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Historia de la música en la filosofía (página 2)



Partes: 1, 2, 3

1.2. Formulación del problema.

¿Qué relación guarda la música con
el mundo de la filosofía?

1.3. Objetivos de la investigación.

1.3.1. Objetivo general.

Exponer el proceso y aporte de la música en la historia
de la filosofía para establecer su conexión directa
y determinar  su influencia en el hombre

1.3.2. Objetivos específicos.

  1. Presentar el contexto histórico de la música
    en cada época.
  2. Fundamentar el recorrido histórico de la
    música en la filosofía.
  3. Determinar las pautas y elementos que la filosofía
    le ha aportado a la música y verificar su incidencia de
    ésta en el hombre

1.4. Justificación del estudio.

Si se le pregunta a  un disk jockey, a un adolecente o a
un adulto qué tiene que ver  el mundo de la
filosofía en la música, seguramente diría
que la música no tiene que ver nada con la
filosofía; contestaría que la música es un
ritmo que tiene mensaje para la humanidad por medio de sus ritmos
y letras, de lo que se deduciría que la música no
es parte de la filosofía.

Este estudio filosófico ayudará a reconocer
cómo la música se ha considerado una fuerza tan
potente e influyente en la sociedad que filósofos y
políticos han abogado por su control, incluso a
través de las mismas constituciones nacionales. Este fue
el caso en Esparta y Atenas. En Japón, en el siglo
IIIa.C., se estableció una oficina imperial de
música, el Jagaku-ryo para controlar actividades
musicales. Otras culturas antiguas, como las de Egipto, India y
China manifestaron preocupaciones
similares.[1] Hoy, un control
legislativo o gubernamental de este tipo sería casi
inconcebible, pero incluso en este siglo, hay gobiernos que han
implementado leyes para controlar la música.

Muchas personas creen que la música es pura y
simplemente música, que no implica ningún problema,
por lo tanto, no requiere ninguna evaluación. ¿Por
qué la preocupación por la música?
¿Cuál es el problema? Para los antiguos, las
respuestas eran claras. Creían que la música
afectaba directamente la voluntad, la que a su vez influía
sobre el carácter, por ende, sobre la conducta humana.

Así, por ejemplo, Aristóteles enseña que
"la música imita directamente, es decir, representa las
pasiones o estados del alma – apacibilidad, enojo, valor,
templanza, y sus opuestos y otras cualidades; por lo tanto,
cuando se escucha música que imita cierta pasión,
se es imbuido por la misma
pasión".
[2]

La música es para muchos la forma práctica de
expresar sus sentimientos y de enlazarlos con acontecimientos
cotidianos experimentando sensaciones de placer o desagrado. Para
otros simplemente aparece o desaparece en momentos oportunos,
pero cuantos se preguntan la influencia de lo que escuchan en su
forma de actuar, cuantos se preguntan la profunda relación
que manifiestan tales sonidos con el cambio de su pensamiento. La
música conduce ha filosofar y se presenta como parte de la
propia naturaleza como una necesidad de expresar lo que siente y
piensa,  lo ha demostrado el hombre a través de la
historia y de la búsqueda de la civilización.

De allí que este trabajo monográfico, presentado
bajo la licencia de algunos filósofos a través de
la historia, tiene su importancia en la medida en que incida en
el comportamiento de toda persona que en su libertad permite ser
conducido por la música; y en la medida en que provoque
reflexión o ejercicio filosófico en la misma.

Lo dicho representa la razón de ser por la que se
realiza esta investigación, con la intención de
determinar qué tiene que ver la música con el mundo
de la filosofía.

CAPÍTULO II

2.0. HISTORIA DE LA
MÚSICA

Aunque el origen de la música sigue siendo un misterio,
acentuado aún por la ausencia total de melodías de
las épocas primitivas, los testimonios hallados en
diversas artes, como la escultura y la arquitectura, prueban, de
modo alguno, el desarrollo alcanzando por el arte sonoro desde
tiempos remotísimos.

La música siempre ha desempeñado un papel
importante en el aprendizaje, pudiendo llegar a influir en
costumbres y emociones. En muchas ocasiones la música
forma parte de la tradición de un país o de una
región, es así que en la Edad Media, el
Renacimiento, el barroco, el romanticismo, el clasicismo,
época contemporánea y moderna, la música se
convierte en verdadera protagonista, pudiendo serlo
también los propios intérpretes o sus mismos
autores.[3]

  El objetivo de este capítulo se centra en
precisar etimológica y conceptualmente la
definición y los elementos de la música,
igualmente, presentar su desarrollo histórico.

2.1.  Etimología y definición.

El origen etimológico del concepto proviene del
término musa, que en el griego antiguo alude un
grupo de personajes míticos femeninos, que inspiraban a
los artistas. Las musas tenían la misión de
entretener a los dioses bajo la dirección de Apolo.
Precisamente, Apolo era el jefe de las musas; él las
dirigía para que entretuvieran a los dioses en las
comidas.[4]

Las definiciones parten desde el seno de una cultura, y
así, el sentido de las expresiones musicales se ve
afectado por cuestiones psicológicas, sociales, culturales
e históricas. De esta forma surgen múltiples y
diversas definiciones que pueden ser válidas al momento de
expresarse lo que se entiende por música.

a.      Combinación de sonidos
agradables al oído.

b.      Arte de combinar los sonidos
de la voz humana o de instrumentos.  Composición
musical.

c.      Arte de combinar los sonidos
y los silencios, a lo largo de un tiempo, produciendo una
secuencia sonora que transmite sensaciones agradables al
oído mediante las cuales se pretende expresar o comunicar
un estado del
espíritu.[5]

2.2.
Elementos.[6]

La música tiene cuatro elementos  esenciales: el
ritmo, la melodía, la armonía, el timbre. Estos
cuatro elementos constituyen los materiales del compositor.
Trabaja con ellos de igual manera que cualquier artesano con los
suyos. Desde el punto de vista del oyente, tiene un solo valor
limitado, pues ese oyente rara vez se da cuenta de cualquiera de
ellos separadamente.

a. El ritmo.[7]

Se refiere a la pauta de repetición a intervalos
regulares y en ciertas ocasiones irregulares de sonidos fuertes y
débiles en una composición. Obtenido de
"http://es.wikipedia.org/wiki/Ritmo"

b. La melodía.[8]

Una melodía es una sucesión coherente de sonidos
y silencios que se desenvuelve en una secuencia lineal y que
tiene una identidad y significado propio dentro de un entorno
sonoro particular.

c. La armonía.[9]

Es un sistema musical basado en la organización y
coordinación entre sí de sonidos
simultáneos.

e. El timbre.[10]

Es la cualidad del sonido que permite distinguir la misma nota
producida por dos instrumentos musicales diferentes.

2.3. Contexto socio histórico de la
música.[11]

La música ha acompañado al hombre desde los
albores de su existencia; pero, así como otras
manifestaciones artísticas, principalmente la pintura la
arquitectura, la escultura y la poesía, han llegado a
nosotros documentos, vestigios muy remotos, sin temor a la
exageración, podemos decir que poco ha quedado sobre la
referencia de la producción musical de los pueblos
antiguos.

La música ha sido en todo el tiempo la expresión
melódica del alma. Hay música que arrulla: las
canciones de cuna, los cantos infantiles, hay música que
inquieta, que hace meditar, la hay apasionada, llena de ternura.
Pero también hay música frívola que exalta
los sentimientos hacia lo vano y superficial.

Casi no hay un acto en la vida humana que no esta influenciado
por el mundo de la música, porque la vida misma es
música.

2.3.1. La música en la
prehistoria.[12]

En la prehistoria aparece la música en los rituales de
caza  y en las fiestas donde, alrededor del fuego, se
danzaba hasta el agotamiento.  La música está
basada principalmente en  ritmos  y  movimientos
que  imitan a los animales. El hombre primitivo encontraba
música en la naturaleza y en su propia voz. También
aprendió a valerse de rudimentarios objetos como huesos,
cañas, troncos, conchas. Para producir nuevos sonidos.

