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Mujeres a las urnas – Historia Social Latinoamericana (página 3)




Enviado por Sofia Lajad



Partes: 1, 2, 3

Las precarias condiciones económicas y políticas que
sufre la mayoría de las mujeres mexicanas impiden el
ejercicio político de sus derechos ganados con tanto
esfuerzo. En el mundo femenino es donde más se conculca el
derecho al voto libre. Queda todavía un buen trecho por
recorrer a las mujeres mexicanas para hacer plenamente efectivo
su derecho a votar y a ser votadas.

México, 1883: "La mujer no es solamente un
útero"

En México, un sector de mujeres se organizó en I 870
en torno al periódico "Siempre viva"". Grupos de mujeres se
incorporaron al partido Liberal mexicano y se organizaron como
"Las hijas de Anáhuac".

En 1883, Concepción Jimeno de Flaquer. fundadora de "El
album de la mujer" , señalaba: "La mujer no es solamente un
útero". En esa misma década, la revista "Violetas del
Anáhuac", creada por la feminista Laureana Wright de
Kleinhaus, planteaba el "voto femenino y la igualdad de derechos
jurídicos para hombres y mujeres, abogando por la
instrucción de la mujer". Juana Gutiérrez, fundó
el periódico "Vesper" y los clubes políticos femeninos
"Amigas del pueblo e hijas de Cuauhtémoc".

Este inicio del combate de la mujer latinoamericana por sus
derechos políticos y sociales, por su derecho al trabajo ya
la educación, provocó una iracunda reacción de
casi todos los hombres. Como modelo reaccionario de pensamiento
transcribimos un artículo redactado por un venezolano, en
diciembre de 1888, titulado Los derechos políticos de la
mujer: "Dicen los antropólogos que el cerebro de I a mujer
pesa una décima parte menos que el del hombre.., las
diversas regiones cerebrales no aparecen igualmente
desarrolladas; en el hombre lo está la región frontal y
en la mujer la lateral y posterior.

Además el occipital de esta última se dirige
horizontalmente hacia atrás: todo lo cual, unido a otros
caracteres embriológicos y anatómicos de que no
queremos hacer mérito, ha llevado a la conclusión de
que la mujer es un ser perpetuamente joven que debe colocarse
entre el niño y el hombre (Letourneau)… Siendo el sufragio
la manera más directa de influir en el gobierno, preciso
será averiguar si la mujer hará uso de él con
entera independencia como lo exigen los principios de las
instituciones representativas… Ningún hombre "dice Cope"
presenciaría con serenidad el espectáculo de su esposa
e hijas anulando su voto en las elecciones o contribuyendo con su
influencia a sostener una política de gobierno que él
considerase perjudicial a su propio bienestar o al (le la
comunidad" , (Luis López Méndez: Los derechos
políticos de la mujer. (diciembre, 1888), en "Los partidos
políticos", publicación de la Presidencia de la
República, Caracas, 1963).

Las mujeres tuvieron que seguir luchando contra este tipo de
pensamiento y comportamiento reaccionarios que imperaban en la
sociedad. Sin embargo, las condiciones objetivas comenzaban a
barrenar el gran edificio machista construido desde los tiempos
de la colonia. Se inició entonces un lento proceso de avance
de la mujer en la lucha por conquistar los derechos más
elementales de un ser humano. El salto cualitativo se
producirá un siglo después

cuando la mujer comience una de las revoluciones sociales
más importantes de la historia universal

PARAGUAY

En Paraguay, país que como credenciales de cultura
machista ostenta el deshonroso récord de ser el último
país de la región en conceder el sufragio
femenino.

A 46 años del reconocimiento del derecho al voto
femenino, las paraguayas no participan en política.

Hoy hace 46 años que las mujeres en Paraguay tienen
acceso al voto, luego de una larga lucha de grupos feministas que
durante décadas soportaron todo tipo de agravios para
conquistar su derecho cívico. Sin embargo, el proceso de
inserción de la mujer en el ámbito político es
lento. Así, se puede mencionar como ejemplo que de 274
municipios, solo 12 son conducidos por mujeres. Y en este
contexto, varias entrevistadas afirmaron que el voto no sirve en
un país donde nada cambia.

La larga lucha de las mujeres paraguayas por el derecho al
voto, tuvo su victoria un 5 de julio de 1961, cuando se
promulgó la Ley 704 de "Derechos Políticos de la Mujer"
que previamente había sido sancionada por la entonces
Cámara de Representantes. Este significó un paso
importante en la lucha por la igualdad de género en la
historia del Paraguay.

BREVE HISTORIA DE LAS MUJERES PARAGUAYAS LA
MUJER GUARANÍ

-    La sociedad guaraní era
patrilineal.
-    Respeto al padre y a los ancianos.
-    La mujer guaraní era considerada como
objeto de valor, como valor de cambio económico
especialmente en las transacciones comerciales.
-    Una mujer podía valer unas cuantas
pieles o carne de caza o varios juegos de adornos de
plumería.
-    La mujer era muy apreciada pues ella
significaba:
      a) dinero (valor de cambio)
      b) Era la que trabajaba en el
kokué ( el hombre cazaba, pescaba y guerreaba)
      c) Era la encargada de realizar
los trabajos artesanales de cestería y alfarería
(vasijas   
           que
utilizaba toda la tribu)
     d) Procreaba y daba placer sexual.
-    La mujer guaraní era muy apreciada tanto
por los indios guaraníes y por los indios del 
Chaco.

