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Historia de la ciudad de Alvear, provincia de Corrientes (Argentina) (página 2)




Enviado por Jorge Acuña



Partes: 1, 2, 3

Profesor Jorge Acuña

Años anteriores a la
Fundación

A mediados del siglo XVIII en un paraje vacío y
desolado, los jesuitas
habían edificado una pequeña y rústica
capilla, que puesta bajo la advocación de Santa Ana,
ayudaba al arraigo de la fe entre los aborígenes,
sirviendo a la vez de hito jurisdiccional.

En 1768 pasó por ese lugar el gobernador de Buenos Aires,
Buccarelli al efectuar personalmente la expulsión de los
Jesuitas, haciendo desaparecer la expresión material de la
fe, quedando apenas incluido en la cartografía colonial como un punto de
tránsito hacia las misiones orientales, sin arraigo de
población. El lugar que era llamado "Paso
de las Piedras".

Sin lograr desarrollo en
el año 1800 a 1810 figuraban apenas en la toponimia de la
región para señalar un paso seguro, pese a la
profundidad que el Río Uruguay tiene
en la zona.

Desde el punto mismo donde se encuentra hoy la ciudad de
Alvear, en 1817 Andresito inició, por Itaquí, la
invasión a las misiones portuguesas al frente de de dos
mil hombres.

El gobernador Atienza el 7 de diciembre de 1837,
habilitó por decreto ese paraje, y el de Santa Ana, para
la extracción de ganado caballar.

Como consecuencia del establecimiento político y
jurídico de la pequeña aldea, sin siquiera un
nombre que la identifique comenzaba a ser conocido como
"Itaquí", voz guaraní
que quiere decir piedra blanca, como una repetición del
Itaquí, portugués ubicado al frente de, río
por medio. El reducido núcleo de pobladores, en su
mayoría, aborígenes de los que aún quedan
vestigios en la Laguna Guaraní, y algunos hombres blancos,
que posiblemente, fueron los antiguos pobladores, anteriores al
documento de la fundación, empezó a aumentar,
quienes con sus inquietudes, se erigieron pioneros del
progreso.

Fundación

Durante la gobernación de Don Miguel Lagraña, la
Legislatura
autorizó al Poder
Ejecutivo Provincial, a fundar un pueblo, el que
comprendería desde el río aguapey hasta el "Cuai
Chico" sobre la costa del río Uruguay y en el departamento
de la Cruz.

Una tradición popular equivocada, de la zona,
hacía nacer al Brigadier General Carlos María de
Alvear", en una casa existente en la región en el lugar
denominado "Paso de la Piedras", a un kilómetro aguas
arriba del actual puerto Alvear.

El equívoco tiene origen, en el largo período
que el padre del Brigadier General Alvear, incluso el referido,
recién nacido, vivió en la localidad.

Pero en realidad había nacido en (Santo Ángel
Guardián de las Misiones, antigua reducción
jesuítica de las Misiones Orientales o de "El Tapé"
actualmente Santo Ângelo en territorio
anexado al estado
brasileño de Río Grande del Sur tras la
Convención Preliminar de Paz).

Sus nombres de pila bautismal fueron Carlos Antonio del Santo
Ángel Guardián[] y
era hijo del noble español
Diego de Alvear y Ponce de León y de la bella joven
porteña María Balbastro.

El territorio que pertenecía antes a la ciudad de
Corrientes, y que luego pasó a pertenecer al Brasil.

El nombre del pueblo se atribuye al tiempo en que
el General vivió en Alvear, pues era encargado de la
demarcación de las fronteras españolas-portuguesas.
Quien mantenía relaciones amistosas con los vecinos
brasileños, los que enviaban mercaderías desde
Itaquí, el General respondía a sus servidores: "esto
es para Alvear", quedando así el pueblo con el nombre
del  entonces residente.

Y cuando el Gobernador Lagraña, reunido en el 
Congreso General sanciona la Ley creadora,
ordena que llevara el nombre de Alvear.

La Ley en su articulado dice lo siguiente:

-Autorizase, al Poder
Ejecutivo para la fundación de dos pueblos, uno en la
costa del rio Uruguay, departamento de la Cruz, en el Paso de
Itaquí, y otro en la costa del río Paraná,
departamento de Bella Vista.

-El pueblo fundado en Itaquí se denominará
Alvear y el de la costa del Paraná, Lavalle.

-Desígnese para dichos pueblos y sus ejidos, para el de
Alvear, el terreno comprendido, desde el río Aguapey,
hasta Cuai Chico, y para el de Lavalle, todo el de propiedad
pública que exista sobre el margen del río
Paraná, desde el punto citado en el Artículo
1º, hasta las inmediaciones de Bella Vista.

 -Señálese para cada pueblo un área
cuadrada de tres mil varas por cada costado, que serán
delineadas en manzanas de cien varas, de frente por calle de
veinte varas de ancho. (La vara castellana, o de Burgos, la
más extendida, medía 83,59 cm, y estaba dividida en
dos codos o en cuatro palmos. Sirve de base para la medición de área conocida
como manzana equivalente a 10.000 varas cuadradas (100 x
100 varas, es decir: 83,59 x 83,59 = 6.987,29 m2).

-Los ejidos mencionados en el  Artículo 3º
serán delineados y divididos en suertes de chacras con un
área cuadrada de 450 varas por frente, cada una con una
calle de 30 varas de ancho.

– queda igualmente autorizado el Poder Ejecutivo para erogar
de los fondos públicos la cantidad necesaria par llenar
los gastos de mensura
y delineación de dichos terrenos.

-Comuníquese, al Poder Ejecutivo a sus efectos.

Sala de sesiones.

Corrientes, Febrero 9 de 1863.

Manuel Antonio Ferré.

