Los problemas medioambientales que afectan la actividad pesquera en el Golfo del Guacanayabo, municipio Manzanillo, Provincia Granma
- Consideraciones Generales del
tema - Los problemas Medioambientales
que afectan la actividad pesquera a nivel
internacional - Principales
convenios Internacionales que regulan la actividad
pesquera - La
responsabilidad administrativa ambiental - Análisis
en América Latina - Análisis
en el derecho Cubano - La
Actividad Pesquera dentro del ordenamiento jurídico
cubano - Breve
reseña de la evolución historia de la actividad
de la pesca - Legislación
en materia pesquera en Cuba - Normativas
relacionadas con el derecho contravencional cubano en materia
pesquera - La
inspección estatal en materia pesquera - Problemas
Ambientales que presenta la actividad pesquera en
cuba - Conclusiones
- Bibliografía
1.- CONSIDERACIONES
GENERALES DEL TEMA.
1.1.-
Los problemas
medioambientales que afectan la actividad pesquera a nivel
internacional
La pesca y la
acuicultura, que representan una importante fuente de alimento y
de medios de vida
para un gran número de personas, hacen frente a varios
problemas fundamentales, en el presente epígrafe se hace
referencia a los problemas que se consideran una amenaza para la
sostenibilidad a largo plazo del sector, concentrándose la
atención en su contexto socio
-económico, en especial, los problemas de la pesca
excesiva, el descarte y la degradación ambiental.
Como fuente de alimentos, las
perspectivas que ofrecen el pescado, los crustáceos y los
moluscos es buena en todo el mundo, la razón principal es
la facilidad y rapidez con que los acuicultores de Asia han
aumentado la producción durante los últimos
años[1].
La demanda de
alimentos marinos está aumentando rápidamente, para
el 2010 posiblemente el aumento de la población y el incremento del ingreso
personal
disponible llevarán a la demanda mundial de pescado como
alimento – a una cifra comprendida entre 110 y 120 millones de
toneladas métricas (a precios de
1990) – en 1995, el suministro mundial de alimentos marinos se
estimó en 80 millones de toneladas (equivalente de peso
vivo). De esta cifra, aproximadamente 53 millones procedieron de
la pesca de captura marítima, 6 millones de pesca de
captura de aguas continentales y aproximadamente 21 millones de
acuicultura, sin incluir a las plantas
acuáticas, además unos 31 millones de toneladas de
pescado marino se utilizaron para la fabricación de harina
de pescado.
Durante los primeros decenios, la
globalización de la economía
mundial, junto con el probable aumento del precio real
del pescado y productos de
pescado, significa que una proporción cada vez mayor de
alimentos marinos será objeto de la demanda de
consumidores que pueden pagar el precio más elevado y que
ésta demanda será satisfecha, este hecho puede
tener efectos beneficiosos para la economía de los países exportadores
pobres, puesto que así obtienen las divisas que
necesitan para pagar sus importaciones
esenciales, también se beneficiará la comunidad
pesquera que suministra el pescado o los productos de pescados
exportados, siempre que el mayor poder
adquisitivo se utilice para suministrar alimentos nutritivos en
cantidades adecuadas que permitan compensar las reducciones en la
disponibilidad al nivel de alimentos marinos a nivel de la aldea,
o la disminución en los ingresos
resultantes de las exportaciones.
La pesca de captura está llegando a un límite.
El volumen del
pescado capturado en los océanos, lagos, ríos,
parece estar muy cerca del límite máximo
sostenible, sin embargo, el futuro desarrollo
tecnológico hará tal vez económicamente
viable la captura de especies respecto de las cuales los mercados actuales
no pagan los costos (por
ejemplo, el pescado meso pelágico y calamares
oceánicos) y tal vez se lograrán aumentos modestos
como resultado de una mayor ordenación.
