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El conocimiento (página 2)



Partes: 1, 2

Por tanto, en este trabajo, se considera el conocimiento como el
reflejo sistémico de concebir el mundo; dotado, ese reflejo,
de ciertas características que resultan, en primera
instancia, de la interacción del sujeto
que conoce con el objeto conocido. De ahí que, conocer
consiste en obtener una información acerca de un
objeto determinado. Es el reflejo de esa realidad en la mente del
sujeto conocedor.

En otras palabras, y resumiendo, conocer es conseguir un dato
o una información sobre algo. El conocimiento es ese dato o
información, acerca de ese objeto, fotografiado o estampado
en el pensamiento. Ese nuevo reflejo
estampado va ocupar un lugar en relación con otros
conocimientos ya existentes. Ese sistema de conocimientos sobre un
mismo objeto da lugar al saber, y ahi reside la relación que
existe entre conocer y saber.

II

Más, ¿Como surge el
conocimiento?

Existe una doctrina epistemológica denominada racionalismo que sostiene que
la causa principal del conocimiento reside en el pensamiento, en
la razón. Afirma que un conocimiento solo es realmente tal,
cuando posee necesidad lógica y validez
universal.

El racionalismo es la teoría filosófica
que reconoce en la realidad un principio inteligible, cuya
evidencia y conocimiento, sin embargo, no es de tipo
empírico (sensible, basado sobre la experiencia), sino
racional (captable sólo por el pensamiento). Podemos decir
que inicia con los filósofos eleatas
(Parménides) y los pitagóricos (Pitágoras), pero
se asocia, en general, con el intento moderno de introducir en
filosofía los métodos matemáticos para alcanzar
la certeza absoluta en el conocimiento. Así, la crítica filosófica
atribuye a René Descartes (1596-1650) la
paternidad del racionalismo, que agrupa a pensadores diversos,
como son el ocasionalista Nicholas Malebranche (1638-1715),
Baruch Spinoza (1632-77) y Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716).
(http://es.catholic.net)

En contraposición al racionalismo, el empirismo opone la idea que la
única causa del conocimiento es la experiencia, pues
según este, no existe un patrimonio a priori de la
razón. La conciencia cognoscente no obtiene
sus conceptos de la razón, sino exclusivamente de la
experiencia, de la paxis, del día-a-día. Los seguidores
de este enfoque argumentan que el espíritu humano, por
naturaleza, está
desprovisto de todo conocimiento. Este se origina en los hechos
concretos.

Por otro lado del mismo asunto, según Cantú,A
(2003,p.30)

En la historia de la Filosofía
existe también un segundo esfuerzo de intermediación
entre el racionalismo y el empirismo: el apriorismo. El cual
también considera que la razón y la experiencia son a
causa del conocimiento. Pero se diferencia del intelectualismo
porque establece una relación entre la razón y la
experiencia, en una dirección diametralmente
opuesta a la de éste. En la tendencia de apriorismo, se
sostiene que nuestro conocimiento posee algunos elementos a
priori que son independientes de la experiencia
. Esta
afirmación también pertenece al racionalismo.

Si relacionáramos el intelectualismo y el apriorismo con
los dos extremos contrarios entre los cuales pretenden mediar,
inmediatamente descubriríamos que el intelectualismo tiene
afinidad con el empirismo, mientras que el apriorismo, se acerca
al racionalismo. El intelectualismo forma sus conceptos de la
experiencia; el apriorismo rechaza tal conclusión y
establece que el factor cognoscitivo procede de la razón y
no de la experiencia.

No obstante, para este autor, solo existe una
intermediación entre el racionalismo y el empirismo: el
denominado enfoque dialéctico-holístico. Este enfoque
considera que tanto la razón como la experiencia son causas
del conocimiento. En el proceso embrionario del
sujeto, en formación prenatal, se van estableciendo los
elementos primarios de conformación del proceso cognitivo.
Ese proceso estará siempre en constante transformación
e influenciado por el ambiente socio-cultural, que
vá convergiendo en la codificación genética de cada un sujeto
en evolución.

