Estrategia psicopedagógica para escolares con trastornos afectivo-conductuales
- Introducción
- Desarrollo
- Estrategia
Psicopedagógica: una opción de
capacitación docente - Etapas del
diseño de la estrategia psicopedagógica mediante
EC - Dirección
intervención en el proceso docente educativo. Programa
mediante Expresión Corporal (Orientaciones para el
docente) - Dirección
orientación de la familia.
Manual para el
seguimiento en el hogar - Conclusiones
- Bibliografía
ESTRATEGIA PSICOPEDAGÓGICA PARA EL
CRECIMIENTO PERSONAL DE
ESCOLARES CON TRASTORNOS AFECTIVO-CONDUCTUALES: UNA OPCIÓN
DE PERFECCIONAMIENTO EN EL PROCESO
PEDAGÓGICO
INTRODUCCIÓN
Los niños
con necesidades educativas especiales (NEE) reciben un sistema de
influencias que, cada día se perfecciona en función de
lograr una labor correctivo-compensatoria más eficiente
que garantice la incorporación futura de los niños
a la vida laboral y social.
En este sentido, numerosos son los esfuerzos que, en el campo de
la investigación científica, realizan
maestros y especialistas para crear nuevas formas de
intervención psicopedagógica en los centros
educacionales, que respondan y se identifiquen con las
necesidades y potencialidades de estos menores.
La presente ponencia centra su atención en la necesaria capacitación y superación del
personal docente que trabaja con escolares que presentan
trastornos afectivo-conductuales, precisamente porque son muy
vulnerables ante las confrontaciones de un entorno desfavorable y
se les debe preparar para la vida, aprovechando su intelecto y el
resto de sus potencialidades para lograr un crecimiento personal
que les permita actuar adecuadamente ante las adversidades.
Numerosas son las alternativas que podemos encontrar en el marco
de la atención a este tipo de alumno, sin embargo, existen
insatisfacciones y dificultades que persisten a pesar de los
esfuerzos realizados.
Esto nos revela los resultados insuficientes del trabajo
correctivo-compensatorio que se realiza y la necesidad de
propuestas cambiantes y dinámicas que ofrezcan al alumno,
variabilidad de herramientas
para su autorregulación, el logro de un desarrollo
integral más eficiente y la preparación del docente
para abordar el proceso de crecimiento personal del menor
como resultado de la reconstrucción paulatina de sus
funciones
psicológicas y la influencia sistémica de la
escuela, la
familia y la
comunidad.
Palabras clave del artículo: estrategia
psicopedagógica, trastornos de la conducta,
crecimiento personal
Estrategia psicopedagógica para escolares con
trastornos afectivo-conductuales
DESARROLLO
Al profundizar en el estudio de la
personalidad de estos menores encontramos conductas que, por
su inadecuación a las condiciones ambientales, resultan
molestas para los otros, tanto adultos como coetáneos.
Esos modos comportamentales se manifiestan durante un
período de tiempo y no
pueden ser atribuidos a respuestas eventuales. Ello origina
rechazo y, muchas veces, violencia en
los que le rodean, contribuyendo así a reforzar las
conductas negativas. En otros casos se manifiestan insuficientes
esfuerzos volitivos para alcanzar objetivos de
la edad. En todos ellos existe un sentimiento de
frustración que origina ansiedad, tristeza, disforia y
sentimientos de minusvalía, aún cuando a veces
protagonizan episodios de fanfarronería y desacato
(Betancourt, 2001; Fontes y Pupo, 2002).
Las dificultades que presentan relacionadas con inasistencias
a clases y pobre desarrollo de motivaciones escolares es el rasgo
que más preocupa a padres y maestros, aún cuando
estos niños tienen una conservación intelectual
primaria. Lo que ocurre es que existe una disarmonía en la
relación cognitivo-afectivo-volitiva del desarrollo
personal que bloquea los resultados potenciales e inclusive
reales. Las relaciones interfuncionales cognitivo-afectivas no
son homogéneas y existen variaciones determinadas por las
condiciones de vida y educación en
íntima relación con las peculiaridades de la
subjetividad de los niños (Betancourt, 2001).
Por otra parte, la práctica educativa y la teoría
coinciden en identificar numerosas motivaciones relacionadas con
actividades de juego,
movimiento, la
música,
los trabajos manuales, que
bien pudieran ser utilizados como motores
impulsores de las transformaciones que se necesitan y no siempre
reciben la debida atención por parte del docente.
Desde que se inició en el Ministerio de
Educación, a partir del año 1962, la
atención a los menores que presentan trastornos de
conducta, a través del subsistema de Educación
Especial del MINED y a partir de la promulgación del
Decreto Ley No. 64
(diciembre, 1982), con una larga historia anterior sustentada
en la prevención, ha prevalecido la concepción
pedagógica y psicológica de la atención
individual y diferenciada, así como que la actividad y la
enseñanza promueven el desarrollo y por
tanto han sido factores que han estado, entre
otros aspectos, en el centro de la atención de los
especialistas.
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