en
1980).

María del Pilar de Baviera y
Borbón, Infanta de España

Su Alteza Real, la princesa doña María del
Pilar Aldegunda Luitpolda María de la Paz Teresa Luisa
Fernanda Cristina Antonia Isidra Ramona Atocha María de
las Mercedes Simona de Rojas y de Todos los Santos de Baviera,
infanta de España desde el 26 de septiembre de 1914, fue
la tercera y última hija de la infanta María Teresa
(hermana del rey Alfonso XIII de España). Nació en
Madrid el 15 de septiembre de 1912 y falleció a los cinco
años de edad en esa ciudad el 9 de mayo de 1918 a
consecuencia de una meningitis. El nombre de Pilar le fue
impuesto como recuerdo de la tía de su madre, la infanta
Pilar, hija de Isabel II.

S.A.R. Don Gonzalo de Borbón
Dampierre (Duque de Aquitania)

1938-2000

Un familiar dijo de él que "es una persona que
sólo dice tonterías". Su madre lo abandonó
por un esposo italiano, y su padre era un ausente en su vida. Su
exiliado abuelo, el rey Alfonso XIII, no consideró a sus
nietos Alfonso y Gonzalo como miembros de la dinastía con
derechos sucesorios a la Corona española, ya que su padre
don Jaime, el infante sordomudo, había renunciado a la
sucesión allá por 1933. Por lo tanto, pese a los
muchos intentos por que los considerasen altezas reales e
Infantes de España, nunca lo fueron. Tampoco disfrutaron
ambos hermanos de una infancia feliz, debido al temprano divorcio
de sus padres. Don Jaime se volvió a casar con una
cantante prusiana, y la duquesa de Segovia, doña
Enmanuela, pasó por el altar con un empresario
milanés, mientras los dos niños eran confiados a
internados o vivían, esporádicamente, en la
residencia suiza de su abuela paterna, la reina Victoria Eugenia,
que sentía por ellos predilección, tal vez por
tratarse de sus nietos más desamparados.

Primo hermano del Rey Juan Carlos, don Gonzalo de
Borbón, segundo hijo del infante don Jaime de
Borbón y Battenberg y de la aristócrata
franco-italiana Vittoria Emmanuela de Dampierre, nació en
la ciudad de Roma el 5 de junio de 1937, justo un año
después de su hermano mayor, Alfonso, duque de
Cádiz, y a dos años de la boda de sus
padres.

Alfonso y Gonzalo, con el permiso del general Franco, se
instalaron en España en 1954. No dejaban de ser dos piezas
importantes en el ajedrez de la sucesión del
régimen. Algunos hicieron valer la condición de
Alfonso de ser el primogénito del infante don Jaime,
nacido antes que su hermano el conde de Barcelona. Si Alfonso
desaparecía soltero, su hermano Gonzalo se
convertiría, tras su padre, en el mayor de los Borbones.
La renuncia de don Jaime, argüían, había sido
engañosa y carecía de valor: un mero acto privado
en el seno de una familia de desterrados, sin trascendencia legal
ni dinásticamente legitima.

Gonzalo se instaló, junto a su hermano, en un
apartamento ubicado en la calle de Castelló, en Madrid.
Don Jaime se arrepintió de su renuncia, se tituló
jefe de la Casa Real, en sus ramas españolas y francesa, y
adoptó el título de Duque de Anjou. A su hijo menor
Gonzalo le agració con el de duque de Aquitania, que no
comenzó a utilizar sino hasta una década
después.

Gonzalo de Borbón Dampierre intentó
completar un par de carreras universitarias, pero acabó
ejerciendo como agente de Bolsa. En 1975, actuó como
testigo en el acto de aceptación por parte de su primo
Juan Carlos de la sucesión de Franco «a
título de Rey». En la década de los 80 hizo
irrupción, como un meteoro, en la vida de la jet nacional.
Entre sus íntimos causó cierto asombro, pues
siempre había llevado una existencia más bien
oscura, a la sombra de su hermano.

