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La auditoría interna y su papel en el control interno actual de nuestro país (página 2)



Partes: 1, 2

El 29 se septiembre del 2004 se lanzó el Marco de
Control
denominado COSO II que según su propio texto no
contradice al COSO I, siendo ambos marcos conceptualmente
compatibles. Sin embargo, este marco se enfoca a la gestión
de los riesgos
(más allá de la intención de reducir riesgos
que se plantea en COSO I) mediante técnicas
como la
administración de un portafolio de riesgos.

La Ley General de Control
Interno de 2002 (Ley 8292)

promulgada por el gobierno de
Costa Rica,
fue la primera de nuestro hemisferio dirigida
específicamente al control interno, y enfocado al Sector
Publico, establece los criterios mínimos que
deberán observar los entes u órganos
públicos en el establecimiento, funcionamiento, mantenimiento,
perfeccionamiento y evaluación
de sus sistemas de
control interno.

El 23 de septiembre del 2003 se emite en Cuba por el
Ministerio de Finanzas y
Precios la
Resolución 297, a partir de los acuerdos tomados
en la Resolución Económica del 5to Congreso del
Partido Comunista de Cuba. Esta resolución pone en vigor
las Definiciones de control interno, el contenido de sus
componentes y sus normas, para la
implantación gradual en el país.

Con la promulgación de la Resolución 297 del
2003 del MFP, Cuba se incluye en la intención de la
creación de un marco conceptual único de Control
Interno, tomando como referencia los conceptos que aparecen en el
Informe Coso
emitido en 1992.

El Informe COSO I y II

Con el informe COSO (COMMITTEE OF SPONSORING ORGANIZATIONS),
de 1992, se modificaron los principales conceptos del Control
Interno dándole a este una mayor amplitud.

El Control Interno se define entonces como un proceso
integrado a los procesos, y no
un conjunto de pesados mecanismos burocráticos
añadidos a los mismos, efectuado por el consejo de la
administración, la dirección y el resto del personal de una
entidad, diseñado con el objeto de proporcionar una
garantía razonable para el logro de objetivos.

La seguridad a la
que aspira solo es la razonable, en tanto siempre existirá
el limitante del costo en que se
incurre por el control, que debe estar en concordancia con el
beneficio que aporta; y, además, siempre se corre el
riesgo de que
las personas se asocien para cometer fraudes. 

Se modifican, también, las categorías de los
objetivos a los que está orientado este proceso.

De una orientación meramente contable, el Control
Interno pretende ahora garantizar:

A través de la implantación de 5 componentes que
son:

  • Ambiente de control (Marca el
    comportamiento en una organización. Tiene influencia directa en
    el nivel de concientización del personal respecto al
    control.)
  • Evaluación de riesgos (Mecanismos para
    identificar y evaluar riesgos para alcanzar los objetivos de
    trabajo,
    incluyendo los riesgos particulares asociados con el cambio.)
  • Actividades de control (Acciones,
    Normas y Procedimientos
    que tiende a asegurar que se cumplan las directrices y políticas de la Dirección para
    afrontar los riesgos identificados.)
  • Información y comunicación (Sistemas que
    permiten que el personal de la entidad capte e intercambie la
    información requerida para desarrollar, gestionar y
    controlar sus operaciones.)
  • Supervisión (Evalúa la calidad del
    control interno en el tiempo. Es
    importante para determinar si éste está operando
    en la forma esperada y si es necesario hacer
    modificaciones.)

El informe COSO plantea una estructura de
control de la siguiente forma:

O sea, las empresas trazaran
objetivos anuales encaminados a la eficiencia y
eficacia de
las operaciones, la confiabilidad de la información
financiera, el cumplimiento de las leyes y la salvaguarda de los
recursos que mantiene. Identificarán y evaluarán
los riesgos que pongan en peligro la consecución de estos
objetivos; trazarán actividades de control para minimizar
el impacto de estos riesgos; y activarán sistemas de
supervisión para evaluar la calidad de este
proceso. Todo lo anterior, con el sostén de un ambiente de
control eficaz, y retroalimentado con un sistema de
información y comunicación efectivo. 