La primera noticia positiva de una práctica musical
proviene del país que está situado lo más
lejos de los límites europeos, es decir, China. La
tradición dice que ya tres mil años antes de
Jesucristo se había estructurado al sistema musical
más primitivo llamado Ling-Luen. Como la música
china, la india se remonta por lo menos hasta el tercer milenio
antes de Jesucristo; también los sumerios,
habitantes de Mesopotamia, conocieron, hacia finales de la edad
de piedra, arpas de siete y más piedras. A ellos se
atribuye la estrecha relación existente entre la
teoría de los números
astronómico-astrologíca y la música.

2.3.2. La música en la
antigüedad.[13]

Existen imágenes y escritos referidos a la
música que se remontan al 4000 a.C. La gente cantaba y
bailaba mucho antes de que se escribiese la música o
hubiera cualquier otro tipo de escritura. El ritmo y el canto son
elementos intrínsecos de la psiquis humana. Es decir los
habitantes de las cavernas cantaban a los dioses para asegurar
sus cosechas. Las antiguas civilizaciones estaban sometidas al
control de gobernantes que conocían el poder de la
música. Se han ganado batallas y comenzado revoluciones
gracias a la inspiración de la música.

La música en la antigüedad es aquella en la cual
las manifestaciones musicales del hombre consisten en la
exteriorización de sus sentimientos a través del
sonido emanado de su propia voz y con el fin de distinguirlo del
habla que utiliza para comunicarse con otros seres.

Los primeros instrumentos fueron los objetos o utensilios o el
mismo cuerpo del hombre que podían producir sonidos.

Los
instrumentos musicales primitivos se clasifican en:

1.      Autófonos. Aquellos
que producen sonidos por medio de la materia con que la que
están construidos.

2.      Membranófonos. Serie
de instrumentos más sencillos que los construidos por el
hombre. Tambores: hechos con una membrana tirante, sobre una nuez
de coco, un recipiente cualquiera o una verdadera y
auténtica caja de resonancia.

3.      Cordófonos. De cuerda:
el arpa.

4.      Aerófobos. El sonido
se origina en ellos por vibraciones de una columna de aire.

Uno de los primeros instrumentos: la flauta (en un principio
construida por un hueso con
agujeros).[14] Más adelante
aparecen los fenicios, que con su comercio internacional,
desarrollan la industria de las artes plásticas, pero en
ellos predominó el espíritu mercantil antes que lo
espiritual y artístico. La música no
pasó  de ser para ellos sino una plegaria y un rito.
En estas grandes naciones históricas, la música
desempeña esencialmente un acto religioso, reservado para
un grupo de indicados, llámense éstos sacerdotes,
brujos, vírgenes o levitas; su canto homofónico
estaba dirigido a la divinidad.

En cuanto a razones de orden científico, la
música no progresó porque era esencialmente
Auditiva, se trasmitía por tradición oral. Es decir
la música era muy pobre en Melodía y
Armonía. La música tuvo su iniciación
científica y artística con el surgimiento cultural
de Grecia. Esta dejó los templos para salir a los teatros,
a las escuelas y academias; dejó de ser homofónica
coral para presentarnos en la edad media como música
polifónica; es decir dejó de ser solo horizontal
para convertirse en vertical, con el dominio de la
armonía.[15]

Dentro de la antigüedad encontramos la cultura musical
griega que constituye el límite entre la música
primitiva y la música como arte autóctono. En
Grecia la música fue muy cultivada y la consideraban como
arte y en los otros pueblos consideraban la música como
auxiliar de la religión o para el baile.

 Los griegos dieron importancia a la música desde
el punto de vista educativo del carácter y como creadora
de la belleza; es por eso que tomó parte en la vida
social, y el músico alcanzó una posición muy
estimada.

Entre los muchos instrumentos usados por los griegos se
destacan la cítara y la lira, instrumentos de cuerda. En
Grecia, música y poesía eran dos artes
inseparables. La idea del poeta-músico fue idea griega.
Homero cantaba sus poemas acompañándose de la
lira.

Los griegos conocieron la Notación Musical hecha con
letras del alfabeto.  Es importante saber que los griegos
dieron también el sentido físico-matemático
al sistema musical. Pitágoras y Aristóteles fueron
los iniciadores de la Acústica musical. Grecia es
importante porque sus filósofos desarrollaron su
pensamiento y su filosofía para despertar facultades
creadoras del hombre con la música. 

2.3.3. La música en la Edad
Media[16]

Se caracteriza por las propuestas de dos grandes autores: san
Agustín y santo Tomás de Aquino, que representan
las etapas de inicio y término del proceso por el cual los
filósofos católicos de la Edad Media llegaron a un
acuerdo con la filosofía griega y armonizaron las
doctrinas de Platón y Aristóteles con sus
creencias. Ambos autores compartieron la ambivalencia tradicional
de la Iglesia Romana hacia el arte. Desconfiaban de él por
sus poderes sensuales creadores de adicción, su
énfasis en la belleza terrenal y sus persistentes
asociaciones con la cultura pagana. Pero a la vez los
atraía su excelencia intrínseca y su capacidad de
representar la belleza eterna.

Antes de san Agustín, nadie había elaborado una
teoría de la percepción musical, nadie había
indagado antes las operaciones de la mente con tan profunda
introspección sobre la forma en que recibe, procesa,
almacena, imagina y juzga la sensación musical.

San Agustín es sin duda una figura sobresaliente en la
filosofía de la música y posiblemente el observador
más agudo del proceso musical antes de los tiempos
modernos.

2.3.3.1. Música religiosa y
profana.[17]

Mientras en la Roma pagana decae el arte y la cultura, en las
catacumbas de la misma urbe, nace un espíritu nuevo, una
vida nueva en la ciencia y en el arte.

En las catacumbas, los cristianos se hallan ante un dilema
musical. Sentían la íntima necesidad de expresar
sus ideas mediante el canto y la música, pero al mismo
tiempo advertían que la música frívola que
oían por doquier, no podía utilizarse para expresar
sus ideas nobles, su ideal cristiano. La música no
murió y encontró en la Iglesia Católica y en
la religión el apoyo necesario para resurgir con
espíritu nuevo y de nuevas formas.

Las diversas forma musicales utilizadas en la liturgia
cristiana debieron enfrentar la existencia de textos y
melodías profanas que trataron de penetrar en los oficios
religiosos.

Los nuevos personajes dedicados a la disposición de
esta música fueron los juglares, músicos ambulantes
y plebeyos, que divertían en fiestas y castillos,

los trovadores. Pertenecían a la nobleza y eran
músicos y poetas que inventaban rimas y ritmos. Los
bardos. Antecesores de los trovadores que cantaban proezas de sus
héroes valiéndose del laúd. Los
ministeriles. Llamados verdaderos productores musicales,
administraban música y formaban corporaciones o gremios
dedicados a brindar espectáculos musicales.

Po los años 374-397 san Ambrosio reunió aquellos
himnos que debían ser aceptados en un credo "antifonario".
Nace así el "canto ambrosiano". Doscientos años
después, san Gregorio Magno (540-604) recopila himnos,
eliminando los que tenían origen popular o pagano, dando
nacimiento al canto gregoriano.

Este período termina con el saqueo que hicieron los
bárbaros y que trajo como consecuencia la
destrucción de muchos documentos, por ello hoy no es
posible reconstruir esta importante etapa de la historia de la
música.

Dentro de la música gregoriana la Iglesia tuvo su
propio lenguaje musical nacido de los cuatro dialectos musicales
que se impusieron: el milanés, el galiciano, el
mozárabe y el romano, pero en definitiva el que se impuso
fue el romano, si bien el canto ambrosiano ejerció una
poderosa influencia a fines del siglo IV, el canto gregoriano se
difundió a toda la Cristiandad casi dos siglos
después y marcó un trascendente camino en el
desarrollo de la Humanidad.