III

¿Cuál será la
posibilidad del ser humano conocer? ¿Se puede conocer todo?
¿Tiene
límites?

Las respuestas a estas interrogantes, y otras similares,
dieron lugar a la aparición de varios enfoques, dependiendo
del posicionamiento de los autores.
Son esos enfoques los siguientes: el dogmatismo, el escepticismo,
el relativismo, el pragmatismo y el criticismo.
Brevemente, se explicará en que consiste cada uno de estos
cinco posicionamientos filosóficos sobre las reales
posibilidades que tiene el ser humano, como sujeto psicosocial,
de conocer los objetos.

Primero, el dogmatismo supone, absolutamente, la posibilidad y
la realidad del contacto entre el sujeto y el objeto. é
dificil que algún seguidor del dogmatismo se transforme en
su opuesto, en escépticos. Esta situación se manifiesta
dado que el dogmatismo considera que la posibilidad de un
contacto entre el sujeto y el objeto es comprensible en sí
misma, el escepticismo niega tal posibilidad. El sujeto no puede
aprehender al objeto, afirma el escepticismo. Por tanto, el
conocimiento, considerado como la aprehensión real de un
objeto, es imposible.

Mientras que el dogmatismo en cierta forma ignora al sujeto,
el escepticismo desconoce al objeto. El relativismo no es tan
radical, ya que afirma que sí, que existe una verdad; sin
embargo, tal verdad tiene una valor restringido,pues su
validez es limitada. Los relativistas afirman que no existe
alguna verdad absoluta. Para ellos, la verdad es relativa,
parcial, sincrónica.

El pragmatismo cambia el concepto de la verdad en cuanto
que es originado por una peculiar concepción de lo que es el
ser humano.  Dentro de tal concepción, el ser humano no
es primordialmente un ser especulativo y pensante, sino un ser
práctico, un ser volitivo, que cree en la voluntad de
hacerlas cosas, solo cuando necesarias objetivamente. Lo
pragmático, para el ser humano seguidor de este enfoque,
consiste en las cosas que sean prácticas y funcionales.

Existe un posicionamiento intermediario entre el dogmatismo y
el escepticismo. El posicionamiento epistemológico que
reside entre estos dos enfoques recibe el nombre de criticismo.
Al igual que el dogmatismo, el criticismo admite una confianza
fundamental, o sea una seguridad en la razón
humana. Los que siguen esta concepción filosófica
están convencidos de que es posible el conocimiento de lo
real y su realidad. Para ellos, existe la verdad, ya sea esta
relativa o universal.

IV

Tipología de
conocimiento

Todo sujeto psicosocial refleja la realidad en virtud del
proceso empírico-espontáneo del conocimiento y del
especulativo-imaginario. Luego, ligado esencialmente a la
actividad laboral o al quehacer cotidiano,
incluyendo lo lúdico y lo artístico, incorpora aquel
conocimiento mucho más complejo, que es factible de
verificación y hasta de comprobación.

Cuando se piensa en lo empírico-espontáneo existen
dos rasgos que distinguen este tipo especial de conocimiento:

1.- Está estrechamente vinculado a la actividad
práctica que implica la transformación de los objetos
de la realidad o el reflejo de esta. Por ello, lo esencial es la
práctica y no lo teórico, donde la obtención de
conocimientos no es en sí misma una forma independiente de
actividad, sino resultado colateral de la praxis.

2.- La actividad cognoscitiva persigue el objetivo expreso de dar
solución no a problemas, dificultades,
deficiencias e insuficiencias científicas, sino a
situaciones problemáticas e insatisfacciones  de orden
práctico.

Ese conocimiento ordinario es empírico-espontáneo y
está íntimamente ligado al quehacer laboral,
limitándose a reflejar las propiedades observables
directamente sin profundizar en las leyes, nexos y las cantidades y
cualidades esenciales.

