Monografias.com > Lengua y Literatura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La luna y el solitario




Enviado por Leonardo Gauto



Partes: 1, 2, 3

    1. Introducción
    2. La luna y el solitario

    Introducción

    ¿Alguna vez habéis buscado un sentido de
    forzosas piernas que pudiera caminar por valles rocosos y laderas
    empinadas?, pues bien te digo amigo mío que esta empresa me ha
    llevado y consumido varias horas de mi tormentosa vida. ¿Y
    cuando se reputa superfluo la búsqueda de un camino
    cierto, una luz que mantenga
    el mañana como mapa pronto a ser explorado?, ¿acaso
    no somos humanos errantes, humanos dl ningún lugar? La
    belleza se escurre entre nuestras ventanas en los días
    nublados, y nosotros, sorprendidos, soplamos con el viento suave
    de un soleado matinal. Tal ves la respuesta este en el soplido
    del viento, en su brisa, en su susurro. Como hombre
    sediento corro hacia los brazos del dios Felicidad, oh, pues
    ¿Cómo no debería ser felicidad?, si me
    siento tan bien, tan cómodo. ¿No es eso un
    manantial que calma mi sed?. Pero no seamos tontos y no creamos
    en ídolos hechos de cera, con corazón de
    cera, y alas de cera también, la belleza se transfigura
    con mil mascaras y nosotros no podemos ver profundamente el
    sentido de las cosas, el sentido de los hechos a causa de la
    obnubilación producida por tan refulgentes destellos de
    luz. Entre mil redes caí en otros
    tiempos, y aun seguiré cayendo a causa de mi
    desesperación, la desesperación por la vida:
    allí entre mohínas catedrales camina mi
    pájaro que aun espera volar ¿Por qué espera
    volar?, ¿tendrá miedo acaso?, mas aun mi
    corazón me convence que para raudos vuelos es mejor
    esperar días soleados.

    Y si aun querido amigo sigues buscando la fuente de la eterna
    belleza y perdición de los sentidos, te vaticino que estas
    cerca si el letargo que con dolor sufres se extiende en el
    tiempo y a
    causa de la oscuridad empieza a tomar forma extraña e
    inexpresable; el dolor se hace pesado y mira con ojos
    devastadores, aniquiladores. Ya te digo, tu estas cerca, y como
    decía un genio budista:
    "el tiempo pasa muy rápido, has el amor
    mientras puedas". Y el viento nórdico y frió canta
    también: "¿no ves el movimiento
    allí afuera?, este me atrapa, ¡tengo que formar
    parte de el!.

    ¿Todavía tienes vergüenza de tener los
    zapatos rotos? ¡que importa ya ello!, ¿estáis
    contento o no estáis contento?, esa pregunta me
    gustaría que se repita por el fin de los tiempos. Alejado
    de lo mas próximo que me rodea, despreciando soles y
    noches nubladas, he llegado a un lugar cuyas lejanías
    hacen mas delicadas y aguda la voz del hombre. Entre cuchicheos
    he hablado al cielo y este me ha contestado, "¿Qué
    somos muy profundos?, pues eso ya era fácilmente
    deducible, ¿me hablas al oído?,
    ¿que me dices?, ¡ay,ay!, ¿como no llorar
    altísimo Urano, poderosísimo? ¡ay, ay! ya no
    quiero oír mas tus predicas.

    Un poco exagerado, y tal ves inconsistente en los relatos,
    pero no podría haber sido de otra manera, pues en el se
    delata la tan impaciente e insolente forma de expresividad de un
    joven aun no asentado en su forma de ver el mundo. "la luna y el
    solitario", dejara, tal como lo preveo y espero, mas dudas que
    certezas; y es que he escrito esto solo para preguntar y un
    buscar una respuesta. No hay respuestas y no se si las encontrare
    en un futuro; después de todo ¿Qué son las
    respuestas?. Tengan una considerable paciencia con este escrito,
    si te tientas en arrojarlo a hoguera, por favor, que sea bajo un
    robusto fundamento. Los discursos son
    pesados y tienen un carácter muy grave, nada de lo que
    aquí se cuente carece de seriedad.

    Y por ultimo a ti te hablo alma
    vagabunda, que correteas por infinitas canteras en busca del
    arroyo de aguas cristalinas que dará nueva vida,
    ¿no has probado y besado ya muchas aguas cristalinas?; a
    ti ojos esperanzadores que luchan con la vida y los
    acontecimientos nefastos que desgarran corazones y arrancan las
    mas lastimeras lagrimas ¿ no has llorado ya demasiado?; a
    ti corazón lacerado por mil infortunios y desilusiones
    amorosas, tu corazón semejante a porcelana reclama
    cuidados complicados de satisfacer, ¿ no has aprendido
    volar mas alto? ¿No has aprendido a amar por encima de ti
    mismo?. A ti, amor
    mió, felicidad mía, mi ultima belleza deslumbrante
    te entrego con cariño mi ser completo, a ti,
    excelentísima mujer de piernas
    graciosas, te pido que me recibas en tu delicado corazón y
    me resguardes por un momento, a ti, brazos calidos y salvajes
    miro con ansias de embullarme en extrema felicidad; te pido seas
    indulgente conmigo ya que vengo herido por pelear en arduas
    batllas.       
                             

    La luna y el
    solitario

    Díganme, oh musas, que es de ese ingenioso hombre que
    en un tiempo acostumbro a vagar en sus pensamientos cual hombre
    perdido que no encuentra el camino para descubrir su alma; tal es
    la única perdición que perturba al hombre. A
    vosotras que compartís relación con el radiante
    Apolo os invoco en esta acometida que arrastrara pensamientos y
    corazones débiles, no aptos para esos que hablan como
    gorgoteando palabras desde pozos infecundos y vacíos de
    cristalina agua.

    Hacia tiempo ya que el solitario había huido de la
    muchedumbre, refugiándose en una cueva en
    compañía de su espíritu y sus pensamientos.
    En otros tiempos hablaba en el  espíritu de las
    multitudes, la sabiduría de los muchos era el saber que se
    aprendía y se proclamaba. Entre gentes andaba el
    pequeño ser humano, reía cuando tenia que
    reír, lloraba cuando tenia que llorar y hacia todo cuanto
    el habito se lo impelía. Pero este solitario
    aprendió a mirar con desden a las multitudes, como lo hace
    el hombre alado que acaba de elevarse a alturas insospechadas. La
    voluntad aligero su peso en el corazón del solitario, pues
    este era el mayor sufrir, el mayor peso existencial, y la
    inquietud y la perturbación conmovió su cabeza. El
    arduo trabajo trae
    consigo una pesadumbre y fastidio incalculable, y los
    pensamientos son tormentos que nublan la vista del navegante
    errando en alta mar.  Mira el solitario desde una
    montaña poca amistosa para los mortales: pues esta era
    fría y húmeda, y los vientos soplaban furiosos,
    pero el era el primero en avistar desde las alturas rocosas y
    hostiles el rayo ígneo del gran sol. Así estaba el
    solitario: tan solo como en una alta y nevada montaña.
    Cansado estaba el solitario de su soledad y de la existencia en
    su refugio tan esculturalmente tallado por la naturaleza
    para hombres sufrientes y filósofos apasionados y tranquilos,
    tendientes a la meditación indagadora. El tedio
    invadió sus miembros y el deseo, ese travieso gusanillo,
    se presentaba como lo absurdo y agobiante.  

    Partes: 1, 2, 3

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter