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Comunicación y transformación en organizaciones universitarias (página 2)




Enviado por freddydd



Partes: 1, 2

           
De Souza(2000) ha planteado que nuestra realidad mundial
está caracterizada por un cambio de
época y no por una época de cambios, se apoya para
ello en Castells.(1995) quien afirma que una época
histórica cambia cuando se transforman de manera
cualitativa y simultánea las relaciones de producción, las relaciones de poder, la
experiencia humana y la cultura. .A
pesar de los grandes cambios sufridos en la sociedad por
ésta nueva época, las universidades han planteado
sus trasformaciones de manera lenta y es nuestro criterio que
aún permanece anclada en el tiempo;
respondiendo a estructuras
curriculares y administrativas que no se compadecen con la nueva
realidad que hoy enfrentamos. Al  considerar algunos pasajes
que muestran la evolución histórica de nuestras
instituciones
universitarias podemos observar que conservan muchas de sus
características iniciales y que los mayores cambios que se
han logrado o tendrán que lograrse responden a modalidades
que tiene que ver con las nuevas
tecnologías informacionales y fundamentalmente
comunicacionales.

La universidad, tal
como hoy la conocemos, surgió en la época medieval,
concretamente a mediados del siglo XII, aunque su apogeo se
produce en el siglo siguiente. Las universidades surgieron dentro
de un contexto socioeconómico y cultural que les
imprimió sus rasgos fundamentales. Las circunstancias
sociales prevalecientes del siglo XII y XIII, dieron lugar a la
creación  de las primeras universidades, algunas de
las cuales simplemente brotaron, sin que se pueda determinar con
precisión quien las fundó ni cuándo
exactamente se constituyeron.   (Tunnermann 2000).

La palabra universidad , deriva de la voz latina "universitas"
de origen romano que significa el conjunto de los seres
particulares o elementos constitutivos de una colectividad
distinta de los individuos que la integran.. En el lenguaje
legal del derecho
romano, "universidad"era la unión organizada de gentes
con intereses comunes y estatus jurídico independiente. En
la edad media la
palabra servía para designar a los gremios, corporaciones
o fraternidades integradas por personas dedicadas a un mismo
oficio, entre quienes cabía distinguir los maestros de los
aprendices. En principio existe una semejanza entre la
situación de aparición de las universidades y la de
las corporaciones de comerciantes y artesanos. Posteriormente, el
término universitas sirvió para referirse a la
institución como tal y sólo tardíamente para
aludir a la universalidad de la enseñanza de todas las ramas del conocimiento.

Napoleón reorganiza la universidad como un monopolio y
una dependencia del Estado, con
una intención puramente utilitaria y profesionalizante,
según los ideales educativos politécnicos que
profesaba. El modelo
napoleónico, tan imitado por América
Latina a raíz de la independencia,
rompió la idea unitaria de la universidad medieval y la
sustituyó por un conjunto de escuelas profesionales
separadas, carentes de núcleo aglutinador. La
investigación dejó de ser cometido de la
universidad y se reservó exclusivamente a las
academias

La universidad colonial respondió a una
concepción y a un propósito muy bien definido, lo
que le permitió ser una institución unitaria. Toda
su actividad giraba en torno a la idea
de Dios y su preocupación básica era salvar al
hombre. La
universidad latinoamericana que surgió del injerto
napoleónico , según Sánchez citado por
Tunnermann, produjo profesionales , cuyo número y calidad no
correspondió a las necesidades de la  sociedad, que
fueron profesionistas hábiles pero no universitarios en el
sentido completo de la palabra.

La universidad republicana tampoco logró ampliar la
base social de la matrícula estudiantil, que siguió
siendo representativa de las clases dominantes. Al permanecer
intactas las estructuras fundamentales de la sociedad,
perduró la naturaleza
elitista de la institución durante el siglo XIX.