2.3.4. La música en el 
Renacimiento[18]

Renacimiento significa "volver a nacer". Más
detalladamente se entiende por Renacimiento el desarrollo
inusitado en todo campo, especialmente en las artes y en las
letras, por creer extinguidas estas actividades en la Edad
Media.

El amor por las obras de los grandes maestros de la
antigüedad se extendió poco a poco a todos los campos
y abarcó un desarrollo total de actividades
prácticas, artísticas, intelectuales. El
Renacimiento abarcó también la religión, la
filosofía, el comercio.

Es así que los humanistas hicieron conocer los grandes
tesoros artísticos, literarios y musicales de la antigua
Grecia y Roma y surgió el afán de igualar a los
maestros antiguos, aún superarlos, de ser posible;
prestaron toda ayuda económica a los artistas a fin de que
pudieran dedicarse de lleno a sus actividades, sin temor de verse
presionados por problemas económicos.

En este tiempo aparecieron hombres verdaderamente
extraordinarios, tales como Ottaviano de Petrucci, que en el
año 1500 fundó su primera tipografía musical
en Venecia, santo Tomas, Miguel Ángel, Leonardo de Vinci,
Rafael Bramante, Rubens, Dante, Petrarca, Shakespeare, Cervantes,
entre otros.

Después de la larga y relativamente estática
Edad Media, los años del Renacimiento trajeron una
explosión de fresca energía artística, un
período de secularización veloz, cambio social,
elevada movilidad y desarrollo tecnológico en campos como
la impresión musical y la fabricación de
instrumentos.

El estilo musical se hizo más personal y se
esparció rápidamente de país en país,
en especial por medio de los viajes de los compositores
holandeses, que llevaron su habilidad contrapuntística a
casi todas las cortes europeas. Pero el suelo más
fértil para su tarea lo hallaron en Italia, hogar
espiritual del  Renacimiento, donde las técnicas
flamencas se vincularon con una tradición floreciente de
canciones nativas y un repertorio soberbio de poesía
vernácula. Allí se desarrolló el madrigal
italiano durante varias generaciones de compositores dotados en
el más típico género musical del alto
Renacimiento.

El estilo musical renacentista fue el producto de una cantidad
de cambios significativos tanto en la técnica cuanto en
los valores. En tanto que la música medieval estaba
confinada a una gama bastante estrecha y se escribía para
voces iguales, los compositores del Renacimiento expandieron el
espacio musical usable a aproximadamente cuatro octavas. No
está claro qué es causa y qué es efecto,
pero se  pueden notar varias evoluciones relacionadas: la
delineación de partes vocales específicas (cantus,
altus, tenor, bassus) con escalas individuales, el surgimiento
del bajo como base de la estructura sonora y un concepto inicial
de la armonía, todavía bastante  primitivo,
pero expresado con una conciencia creciente de sonoridad y
acorde, con pasajes ocasionales restringidos al movimiento de
acordes, una voz de bajo menos melódica, que más se
movía por cuartas y quintas pero por grados y una
tendencia a la cadencia en los acordes sostenidos.

Dos ideas fueron tomando fuerza consciente en la teoría
renacentista.

1.      Los agrupamientos graduales
de los esquemas de escalas modales en los modos mayor y
menor.

2.      El reconocimiento de la
tríada como unidad vertical.

La música renacentista fue más una realidad que
un símbolo, pensada para que se la percibiera y disfrutara
por sí misma, apelando directamente a los sentidos y
expresiva del sentimiento humano.

2.3.5. La música en el
barroco[19]

Barroco es una palabra que sirve para calificar una corriente
artística dentro del campo de la pintura, de la escultura
y de la arquitectura. Fue introducido en el lenguaje musical con
deseo de unificar la terminología en el campo
artístico.

En el siglo XVII se nota que en el proceso de la música
instrumental sus protagonistas son el órgano, el clavijero
y el violín. Con la aparición de los instrumentos
musicales anotados, van desapareciendo otros, tales como las
violas de brazo, algunos instrumentos de viento. El laúd
disminuye mucho su importancia. Aparecen nuevos géneros
musicales: la suite, la sonata, el concierto. En la música
religiosa encontramos la oratoria, la cantata, la pasión,
y de ahí en adelante aparece un nuevo estilo la monodia,
acompañada por instrumentos.

El barroco es un largo período de desarrollo musical y
logros técnicos que alcanzó su cumbre con las obras
de J.S. Bach, Händel, Vivaldi, Telemann, Couperin y muchos
otros compositores talentosos.

La firme característica de la música barroca es
el bajo continuo, una combinación de una línea
instrumental baja (ejecutada por un cello, un contrabajo, un
fagot u otros instrumentos graves) y un acompañamiento de
acordes (en órgano, arpa o laúd). La 
actividad melódica se concentró en las partes
superiores, solos o dúos de voces, violines, oboes u otros
instrumentos melódicos. Se desarrollaron nuevos principios
formales para aprovechar las posibilidades inherentes a la nueva
orientación armónica.

En el siglo XVIII,  dentro del campo propiamente musical,
culmina el barroco, hay una época de transición al
romanticismo y de éste al clasicismo.

2.3.6 La música en el 
romanticismo.[20]

El Romanticismo y su impacto sobre la música y el
pensamiento musical del siglo XIX llevó a un
"aflojamiento" general de la forma, menores posibilidades de
predecir el fraseo y la cadencia, una difusión de los
contornos y un "desenganche" deliberado de las varias dimensiones
musicales (melodía, armonía, ritmo, métrica)
con respecto al equilibrio coordinado típico del
período clásico.

Para comienzos del siglo XIX se estaba de acuerdo en que la
música era, entre las artes, la que mejor podía
expresar las profundidades de los sentimientos humanos, no en el
lenguaje convencionalizado de los afectos sino en acentos
más profundos aunque menos definidos.

El romanticismo era puramente melódico. Y contra esta
tendencia surgió el impresionismo, que, prescindiendo de
la línea melódica, se atiene más al conjunto
armónico. Recientemente se vuelve  a las
líneas melódicas sucesivas o superpuestas,
pero  reconociendo el principio de la atonalidad total .Hay
ocasiones en la historia del arte en las que el estilo, los
valores y el pensamiento están tan bien armonizados entre
sí que se puede reconocer una verdadera síntesis
cultural. El compositor romántico buscaba purgarse a
través de la producción de su obra, una especie de
catarsis. Lo continuo, y podemos agregar lo infinito, lo
irracional y lo trascendental, todo antitético respecto
del sistema de valores del clasicismo

2.3.7. La música en el
clasicismo[21]

Esta época está situada a mediados del siglo
XVIII se le conoce también como el nombre de
período vienés, por ser Viena el principal centro
musical de este tiempo. Además se le conoce como
período rococó  por ser contemporáneo
de un movimiento en las artes plásticas.

Entre las características más importantes de
este período pueden señalarse las siguientes.

1.      Triunfo de la melodía
acompañada, la polifonía pasa a un segundo
puesto.

2.      Se estructura definitivamente
la sonata bitemática.

3.      Primeras obras maestras
escritas para piano.

4.      Todos los instrumentos de la
orquesta alcanzan su importancia individual y su equilibrio
dentro de la misma.

5.      El estilo clásico es
un estilo de gran claridad en donde predominan la melodía
espontánea y agradable.

En muchos sentidos, la era del clasicismo vienés
sugiere la comparación con un período anterior en
la historia de la música. La era de los grandes
compositores renacentistas que actuaron alrededor del año
1550 (Palestrina, Byrd, Monte, Lasas y otros). Cada uno de estos
grupos sostenía valores que contrastaban fuertemente con
los del barroco. Cada generación de compositores
escribía en un lenguaje común, un estilo
semiuniversal que revelaba pocos manierismos nacionales o
regionales.

Cada grupo trabajaba por la claridad de la estructura y el
equilibrio y cada uno creaba inspiración nueva a partir de
las sonoridades simples tríadicas. Cada grupo tomó
a la moderación como un valor estético importante y
buscó lograr sus fines con la mayor economía de
medios que le fuera posible historia del estilo musical.