Como el pasado reciente lo ha demostrado ampliamente, los
pescadores no "se apartan voluntariamente"del crecimiento
económico, seguirán haciendo todo lo posible
por aumentar la productividad por
pescador (expresado como ingreso). Algunos aumentos
tendrán su origen en precios reales más altos, pero
por lo menos otros tantos procederán de mayores
desembarques por hombre, ahora
bien, conforme aumenten los volúmenes producidos por
persona,
disminuirá el número total de años –
hombre empleados en la producción de un volumen igual de
desembarque, es probable que para el año 2010 el empleo en la
pesca de captura habrá disminuido algo al nivel mundial,
mientras que habrá aumentado el empleo en la acuicultura,
se trata de un problema que, a mediados del decenio de 1990, es
absolutamente patente en la pesca de los países
desarrollados, sin embargo, se hará también cada
vez más evidente en las economías en desarrollo en
los años venideros.
La preocupación pública internacional respecto
de la pesca y la acuicultura se concentra en las
características de los sectores que pueden haberse
considerado como amenazas o remedios a su capacidad a largo plazo
para proporcionar tanto alimentos como fuente de medios de vida.
Las principales amenazas son:
- El recurso a actividades de pesca excesivas, que
causan de una disminución en la biomasa de muchas
poblaciones de peces a
niveles inferiores a los que corresponden a una producción
a largo plazo sostenible y eficiente (pesca excesiva).
- El desperdicio de recursos marinos
vivos ya capturados (descarte) y;
- la degradación del medio acuático y
costero.
Los dos primeros problemas tienden a presentarse generalmente
en el entorno económico y político creado por
economías libres y orientadas al mercado, por
regla general, estas economías son administradas en la
inteligencia
de que la mayoría de los factores de producción son
de propiedad
privada, o si son de propiedad común, su uso es limitado,
una característica esencial de la mayoría de lo
sistemas de
pesca, y de algunos sistemas de
producción de la acuicultura, es que utilizan en sumo
grado recursos comunes, que no tienen precio y cuyo acceso no
está limitado efectivamente, como resultado de ello, los
pescadores y los acuicultores suelen explotar recursos de
posesión común en un grado muy superior a lo que, a
largo plazo, sería realmente útil para la comunidad
en general, en este proceso,
imponen – con frecuencia sin saberlo – costos otras personas,
tanto dentro como fuera del sector pesquero, incluidas las
personas que pescan por simple placer y los usuarios que no
consumen el medio marino.
Fuera del sector pesquero, el hecho de conocer cada vez
más los factores que amenazan a la pesca, a sus recursos y
su medioambiente ha dado lugar a cierto número de
iniciativas emprendidas por la sociedad civil
destinadas a poner fin a prácticas indeseables de pesca,
especialmente la explotación excesiva, una de estas
iniciativas (el establecimiento de un "Marine Stewardsship
Council") se basa en la hipótesis de que la promoción de productos cuya proveniencia de
una pesca y acuicultura que practica una ordenación
sostenible y ambientalmente racional esté certificada,
tendrá efectos, tanto a nivel local como mundial, que
orienten las actuales prácticas pesqueras a otros que sean
objeto de una mejor ordenación.
La pesca excesiva no es un problema reciente; fue reconocida
internacionalmente a comienzos del decenio de 1890 en el
atlántico norte y el pacifico y fue objeto de la conferencia de
Londres sobre la pesca excesiva de 1946. Posteriormente esta
práctica se ha extendido a la mayoría de las zonas
pesqueras, y ha afectado la pesca de captura en países en
desarrollo y desarrollados, y con frecuencia ha adquirido
especial gravedad en zonas costeras densamente pobladas y en
zonas marinas productivas cercanas a la costa.