La universidad moderna, que introduce la ciencia y
la investigación en el quehacer universitario,
surge del modelo que Guillermo Humboldt quien la 
diseñó, a petición del emperador de Prusia,
para la Universidad de Berlín. La estrecha relación
entre docencia e
investigación en que se inspira el esquema influye luego
en la
organización de muchas otras universidades de
diferentes partes del mundo y fue un elemento clave para el
enorme desarrollo
científico que se produjo, a partir de entonces, en
Alemania. La
universidad alemana devino en una comunidad de
investigadores que usa principalmente la mayéutica
socrática, es decir el aprendizaje
que se produce como resultado de la incorporación activa
del estudiante en el quehacer científico, bajo la dirección de un maestro investigador.

El modelo alemán fue imitado por las universidades
norteamericanas comenzando por la Universidad de John Hopkins en
1876, que se inició como una universidad consagrada
únicamente a los estudios de postgrado. El aporte mas
sobresaliente de la universidad norteamericana a la organización de las universidades en el
mundo es la introducción del departamento como unidad
académica básica, en sustitución de la
cátedra aislada y unipersonal. La departamentalización surge en la
Universidad de Harvard en 1739, cuando un profesor
decidió impartir una sola asignatura y especializarse en
ella en vez de asumir, como era lo usual hasta entonces, todas
las artes liberales (matemáticas, filosofía natural y moral,
geografía,
astronomía, etc.).

En 1918, el movimiento de
Córdoba fue la primera confrontación entre una
sociedad que comenzaba a experimentar cambios de su
composición interna y una universidad enquistada en
esquemas obsoletos. La protagonista de este movimiento fue la
clase media en
su afán por lograr acceso a la universidad, hasta entonces
controlada por la vieja oligarquía terrateniente y el
clero. Esta reforma incorporó la extensión
universitaria y la difusión cultural entre las tareas
normales de la universidad latinoamericana y propugnó por
hacer de ella el centro por excelencia para el estudio objetivo de
los grandes problemas
nacionales. Se requiere para el logro de esta función
académica de extensión un componente fuerte en lo
que respecta a la
comunicación

Al hacer un balance crítico de la Reforma de
Córdoba, podemos decir  que es hasta nuestros
días, la iniciativa que más ha contribuido a dar un
perfil particular a la universidad latinoamericana. Se dice que,
a pesar, de no haberse logrado la transformación de la
universidad en el grado que se aspiraba se dieron pasos muy
importantes en tal sentido. Sus efectos, en el ámbito
universitario, se centraron mas que todo en lo que podemos
denominar la organización jurídica y formal de la
universidad, referidos específicamente a la
autonomía y al cogobierno, no así en lo referente a
la estructura
académica de la misma, que prácticamente
continuó obedeciendo al patrón napoleónico
de facultades profesionales separadas.

La universidad contemporánea, según Tunnermann
(cit), se nos presenta en el marco de una de las paradojas que
caracterizan a nuestra época relativa a la conciencia cada
vez mayor de  la globalidad de los problemas que enfrenta la
humanidad, hasta el punto de hablarse de la emergencia de una
sociedad mundial y, a la vez, el surgimiento de un nuevo nacionalismo
expresado en la reivindicación del derecho a los pueblos a
su identidad y
autonomía.

Es importante destacar que  los últimos
años del siglo que recién finalizó y en los
momentos actuales se han caracterizado por los profundos cambios
que se han dado en el escenario internacional, con la
aparición del fenómeno de la globalización. Este concepto no se
reduce al aspecto puramente económico; en realidad, es un
proceso
multidimensional que comprende aspectos vinculados a la economía, las finanzas, la
ciencia y la
tecnología, las comunicaciones, la educación, la
cultura, la política, etc.
Partiendo de los cambios que se han generado y tomando en
consideración que los avances
tecnológicos están modificando profundamente la
naturaleza de la actividad productiva; que obligan a la
universidad contemporánea a adecuarse a dichos cambios, se
plantea lo expuesto por el SELA en la persona de
Arriola(1994)quien expresa que anteriormente el desarrollo
dependía de la cantidad de energía, de recursos
naturales, de capital, pero
que hoy en día depende sobre todo de la capacidad de
conocimiento y de la información disponible para actuar sobre el
proceso de trabajo.