Vicepresidente 1º

Pedro Matoso

Secretario

Decreto
Reglamentario

El 7 de Abril el Gobernador Lagraña dictó el
decreto reglamentario de la Ley de Fundación de Alvear,
cuyo texto
expresa:

"Para dar el debido cumplimiento a la Ley del 10 de Febrero,
del presente año, que determina la fundación de un
pueblo con el nombre de Alvear, en la costa del río
Uruguay, en el Paso de Itaquí, Departamento de la Cruz, en
uso de la autorización que por dicha Ley se le confiere, y
de la facultad que le compete para reglamentar y proveer todo lo
necesario para la enajenación de la suerte de chacras y
casas, en la extensión del terreno destinado para el
efecto ha acordado decreta:

– Procédase a la delineación y amojonamiento de
toda el área de terreno destinada por la expresada Ley del
10 de Febrero para el pueblo de Alvear y sus ejidos, con arreglo
a lo determinado por dicha Ley y con calidad de formar
dos planos demostrativos  de esta delineación, los
cuales se conservarán, uno en el pueblo y otro en la
Secretaría de Gobierno.

-Designase  dos manzanas para plazas, en los lugares
distintos y a propósito para el objeto.

-Los sitios de casa ubicados en el área del pueblo,
así como las suertes de chacras comprendidas en los
demás terrenos, destinados al efecto, serán
enajenados, por títulos de venta, a los que
lo denunciarán, teniendo derecho de prelación los
actuales poseedores.

-Los sitios de casa se venderán, a razón de
cuatro reales moneda metálica la vara de su frente,
debiendo considerarse tal en los de esquina, al costado de mayor
número de varas.

– Las suertes de chacras se venderán, en la cantidad de
treinta pesos metálicos, con la extensión que le
señala la citada Ley del 10 de Febrero.

-El producto de
estos enajenamientos será invertido, en la construcción de un templo, y demás
edificios públicos necesarios, que determinará el
gobierno de acuerdo con la autoridad
local y una comisión al efecto.

-En su virtud, resérvense los solares suficientes en
puntos adecuados para la creación de unas casas para
Juzgados y Municipalidad, para Escuela, Cuartel,
etc.

-Quedan en vigencia para los adquirentes las anteriores
disposiciones relativas a la adquisición de suertes de
chacras en los demás pueblos, muy especialmente  las
que se refieren a la obligación y plazos en que deben
cercarse y edificarse aquellas.

-Una Comisión compuesta del juez de Paz del
Departamento de la Cruz y de los señores Don Juan
Crisóstomo Hidalgo y Don Felipe Pucheta queda encargada de
la venta y recaudación del valor de los
sitios del pueblo y de las chacras, debiendo ella misma otorgar
el presente recibo, el cual servirá de título
provisorio a los compradores hasta que obtengan el de firmeza y
permanencia.

-La misma comisión es autorizad para arreglar el
número de haciendas, que los vecinos deben conservar en
los lugares de chacras, para el servicio de
los establecimientos y reglar también lo concerniente a
este ramo, con el fin de evitar el perjuicio consiguiente en las
sementeras.

-Comisionase especialmente al agrimensor Don Francisco Lezcano
para proceder a la delineación enunciada bajo las
condiciones prescriptas en el Artículo 1º y
demás instrucciones que el gobierno dará por
separado.

Corrientes, Febrero 10 de 1863.

Cúmplase la presente honorable sanción,
téngase por ley de la Provincia, publíquese y
dése al R.O. Lagraña.

  Tiburcio Fonseca

El Fundador

Nació en Corrientes el 22 de Febrero de 1821, hijo de
don Francisco Javier de Lagraña y de Doña
Rosalía Acosta.

Hombre de gran fortuna personal, dotado
de imponente cultura y
educación,
concurrió al Convento franciscano, protegido de Fray
José de la Quintana.

En 1856 fue diputado por Curuzú Cuatiá,
presidente de la casa de la Moneda y del Banco
Hipotecario de Corrientes.

Miembro del Concejo de Educación de la Provincia.

El 28 de diciembre de 1862, ocupó la primera
magistratura provincial, como consecuencia de la renuncia del
presidente Derqui.

Durante su gobierno (1862-1865) se restableció el
pueblo de Santo Tomé, que había sido destruido por
la invasión portuguesa, se fundaron los pueblos de
Lavalle, e Ituzaingó y se creó el departamento de
Lavalle.

Reformó la Constitución Provincial, la que fue
sancionada el 25 de mayo de 1864.

Antes de finalizar su mandato se produjo la intromisión
paraguaya a la provincia y se inicia la guerra que
culminaría con la derrota del Mariscal Francisco Solano
López ante la Triple Alianza, formada por Brasil, Uruguay
y Argentina.

Los Primeros
Habitantes:

En el ambiente
había pocos pobladores autóctonos, porque la zona
era un lugar de paso hacia Brasil sin población estable,
ente ellos se puede mencionar a:

Don Ceferino Cabrera. Don Joaquín José de
Acevedo, Don Martín Goicos establecido en 1857,
Martín María Fontella, el capitán Claudio
Ortega, Antonio Herrara Oliva, arraigados en 1860, Emilio
Escobar, Don Mauel a. Hoz y Savalegui en 1861, Don Manuel J. de
Silva, Don Pedro Romero, Don Cirilo Leiva, Don José
Domingo Alegre, Don Pedro r. da Souza, Don Manuel Aguerreberri en
1862, número que va aumentando con el establecimiento
político y jurídico del pueblo.

Luego arribaron los señores:

Juan Crisóstomo Hidalgo, Eladio Hidalgo, Melchor
Cancelo, Marcelino Acuña, el Mayor Benjamín Varela,
Francisco Lezcano, Rito Medina, Luis Cericela, Victoriano Rivero,
Felipe Pucheta, Carmelo Verón, Pedro Baera, Pastor
Barberán, Victoriano Ballesteros, Justo A. Vallejos, Juan
Crisóstomo Leiva, Bernardo Silva, Eugenio N. Vales, Juan
San
Martín, Escolástico Saucedo, Leonardo Lllama,
Vicente Báez, Francisco Casco, Nicolás Delgado,
Juan P. Zamudio, Dionisio Gómez, Juan L. Luaretta,
Bonifacio Sánchez, Francisco Sussini, José Carmelo
Belmont, Nazario Burgos, Alfredo Pomattelli, José Casals,
Salvador Casals, Jaime Sitja, Marcelino Gómez,
Joaquín A. Silveira, Ramón
Goya, Lorenzo Verón, Juan Pío Harrolla.