LA MUJER EN LAS
PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX

-    Se inicia débilmente su
participación en la vida pública (Manifestación de
5000 mujeres frente a la cárcel, las concepcioneras en 1902,
Periódico "La voz del Siglo", Comisión de Mujeres
pro-paz en 1904).
-    La primera abogada del Paraguay presenta su
tesis doctoral (1907)
-    Se crean asociaciones femeninas de
carácter social, laboral y político.
-    Se suceden huelgas de vendedoras del Mercado
Central por los precios impuestos por el gobierno.
-    Emergen nuevas profesiones: secretarias,
mecanógrafas, taquígrafas, contadoras, modistas,
escritoras, periodistas, médicas, enfermeras, etc.)
-    Se inicia la lucha por el sufragio femenino.
Aparecen diversas agrupaciones.
Se consigue el voto femenino en 1961.

Las mujeres
también deciden

Hoy no hay campaña electoral seriamente diseñada si
no se toma en cuenta a la gran población femenina votante.
El Paraguay fue el último país del continente en
reconocer la ciudadanía femenina. Hoy, a 47 años del
derecho al voto para las mujeres, a diferencia de Perú -que
fue el penúltimo en reconocer el voto femenino-, somos los
primeros en que una mujer se candidata para la presidencia de la
República.

 

Al igual que en otros países de la región, las
mujeres paraguayas sostuvieron una larga lucha por el
reconocimiento de sus derechos políticos, y lo consiguieron
recién en 1961, siendo de esta manera el Paraguay el
último país del continente en reconocer la
ciudadanía femenina, según la Coordinación de
Mujeres del Paraguay.

PERÚ

Vota por primera vez la mujer en Perú en 1955

El 7 de septiembre de 1955 se concede en Perú el derecho
al voto a las mujeres. La promulgación de la Ley 12391, que
reconoció el derecho de sufragio de las mujeres peruanas,
fue en el gobierno de Manuel Odría.

Entre las mujeres más destacadas en el impulso del voto
femenino en el Perú fueron: María Jesús Alvarado
(1878-1971) quien planteó por primera vez en 1911 la
necesidad de otorgar la igualdad de derechos civiles y
políticos a la mujer peruana. En 1924, Zoila Aurora
Cáceres (1977-1958) también impulsó esta lucha a
través de la organización "El feminismo peruano" que
fundó en esa fecha.

Sufragistas
peruanas
 

En el Perú, las primeras luchas por el voto femenino se
registran en 1910 con la feminista María Jesús Alvarado
y el grupo Evolución Femenina. Antes de conseguirse este
derecho ciudadano muchas mujeres estamparon su esfuerzo en
múltiples jornadas; cabe recordar entre ellas a la poeta
Magda Portal, lo cual motivó su salida del Partido Aprista
en 1931. Finalmente, la Constitución de 1933 otorgó el
voto municipal a las mujeres y finalmente el otorgamiento del
voto femenino se dio recién en 1955, hace sólo 49
años.

Entre las mujeres más destacadas en el impulso del voto
femenino en el Perú fueron: la periodista, educadora y
escritora María Jesús Alvarado (1878-1971) quien
planteó por primera vez en 1911 la necesidad de otorgar la
igualdad de derechos civiles y políticos a la mujer peruana.
En 1924, Zoila Aurora Cáceres (1977-1958) también
impulsó esta lucha a través de la organización "El
feminismo peruano" que fundó en esa fecha.

Congresistas mujeres para el período
1956-1963 (Perú)

  • Irene Silva de Santolalla (Casada), Senadora por
    Cajamarca
  • Lola Blanco de la Rosa Sánchez (Casada), Diputada por
    Ancash
  • Alicia Blanco Montesinos (Soltera), Diputada por
    Junín
  • María Eleonora Silva Silva (Soltera), Diputada por
    Junín
  • María M. Colina de Gotuzzo (Casada), Diputada por La
    Libertad
  • Manuela C. Billinghurst (Soltera), Diputada por Lima
  • Matilde Pérez Palacio Carranza (Soltera), Diputada por
    Lima
  • Juana M. Ubilluz de Palacios (Casada), Diputada por
    Loreto

Oposición

La oposición a conceder el derecho a voto a la mujer no
sólo se basó en la predominancia de cada género en
el ámbito privado o público según
correspondía. Además, también se planteaba que las
mujeres serían influenciadas por sus maridos o por la
Iglesia. Se asumía que los primeros no permitirían que
las mujeres expresen su verdadera voluntad, y que la segunda
perjudicaría el voto en el que predominaba la ideología
antes que la fe. Aparte, por supuesto, de la suposición que
el ingreso de la mujer a la esfera política destruiría
la familia y el hogar.

Con la inclusión de las mujeres, el electorado se
duplicó. No obstante, debe resaltarse que en nuestro
país quienes promovieron el derecho a voto a la mujer fueron
gobernantes conservadores. De esta forma era posible
contrarrestar la creciente radicalización del electorado
masculino, el cual se encontraba cada vez más movilizado,
por lo que el voto concedido no significó un cambio en la
forma de pensar sobre la mujer. Más bien se pensó que
la influencia de la Iglesia conservadora sobre ella podría
equilibrar los cambios sociales en curso. En las elecciones de
1956, fueron elegidas 1 representante para el Senado, y 8
representantes como diputadas.

Elegir y ser elegidas

El reconocimiento del voto a todos los peruanos mayores de 18
años por la Constitución de 1979 mediante el sufragio
universal, implicó una mayor inclusión de la mujer en
el sistema político. Esto no sólo se debe a que se
disminuyó la edad necesaria para alcanzar la mayoría de
edad, sino también a que dentro del sector analfabeto de la
población, la mayoría son mujeres, y
específicamente de zonas rurales. Según cifras del
INEI, la tasa de analfabetismo de la población femenina
mayor de 15 años en zonas rurales en el 2002 llegaba al
37,4%.

A partir de las elecciones de 1980, las mujeres en su conjunto
tienen la capacidad de elegir y ser elegidas, por lo menos en
teoría. Todavía se encuentran alrededor de 312 mil
mujeres sin un documento de identidad que les permita ejercer su
derecho al voto, según cifras del movimiento Manuela
Ramos.