Eso ha llevado a muchos investigadores a afirmar que el
romanticismo y el clasicismo son dos fases del mismo
período: una fase estable y objetiva seguida por otra
más dinámica y subjetiva. Ritmo de 
estabilidad e inestabilidad que parece repetirse en el desarrollo
del estilo musical europeo.

2.3.8.  La música en la edad
moderna y
contemporánea.[22]

Esta etapa está representada por figuras como Wolfang
Amadeus Mozart y Beethoven. Estos grandes maestros
escribían la música con todos los requerimientos de
las técnicas para los auditorios altos y cultivados.

Tres características se pueden señalar en estas
épocas.

1.      Emancipación de la
armonía.

2.      Emancipación de la
melodía.

3.      Emancipación del
ritmo

Se puede decir que la música es un lenguaje y una de
las más grandes señales que tiene el hombre para
imitación de la naturaleza.

CAPÍTULO III

3.0. LA
MÚSICA Y SUS DIFERENTES PERÍODOS EN
FILOSOFÍA

En este trabajo se trata el tema de los diferentes periodos de
la música en la filosofía. Comprende varias etapas
y diferentes teorías que han hecho que la música
avance cada vez más y por consiguiente que tengamos una
idea más amplia.

Este trabajo también contiene los nombres de
filósofos como Pitágoras, Platón,
Aristóteles, san Agustín, que con sus logros e
ideas sentaron las bases de la música en la
filosofía. "La filosofía no es más que el
intento del espíritu humano de establecer una
concepción racional del universo mediante la
autorreflexión sobre sus propias funciones valorativas,
teóricas y prácticas."
La música en la
filosofía porque es importante  ayuda a exteriorizar
los sentimientos del alma,  bien lo decía Nietzsche,
cuando afirma que la música es el arte que aparece en cada
cultura como la última de todas sus flores, como el canto
de un cisne a punto de
morir.[23]

3.1. La música en la época antigua
(s.Va.C - 
Vd.C)
.[24]

En la época antigua  se llevó a cabo una
serie de reformas en cuanto al pensamiento reflexivo en torno de
la música, desde el canto gregoriano hasta la
polifonía. Estos cambios se debieron a una serie de
concepciones filosóficas que repercuten en la
música, y tienen una dirección: el progresivo
humanizar de la música que va en perjuicio de la
religiosidad en la música. Dentro de esta época
aparecen los filósofos tales como; Pitágoras,
Platón, Aristóteles y luego aparecen la
patrística con Clemente de Alejandría y san
Agustín.   

3.1.1. Música en Pitágoras
(580-500a.C)[25]

Fue filósofo y matemático griego, cuyas
doctrinas influyeron mucho en Platón. Nacido en la isla de
Samos.  Fue instruido en las enseñanzas de los
primeros filósofos jonios: Tales de Mileto, Anaximandro y
Anaxímenes. Se dice que Pitágoras había sido
condenado a exiliarse de Samos por su aversión a la
tiranía de Polícrates. Hacia el 530a.C se
instaló en Crotona, una colonia griega al sur de Italia,
donde fundó un movimiento con propósitos
religiosos, políticos y filosóficos, conocido como
pitagorismo. La filosofía de Pitágoras se conoce
sólo a través de la obra de sus
discípulos.

Pitágoras viaja a muchos lugares, entre
ellos Egipto, esto influyó en la adquisición de
conocimientos de geometría y astronomía que
más tarde enseñaría a sus discípulos.
Aunque, la orden pitagórica dura más o menos un
siglo después de la muerte de Pitágoras por lo que
es posible que los mismos discípulos hayan aportado
algunos de estos conocimientos.

Los pitagóricos buscaban un
enriquecimiento intelectual de sus miembros. Tenía varios
grados en los cuales cada miembro, tenía que sujetarse a
un régimen muy estricto, un rígido código de
conducta en varios niveles de iniciación.

3.1.1.1. La armonía pitagórica.

Las investigaciones matemático-musicales, son el
fundamento de la doctrina Pitagórica. Al descubrir y
expresar aritméticamente los intervalos de la escala
musical, como las razones entre los números 1,2,3 y 4,
descubren que existe un orden inherente y una organización
numérica en la naturaleza del sonido.

Cabe entonces decir que este descubrimiento del número
en la música, los pitagóricos lo aplicaron a toda
la naturaleza por lo cual su cosmología va a tener la
característica de otorgarle orden, proporción y
medida a todas las cosas del universo, es decir, cada cosa
particular es lo que es por la proporción en que se
combinan sus elementos con todas las cosas de la naturaleza y
todas las cosas tienen estos mismos elementos.

El orden, la proporción y la medida son las partes
fundamentales que componen la armonía. Si todos los
cuerpos tienen estos elementos, o sea los números, todas
las cosas están en armonía, de ahí surge
pues la célebre concepción pitagórica de la
"armonía de las esferas", en la cual existen infinidad de
cuerpos celestes moviéndose en armonía, y pueden
ser representados por números.

La clave de la doctrina pitagórica, reside en la
tetraktys, que es el número perfecto, y una figura que
tenían por sagrada. Los números 1, 2, 3, y 4
sumados dan 10. Es posible que la tetratkis jugase también
un papel en los distintos grados de la metamorfosis del alma.

3.1.2. Música en Platón
(428-347a.C).

Platón nació en Atenas, probablemente el
año 428 o el 427a.C. De familia perteneciente a la
aristocracia ateniense, que se reclamaba descendiente de
Solón por línea directa. Su verdadero nombre era
Aristocles, aunque al parecer fue llamado Platón por la
anchura de sus espaldas. Los padres de Platón fueron
Aristón y Perictione, que tuvieron otros dos hijos,
Adimanto y Glaucón, que aparecerán ambos como
interlocutores de Sócrates en la República, y una
hija, Potone.[26]

Platón, en su obra La República, libro
III, habla de la educación de los custodios del Estado,
los guerreros. Dice que éstos deberán formarse con
tres disciplinas: música, para formar el alma, la gimnasia
para el cuerpo y filosofía para el carácter "dulce
con sus amigos y conocidos".

Hace un análisis de las armonías usadas en la
Grecia de aquellos años, siglo IVa.C. Dice que hay
armonías fuertes, como la dórica y frigia, que son
aptas para la educación de los guerreros, para templar su
carácter, en tanto que hay otras que solo conllevan a un
placer vulgar.

Buscando un estado equilibrado plantea: "Hay que desterrar
de él
(El ritmo) la variedad y multiplicidad de
medidas, buscar que ritmos expresan el carácter del hombre
sensato y valeroso, y una vez que lo encontremos, debemos ajustar
el número a la armonía y a las palabras, y no las
palabras al número y a la armonía". Pone por encima
de la música al pensamiento, "La melodía se compone
de tres elementos: palabra, armonía y número…"El
número y la armonía se han hecho para las
palabras".[27]

Para Platón, la música es alimento de la virtud,
por eso, "Toda conversación sobre la música debe
llevar a lo hermoso". He ahí porque estas tres
disciplinas, gimnasia, música y filosofía eran
importantes para la conformación de la República de
Platón, aún más, previendo futuros
conflictos en el gobierno advierte: "Que la educación
se mantenga pura, para que nada sea innovado en la
gimnástica ni en la música. No se puede tocar a las
reglas de la música, sin alterar las leyes fundamentales
de la
gobernación".[28]

3.1.3.  Música en Aristóteles
(384-322a.C)[29]

Aristóteles nació en Estagira, en Tracia, el
año 384-322a.C, según Diógenes Laercio,
quien nos dice que era hijo de Nicómaco y Efestiada, y que
su padre ejercía la medicina en la corte del rey Amintas
(II) de Macedonia, "por causa de la medicina y por amistad", lo
que se ha tratado de asociar con el posterior interés
naturalista de Aristóteles. Diógenes Laercio nos
describe a Aristóteles como "el discípulo
más legítimo de Platón, y de voz
balbuciente".