Schavino (2003), trabajando sobre un modelo de
correspondencias entre la investigación universitaria y el
sector productivo indica que debe producirse una
transformación en los estilos tradicionales de investigar
, ajustándose a una nueva concepción de
producción de conocimientos, en tal sentido propone que la
concreción y adopción
de dicho modelo, permitiría por una parte , potenciar la
capacidad investigativa de las universidades hacia altos grado de
excelencia y pertinencia social y por  la otra, el sector
productivo obtendría conocimientos válidos,
confiables y oportunos que se traducirían en actualizados
y avanzados procedimientos
tecnológicos que generarían ventajas
competitivas.

ENFOQUE
TEÓRICO:

El cambio como objeto de estudio, ha venido recibiendo una
atención cada vez más creciente por
parte de muchos especialistas en los últimos tiempos. Al
tema, en cuestión, se le han dedicado muchos libros y
artículos, se ha incorporado como capítulo
independiente en obras dedicadas a la enseñanza de
la
administración y el comportamiento
organizacional y se ha incluido como obligatorio en cursos de
maestría en administración de empresas.

Según Stoner (1995),  las organizaciones
emprenden programas de
cambio al menos por tres razones: a) Los cambios en el entorno
amenazan la sobrevivencia de la organización b) Los
cambios en el entorno ofrecen nuevas oportunidades para progresar
y c) La estructura y forma de funcionamiento de la
organización está retrasando su 
adaptación a los cambios del entorno.

           
De Souza (2002), plantea que es necesario pensar
filosóficamente el cambio y el desarrollo, ya que sin
comprender por que, ni con que propósito iniciamos un
proceso de cambio, nos faltarán criterios para saber si lo
estamos conduciendo hacia un fin determinado, y nos
faltarán argumentos para convencer a otros de que el
esfuerzo es necesario y relevante. Expresa este autor que al
observar muchos de los procesos de
cambio institucional en América
Latina, pareciera que el cambio, que solo es un medio, se ha
transformado en un fin en si mismo. Se pregunta, entonces, por
que deben cambiar las universidades: para ser mas eficientes,
para ser mas competitivas, para mejorar la calidad, para hacer la
reingeniería de su arquitectura
organizacional o para hacer la planificación  estratégica.
Todas estas interrogantes se refieren únicamente a 
los medios. Tal
vez la respuesta más sencilla es: para reconstruir su
relevancia en la sociedad, por que la sociedad está
experimentando un cambio de época. El cambio en
cuestión en la universidad se percibe como una
búsqueda de un equilibrio
entre la coherencia interna y la correspondencia  con lo que
demanda el
contexto, es decir conocer cuanto se corresponde el discurso
universitario con la acción.

La universidad actual es esencialmente productora de
conocimientos. La universidad es un sitio para producir saberes.
Es un espacio para producir conocimientos y realizar investigación científica. La
universidad es un sitio para la producción intelectual y
la producción intelectual según Fuenmayor
(1.995),va mas allá de la simple producción de
conocimientos y de la investigación científica, por
que la creación intelectual incluye elementos que no
derivan de la investigación científica . La
creación artística y literaria también es
función universitaria, es labor creativa y es fundamental
en la universidad.

La búsqueda del conocimiento, su transmisión y
aplicación dan origen a las tres funciones
básicas de las instituciones universitarias:
investigación, docencia y extensión Si bien en
determinados momentos de su desenvolvimiento histórico una
de esas funciones ha prevalecido sobre la otra lo cierto es que
el ideal reside en una equilibrada integración de las mismas, de modo que las
tres estén siempre presente en  todas las tareas de
la actividad universitaria.

Las funciones de la universidad, según Tunnermann
(cit), adquieren una nueva dimensión frente a la revolución
socio-científica, provocada por el papel central de la
ciencia en la sociedad post-industrial. De esta manera, la
masificación de la educación
superior y los efectos de la revolución
científico-técnica representan los fenómenos
que mas contribuyen a forzar el cambio de las actuales
estructuras y dar un nuevo sentido a las funciones
universitarias. Por otra parte, la propia evolución del
pensamiento
contemporáneo, que apunta hacia una integración de
las disciplinas más que a una diferenciación
excesiva de éstas, refuerza la búsqueda de nuevas
estructuras académicas que permitan el cultivo
interdisciplinario de la ciencia y su orientación hacia la
transdisiplinariedad de la misma.

