La Educación
Superior en México
debe intentar responder a los patrones internacionales y la
dinámica de los procesos de
globalización económica. Estos
procesos de globalización más propios de las
economías post industriales, arrastrarán consigo
tendencias hacia la
organización posmoderna y la sociedad del
conocimiento
para apuntalar un proyecto
hegemónico de sociedad global que de sustento al mercado global
y a una democracia
global.
La sociedad del conocimiento más parece una
utopía más cuya realidad implica que las IES se
transformen bajo un guión de libre mercado como el
imperativo de un pensamiento
hegemónico cada vez más confrontado por las
manifestaciones de la diversidad cultural.
La competencia en
los sistemas de
educación
superior estará cada vez más globalizada, por lo
que se requiere transformar los procesos institucionales. Las
implicaciones de la pertinencia de la educación superior
en un mundo bajo procesos de globalización
económica están delimitadas por los requerimientos
de competencias
necesarias para realizar las actividades del mercado global, los
idiomas y los sistemas de comunicación e información, etc.
La denominada sociedad de la información y el
conocimiento es una consecuencia de los procesos de
globalización. La transformación de la
educación superior debe centrarse en generar, investigar,
organizar, coordinar, compartir, difundir y aplicar el
conocimiento en el gran contexto de la sociedad global del
conocimiento y dar respuesta a las crecientes demandas del
desarrollo.
Todas las IES deberán estar conectadas en redes administrativas,
académicas y científicas logrando la conectividad
total de los procesos.
No obstante, los rápidos avances científicos,
sobre todo de las tecnologías de la información y
la
comunicación aunado a los crecientes procesos de
globalización económica, hacen necesario revisar y
replantear estos supuestos como un requerimiento de una política de Estado en
educación superior pública, ciencia y
tecnología, en una perspectiva estructural y de largo
aliento, si se quiere dar respuesta a las crecientes demandas de
la sociedad mexicana del Siglo XXI.
El supuesto del modelo
neoliberal de que el
Estado-nación
ya no requiere de la acción
legitimadora de las IES, se modifica para que las IES se centren
en la realización de las funciones de
generación, difusión y aplicación del
conocimiento y a la producción de profesionales que el mercado
global y la sociedad global demanden.
Las reformas estructurales a la educación superior en
México tienen su principal sustento teórico en la
modernización bajo un entorno de procesos de
globalización económica. Esas reformas
estructurales de la educación superior tienen como
finalidad superar las crisis de
cobertura de la demanda
educativa (Ibarra, 2002). La implementación de las
reformas en las IES presupone la determinación de ciertos
principios
teóricos, técnicos y políticos.
El crecimiento de la cobertura en educación está
supeditada a políticas
de contratación e inducción de académicos de alto
rendimiento y de alto nivel de calidad
académica. Estas reformas orientadas a un nuevo proyecto
de institucionalización académica, implican
reformas en sus estructuras,
en los diseños institucionales, en la gobernabilidad
institucional y de diferenciación funcional.
La transformación institucional deberá propiciar
un cambio en el
paradigma del
modelo educativo de tal forma que implique el cuestionamiento del
modelo societal en el que se fundamenta y que conduzca a las
universidades a otros modos de pensar, de organizar, de producir
y transmitir los saberes (Lanz, 2003).
Los gobiernos deben seguir garantizando el cumplimiento del
derecho a la educación superior y asumiendo la responsabilidad de su financiamiento.
El escenario del sistema
político que se prevé será capaz de
generar una gobernabilidad democrática y una política
social amplia y sistemática, que considere la
dimensión de las desigualdades económicas y
sociales de México. La reducción de las
desigualdades regionales con respecto a los conglomerados
sociales y de género,
para alcanzar las oportunidades educativas solo se logra si se
amplía la cobertura y se establecen políticas y
programas
compensatorios para los grupos
sociales más vulnerables.
La desigualdad en el acceso a la educación superior es
todavía un asunto pendiente, sobretodo en la distribución territorial de oportunidades
de educación superior. Se tiene que avanzar de forma
sustancial en lo referente a las nuevas responsabilidades en
materia de
educación e investigación del Estado y de los
particulares en la transformación de la educación
superior.
Las Instituciones
de Educación Superior deben ampliar los cauces
democráticos y definición clara de facultades y
funciones limitadas. Es necesario diseñar instituciones de
educación superior que integren el sistema
educativo nacional y que atiendan de manera diversificada,
flexible y en forma pertinentemente a grupos sociales
que han sido tradicionalmente excluidos de la posibilidad de
obtener una educación de alto nivel y de buena
calidad.
Las IES de los próximos años continuarán
jugando un papel social importante que dará espacio a los
nuevos agregados
sociales emergentes para confrontar sus paradigmas,
ideologías y estructuras de poder.
Las reformas institucionales al sistema de
educación superior en México requieren de estrategias de
alcance, escala, cobertura
y profundidad en los procesos de cambio institucional. Las
reformas de las instituciones de educación superior
seguirán reorientándose mediante los criterios de
calidad, pertinencia e internacionalización.
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