El Marco de Control denominada COSO II de Septiembre del 2004,
establece nuevos conceptos que como se explicó
anteriormente no entran en contradicción con los conceptos
establecidos en COSO I. El nuevo marco amplia la visión
del riesgo a eventos negativos
o positivos, o sea, a amenazas u oportunidades; a la
localización de un nivel de tolerancia al
riesgo; así como al manejo de estos eventos mediante
portafolios de riesgos. 

El marco COSO II aun no se ha extendido de forma masiva por
Latinoamérica, aunque algunos expertos
hablan de la importancia del mismo. Cuba, por su parte, no
considero esté en condiciones de aplicar el COSO II hasta
tanto no haya recogido frutos del COSO I, y se haya ganado en la
compresión de los nuevos conceptos.

El papel de la Auditoria Interna
dentro de los sistemas de Control Interno basados en COSO

Basados en los nuevos conceptos de Control Interno, este se
define como el proceso efectuado por la dirección y el
resto del personal, para garantizar una seguridad razonable de
las operaciones que permitan el alcance de los objetivos
propuestos.

Partiendo de esto en todos los casos la responsabilidad por la implementación,
evaluación y mantenimiento del proceso es la
dirección de la entidad y específicamente en el
Director general. La responsabilidad de los Auditores Internos en
este proceso es la de revisar el Control implementado,
señalar deficiencias y promover mejoras, pero en todos los
casos será el personal de cada área el encargado de
el mantenimiento del sistema y la
implantación de las mejoras. De forma que tampoco
ningún área de la empresa o
institución debe considerarse encargada o responsable del
Control Interno.

La auditoria interna se considerará entonces como una
parte del sistema de control interno que funciona al revisar y
evaluar los controles internos establecidos por otros, asesorar y
señalar deficiencias y presentar recomendaciones de
mejoras. Los auditores internos no se encargan de efectuar
controles para poder proteger
su propia independencia.
Es, por tanto, una de las novedades de los sistemas de Control
Interno basados en COSO, que la dirección sea la primera
encargada de la auto evaluación del sistema, papel que
hasta hace unos años le correspondía exclusivamente
a los auditores internos e independientes.

Las Unidades de auditoria Interna deben brindar sus servicios a
toda la organización. Constituyen un "mecanismo de
seguridad" con el que cuenta la autoridad
superior para estar informada, con razonable certeza, sobre la
confiabilidad del diseño
y funcionamiento de su sistema de control interno.

Por lo cual las Unidades de Auditoria Interna estarán
facultadas para impugnar que:

  1. Los objetivos de cada unidad, área o departamento de
    la empresa
    estén trazados de manera adecuada, y respondan a los
    objetivos generales de la entidad. Y además, que
    estén enmarcados en las categorías de objetivos
    establecidas.
  2. El análisis de los riesgos se realice con
    profundidad,  y se enmarque en los objetivos
    organizacionales.  
  3. Las Actividades de Control (sean Planes de acción, normas o Manuales de
    procedimientos) se elaboren teniendo en cuenta su función
    de minimizar los riesgos identificados.
  4. Exista una adecuada y eficaz autoevaluación del
    sistema implantado en cada área y que la misma sirva a
    la retroalimentación y mejoría del
    sistema. (Estas autoevaluaciones servirán de base a los
    auditores internos para proponer mejoras a partir del diagnóstico de cada área.)
  5. Fluya de manera eficiente la información para
    garantizar la compresión y actualización que
    requiere el personal de todas las áreas.
        

Así, la Auditoria Interna vigila, en
representación de la autoridad superior, el adecuado
funcionamiento del sistema, informando oportunamente a aquella
sobre su situación. De esta manera juega su papel de
asesora y supervisora del sistema, que se traduce en su aporte en
el alcance de los objetivos previstos.

 El
taller como
método
para la implementación y posterior evaluación del
Control Interno

De los métodos
más utilizados hoy en el mundo para el desarrollo del
control interno en las organizaciones,
el taller es al parecer el que ha tenido mejores resultados o, al
menos, el más utilizado.

