Resumen
Si hacemos un repaso de lo que dicen ciertos
articulistas y algunos políticos oficialistas
entrevistados por la prensa escrita
podemos afirmar sin ninguna duda que para los países
chicos (Uruguay y
Paraguay) el
Mercosur tal como
está no sirve para nada.
Introducción
Este trabajo tiene
el cometido de analizar las razones de por qué el Mercosur
no funciona en beneficio para los países pequeños
para después sacar las conclusiones del caso.
Desarrollo del
tema
Si hacemos un repaso de lo que dicen ciertos articulistas y
algunos políticos oficialistas entrevistados por la prensa
escrita se podría afirmar sin ninguna duda que para los
países chicos (Uruguay, Paraguay) el Mercosur tal como
esta no les sirve para casi nada. El Mercosur para los
países pequeños como Uruguay no funciona como una
zona de libre comercio ni
mucho menos como una unión aduanera. Esto se debe a que el
proyecto
Mercosur como tal no ha calado en profundidad en las sociedades
civiles tanto argentina como fundamentalmente
brasileña.
La sociedad
brasileña se sigue mirando en los hechos como una sociedad
muy autosuficiente con respecto a los demás
países latinoamericanos. Con respecto a la Argentina,
particularmente Buenos Aires, ha
predominado a nivel de elites culturales, económicas y
políticas una visión mitristra y
sarmientina de la sociedad argentina. Lo que el general Juan
Perón
llamaba la línea anglosajona. Es decir, la Argentina que
mira a Europa y los
Estados Unidos
de Norteamérica como modelos de
sociedad a imitar. En la sociedad política. En lo que
se refiere a Brasil el
Mercosur en los hechos no existe. La clase
política brasileña está más
preocupada de vivir de la política y hacer negocios en la
política que llevar adelante un proceso serio
de integración sudamericana y latinoamericana.
Hay excepciones en la clase política brasileña pero
son una minoría que confirma la regla. Es en Itamaraty
donde el Mercosur existe. Es decir, el Mercosur se circunscribe a
nivel diplomático Es una cuestión de
diplomáticos nada más.
Esto se debe a que Brasil tiene que vender la imagen al resto
del mundo, particularmente al desarrollado que lidera no solo
Sudamérica sino también Latinoamérica. Además Brasil se
concibe como un país ballena. Es decir, como un jugador
global que tiene muchas caras. Una para los países
sudamericanos y latinoamericanos y otra para los Estados Unidos
de Norteamérica y Europa.
A nivel del Partido de los Trabajadores (PT) no tiene una
visión geopolítica sudamericana y latinoamericana.
Esto quiere decir, cuáles son los centros de poder o los
poderes intrínsecos, al decir de Bolívar,
de Sudamérica. Por último, a todo esto se le suma
el hecho que en el Brasil nunca hubo una fuerte corriente
revisionista histórica de izquierda de cuño
marxista que cuestionara de raíz la historia oficial de Brasil y
el papel jugado por este país en siglo XIX y XX en la
cuenca del Río de la Plata.
En el caso argentino es un poco diferente al caso
brasileño. En el plano político solo el general
Juan Perón delineó un pensamiento
geopolítico sudamericano. Este pensamiento
geopolítico estaba estrechamente relacionado con una
visión de la historia no sólo argentina sino
rioplatense y latinoamericana de carácter revisionista. Perón le dio
la espalda a la visión de la historia
argentina y rioplatense que ofrecía el mitrismo. El
general Perón se identificaba con lo que el llamaba la
línea histórica hispanoamericanista. Una
línea histórica que reivindica las figuras de
José de San
Martín, Juan Manuel de Rosas, Facundo
Quiroga e Hipólito Irigoyen, entre otros. Es decir, es una
línea histórica que reivindica el federalismo. En
Perón integración sudamericana y revisionismo
histórico van de la mano.
En el ámbito intelectual académico en la
Argentina se manifestó un revisionismo histórico de
derechas de cuño católico a mediados de la
década de los 30 en el siglo pasado. Este revisionismo por
ejemplo reivindicaba la figura de Juan Manuel de Rosas. A
mediados de la década de los 60 del siglo pasado hace su
aparición un nuevo revisionismo histórico de
izquierda de cuño marxista. Este revisionismo reivindica a
los caudillos federales del siglo XIX, la figura del general Juan
Perón y la experiencia del movimiento
Justicialista en la Argentina y critica fuertemente al mitrismo.
Es decir, a la Argentina unitaria. Además reclama la
integración de los países sudamericanos y
latinoamericanos.
En la actualidad la clase política argentina en
general y el peronismo sin
Perón en particular manifiestan un interés
por el Mercosur con el pecado de
reducirlo a la alianza con el Brasil no teniendo en cuenta los
intereses de los países pequeños como lo son
Paraguay y Uruguay. Esta práctica se manifestó y se
manifiesta con los dos gobiernos justicialistas de Néstor
y Cristina Kirchner.
A esto se le suma el hecho de que para contrarrestar el
hegemonismo argentino-brasileño en el seno del Mercosur,
Uruguay y Paraguay no han conformado un bloque de poder. Una
alianza manifiesta. Esto ha generado que la asimetrías
entre los dos grandes (Argentina y Brasil ) y los países
más pequeños (Uruguay y Paraguay) del bloque
regional hayan aumentado. En el seno del Mercosur no hay un
equilibrio de
poderes entre los países miembro sino un desequilibrio
constante.
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