En 1982 se unió civilmente en México con
una bella madrileña, doña Carmen Harto Montealegre,
una divorciada encargada de las relaciones públicas de un
restaurante madrileño que había probado "de todo un
poco" en su vida: desde ser presentadora de televisión
hasta reportera, pasando por efímera esposa de un marino
mercante que la había hecho madre de un niño. A la
ceremonia de boda no asistió ningún miembro de la
familia, ni siquiera el hermano de Gonzalo, y el matrimonio, que
duró apenas dos meses, no fue inscrito siquiera en el
registro español: "No sesenta días, sino diez, son
suficientes para tener conciencia de un fracaso conyugal; a las
dos semanas de casarnos, ya le hablé a mi marido del
nuestro", confesó Carmen, que jamás fue invitada a
La Zarzuela.

Dos años más tarde, don Gonzalo se
casó por la iglesia con la valenciana Mercedes Licer,
modelo de profesión, y el matrimonio fue producto de un
fugaz ataque de pasión: don Gonzalo le pidió
matrimonio a la modelo el mismo día en que se conocieron.
Como en el caso anterior, ni su hermano ni sus familiares
asistieron al enlace, en la localidad de Olmedo. Y al año
justo llegó la separación oficial: mientras
Mercedes se encontraba de vacaciones en Venezuela, Gonzalo
desmantelaba la casa, y cuando la señora regresó a
su hogar se encontró únicamente con la
cama.

Estos avatares matrimoniales fueron seguidos con
interés por la prensa del corazón de la
época, que convirtió a don Gonzalo en uno de sus
protagonistas favoritos, sobre todo desde que en 1983
anunció, con bombos y platillos, la existencia de una hija
ilegítima, Estefanía de Borbón, nacida en
Miami en 1968, fruto de su relación con una norteamericana
dos veces divorciada, Sandra Lee Landry. Para entonces, era de
todos sabidos que el primo del rey era un cuarentón
enamorado, que bebía alcohol sin moderación y que
sus turbias amistades le llamaban "Gonzalón".

Contrariamente a su padre y a su hermano, don Gonzalo no
se mezcló directamente en cuestiones políticas
españolas ni recibió de Franco ningún
título nobiliario ni tratamiento especial. Se consideraba
"Alteza Real" por ser hijo de su padre, pero no así
Infante de España. Don Gonzalo era demasiado amigo de la
"dolce vita" y el holgazaneo como para entretenerse en otras
cosas que no fuesen sus amigos y amigas. Siempre con
discreción, eso sí, hasta que las tentadoras
ofertas de las exclusivas millonarias que le ofrecían las
revistas del corazón consiguieron que hiciese
pública la vida que hasta entonces había mantenido
secreta. Durante esos años, no quedó periodista en
España que no le acusase de traficar con su intimidad.
Entre sus más cercanos, causó cierto asombro, pues
Gonzalo había llevado siempre una existencia más
bien oscura, trabajando como empleado de una
compañía de bolsa norteamericana.

La falta de cautela, prudencia y reserva de Gonzalo de
Borbón Dampierre en su vida privada, que él
convirtió en alboroto público, contrastó
siempre con el silencio elegante que respecto a él
guardó la Casa Real, que se limitó a borrarlo de
sus listas de invitados, inclusos en los festejos más
íntimos y privados. "Es una lástima",
comentó azorado, "porque el día de Navidad nos
reuníamos en el palacio de Oriente toda la familia a la
mesa. Una vez conté los asistentes y éramos ciento
uno, por lo que no me pude contener y exclamé en voz alta:
¡Como los dálmatas!".

Después de una vida muy azarosa, finalmente, en
1992, don Gonzalo encontró su suerte en su tercera esposa,
Emanuela Pratolongo, una acaudalada y discreta mujer de negocios
genovesa, con quien desde entonces vivió una existencia
sosegada y feliz. Junto a ella asistió, tres años
más tarde, a la boda en Sevilla de la infanta Elena con
Jaime de Marichalar.