Los hermanos Clavell de nacionalidad
francesa, picapedrero, que hicieron el reloj de sol del centro de
la plaza, el ingeniero Andrés Rojas, que había
venido con la empresa
francesa que construía el ferrocarril, que más
tarde se vendió a los ingleses.

El ingeniero Ángel Choca de origen italiano, quien
contrajo matrimonio con la
hija del Señor José Casals, Arístides
Cóppulo y Nicolás Trava, ambos griegos quienes
constituyeron una pequeña colonia de esa nacionalidad,
que resultó un aporte a la formación del
pueblo.

Jorge Urquiza, de nacionalidad española y Don
Rómulo Casals, brasileño, de profesión
fotógrafo.

Las personas que se instalaron traían un extraordinario
espíritu de trabajo y
muchas ganas de labrar la tierra y
progresar, siendo muy pocos los que venían con capital.

Estos últimos compraron campos y se dedicaron a la
ganadería
y agricultura,
algunos montaban pequeñas industrias, otros
se empleaban para la
administración de campos, chacras, etc. pero con la
firme idea firme, honesta y leal de progresar.

Primer Gobierno Local:

Se estableció el primer gobierno local, el 10 de abril
de 1865, ejercido por la Comisión de Solares presidida por
Don Pedro romero e integrada por los vocales, Don Juan Leiva y el
Capitán Claudio Ortega.

Su función
era vigilar la delineación que debían seguir los
edificios públicos, cuidar de la conservación de
los mojones y del cumplimiento de las condiciones de
población.

La guerra con el Paraguay
concluyó, y este fue el primer intento de gobierno
comunal.

La primera casa de material

La edificación de esta vivienda, comenzó al
año de la fundación del pueblo, pero en esa fecha,
1864 estalla la guerra con el Paraguay y fueron convocados los
hermanos Hidalgo para incorporarse al ejército de la
Triple Alianza, por lo que la obra debió suspenderse.

En 1871 licenciados ya, de su labor como soldados, regresaron
par proseguir la construcción, encontrando sólo
ruinas de la misma, pues los marcos de puertas y ventanas,
habían sido arrancados y quemados, probablemente para
leña. Aún así al año siguiente estaba
ya edificada la casa mas antigua de la localidad, ubicada entre
las actuales calles: Centenario y Eladio Hidalgo.

Su propietario Eladio Hidalgo, miembro de una familia de honda
raigambre colonial, fiel servidor de la
provincia.

Nació el 18 de febrero de 1810, educado con fray de la
Quintana. No se dedicó al ejercicio de las armas como los
demás hombres de su hogar, sino que prefirió el
oficio de carpintero y más tarde al comercio de
ramos generales, denominado "La fundadora".

Ejerció diferentes cargos públicos, accionando
siempre al desarrollo y el progreso de la comuna.

Guerra con el Paraguay

Si bien es cierto que Alvear no fue ocupada por el invasor
durante la guerra con el Paraguay, fue en cambio un
lugar importante de concentración de armamentos, y
también el punto intermedio de las comunicaciones
entre Paso de los Libres y los contingentes del Alto Uruguay,
cumpliendo autoridades y vecinos verdaderas  proezas par
hacer llegar con prontitud la correspondencia.

A un mes de la agresión habían llegado dos
remesas de armas para ser distribuidas, entre los campamentos de
Cuai Grande y Santo Tomé.

Se debe destacar que el paso del arroyo Guaviraví y el
del río aguapey, se efectuaba a nado o en muy precarias
canoas.

Del Departamento de la Cruz, partieron contingentes,
integrados por alvearenses  y cruceños, los que se
incorporaron en Alvear al ejército del Coronel
Simeón Payba.

Comisión Inspectora de Escuelas y
Comisión de Solares

El Poder Ejecutivo Provincial resolvió por decreto el
establecimiento de una Comisión Inspectora de Escuelas,
encargada también de la concesión de solares,
poniéndola bajo la Presidencia de Don Eladio Hidalgo, e
integrada por los señores: Victoriano Rivero, Rito Medina,
Juan Leiva, y el Sargento Mayor Juan Domingo Álvarez.

Hasta entonces estos asuntos eran resueltos por el Juez y el
Comandante Militar del Departamento con sede en el pueblo de la
Cruz.

Esta Comisión duró aproximadamente cinco
años en sus funciones,
cesando el 20 de Octubre de 1873 cuando se creó la
Comisión Departamental.

La Comisión inspectora de Escuelas y Comisión de
solares fue creada en marzo de 1869.

Comisión
Departamental:

El 31 de enero de 1873 se estableció una
Comisión Departamental, entidad que en los pueblos de
menor jerarquía reemplazaba al régimen
municipal.

Fue creada por el Gobernador de la Provincia Miguel V.
Gelabert (1872-1874) de conformidad con la ley de municipalidades
del 21 de septiembre de 1870.

El primer presidente fue el Sr. Leonardo Llama y como miembros
titulares: Don Juan Leiva, Don Luis Cerísola y Don
Ángel Navea, como suplente.

Estuvo en vigencia durante quince años.

Entre sus obras mas importantes se pueden citar: la
nominación de calles y plazas, en 1887 dio término
al edificio construido para el juzgado de paz, prefectura y
cárcel.

La Iglesia

Recién después de varios años de su
fundación Alvear contó con un sacerdote permanente,
siendo esto una de las preocupaciones de sus primeros años
de vida social.

En la amplia zona de la costa correntina sobre el río
Uruguay. Todos los niños
nacidos en ella eran bautizados en Brasil e inscriptos en los
libros
parroquiales, como súbditos de ese país.