Por otro lado, el conocimiento es también especulativo,
fantasioso, imaginario, religioso, filosófico, pues estos
aspectos forman parte de la formación de la personalidad del sujeto
psicosocial. Por tanto, el conocimiento especulativo-imaginario
se expresa o se concreta en la ficción, en lo artístico
y en lo religioso. Es el reflejo del poder imaginativo del sujeto
psicosocial, el cual no refiere de forma directa  a la
realidad, sino que lo hace inferencialmente a través de la
creatividad especulativa del
ser humano.

Por su parte, existe una otra forma de conocimiento que no es
producto de lo imaginativo o
fantacioso, ni tampoco es resultado de la práctica, del
dia-a-dia, de lo empírico-éspontáneo. Ese otro
conocimiento es el científico. El conocimiento científico
es un reflejo especial de los objetos, vinculada
históricamente al surgimiento de las clases y de la
división social del trabajo en intelectual, por un lado y
manual, por otro. Se
distingue, ante todo, por su carácter
sistémico  y sistemático. El conocimiento
científico se diferencia del conocimiento ordinario y del
especulativo-imaginario en su proyección futurista con una
determinada seguridad y en la planificación de las
transformaciones que lleva a cabo el ser humano.

El conocimiento ordinario, cotidiano o
empírico-espontáneo, como es generalmente referido en
los textos especializados es mejor definirlo como conocimiento
acientífico, pues expresa más claramente la forma como
se llega a él. Ya el especulativo-imaginativo o razonamiento
especulativo debe definirse como anticientífico, por la
misma razón. De ahí, que se puede clasificar el
conocimiento, desde la óptica de la forma en que
se produce en: acientífico, anticientífico y
científico.

Los distintos tipos de conocimientos surgen a partir de las
necesidades y demandas de la vida social. Estos conocimientos son
el resultado de la forma en que se abordan y se explican los
fenómenos y esencias naturales, sociales y del pensamiento.
Esta clasificación considera a forma o vía utilizada en
la interacción sujeto-objeto, o sea, que método fue utilizado para
determinar la propiedad o las
características del objeto en cuestión.

Todos estos conocimientos han desempeñado y
desempeñan un papel cardinal en el desarrollo de la humanidad.
Ellos forman una unidad dialéctica, pues no existe uno sin
la presencia de los otros, están indisolublemente
conectados. No obstante, su clasificación es fundamental
para el proceso docente, pues guarda una estrecha relación
con la enseñanza y la educación de la sociedad.

El siguiente cuadro (Fig.15) muestra sintéticamente las
diferencias entre ellos.

CONOCIMIENTO

ACIENTÍFICO

(ordinario,
empírico-espontáneo)

CONOCIMIENTO

ANTICIENTÍFICO.

(Especulativo-imaginativo)

CONOCIMIENTO  
CIENTÍFICO

1.-Se da diacrónicamente junto a la actividad 
y acciones laborales del
sujeto.

1.-Se da diacrónicamente junto al proceso
imaginativo del sujeto en la creación artística y
en la especulativa.

1.-Se forma como proceso especial del conocimiento.
Unido a la separación del trabajo manual e
intelectual.                                                                                       

2.-La actividad cognoscitiva se realiza por parte de los
sujetos que participan en la interacción.

2.-La actividad cognoscitiva se realiza a través de
lo imaginado y creado especulativamente.

2.-La  actividad cognoscitiva es realizada por
personas, especialmente, preparadas: los que realizan dicha
actividad en forma de indagación o investigación

3.-Se caracteriza por la ausencia de medios especiales de
conocimiento.

3.-Se caracteriza por la abstracción como medio
especial y se concreta con instrumentación
idealista.

3.-El conocimiento científico crea y elabora los
medios especiales del conocimiento para el estudio de los
objetos de la naturaleza, de la sociedad y el
pensamiento.                                                                                                      

4.-Los objetos del conocimiento son aquellos vinculados
con la actividad o acción
práctica del sujeto.

4.-Los objetos del conocimiento son una imaginación
de la realidad como alternativa.

4.-Se interesa y aborda no solo los objetos relacionados
con la actividad  práctica sino otros que
aparecen en el curso del desarrollo del propio
conocimiento.                                                                               

5.-Los conocimientos reflejan juicios que recogen la
experiencia de las generaciones o las especies.