Poco antes de estabilizarse sentimentalmente, don
Gonzalo confesó con amargura a la prensa: "Me voy de
España, me voy del todo. Dejo mi casa, treinta años
de mi vida. Y voy a explicar por qué me voy. Porque tengo
una familia que es como si no existiese. Mi hermano Alfonso ha
muerto accidentalmente hace dos años, por razones que
quizá algún día se sabrán; ni a
mí, ni a mi pobre hermano nos han tratado bien. Y como no
soy una persona rencorosa, pues me voy, con mucha
amargura".

Durante la minoría de su sobrino Luis Alfonso
(único hijo superviviente de su hermano mayor Alfonso) don
Gonzalo actuó como "regente" para los legitimistas que en
Francia, y también en España, consideran que en su
rama dinástica recae la legitimidad dinástica, como
línea primogénita de la Casa de Borbón y le
llaman "Luis XX de Francia" y "Luis II de España". La
actuación de don Gonzalo en territorio galo fue, no sin
sorpresa de muchos, tan activa como tenaz. El 7 de abril de 1989,
don Gonzalo antepuso a su nombre el de Carlos, de manera que
quedó convertido en "Charles Goncalve de Frania, Duque de
Aquitania" y comenzó a presidir, junto a su anciana madre
(casada con un tal Sozzani) los escasos actos "legitimistas" en
Francia.

Sentada la cabeza, sin duda por la benéfica
influencia de su mujer, Gonzalo de Borbón Dampierre,
había dejado de interesar al gran público y ya
sólo interesaba a su grupito de leales. Aquejado de
leucemia, don Gonzalo falleció el 27 de mayo de 2000, en
Lausana (Suiza), ciudad en la que residía junto a su
tercera esposa desde hacía varios años. Antes de
morir, pidió ser enterrado en el monasterio de las
Descalzas Reales, de Madrid, junto a la tumba de su hermano
mayor, el duque de Cádiz, y así fue. Don Gonzalo no
tuvo descendencia con ninguna de sus tres consecutivas
esposas.

S. A. R. Doña María
Cristina de Borbón y Battenberg, Infanta de España,
Condesa Marone

Afable y sencilla, María Cristina de
Borbón y Battenberg era muy parecida físicamente a
su madre, la reina Victoria Eugenia. Vino al mundo a cinco
años de la boda de sus padres, en el Palacio Real de
Madrid, el 12 de diciembre de 1911 y fue la cuarta de los hijos
de Alfonso XIII. Recibió el nombre de su querida abuela,
la reina madre María Cristina.

Tras el exilio de la Familia Real a Italia, cursó
estudios en Roma. Cuando la joven y radiante reina Astrid de
Bélgica, de 30 años, falleció en un brutal
accidente de coche, en 1935, el destronado rey Alfonso XIII
llegó a pensar que podría casar a su Cristina con
el rey viudo, Leopoldo III. "¡Ni hablar!", le
respondió la infanta, "yo no quiero ser reina de
Bélgica, ni casarme con un viudo con tres hijos aunque, el
pobre, sea muy guapo y muy simpático".

En 1936, en Roma, la infanta doña Cristina
conoció por medio de su hermano, el Infante don Jaime, al
riquísimo conde Enrico Marone Cinzano, heredero de las
famosas bodegas turinesas que elaboran el conocidísimo
aperitivo "Cinzano". Un día de otoño de tres
años más tarde, Enrico Marone la llamó, la
invitó a jugar al golf y esa misma tarde le declaró
su amor y le pidió matrimonio. La rubia infanta
aceptó encantadísima, y le confió el
secreto, primero, a su madre, quien llamó por
teléfono al rey para darle la noticia. "Oye, gorda,
sé que hay un novio y que se quiere casar contigo. Dime
quién es", le dijo su padre. "Se trata de Enrico Marone",
le contestó la infanta. "¿A qué se dedica?",
le preguntó el monarca. "Es el "rey del vermut". Es el que
hace el Cinzano", le respondió Cristina. "¡Hombre,
menos mal!", exclamó el rey; "por lo menos, no
tendré que alimentarle".

