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El proyecto emancipatorio de Enrique Dussel y la concepción marxista leninista (página 3)



Partes: 1, 2, 3, 4

En  esta  obra  reaparece  como 
finalidad  preconcebida  y  casi enfermiza, 
el  medir con un mismo rasero todo lo  que 
viene  de Europa y
conceptuarlo bajo la égida de la categoría de
Totalidad. Para ello se toma como punto de partida la 
filosofía hegeliana, máximo paradigma
dusseliano en tal sentido y  posteriormente  la
relación hombrenaturaleza.
Todo ello lo expone Dussel de manera escolástica pues
asume sin demostración científica tres elementos
importantes:

1. Relación  Burguesía Proletariado cuya
formulación es la dialéctica del señor y el
esclavo (algo muy  distante de la comprensión
marxista de los antagonismos sociales, para los  cuales
estos  tienen un fundamento objetivo la sociedad.)

2.  Análisis  simplista de la
categoría de  alienación  entendida
sólo  con  la finalidad de lograr la 
homogeneidad. ( Esto  es interpretado   como 
manera  de  imponer  un  
esquema,   una racionalidad de la totalidad, lo cual
ilustra que todavía  en este momento no se
tenía el
conocimiento que con posterioridad 
induciría   a  Dussel para incorporar a
Marx en 
su  teoría,  es decir, el Tomo I del
Capital,
Contribución a la Crítica
de la Economía
Política, Grundrisse, etc.)

3.  No  comprender,  por 
tanto, el papel del  trabajo 
y  de  la producción   como  
elementos  metodológicos   que  
permiten encontrar las bases para explicar el resto de los
fenómeno de la  sociedad, es decir, una visión
económica objetiva  de  la sociedad.

    Esta   imagen 
de  la  producción que da Dussel, conduce 
a  un   análisis tergiversado de las
relaciones materiales en
la sociedad,  lo cual queda muy claro cuando
apunta:    "  Marx habla  de la materia en
íntima relación con el  mundo productivo 
del hombre, pero no sólo materia como  objeto 
de trabajo  que  es  transformada, por
supuesto,  mediante  el empleo de las
fuerzas físicas e intelectuales  por parte  del sujeto
productivo; sino también -y fundamentalmente- bajo 
la forma  de  fuerzas  productivas 
heredadas   de   anteriores
generaciones,  de  relaciones sociales de
producción  que  se establecen en dependencia
del carácter de esas fuerzas  productivas
y de su nivel de desarrollo.
(67)   

En  una palabra, el análisis de la
producción como  punto  de partida 
para  la comprensión materialista de  los
 fenómenos sociales, elemento metodológico
indispensable para conocer la sociedad,  "núcleo
duro" del marxismo, es
apartada al tomarse elementos  que  no caracterizan
en  realidad  el  pensamiento
marxista.  Este  esquema  idealista que parte
del   sujeto productivo  como  
anterior   a   la  
materia    trabajada, posteriormente
será   desarrollado   por  
Dussel,  cuyo pensamiento  no se dirige -por
tanto- a resolver un  problema para la ciencia,
sino a cumplir con una idea preconcebida  de antemano:
descartar todo el pensamiento que procede del  otro
lado  del Atlántico para imponer un 
esquema  arbitrariamente construido.  Por ello valora
la concepción de Marx  como  una doctrina 
fuera  del contexto  histórico, 
especialmente  del de América
Latina:    "En este caso, -explicaba- ser hoy
marxista en América  Latina no  seria 
sólo retomar anacrónicamente  a  la 
subjetualidad moderna,  sino  igualmente comete en su
propia  conducta 
una contradicción insuperable: Marx no habría sido
marxista ahora  y  aquí,  por las mismas
razones que no fue  ni  kantiano ni hegeliano en su
época." (68)       

Esta  visión del marxismo, como doctrina 
descontextualizada, indica  que en esta primera etapa,
Dussel no había  penetrado con  la 
suficiente madurez en el significado, que  desde  el
punto  de vista teórico, tiene la obra de Marx.
Parte del criterio   de  que  en 
toda filosofía  y  en  todo  sistema
político,  subyace  de algún modo la
religión  como  elemento
auténtico  e  intrínseco de la naturaleza
humana;  por  ello, toda concepción
filosófica deriva hacia la adoración de algo, "dios
ha muerto" en Hegel equivale a
sustituir el dios por el dios  de la razón; el "yo
pienso, luego existo" de  Descartes
deviene  hacia una sustancia que se diviniza; el 
hombre  por tanto lo que ha hecho es sustituir un dios por
otro. En  este mismo rasero incluye la concepción de
los materialistas y  de los marxistas también, por
supuesto. En la obra  Introducción a  la Filosofía de
la Liberación expone de manera  muy  clara esta
idea:    " El absoluto -sugería al
respecto- o lo divino es el  origen y,  por lo tanto,
no puede negarse. Si el sistema es
dios,  o lo  es la materia, entonces dios es el ser, lo
que  significa negar   un  creador. 
Si  se  niega  el   absoluto  
creador, indefectiblemente se afirma la divinidad del sistema.
No  hay tres." (69)   

Este   reconocimiento  de  todo 
lo  divino  como   principio
insoslayable  de lo existente, lo conduce a 
conceptuar  todos los  sistemas 
como una u otra forma de  divinización,  donde
incluye la concepción marxista como  una manera
de  divinizar e idolatrar:  "Es el caso de Marx,
que posibilitó la divinización  de  la
burocracia  stalisnista, sistema este que
carece  de  crítica exterior."
(70)   

Esta misma idea -pero en relación con la
categoría materia  y el Estado
Ruso- es expuesta en otros de sus trabajos: "En realidad,
Engels ha caído en 
afirmaciones ontológicas indemostrables. 
En  nuestro  caso  no  nos 
importa  si  son demostrables  o  no, lo que
nadie puede negar es  que  no  se trata 
de  un materialismo
"ateo": la misma materia  ha  sido divinizada, si
por  lo "divino" se entiende el fundamento, el ser, lo
absoluto, la Totalidad. Políticamente hablando es  un
tal panteísmo el que justifica cómo el fundamento
del  estado
ruso  actual  la acción
represora contra la crítica.  Es  una
religión  no  secularizada,  sino 
una  religión   ontológica
materialista.  El  idealismo  hegeliano  o 
el   materialismo engelsiano  tienen ambos un
discurso
idéntico en su forma:  de la  identidad  (sea  ésta el Ser como
idea  o  como  Materia) procede el ente por
diferencia. En ambos casos el todo es la verdad, la razón:
el sistema. Es necesario ser ateos de una tal divinidad de lo
contrario la liberación de los  oprimidos es
imposible en el sistema que dice expresar políticamente al
Ser   (sea  idea  o materia). En nombre de
la  materia  o  la naturaleza  se 
cometen injusticias.  Nuestra  posición 
debe igualmente criticar la religión del materialismo
panteísta  o naturalista, ya que puede ser
burocrática e imperial." (71)   

La  cita  anterior muestra
cómo el objetivo  preconcebido  de
antemano  de medir por el mismo rasero  todo lo
que  proviene de más allá del
Atlántico, conduce a identificar concepciones
filosóficas tan distintas, que -junto a  la
noción  idealista del  autor  (inferida a
partir del  planteamiento  anterior)- conducen 
a  identificar  a pensadores  tan 
diferentes  como Engels y Hegel.   

Lo  interesante  en este caso sería
preguntarse  cuál  es  el esquema de
pensamiento de ambos filósofos, cuál su 
posición,   qué  diferencia 
existe  entre  ambos.  Al   no
comprender  estos principios
elementales de la  filosofía, lo que hace Dussel es
embrollar la cuestión cuando mixtura, en un mismo partido
filosófico, tendencias que parten de  principios
diferentes  como son el idealismo y el materialismo. 
De  ahí que  no  sea extraño que, a
partir de  este  esquema  de pensamiento, 
Dussel  logre dirimir la praxis 
filosófica  en comunión con la praxis
religiosa:    "   En  
una   filosofía  de  la  
religión   o   meta-física
arqueológica, -explica- la praxis religiosa (sea de
dominación o liberación), es decir la praxis humana
(que no puede  dejar nunca de ser religiosa en cuanto que
como tal está religada o tiene  respectividad 
con la totalidad de la  realidad)  es vista bajo el
aspecto del culto. (72)   

En  los párrafos anteriores se comete el 
error  metodológico esencial de no esclarecer el
esquema de pensamiento que  se asume  para el
análisis de los fenómenos de la 
sociedad,  es decir, se mezclan premeditadamente unos
elementos con otros.   

