Introducción
Nietzsche describió a la cristiandad como una religión nihilista
porque evadía el desafío de encontrar sentido en la
vida terrenal, y que en vez de eso crea una proyección
espiritual donde la mortalidad y el sufrimiento son suprimidos en
vez de transcendidos. Nietzsche
creía que el Nihilismo es
un resultado de la muerte de Dios, negamos a Dios, negamos
la responsabilidad de Dios; solamente así
liberaremos al mundo e insistió en que debía ser
superado, dándole de nuevo significado a una realidad
monista. Uno de los argumentos fundamentales de
Nietzsche era que los valores
tradicionales (representados en esencia por el cristianismo)
habían perdido su poder en las
vidas de las personas, lo que llamaba nihilismo pasivo. Lo
expresó en su tajante proclamación "Dios ha
muerto".
En este trabajo me
dedicaré a exponer dos de los tantos conceptos que abundan
en la filosofía
de Nietzsche, los conceptos a desarrollar son el nihilismo y
la muerte de
Dios.
Nihilismo
El nihilismo, según Nietzsche, es la consecuencia
necesaria del cristianismo, de la moral y del
concepto de
verdad de la filosofía. Cuando cae la máscara que
oculta las ilusiones, no queda nada: estamos ante el abismo de la
nada. El nihilismo como estado
psicológico aparece por necesidad, en primer lugar, cuando
hemos buscado en todo el acontecer un sentido que no existe en
él, de manera que al que busca acaba por faltarle el
valor. Este
sentido podía consistir en la realización o el
aumento de un valor moral
(amor,
armonía en las relaciones, felicidad, etc.). Empero,
debemos constatar con valentía que la desilusión
con respecto a este objetivo al
que se aspira es una causa del nihilismo. En segundo lugar, se ha
postulado la existencia de una totalidad, una
sistematización y hasta una organización en todo el acontecer y en su
fundamento. Ahora bien, se ha comprobado que este universal, que
el hombre
había construido para poder creer en su propio valor, no
existe. En el fondo, ¿qué ha sucedido?
Se llego al sentimiento de la ausencia de valor, cuando se
comprendió que no era lícito interpretar el
carácter general de la existencia mediante
la noción de "fin", la noción de "unidad" o la
noción de "verdad".
La crítica
al idealismo, al
evolucionismo, al positivismo y
al romanticismo
no tiene final. Estas teorías
son cosas humanas, demasiado humanas, que se presentan como
verdades eternas y absolutas que hay que desenmascarar.
Más aún: Nietzsche, en nombre precisamente del
instinto dionisíaco, en nombre de aquel saludable hombre
griego del siglo vi a.C. que ama la vida y que es totalmente
terrenal, anuncia por un lado la muerte de Dios, y por el otro
lleva a cabo un ataque a fondo contra el cristianismo, cuya
victoria sobre el mundo antiguo y sobre la concepción
griega del hombre envenenó la humanidad. Además
Nietzsche se enfrenta con las raíces de la moral
tradicional, realiza su genealogía y descubre que es la
moral de los esclavos, de los débiles y de los derrotados
, que se hallan resentidos contra todo lo que es noble, hermoso y
aristocrático.
El nihilismo es el proceso que
sigue la conciencia del
hombre occidental y que quedaría expresado en estos tres
momentos:
- El nihilismo como
resultado de la negación de todos los valores
vigentes: es el resultado de la duda y la
desorientación.
- El nihilismo como
autoafirmación de esa negación inicial: es el
momento de la reflexión de la razón.
- El nihilismo como punto
de partida de una nueva valoración: es el momento de la
intuición, que queda expresada en la voluntad de poder, en
quien se expresa a su vez el valor de la voluntad.
Esta es la base sobre la que ha de construirse, según
Nietzsche, la nueva filosofía. El hombre
provoca, en primer lugar, la muerte de Dios, sin apenas darse
cuenta de ello. En segundo lugar, el hombre toma conciencia plena
de la muerte de Dios y se reafirma en ella. En tercer lugar, y
como consecuencia de todo lo anterior, el hombre se descubre a
sí mismo como responsable de la muerte de Dios
descubriendo, al mismo tiempo, el
poder de la voluntad, e intuyendo la voluntad como máximo
valor.
Para Nietzsche, el nihilismo es un advenimiento de unas
repetidas frustraciones en la búsqueda de significado o
más precisamente "la desvalorización de los valores
supremos". Nihilismo en Nietzsche se refiere al proceso
histórico que surge en el reconocimiento de un valor sumo
y termina en la asunción o reconocimiento de
múltiples cosas valorables al volverse inoperante lo que
antes se mostraba como lo supremo. Acontece en nuestro tiempo
como manifestación de la ausencia de una medida
única y al mismo tiempo como la proliferación de
múltiples medidas, que en cada caso, pueden aparecer como
válidas. Nietzsche ve en el despliegue del nihilismo toda
fundación de cultura
europea, la que surge como destino necesario de este
proceso.
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