5.-Se reflejan en juicios idealistas, aun cuando se
pueden concretar en la práctica social.

5.-Se expresan en sistemas especiales de
categorías, leyes y principios.

 

6.-Se limita a encontrar nuevos hechos y resultados (Ej.
descubrimiento de la vela, la rueda, molinos de viento,
yerbas medicinales, etc.)

 

6.- Busca una recreación de la
realidad, o por otro lado, busca una explicación
alternativa especulativa.

6.-Busca explicar los hechos mediante las  hipótesis, leyes,
colorarios, y teorías existentes,
o creando nuevas.

 

7.- La objetividad es muy limitada, pues está
estrechamente vinculado a la percepción y
acción.

7.-Es un conocimiento esencialmente subjetivo.

7.- Mayor objetividad y confiabilidad, pues las
teorías científicas se contrastan con la
experiencia para ser verificadas o
negadas.                     
                                                                                

 Fig.-Diferencias entre los distintos tipos de
conocimientos

Todo lo expuesto sobre los distintos tipos de conocimientos
facilita el entendimiento sobre la vital importancia de estos en
el desarrollo de una educación, cada vez más
sólida y holística. La educación debe tener en
cuenta esta taxonomía  de
conocimiento y enfatizar la formación en la actividad
científica.

V

Importancia del conocimiento para el
desarrollo humano

El papel fundamental de la enseñanza y de la
educación deben estar en propiciar al ser psicosocial el
potencial de todo tipo de conocimiento posible, donde prevalezca
el conocimiento científico, mas sin descuidar la importancia
de los otros tipos de conocimientos que existen, para poder
impulsar el desarrollo socioeconómico.

Una muestra de esta afirmación lo constituye el hecho
histórico de que en las últimas décadas del siglo
XIX la vanguardia de la
industrialización se desplazó de Inglaterra hacia Alemania. ¿Por qué
esos cambios? ¿Qué fue lo que causó esos cambios
que no solo alcanzó la industria, sino toda esfera
económica y social?

En el caso de las interrogantes anteriores, la respuesta es
solo una: ENSEÑANZA. La enseñanza fue quien jugó
un papel cardinal en el cambio de la hegemonía
económica e industrial. A seguir se hace una breve
reflexión sobre este tema de la importancia de la ciencia y la tecnología, que solo es posible si se
invierte en la enseñanza tecno-científica. Claro,
enfatizando que, seria una enseñanza através de la
instrucción, entrenamiento y formación:
enseñar educando, como lei didáctica.

Aunque existen  muchos ejemplos, se tomará el caso
ya mencionado de Inglaterra y alemania, por ser uno de los
primeros en la historia de la humanidad, donde se evidencia
este hecho, de la importancia del conocimiento científico.
Otros paradigmas del asunto pudieran
ser los casos de Japón, China y Corea del Sur en el
siglo XX. ¿Cómo la enseñanza modificó ese
contexto internacional? El siguiente ejemplo es una muestra de
ello.

Mientras en Inglaterra sólo la mitad de los niños tenían acceso
a alguna forma de instrucción y no es hasta el 1880 que la
enseñanza primaria se hizo obligatoria, en algunas regiones
de Alemania esa instrucción era obligatoria desde el siglo
XVII y en las décadas del 60-70 del siglo XIX el 97,5% de
los niños alemanes en edad escolar, acudían a
la escuela.

Alemania desarrolló una enseñanza
tecno-científica eficaz con respaldo gubernamental, aspecto
que no fue considerado por Inglaterra ya que los ingleses
consideraban que la instrucción
científica-tecnológica sería ineficaz. Adoptaron,
los ingleses, un posicionamiento empirista y pensaron que la
propia experiencia práctica de los hombres permitirían
los avances esperados. De ahí, que en la medida que la
industria fue exigiendo mano de obra cualificada, los alemanes
estaban en mejores condiciones. La moraleja de la historia es
clara, cuando se requiere una mayor base científica, la
enseñanza tenco-científica viene a marcar una
importante diferencia. Eso fue lo que marcó esa diferencia en el
siglo XIX.