La  concepción  materialista de la historia es  el 
punto  de partida  de Marx, lo cual permite al hombre
orientarse en  la compleja red de fenómenos
sociales. Dussel se enfrenta a éste cuando desdice del
concepto de
clase social
al considerar que el mismo ha perdido perspectiva, aunque a veces
coquetea  con él,  pero  sin 
asumirlo  con  un  esquema 
materialista   de interpretación:    "La 
categoría "pueblo" fue cobrando centralidad mayor
12  la mera  categoría "clase" no
explicaba suficientemente  lo  que acontecía."
(73)   

Su primer error fue tomar como premisa de 
análisis  el  concepto pueblo, lo cual valorado
al margen del concepto  de  clase social,  conduce
a una interpretación  ahistórica, 
atemporal del fenómeno, si no se define concretamente a
qué parte de la sociedad se refiere cuando se utiliza.
Dussel  posteriormente se percató de esta deficiencia
y en una edición
posterior  de Filosofía de la Liberación,
asume como concepto de pueblo  el esbozado por Fidel Castro
Ruz, en La Historia me Absolverá.

  Este mismo esquema ambiguo de Dussel se puede apreciar
cuando define la "Filosofía  de la 
Liberación",  donde  mixtura nuevamente 
conceptos  que tienen significados  diferentes  y
privan de una fortaleza teórica su discurso. " 
Llamamos  Filosofía de la Liberación  –
apunta  Dussel -  al
discurso estrictamente filosófico,  
saber    científico dialéctico, que
da prioridad temática (el "de" como  genitivo
objetivo)  a la praxis de liberación del
oprimido  (histórico social  como clase
geopolíticamente como nación,  sexualmente como 
oprimido  por  las  ideologías 
y  prácticas  machistas,
pedagógicamente  alienado y todo encerrado en 
un  fetichismo idolátrico),  y prioridad en
cuanto origen y  fundamentalidad (el  "de" 
como  genitivo subjetivo) a la  liberación 
de  la filosofía  de  la ingenuidad de
su  autonomía  absoluta  como
teoría.  La  Filosofía de la
Liberación es un  saber  teórico
articulado a la praxis de liberación de los
oprimidos,  hecho que piensa en primer lugar y como
condición de posibilidad de todo  otro 
tema.  Lejos de pensar que "  toda 
filosofía  es crítica del lenguaje".23, afirma que la
filosofía es  crítica de  la
 opresión  y  esclarecimiento 
de  la  praxis  de   la
liberación." (74)   

Una de las reglas elementales de una definición, es que
debe ser clara y precisa. En la anterior se mezclan  un
grupo de
conceptos sin esbozar cuál de ellos es la base 
para  comprender el fenómeno social.Dussel 
sólo  manifiesta el deseo de convertir  en 
un  saber teórico  articulado  la 
praxis  de  la  liberación 
de   los oprimidos;  pero  desde esta
posición  ambigua,  abstracta  y
oscilante  es  muy difícil orientarse u 
orientar  a  alguien hacia los verdaderos caminos de la
liberación.   

Esta presentación  sistemática de la
ambigüedad abstracta, es un elemento que se sostiene en cada
uno de sus trabajos.  Así en   su 
obra  Praxis  Latinoamericana  y 
Filosofía  de   la Liberación 
repite  el error  señalado 
anteriormente  cuando mezcla  los conceptos de pobre,
oprimido, clase, etc., con  lo cual ataca subliminalmente la
concepción de Marx:    "El  oprimido
-sugiere- es el pobre en la política 
(persona,
clase,  naciónmujer en la
erótica machista, la  niñez,  la juventud,  el pueblo en la
pedagógica  dominación  cultural."
(75)    En  resumen,  al  analizar
la obra de Marx  en  esta  primera etapa,  se
observa un rechazo por considerarla una  filosofía
opresora y dominadora. Por otra parte el materialismo de Marx y
Engels, es examinado como una concepción donde, al igual
que en la religión, se adora algo, por ello, se define
como una nueva manera de religiosidad. También se utiliza
el  concepto de  clase social, pero mezclado con otros,
lo  cual no permite un conocimiento
profundo de la vida social.      

Dussel  defiende  una  filosofía 
del  mimetismo  para  poder
insertarse  en las sociedades
donde impera la  represión.  En muchas  de
sus obras hace alusión al atentado con  bomba 
del cual  fue objeto  y a la muerte de
una de sus alumnas en  ese acto.  Este elemento no
permite encontrar a lo largo de  toda su  obra escrita,
un discurso claro y consecuente; hecho  que obliga  a
seguirlo pacientemente a través  del 
materialismo, idealismo,  centro, izquierda, derecha; pero –
en resumen-  en el orden de la filosofía el esquema
de pensamiento que adopta es el idealismo histórico-social
y la conciliación de  clases en  lo
político, lo cual expresa con exactitud la 
distinción con respecto a Marx en esta primera etapa.

B) DUSSELIANIZACION DEL MARX DE LOS GRUNDRISSE.

    Carlos Marx transitó
por múltiples caminos hasta llegar a  la madurez
teórica en su obra cumbre El Capital. Muchos  autores
han empleado diferentes métodos
para atacarlo: Varios de  sus trabajos  han  sido
tomados para contraponerlos  entre  sí  y
lograr un discurso marxista que se adapte a los intereses 
de sus tergiversadores. Es muy conocida la famosa
contraposición del Marx joven al Marx maduro, de Marx con
Federico  Engels -su colaborador más cercano -, o con
la figura de Lenin, uno de sus más  fieles 
seguidores.  El caso de  Dussel  representa 
una manera bastante original de forzar a Marx y adentrarlo
en  un discurso  diferente.  Es lo que Ofelia
Shutte  ha  denominado "Dusselianización 
de Marx". (76). Es decir, conducir a  Marx de 
una  manera forzada y manipulada hacia  los 
caminos  del  "proyecto
liberador" dusseliano.

    Los  Grundrisse constituyen un
importante estudio  de  Carlos Marx,
previo a El Capital, donde se expone de manera 
íntegra – pero  aún  sin  pulir- la
doctrina  económica  de  Marx.  Este
trabajo  no fue publicado en vida del autor y vio la
luz  por
vez  primera  en  el año 1939, 
pero  constituye  un  eslabón
importante  – desde  el  punto de 
vista  metodológico-   para
comprender  integralmente   la producción
posterior  de  este pensador. No obstante, a pesar de
que es mucho menos conocida que su obra cumbre, El Capital, en
él se puede encontrar  al Marx  maduro que 
ha  transitado  desde  el 
idealismo   al democratismo  revolucionario hasta
el comunismo, y
se  puede  afirmar que hay un  Marx materialista
en todos los aspectos, pues  ha formulado   
– con   claridad   meridiana-  
la    comprensión materialista de la
Historia. Sólo en el orden teórico  faltan
elementos   que  posteriormente  Marx 
completará  en   otros escritos 
y  como colofón final estará la
publicación  de  El
Capital.   

En  primera instancia, parece que Dussel dedica la 
obra  "La Producción Teórica de Marx Un
Comentario a los Grundrisse"  a realizar  un
"acercamiento" a la obra de este creador.  Pero,
¿qué elementos se deben precisar al abordar
críticamente este importante  trabajo? 
Debe  analizarse  si  se 
mantiene   la conceptualización inicial de la
obra de Marx como  "Ontología de  la Totalidad", es decir,
si se sostiene que ésta  es  una
filosofía dominadora o si dicha posición ha
cambiado a la  luz de una nueva interpretación. 
   

Para Marx un momento de gran importancia en la
comprensión de  los  fenómenos sociales
lo constituye el análisis  de  la
producción, lo cual representa el punto de partida 
necesario para  el estudio científico de la sociedad.
Es preciso  hacer un  alto en la interpretación
que hace Dussel acerca de  este importante 
aspecto  y  de las  reflexiones  
originales  que ofrece. En una de las partes de Los
Grundrisse, Marx  critica  a los economistas modernos
quienes interpretan incorrectamente la producción en el
sentido de que:    "Según ellos, no puede
haber producción a no ser que haya  un
instrumento  de producción, aunque no fuese
más que la  mano, la producción es
también necesariamente el fruto del  trabajo
acumulado en el pasado, aunque fuese solamente bajo la 
forma de  destreza  adquirida y concentrada en la mano
 del  hombre primitivo por el hecho de los ademanes.
(77).   

Dussel toma esta cita (consultada en la edición cubana)
para cortarla y manipulada de la siguiente
manera:    "En  el  caso de la
producción esas determinaciones  son:  un
sujeto  que  produce, que trabaja (la humanidad); 
un  objeto trabajado, materia universal o naturaleza; un
instrumento con el que se trabaja, "aunque este instrumento sea
sólo la mano" (5,34;  7,28);  un 
trabajo  pasado,  acumulado  (aufgehäufte
Arbeit).  Estas  son  las 
determinaciones  en  general,  más
abstractas o esenciales, de toda producción posible. Nos
dice para confirmar lo ganado." (78).   

Es  necesario el examen detallado de dicho
planteamiento  por las  implicaciones posteriores que
tiene para toda  la  obra. La cita se atribuye
íntegramente a Marx, pero en  realidad éste se
pronuncia críticamente en contra de los economistas
anteriores, por tanto se parte de una premisa falsa, 
lo  que  por  lógica
debe  llevar  a  una  conclusión
incorrecta.   A  partir  de  lo 
expuesto,   Dussel   plantea la idea del
sujeto que trabaja y la  materia trabajada: (79)

"Debe  tenerse en cuenta que el sujeto, como Marx 
lo  repite continuamente, -  expone Dussel - 
es  primariamente  "sujeto  de 
necesidad"  o subjetividad necesitada. Si puede satisfacer
su necesidad con un  objeto-natural  satisfactor 
(una fruta  a  la  mano)  el consumo 
no  estará mediado por un acto productor 
-no  habrá producción ninguna. Sólo en
el caso de que el "objeto-natural Satisfactor"  no 
esté a la mano, habrá  que 
producirlo.  El sujeto-necesidad  se transforma
así en sujeto-productor  (que en  realidad 
y para Marx mismo, no es  entonces  la  primera
relación del hombre con la naturaleza). Aun en el caso
de  la satisfacción." (80)

Y más adelante sintetiza esta idea cuando
apunta:    "El  "círculo" de la
necesidad (a) funda el "círculo"  de  la
producción (b), y ambos fundarán materialmente
al  "círculo" económico  propiamente
dicho, para Marx (en su  "materialismo
histórico")  el sujeto (necesitado o productor)
funda   a  la "materia"  en  su esencia
(como "contenido" consumido  de  la necesidad o como
"con-lo-que" consumido constituye el  objeto producido); el
sujeto histórico es anterior; el sujeto es  el
apriori  de la "materia". 8 Primero
está el sujeto  histórico como 
"trabajo", y después está la naturaleza 
como  materia. (81)    Esta tan  libre
interpretación de Marx, "destruye" radicalmente el
pensamiento marxista, en el cual aparece como
categoría  central la práctica, elemento 
indispensable  para comprender  la 
producción como  relación 
Sujeto-Objeto.  La diferencia entre la comprensión de
la práctica entre Dussel y Marx,  radica en que el
primero la entiende como un  elemento central, 
pero  de  manera idealista  a  partir 
del  sujeto; mientras  el  segundo 
sitúa  como punto de partida de  su
doctrina  la  actividad productiva, es decir, la base
de la existencia   de  cualquier 
sociedad  es  la  
producción   y reproducción  de los bienes
necesarios para la vida a  partir de lo cual se derivan los
distintos tipos de actividad social del individuo; por
tanto, el hecho de tomar la necesidad como elemento primario de
la relación Sujeto-Objeto, desconoce que estas necesidades
tienen  obligatoriamente  un sustento  material
objetivo, es decir, no dependen de  la voluntad 
del  individuo  exclusivamente,  y  que 
Marx   las encuentra  a partir de la actividad
productiva, base sobre la cual el hombre
establece las infinitas relaciones  materiales e 
ideológicas  en  la sociedad; 
Relaciones  de  Producción, fundamento  de
las demás relaciones sociales, incluyendo  las
superestructurales. La concepción idealista de la
práctica en Dussel, a pesar de fijar el momento activo
de  la  relación sujeto-objeto,  no 
llega  a la  esencia  de  la 
comprensión marxista, por cuanto el sujeto antes del
objeto, convierte el movimiento del
pensamiento en  un principio ideal separado de la realidad y
de la práctica social (82).   

En  síntesis,  la 
visión  dusseliana  de  Marx 
consiste  en transitar por diferentes momentos de la
concepción  marxista, pero  llevándolo
hacia el lado opuesto, al manipular de  forma grosera 
unas  veces,  o  interpretar  muy 
libremente  sus planteamientos,  en otras. Del
análisis de la  producción  se
infiere  un enfoque idealista de la práctica y -por
tanto  de la  historia-,  el lado opuesto de lo
que  teóricamente  Marx esboza  en 
su  concepción  materialista  de 
los   fenómenos sociales.   
Las  necesidades  no  pueden  brotar 
de  la  nada,  y compulsan  al hombre hacia
la actividad práctica.

De todo  lo anterior  se deriva que Dussel repita el
viejo  problema  del sujeto  antes del objeto, o
del sujeto sin el objeto, o  sea, la 
concepción  idealista  subjetiva, 
mediante  la  cual  es indispensable la existencia
primaria del sujeto con  respecto al objeto: existir
significa ser percibido, y con ello repite uno de los errores que
desde ya han sido planteados por  Marx en  las citadas
Tesis Sobre
Feuerbach, a saber,  el  carácter contemplativo
de la filosofía, en especial del materialismo."El litigio
sobre la realidad o irrealidad de un  pensamiento que 
se  aísla  de la práctica, – decía
Marx-  es  un  problema puramente
escolástico." (83)   

Por ello la relación Sujeto-Objeto en la
concepción  marxista se  establece a partir de
la práctica, núcleo de la actividad y 
específicamente  en su forma determinada: el 
trabajo,  en tanto  forma  especial humana de
mediar tal relación, con lo cual no se limita solamente a
la producción de objetos  necesarios  para 
la vida, sino que  deviene  en  la
objetivación de fines e ideas de la realidad; es decir, en
la actividad  laboral el hombre
humaniza la naturaleza,  creando objetos  que
satisfacen sus necesidades y, al  mismo  tiempo,
materializa  sus  propios proyectos ideales
cuya base, como fundamento, las necesidades prácticas
que  dimanan de su ser esencial. Es un proceso
interactivo de objetivación y 
desobjetivación,  donde  lo ideal y lo 
material  por  tal concepto se interpenetran y devienen
en idénticos tomando como premisa objetivos,
fines y medios de la
actividad.  Marx no  parte de manera absoluta de una
categoría en  específico: la necesidad, sino
que ésta se enmarca en el contexto de  las
demás  relaciones sociales. A Marx le es propio 
el  análisis dialéctico, sobre  la 
base  del  cual  los  conceptos  
se interpenetran y no adquieren carácter de demiurgo de
todo  lo existente;  de  ahí que los
conceptos no se  puedan  analizar aisladamente, como
por ejemplo hace Dussel:   "La determinación
"material" del materialismo de Marx -escribe Dussel- es
ésta y no otra. Podemos concluir entonces, que "la
producción crea al consumidor".
(12,30-31; 13,40-41). (84)   

Marx es portador de una reflexión dialéctico
materialista, En ningún  momento  el enfoque
tiende a presentar  los  diversas conceptos 
de  manera  aislada  y  unilateral, 
pero  siempre aparece  como  punto  de 
partida  la  producción, elemento indispensable
para comprender el resto de los fenómenos:

"No se trata solamente del objeto del consumo, – dice
Marx  al respecto- sino también del modo de consumo
que la  producción crea  tanto  en forma
objetiva como subjetiva.  Por  ende  la
producción da lugar al consumidor.   

3)  La  producción  no  sólo
proporciona  una  materia  a  la necesidad,
sino también una necesidad a la materia….En  ese
sentido, la producción crea no sólo un objeto para
el sujeto, sino también un sujeto para el
objeto.  

La   producción   da  
lugar  por  tanto   al  
consumo:   a) proporcionándole  su 
materia;  b) determinando  el  modo  de
consumo;  c)  suscitando  en el consumidor 
la  necesidad  de productos que
ella ha creado materialmente. Por  consiguiente ella 
produce el objeto, el modo y el instinto  del  consumo.
Por  su  parte  el  consumo 
suscita  la  predisposición  del
productor,  y  despierta en él una necesidad
animada  de  una finalidad." (85)   

Como se observa en ninguna de las partes Marx absolutiza 
los conceptos empleados , estos se interpenetran y devienen 
los unos de los otros.   Siguiendo  el  hilo
conductor de  dicha  posición  idealista,
Dussel  arremete  nuevamente contra el
materialismo   y  para ello utiliza nuevamente a
Marx, siempre guiándolo hacia donde él 
quiere  llevar sus concepciones. Citando  a 
Konstantinov acerca   de  la  forma 
clásica  de  formular   el  
Problema Fundamental de la Filosofía
plantea:    "Obras  como  las 
de  F.  Konstantinov,  Fundamentos  de 
la filosofía  marxista, México,
Grijalbo, 1976, en su I  parte:
Materialismo Dialéctico"     
(pp.113-333),   escrita fundamentalmente  en
1951, escribe en su introducción: 
"¿Qué es   lo  primero, 
el  punto  de  partida:  la 
materia,   la naturaleza, o el espíritu, la
razón, la conciencia, la
idea? " (p.10). Marx hubiera preguntado: "¿Qué es
primero, el sujeto del  trabajo,  el  obrero, el
productor,  o  la  materia  del
trabajo,  la naturaleza como tierra
laborada?"

A la  pregunta de  Konstantinov  se responde:
la materia es  primero  y  eso
sería   el  materialismo 
(pero   materialismo   cosmológico,
ontológico,  filosófico, ingenuo; el antiguo
materialismo.  A la  pregunta de Marx se
respondería: el primero es el  sujeto que 
trabaja  y  esto seria el  materialismo 
histórico.  Cf. Alfred Schmidt, Der Begriff der Natur
in der Lehre von  Marx, Frankfurt, 1962."
(86).   