Lo que la infanta no se atrevía a decir a su
padre que el tal Enrico Marone no era un hombre soltero.
"Está… casado", le explicó asustada la infanta.
"¿Pero qué dices?", le gritó el rey
levantándose del sillón. "Bueno… quiero decir que
es viudo", aclaró ella. "¿Tiene hijos?",
inquirió don Alfonso. "Sí… tres". El rey, medio
divertido, le dijo a su hija: "No quisiste ni oír de
casarte con el rey de Bélgica, que estaba en las mismas
circunstancias y que, además, es un rey de verdad, y,
ahora, me sales con que te vas a casar con éste". Alfonso
XIII tardó en aceptar la triste realidad, sabía que
su casamiento iba contra las leyes reales de matrimonio, pero
doña María Cristina estaba muy enamorada, y,
estigmatizada por la hemofilia, sería ya muy
difícil casarla con un príncipe regio.

El casamiento se casó el 10 de junio de 1940, en
la iglesia de San Camilo, en la capital italiana, pero casi no
hubo invitados, fue explícitamente una boda familiar. "A
mí me van a poner verde por dar el consentimiento", dijo
el rey. "Así que, comunicaré la boda, pero
dándola ya como celebrada. Lo único que te pido es
que no tengas un niño antes de los nueve meses porque
dirán que te tuviste que casar de penalti". La
infanta y Enrico Marone –nombrado Conde Marone por el rey
de Italia— tuvieron cuatro hijas, Victoria, Giovanna,
María Teresa y Anna Sandra. Hasta la muerte de su marido,
en 1968, la infanta tuvo residencias en Ginebra -cerca de su
madre, quien terminó sus días en Lausanna- y en
Turín. Luego residió preferentemente en
España, junto a sus hijas.

La infanta retornó a España en el
año 1947 desde Lisboa, donde, junto a su hermano Jaime,
asistió a la Primera Comunión de su sobrino Juan
Carlos, el actual rey de España, y desde aquella memorable
fecha fueron numerosas las veces en que la distinguida infanta
volvió a su tierra natal, especialmente a su amada
Cataluña.

Tanto en el exilio italiano, como en España, con
la vuelta de la monarquía, la infanta María
Cristina desarrolló una intensa labor asistencial,
presidiendo varias instituciones benéficas y colaborando
con muchas otras obras de ayuda social. Doña María
Cristina era Dama del Real Cuerpo Colegiado de Hijosdalgo de la
Nobleza de Madrid, y desde 1979, hasta julio de 1983, fue
presidenta de la Junta de Damas de la Asociación de Lucha
contra el Cáncer. La infanta fue también, y hasta
su muerte, presidenta de honor de la Fundación Götze,
de Madrid, dedicada al cuidado de niños deficientes. Era
conocido su compromiso personal con esas tareas, llegando a
resolver por activas gestiones personales varias situaciones de
verdadera angustia para jóvenes minusválidos de los
que se ocupaba la fundación. Jugadora de bridge de alto
nivel competitivo pese a sus 85 años, su
participación entusiasta y sin protocolo en torneos de
todos los clubes madrileños era habitual desde hace
años. La competición navideña que llevaba su
nombre había sido aplazada este año, oficialmente
por motivo de obras en la casa-club de Puerta de
Hierro.

La hermana del conde de Barcelona compartía con
él y con su sobrino Juan Carlos una personalidad llana,
abierta, proclive a acercarse al pueblo y a escuchar a la gente.
En sus últimos años, regresando junto a sus hijas a
su amada España -esta vez, en Comillas- en la que
había vivido sus vacaciones de infancia en el Palacio de
la Magdalena, doña Cristina había sabido recuperar,
con su bienhumorada y accesible personalidad, con su respaldo a
actos culturales y su presencia diaria en la vida de los valles
occidentales, la relación directa y privilegiada de la
familia real con la Montaña, cuyo recuerdo había
perdurado durante más de medio siglo de ausencia. La
infanta falleció en 1996 en Madrid, tras un paro cardiaco,
cuando la familia festejaba el cumpleaños de la condesa de
Barcelona, su cuñada. En una villa cántabra,
Cabezón de la Sal, se proclamaron tres días de luto
oficial por la muerte de su alcaldesa de honor.