En 1878 el pueblo se dispuso a levantar por sus propios
medios, una
pequeña capilla, en terreno comunal y en el mismo lugar en
que se encuentra en la actualidad, pero con la entrada hacia el
norte.

El 20 de Septiembre se terminó la construcción
del rústico templo, en la que se requirió el
esfuerzo, la voluntad y la generosidad de toda la comunidad,
hasta los niños acarrearon el barro y los ladrillos,
podemos mencionar a algunos de ellos, a Miguel Sussini,
Agustín Aquiatapace, Juan M. Saucedo, Eladio Hidalgo
(hijo), Benjamín Velazco y Rafael Romero.

Se hizo entrega formal a la Iglesia,
recibiendo la misma en las manos del padre cura Pablo Cayetano
Martinetti, vicario de La Cruz desde 1874.

Como la construcción era muy precaria, ocho años
después la capilla sintió el desgaste por las
inclemencias climáticas y se deterioró, y el padre
Martinetti solicitó a la Comisión Departamental
devolviera a esta el edificio, esto motivó la
reacción de la comunidad, en la nota que elevó a la
Comisión expresaba " la casita que ha funcionado hasta hoy
como Oratorio Provisorio, se halla en estado deplorable y sin
recurso alguno para su reparación, con ésta,
devuelvo a esa respetable Comisión Departamental, V.V.
preside la sobre indicada casita para que dispongan de ella o de
los escasos materiales que
puedan restar, debido a que ha sido despojada, de todos los
objetos regalados, o hechos con la limosna pública de los
vecinos, disponga hacer como mejor le agrade."

Es así que se ordenó comisiones destinadas a
la
investigación del caso sin llegar a una
conclusión completa.

El Comandante Don Luciano Romero solicitó
autorización a la Comisión Departamental, para
demoler el Oratorio que sirvió a los pioneros de la ciudad
para la práctica de la fe católica.

Y dispuso la construcción de un nuevo templo, que sirva
para cubrir la necesidad de ese momento, y que tuviera un
diseño
arquitectónico acorde, en dónde el arte
también sea parte del mismo.

En el año 1890 la obra estaba adelantada en forma
considerable, el día 9 de Septiembre de 1895, Doña
Juana Barreiro donó al templo una imagen de Nuestra
Señora del Rosario que data de la época
Jesuítica.

Esta dama que se destacó por su gran generosidad como
benefactora de la comunidad, se hizo cargo de los gastos que
generó la terminación de la obra, obra que se le
encomendó al constructor Pascual Minoye, venido desde
Itaquí, quien modificó el frente y la torre del
templo.

Las obras de construcción de las naves laterales
comenzaron el día 20 de Abril de 1891, bajo la dirección de Enrique Carmesoni.

En el año 1893 el padre Martinetti de fecunda
quién desplegó una gran acción
pastoral fue sucedido por el presbítero Antonio
López, vicario también de Santo Tomé.

De 1894 a 1896 Alvear fue asistido por el presbítero
Ángel de Feo, que fue luego reemplazado dos años
después por padre Samuel Pompín, de nacionalidad
francesa.

El sacerdote Alejandro Derú, fortaleció las
almas de los pobladores creyentes católicos hasta el
año 1897, y por último el vicario Juan Bajac,
residentes todos en la vecina ciudad de La Cruz.

Episodios destacados en la historia del pueblo de
Alvear

Asalto de 1895:

El día 9 de junio, fuerzas revolucionarias del Partido
Autonomista invadieron la provincia.

En Alvear el hecho se llevó a cabo con mercenarios
reclutados en Brasil, y comandados por el Coronel  Juan
Ramón Molinas, asaltaron el pueblo, llegaron hasta el
local de la Comisaría. Pero fueron derrotados por los
liberales que tenían en ese entonces el gobierno, Don
Delfín Olmedo y el Capitán Rolón murieron en
la lucha, y son recordados con un monumento en el cementerio de
Alvear.

La pieza de artillería tomada por los triunfadores al
enemigo, un cañoncito se guarda aún en la
comisaría, y es usada para salvas reglamentarias en los
días patrios.

Bombardeo
brasileño:

El día 22 de junio de 1874, cercano al mediodía,
el pueblo sufrió el bombardeo de tres barcos
brasileños.

El insólito hecho fue generado por los golpes que dos
entomólogos italianos, Guido Bonatti y Vicente Logato, que
estuvieron de paso por la localidad, que le dieron una tunda de
golpes en una pelea al médico cirujano Pánfilo
Freire de Carbalho, que estaba al servicio de la Armada Imperial,
las balas cayeron en el cementerio, fueron trasladadas a la
comisaría y luego llevadas al Museo Histórico y
Colonial de la ciudad de Corrientes.

Este acontecimiento tuvo trascendencia que llegó a
agitar los ánimos de las máximas autoridades de los
dos países.

Y debido a esto el teatro municipal
de Itaquí pasó a denominarse "Capitán
Pánfilo".

Y los alvearenses que no tenían teatro, pusieron el
nombre de 22 de junio a su calle principal.

El
Ombú

En la Comisaría Departamental hay un árbol. Un
Ombú que recuerda el pasado de los primeros alvearenses, ,
en su honor fue incluido cómo distintivo en el escudo de
la comuna.

Este ombú más que centenario existe antes de que
por Ley de creación del pueblo en 1862, sirviera de
amparo con sus
sombras, cuando descansaban los viajeros a caballo o en las
carretas.

Se comprobó que rodeando al árbol,
existió un pequeño cementerio, con algunas cruces,
que fueron aprisionadas por sus raíces que terminaron
cubriéndolas. También era un hito que marcaba el
camino desde Santo Tomé a Rincón de San Jorge,
asiento de Paso de los Libres.

Era una línea demarcadora simétrica de una
cadena vegetal que seguía a lo largo de la costa del
río Uruguay.