Dussel cita a Konstantinov, pero este último ha 
parafraseado a  F.  Engels en una  de sus
obras  maduras  más  importante: Ludwig
Feuerbach y el fin de la Filosofía Clásica Alemana,
en la cual  aquel  plantea  el 
problema  fundamental  de la
Filosofía.    

La  formulación  del  problema
fundamental  de  la  filosofía constituye
una síntesis magistral hecha por F. Engels  acerca
de  todo el desarrollo de la filosofía anterior. No
se  trata de  interpretar  de una manera burda el
significado  de  este problema, por el contrario se
trata de encontrar la  relación entre  las 
diversas  formas  históricas  de 
existencia  del pensamiento: político, moral,
mitológico, filosófico, etc.,  y las distintas
variantes de la actividad humana, sobre cuya base y maneras de
realización aquéllas surgen y se 
desarrollan.  En realidad,  toda la historia de la
filosofía ha sido  la  lucha entre 
concepciones  opuestas del mundo, las cuales 
eran  un reflejo  de la lucha que en el orden 
práctico  desarrollaban los  
individuos  en  las  condiciones 
de   un   antagonismo universal.  Por
ello el problema fundamental de la  filosofía permite
caracterizar cómo a partir de él, toda la Historia
de la  Filosofía  se  divide en 
dos  partidos  filosóficos:  el
materialismo y el idealismo.    

No  se  pueden  confundir a partir de 
esta  división  formas ingenuas  y
espontáneas de materialismo, como las  que 
aduce Dussel;  tampoco se puede reducir el problema a
la  respuesta ingenua y escolar acerca del carácter
primario de la  materia y la conciencia, sino de concebir el
materialismo como  forma y método de
analizar el problema fundamental de la  filosofía
así  como todo el conjunto de problemas
filosóficos que a  él se asocian. 
   

Siguiendo  la  idea  de la crítica 
a  los  materialistas  de manuales
Dussel  se continúa presentando como 
defensor  de Marx, pero al mismo tiempo ofrece sus
valoraciones:"…Es  necesario  terminar  de una
vez   por  todas  – expone Dussel- 
con  ese materialismo ingenuo y 
cosmológico  de  la "aprioridad  de la
materia" – que como la  idea  determinaría
necesariamente  al hombre, borrando su carácter 
histórico  y ético y haciéndolo un
epifenómeno físico. Nada más lejano del
"materialismo  histórico"  de Marx, donde
la  materia  es  lo constituido a posteriori por
la subjetividad humana (física y espiritual) como trabajo,
producción." (87).    Esta
presentación idealista de la aprioridad de la conciencia
sobre  la materia, es tomada una y otra vez, para 
desde  una "óptica   marxista" 
"defender"  a  Marx   del  
materialismo cosmológico:     "El 
"materialismo" de Marx, repitiendo, no afirma que  "todo [el
cosmos] es materia", sino que el sujeto que trabaja (el a priori)
constituye la naturaleza (Natur) como "materia" (lo a
posteriori)  del trabajo. La "voluntad  humana 
(menschlichen willens)"  – expresión  de 
Marx- es el  sujeto  anterior;  la materia 
es  posterior y pende del sujeto  como  su 
"órgano" inorgánico.  La materia es el lugar
de la objetivación de  la subjetividad. 
La  ingenua  pregunta  de  sí 
es  primero  la "conciencia" o la "materia" no es ni
siquiera la cuestión del Marx  definitivo. Es en
cierta manera, un nuevo  "idealismo", es  una 
teoría  del  conocimiento y  no 
una  teoría  de  la producción 
– que es lo que interesa a Marx. El problema es:
¿qué  es  primero:  el 
sujeto  que  trabaja  o  la  
materia trabajada? Sin lugar a dudas, para Marx, es primero el
sujeto que trabaja, y no la materia de trabajo."
(88)   

Sobre esta larga cita es necesario hacer algunos 
comentarios indispensables. Aquí hay una forma subliminal
– pero   clásica- de  atacar el marxismo:
la de contraponer a Marx y Engels,  y aunque 
Dussel  sólo menciona a Politzer  y 
a  Konstantinov, detrás  de  ellos 
subyace Engels  en  el  planteamiento  del
problema fundamental de la filosofía y en la
valoración a  la luz  de  los
descubrimientos de la ciencia
del  ciclo  de  la materia.  En 
Engels  no  hay  ningún 
compromiso  con  tipos especiales de sustancias:
agua, fuego,
aire, etc., como
en  el materialismo  ingenuo; Engels en
Dialéctica de la  Naturaleza al referirse a la
materia decía:    "La  materia no es
otra cosa que el conjunto de  materias  de que se
abstrae ese concepto." (89)    En la misma obra
también planteaba:    "N.B.  La 
materia  en cuanto tal es una  pura 
creación  del pensamiento, una
abstracción."(90).   

También Engels a través del desarrollo limitado
que tenía  la ciencia  para aquellos momentos,
hace referencia a la  muerte
de  nuestra  estrella,  el sol, y a 
la  posibilidad  de  que surgiera  la 
vida  en forma similar a  la  nuestra 
en  otro contexto del universo:    "…La  materia
permanecerá eternamente la misma a través  de
todas  sus mutaciones, de que ninguno de sus atributos 
puede llegar  a  perderse por entero y de que,
por  tanto,  por  la misma férrea necesidad
con que un día desaparecerá de la  faz
de  la  tierra su floración más alta,
el  espíritu  pensante, volverá a brotar
en otro lugar y en otro tiempo. (91).  
   

Es  curioso que hoy en día, también a
partir  del  desarrollo actual de las ciencias, se
ha comprobado científicamente  que las 
estrellas nacen, crecen, se desarrollan y mueren, y  por
tanto,  un  camino similar al previsto por 
Engels  debe  ser recorrido  por  nuestra
estrella, el sol, para lo  cual  Karl Seagan 
en  la  serie televisiva "Cosmos",  esboza 
un  nuevo enfoque  acerca de este problema, en el cual
predice que  el hombre  debe  devolver al cosmos
la vida que recibió  de  él, mediante su
conquista y
poblamiento por la humanidad.    Pero  lo
más importante a destacar es que Marx y 
Engels,  al abordar  la categoría materia, 
no se identifican con  ningún tipo específico
de sustancia que los pueda relacionar con  un materialismo
ingenuo o cosmológico; tampoco existen elementos 
contrapuestos que diferencien sus concepciones.   
Es  curioso  también  que  si se 
habla  de  marxismo  y  más
específicamente de materia, no se mencione tampoco
por  parte de  Dussel a Lenin, uno de los continuadores
de la  reflexión del marxismo, pero que precisamente
por tergiversaciones,  al estilo  de  las 
que plantea Dussel, se vio  obligado  en  su 
época a analizar la significación de la
categoría materia. En este clásico  tampoco
está presente la identificación de la  materia
con elementos sustanciales:"La materia- dice Lenin- es una
categoría filosófica que sirve para designar la
realidad objetiva, que es dada al hombre  en sus
sensaciones, que es copiada, fotografiada, reflejada  por
nuestras  sensaciones,  y que  existe 
independientemente  de ellas." (92)

    De  lo anterior se
infiere que la materia es un  concepto  a
través   del   cual  
se   designa   la  
realidad   objetiva independientemente  de 
la  conciencia  del  hombre,  es  una
categoría  filosófica, un concepto de
máxima amplitud, en  el cual   no 
se  establece  identificación 
con   ningún   tipo específico
de sustancia. Además se plantea la posibilidad que
tiene  el  hombre de conocer y profundizar cada 
día  en  esa realidad  objetiva.  La
polémica establecida por Lenin  y  la
solución aportada en éste sentido, deben ser 
consideraciones indispensables,  a la hora de conceptuar,
desde el  punto  de vista  del marxismo, tales
problemas. Por tanto, Dussel  asume subliminalmente 
varias  de las tantas formas de combatir  el marxismo,
es decir, desconocer la labor de Lenin en defensa y desarrollo
del marxismo.

    Resumiendo, se puede decir que Dussel
introduce la  concepción idealista  en  la
interpretación de la obra de  Marx  en  Los
Grundrisse y, al mismo tiempo, contrapone a éste con
 Engels, además  de que  desconoce
subliminalmente la labor  de  Lenin como uno de los
más fieles defensores del marxismo.Dusselianizar  a
Marx es tomarlo de la mano y conducirlo  por caminos 
totalmente diferentes en el ámbito de la 
filosofía. Para  ello  se  manipulan y
tergiversan  elementos,  de  gran relevancia 
desde el punto de vista teórico. Dicha  labor 
se complementa  obligatoriamente divorciando a Marx de
Engels  y de  Lenin en aspectos de gran
significación teórica, como  el
problema   fundamental  de  la 
filosofía  y   la  
categoría filosófica de materia, concepciones por
demás muy  divulgadas y  popularizadas. Esto
sirve de base para introducir  a  Marx hacia 
otros  conceptos teóricos como la pobreza
a  la  que Dussel   convierte  
en  un  paradigma  necesario  
para   la liberación, elemento que como se
explicó en el capítulo I  se contrapone de
manera absoluta con los planteamientos de  Marx al
respecto. 

C) INTERPRETACIÓN  IDEALISTA 
DE  LA HISTORIA  POR DUSSEL EN LAS PRIMERAS
VERSIONES  DE LA OBRA ECONÓMICA DE
MARX.                                      

    En  la  concepción
filosófica de Enrique Dussel,  siempre  ha
existido  una asombrosa fidelidad a las 
posiciones  asumidas como  punto de partida en sus
primeros trabajos, a  pesar  de las variaciones que se
introducen una vez conocida la obra de Marx.   En 
Los  Grundrisse,  Dussel  reasume 
una   posición tercerista  al utilizar como
premisa el concepto de pobre, mediante el cual coquetea con el
concepto de clase; de  todas maneras  la  forma de
enfocar el problema – por  lógica-  debe
modificarse y hay desde luego un acercamiento a Marx, 
aunque los principios esenciales se mantienen inalterables.
   

Marx analiza en Los Grundrisse cómo el trabajo
no  objetivado existe   como
  potencialidad,   como  
pura    subjetividad, considerándolo 
desde este punto de vista en relación con  la pobreza
Esta  idea es tomada por Dussel  como  un 
elemento central de la obra de Marx."La 
disociación  entre  la propiedad
y  el  trabajo  – apunta Dussel-  se presenta
como ley necesaria
de  este  intercambio entre  el capital y el
trabajo. El trabajo, puesto  como  no-capital
(Nicht-kapita) en cuanto tal, es:…    El trabajo
como pobreza absoluta (absoluta armut): la pobreza no como
carencia, sino como la exclusión plena de la  riqueza
objetiva… _…Como la objetividad es puramente inmediata, es,
asimismo, no-objetividad inmediata. en otras palabras: una 
objetividad que  de  ningún  modo es
exterior (ausser)  a  la  existencia inmediata del
individuo mismo….   

El  trabajo  no  como objeto, sino como 
actividad;  no  como autovalor,  sino  como
la fuente viva del  valor…No  es  en absoluto una
contradicción afirmar, pues, que el trabajo  por un
lado es la pobreza absoluta como objeto, y por otro es  la
posibilidad  universal  de  la riqueza 
como  sujeto  y  como actividad;  
o   más  bien,  que  ambos 
términos   de   esta
contradicción  se  condicionan  mutuamente
y  derivan  de  la esencia  del 
trabajo,  ya  que  éste,  como 
ente   (Dasein) absolutamente  contradictorio con
respecto al capital, es  un presupuesto del
capital y, por otra parte, presupone a su vez al capital"
(235,34-236) (93).   

Después  de introducir en su libro tan
larga cita  Dussel  se disculpa  ante  el
lector, aduciendo que ello se  debe  a  la
importancia que revisten los párrafos
citados.    Dussel  conceptúa la cita
anterior como la página  filosófica
más  importante  de  Marx  en
Los  Grundrisse;  por  ello  ha
despertado  curiosidad en las personas que han 
estudiado  la obra  de este autor. En
conversación con la profesora  Ofelia Shutte  de
la Universidad del
Sur de la Florida EE.UU.,  ella manifestaba  que Marx
en sus escritos mencionaba  la  pobreza como un
elemento que estaba presente en sus análisis sobre la
sociedad,   pero   que   ello 
no   tenía   una  
importancia trascendental.  También 
expresaba  que no  se  explicaba  al
principio  por  qué  Dussel
hiperbolizaba  la  pobreza  y  la
convertía  en  un elemento central de 
su  interpretación  de Marx.  Se trataba
pues de establecer una conexión, un  puente entre la
filosofía de Dussel y la obra de Marx; es lo que  en
otras ocasiones la profesora Shutte ha llamado "Dusseleanizar a
Marx", es decir, adecuar la teoría marxista a la
concepción teórica  de  Dussel;  es
lo que  ha  llamado  Gilberto  Pérez
Villacampa  "…un paso de la analéctica por
Marx,  donde  lo que  importa  no 
es  tanto Marx como  la  validación 
de  la antropología  filosófica que
Dussel había ya desarrollado  en detalles, 
a  través  de una interpretación 
sui  generis  de textos clásicos de Marx."
(94)

Pero  lo  más importante en este sentido es
que  se  pretende arribar,por medio de Marx, a las
conclusiones finales  acerca de un proyecto liberador para
América Latina. "Si  la  riqueza es el capital,-
sugería Dussel- el  que  está fuera 
es  la "pobreza absoluta". Nada de  sentido, 
nada  de realidad,  improductivo,  inexistente,
"no-valor".  A  esta posición  de  la
persona la hemos llamado "el Otro"3.  Pero
téngase  en cuenta que el trabajador, en tanto
hombre,  puede devenir  siempre- aun cuando sea un
asalariado- "el Otro"  que la  totalidad del capital.
De hecho, entonces, en su  origen, en  el 
"cara-a-cara"  que enfrenta  el  trabajador 
ante  el capital  (el  capitalista en concreto),
el  trabajo  es  nada todavía.
(95).   

Como se observa, a medida en que Dussel se fue
adentrando  en la teoría marxista, le quedaba
más clara la imposibilidad  de obviar  este
discurso sobre todo cuando se quería  hablar  de
"liberación".  Cada  vez  era
más  insostenible  mantener  la
posición inicial de conceptuar al Marxismo como
"ontología de la  Totalidad". Es por ello que realiza
una  minuciosa  labor teórica que le va a
permitir un acercamiento a Marx, lo  cual se  pone de
manifiesto en las reediciones posteriores  de  su
obra   Filosofía   de  
la   Liberación.   Esas  
variaciones fundamentales fueron expuestas por Gilberto
Pérez  Villacampa (96). En el caso de Dussel no se
trata de interpretar de  uno u  otro  modo 
la  reflexión de Marx,  ni  de 
tomar  algunos elementos  de  la 
teoría  marxista  e  introducirlos 
en  su concepción,  sino por el contrario, el
problema es  encontrar un filón, desde donde
Marx pueda introducirse en la teoría de
Dussel.

El ejemplo más palpable es el párrafo
anterior, donde a partir del carácter contradictorio del
trabajo, en el  cual existe como potencialidad la riqueza en
uno de sus polos y la pobreza en el lado opuesto, este elemento
es aprovechado  por Dussel para enlazar las
categorías de "El Otro" y el  Cara-a-Cara 
con  la  concepción marxista, donde se 
les  asocia  al enfrentamiento  
trabajo-capital.  Dussel realiza  una  labor
minuciosa   para   encontrar 
estos  filones   teóricos   
de coincidencia, que de por sí son forzados; pero que
le  sirven de  asidero  para  atraer hacia su
teoría  la  concepción  de
Marx.   "En el concepto de trabajador libre -sugiere
Marx al respecto-  está  ya 
implícito que el mismo es pauper 
(pobre):   pauper virtual.  Con  arreglo a
sus condiciones económicas  es  mera capacidad
viva de trabajo (lebendiges Arbeitsvermögen),  por cuyo
motivo está también dotado de necesidades vitales.
En su calidad de 
necesitado22  (Bedürftigkeit) 
en  todos   los
sentidos,   sin  existencia 
objetiva…Si  ocurre   que   el
capitalista  no  necesita el plusvalor del 
obrero,  éste  no puede  realizar su
trabajo necesario, producir sus medios  de subsistencia.
Entonces…los obtendrá sólo por la 
limosna… [El obrero] está ligado a condiciones que para
el obrero  son fortuitas, 
indiferentes23  a  su ser 
orgánico.  Por  tanto, virtualiter es un pauper"
(110,9-24;497,28-498,1) (97).   

Esta  idea  es  retomada por 
Dussel  posteriormente al
caracterizar este  párrafo  como  
"líneas"  de  mayor
significación para la filosofía
latinoamericana.       

Aquí  podría  surgir la interrogante:
¿Por qué  convertir  la pobreza 
en  un elemento medular de la concepción 
de  Marx?. ¿Qué interés
específico tiene Dussel para destacar la pobreza
como  elemento  central de la
concepción  marxista?, cuestión que Marx
interpreta como resultado inevitable de una relación
económica entre clases, pero sin expresarlo como  el
principio céntrico de su concepción.Siguiendo esta
misma línea Dussel continúa en el análisis
de la   obra  de  Marx  haciendo 
referencia  a  la   condición
indispensable para la existencia del obrero, que es
producir  más  plustrabajo, lo cual está
estrechamente ligado  con  las  leyes propias de
este modo de producción entre las cuales se encuentran las
leyes de la población:                             

Por  consecuencia  – plantea Marx- ,
el  obrero  debe  siempre producir 
más plustrabajo, mientras que el trabajo  necesario
liberado aumenta del otro lado. Por consiguiente, aumenta la
posibilidad de su
pauperismo.            