Estos talleres se crearán por grupos de no
más de 18 personas, formados por los dirigentes y
trabajadores de las áreas. En todos los casos, como parte
de la implementación del componente Ambiente de Control,
todo este personal habrá sido seminariado sobre los
conceptos vigentes de Control, y su papel en el mismo.
Además, se tendrá pleno conocimiento
de los objetivos y estrategias
trazados específicos del área.

Dirigirá el taller un facilitador, encargado que el
mismo se realice metodológicamente de forma 
correcta. En cada caso el facilitador será un miembro del
Comité de Control, u otra persona designada
que tenga el
conocimiento necesario del tema.

El facilitador creará el ambiente propicio para la
realización de una tormenta de ideas u otra técnica
de trabajo en grupo que
permita la participación de todos los trabajadores. En una
primera etapa, se enunciarán las metas a alcanzar del
área, y se trabajará para que los participantes en
el taller identifiquen de manera espontánea los riesgos y
obstáculos que pueden poner en peligro el alcance de cada
uno de los objetivo. De
manera que de cada objetivo tenga localizado uno, varios o
ningún riesgo asociado. El facilitador velará que
no se identifiquen riesgos que no pongan en peligro la
consecución de al menos un objetivo y que se identifiquen
riesgos para todas las categorías siempre que proceda.
Cada riesgo identificado se evaluará según la
frecuencia y el impacto del mismo. La Dirección de la
unidad o área será responsable de registrar todos
riesgos identificados y a que objetivo está vinculado;
así como la frecuencia y el impacto con que se
evaluó.

En una segunda etapa; el facilitador propondrá a los
participantes identificar de manera espontánea acciones o
medidas, que pudieran disminuir la posibilidad de ocurrencia de
los eventos localizados como riesgos, de forma que cada uno de
los riesgos se le localicen una o varias acciones de control. El
facilitador velará además que no existan acciones
de control que no estén asociadas a ningún riesgo
específico. La dirección de la unidad o área
es responsable de registrar las acciones de control propuestas y
a qué riesgo se vincula, lo cual se utilizara en la
confección de planes de acción, normas y
procedimientos específicos.

Los talleres se utilizaran además para la
autoevaluación del sistema implantado, y la misma es
recomendable que se realice al menos de forma semestral. Se
fomentará el debate, de
forma que los trabajadores enjuicien la correcta
evaluación de los riesgos y la eficacia de las actividades
de control establecidas.

El correcto desarrollo de los talleres debe facilitar, por
tanto, la implementación de los componentes de
evaluación de riesgo y Actividades de Control; así
como una parte más importante del componente de
supervisión y monitoreo.

Se considera imprescindible que las Unidades de Auditoria
Interna participen en los talleres, de manera que puedan
enjuiciar la calidad con que se desarrollan los mismo; así
como se retroalimenten de las autoevaluaciones que les brindaran
información invaluable para la realización de su
función supervisora.

Bibliografía

  1. Prácticas corporativas para eliminar el fraude. Por
    CPA Jim Wesberry. Proyecto
    ATLATL. México.
  2. El Modelo CoCo.
    Por CIA Adriana Fernández Menta. Instituto de Auditores
    Internos de Argentina. 
  3. Nuevos conceptos de Control Interno. Informe COSO. Por
    María Alejandra Marín de Guerrero.
    México
  4. Marco de Gestión de Riesgo Empresarial COSO II.
    DATASEC. Uruguay.
  5. Mejores prácticas en la Auditoria Interna. Banco de
    México.

 

 

 

 

 

Autor:

Eloy González Acosta

Maylié Almeida González

Las Tunas 2008

Cuba

Centro Universitario de las Tunas.

Maestría Contabilidad
Gerencial.

Datos de los Autores:

Eloy González Acosta: Nacionalidad:
cubana, Lugar de nacimiento: Cuba, graduado en el Centro
Universitario de Las Tunas, Cuba. Estudios de Control Interno en
el MINBAS, Cuba. E-

Maylié Almeida González: Nacionalidad:
cubana, Lugar de nacimiento: Cuba, graduado en el Centro
Universitario de Las Tunas, Cuba. Estudios de Control Interno en
el MINBAS, Diplomado de Contabilidad Gerencial en la Universidad de
Las Tunas, Cuba. E-mail:

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