La Primera Municipalidad

Durante el período de gobierno de Manuel Derqui entre
los años 1883 y 1885 se hicieron numerosas gestiones para
tal efecto, todas inútilmente.

Al asumir el poder el Doctor Juan Ramón Vidal entre los
años 1886 y 1889, el entonces abogado y joven mandatario
autonomista apoyado por autonomistas y liberales, impulsó
con vigor el progreso, la expansión y el desarrollo, y
sancionó la Ley del 11 de agosto de 1887, creadora de de
la Municipalidad.

El día 25 de septiembre de 1888 se eligen los miembros
para la misma y el día 3 de noviembre de ese año,
quedó instalada la primera Municipalidad, según
consta en el acta, cuyo texto dice lo siguiente:

" En este pueblo de Alvear, a los tres días del mes de
noviembre de mil ochocientos ochenta y ocho, reunidos los
miembros electos para la Municipalidad de este pueblo y en virtud
del decreto superior comunicado a cada uno de los electos,
reunidos en un local especial alquilado a don Manuel A. Sousa, el
Consejo Municipal se declaró instalado en virtud del
Decreto Superior, una vez determinado por acto primo y solemne
que quedaba constituida la primera Municipalidad de este pueblo,
flor y nata de Misiones, bajo las bases siguientes: Presidentes:

Ciudadanos José C. Belmont; Manuel I. Vera; Eladio
Hidalgo y siendo la elección de cinco municipios se
declaró por presentes los miembros citados y en falta
perentoria de Don Melchor Cancelo y de Don Juan G. Paiba ausente
y Don Arístides G. Cópulo por Don Melchor
Cancelo.

Canjeados los respectivos nombramientos encontrándose
todo conforme, quedó instalada la Institución
Municipal en virtud del mandato del pueblo siendo desde hoy una
corporación autónoma y con representación
jurídica para los casos necesarios bajo la
denominación de Consejo Municipal de Alvear.
Inmediatamente se procedió al nombramiento del presidente
del Consejo para el período presidencial, en voto secreto
cuyo escrutinio dio por resultado electo por mayoría
absoluta el titular Don José C. Belmont y para
síndico Procurador a Don Manuel I. Vera para tesorero al
de igual clase a don
Claudio Hidalgo.

En seguida el Presidente en uso de sus facultades
procedió al nombramiento de las comisiones en la forma
siguiente:

Comisión de Hacienda: Vera y Cópulo

Comisión de Obras Públicas: Cópulo e
Hidalgo.

Comisión de tierras y Colonias: Cancelo y
Casals.

Inventario:

En acto continuo se procedió al nombramiento del
Secretario y Contador don Joaquín Silveira con veinte
pesos de dotación mensual, y como Comisario Municipal a
Celedonio Sussini con la dotación mensual de quince
pesos.

Se acordó igualmente las siguientes erogaciones:

Extraordinarias de Instalación.

Una docena de sillas de madera.

Un farol.

Dos candeleros.

Escudo.

Escoba.

Un libro para
actas.

Un libro para copiador.

Los Intendentes de Alvear

Desde el momento de la organización municipal, han gobernado la
comuna, y dejado en ella, cada uno, su aporte, ya sea en obras,
hechos, monumentos o acciones, para
que con sus memorias hoy,
sean recordados con orgullo y honor. Entre otros se puede
mencionar:

José Carmelo Bemont
                                     
(1888-1889)

Justino
Acuña                                                 
(1890-1892)

José Carmelo
Belmont                                     
(1892-1893)

Bernabé
Herrera                                              
(1893-1895)

Luciano
Romero                                              
(1895-1897)

Juan Francisco
Ferreira                        
            
(1897-1899)

Coronel Juan de Dios
Verón                             
(1899-1902)

Cipriano
Romero                                              
(1902-1905)

Eladio
Hidalgo              
                                  
(1906)

Ceferino
romero                                   
(1906 1908)

Claudio
Cancelo                                              
(1908-1909)

Ramón
Duclós                                                
(1909)

César V.
Olguín                                   
(1909-1914)

Juan G. Payba  
                                             
(1914-1915)

Dr. Adolfo
Acuña                                             
(1915-1916)

Manuel S.
Aguilar                                            
(1916)

Dr. Bernardo
Igarzábal                          
           
(1916-1917)

Fulgencio
Vilar                                                
(1917-1918)

Antonio
Fernández                                          
(1918-1919)

Juan G.
Payba                                                
(1919)

Arsenio Antonio
Barberán                                 
(1919)

Fulgencio
Vilar                                                
(1920)

Juan G.
Payba                                                
(1921)

Remigio
acuña                                                
(1921-1922)

Juan G. Payba
(hijo)                                        
(1922-1923)

Dr. Bernardo
Igarzábal              
           
           
(1923-1927)

Dr. Adolfo
Acuña                                             
((1927-1928)

Américo
Belmont                                             
(1928-1930)

Antonio S.
Fernández                                      
(1930)

Enrique Durand de
Cassis                                
(1930)

Manuel
Goyeneche                                          
(81930-1931)

Félix
Vallejos                                                  
(1932)

Pedro Meza
Toledo                                          
(1933-1934)

Carlos
Sarmiento                                             
(1935)

Esteban Martínez
(interventor)               
            
(1936-1937)

Juan G.
Payba                                                
(1937-1939)

Juan Luis
Artigas                                             
(1940)

Julián
Saucedo                                                
(1941)

Miguel
Názer                                                   
( 1942)

Dr. Adolfo
Acuña                                             
(1943)

Arsenio A.
Barberán                                        
(1943-1944)

José B.
Silva                                                   
(1945)

Daniel
Murta                                                   
(1945-1946)

Enrique
Sussini                                   
           
(1947)

Dr. Antonio
Fittipaldi                                        
(1947)

José María
Malfussi                                         
(1947-1950)

Juan C.
Sanabria                                             
(1950-1953)

Oscar Jaime
Álvarez                                        
(1953-1955)

Capitán Eduardo
Betti                                      
(1955)

Carlos
Casals                                                 
(1955-1958)

El
Escudo Comunal

Apenas constituida la municipalidad en el año 1888, su
primer mandatario, propuso la creación de un escudo que
identificaría el reciente distrito.