No existen soluciones
simples o baratas al problema de la pesca excesiva, sin embargo,
se reconoce cada vez más que en las economías
ricas, que practican una pesca con gran densidad de
capital, las
soluciones que incluyen estrategias
basadas en el mercado para controlar las actividades de los
pescadores tienden a ser más efectivas que otras,
lamentablemente, los primeros efectos de las medidas oficiales
destinadas a reducir la pesca excesiva son esencialmente
negativas, cierto desempleo entre
los pescadores, menos pescado y precios más altos, con el
tiempo, la
mayoría de estos efectos se invertirían: más
pescado, precios más bajos y un empleo estable y
económicamente interesante.
Por difícil que sea, los gobiernos deben reglamentar la
actividad pesquera, si esta reglamentación no se practica
con más eficiencia que en
la actualidad, los rendimientos mundiales de la pesca de captura
disminuirán. La FAO[2] ha estimado que, si
la ordenación, no mejora considerablemente las capturas
anuales podrían reducirse pronto en 10 millones de
toneladas. Hasta la fecha, la disminución del rendimiento
de una población de peces se ha compensado con la
explotación de otras poblaciones. Esta práctica no
es ya aplicable en el caso de las especies de alto valor, sin
embargo, todavía es posible cierto grado de
sustitución concentrando los esfuerzos en poblaciones de
menor valor.
Una ordenación efectiva puede también facilitar
un aumento de la producción de recursos que hoy se pescan
en exceso. Conforme estas poblaciones se reconstituyen y de esta
manera contribuir a un aumento de los desembarques. La FAO ha
estimado que una mayor ordenación de la pesca
podría traducirse en un aumento de 10 millones de
toneladas. De esta manera, en el plazo de un decenio las
diferencias entre las ganancias que pueden obtenerse mediante una
ordenación eficiente y las pérdidas que
serán resultado de la continuación de las
prácticas actuales podría ser de unos 20 millones
de toneladas de pescado desembarcado por año, por
consiguiente, es absolutamente deseable mejorar los conocimientos
en materia de
ordenación, aumentar la capacidad y reforzar los
órganos de pesca regionales.
Por otra parte, una gran cantidad de recursos marinos
vivientes son capturados y arrojados nuevamente al mar. La
información cuantitativa disponible sobre
este fenómeno es incompleta, sin embargo, probablemente
representará no menos de un equivalente del 20 al 25 por
ciento de la captura (es decir, desembarque más
descarte).
El descarte corresponde al pescado, tanto de especies buscadas
como capturas incidentales, capturado involuntaria o ilegalmente
(tamaño pequeño, especies protegidas, pescado
dañado o estropeado). Las capturas incidentales son
prácticamente inevitables en la mayor parte de las
actividades pesqueras, el descarte representa costos para los
pescadores – selección
y eliminación de los descartes – y
no genera ingresos, si bien las mejoras logradas en la
selección y utilización de artes de pesca han
reducido las capturas incidentales en muchas pesquerías, y
dado el mayor uso que se hace actualmente de las capturas
incidentales, estos hechos no han eliminado el descarte.
Las soluciones al problema del descarte pueden ser de carácter tecnológico,
económico y/o legal y probablemente serán una
combinación de estos elementos, una parte de la
solución dependerá sin duda de sistemas
racionalizados de seguimiento, control y
vigilancia.
En la actualidad es bastante común el deterioro de la
salud de los
ecosistemas
acuáticos de las zonas costeras – en estas zonas como en
otras partes, la degradación del Medioambiente es
resultado de indicaciones económicas deficientes dadas a
quienes utilizan el Medioambiente costero, el costo de la
explotación de la zona costera (con inclusión de
las marismas costeras) es muy inferior a su valor para la
economía (ya sea a corto o largo plazo), y como resultado
de ello esta zona es objeto de una explotación excesiva o
de una carga excesiva de desechos, como los ecosistemas costeros
son medios esenciales para la reproducción y crecimiento de un gran
número de especies marinas, el impacto de la
degradación sobre el volumen de los recursos marinos –
incluidos los de importancia comercial – es directo y
negativo.
Página siguiente |