Aristóteles también toca el tema de la
música, en "La Política". Su tratamiento gira en
torno a lo que ya su maestro, Platón, había
planteado: la educación. Pero Aristóteles lo
traslada no solo a los guerreros sino a toda la niñez y
juventud griega, nos dice: "Está dividida la
opinión en cuanto a las prácticas educativas, pues
no todos están de acuerdo con lo que deben aprender los
jóvenes, ya sea para la virtud, la vida mejor, la
inteligencia o el carácter del
alma".[30]

Para el estagirita la educación era cosa sería:
"se aprende por los hábitos antes que por la
razón; no se aprende jugando sino que el aprendizaje va
con dolor. El esfuerzo de los niños es para prepararlos al
recreo cuando sean maduros y
acabados".[31]

Señala que "Cuatro son las materias que se
acostumbra enseñar: Lectura, escritura, gimnasia y
música… Las letras y el dibujo se enseñan por ser
útiles en la vida y tener muchas aplicaciones, la gimnasia
porque estimula el valor y la música para el decoro del
ocio, el cual hay que decirlo, es el principio de y todas las
cosas"…"La gimnasia confiere al cuerpo ciertas cualidades, otro
tanto hace la música con el carácter,
acostumbrándonos a recrearnos
correctamente"[32]

Para el filósofo peripatético, la música
tiene una utilidad: el divertimiento de los hombres libres.
"Hay cierta educación que hay que impartir a nuestros
hijos porque es noble y liberal". Y acorde a su tiempo y a su
clase aristócrata, considera a los músicos
profesionales como "gente de inferior condición", y a su
actividad como: "no propia de un varón, a menos que este
embriagado o
jugando".[33]

Aristóteles ve elementos positivos en la música,
los resalta, como cuando dice: "La música contribuye al
reposo". Y se adentra en los efectos de la música,
diciendo que "la música da placer. Y la virtud de gozar,
amar y odiar
rectamente".[34]

Supone que estos efectos se deben a que: "En los ritmos y
las melodías que encontramos las semejanzas más
perfectas en consonancia con su verdadera naturaleza de la ira y
la mansedumbre, de la fortaleza y la templanza, como
también de sus contrarios y de todas las otras
disposiciones morales. Los ritmos, unos tienen un carácter
más reposado, otros más movido, y de estos unos
inducen emociones más vulgares, y otros otras más
propias de un hombre
libre".[35]

Termina diciendo tres usos provechosos de la música: en
la educación, en la purificación, y en el
divertimiento. En educación, se deben emplear
melodías y armonías expresivas del carácter.
En purificación como terapéutica purificadora,
alivio acompañado de placer. En el divertimiento como un
placer noble.[36]

3.2.  Música en la época de la
patrística.

Con la llegada del cristianismo, las tendencias
filosóficas como el neoplatonismo y la patrística,
la reflexión filosófica en torno a la
música, toma otro cause diferente a lo planteado por los
antiguos griegos.

Los llamados padres de la Iglesia hacen sus comentarios.
Dentro de esta época destaca Clemente de Alejandría
y san Agustín.

3.2.1. Clemente de Alejandría.
(150-215).[37]

Decía que la música practicada en la antigua
Grecia llevaba a la perdición. Para él, solo la
nueva música practicada en las ceremonias del cristianismo
era de salvación.

Los pensadores medievales, en su mayoría
teólogos, dirigían sus reflexiones a una sola
verdad: Dios, con todos los atributos que son posibles darle.
Para ellos, Dios es armonía. La idea de armonía
contenida en la nueva música Cristiana tiene contacto y
resquicios todavía con lo que fue la doctrina
pitagórica. Recordemos que los pitagóricos
creían en la "armonía de las esferas"; y que,
además la inculcaban entre la hermandad pitagórica,
tomaban a la música como una disciplina de orden superior.
Estos aspectos pitagóricos, son tomados y tienen gran
influencia en el desarrollo del pensamiento de la edad media.

La musicalidad  gozará de aprecio sacro sobre todo
por su valor educativo al ser un instrumento de
edificación religiosa. Cubrirá funciones como la de
ser instrumento auxiliar de la oración, y como instrumento
para dirigirse a Dios. Los ritos eclesiásticos, o misas
cristianas comienzan a tomar a la música como un elemento
esencial para su
desarrollo.[38]

En efecto, una de las características de este nuevo
tipo de expresión musical fue la austeridad puramente
vocal, pues se tenía la idea de que la música
debía ser lo más pura posible, y en el canto se
veía esta cualidad de pureza, pues la voz esta conectada
con el alma humana, por eso la música instrumental, en
este tiempo fue dejada de lado, pues representaba lo mundano, lo
material, lo más alejado de Dios.

3.2.2. Música en san Agustín.
(354-430).[39]

Nació en Tagaste, el año 354, hijo de santa
Mónica. Después de una juventud desviada doctrinal
y moralmente, se convirtió, estando en Milán y el
año 387 fue bautizado por el obispo san Ambrosio. Vuelto a
su patria, llevó una vida dedicada al ascetismo, y fue
elegido obispo de Hipona. Durante treinta y cuatro años,
en que ejerció este ministerio, fue un modelo para su
grey, a la que dio una sólida formación por medio
de sus sermones y de sus numerosos escritos, con los que
contribuyó en gran manera a una mayor
profundización de la fe cristiana contra los errores
doctrinales de su tiempo. Está entre los Padres más
influyentes del Occidente y sus escritos son de gran actualidad.
Murió el año 430. Sus restos mortales se veneran en
la Basílica de San Pedro (Pavia, Italia).

La importancia de Agustín de Hipona en relación
con la música radica en que fue una visagra entre dos
épocas. Su pensamiento musical se incluye dentro de la
estética cristiana, aunque dando por sentado que es punto
de partida de toda la estética de la antigüedad que
él sintetiza, para inaugurar una nueva época, no
sólo en la estética (incluida la musical) sino en
la filosofía en general. Su principal texto de referencia
musical es De música.

Agustín vivió al final de la antigüedad, la
decadencia del Imperio, a pesar de lo cual supo extraer de estos
momentos de ocaso la sabiduría de los filósofos
anteriores. Así, entre las cuestiones más
importantes que Agustín tomó de sus antecesores y
que son de aplicación a su teoría de la
música se encuentran su concepto de la belleza, entendido
como "medida y proporción", la distinción entre
belleza sensible e inteligible, y la teoría clásica
sobre la belleza del mundo.

Hay que tener en cuenta que el término música
englobaba en la Antigüedad las tres artes del movimiento: la
palabra, la danza y el canto. En lo que se centró
Agustín fue en la idea de la palabra y el movimiento de
ésta. Además estableció la idea de una
belleza dinámica (in motu) que correspondería a la
de una melodía o canción cuando transcurre.
Aquí la idea de transcurrir se une a la de la historia, de
manera que los hombres y las cosas se expanden en el tiempo
componiendo la historia. ésta, a su vez, es un gran
"cántico universal", y quien dirige este cántico
universal es el Artista primero que puso el ritmo a los tiempos;
el compás que marca las edades y el péndulo que
marca las épocas quedaron marcados como pauta musical.
Así, "la historia comprende e integra todas esas
partículas distribuidas con el fondo del decurso
histórico".

Parece que Agustín quería con el De
música transmitir conocimientos técnicos sobre el
ritmo, el metro y el verso. Sin embargo, uno de los aspectos
más importantes en la estética musical de
Agustín es la racionalidad, el carácter racional de
la música y su peculiaridad como ciencia normativa.
Así, el concepto más importante de su
estética musical es una definición que desde
entonces sería famosa, "musica est scientia bene
modulandi", esto es, la ciencia de medir bien,
resaltándose la idea de música como ciencia.

Esta asimilación de la música a la ciencia alude
a la razón por encima de nuestros sentidos, y si bien
Agustín no descarta que la música produzca placer
en quien la escucha, entiende que el placer auditivo es
reprobable. Por tanto, la música se convertirá en
una ciencia cuando consiga librarse de todos aquellos elementos
que se interponen en la racionalidad; el placer dejará
así de ser un fin.