Don José Carmelo Belmont, idealizó, y fue
dibujado por la Señora Elvira Barreiro de Hidalgo.

Sus elementos están muy acordes al origen del pueblo,
ya que el mismo surge, como consecuencia de la accionar de un
buen gobierno, y no como expresión de fe, de ninguna
campaña civilizadora, bajo el signo de la Cruz Redentora,
y por ello es que se prescinde de la misma.

Lleva en el centro el Ombú tradicional, rodeado de dos
ramas de olivos, (sustituidas después por, una de laurel y
otra de roble) perpetuando en la heráldica local, los
conceptos de gloria y fuerza.

El ojo de la Providencia en su cima, con la inscripción
"Municipalidad de Alvear" en la orla.

En el transcurso del tiempo, (1888-1957), sufrió
incontables como inexplicables modificaciones. Hasta que el
día 19 de junio de 1957 el interventor municipal, Carlos
Casals, por resolución Nº47 estableció el uso
exclusivo del primitivo y simbólico escudo.

El Banco de la
Nación
Argentina Sucursal Alvear

El 23 de octubre de 1914 abría sus puertas la Sucursal
del Banco de la Nación
Argentina, bajo la gerencia del
Señor Pedro Hall.

Como en ese año estallaba la Primera guerra
mundial, de graves consecuencias económicas, el Banco
presenta en su primer balance anual una pérdida de Pesos
ciento veintisiete, con ochenta y ocho centavos, cuya cartera
totalizaba la suma de pesos ciento setenta y dos mil trescientos
dieciocho.

A partir de la fecha de su creación alcanzó
importante desarrollo evolutivo, según podrá
observarse en el siguiente cuadro administrativo.

 Año                
Pérdida                       
          
Ganancia                     
Cartera

1914                
127,88                         
           
________                    
 172.318

1919                
——–                          
           
41.693                         
 952.512

1924                
——–   
                       
           

37.599             
            
1.953.472

1929                
——–                          
           
46.790             
            
1.500.671

1934                
——–               
           
           
36.343             
            
1.264.868

1939                
——–               
           
           
60.931             
            
1.528.584

1944                
——–                          
           
21.058             
               
792.868

1949                
——–                          
           
41.869             
            
2.921.285

1954                
——–               
           
          1.386.543          
          
36.781.358

Fuerzas de Seguridad

Varios destacamentos militares tuvieron asiento en esta
localidad, luego de su fundación.

En el año 1894 estuvieron establecidos grupos del
Regimiento IX de Infantería, el Nº XII de la misma
línea de armas, y varios otros de escasa importancia.

El día 15 de febrero de 1944 se creó el VII
Destacamento de Exploración, dependiente de la 7ª
División del Ejército.

Su primer capitán fue Raúl Montini y sus
sucesores fueron los capitanes:

Raúl del Carmen Echeverría

Enrique
Rauch                                     
(1945-1947)

Teniente 1º Ulises de la Vega

Ladislao Alberto
Castellanos                 
(1947-1950)

Federico
Grunwat                                
(1950-1954)

José Ignacio
Betti                                
(1954-1955)

Francisco David Balestra.

El Primer Médico

Se estableció en Alvear en el año 1871, el
médico Guillermo André, lo siguieron en esa tarea
entre otros:

Los doctores Guido Benatti y Vicente Logatto, el Dr.
Víctor Laffón hasta 1885.

En forma transitoria el Dr. Emilio Arana, residente en Santo
Tomé.

El Dr. Galdino Santiago, joven médico brasileño,
quien formó su hogar y ejerció durante muchos
años.

De 1910 a 1915 se estableció en el lugar el Dr.
Félix Mello, el Dr. Rodríguez, el Dr. Bernardo
Igarzábal, el Dr. Claudio Sussini.

Este pueblo es cuna de dos  eminentes médicos de
reconocimiento nacional e internacional como lo fueron los
Médicos Marmerto Acuña y Miguel Sussini, quienes
estudiaron haciendo grandes sacrificios lejos de sus familias,
tal es así que los primos salían desde los campos
del Topador propiedad de Don Marcelino Acuña, a caballo
atravesando malezales y esteros para llegar a Ituzaingó,
en dónde tomaban el ferry, que por el río
Paraná hasta la ciudad de La Plata en dónde
obtuvieron sus títulos profesionales, y luego viajaron a
Europa en
dónde se especializaron.

Estas fueron las palabras del Doctor Primo Meana Colodrero,
Presidente de la Comisión de Homenaje al Dr. Mamerto
Acuña, en la ceremonia del descubrimiento de la placa en
la sala del Hospital de Niños el día cuatro de
agosto del año mil novecientos cincuenta y nueve, al
referirse en parte de su extenso discurso:

"Raza de
Héroes:

En el norte de nuestra provincia, próximo al Río
Uruguay en su confluencia con el Aguapey y junto a la apacible
llanura del ambiente provinciano, nació Mamerto
Acuña, donde conoció hombres sencillos y templados,
sobrios y modestos, acostumbrados a enfrentar la naturaleza,
que junto con las influencias austeras, cultas, y virtuosas de su
hogar imprimieron a su infancia
características que lo distinguieron, al par que plasmaron
su espíritu de tal manera que conservó inalterable
a lo largo de su prolongada vida las nobles y severas costumbres
lugareñas y de su ancestro familiar.