Cada  modo de producción tiene sus propias leyes
de incremento de  la población y de la
superpoblación, siendo  esta  última
sinónimo de pauperismo." (99).A partir de esta idea
expresada por Marx,  Dussel  introduce – para 
su  conveniencia-, el concepto  de 
exterioridad  como manera de conectar a Marx con su
doctrina."…sobrepoblación.  lumpen, 
marginales (los  que  están  al margen
[ausser], fuera, en la exterioridad."
(100)                         

Más  adelante, Dussel repite nuevamente la
cita  marcada  con el  #  93  relativa a
la pobreza del obrero  y  acto  seguido 
introduce  la  categoría  de  "el
otro" en  relación  con  el
trabajador,  con  lo cual trata de hacer
más  concreta  dicha categoría  a
partir de la introducción de las reflexiones  de
Marx:"El  trabajador – plantea Dussel-  es "el
otro"  del  capital-ante  rem. Pero una vez
alienado, vendido (cf 17.3), no  deja por ello de ser
potencial o actualmente de nuevo el otro  que el capital":
(101).Algo  parecido hace también con la
categoría de pobre, ahora  asociada a  "el
otro":  "El pobre, por ello y como fruto de la 
explotación  del mismo capital, es "el otro" por
excelencia. "El   otro"  como pobre es un
individuo  – individualidad  que habiendo  pasado
por la experiencia del trabajo libre  se  ha
desarrollado  al máximo: es persona en un sentido
nuevo,  más maduro que en los anteriores modos de
apropiación -, es potencialmente  una clase (la clase
trabajadora), y en otro  nivel una nación."
(102).Dussel  introduce las categorías de "el otro" y
el "pobre"  a partir  de la superpoblación.
Conjuntamente con ello  también incorpora 
la  categoría   de Masas Populares 
a  partir  del concepto de masas marginales,
lógicamente como una derivación  de 
la  ley capitalista de la población la cual
adapta  a  su reflexión teórica:
"De  esta manera, las masas marginales – de nuestras 
ciudades en  los países periféricos, – expone Dussel-  p.
ej  en  Nueva Delhi,  El  Cairo,
México o Buenos
Aires  – son  un  resultado (Resultat)" 
del  capital mismo en su  desarrollo.  Que 
esas masas   no  sean  clase 
obrera  no  obsta  para  
que   deba categorizárselas con respecto al
capital-y, desde un punto de vista  político y
cultural serán las "masas populares"
-26  y deban entrar en un discurso
económico y filosófico" (103).La 
valoración hecha por Marx de la sobrepoblación
parte  del análisis  de  este 
fenómeno como algo  propio,  interno  del
sistema  capitalista,  lejos  del  cual 
el  mismo   perdería virtualidad, 
pues  el  sistema no sería tal,  es 
decir,  se constituye como un elemento interno, propio del
sistema,  que  no  puede  categorizarse 
como  un  aspecto  exterior,  según
plantea  Dussel.  

A continuación otorga un papel  central  a
esta sobrepoblación, mediatizándola con el concepto
de  pobre y  atribuyéndole, por tanto, una
función
determinante  para  el desarrollo social
al darle desde el punto de vista  "Político
Cultural"  la  función de masas populares,
con  lo  que  debe englobar  al 
núcleo transformador de la sociedad,  capaz  de
efectuar la tarea de la liberación y fuera de la
cual  -según la  teoría  de Marx- no
debe estar excluida,  por  tanto,  la clase obrera
con sus aliados naturales. En las obras de  Marx queda muy
claramente expresado que su teoría está destinada a
responder a los intereses de la nueva sociedad en la que la
clase  obrera  ocupa  un  lugar 
central  en  el  proceso  de
transformación  revolucionaria. Para Marx está
muy  claro  el papel que desempeña el
ejército industrial de reserva, que es muy  diferente
al concepto de masas populares que  le  quiere
atribuir  Dussel: asociarlo con la pobreza. De todo
ello  Marx da  una visión diferente en su obra
cumbre y  definitiva   El Capital, donde
exponía: "Los  últimos  despojos de
la  superpoblación  relativa  son,
finalmente  los que se refugian en la órbita
del  pauperismo. Dejando  a  un  lado a los
vagabundos,  los  criminales,  las
prostitutas,  en  una  palabra  al 
proletariado   harapiento ("lumpenproletariado") en
sentido estricto, esta capa  social se  halla 
formada  por tres  categorías. 
Primera:  personas capacitadas  para el
trabajo…Segunda: huérfanos e hijos  de
pobres.  Tercera:  degradados, despojos, 
incapaces  para  el trabajo…El  pauperismo 
es  el  asilo  de  individuos   del
ejército  obrero  en  activo y el
peso  muerto  del  ejército industrial de
reserva." (104).

Por  tanto desde el punto de vista político
masas  populares, en   cuyo 
núcleo  deben  estar  la  clase 
obrera  y   demás trabajadores manuales e
intelectuales, no puede identificarse con  masas marginales,
por lo que igualar tales conceptos  es una
tergiversación del pensamiento de  Marx.Dussel
continúa llevando de la mano a Marx, para adentrarlo
aún más en su universo conceptual cuando retoma
nuevamente, una  de  sus citas considerada a su
juicio,  como  referencia obligada  y 
punto  de  partida  y  llegada, 
si  se   quiere comprender con plenitud dicho
clásico:"El trabajo puesto como no-capital en cuanto tal,
es: 

1] Trabajo  no-objetivado, concebido
negativamente…el  trabajo vivo,  existente  como
abstracción de estos  aspectos  de  su
realidad  real;  este despojamiento total, esta 
desnudez  de toda  objetividad,  esta existencia
puramente  subjetiva  del trabajo. El trabajo como
pobreza absoluta: la pobreza no como carencia,  
sino   como  exclusión 
plena   de   la   riqueza
objetiva…una  objetividad  que coincide 
con  su  inmediata corporalidad   

2]   Trabajo  
no-objetivado:    concebido
positivamente…como   actividad…como
  fuente   viva    de valor…
No es en absoluto una contradicción afirmar, pues que el
trabajo por un lado es la pobreza absoluta como objeto,  y
por  otro  es  la posibilidad universal de 
la  riqueza  como sujeto  y como actividad; o
más bien, que ambos  términos  de esta
contradicción se condicionan mutuamente y derivan de 
la esencia  del trabajo, ya que éste, como 
ente  absolutamente contradictorio con respecto al capital,
es un presupuesto del capital  y, por otra parte, presupone
a su vez  al  capital." (235,35-236,29;203,10-45).
(105).

Después  de alabar la importancia de esta 
larga  referencia, Dussel introduce el concepto de
exterioridad a partir de  los presupuestos  teóricos
extraídos de esta reflexión,  lo  cual
explicita en tres momentos
diferentes:    

1.        "Exterioridad
por  anterioridad histórica, es decir,  por
ser  la  génesis del capital: ". lo que 
por  disolución  dio origen al sistema (al
capital)p.ej.)." (106).

2.       
"Exterioridad  propiamente  dicha, metafísica,  como  el
trabajo   vivo   es   el 
otro  que   el   capital,  
siempre sincrónicamente   (de todas maneras es
plenamente otro  antes del intercambio del capital-trabajo,
ante rem). (107)

3.        "En  
tercer   lugar  …  (como 
el   trabajador   pauper, desempleado 
que por la disminución del tiempo  necesario  de
trabajo se ha quedado "fuera" sin trabajo)." (108).

En  los tres momentos anteriores se hace referencia 
a  igual número  de elementos que Dussel
presenta  enlazados,  formando parte  de  un
mismo sistema, los cuales  son:  Trabajo  Vivo,
Pobre,  Exterioridad.  Esta  misma 
tríada  es  retomada  muy claramente cuando
sugiere: "Intentaremos demostrar que el concepto de trabajo
vivo  (y la categoría del mismo nombre) es el
más simple, el punto  de partida,  el "desde
donde" despliega toda su obra.  Al  mismo tiempo 
coincidirá con la categoría de exterioridad 
y  pobre tal  como  fue  definida por la
filosofía  de  la 
liberación latinoamericana." (109)   

Siguiendo   el   hilo  de 
lo  planteado  a  partir   del concepto
de Exterioridad, al  cual  otorga  una  
importancia  determinante,  Dussel 
introduce  otros  que  ya  se  
habían  revelado  como  centrales en su
proyecto,  emancipatorio: "el cara-a-cara"  que 
adquiere a partir de  la  introducción  del
discurso de Marx una concreción diferente: "En 
tercer  lugar,  la exterioridad  puede 
realizarse  post factum  (como  el trabajador
pauper, desempleado, que  por  la
disminución  de  tiempo necesario de
trabajo  se  ha  quedado "fuera": sin-trabajo). Es
desde esta múltiple "exterioridad" que el trabajador se
avanza "ante", "frente" al capital  (el capitalista, la
clase capitalista, y en otro nivel la  nación
central  capitalista)  en  una 
experiencia  tan  corta  como abismal, 
abismal: el cara- a – cara  del que como  "desnudez
absoluta"  enfrenta   a  
otro   hombre   
"poseedor    de  dinero".
(110)  A  partir  de  estos  tres 
momentos  Dussel  relaciona   los conceptos
de  "el otro" tomando como elemento para  ello  la
relación con las categorías que utiliza
Marx:"Pero  la  "exterioridad" propiamente dicha, 
metafísica  (en cuanto más que
ontológica o "por sobre" el horizonte del  ser del
sistema), se establece entre el capital ya originado y el
"trabajo  vivo. En efecto el trabajo  vivo, 
el  trabajador  mismo en su carnalidad disponible es
"el otro" absoluto que enfrenta al capital desde su exterioridad
propia." (111).

