Historia de los modelos de comunicación social: la radiotelegrafía y la cinematografía
Radiotelegrafía
Los antecedentes de las telecomunicaciones nos refieren a los
acontecimientos pasados en donde la gente utilizaba un proceso de
comunicación basado en mensajes por correo,
a pie, en diligencia, a caballo, palomas mensajeras, etc. En
todos estos sistemas la
característica principal es que el mensaje se
dirigía y entregaba físicamente (una carta, una
valija, una tarjeta, etc.).
Con la electricidad
dominada, el hombre pudo
comunicarse a la distancia, transmitiendo primero señales
y luego su voz a través de los cables. Con el gran
progreso experimentado en el
conocimiento de la electricidad en el primer tercio del siglo
XIX, empezaron a vislumbrarse nítidamente las
posibilidades creativas que ésta encerraba, y así
fueron aflorando rápidamente sus aplicaciones
prácticas.
La telegrafía, técnicamente más sencilla,
fue la primera en aparecer, provocando una revolución
de incalculables proyecciones. Cual un nuevo Hércules, el
telégrafo sobrepasó, al nacer en 1837, todas las
velocidades conocidas y anuló todas las leyes que
regían el mundo de nuestros antepasados.
Una generación asombrada, que había sido testigo
de cómo algunos físicos construían
pequeños aparatos para producir insignificantes descargas
o "jugaban" con carretes, hilos, discos o imanes, vio como de
pronto aquella invisible corriente
eléctrica que quemaba las pestañas de los
sabios, adquiría un poder casi
sobrenatural y saltaba sobre ciudades, ríos,
montañas, países enteros, transmitiendo a miles de
kilómetros de distancia mensajes que por primera vez
permitieron la
comunicación simultánea de la hasta entonces
aislada experiencia humana. La invención del
telégrafo pudo haberse adelantado en cerca de un siglo, ya
que desde hacía bastante tiempo
existía la probabilidad
de transmitir mensajes mediante electricidad.
Paradójicamente, no fueron sólo las dificultades
propiamente técnicas
las que postergaron su aparición, sino que la falta de
imaginación del hombre para
comprender que la transmisión debía realizarse
utilizando un código
de señales.
El problema que parecía no haber encontrado una
solución adecuada era el del código de
señales, a pesar de que en 1796 Cavallo había
propuesto uno muy similar al de Morse. Sin embargo, se
seguía buscando con ahínco dar con un sistema
telegráfico, y así fue como en 1831 Joseph Henry
diseñó un primer telégrafo
electromagnético que más adelante se combinó
con el sistema de Morse.
La radiotelegrafía se difundió
rápidamente. Cuando se dispuso el aislamiento de los
cables, la transmisión a muy largas distancias fue una
realidad. En 1850 fue tendido el primer cable telegráfico
submarino entre Calais y Dover. Ocho años más
tarde, Inglaterra y los
EE.UU. aunaron sus esfuerzos para establecer el primer cable
telegráfico transoceánico entre Terranova e
Irlanda. Después de vencer muchas dificultades, entre
ellas la pérdida de centenares de kilómetros de
línea en los dos primeros intentos frustrados que se
hicieron para tenderla, dos navíos, el barco inglés
"Agamemnon" y el "Niágara", norteamericanos dieron feliz
término a la obra en 1858, tras haber estado a punto
de naufragar en las peligrosas tormentas que se desencadenaron
durante la mayor parte de las operaciones.
El sistema que detallaremos a continuación se trata de
la telegrafía, la más conocida es la
eléctrica, aunque existen otras variantes más
simples, unas utilizadas antes, y otras que por su simplicidad
aún continúan vigentes.
La telegrafía acústica:
Consiste en la transmisión de mensajes mediante sonidos,
que por supuesto deban ser atendidos por sus receptores. Por
ejemplo el repicar de las campanas que avisan las horas de
la misa, que igual una llamada a una reunión de los
vecinos o una señal de alarma, cualquier instrumento que
pueda emitir sonidos puede ser usado para este menester.
Prehistoria, protohistoria e historia de la
telegrafía
Realmente se llama Prehistoria a la parte de la
Historia hallada mediante investigaciones,
por ser anterior a la aparición de la escritura.
Todos los autores coinciden en que Prehistoria, en
las Telecomunicaciones, es «lo anterior a Morse»
(antes de 1844) y aquellos sistemas que, en general, no pasaron
de simples experimentos de
laboratorio, o
bien fueron utilizados en la antigüedad pero que ya en 1844
ya no tenían uso. Por lo mismo, todos coinciden en que la
«Historia de la telegrafía» se inicia a partir
de Samuel Finley Breese Morse y no intentaremos cambiar esa
historia
En el campo de la telecomunicación y la
telegrafía destacaremos tres nombres, que marcan esos tres
periodos: los hermanos Chappe (fin de la prehistoria), Abraham
Louis Breguet con Agustín de Betancourt y Molina
(protohistoria) y Samuel F.B. Morse (comienzo de la historia de
la telegrafía, tal como la hemos conocido durante
más de 150 años).
Algo sobre los finales de la
prehistoria
Todos hemos oído
hablar alguna vez del telégrafo óptico de Chappe.
Se basaba en unos postes de señales en forma de letra T
donde el brazo horizontal, inclinable, lleva en los extremos unas
paletas, también inclinables. El conjunto, dependiendo de
la posición de los tres brazos, puede tomar más de
100 configuraciones diferentes, por lo que se editó un
Libro de
Códigos. Contenía más de 8.500 palabras en
sus 92 páginas. Era un sistema imposible de memorizar, por
lo que fue necesario simplificar el sistema. Cada palabra
requería dos signos: el
primero indicaba la página del libro de códigos en
que ésta se encontraba, y el segundo era el número
de orden de la palabra dentro de la correspondiente
página.
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