Provenía de una prestigiosa y acaudalada familia de la
colonia. Su padre Marcelino Acuña era dueño de las
estancias Aguaí,
Sarandí y Topador en los departamentos de Alvear y Santo
Tomé. El Doctor Valerio Bonastre, al referirse al Coronel
Basilio acuña, antecesor próximo del Doctor Mamerto
Acuña, en su libro "Corrientes en la Cruzada de Caseros"
expresa lo siguiente: "pertenecía a una raza de
héroes y de hidalgos caballeros. Sacrificios y aportes
pecuniarios los ofrecieron con largueza cuando la Provincia
estrechada por los que anhelaban verla subyugada a la voluntad de
los déspotas, se impuso el sacrificio de hacer frente a
sus numerosos adversarios. ¿En que batalla, en que suceso
trascendental empeñara Corrientes en prosecución de
ideales superiores no figura un Acuña, con la gallarda
apostura de un guerrero? En los choques con los indios
misioneros, en las filas de Berón de Astrada, Lavalle,
Lamadrid, Paz, Madariaga, en la región de los ríos,
en las llanuras pampeanas, en los Andes, nunca faltaron
Acuñas que oficiando en el altar de la Patria, honraron su
estirpe".

Realizó sus estudios secundarios en el viejo colegio de
los Fitz-Simón, que lo consagró bachiller, al que
venía periódicamente desde Alvear, a caballo,
varios días hasta ituzaingó, donde se embarcaba
para Corrientes, acompañado muchas veces por otro
compañero de su infancia y que lo fuera en la Facultad, en
Europa y en la Cátedra, el Doctor Miguel Sussini, par
suyo, por las elevadas calidades y por las condiciones
superiores. Fue ésta una amistad
inquebrantable, que vinculó a los dos comprovincianos del
lugar con el refuerzo de esa extraña similitud de sus
comunes atributos, que ahondó el afecto. Por eso
aquí con la presencia del Dr. Sussini, ciudadano eminente
de la
República y uno de los más eminentes
correntinos, a quien solicitaremos luego sea él
quién proceda a descubrir la placa donde se condensa este
homenaje. Permita Dios que el sol de sus
días, siga alumbrando su esclarecido camino".

El Doctor Mamerto Acuña se recibió de
médico en 1901 en Buenos aires, enriqueció sus
conocimientos especializándose en Europa, en Alemania y
Francia,
orientó su especialidad hacia la Pediatría, a su
regreso revolucionó la Pediatría del Plata, estuvo
como Profesor
Titular al frente de la Cátedra de enfermedades de la infancia
y adolescencia
de la Facultad de Medicina de
Buenos Aires, por el lapso de veintitrés años.

Ocupó el cargo de Director del Hospital Nacional de
Clínicas brillando a la altura de otras eminencias de la
medicina como lo fueran, Castex, Padilla, merlo, arce y muchos
otros.

El día 20 de diciembre de 1957 falleció, a los
82 años.

LOS PRIMEROS FARMACéUTICOS
DE ALVEAR:

El primer farmacéutico fue Don Ramón
Duclós, que en 1909 instala su farmacia. Años
después instaló la suya Don Arsenio
Barberán, quien en el transcurso del tiempo dejaron sus
recuerdos por sus esmeradas e importantes labores en su
especialidad.

El Reloj de Sol:

En 1892 comenzó y finalizó la
construcción del primer y único monumento del
pueblo.

Consiste en dos piezas, una la base, fuste y capitel, que es
un solo bloque de piedra, traída por Belmont, de las
ruinas jesuíticas de Yapeyú, otra superior
dónde está tallada la esfera del reloj.
Transportada desde la ciudad vecina de La Cruz por Pablo Salesse,
síndico eclesiástico de La Cruz, como regalo de
Dalmiro Araujo, a Belmont.

Se contrató a albañiles brasileños par la obra,
que bajo la dirección de los hermanos Clavell, franceses
especialistas en la materia, el
lugar de su emplazamiento fue el centro de la Plaza 9 de
Julio.

El
Cementerio

Fue proyectado por el entonces intendente  Belmont, y
terminada durante la gestión
del intendente Casals.

Creación de la Parroquia de la
Inmaculada concepción de Alvear

Hasta el año 1912 tenía una vice parroquia
dependiente del curato de La Cruz, y atendida por sacerdotes de
esa ciudad.

Desde entonces asume categoría de Capellanía con
párroco estable, y entre los más antiguos que
estuvieron al frente podemos mencionar a:

Amado
Sanmier                                                                      
(1912-1913)

Juan
Gallo                                                                              
(1913-1922)

Francisco
Bersanino                                                               
(1922-1923)

Bernardino
Marconetto                                                 
(1923-1924)

Pablo
Mezquiriz                                                                      
(1924-1925)

José Moirón
Paz                                                                     
(1925-1929)

Celso
González                                                                      
(1929-1930)

Cruz
Carballo                                                                          
(1931-1933)

José Luis
Fontela                                                                    
(1933-1936)

El 21 de marzo de 1936 siendo sacerdote el Padre Cruz
Carballo, el Obispo Diocesano francisco Vicentín, dispuso
la categoría de Parroquia de la Inmaculada
Concepción, cuyo texto dice:

"Nos Francisco Vicentín por la gracia de Dios y de la
Santa Sede Apostólica, Obispo de Corrientes en la
República Argentina.

En la Ciudad de Corrientes a los veintiún días
del mes de marzo del año del Señor de mil
novecientos treinta y seis. Habiendo compulsado detenidamente las
diligencias y demás obranzas  practicadas en nuestra
orden a fin de regularizar en forma canónica la
situación de hecho en que hace más de treinta
años se encuentra la capellanía de Alvear y
teniendo el propósito de erigir en parroquia la iglesia de
dicho pueblo, sito en nuestra Diócesis, y encontrando a
derecho, previa vista fiscal el
expediente respectivo sin que nada obste para la proyectada
erección….."

Hasta el año 1938 continuó en la misma el Padre
Carballo, ese mismo año, llegó el Doctor en
Teología, sacerdote con estudios concluidos en Roma.

Desde mediados del año 1939 hasta 1957 estuvo la
parroquia a cargo del Padre José Boczeñuk, el
Vicario Julio Argentino Arguello, el sacerdote Pedro Nicoletti,el
Presbítero Julio agüero González y actualmente
el Presbítero Teófilo Brítez.

