- El pesar de los
pesares - El engaño de los
engaños - El círculo
vicioso - El regreso de lo partido, o el
recobro de lo reprimido - La
física como fulcro - Aplicaciones
terapéuticas - La
obesidad revisitada - El
cerebro: otro prototipo de la
auto-regulación - La
psicoterapia, la obesidad y la entropía:
Esther - La
terapia del sobrepeso - Discusión
- Orden y
Caos: ¿Puede, la Naturaleza, violar la Ley de la
Entropía? - El
desequilibrio de lo equilibrado - Bibliografía
La entropía, la obesidad y los
sistemas
estocásticos, los auto-regulatorios, la física, y: La segunda
ley de la
termodinámica revisitada
¿Quién no ha pasado por ésta, tan amarga,
y común experiencia? Me refiero a ese "drama", privado,
íntimo, y periódico,
que a tantos — cuando lo confrontan — los sorprende, porque
los desconcierta intelectualmente — y, emocionalmente, los
humilla.
En este espacio, aquí señalo, a quedar
aturdidos, cuando experimentamos en nuestras propias esencias, el
fallo de una dieta que emprendiéramos — Lo que en
sí no es tan extraño, ya que las libras perdidas
tienden a retornar inexorablemente — porque es
axiomático que el peso perdido, como paloma mensajera,
siempre, a su nido, vuelve… (Véanse mis ponencias
al respecto).
Palomas mensajeras
El pesar de los
pesares
Luego de haber logrado una exitosa, aunque efímera,
experiencia en ese mundo de albures, que constituye la
resolución determinada de despojarse de algunas libras
extras — y de — ¡asombrosamente! —
haberlo logrado — Muy poco después, muy tristemente y
— a menudo, de modo inescapable — nos desvanecemos en
amarguras, abatidos por el horroroso espectro del espíritu
de derrota que nos invade, cuando advertimos el retorno de las
mismas libras perdidas. Libras que nos llegan de nuevo,
mostrando, en su retorno, un vigor perverso y una tendencia cruel
a multiplicarse y crecer, como fuese conminado por el mismo Dios
en Génesis 20:22, cuando decretó el famoso:
"creced y multiplicaos".
El engaño de los
engaños
Así es como las dietas
funcionan: engañosamente. Porque las libras perdidas
crecen y se multiplican… (Véase mi extensa bibliografía al respecto en
monografías.com y en
psikis.cl).
Este peso (o sobrepeso) que regresa, lo hace con el ardor y
entusiasmo antedichos, y, no sólo se dilata, sino que,
casi siempre — y para que la miseria sea peor para su
víctima — excede el monto de la carga ponderal
acarreada, antes de que el peso se hubiese perdido.
¡Qué agonía y que pena la de no poder rebajar
unas libras! No importa lo que se trate para
lograrlo.
El
círculo vicioso
Con frecuencia, la pérdida del peso inicial alcanzada
se asocia con la influencia artificiosa, y delusoria a la vez,
conocida como el Efecto de Hawthorne o Hawthorne Effect,
el cual ya hemos descrito en otros artículos publicados en
monografías.com y en
psikis.cl.
Pero, no es aquí donde la experiencia adversa termina,
sino que este peso que retorna, lo hace, demostrando —
reiteramos — una extraordinaria afección por la anatomía de la
víctima que dejara, a la cual manifiesta
obstinación implacable para abandonarla de nuevo.
¿Por qué tiene que ser así? Nos
preguntamos — quizás será, porque obedece a una
ley natural.
Quizás, quizás, quizás…
"No" al cigarrillo
El regreso de lo partido, o
el recobro de lo reprimido
Este fenómeno del retorno de lo que, en apariencias,
descartamos, es asimismo común en escenarios distintos.
Por ejemplo sucede en el proceso de
toda terapia, especialmente en la de las dependencias,
observándose su acción
persistente, en programas
propuestos para combatir malos hábitos — de los que,
como ejemplos comunes, enumeramos los que siguen:
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