DISCUSIÓN

Las actuales estructuras académicas responden a
la
educación superior elitista; por lo mismo, les es
imposible, sin una profunda transformación, hacer frente a
la al fenómeno de la masificación. Son, en general,
demasiado rígidas, poco diversificadas y carentes de
adecuados canales de comunicación entre sus distintas
modalidades y el mundo de la producción y el trabajo. La
homogeneidad de sus programas no les permite atender la gama de
habilidades, intereses y motivaciones de una población estudiantil extensa y
heterogénea; su excesiva
compartímentalización contradice la naturaleza
esencialmente interdisciplinaria del conocimiento; su apego a los
sistemas formales
les impide servir con eficacia los
propósitos de la educación permanente. Por lo que
la universidad requiere un urgente transformación a tono
con las necesidades de la sociedad.

La comunicación interpretada como un subsistema dentro
del sistema
universitario es un componente fundamental, tomando en
consideración que su presencia es requerida en el abordaje
de sus tres funciones académicas esenciales. La Docencia
como función académica orienta mucho de su
tiempo  a la transmisión de conocimientos, exigiendo
herramientas
comunicacionales que garanticen la eficiencia de
este proceso, para así, en parte, contribuir a resolver el
gran problema de masificación que caracteriza la
Educación Superior. La Extensión
difícilmente podrá lograrse de no contar la
universidad con sistemas de comunicación que difundan con
eficacia el
conocimiento que la universidad genera para dar respuesta a
las grandes necesidades de la sociedad  y contribuir a
lograr el desarrollo y progreso de los pueblos. La
investigación  es la función académica
que mayor compromiso tiene en la creación de
conocimientos, se produce en ambientes altamente exigentes en
cuanto a sistemas comunicacionales se refiere. Su eficacia se
mide en función de las publicaciones que se produzcan. Por
su naturaleza misma requiere la consulta  y
confrontación de fuentes serias
y de elevada validez que le aseguren confiabilidad a los datos e
información que maneja para transformarlos en
conocimiento.

           
El desarrollo de la informática y la posibilidad de
integración con las telecomunicaciones, ha producido todo un cambio en
lo relativo al almacenamiento,
recuperación, transmisión y uso de la
información, soporte universal del conocimiento. Bajo
tales circunstancias, los medios y los procesos de
comunicación acostumbrados, son cuestionados por el
planteamiento teórico  y práctico de la
comunicación interactiva, instaurada a partir del uso de
la telemática, cuestión que ha
provocado que la
computadora, concebida originalmente como máquina de
cálculo
haya pasado a ser además, una máquina de comunicar
, y que dentro de los procesos de comunicación, se
implemente la interactividad  como un proceso que favorece
la construcción colectiva del conocimiento y
la masividad del acceso a uso de la información.
García (2002)

           
Ante este panorama y considerando que uno de los
propósitos fundamentales  de los sistemas educativos
, de cara al siglo XXI, es encontrar los medios que favorezcan su
calidad, es pertinente repensar estrategias de
redimensionamiento  de la universidad con base en las
potencialidad de la  comunicación; a través de
la telemática en general y de las redes globales de
información, en particular; así como el
establecimiento de modelos de
gestión
de conocimiento, que permitan conceptualizar a las instituciones
de educación superior, como verdaderas industrias de la
información.

