Influencia de la Inquisición en la Pintura de España en los siglos XVI y XVII

2. El manierismo como antecedente
   del arte
   barroco
3. El
   Barroco
4. La
   Inquisición
5. Zurbarán
6. Murillo
7. Conclusión
   y comparación de la pintura de
   Zurbarán y Murillo
8. Bibliografia

Historia del Arte

1-INTRODUCCIÓN

Voy a demostrar en este trabajo la
forma en que la Inquisición influyó en la producción artística de los pintores
españoles de los siglos XVI y XVII, generando en ellos
situaciones tales como represión, coacción para que
se atengan a fórmulas impuestas, e introduciendo a la
religión
como motor impulsor de
sus vidas, para que por éstas razones el único tema
por ellos seleccionados para expresarse en su arte fuese
justamente "la religión, los santos, situaciones
bíblicas", etc.

Para ello tomaré a los pintores Murillo y
Zurbarán, dos pintores de la época, con el fin de
comparar sus obras y así acercarme a una
conclusión. Con la misma finalidad me introduciré
en los conceptos de  MANIERISMO y BARROCO,
movimientos artísticos que reflejarán dicha
influencia y a los que pertenecen los mencionados
pintores.  

En España, la
inquisición se instauró entre los años
1198/1216, con el fin de terminar con la herejía y otros
delitos de fe,
por el Papa Inocencio l. Desde su creación hasta que se
abolió fue tomando distintos causes, en algunos
períodos con más abusos y arbitrariedades que en
otros. 

Sin duda, tuvo gran influencia en la producción
artística de los pintores a lo largo de toda esta
época, debido a que en la práctica, aparte de
juzgar delitos de fe, reprimía duramente la libertad
de pensar de manera distinta a aquella que
provenía del aparato de poder. Se ha
dicho que la inquisición no hizo más que poner
trabas al pensamiento
español,
aunque Menéndez Pelayo, rebate esta tesis
demostrando que en los siglos XVI y XVII, época en que la
inquisición en España tuvo su mayor importancia,
también se da el mayor florecimiento artístico,
literario y científico en su conjunto.

Hasta el siglo XVI la pintura presenta un cause netamente
clásico, y el artista se ve atado a una serie de
fórmulas o estándares para realizar sus pinturas.
Romper con estas formulas genera en el artista un gran
sentimiento de inseguridad.

La pintura en estos siglos es de corte netamente religiosa, el
pintor P. Berruguete (pintor titular del Rey Felipe el Hermoso)
pinta infinidad de situaciones relacionadas con la
Inquisición, otras donde comulgan santos e inquisidores y
por supuesto en una de sus tablas deja retratado un auto de
fe. 

La Inquisición tenía censores para las obras de
arte, su fin era relevar que éstas entraran dentro de los
cánones permitidos, que las pinturas no se salieran de sus
estándares, de sus fórmulas. Pacheco, era pintor,
escritor y poeta, pero más fervientemente católico
que artista, de hecho fue uno de los censores de la
Inquisición. Su filosofía creadora estaba impregnada de
árido misticismo. Como censor pretende imponer las
fórmulas para todas las concepciones sagradas limitando de
esta manera todos rasgos de libre inspiración del
artista.

Para él, el arte cumple la función de
llevar a los hombres a la piedad y a Dios, pasando a ser el arte,
entonces, auxiliar sumiso del sacerdocio. 

2- El
manierismo

2- El manierismo como antecedente del arte
barroco

En el siglo XVII por primera ves los clásicos de esta
época unen con el concepto de
maniera la idea de un ejercicio artístico rebuscado,
reducible a una serie de fórmulas. Esta es una
época de cambios (el clasicismo se da en el arte
después de 1520). Así el sentimiento de inseguridad
explica la naturaleza
contradictoria de su relación con el arte clásico.
Entonces es posible comprender que en todos los artistas del
manierismo el afán estilístico se dirige a romper
la sencilla regularidad  y armonía del arte
clásico y a sustituir su normalidad y suprapersonalidad
por rasgos más subjetivos y sugestivos.

No se puede comprender al manierismo si no se entiende que su
imitación de los modelos
clásicos es una huida del caos inminente, y que la
agudización subjetiva de sus formas expresa el temor a que
éstas puedan fallar ante la vista y concluir apagando al
arte en belleza sin alma. (1)

Burkhardt (1) consideraba a Parnigranino como un artista
desagradable y afectado y también Wölfflin (2) 
veía en el manierismo algo así como una
desviación en la evolución natural y sana de, un intermedio
superfluo entre el renacimiento y
el barroco. Pero solo una época que ha vivido como su
problema vital la tensión entre forma y contenido, belleza
y expresión, podría hacer justicia al
manierismo y precisar su peculiaridad tanto frente al renacimiento como
al barroco.

Algunos investigadores comprenden al manierismo como una
reacción que es subseguida por   barroco
inicial  y el barroco en su plenitud, o sea ve a este
movimiento
como el que después disuelve al manierismo. La historia del
arte del siglo XVI consistirá sistemáticamente
en el repetido choque entre el barroco y el manierismo con 
la victoria provisional de la tendencia y la definitiva de la
barroca. (4)