El sistema de cuotas, implementado en el Perú en 1997, ha
sido también un avance en lograr la igualdad en la
representación política. En América Latina las
cuotas fueron establecidas primero por Argentina en 1991, por lo
que su historia es bastante reciente. Las cuotas de género
en el Perú sostenían inicialmente un 25% para listas al
Congreso y municipios. En el año 2000 se aumentó la
cuota para la lista al Congreso a 30%, y en el 2002 se hizo lo
mismo con la cuota para municipios. Además, en el 2002
también se aplicó el 30% para las elecciones
regionales.

A pesar de haber favorecido la igualdad en la
representación, el sistema de cuotas todavía tiene un
largo camino por delante. Por ejemplo, para el Congreso del 2000
se contaban 26 mujeres (21,6%) de 120 parlamentarios, y en el
Congreso del año 2001 disminuyó la cantidad a 22
congresistas mujeres (18,3%). Sin embargo, sí se registra un
aumento desde el 11,76% en el Congreso de 1995, al 18,3% de
nuestro Congreso actual.

Mientras tanto, a 51 años de reconocer el derecho a
voto de la mujer, el nuevo reto es permitir que todas las mujeres
peruanas tengan las mismas posibilidades de participar en la toma
de decisiones en sus comunidades y en el país. La
ampliación de la democracia significa la inclusión de
aquellos que se encuentran fuera, y ya conseguido el derecho a
voto hace mas de 50 años, ahora la meta es que todas sean
verdaderas ciudadanas del país.

.

Las primeras congresistas del Peru, Cortesía
Archivo General del Congreso de la Republica

URUGUAY

Las mujeres votaron por primera vez en Uruguay en 1927. La historia es poco conocida.

Las mujeres votaron por primera vez en Uruguay en 1927. La
historia es poco conocida.

Cerro Chato es una localidad muy especial. Se formó en
torno a una estación de trenes (línea Montevideo/Melo),
sobre el propio lomo de la Cuchilla Grande, y según muchos
investigadores históricos, en el camino de los indios
guaraníes desde y hacia las misiones jesuíticas del
norte. El pueblo se extendió en derredor de la estación
y con ello fue tomando tres jurisdicciones distintas, al cruzar,
sin un orden establecido, los límites de los tres
departamentos. En 1921, los representantes nacionales por el
departamento de Treinta y Tres presentan un proyecto de ley por
el cual Cerro Chato quedaba bajo la jurisdicción municipal
del departamento olimareño. La polémica quedó
desatada de inmediato

Se formó en el lugar un Comité de Durazno, otro de
Treinta y Tres y una Asamblea de floridenses. La cuestión se
fue dando de tal modo, que llegó a la órbita del
Consejo Nacional de Administración, el que con fecha 18 de
abril de 1926 resolvió, primariamente, la anexión de
Cerro Chato al departamento de Treinta y Tres.

Al día siguiente de tal resolución, el doctor
Prando, ministro de Instrucción Pública de la
época, se dirigió al Ministerio de Obras Públicas
por nota, en los siguientes términos: "De acuerdo a lo
resuelto por el Consejo Nacional de Administración en su
sesión de ayer, este Ministerio debe proceder a la
redacción de un Proyecto de Ley que será sometido a la
Honorable Asamblea General, por el cual se eleva a la
categoría de pueblo al grupo de casas conocido por Cerro
Chato. Ahora bien, según los informes que tiene este
Ministerio, la estación ferrocarrilera de Cerro Chato
está enclavada en el Departamento de Durazno, y la
población del mismo nombre se extiende hacia el Este,
invadiendo los departamentos de Florida y Treinta y Tres. El
propósito del Consejo Nacional de Administración es el
de formar sobre la base del futuro pueblo de Cerro Chato una
nueva sección judicial en el Departamento de Treinta y Tres;
pero para esto, habría tal vez, la necesidad de modificar
los límites de ese departamento, en forma que permita situar
en aquel la sección Judicial de Cerro Chato".

El Ministerio de Obras Públicas encomienda la tarea a una
Comisión Técnica que el 21 de junio eleva un informe en
el cual considera que Cerro Chato debe anexarse a Treinta y Tres.
Los límites departamentales se recomiendan modificar en
pocos kilómetros cuadrados, suficientes para crear una
sección judicial.

Con los informes recibidos, el 5 de agosto de 1926, el Consejo
Nacional de Administración resolvió dar la oportunidad
al propio pueblo de Cerro Chato para que expresara su
opinión de pertenencia al respecto, que si bien desde lo
jurídico carecía de valor real, desde lo político
y lo social podía alivianar tensiones que se daban desde
tiempo atrás. El hecho produjo reacciones contrarias, por
cierto, ya que los comités de cada departamento,
representados por pobladores de Cerro Chato, se enfrascaron en
una lucha localista que no parecía tener fin.

El 3 de enero de 1927, la Corte Electoral emite una Circular
al respecto y el 31 de mayo reglamenta el plebiscito,
estableciendo " que cualquier persona, sin distinción,
que desee intervenir en el plebiscito deberá previamente
inscribirse en el Registro que abrirá la Comisión
Especial Plebiscitaria el 5 de junio, y lo cerrará el 28 de
junio próximo.
" Asimismo, disponía que "los
Consejos Departamentales de Durazno, Florida y Treinta y Tres
podían designar delegados ante dicha Comisión Especial
a fin de controlar el acto plebiscitario". Votó el 94% de la
población, y venció la opción "Durazno".

La Constitución de 1917, le otorgó a las mujeres la
totalidad de los derechos civiles y la potestad del voto. Pocos
años después, la Ley de 1932 reglamentó esos
derechos, y en 1938, la mujer votó por primera vez en el
Uruguay en la elección nacional del 27 de marzo de ese
año. Pero en Cerro Chato, la primera vez fue el 3 de Julio
de 1927.

Las mujeres uruguayas participaron en la historia
social, económica y política del país desde las
luchas por la independencia, la revolución y después en
las movilizaciones obreras de comienzos de siglo. No obstante,
esa presencia recién se comienza a documentar en la
investigación histórica.

Uruguay sobresale por su temprana legislación de
protección a la mujer trabajadora y por la ley de divorcio
unilateral sin expresión de causa (1913), así como por
la rápida secularización que culminó en la
separación de la Iglesia y el Estado en 1917.

Tras casi veinte años de acción organizada,
en 1932 las mujeres obtuvieron el derecho a voto, siendo Uruguay
el segundo país de la región en reconocerlo. Se
incorporaron al Parlamento en 1943, pero recién en 1968 una
mujer ocupó una cartera ministerial, sólo por un
mes.

La democracia uruguaya, con una tradicional y activa
participación electoral, sufrió una dramática
interrupción con la dictadura militar de 1973-1985. La
dureza del período -la represión y la profunda crisis
económica- mantuvo a las mujeres marginadas del proceso
vivido tanto a nivel mundial como en la mayoría de los
países de América Latina por la celebración del
Decenio de Naciones Unidas para la Mujer (1975-1985). Sin
embargo, la propia situación del país politiza la vida
cotidiana y los afectos y en 1982 comienzan a articularse con
fuerza nuevos grupos de mujeres preocupadas de la defensa de los
derechos humanos y las necesidades de subsistencia. Las mujeres
se vuelven protagonistas de la lucha por la democracia, formulan
reivindicaciones específicas y finalmente buscan su
incorporación en la esfera de los partidos políticos a
partir de la coordinación de organizaciones y grupos de
mujeres.

Si bien la transición a la democracia en sus
inicios fue mezquina con las mujeres en cuanto a cargos de
representación y en el Poder Ejecutivo, paulatinamente sus
reivindicaciones se han ido legitimando y han vuelto a estar en
el Parlamento -incluso con una comisión especial sobre
Condición de la Mujer- y por primera vez presiden Juntas
Departamentales. Esta presencia en el poder local ha permitido un
trabajo concertado con organizaciones femeninas de base, así
como con Organismos No Gubernamentales de trayectoria en el
trabajo con mujeres. En los partidos políticos se ha puesto
en el debate la cuotificación de los cargos y en el
Parlamento se debate una ley que haga otro tanto en los cuerpos
representativos.

Las uruguayas fueron las primeras en América
Latina en modificar profundamente sus rasgos demográficos,
tanto como producto de los cambios generales de la población
como a través de la modificación de su propio
comportamiento reproductivo. De esta forma, ya a mediados de
siglo la población femenina en Uruguay era principalmente
adulta, fundamentalmente urbana y tenía menos de tres hijos
como promedio durante su vida fértil. Estas
características se han ido acentuando en las últimas
décadas, pero sin que se hayan producido los cambios
drásticos que tuvieron lugar en la mayoría de los
países de la región en esta segunda mitad del
siglo.

Las mujeres han participado desde temprano en el
mercado económico uruguayo. Sus tasas de participación
están entre las más altas de América Latina y la
fuerza laboral femenina tiene un nivel educativo promedio
más alto que la masculina. Sin embargo, sigue obteniendo
menores salarios y orientándose hacia profesiones
todavía tradicionalmente femeninas.

Sus condiciones de salud y educación son
comparativamente buenas en la región. Ha sido sobre todo en
el campo educativo donde las mujeres de Uruguay han dado un salto
importante en las últimas dos décadas. Las uruguayas
habían alcanzado a mediados de siglo una situación
educacional semejante a la que están logrando las mujeres de
la mayoría de los países latinoamericanos desde la
pasada década: paritaria respecto del varón en los
niveles primario y secundario y ligeramente inferior en el
universitario. Pero el nuevo impulso que tuvo su
participación en los últimos veinte años ha
significado que hoy sean claramente mayoritarias en las
matrículas de los niveles segundo y tercero de la
educación. Ello no quiere decir que su situación
educativa no presente algunos problemas de consideración:
segmentación al momento de elegir carrera, falta de
formación técnica y, sobre todo, una socialización
escolar en menores y jóvenes que aún reproduce la
división tradicional de roles sexuales.

En el ámbito de la acción social colectiva de
mujeres, Uruguay cuenta hoy día con un amplio tejido social,
vivo y variado que incluye tanto grupos de base como
organizaciones feministas, centros académicos y de
investigación, ONG de desarrollo social, organizaciones
políticas y asociaciones gremiales. Esta heterogeneidad
constituye una riqueza pero también es fuente de tensiones y
las líderes han debido realizar enormes esfuerzos para
conservar los espacios de coordinación y continuar buscando
mecanismos de articulación con el sistema institucional. El
debate en torno a la autonomía del movimiento social y la
doble militancia -política y de mujeres- recorre el quehacer
de las organizaciones en un país de fuerte tradición
político-partidaria y donde el mito de la sociedad
igualitaria aún persiste en el sentir colectivo.

VENEZUELA

El 5 de mayo de 1945 es aprobada la reforma constitucional que
otorga a las mujeres el voto para la elección de los
concejos municipales. Producto de una lucha de nueve años,
iniciada a la muerte de Gómez, la conquista es, sin embargo,
incompleta, pues en 1944 un manifiesto suscrito por más de
11.000 mujeres había propuesto al Congreso la reforma del
artículo 32 numeral 14, de modo "que la mujer venezolana
pueda ejercer el derecho de sufragio en idénticas
condiciones a como lo ejerza el hombre". Ese importantísimo
documento lo firmaban mujeres de relevantes méritos como:
Anna Julia Rojas, Lucila Palacios, Cecilia Pimentel, Elisa Elvira
Zuloaga, Ada Pérez Guevara, Josefina Juliac de Palacios,
Irma De Sola Ricardo, Luz Machado de Arnao, Margot Silva
Pérez, Antonia Palacios, Lola de Fuenmayor, Panchita
Soublette Saluzzo, Mercedes Fermín, Fifa Soto de Liscano y
Blanca Rosa López.