El problema clave de la estética agustiniana en cuanto
a la música es saber si es lícito o no gozar de la
belleza sensible. A esta cuestión Agustín
responderá que la belleza inferior es un reflejo de la
belleza de Dios, y que es necesario remontarse hacia esta
última aunque no rechaza el placer sensible que depara la
belleza inferior; pero, en cualquier caso, dependerá de la
actitud del hombre, si se deja llevar por la belleza sensible
estará condenado. Así, "la belleza y los
números en los que ésta se plasma dentro de la
música pueden ser, pues, tanto instrumento de
condenación como instrumento de elevación y
ascesis; dependerá de la actitud que el alma tome en
relación con
aquellos".[40]

En consonancia con su época, Agustín de Hipona
entendió la música como ciencia matemática,
una especie de conocimiento riguroso y racional que se atiene a
leyes permanentes, reglas establecidas y normas universales, cuyo
secreto último radica en el número. Se sitúa
así en la línea pitagórica y
platónica que reclama una música ideal en clave
aritmética. La estética cristiana reforzó
esta idea tanto como la de entender la belleza como tendencia
hacia el Infinito como sentido dominante en la creación
estética.

3.3. La música en la época
medieval.
(s.V-XV).[41]

En el curso de la Edad Media la música encuentra su
máxima expresión en el canto gregoriano; nace la
música polifónica.

Esta época comprendía entre los siglos V-VX,
marca una etapa preponderante de auge religioso, tomando de los
griegos y los hebreos, habitualmente dispuestos a la
práctica del canto.

3.3.1. Música en  Boecio
(480-524).[42]

 Fue filósofo del
último periodo romano, representante del neoplatonismo, se
caracteriza por un gran eclecticismo. Tradujo y comentó
las obras de Aristóteles sobre lógica, y la
Introducción a las categorías de
Aristóteles
, de Porfirio. También tradujo a
Euclides y los Fundamentos de la aritmética de
Nicómaco. Su obra principal es la Consolación por
la filosofía.

Boecio compuso un tratado de música De institutione
música
, que contiene una descripción detallada de la armonía
griega. Este tratado influye a gran parte del pensamiento
medieval.

Divide a la música en tres géneros
distintos.

  1. La música mundana. Lo que Pitágoras llamaba
    la armonía de las esferas, es la música que no
    podemos percibir porque somos imperfectos. La música
    mundana es la verdadera, y las demás solo son reflejo de
    ella.
  2. La música humana. Es la unión armoniosa del
    alma con el cuerpo. Se comprende a través de acto de la
    introspección, todo aquel que se sumerge en sí
    mismo la entiende, ya que es una armonía
    psicofísica.
  3. La música instrumental. El hecho de producir
    manualmente, a través de los instrumentos. No tiene
    valor alguno, es solo soplar un tubo o rasguear una
    cuerda.

Boecio plantea nuevamente la idea expuesta tanto por
Platón, como por Aristóteles: La superioridad de lo
teórico sobre lo práctico. Del trabajo intelectual
sobre el manual.[43]

3.4. La
música en la época del Renacimiento

(s.XVI-XVII).

Tiene un lugar extraordinario desarrollo de la música a
través de los siglos XVI-XVII, surge la música de
ballet, la música de cámara y la descriptiva. Se
caracteriza por un mayor uso de instrumentos, incluye
múltiples líneas melódicas y el uso de los
primeros instrumentos graves o bajos.

3.4.1. Vicenzo Galileo
(1533-1591).[44]

Uno de los primeros teóricos musicales del Renacimiento
fue Vicenzo Galileo, En una obra titulada "Diálogo de la
música antigua y moderna"  sostiene que los
compositores deberían "expresar las concepciones de la
mente e imprimir aquellas con la mayor efectividad posible en la
mente de los que la escuchan". El compositor, mientras escribe,
piensa en las voces y en los instrumentos, pero, también
especialmente, en los posibles oyentes.

La audición musical, tanto pública como privada,
comienza a ser por primera vez parte integral del acontecer
musical. Las publicaciones eruditas de la época dan a la
música dos tratamientos: filosófico y
científico.

El filosófico señala que hay piezas
instrumentales que expresan distintas actividades así como
distintas emociones traduciendo las indicaciones italianas del
tempo a terminología emocional: adagio = tristeza; andante
= esperanza; alegro = consuelo; presto = deseo.

El detalle con que los teóricos de la música
barroca expusieron la doctrina de las emociones nos hace
reflexionar sobre dos de los rasgos básicos del
período: la comunicación y el enfoque
racionalista-científico del conocimiento. Es fundamental
entender que la aspiración de los compositores barrocos se
dirigía a trasmitir el significado de una emoción
en términos de una idea musical.

El tratamiento científico se inspiraba en la
concepción matemática de la armonía
descubierta por el famoso griego Pitágoras. El orden
numérico ha de dominar por encima de cualquier
consideración práctica.

Incluso un científico tan notable como Kepler
(1571-1630) en su obra La armonía del mundo (1619)
asocia la proporción de los intervalos y la estructura del
Universo. En la escena musical de la época hace su
aparición una nueva concepción: el bajo
continúo.

En los años que precedieron a su irrupción, en
el arte de la música habían ocurrido cambios
importantes. Uno de ellos fue el crecimiento de los cuerpos
instrumental y coral. Este crecimiento, acompasado por el
desarrollo en alcance de los instrumentos dio origen a un
problema estructural. Todas las voces que figuraban entre soprano
y bajo participaban de la nueva polifonía pero, entre unas
y otras, se hacía notar la ausencia de una parte
intermedia, adecuada y sonora, que las ligara.

Una de las obligaciones del compositor era la de distribuir el
interés musical a todo lo largo de la estructura. Pero hay
que destacar que el compositor  comienza a escribir para un
público cada vez más numeroso. Aspira a que sus
composiciones se representen en distintos escenarios.

Si anteriormente la acústica de los templos
contribuía a llenar el vacío establecido entre los
diferentes registros y timbres, la música, ahora, al
popularizarse y cambiar su morada hacia la sala de concierto o
los aposentos privados planteaba problemas. La parte intermedia
de la textura debía cubrirse.

3.4.2. Música en  Descartes
(1596-1650).[45]

René Descartes nació el 31 de marzo de 1566 en
La Haya (Turena). Su padre, Joaquín Descartes es consejero
del Parlamento de Bretaña y procedente de una noble y
antigua familia de Turena. Su educación transcurrió
en el Colegio de Jesuitas de La Fléche desde el año
1604 hasta el año 1612. Sus estudios lo embebieron en la
cultura escolástica, cultura que luego criticaría
muchas veces de manera sutil y mordaz mostrando insistentemente
las carencias de la misma a través de su obra.

Descartes comienza su exposición tratando la cualidad
intrínseca de la música de producir en nosotros
emociones ("su finalidad es deleitar y provocar en nosotros
pasiones diversas"). Según el modo compositivo, la
música nos transmitirá tristeza, alegría,
aburrimiento. Dicho modo compositivo dependerá tanto del
ritmo de la acción musical como de la altura ("las
principales propiedades del sonido son dos, a saber, sus
diferencias en razón de la duración o del tiempo, y
en razón de la altura relativa al agudo o al grave").

Pero también de la medida. En el apartado "el tiempo",
Descartes afirmará, por ejemplo, que las medidas lentas
producen en nosotros movimientos lentos, como la tristeza; en
contraste con las medias rápidas, que producen en nosotros
movimientos rápidos, como la alegría. La respuesta
ante estos estímulos es natural. Ante ello debemos
entender la afinidad de Descartes a uno de los mayores apotegmas
racionalistas, a saber: la creencia en lo innato.