Esa experiencia deja, especialmente para Latinoamerica, un aprendizaje. Por tanto, la
necesidad de crear políticas científicas y
tecnológicas conducidas por los gobiernos e instituciones
no-gubernamentales y preparar personas capaces de desarrollar la
gestión en ciencia y tecnología debe
jugar un papel decisivo en la futura integración de América
Latinocaribeña.

No obstante, para tener una idea, en América Latina, sin incluir
el Caribe, se nota un moderado avance en la creación de
capacidades de la actividad científica. En los años 60,
por ejemplo, se dedicaba el 0,2% del PIB a la actividad
científica y ya en los años 80 se alcanzaba el 0,50%.
En ese plazo se pasó de 30 000 a 100 000 profesionales
dedicados a I+D. Por ello América Latina cuenta con el 2,5%
de los científicos del planeta y es responsable del 1,8% del
gasto mundial en la actividad de ciencia e innovación
tecnológica, ya al término del siglo XX.

América Latinocaribeña ya ha aprendido a investigar,
aseguran algunos,  pero ahora necesita aprender a hacer
ciencia y tecnología, es decir, vincular la infraestructura
científica y tecnológica al aparato productivo, de los
servicios y a la
enseñanza. Ya se produce conocimiento científico que se
queda engavetado en los centros de investigaciones y universidades.
Es necesario desenvolver através de la enzeñanza
científica el proceso de interface y comenzar a introducir y
generalizar esos conocimientos, para el bienestar de todos.

Pero, ¿Qué significa eso desde la óptica de la
importancia del conocimiento? Pues es muy simple. De todos los
tipos de conocimientos, el científico es el más caro.
Se necesitan recursos e inversión en la
enseñanza, para poder activar este tipo de conocimiento.

Para ello es necesario que la enseñanza y la
educación logren, entre otras cosas, preparar a los hombres,
con habilidad invariante para adaptarse a los cambios de
tecnología, capacidad de entender y dialogar con otros,
capacidad de asimilar los aspectos necesarios de otras culturas,
sin confundir con la transculturación banal y
el nacionalismo, como aún
difunden muchos medios de difusión masiva.

CONCLUSIÓN

Para concluir, seria interesante reflexionar una vez más
en lo significativo del conocimiento para el desarrollo de la
humanidad. La cardinal importancia del conocimiento, no solo el
científico, sino también los conocimientos
acientífico y anticientífico, radica en que
formarán parte de una aptitud social para la convivencia
pluricultural en un mundo cada día más dependiente.

Por lo que esa convivencia debe ser vista desde la perspectiva
nacional de cualquier país respetando la diversidad. Seria
vital para los países no seguir aferrado al pasado y
comenzar a investir en el presente para tener un futuro digno y
mejor. La ciencia y la tecnologia no tienen fronteras, ni
nacionalidad.

Seria muy bueno para cualquier pais, dejar de culpar a los
otros, por su propia ignorancia, y dedicar más tiempo y recursos para
implementar una nueva sociedad dinámico-participativa,
sustentada en el conocimiento y no en la fuerza y la violencia. Es necesario que
los políticos y estadistas que determinan las políticas
cientifico-tecnológicas, repiensen, y repasen, apoyo a la
enseñanza y la educación científica.

REFERENCIA

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científica
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Autor:

Prof. DrC. Benito Almaguer Luaiza

Director-Presidente del CEPEDH

Prof DrC. Benito Almaguer Luaiza, es actualmente el
Director-Presidente del Centro de Estudios e Investigaciones para
el Desarrollo Humano – CEPEDH. Fue miembro del Comité
Científico del IV Encuentro de Investigaciones en
Educación del Curso de Maestria en Educación de la UFPI
(2006); Asesor Académico y Profesor-Investigador en
diversas Instituiciones de la Enseñanza Superior en varios
paises. Profesor de la Maestria en Ciencias de la Educación.
Convenio-IPLAC/UEMA; Autor de libros y artículos
científicos publicados en Argentina, Haití, Inglaterra,
Cuba y Brasil.

Partes: 1, 2
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