Partiendo  de la introducción de estos
nuevos  elementos,  es indispensable  detenerse en
el análisis del concepto  trabajo vivo,  el
que  – como se ha observado- Marx  utiliza 
en  los Grundrisse,   en los manuscritos del
61-63, y en  El  Capital a este,  Dussel le
atribuye un lugar central en  la  teoría
marxista y al mismo tiempo analiza como exterior al sistema.
Así, por ejemplo, apunta:

"La cuestión de la exterioridad o la
"trascendentalidad"  del trabajo vivo por oposición
dialéctica al capital es la  clave completa 
para  descifrar el discurso marxista y 
también  la doctrina del plusvalor." (112) Más
adelante expone:

"El "trabajo vivo" en cuanto trabajo humano, actualidad de la
persona  y manifestación de su dignidad, se
sitúa  en  cuanto tal fuera, más
allá trascendiendo o, como lo hemos llamado  en
otras  obras, en la exterioridad del capital."  El
"trabajo vivo" no-es el "trabajo objetivado". El primero es el
hombre mismo, la actividad, la subjetividad, la "fuente creadora
de todo valor; lo segundo es la cosa, el producto, el
valor producido. De esta manera, la critica del capital (como
totalidad cósica) se efectuará desde la
exterioridad del "trabajo vivo". "Exterioridad" real más
allá, trascendental, del ser del capital, del valor (como
cosa efectuada)." (113)  Y  luego reitera:"El 
"trabajo  vivo" es la categoría 
más  simple,  la  más concreta 
y, sin embargo, en su exterioridad con respecto  al
capital  (trabajo objetivado), la referencia obligada
en  todo desarrollo posterior." (114)

La  idea  de convertir la categoría de
trabajo  vivo  en  una categoría 
central,  se reitera en otros  trabajos,  lo 
cual   indica la convicción de Dussel al
respecto: "El concepto de "trabajo vivo" – expresa Dussel- es
usado por Marx frecuentemente, pero sin conciencia
explícita de que es una categoría fundamental.
Viene a su pluma sin haber sido constituida 
claramente.  Es la categoría  más 
absolutamente simple desde donde brotan todas las demás
(sea por afirmación  de un aspecto, sea por su
negación). (115)

Al atribuir al "Trabajo Vivo" el papel de
categoría  inicial, la más simple, desde la
cual brotan las demás, Dussel  ofrece una 
visión  distinta  a la teoría
económica de  Marx  en  El Capital, 
en  el cual, este inicia su  investigación  con  el
esbozo  de  la categoría Mercancía, la
que  aparece  como  la más 
simple  del  capitalismo,  la  más 
pobre  en contenido, pero  determinante como premisa
desde el punto  de vista lógico e 
histórico   en  la 
aparición   de   las  
relaciones capitalistas de producción. En El Capital, Marx
utiliza el concepto de fuerza
de  trabajo o capacidad de trabajo; no por puro
capricho, sino  como  un resultado  de su
investigación; pues este se encuentra subsumido en el
concepto de mercancía.  Al  llegar  a este
momento cumbre  de  la  teoría marxista,
Dussel – siguiendo la dinámica de su  interpretación
de  Marx, -  analiza de una manera muy  personal 
el  problema cuando dice:

"Llegamos así al texto
definitivo sobre la cuestión. En  esta
obra,   sin  embargo,  los  textos 
fundamentales  han   sido redactados  para un
público que exigía, según el 
parecer  de Marx  y  Engels,  una exposición
más simple.  Por  ello,  los textos 
explícitos  de los Grundrisse y los 
Manuscritos  del 61-63,  casi desaparecen. Quedan
sólo restos indicativos.  En el  
"lugar"  lógico  es  donde  el 
"trabajo   vivo",   como exterioridad
subsumida, permite al "dinero" transformarse  en
"capital",  el  capítulo 2 (cap. 4 de 
la  segunda  edición), parágrafo  3:
"Compra y venta de la
fuerza de  trabajo".  del famoso  texto
sólo queda lo siguiente: "[….]

Una  mercancía cuyo  valor  de  uso
poseyera la peculiar  propiedad  de  ser
fuente  de  valor  (Quelle  von 
Tauschwert);  cuyo   consumo efectivo  mismo,
pues, fuera objetivación de trabajo,  y  por
tanto  creación de valor (Werthschoepfung). Y el
poseedor  de dinero  encuentra en el mercado esa
mercancía específica:  la capacidad de trabajo
o fuerza de trabajo [¿duda Marx cuál  de
ambas  denominaciones  adoptará?]. Por fuerza
de  trabajo  o capacidad de trabajo
[¿nuevamente?] entendemos el conjunto de las  
facultades  físicas  y  mentales 
que  existen  en   la carnalidad  
(Leiblichkeit),   en   la  
personalidad    viva
(lebendigen  Persoenlichkeit)  de ser 
humano"  (I/1.  p.203; MEGAI,5,120,  15-24). La
segunda condición[….] es que  deba
ofrecer   como   mercancía 
su  fuerza   de   trabajo  
misma (Arbeitskraft)    
[ahora     Marx   
 se     ha    
decidido terminológicamente], lo que sólo existe en
la carnalidad viva que   le   es  
inherente"   (Ibid;p.205;121,14-16)."  
(116)    Revisando el parágrafo 3 del
capítulo 4 de El Capital de Marx 3.  Compra y venta
de la Fuerza de trabajo, texto que  Dussel cita en
relación al "trabajo vivo", se puede observar que la
no-utilización de esa categoría responde a la nueva
dimensión que  ha  adquirido  la
teoría de Marx;  por  ello  define  la
capacidad o fuerza de trabajo como:"El conjunto de las
condiciones físicas  y  espirituales que se dan
en la corporeidad, en la
personalidad viviente  de un  hombre y que
éste pone en acción al producir  valores 
de uso de cualquier clase." (117)Luego Marx caracteriza esta
capacidad de trabajo o fuerza  de trabajo como una
mercancía, pero que para ser concebida como tal debe
cumplir determinadas condiciones "Arrancando  de  esta
premisa, – dice Marx-  la  fuerza  de trabajo
sólo puede aparecer en el mercado, como una
mercancía siempre que sea ofrecida y vendida por 
su  propio poseedor,  es decir, por la persona a quien
pertenece.  Para que  su  poseedor,  pueda
venderse  como  una  mercancía,  es
necesario  que  disponga  de ella, es decir, 
que  sea  libre propietario   
de   su   capacidad  
de   trabajo,   de    su
persona….ambas   son,  por  tanto 
personas   jurídicamente iguales. 
Para  que esta relación se mantenga a lo 
largo  del tiempo  es, pues, necesario que el
dueño de  la  fuerza  de trabajo
sólo la venda por cierto tiempo, pues si la vende  en
bloque  y para siempre, lo que hace es venderse a 
si  mismo, convertirse de libre en esclavo, de poseedor de
una mercancía en mercancía…

La segunda condición esencial que ha de  darse
para  que  el poseedor de dinero encuentre en el 
mercado  la fuerza de trabajo como una mercancía, es
que su poseedor,  no pudiendo vender mercancías en
que su trabajo se  materialice, se vea obligado a vender
como una mercancía su propia  fuerza de  
trabajo,  identificada  con  su  corporeidad
viva…Si hubiéramos  seguido  investigando
hasta  averiguar  bajo  qué
condiciones  los  productos  todos  o 
la  mayoría  de  ellos revisten  la
forma de mercancías, habríamos 
descubierto  que esto  sólo  acontece 
a  base de  un  régimen  de 
producción específico y  
concreto,   el   régimen  
de    producción capitalista …

Cuando decimos capacidad de trabajo no hacemos caso omiso de
los medios de vida necesarios para alimentarla. Lejos  de
ello, expresamos el valor de éstos en el  valor 
de aquélla  y  si no logra venderla, al obrero
no le  sirve  de nada, antes al contrario, considera
como una cruel  fatalidad el que su capacidad de trabajo
exija una determinada cantidad de  medios  de vida para
su producción  y  siga  exigiéndolas
constantemente para su reproducción. Y descubre con 
Sismondi que  "la  capacidad  de trabajo…no es
nada,  si  no  se  la vende." (118)

Fue necesario tomar estos núcleos fundamentales del
parágrafo dedicado a la fuerza de trabajo como
mercancía en El  Capital de Marx, pues la
categoría "trabajo vivo" que aparece en  los
Grundrisse,  en  los  manuscritos  del 
61-63,y en El Capital,  deviene  en capacidad 
o  fuerza  de trabajo lo  cual 
permitió  a  Marx, desentrañar
cuál es el misterio que posee dicha mercancía, lo
cual hace que el  capitalista  –
comprándola  por  su  valor- obtenga 
de  ella un remanente en su utilización. 
En  ello radica  la  fuente  de la
explotación  de  este  sistema.  El
análisis  hecho  por  Marx revela 
los  secretos  que  hasta entonces ninguno
de  los  economistas   anteriores  
pudo desentrañar  acerca del capitalismo; en ese
descubrimiento ocupa un  lugar central, el examen realizado
de la   fuerza  de trabajo como
mercancía.