Claro ejemplo de lo cual es otra de sus afirmaciones en este
mismo capítulo, la que estima que, por un "impulso
natural", al comienzo de cada medida el sonido se emite
más fuerte. De este modo, entendemos que el compositor
deberá tener en cuenta estas reacciones humanas a la hora
de componer. Esto es, si escribe un réquiem los ritmos
lentos serán los más apropiados, mientras que si
musicaliza un amanecer, en principio serán los ritmos
alegres, rápidos, los más apropiados.
Lógicamente, estamos hablando del tiempo en tanto que
él mismo, pero pronto veremos cómo el tiempo no es
el único factor distintivo. De modo que, en una
composición alegre, se podrán combinar ritmos
lentos con sonidos agudos o graves que causen otras emociones que
no eran características del propio tiempo o de la altura,
pero que sí lo sean en conjunto.

Siguiendo la línea del tiempo, la matemática
cartesiana hace aquí hincapié de forma decisiva. La
división del tiempo, junto con la elección de la
altura, es la característica más importante de la
música. Téngase en cuenta que en el Renacimiento
solía hablarse de la música como del arte del
tiempo. Descartes hace aquí énfasis en una
división proporcional ("el tiempo en los sonidos debe
estar constituido por partes iguales").

La música sólo es posible si la división
de su tiempo atiende a divisiones iguales, en proporción.
Debe tenerse en cuenta, en este punto, la devaluación que
hace Descartes de los sentidos. Para él los sentidos son
incapaces de verdad y sólo la razón es poseedora de
ella. Esta idea, que tanto se reflejará en su Discurso del
Método, y en la mayoría de sus obras, aparece ya en
este compendio. Lógicamente, esta devaluación
conlleva la idea de que los sentidos han de ser deleitados con
relaciones acordes a su insignificancia. Por ello afirma que
"éstas se refieren a las partes iguales son las que el
sentido percibe con mayor
facilidad".[46]

 Es decir, no se podrán variar demasiado los
tiempos, ya que el oído no será capaz de captar, si
son muchos, dichos cambios y, por tanto, le resultarán
desagradables. Del mismo modo, admite que no podrán ser
cambios demasiado fáciles, o su escucha resultará
tediosa. Sólo hay un tipo de música, por llamarlo
de algún modo, que a Descartes no se le escapa y que
contradice esta explicación. Es el caso de la
percusión. En ella, debido a su simplicidad (estrictamente
hablamos solamente de ritmo) la variedad será necesaria.
La marcha militar es el ejemplo que a Descartes se le antoja como
el más oportuno. En este caso, el ritmo debe determinar
por sí mismo un sentimiento, sea el de la disciplina, el
orden o el que se quiera. En cualquier caso, la división
del tiempo ha de ser aritmética, en partes iguales.

Descartes también  se centra en "la manera de
componer y los modos". Se puede componer música sin grave
error o solecismo si se observan estos tres principios:

  1. Que todos los sonidos que se emitan a la vez disten entre
    sí alguna consonancia, excepto la cuarta, que no debe
    ser oída la más baja, es decir, enfrentada a la
    voz bajo.
  2. Que la misma voz no se mueva sucesivamente, sino por grados
    o consonancias.
  3. Por último, que, ni siquiera en relación se
    admite el tritono o la falsa quinta.

Y de este modo finaliza Descartes: "ciertamente,
debería tratar a continuación por separado cada
movimiento del alma que la Música puede excitar, y
debería mostrar por qué grados, consonancias,
tiempos y otras cosas semejantes deben ser excitados tales
movimientos; pero esto excedería los límites de un
compendio".[47]

3.5.
Música en  Schopenhauer
(1788-1860).[48]

En la primera mitad del siglo XIX, el filósofo
alemán Arthur Shopenhauer, en su principal obra "El mundo
como voluntad y representación" plantea que el mundo es la
representación del sujeto, con esto, existe una
inseparabilidad entre el sujeto y el objeto. Piensa que el mundo
es una fuerza ciega, la "voluntad", que se manifiesta en las
fuerzas naturales, y del individuo como voluntad de vivir.
Explora la función del arte en el mundo y menciona que
cuanto más cercanas son las ideas a sus formas
arquetípicas (Eidos platónico), mayor es la
posibilidad de la contemplación pura en el arte. Expone
una jerarquía de las artes. "La arquitectura es
inferior. Es la objetivación de la voluntad como un oscuro
inconsciente y mecánico impulso de la materia, que sin
embargo manifiesta en su interior la lucha o conflicto. La
música es de un orden superior, está más
allá de la jerarquía. Expresa directamente la
objetivación de la voluntad. Sin mediaciones. Libera y
objetiva a la
voluntad".[49]

La música puede expresar en su esencialidad y su
carácter a la voluntad, Explica Schopenhauer que: "la
música puede ser comparada con una lengua universal, cuya
cualidad y elocuencia supera con mucho a todos los idiomas en la
tierra"
.

Schopenhauer retoma la idea pitagórica del mundo como
relación de números y dice: Para Lleibniz, la
música es un medio para concebir inmediata y concretamente
grandes números y complicadas relaciones numéricas.
Esto es una idea filosófica semejante a la de
Pitágoras, y aun a la de los chinos en el I Ching. Pero
Schopenhauer da un giro inesperado, las relaciones
numéricas no deben considerarse como su significado, sino
como su signo. Ya que casi todo en ella se puede reducir en
números, y en todos los tiempos se ha cultivado la
música, sin tener adquirir conciencia clara de esta
relación. Al menos en las culturas occidentales no se
deben confundir en esta relación entre los números
representación de la música con la música
misma. Los números solo son el signo, lo que quiere
representar a la música, pero no más, son meras
entidades vacías e inmóviles, en tanto que, la
música es movimiento y plenitud de sensaciones.

Los individuos y las cosas que conforman la realidad del
mundo, no hace más que manifestar sus ideas en medio de la
multiplicidad del mundo, y así se afina esta realidad, se
depura y nitidiza. El sujeto es inseparable del objeto, Nuestro
mundo no es más que la manifestación de las ideas
en la multiplicidad por medio de la individualidad

La música se presenta con todo su poder y es capaz de
anunciar infinidad de cosas, de ideas, de esencias de un
individuo en un sólo instante; faltarían palabras y
tiempo para describir estas cosas, ideas y esencia. El
filósofo del pesimismo dice: la música no es la
copia de las ideas, sino de la voluntad misma, cuya objetividad
está constituida por las ideas. Por esto el efecto de la
música es mucho más poderosa y penetrante que el de
las otras artes, pues éstas sólo reproducen
sombras, mientras que ella esencias.

En una línea melódica se expresa todo un estado
de ser, de ánimo, de la individualidad, del de
carácter de quien, la compuso, de quien la toca, y del
estado del lugar y el tiempo en que es interpretada, "La
melodía es lo único que presenta desde el principio
al final una línea continuada con sentido e
intención".[50]

Como se ve, se puede hacer una analogía entre el
carácter de un hombre con una melodía. Ambos son
individuales, ambos tienen un carácter específico.
Es de esencia en el hombre sentir deseos y satisfacerlos y
volverlos a sentir para volverlos a satisfacer, y así
indefinidamente la dicha y bienestar consisten en el cumplimiento
del deseo y viceversa. Así también la
melodía vaga en mil direcciones, apartándose de la
tonalidad armonía hacia cualquier grado, a la disonancia,
en este aspecto marca sus deseos y su cumplimiento al volver a la
tónica.

