La oscuridad como factor determinante, e inadvertido, en la obesidad epidémica
- Génesis
- El desayuno y la
cena - Demografía
- Hábitos
alimenticios y estrategias
recolectoras - Economía
aplicada - Nuestra
noche disipada… - Bibliografía
La noche quedó atrás: La oscuridad como
factor determinante, e inadvertido, en la obesidad
epidémica
Cuando escribiera el
artículo:
Los efectos Mentales y Físicos de los Apagones,
publicado en monografías.com, lo hice,
empeñándome en resaltar lo siguiente, que, a
continuación, reproduzco:
"En Génesis, Dios hace uso alegórico de
los siguientes términos:
Del día = 11 veces
De la luz = 5
veces
De la noche = 4 veces
De las tinieblas = 3 veces
"Obviamente, que Dios desearía luz y más
luz… De no ser así, no nos hubiera recalcado en sus
acciones, que,
para todo originarse, en un sentido creacionista, él
comandaría: "¡Sea la luz!"…
Separándola de las tinieblas."
Sin duda, Dios supo lo que hacía.
Bosquiano preparando
comida
Mi artículo, entonces, además de
representar una parodia mordaz del estado de
salud física y emocional de
poblaciones que viven en la oscuridad forzosa — porque carecen
de energía
eléctrica adecuada, como son las de Cuba,
Nicaragua y la República
Dominicana, sin mencionar, al pobre país vecino,
Haití — constituiría un introito hacia el
entendimiento de las relaciones que tienen entre sí, y que
permanecen poco conocidas, entre las refecciones nocturnas y la
obesidad epidémica que nos azota.
Génesis
Interpretando la Biblia, es posible que, en ese acto en
que iluminara el camino que había trazado para el hombre, Dios
significara que la manera de vida del nuevo habitante del
Jardín del Edén, era de índole diurna,
haciendo de las tinieblas, para su estirpe, anatema
retórico. Ya que desde ese entonces siempre hablamos,
alegóricamente, de la oscuridad como algo, para nosotros,
indeseable — al menos, en cuanto, a los apagones, se refiere
— y para la circunferencia de nuestra cintura.
La oscuridad y la estrategia de
comer de nuestra especie.
Desierto de Kalahari
Visitando las Islas Galápagos en el
Pacífico, y Machu Picchu, en el Perú, muy pronto
nos volvemos conscientes de que la Naturaleza ha
dotado las diversas especies creadas, con nichos
ecológicos y estrategias de
comer que, para las mismas, son fijadas.
Como género
animal de constitución relativamente frágil.
Sin pelambre abundante, sin carapacho que lo proteja, carente de
aditamentos físicos idóneos para la defensa propia
o para la subordinación directa de las presas que caza,
dotados con una visión nocturna deficiente y con un
sentido del percepción
auditiva mediocre; para el ser humano salir en búsqueda de
comida, después de la caída del sol sería
temerario. Lo que determinó que sus correrías en
obtención de algo para comer debían de ser hechas
durante las horas soleadas, consumiendo sus comidas dentro de
esas mismas horas.
El desayuno y la
cena
Estas dos colaciones, como hemos establecidos en algunas
ponencias, ya publicadas, desde principio, no existían —
porque no podían existir — haciendo de ambas, ajustes a
los que tuviéramos que reconciliarnos.
ECHA (Estrategia de Comer Humana
Adaptiva)
La estrategia de comer del ser humano está
expresada en la mejor de sus formas en la que adoptaran nuestros
antepasados quienes vivieran en el paleolítico
superior.
Las comidas de nuestra especie, durante este
período, nunca se dispondrían durante las noches,
por ser muy arriesgado salir a cazar o a recogerla. Por la misma
razón es que contendemos que comer de noche resulta en
cambios y ajustes hipotalámicos muy pocos estudiados y
menos entendidos. Ya que, repetimos, no somos especie de
hábitos nocturnos. Lo mismo pudiera decirse de una lechuza
que de manera súbita dependiera de la caza diurna, para lo
que no está facultada.
La dieta humana del paleolítico,
explicada.
En su notable contribución al entendimiento de la
estrategia alimenticia y de comer, peculiar a nuestra especie,
h. sapiens sapiens, los autores del libro The
Paleolithic Prescription, describen
sistemáticamente el modo en que se han sustentado,
históricamente, los bosquimanos residentes del desierto de
Kalahari en África.
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