La figuración política de la mujer después del
año 36, había contado con nombres como los de Olga
Luzardo, María Teresa Castillo, Carmen Clemente Travieso,
Ana Luisa Llovera, Ana Mercedes Pérez y Eumelia
Hernández. Esta última el 1º de noviembre de 1944
escribió acerca del "mitin femenino" en el Cine Apolo, en el
cual hablaron Antonia Palacios, Luz Casado, Josefina Juliac,
Auramarina Colmenares, Isabel Jiménez Arráiz,
Ángela Doria y ella misma. La pelea no fue en vano, ya que
en la constituyente de 1946/1947 participan diez mujeres, entre
ellas: Cecilia Núñez de Sucre, Lucila Palacios, Ana
Luisa Llovera, Mercedes Fermín y Panchita Soublette.

Concesión del sufragio femenino en los Estados
miembros de la OEA

País

Año

País

Año

Canadá*

1918

Barbados

1950

Estados Unidos

1920

Antigua y Barbuda

1951

Ecuador

1929

Dominica

1951

Brasil

1932

Grenada

1951

Uruguay

1932

Santa Lucia

1951

Cuba

1934

San Vicente y las Grenadines

  

El Salvador (limitado)

1939

Bolivia

1952

República  

1942

San Kitts y Nevis

1952

Jamaica

1944

México

1953

Guatemala (limitado)

1945

Guyana

1953

Panamá

1945

Honduras

1955

Trinidad y Tobago

1946

Nicaragua

1955

Argentina

1947

Perú

1955

Venezuela

1947

Colombia

1957

Suriname

1948

Paraguay

1961

Chile

1949

Bahamas

1962

Costa Rica

1949

Belice

1964

Haití  

1950

*Excepto en la Provincia de Quebec donde se
concedió el derecho al voto a la mujer en el año
1952

 ANEXOS Lista
comparativa de países con sufragio femenino (por orden de
aprobación)

Países

Derecho masculino al voto en elecciones nacionales

Voto de las mujeres en igualdad con los hombres

Nueva Zelanda

1879

1893

Australia

1901

1902

Finlandia

1906

1906

Noruega

1898

1913

Dinamarca

1920

1915 (desde 1908 podían votar las mujeres de
más de 25 años y que pagaran impuestos)

Uruguay

1830

1917 (votan por primera vez el 3 de julio de 1927, en el
Plebiscito de Cerro Chato)

Irlanda

 ?

1918

Polonia

 ?

1918

Georgia

 ?

1918

Rusia

1918

1918

Islandia

 ?

1919

Luxemburgo

 ?

1919

Alemania

1867

1919

Suecia

1909

1919

Países Bajos

1917

1919

Austria

 ?

1920

Hungría

 ?

1920

Checoslovaquia

1920

1920

Reino Unido

1918

1928 (desde 1918 podían votar las mujeres mayores
de 30 años)

Ecuador

 ?

1929

España

1869

1933

Cuba

 ?

1934

Turquía

1924

1934

Filipinas

1936

1937 (ganado en 1935 con un referéndum, 95% a
favor)

El Salvador (limitado)

 ?

1939

Canadá

1920

1940 (en Quebéc. De 1916 a 1922 en el resto del
país)

República Dominicana

 ?

1942

Jamaica

 ?

1944

Francia

1848

1944

Guatemala (limitado)

 ?

1945

Panamá

 ?

1945

Italia

1919

1945

Trinidad y Tobago

 ?

1946

Albania

 ?

1946

Japón

1925

1946

Bulgaria

 ?

1947

Yugoslavia

 ?

1947

Argentina

1912

1947

Venezuela

1946

1947

Surinam

 ?

1948

Rumania

 ?

1948

Bélgica

1919

1948 (desde 1920 las mujeres podían votar en las
elecciones comunales)

Chile

1935

1949 (desde 1935 las mujeres podían votar en
elecciones municipales)

Costa Rica

 ?

1949

Barbados

 ?

1950

Haití

 ?

1950

Antigua y Barbuda

 ?

1951

Dominica

 ?

1951

Granada

 ?

1951

San Vicente y las Granadinas

 ?

1951

Santa Lucía

 ?

1951

Bolivia

 ?

1952

Grecia

 ?

1952

San Kitts y Nevis

 ?

1952

India

1950

1950

Guyana

 ?

1953

México

1909

17 de octubre de 1953 (desde 1947 en elecciones
municipales)

Pakistán

 ?

1954

Siria

 ?

1954

Honduras

 ?

1955

Nicaragua

 ?

1955

Perú

 ?

1955

Costa de Marfil

 ?

1955

Vietnam

 ?

1955

Egipto

 ?

1955

Túnez

 ?

1956

Colombia

1957 (desde 1853, en la provincia de Vélez
-Santander-, podían votar. Perdieron el derecho al
voto en 1857 al formarse el Estado de Santander, mas lo
recuperaron el 25 de agosto de 1954. Puesto en
práctica desde 1957).

Paraguay

 ?

1961

Brasil

1889

1961

Bahamas

 ?

1962

Mónaco

 ?

1962

Irán

 ?

1963

Kenia

 ?

1963

Belice

 ?

1964

EE. UU.

1870

1920

Suiza

1848

1971

Portugal

 ?