Nuestra Señora del
Rosario

La iglesia de Alvear guarda una verdadera reliquia, una virgen
que es de la época de los jesuitas, una de virgen de
vestir, que José Luciano Acuña, ganadero y vecino
de la zona allá por el año 1820 en un viaje que
hizo a las Misiones del alto Uruguay compró.

Le trajo de obsequio a su madre, Doña María
Concepción Lafuente de Acuña, quien en el
año 1883, radicó en Alvear, y que donó a su
hija política Juana Barreiro de Acuña,
quién decidió que dicha virgen fuera a incorporarse
al templo el día 9 de septiembre de 1895.

La virgen tiene un rostro casi perfecto y al verla
verdaderamente representa a una figura virginal.

En la iglesia la Virgen es objeto de culto y en el mes de
octubre es acentuada la veneración por parte de los
fieles, que con fe rezan las novenas diariamente.

La Sociedad de
Beneficencia

Se creó por iniciativa de Pedro Benjamín
Serrano, solidariamente colaboraron un grupo de damas
de la sociedad de Alvear, entre las que integraron las
señoras:

Manuela Benita de Verón.

María Luz Acuña
de Goyeneche.

Juana Barreiro de Acuña.

Virginia Barreiro de Hidalgo.

Eusebia Gómez de Cancelo.

Y las señoritas:

Elena Belmont.

Virginia Barreiro.

Ana María Romero.

La institución comenzó en el año 1901,
con el nombre de "Rivadavia", con un capital inicial de ciento
sesenta pesos y con número de cuarenta y tres socias. Fue
muy amplia su labor, en especial con la población de menos
recursos.

Esta entidad social años después dio impulso al
Hospital de Alvear.

La Empresa de
Teléfonos de la ciudad

En el aniversario número cincuenta, la pequeña
aldea se transformó en una ciudad considerable para la
época, y un año después en 1914 logró
la instalación del primer sistema de
comunicación telefónica en la
ciudad, así apareció el teléfono por medio de una empresa a cuyo
cargo estuvo primeramente Salvador Pont Vergés, la empresa
llevó el nombre de " Empresa Telefónica Alvear
1914".

La Iluminación eléctrica

Después de incansables gestiones realizadas por los
alvearenses, en una atardecer del día 1 de Julio de
1926,las calles se iluminaron, obra que se comenzó a
realizar en el año 1924.

El progreso avanzaba trayendo estos adelantos
tecnológicos revolucionarios para la época, que
quedaron en la historia en la firma estampada en el contrato firmado
por el entonces jefe comunal Doctor Bernardo Igarzábal,
Américo Belmont, y Emiliano Sandoval, por una parte
representaron a la población y por la otra el empresario
Américo silva García el día 15 de julio de
1924.

Sociedad y Cultura

Como toda ciudad no sólo sus pobladores se dedicaban a
sus labores, tenían también sus momentos de
esparcimiento, la prosperidad reinante que alcanzó niveles
esplendorosos el de un país que crecía  y se
desarrollaba también en lo referente a la cultura, y no
estaba al margen de lo que acontecía en las grandes urbes,
en especial de Buenos Aires, en dónde llegaba la
influencia de la moda de la Europa
señera, y es así que en los viajes que
efectuaban a la Capital de nuestro país traían las
familias pudientes las novedades por medio del servicio de
transporte
ferroviario.

En las casas de las familias Hidalgo, Barberán,
Cancelo, Acuña, se realizaban tertulias bailables, en
donde se lucían las damas de la sociedad , las
señoritas Laura y Leonor Fernández, Rosa Sussini,
Luisa, Antonia y Mercedes Cuareta, las señoritas Cabral,
Juana Payba, Elisa Verón, y otras damas y distinguidos
caballeros, de allí surgieron romances entre varias
parejas que luego constituyeron sus familias.

Más tarde era necesario un lugar estable y más
cómodo para estas reuniones sociales y se decidieron a
construir un gran centro de reunión que jerarquice a la
ciudad, y el día 25 de mayo de 1908 se fundó
el  Club Social de Alvear, y el Primer Presidente de la
comisión fundadora fue Gabriel Fernández.

Años después se van crenado otros centros
recreativos, en 1914 el Club Atlético, el Club de
Artesanos el día 11 de junio de 1932, bajo la
dirección de Heraclio Hidalgo

El Sport Club Alvear.

El San Martín Foot Ball Club.

El Club Centenario Deportivo y Social.

El Club Náutico Alvear.

El Alvear Foot Ball Club.

El Aeroclub Alvear que en sus mejores momentos de apogeo
llegó a tener ocho aviones disponibles en su pista.
Aviones que servirían para transporte de pasajeros y para
llevar mercaderías y correspondencias a las estancias y
parajes de la zona. En ese entonces era la vía de
comunicación más rápida de la
población, que esperaban ansiosos al escuchar el ruido de los
motores, y el
vuelo bajo de algún avión que le transportara
mercaderías y otras correspondencias, y también
llevar pedidos hechos por cartas y
mercaderías a la ciudad.

También en esa época había una Escuela
nacional de Artes y oficios, un centro Maternal Infantil de la
Misión,
en donde las damas de la sociedad benefactoras brindaban su ayuda
de caridad.

La Biblioteca
Popular

Se fundó gracias al esfuerzo de E. Perkins, que
estimuló la cultura, pero el desinterés de quienes
le sucedieron al frente de esta institución cultural que
contaba con un importante capital bibliográfico
desapareció.

Comisión de
Cultura

Esta ciudad que desde sus comienzos trató de fomentar
cultura y educación a sus habitantes, y el 26 de noviembre
de 1956 se integró una Comisión Municipal de
Cultura, que integraron:

Adela Disanti.

Dr. Héctor Dávila.

Lilia Romero de Saucedo.

Rafael E. Romero.

Partes: 1, 2, 3
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