Donna
Victoria Marone Cinzano y de Borbón

Primogénita de la infanta doña María
Cristina de Borbón y Battenberg y prima hermana del rey
don Juan Carlos I de España, doña Victoria Marone
nació en Turín (Italia), en el palacio que sus
padres poseían en la vía de Vincenso Vela, el 5 de
marzo de 1941. Fue bautizada con el nombre de Victoria en honor
de su abuela, la reina Victoria Eugenia, que la amadrinó,
en la Parroquia de los Santos Ángeles de Roma. En 1960 se
comprometió en matrimonio con el joven español
José Carlos Álvarez de Toledo y Gross, hijo de don
Joaquín Álvarez de Toledo y Mencos, 8º Conde
de Villapaterna, y de Julia Gross y Loring. La boda se
realizó el 12 de enero de 1961 en Ginebra, Suiza, ciudad
en la que los padres de Victoria poseían una
magnífica residencia en la calle Toppfer.

El esposo de doña Victoria nació en
Tánger en 1929, y era entonces el heredero de los condes
de Villapaterna, pertenecientes a una familia de rancio abolengo
español, y en cuyo árbol genealógico cuentan
con un sinfín de condes, duques, marqueses y grandes de
España. El título de Conde de Villapaterna,
heredado por don José, había sido creado por el rey
Fernando VI el 16 de enero de 1746 para don Antonio de Pando y
Bringas, quien era por entonces ministerio de Hacienda y fue
antepasado de don José. La pareja tuvo cuatro hijos:
Victoria Eugenia, Francisco de Borja, Marco y Gonzalo. Una de las
nietas de doña Victoria Marone, la jovencita Carla
Codorniú y Álvarez de Toledo, actuó de dama
de honor en la boda de los príncipes Felipe y Letizia en
Madrid, en mayo de 2004.

Beatriz de Borbón y Battenberg,
Infanta de España y Princesa di Civitella
Cessi

La vida de la infanta Beatriz, vivo retrato de su abuela, la
reina María Cristina, fue todo lo feliz que el exilio le
permitió, ya que, como reconoció en el transcurso
de una entrevista, "mi corazón se quedó en
España". Perdió un hijo, a su marido, a sus padres,
a todos sus hermanos –algunos en circunstancias
terribles—, pero hasta el último momento la infanta
mantuvo que Dios había sido muy bueno y fiel con ella y su
familia, y que pese a todo ella y los suyos había tenido
una vida feliz: "Hay muchísimas personas", confesó
la infanta, "que han pasado por las mismas desgracias y no han
tenido, en cambio, las alegrías que he tenido y tengo con
el cariño y el cuidado de los míos, que me hacen la
vida más fácil. Además, yo no espero nada, y
aprovecho y disfruto cualquier cosa agradable, inesperada…
Necesito muy poco para ser feliz. Además, yo no valgo
nada… Muchas veces pienso que he hecho muy poco por los
demás, aunque, eso sí, creo que nunca he hecho
daño a nadie… ¡Pero eso no es suficiente!

Doña Beatriz fue la primera hija mujer de los reyes
Alfonso XIII y Victoria Eugenia, y recibió el nombre de su
abuela materna, Beatriz, tras su nacimiento en el Palacio de La
Granja de San Ildefonso (Segovia) el 22 de junio de 1909.

Doña Beatriz nunca olvidó la última noche
en España cuando, abandonados por el propio rey, que se
había marchado en la tarde del día 14 ("me han
garantizado que a vosotros no os pasará nada", dijo el
rey) estuvieron toda la noche todos reunidos en el dormitorio de
su madre la reina, dormitorio que daba a la calle de
Bailén, oyendo cómo los manifestantes gritaban
contra Alfonso XIII. El día 15 abandonaron Madrid en tren
hacia la frontera llevando, cada uno, una maletita con lo
indispensable. "Mamá nos dijo a mi hermana Crista y a
mí que no convenía que pensaran que nos
llevábamos cosas, y que sólo podíamos llevar
una maleta cada una…", confesó en una de sus
últimas entrevistas. Y concluyó: "Yo llené
la mía con mis fotografías… Por desgracia, cuando
se quemó mi casa, mi hija Sandra, que casi se jugó
la vida intentando que no se quemara mi colección,
sólo pudo salvar dos álbumes de antes del
año 1931…".

