INTRODUCCIÓN
El texto
presentado a continuación, tiene como objetivo
describir el proceso
educativo musical llevado a cabo por la Fundación Cult
ural Calarte en la Localidad Séptima de Bosa, los
resultados de su labor en sus estudiantes, y en la comunidad
misma.
Se mostrará la presentación de la historia y desarrollo de
Fundación Cultural Calarte en su actividad educativa
artística, una breve reseña histórica de la
localidad y una contextualización general de la
experiencia. Luego se presentará el esquema general del
proyecto, es
decir, sus objetivos, y
las metodologías de sistematización utilizadas para
su realización. Como conclusión y con el
ánimo de compilar aquellos resultados que nos deja
la experiencia, se llevará a cabo un análisis pedagógico, social y
artístico de la misma.
La información fundamental para la construcción de este trabajo, en
cuanto a las características de la Fundación Cult
ural Calarte, está basada en entrevistas
realizadas a algunos estudiantes grabadas en video, así
como en imágenes y
videos en los que se muestra el
desempeño musical de los alumnos de la
Fundación desde el año 2004 hasta la fecha.
CONTEXTUALIZACIÓN
GENERAL DE LA EXPERIENCIA
La Sistematización de la experiencia en la
Fundación Cultural Calarte se llevó a cabo como la
actividad fundamental de la clase Historia
de la Pedagogía III a cargo del profesor Jhon
Freddy Palomino del programa de
Licenciatura en Música de la Universidad
Pedagógica Nacional, con el ánimo de observar y
analizar la educación
artística en nuestro entorno, esta actividad,
además de ser una oportunidad de salir de la " burbuja" en
la que muchas veces se convierte el aula de clase, en la cual nos
sentimos seguros, y como
tan lejanos de la realidad de la educación en nuestros
barrios, se trata de poder ver con
detenimiento en la cotidianidad que tan lejos estamos de lograr
una educación adecuada, en donde aquellos planteamientos
acertados de pedagogos y educadores a lo largo de la historia
sean vivenciados en nuestro país.
Reseña histórica de la Fundación
Cultural Calarte
La Fundación Cultural Calarte, nació en el
Municipio de Calarcá, Quindío, poco después
del terremoto del Quindío en Enero 25 de 1999, el cual
constituye uno de los eventos naturales
de mayor impacto económico en la historia del país,
y se considera como el mayor desastre en términos de
personas damnificadas o afectadas por el mismo, este movimiento
telúrico que tuvo su epicentro en el municipio de
Córdoba, afecto gran parte del Departamento incluyendo a
Calarcá. Debido al gran impacto psicológico que
causo este desastre natural en las personas afectadas, en su
mayoría dedicadas a la agricultura,
al comercio y al
turismo, tiempo
después de la tragedia, la Gobernación del
Departamento decidió promover actos culturales y
artísticos en los municipios afectados, fue así
como con el apoyo del Gobierno
Departamental se fue constituyendo la Fundación Cultural
Calarte, bajo la dirección de la señora Edelmira
Rubiano, fundadora y actual directora del centro.
Después de haber decidido trasladarse a Bogotá
DC, para el año 2004 la Fundación Cultural Calarte
se había establecido en la localidad de Bosa, como un
centro de educación artística No Formal, con
enfoque hacia las músicas populares tradicionales
Colombianas, y al papel de la guitarra acústica en ellas.
Hoy la Fundación encamina su actividad a la enseñanza de la Música, la Pintura y la
Danza, siendo
la Música el principal campo de acción,
ya que, cuenta con talleres de Guitarra acústica, Guitarra
clásica, Guitarra eléctrica, Bajo eléctrico,
Batería, Técnica vocal y Teclado, y el
enfoque no solo a las músicas populares tradicionales
Colombianas, sino tambien, a las músicas urbanas
populares. La Fundación, ha participado en numerosos
proyectos
financiados por la Alcaldía Mayor de Bogotá en los
últimos 2 años.
Reseña Histórica de la Localidad
Séptima de Bosa
La Localidad ubicada sobre los terrenos de este antiguo
poblado indígena, conserva su nombre proveniente del
vocablo Chibcha, con los siguientes significados: "cercado de
guarda y defiende las mieses" que se representa en forma de
nariz. También "segundo día de la semana" que era
compuesta por las siguientes unidades temporales: Ata, Boza,
Mica, Mujica, Jizca, Ta y Cujipucua.
Hoy todavía encontramos en la vereda de San Bernardino
descendientes directos de los grupos que
habitaron inicialmente este territorio, los cuales preservan los
apellidos Neuta, Chiguasuque, Tunjo, Orobajo, Buenhombre y
Fitata. Allí se encuentra también la ermita de El
Humilladero, casi en ruinas, y una cruz de piedra tosca. Hasta la
primera mitad del presente siglo Bosa fue un municipio compuesto
por cinco barrios y habitado por no más de 20.000
personas, dedicadas en gran parte a la agricultura de
subsistencia. También a partir de esta época se
destaca que Bosa fue escogida por gobiernos y comunidades
religiosas como el lugar más propicio para la
ubicación de centros educativos que inicialmente
sólo permitieron el acceso a lo que podría llamarse
la descendencia de la aristocracia criolla en decadencia
compuesta por terratenientes, jerarquías militares,
nacientes comerciantes, banqueros e industriales.
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