1971 (desde 1931 podían votar las mujeres con
escuela secundaria completa)

Liechtenstein

 ?

1984

África Central

 ?

1986

Yibuti

 ?

1986

Samoa

 ?

1990

Sudáfrica

1994

1994 (desde 1930 podían votar sólo las mujeres
de piel blanca)

Afganistán

 ?

2003

Kuwait

 ?

2005

Lista de países sin sufragio femenino

En la actualidad, algunos países no reconocen el sufragio
a las mujeres. O sí lo reconocen (como en el Líbano),
pero de una manera diferente que a los hombres. La siguiente
lista no incluye los países que no permiten el sufragio ni a
hombres ni a mujeres:

  • Arabia Saudí
  • Bután: un solo voto por cada familia, y sólo en
    elecciones a nivel local.
  • Brunéi Darussalam
  • Líbano: las mujeres requieren una prueba educativa,
    los hombres no. Voto obligatorio para hombres, opcional para
    mujeres.
  • Omán: limitado a 175.000 personas (la mayoría
    hombres) elegidas por el gobierno.

1.6 El auge de los Derechos Humanos y los Derechos de
Género de la Mujer

Los Derechos Humanos subrayan la necesidad de la igualdad de
derechos en todas las esferas de la vida económica, social,
cultural y política, tanto de hombres como de mujeres . En
el caso de las mujeres, la capacidad de controlar su propia
fecundidad constituye la base para el disfrute de otros derechos
y eliminar los obstáculos a la educación
capacitación, empleo y acceso a los serviciosde la salud;
promover la participación activa de los hombres y mujeres en
las esferas de la responsabilidad familiar y compartir la pareja
natural (heterosexual) la responsabilidad de la
planificación de la familia, la crianza de los hijos y las
labores domésticas.

En materia de Derechos Humanos existen un sin fin de tratados
internacionales que dan protección a las personas,
independientemente que sean hombres o mujeres, aunque en
razón de las mujeres, hay especiales, puesto que ella ha
sido objeto de una continua violación a sus derechos
humanos, pueden citarse los siguientes Tratados y algunas
declaraciones; algunas de ellas ya antes citadas:

1.         
Declaración Universal de Derechos Humanos (1948).

2.         
Convención que busca eliminar el Tráfico de Personas y
la explotación de la prostitución por otros. (1949)

3.         
Convenio de la OIT sobre la igualdad de remuneración por
igual trabajo sin distinción de sexo. (1951)

4.         
Convenio sobre los Derechos Políticos de la Mujer
(1952).

5.         
Convención sobre la nacionalidad de las Mujeres casadas
(1957)

6.          Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

7.          Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales.

8.         
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre.

9.          I
Conferencia sobre la Mujer, México: Declaración sobre
la igualdad de la mujer; Plan Mundial de Acción: Año
Internacional y Decenio de la Mujer. (1975)

10.       Adopción por la
ONU de la Convención sobre la Eliminación de todas las
formas de discriminación contra la Mujer. (1979)

11.       Convención sobre
la Eliminación de todas las formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW), que redactó el concepto de
discriminación contra la mujer y crea como mecanismo de
verificación y cumplimiento el Comité CEDAW. (1979)

12.       Convención
Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José)

13.       III Conferencia
Mundial en Nairobi, Kenia.

14.       Declaración sobre
la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer (ONU,
1993).

15.       Convención sobre
la Eliminación de todas las formas de Discriminación
Contra la Mujer. (1979).

16.       Convención
Interamericana Para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer (Convención de Belem do Para) OEA, 1994.

17.       Conferencia sobre
Población y Desarrollo (El Cairo, Egipto). (1994).

18.       Cuarta Conferencia
Mundial sobre la Mujer, Beijing, 1995.

Lo que establecen en suma todos estos Tratados
Internacionales, son que "todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos, incluyendo el del sexo".

Entre los derechos humanos que consagran estos instrumentos
internacionales se tienen:

·                    
La vida, que es un bien y un derecho fundamental.

·                    
La libertad, la cual tiene límites de acuerdo a la ley.

·                    
La seguridad personal, en la cual hay responsabilidad compartida,
tanto del Estado como de la sociedad y de la persona misma.

·                    
La igualdad ante la ley, la cual debe estar garantizada en la ley
y debe aplicarse íntegramente por los responsables.

·                    
La libre circulación, la cual está sujeta a un sistema
normativo.

·                    
La nacionalidad, derecho fundamental y atributo de la
persona.

·                    
La propiedad individual colectiva. Garantizada por el sistema
jurídico.

Asimismo los derechos humanos de las mujeres se especifican
principalmente, en aquellos aspectos en que siempre se le han
violentado sus derechos, tales como:

·                    
Respeto a su persona en lo físico, síquico y moral, es
decir vivir libre de maltrato, sin miedo, amenazas y sin
humillaciones.

·                    
Compartir con los hombres las responsabilidades domésticas y
familiares.

·                    
Valoración y educación libre de conceptos de
inferioridad o subordinación, para tener las mismas
oportunidades que los hombres y lograr la superación
profesional, técnica, etc.

·                    
Trato justo y digno en los servicios policiales legales y de
salud.

Está claro, que si los derechos humanos no se respetan,
peligran la paz y la tranquilidad en la familia y por ende de la
comunidad.

En la realidad, las mujeres tienen mayores dificultades dentro
de la familia y en la sociedad que los hombres, por ejemplo en el
ámbito de la familia y la comunidad, la mujer es la que
más sufre de la violencia, manifestándose ésta en
niveles alarmantes de asesinatos en el 2003, que ascendieron al
50.32% de 153 casos entre otro tipo de violaciones.

En lo que se refiere a la salud el 81.22% de las mujeres no
disponen de ningún tipo de seguro médico, no obstante
existe un 45.88% activas económicamente, lo que muestra
existen muchas mujeres en el sector informal y/o trabajando
condicionadas para no obtener seguro médico y que por la
necesidad aceptan.

