Un viaje por la Filosofía de la Educación y una parada en la inclinación neopositivista
- El
neopositivismo y su filosofía de la educación - En
resumen - Fin
- Bibliografía
"Ninguna de las ramas del conocimiento
ilumina tanto a la filosofía, como la educación"
Medardo Vitier
Emprender en pedagogía el estudio sobre filosofía
de la educación es trabajo arduo,
mucho más si se intenta abordar el tema sobre aquellas
tendencias, cuyas funciones y
tareas son de base idealista subjetiva y neopositivista.
Desde el enfoque histórico, dialéctico
materialista, se aprecia a la filosofía de la
educación como una ciencia
que tuvo sus orígenes en el pensamiento de
Platón,
y que a finales del siglo XIX es que comienza a hablarse y
distinguirse, en su sistematización, funciones,
tareas; lo que arrastra aún hoy, un enrarecido
límite en su definición y objeto de estudio, al
coexistir diferentes posturas y diversos criterios acerca de la
existencia de la filosofía de la educación como
ciencia.
A pesar de todo, filósofos y pedagogos sí coinciden,
en que la filosofía de la educación en cuanto a
alcance, funciones y tareas arrastra una gran
polémica.
Véase en este recorrido a través de la
búsqueda referencial, cómo se manifiestan los
diferentes autores sobre este único consenso:
Octavi Fullat[1] señala, en 1992,
en su obra Filosofías de la Educación: (.) no hay
filosofía de la educación, sino múltiples y
además, en insoslayable mudanza todas ellas (.).
En esa proposición se expresa que existe una
filosofía de la educación como disciplina en
sí, pero cambiante en su diversidad, condicionada
por los saberes de los educadores y sus posturas críticas
ante el acto educativo.
Otros autores niegan la existencia de la filosofía de
la educación como es el caso del mexicano Ángel
Díaz Barriga[2], que en su obra Articulaciones
entre la filosofía y la educación, plantea: (.)
difícilmente se puede encontrar un ámbito
específico de la filosofía abocado directamente a
la educación (.)
En cambio,
Francisco Larroyo, filósofo[3] idealista,
expresó en su obra sobre Filosofía de la
Educación: (.) la filosofía de la educación
debe centrarse en el análisis de los valores en
que ha de formarse al hombre (.).En
estas palabras, se reconoce a la filosofía de la
educación como disciplina encargada de la función axiológica que
ésta debe desplegar ante el fenómeno
educativo.
José Ferrater Mora[4], filósofo
español,
por su parte, plantea, que quien determina los ideales, la
ética y
fija las normas
ideológicas de la educación, es la
pedagogía. Él no concibe a la filosofía de
la educación como la ciencia que
guía el papel de la pedagogía.
Marta Martínez, y Justo Chávez ambos
autores cubanos, consideran desde lo epistemológico
y lo metodológico, que (.)[5] la
filosofía de la educación constituye una
guía para la teoría
y la práctica educativa al brindar un orden de los
hallazgos de las disciplinas importantes para la
educación, examina y recomienda los fines y medios
generales del proceso
educativo, así como aclara y coordina los conceptos
educativos básicos (.)
Chávez,[6] al definirla como
(.) la brújula
orientadora, la guía teórica necesaria para no
perder el rumbo en el misterioso drama de enseñar y
aprender (.) llama a la reflexión, evoca más que
define, que la filosofía de la educación siempre
refleja una postura ante el mundo del educador.
Martínez,[7]argumenta con enfoque
lógico e histórico, la definición de
filosofía de la educación, muestra sus
principios,
cuestiona si la educación necesita una reflexión
filosófica, cómo ésta debe ser y explica que
(.)su naturaleza
responde a las funciones de la propia filosofía, en el
enfoque del fenómeno educativo, integrando todos los
elementos metodológicos, axiológicos,
epistemológicos y críticos en general(.) lo que
aporta un asidero conceptual, para afrontar un
estudio futuro más profundo sobre la cuestión.
La autora citada, al referirse al objeto de investigación y su relación con la
pedagogía y otras ramas, expone que la
filosofía de la educación se auxilia de las
ciencias
sociales y de otras ciencias de la
educación, que es una ciencia joven, limítrofe
entre la filosofía y la educación, que tiene como
objeto de estudio ¿qué es el hombre?,
¿para qué y por qué se educa al hombre? y
¿cómo es el ser y el debe ser de la
educación? que por demás, caracteriza, y
orienta el acto educativo.
Se concuerda con los criterios de Marta
Martínez[8], y Justo
Chávez[9], al asumir a la
filosofía de la educación, como ciencia activa que
se adentra en las dimensiones del acto educativo, trata el
pensar, y orienta el fin de la pedagogía,
abordándola desde el punto de vista teórico y
también práctico, en su desarrollo,
reforzando el carácter científico de la
pedagogía. Nótese el principio director, y el
lugar que le otorga a la filosofía de la educación
como ciencia fundamental cuando la autora, condiciona en su
reflexión que (.) si educar significa tratar de realizar
al hombre en su auténtica naturaleza, en la integridad de
sus verdaderas posibilidades, toda pedagogía supone una
visión filosófica del hombre (.) Entiéndase,
entonces, que la solución al problema fundamental de la
filosofía compondrá el contenido de esa
visión.
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