En la analogía del individuo y la melodía, el
volver hacia la tónica, es el regreso a la estabilidad, y
el deseo de la disonancia, es la trasgresión, la
búsqueda. Así es que el hombre en su disonancia no
encuentra descanso y está siempre en la inquietud, y
viceversa, el hombre que solo se la pasa en la tónica
tiene una vida monótona, estable, sin movimiento. "El
carácter lento o ligero en la melodía es la
expresión del goce o dolor, entre más lento es
más doloroso, por las dificultades que arrastra el no
encontrar la
tónica".[51]

El artista, el músico, el genio es aquel que
transgrede, y da los giros más inesperados en su
melodía, de lo disonante hasta la desesperación,
hasta la calma más reconfortante, el genio se regocija en
ambos extremos. La obra del genio consiste en la invención
de la melodía de los más profundos secretos de la
esencia humana. El genio, con su modulación, es justamente
el paso de un carácter a otro, de un individuo a otro, que
son atravesados por la voluntad y en este acto, esta riqueza que
transforma a la voluntad rampante a una voluntad fraternal.
"Modulación recuerda la destrucción del
individuo, pero no de la voluntad que sigue viva de la que
él y otros individuos forman
parte"
.[52] Pero la
música expresa solo lo que hay detrás de las
apariencias fenoménicas, la voluntad. Tratamos de darle
forma al mundo revistiéndole de carne, de colores,
concretarle en algo análogo. Este es el origen del canto
con palabras, de la opera. Lo cual constituye una verdadera
inversión, pues estos ocupan siempre un lugar subordinado.
Cuando la música es forzada a amoldarse a las palabras y a
los hechos se le fuerza a hablar un lenguaje que no es el suyo.
Querer que la música se exprese en palabras es reducir a
la música. La música al igual que el mundo no puede
expresarse totalmente, el lenguaje es limitado para esto.

Así que por medio de la música se puede definir
el ethos de un pueblo, o de un músico, y esto se puede
expresar y dar a entender a un ente lejano. En esto supera la
música al lenguaje hablado. La música es la
expresión del mundo en un lenguaje de universalidad y que
conduce a cosas particulares se parece a las figuras
geométricas y a los números, que son aplicables a
priori a las cosas no de manera abstracta, sino intuitiva y
determinada. Tenemos que al momento de ser ejecutada la
música ya se sabe que es lo que va a expresar, cual es el
carácter de lo que expresa, y no necesita palabras para
explicar, lo presenta ya dado.

Finalmente nos dice Schopenhauer que: una física y
metafísica sin ética, corresponde a una
armonía sin melodía, esto significa que , puesto
que el ethos es el carácter dentro de la armonía, o
en otras palabras, el ethos es el carácter de una
comunidad, de un pueblo, la ética es entonces el
reconocimiento de este carácter en determinada comunidad.
La música es la puerta por donde se muestra el
carácter, por donde oscila el carácter, de lo
metafísico a lo físico. La música es un
ejercicio de metafísica inconsciente, en la cual el
espíritu no sabe que hace filosofía.

3.6. Música en Nietzsche
(1844-1900).[53]

Friedrich Wilhelm Nietzsche nació en Röcken, cerca
de Lützen en 1844, hijo de un pastor evangélico, que
murió cinco años más tarde, lo que hizo que
Nietzsche creciera en un ambiente completamente femenino,
dominado por el pietismo protestante.

Nietzsche estudió primero en el internado de la Escuela
de Pforta, donde recibió los primeros conocimientos sobre
la antigüedad clásica, que se convertiría en
un referente básico de su pensamiento posterior.

Más tarde estudió filología
clásica en las universidades de Bonn y Leipzig. En esta
última ciudad entró en contacto con la
filosofía de Schopenhauer, que también
influiría decisivamente en la formación de sus
ideas, y con la música de Wagner, a quien más tarde
conoció personalmente, y del que fue un apasionado
admirador.

La filosofía de Nietzsche, considerada como vitalista,
ejerció una considerable influencia a finales del XIX y
buena parte del siglo XX, tanto por su caracter crítico
como por su propuesta de trasmutación de los valores de la
cultura occidental, plasmada en el ideal del superhombre.

Sin la música la vida sería un error. Esta
magnífica declaración de amor a la música,
que Nietzsche ha repetido en sus cartas a Peter Gast y a Georg
Brandes, no se limita a una pasión personal. Nietzsche no
es dado a los elogios. él ha comparado a menudo la
música con Circe por su poder equívoco: La
música es un hechizo, ella embruja, pero también
pervierte y absorbe completamente a sus auditores. ¡Cuidado
con la música! De una forma bastante ambigua, Nietzsche ha
escrito también que es un prejuicio corriente en los
filósofos creer que toda música viene de las
Sirenas.  Lo que es seguro, es que a la declaración
citada en el epígrafe, Nietzsche le confiere
innegablemente un alcance metafísico.

El apotegma vuelve a colocarse a nivel de las intenciones del
Creador: la vida deseada por Dios para los hombres no
tendría sentido si faltara la música, la
Creación estaría perdida si el mundo no incluyera
la música. He aquí pues una suerte de Gloria in
excelsis bajo la pluma del ateo Nietzsche, dirigido no a Dios,
sino al mundo y a la vida. Sin música, la vida
sería un error, así como, sin el Amor, la gracia y
el Poder absoluto, Dios no sería Dios, sería un
concepto fallido, una especie de diablo cojo.

Dios ha muerto. La vida es pues la única realidad.
Nietzsche llama amor fati, afirmación, esta
aprobación de la vida y de la realidad en todos sus
aspectos, trágicos, fisiológicos, sensibles,
afectivos, este «Fasagen» (dire-oui)
«decir-sí» al mundo y a la vida, que las
problemáticas metafísicas clásicas llamaban
"Teodicea» (justificación de Dios).
En este sentido, se podría atrever a decir que, para
Nietzsche, la música es la justificación del mundo
y de la vida, el «
principio de razón
suficiente
», mejor aún, para hablar como
Leibnitz, el «
principio de lo
mejor
".[54]

Pero cuál música, y en qué sentido la
música define la vida, ¿expresa, según
Nietzsche, el fondo y la perfección de la vida? Las
preferencias y las intolerancias de Nietzsche en materia de
música (géneros, estilos, compositores,
técnicas armónicas y de contrapunteo) van a la par
con su psicología, su cultura y su historia personal.
Preferimos pasar rápidamente sobre sus gustos
idiosincrásicos, para consagrarnos más bien a la
concepción filosófica usamos la palabra
«metafísica», que ha propuesto a lo largo de
toda su obra. Naturalmente, no haría falta recordar que la
música esta relacionada íntimamente con todos los
aspectos de la vida de Nietzsche

Se ha escrito mucho sobre la música en general, sobre
los compositores en particular, de su tiempo o del pasado.
Así, un buen número de parágrafos de la
segunda parte de Humano, demasiado humano, ya sea en
Miscelánea de opiniones y sentencias o en El viajero y su
sombra tratan de la música y de los músicos
(alemanes en particular) en el marco de un análisis de la
cultura alemana Bach, Händel, Beethoven, Mozart, Schubert,
Schumann

Nietzsche concentra sus análisis sobre Wagner, luego
sus críticas cada vez más virulentas y finalmente
sus embestidas panfletarias. Este «Privilegio» lo es,
porque los dos hombres han sido bastante cercanos durante gran
parte de los años 70 el período en Basilea de
Nietzsche, cuando Nietzsche se adhirió profundamente al
hombre y sobre todo que amó profundamente su
música, cuando incluso le opone públicamente
(posmortem) sin que por otra parte creérselo mucho en su
fuero interior, la Carmen de Bizet. Y es este conocimiento
íntimo del hombre y de la obra que hace que Nietzsche haya
visto en Wagner, el símbolo por excelencia de lo que
aborrecía y temía como decadente,
demagógico, anti-artístico y moralizador en la
cultura alemana y es necesario decirlo en él mismo, un
poco de la misma manera que ha combatido violentamente en
él mismo y en la filosofía, este epítome del
pensamiento metafísico, que era a su manera de ver
Schopenhauer.

Las obras musicales de Nietzsche no han dejado y no merecen un
recuerdo perdurable. Era un buen aficionado, pero no bastante
competente para mantener la comparación  con los
verdaderos compositores. No temió rivalizar con uno de
ellos, del cual se burló con frecuencia Robert Schumann,
al punto de criticar su Obertura de Manfred, escribiendo una obra
bajo el título (Manfred-meditación).

Para Nietzsche. La música expresa, más que
cualquier otro arte, la realidad de la voluntad de poder, ella es
aun trágica y melancólica, el fondo de toda vida,
pero también un estimulante de la vida, incitación
seductora a la vida.

3.7. La música en la época
contemporánea
(s.
XIX-XX).[55]

Partes: 1, 2, 3
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