Por ese nivel de dificultad que presenta hacer valer los
derechos de las mujeres, es que se realizan eventos mundiales en
los cuales se discuten y planean formas para hacer valer los
derechos de las mujeres.

Dentro de los Derechos Humanos, se contemplan los Derechos
sexuales, los cuales fueron abordados en la Cuarta Conferencia
Mundial sobre la Mujer, Beijing (1995), en ella se reconocieron
los derechos que tienen las mujeres y hombres para decidir:

·                    
Sobre las cuestiones relativas a su sexualidad.

·                    
Cuándo y cómo tener relaciones sexuales.

·                    
Vivir su sexualidad sin discriminación, violencia o
dominación, es decir no sentirse objeto, en contrario ser
sujeto.

Asimismo se encuentran los derechos reproductivos, que le
permiten a mujeres y hombres decidir con libertad y
responsabilidad:

·                    
Tener o no tener hijos e hijas.

·                    
Cuántos y en qué momento, tener hijas e hijos.

Para ello, se debe ejercer el derecho a obtener
información, que permita organizar de manera sana y
tranquila la vida reproductiva.

La maternidad y la paternidad voluntaria son parte de los
derechos reproductivos de mujeres y hombres. La maternidad
voluntaria, se da cuando las mujeres deciden ser madres, ya sea
por embarazo o por adopción. La paternidad voluntaria, se da
cuando los hombres deciden ser padres, por haber engendrado o por
adopción.

Con el objeto de garantizar todos estos derechos sexuales y
reproductivos, se reconocen en el Plan de Acción de la
Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing, 1995).

Es importante mencionar que también el enfoque del
feminismo de género reconoce a las orientaciones sexuales
porque niega la división sexista tradicional, por lo tanto
si no hay división del sexo, también se les está
violando sus derechos humanos a homosexuales y lesbianas, y el
derecho internacional no podía estar ajeno a esta
situación, por ello la ONU abre espacios a las
organizaciones homosexuales y lesbianas. Aunque la equidad de
género se opone a esta corriente, porque concibe los
derechos de la mujer dentro de la concepción natural, es
decir en una relación heterosexual, sea ésta en una
sociedad monogámica o poligámica, éste sistema es
muy defendido por la Iglesia Católica. Por ello el feminismo
de género plantea que la concepción de equidad,
encajona los derechos de la mujer entre la religión y la
familia, volviéndose hasta represivo para las mujeres que
subsisten en estos sistemas.

ARTÍCULO

México: El voto de las mujeres

La primera mujer mexicana en votar fue motivo
de una gran cobertura de la prensa (Foto:
www.rohan.sdsu.edu).
 

El voto de las mujeres, libro sobre el
poder, el feminismo y otros temas de género, fue
lanzado este mes en México. La antología recoge
las reflexiones de un grupo de mujeres que se reunió
en octubre de 2003, con motivo de la celebración de
los cincuenta años del voto femenino en ese país.
Un grito de rebeldía con visión de
futuro.

(Mujereshoy/Cimac) La celebración del 50 aniversario
del voto de las mujeres permitió la reunión de 29
mujeres el pasado 22 de octubre en el Claustro de Sor
Juana, que reflexionaron acerca del poder, el feminismo y
los asuntos de género que ocupan desde hace muchos
años nuestro imaginario social, y que este mes pone en
circulación la editorial Plaza y Janés en una
antología que nos permite por primera vez asomarnos al
pensamiento de los temas que sin hipérbole comprometen
el futuro del país.

