"LABORATORIO DE
PAZ"
Colombia vivió una época de extrema violencia, y
el Nor-Oriente de Caldas (Aguadas, Pácora, Salamina,
Marulanda, Manzanares, Pensilvania, Marquetalia, Samaná,
Victoria, Norcasia y la Dorada) y el Sur-Oriente
Antioqueño (Sonsón, Nariño y Argelia) no
fueron la excepción, pues allí, como en muchos
otros lugares de la geografía colombiana,
la presencia narcoterrorista trajo desolación, muerte,
desplazamiento, hostigamiento, extorsión, y un sin fin de
formas de violencia.
El terrorismo del
frente 47 de la ONT (Organización Narcoterrorista) FARC (Fuerzas
Armadas Revolucionarias Comunistas), fue especialmente
pendenciero, ya que este grupo para
demostrar su accionar delictivo, arremetió con violencia
contra poblaciones aisladas, atemorizándolas y procediendo
en forma desmedida contra campesinos inermes y desprotegidos.
Emplearon el terror como instrumento simbólico de
guerra, como estrategia
efectiva, peroindigna para ganar lealtad entre la población campesina; y para
reafirmar esta violencia injustificada, atacaron y destruyeron
indiscriminadamente estos pequeños poblados, compuestos
por campesinos, propietarios de pequeñas parcelas,
asalariados y trabajadores informales.
En nombre de la revolución
se realizaban tomas guerrilleras, junto a las cuales se
llevaban a cabo otro tipo de acciones
como secuestros y asesinatos de gente inocente (como
el del alcalde y el personero de Nariño y el candidato a
la alcaldía de Samaná); eventos seguidos
de varias masacres, todas estas recordadas por su
atrocidad, en especial, la de la vereda Samaria del
corregimiento de Arboleda (Pensilvania, Caldas) donde asesinaron
a 18 personas y se produjeron innumerables crímenes de
lesa humanidad, sucesos que dejaron un número considerable
de viudas y huérfanos.
La población es desplazada y relevada sin mayor
traumatismo. Este grupo narcoterrorista continua con su trabajo
político de masas, con la incorporación de
menores de edad por fuerza a sus
filas familia por
familia, vereda por vereda, municipio por municipio, buscando
tener afinidad con los clanes y lograr involucrar la tolerancia de
toda una población en la práctica de la industria del
narcotráfico, acabando así con la
economía regional.
Haciendo uso de su poder
destructor, odio y maldad, emprendieron un sin número de
acciones para apoderarse de la población, el primero en
sufrir este tipo de toma fue el casco urbano del
corregimiento de Pueblo Nuevo (Caldas) el 26 de octubre de 1995,
después Florencia (Caldas) el 26 de febrero de 1996, al
igual que la población del municipio de Nariño
(Antioquia) el 01 de mayo de 1996 donde una fuerte
explosión sacudió el municipio y destruyó el
esfuerzo de muchos años, "El Palacio
municipal" quedó en escombros; y un año
más tarde fue la población del municipio de Argelia
(Antioquia), la cual fue atacada en el año de 1997 dos
veces, la primera por parte el grupo narcoterrorista
ELN y la segunda por las FARC.
No era historia lejana de otras
tierras, eran las regiones del oriente y norte de caldas y el
sur-oriente Antioqueño, territorios que quedaron a merced
de los violentos.
El monstruo siguió deslizándose sigilosa y
traicioneramente; Esta vez el turno de la desolación y
muerte a personas indefensas llego más sangriento y
desafiante que antes; El 18 de mayo de 1999, Florencia (Caldas)
es atacado por segunda vez, al igual que el municipio de
Nariño, para un año más tarde tener que ser
espectadores de uno de los más macabros y horribles
atentados hechos a una población indefensa: Esta vez, el
frente 47 de las ONT FARC destruyeron en su totalidad al
corregimiento de Arboleda (Caldas), el 29 de julio del
año 2000.
La estrategia de las ONT FARC funcionó en un mediano
plazo, sometieron a una vasta región al imperio del
terror y de los cultivos ilícitos, a una economía
que gira en torno a la
hoja maldita de la Coca; no se podía
invertir en algo más que no fuera el
negocio de la droga, en el
nuevo territorio marcado por sangre y
fuego, y más aun, donde los campesinos fueron
obligados a sembrar y producir pasta de coca para sostener la
supuesta revolución.
Era tal el abandono del gobierno nacional
en estas tierras, que las ONT FARC el 20 de agosto de 2000, en
plena plaza pública del municipio de Nariño
Antioquia, lanza "el movimiento
Bolivariano para una nueva Colombia" con
la izada de la bandera de las FARC al ritmo de un
vallenato.
El 13 de diciembre de 2002 fue la última
toma guerrillera al casco urbano del corregimiento de
San Diego del Municipio de Samaná, donde los humildes
habitantes fueron sorprendidos, quedando incomunicados por
la voladura del puente que queda sobre el río Manso, el 24
del mismo mes, sufriendo en carne propia el peligro y las
consecuencias de la agresión terrorista por parte de
éste frente narcoterrorista.
La recuperación de estas tierras ha sido lenta y a
costos muy altos,
como el del asesinato del Coronel Juan Ricardo Muñoz
Ayala, quien murió víctima del terrorismo, cuando
los violentos impactaron un helicóptero que se encontraba
en una misión de
abastecimiento. Nuestros soldados, héroes
de la patria, han tenido que enfrentarse a un enemigo
que nunca duerme, siendo presas de las minas quiebra-patas, realidades que para el
común de la gente no son más que un
titular de prensa o de
televisión amarillista, y que para las
víctimas de la guerra es una cotidiana y dura
realidad.
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