Aquel, según sus palabras, fue "un sufrimiento
horrible, porque nos dolía mucho pensar que los
españoles no nos querían como nosotros a ellos.
Además, dejábamos atrás todo: país,
afectos, amigos…". El primero hogar romano fue la Villa Tita
Ruffo; después el gran hotel donde muriera Alfonso XIII.
El palacio de Torlonia, donde ha fallecido la infanta, fue su
tercer hogar romano desde que la Familia Real española
abandonara el país.

Ya en el exilio, afectó profundamente a la infanta la
separación, de hecho, de sus padres. Y un año
después, en 1934, la terrible tragedia de que fue
protagonista en Pretschah (Austria), donde Alfonso XIII veraneaba
con sus hijos. Regresaban Doña Beatriz y su hermano menor,
Gonzalo, de un paseo en automóvil. La aparición
súbita de un ciclista obligó a un giro brusco y un
topetazo, del que la infanta salió ilesa, pero que
costó la vida al adolescente hemofílico. Al
día siguiente, víctima de una hemorragia interna,
murió el infante Gonzalo, a sus 19 años, en la
tristeza de una casa de alquiler austriaca. Aquella fatal
experiencia pesaría siempre dolorosamente en su
ánimo.

Al igual que su hermana la infanta María Cristina,
Beatriz de Borbón y Battenberg vivió su juventud
estigmatizada por la hemofilia que padecieron sus hermanos
Alfonso y Gonzalo y que ella podía portar
—probablemente la transmitió a uno de sus
nietos—. Tan notorio era su problema que cuando el general
Primo de Rivera supo que su hijo Miguel la cortejaba a caballo
cerca del Puente de los Franceses lo mandó a
América.

La víspera de su boda con Alessandro Torlonia -a la que
no asistieron ni su madre ni su hermano Alfonso- los Reyes de
Italia dieron un baile en el que se conocieron Don Juan y
Doña María de las Mercedes. Y en su palacio romano
en el que ayer falleció vivían los Condes de
Barcelona cuando nació Don Juan Carlos. Como tantos
españoles del exilio Doña Beatriz rehízo su
vida en Italia y escogió vivir allí hasta el fin de
sus días, con la añoranza de la patria perdida por
la ruptura que había representado el destierro. Para
Alfonso XIII no fue fácil casar a sus hijas, sobre las que
pesaba la sombra de la hemofilia. "Ninguna Casa Real reinante de
aquella época estaba dispuesta a jugarse el porvenir
enviando a uno de sus vástagos a pedir la mano de una de
las dos", como recogió Juan Balansó en su obra
sobre la Familia Real. Hasta que apareció el banquero
Torlonia.

En 1935, cuando la Familia Real española llevaba ya
cuatro años exiliada, tras la proclamación de la II
República, la infanta doña Beatriz se casó
en Roma con un corpulento, fornido y apuesto que le había
"sorbido el seso" como dicen los españoles. Se trataba del
aristócrata italiano Alessandro Torlonia, príncipe
de Civitella Cesi, que pese a su rimbombante título no
pertenecía al círculo de la realeza, sino al de la
nobleza romana, como miembro de una familia de banqueros. Alfonso
XIII se hizo de rogar para conceder la mano de su hija al
acaudalado romano, pero finalmente lo hizo cuando se
convenció de que su adorada hija no tenía otros
pretendientes mejores. El consorte era hijo del príncipe
don Marino Torlonia, IV Príncipe di Civitella-Cesi y de la
estadounidense Maryelsie Moore. Su madre era hija de Charles
Arthur Moore, un acaudalado hombre de negocios de Connecticut y
de Kate Campbell, miembros de la alta sociedad de los Estados
Unidos. Su madre había sido objeto de varias historias de
la alta sociedad europea. Don Alessandro nació y
murió en el Palazzo Torlonia, situado en el corazón
de Roma. Al igual que haría años más tarde
su hermana Cristina, Beatriz hizo una expresa renuncia a la
sucesión dinástica que quedó plasmada en las
capitulaciones matrimoniales.

Partes: 1, 2, 3
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