Porque, hay que decirlo, ese Grupo Plural, como dio en
llamarse a sí mismo, tenía (y tiene)
características poco comunes en un medio donde las
mujeres habían sido tradicionalmente relegadas de los
espacios públicos. En primer lugar, son mujeres
empoderadas, liderezas políticas y empresariales,
legisladoras, ex gobernadoras, dirigentes partidistas, la
única magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, la única secretaria de Estado del
gobierno foxista, altas funcionarias del mismo y la propia
esposa del presidente, además de periodistas y
feministas.
Se reunían, pues, una variedad de idearios, de
intereses y de orientaciones políticas, por lo que lo
primero que éstas tuvieron que hacer fue hacer a un
lado sus diferencias ideológicas y sus intereses
coyunturales en un intento por dejar constancia de que,
como dice la contraportada de El voto de las
mujeres
, "ésta ha sido una lucha con muchos
logros, pero que aún no está concluida".
Quizá por todo ello, El voto de las mujeres es
un libro con una visión de futuro; pensado y escrito
para dejar constancia no sólo de los avances que han
logrado las mexicanas en los últimos 50 años,
sino también de un programa a futuro, porque otro
logro de esta antología, surgida por la iniciativa de
la secretaria Josefina Vázquez Mota, compilada por
Sara Lovera y Yoloxóchitl Casas, es que por primera
vez nos permite una mirada fresca de lo que las mujeres que
hacen política piensan sobre el poder.
Ello, sin restar importancia al hecho de que de varias de
las integrantes del Grupo Plural, conocido por los medios
como Grupo de Notables, se esperan aún grandes
sorpresas.
Pero al margen de la política activa de cada una de
las integrantes, es importante destacar el hecho de que lo
que se discute en el libro es justamente del poder, para
qué sirve a las mujeres y cómo se le puede
utilizar.
Para una activista del feminismo como Pilar Muriedas,
habría que empezar a pensar, en medio de la
discusión sobre si las mujeres están ya
preparadas para gobernar este país, si "¿pueden
decidir las mexicanas el gobierno que desean cuando aun su
cuerpo es decidido por otros?".
Las preguntas están en el aire. Para la misma
Muriedas, a la pregunta de si "¿está la clase
política del país preparada para que las mujeres
puedan ejercer, con plenitud, su derecho a decidir?",
responde ella misma con contundencia: "Por desgracia, la
respuesta es no".
Por otra parte, para Amalia García, actual candidata
al gobierno de Zacatecas por el PRD y con una larga
trayectoria política y militante desde la izquierda
mexicana, la desigualdad sigue siendo un obstáculo a
superar entre hombres y mujeres.
En su colaboración titulada "El doble uso de las
palabras", Amalia García, cuyos orígenes
políticos se remontan al hoy desaparecido PCM,
señala que "la lucha por transformar el uso del
lenguaje es una de las asignaturas pendientes".
El libro es una panoplia que ofrece las visiones de poder
de estas mujeres que comparten no sólo una visión
de género, sino también una voluntad de poder
expreso que se manifiesta de manera clara y fuerte en un
país que prefiere el susurro y el mensaje cifrado.
Una antología de visiones de un grupo de mujeres que
nos transmiten su experiencia del ejercicio del poder y la
participación pública, en cada una de las
áreas que conforman la multifacética realidad
nacional, surgidas de una serie de encuentros que
posibilitaron no una reunión de amigas, sino una
confluencia intelectual.
Las reuniones, como aclara Sara Lovera en la
introducción, causaron revuelo porque "la reunión
de estas mujeres tan diversas era un signo nuevo en un
país que apenas ha comenzado su transición a la
democracia", y porque, como aclara más adelante, "los
medios no podían concebir que se reunieran mujeres de
poder, con poder y por el poder simplemente para festejar
su ciudadanía, y señalar lo que falta a esa
ciudadanía. Cómo ésta es todavía
incompleta e imperfecta".
Imperfecta, claro, tanto como puede serlo cualquier
democracia, que no puede ser tomada nunca como un fin y
que, por el contrario, es siempre un medio, pero incompleta
porque se ha negado a sí misma la visión de la
mitad de la ciudadanía que la integra, es decir de las
mujeres, que en este país suman casi el 52 por ciento
de la población.
Las protagonistas de este libro forman parte de la
élite política de México, pero sería
más justo decir que ellas mismas son una élite
que, dispersa en el territorio nacional, ha influido de
manera determinante en el rumbo que ha tomado la
política nacional los últimos 30 años o
más.
El que las propias participantes en este festejo
multívoco se hayan autodenominado a sí mismas
como Grupo Plural, rechazando el de Notables que les dieron
los medios en un afán descalificativo, puede dar una
idea de los objetivos del mismo, todo lo cual se refleja de
manera nítida en este libro que podemos definir como
histórico.
Histórico, porque nos permite asomarnos a la
reflexión que sustenta, y ha sustentado, el trabajo
público de estas 29 mujeres (desde Griselda Alvarez,
primera gobernadora en el país, hasta Josefina
Vázquez Mota, la única secretaria del gabinete
actual), que desde los más diversos ámbitos se
han atrevido a buscar el poder para cambiar su realidad y
la de sus conciudadanos.
Es un documento que nos permite saber lo que piensa la
mitad de la población sobre el ejercicio público
de un grupo de mujeres que se atrevieron a, también,
transformar una visión chabacana del poder en una en
la que lo privado es elevado a la dimensión
pública.
Es un grito de rebeldía, cierto, porque como
señalaron en su Declaración "la gran lección
que hoy celebramos es que no es el cuerpo lo que determina
las tareas políticas que las personas podemos
realizar", pero es al mismo tiempo el reconocimiento de que
la política como espacio privilegiado de
participación pública permite unificar criterios
más allá de la contingencia ideológica:
"Nosotras -agregaron-, con nuestras diferencias,
coincidimos en que la responsabilidad pública
atañe igualmente a mujeres que a hombres".

Fuente: Gilberto Meza, Cimacnoticias.com

BIBLIOGRAFÍA

Basado en el extracto del borrador de la Enciclopedia
Electoral Uruguaya, en proceso de elaboración, de los
autores Jorge Marius, Oscar Bottinelli y Wilfredo Giménez.
*

Articulo periodistico : Septiembre 9, 2007 by Roberto Di
Chiara
 

León, Magdalena. Mujeres y participación
política: avances y desafíos en América
Latina
. Santafé de Bogotá: Tercer Mundo
editores. 1994

Movimiento Manuela Ramos:
Villanueva, Victoria y Elizabeth Herrera. 50 años del
voto a las mujeres
. Lima:

Movimiento Manuela Ramos, Programa Derecho a la
Participación Política y Ciudadanía. 2005

Asociación civil Transparencia: www.transparencia.org.pe

Especial para Universia de Lic. Laura Osta Vázquez, de
www.la-azotea.org La Azotea Espacio Cultural


www.publicaciones.cucsh.udg.mx/pperiod/laventan/Ventana19/19_5.pdf

http://www.mujereshoy.com/secciones/1762.shtml

http://www.eurosur.org/FLACSO/mujeres/mexico/m-pais.htm

www.cimacnoticias.com/noticias/03jun/03062401.html

http://www.eurosur.org/FLACSO/mujeres/ecuador/m-pais.htm

http://www.cimacnoticias.com/noticias/01dic/s01122501.html

http://www.oni.escuelas.edu.ar/2002/CORDOBA/historia/voto.htm

http://www.negracubana.nireblog.com

http://www.fpolar.org.ve

 

 

 

Autoras:

Stella Burgos

Sofia Lajad

Verónica López

Romina Montoya

Fernanda Pérez

Carolina Sánchez

Maria Felisa Santillán

Eugenia Velásquez

MATERIA: HISTORIA SOCIAL LATINOAMERICANA

PROFESOR:

Carlos Uriburu Rivas

Partes: 1, 2, 3
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