Cuando Marx analiza la categoría de "trabajo
vivo",  lo  hace en  relación 
con  el  "trabajo  objetivado",  es 
decir,  la conversión  de  uno en
otro  tiene como objetivo  exponer  de forma 
clara  la  ley  económica de  un 
tipo  específico  de sociedad. 
¿Cómo  analiza Dussel la 
categoría   de  "trabajo vivo"?  
Como una categoría externa al sistema, que sirve  no
sólo  para  caracterizar un tipo
específico de  sociedad,  el capitalismo, 
sino  que es aplicable a cualquier  sociedad  y
por tanto a cualquier tipo de economía:

"Es una critica- apunta Dussel- en cuanto el 
trabajo  vivo puede poner en cuestión al trabajo
objetivado. Y todo sistema económico  posible desde
el paleolítico hasta el fin  de  los
tiempos,  es  siempre "trabajo  objetivado" 
estructurado  de alguna manera concreta." (119)Uno de los
elementos metodológicos que siempre esclarece Marx
en  sus  trabajos,  es  la 
temporalidad  de  las  categorías
económicas;  por ejemplo en la existencia del 
producto  como mercancía, – y  la fuerza de
trabajo, es  una  mercancía -,  van
implícitas  las  condiciones históricas
determinadas;  si  el producto  se 
crea  como medio directo  de  subsistencia 
del productor, entonces no es mercancía, es decir, esta
categoría exige  para ser considerada como tal las
condiciones  propias de la sociedad capitalista. Marx no
pretende descubrir la ley económica  
fundamental  de  toda  economía, 
sino   que   su investigación 
está  dirigida  a revelar  la 
esencia  de  la producción  capitalista,
por ello: "Al comprar la  fuerza  de trabajo, el
capitalista incorpora el trabajo del obrero, como fermento 
vivo,  – expone  Marx- a los  elementos 
muertos  de creación del producto propiedad suya
también." (120)

"El  trabajo  vivo – apunta Marx- tiene que
hacerse  cargo  de estas cosas, resucitarlas de entre
los muertos,  convertirlas de  valores  de uso
potenciales con valores de uso  reales  y activos."
(121)

El trabajo vivo no es exterior al sistema, Marx descubre 
las leyes  que presiden el movimiento de una 
sociedad  concreta, mientras  que  Dussel  se
encarga  de  "descubrir" en  Marx.
"Categorías   intemporales,  de 
corte  filosófico  más   que
económico  y  válidas  por 
tanto  para  cualquier  situación
histórica."
(122)            

Como resultado final, la concepción de
Dussel adquiere  mayor terrenalidad,  lo 
cual  contribuye a  eliminar  el 
carácter extremadamente   abstracto 
de  sus  primeros  escritos;   no
obstante se obtiene como producto final, un paso de Marx 
por la   analéctica   de 
Dussel,  que  nos  devuelve  un Marx
tergiversado y contrapuesto a sí mismo.

CONCLUSIONES CAPITULO III

Un  último acercamiento de Dussel a Marx en las
obras analizadas,  nos devuelve a un Marx manipulado y
tergiversado. No hay en Dussel una interpretación creadora
de Marx, sino una manipulación que lo adentra en el
aparato categoríal de Dussel, para devolvernos a un Marx
manipulado y tergiversado en los diversos aspectos,  del
cual se han excluido los elementos medulares de la teoría
de Marx: la comprensión materialista de la historia y la
teoría de la plusvalía.

CONCLUSIONES

Un análisis marxista de la sociedad debe – tomar como
punto de partida-  las  clases,  las
relaciones  de  clases  y  grupos
sociales  en el ámbito  nacional e 
internacional.  Esto  permite encontrar  
historicidad  y  temporalidad a cualquier
análisis,  incluso  en   las
condiciones actuales de la
globalización
neoliberal.                

  En   el   caso  de 
la  filosofía  de  Dussel  
no   hay   un  reconocimiento 
del  significado  teórico  de 
la  revolución
operada  en el campo de las ideas por Marx y Engels. 
Además, no existe la visión de la unidad
teórica y conceptual de  los fundadores del Marxismo.
Para él la filosofía de Marx es  una
filosofía más. 

2) La  tarea  de  destruir  el 
pensamiento  de  los   poderosos para fundar
un pensamiento de los oprimidos, es una aspiración
de  la  humanidad que lucha por un mundo justo. 
Por  ello  a pesar  del  grano  de
razón que  contiene  este  intento, 
la filosofía es universal y – por tanto- la obra de
los  filósofos revolucionarios  del 
futuro  debe tomar  lo  mejor,  lo 
más positivo del pensar mundial sin rencores de ninguna
índole.         
   

En  los trabajos acerca de las fuentes de la
Filosofía de  la Liberación  se reconoce
la interpretación  fenomenológica  de
Levinas en Dussel, (123) a lo cual debe agregarse como 
nuevo aporte que la erótica, la pedagógica y la
política, conceptos teóricos  que son
utilizados por Dussel para caracterizar  el proceso de
liberación, son una copia textual de la concepción
filosófica de Feuerbach en La Esencia del  Cristianismo,
(124) la  fórmula amorosa del cara- a – cara boca- a-
boca, oír  la voz  del  otro, etc, tienen
como  fuente  teórica  importante
dicha  concepción y los escritos bíblicos; lo
cual  demuestra que  es imposible sustraerse totalmente
al desarrollo  de  la filosofía anterior.

3)  El  método  analéctico 
que  debe  tener  carácter  universal
en virtud de su connotación filosófica, pretende
completar  la dialéctica hegeliana y marxista; pero,
se convierte más  bien en  un  deber ser en
virtud de que está  desprovisto  de  una
relación  real con el mundo del hombre; por
tanto,  tiene  un carácter  abstracto,
ético-filosófico, aplicable a  cualquier
situación  histórica y conduce a una
visión idealista  de  la sociedad  muy
lejos de convertirse en un mensaje
liberador.         

4) En Dussel se replantea – desde una óptica
"nueva",  idealista, reformista- el concepto de praxis (por
ello es atacado  desde la  derecha  y  desde
la izquierda);  pues  – por  una  parte-
reconoce  la  necesidad de un proyecto de
liberación  y  – por otra-  proclama 
como elemento de solución la fusión  de  las almas 
mediante el amor, es
decir, por un lado se llama a  la lucha y por otro a la
conciliación.   

El esquema de pensamiento utilizado por Dussel para 
analizar la  sociedad, mezcla diversas categorías:
pueblo, pobre,  persona,  clase, etc. sin determinar
desde el punto de  vista metodológico  el 
orden  jerárquico  y  la  base 
en  que  se sustentan estos
conceptos.                                          
  

El  esquema de pensamiento de Dussel en sus
primeros  trabajos es  abstracto, 
ambiguo   e  idealista,  pues 
mezcla  en  un mismo partido 
filosófico  las concepciones  de 
materialistas e idealistas para   caracterizar 
ambos  puntos   de   vista como
formas  de idolatrar muy cercanos a la
religión;  además, cuando señala a la
praxis humana como estrictamente religiosa retoma 
postulados  de  la filosofía anterior 
que  hacen  un análisis incorrecto de la esencia
tan multifacética que posee el
hombre.                      
                                       

En  la  etapa  de acercamiento a Marx, 
Dussel  introduce  la concepción 
idealista  en  la interpretación de 
la  obra  de Marx, en  los  Grundrisse y los
manuscritos del 61 al  63,  al mismo  tiempo 
contrapone  a  Marx  con  Engels 
y  desconoce  subliminalmente la labor de Lenin como
uno de los más  fieles defensores del
marxismo   

Partes: 1, 2, 3, 4
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