En esta discusión nos apoyamos en el pensamiento de
García (cit), quien  refiere que  Van Ginkel
afirma que en su misión de
responder a las demandas de su entorno e interconectarse con
este, la función principal de la universidad del futuro,
en relación con la investigación y desarrollo,
sería gestionar y dirigir el flujo de conocimientos, o sea
desarrollaría menos su propia investigación al
provecho de la gestión y difusión de la
investigación realizada en centros científicos
debidamente dotados.  Se acercaría, de esa manera, a
los modelos de gestión e innovación
tecnológica, mediante la creación de unidades
interfaces u oficinas de transferencia de resultados de
investigación. Esta visión se fundamenta en el
sentido crítico que actualmente expresamos cuando
afirmamos que la academia ha venido actuando en un
monólogo frente al sector empresarial y público, en
cuanto a investigación se refiere. Ello se deriva de la
falta de ambientes comunicacionales y acceso a la
información en la relación universidad-empresa.

En relación a la investigación
científica, se identifican claramente dos segmentos
importantes: la producción científica en
términos de producto de
información y la incorporación a redes de
conocimiento mundial. Es importante concebir cualquier resultado
del trabajo de investigación en términos de 
un producto de información, capaz de ser llevado a
soportes electrónicos, para su difusión en el
mercado de
conocimientos., es decir garantizar su comunicación. Al
referirnos al otro segmento podemos expresar que en
términos de competencia y
pertinencia, no se puede considerar  hoy día una
investigación relevante que no sea el resultado de un
mutante mundo interconectado y globalizado, por el impetuoso
avance de las redes de información electrónico.
Será un imperativo de la transformación que se
pretende en la universidad del presente siglo, el mostrar una
comunidad científica integrada a las mas importantes
redes  del conocimiento universal. La excelencia
científica se medirá entonces, por la
direccionalidad nacional o internacional del flujo de
conocimientos que se observe en una determinada temática
de investigación en red.

Plantea Tunnermann (cit), que las demandas de la sociedad
contemporánea están reforzando en todas partes el
cambio de las estructuras académicas tradicionales, al
comprobarse su ineficacia ante la nueva problemática. Se
halla así en curso un movimiento de renovación de
la educación superior, a escala mundial,
cuya tónica más sobresaliente sería la gran
flexibilidad estructural y curricular que propicia como requisito
indispensable para una rápida adaptación a los
procesos sociales y científicos, caracterizados por su
constante cambio.

En los últimos años se habla del surgimiento de
un nuevo tipo de economía o de sociedad llamada sociedad
del conocimiento, sociedad informacional o sociedad del aprendizaje. Esta
se distingue de las anteriores por que en ella el conocimiento
desempeña un papel esencial. Drucker, nombrado por Nonaka
(1999), plantea que en la nueva economía el conocimiento
no solo es otro recurso además de los tradicionales
factores de producción (tierra,
trabajo y capital), sino el único recurso válido en
el presente. Su argumento es que el hecho de que el conocimiento
se ha vuelto "el recurso" en vez de ser solo un recurso, es lo
que hace que la nueva sociedad sea única en su clase.

Sostienen estos autores que el conocimiento es la fuente del
poder de mas alta calidad y la clave para el cambio que se
dará en el poder.. El conocimiento dejó de ser un
elemento mas del poder del dinero y del
poder de la fuerza
muscular, para convertirse en su esencia, es por ello es
que  se ha hecho cada vez mas ardua la batalla por controlar
el conocimiento.

Innovar o perecer es el reto que hoy día enfrentan las
universidades. La universidad en este siglo  debe asumir el
cambio y el futuro como consubstanciales de su ser y quehacer, si
realmente quiere ser contemporánea. El cambio exige de las
universidades una predisposición a la reforma permanente
de sus estructuras, programas y métodos de
trabajo. El paradigma de
la universidad actual responde a  la sociedad industrial,
que está en proceso de profunda mutación, pero que
deberá sustituirla la sociedad del conocimiento o la
sociedad informacional.

A partir de las últimas  décadas del
siglo  XX  los cambios que han ocurrido en la
universidades han desplazado el interés
por la cultura y el conocimiento general, universal o meramente
profesional  y técnico, por el de la ciencia y la
tecnología, tanto por el especializado, como por el
conocimiento mas  complejo y transdiciplinario  Este
cambio se ha observado unido a sucesivas modificaciones
organizacionales, conceptuales, ideológicas, funcionales,
pero sobre todo se han concentrado en  sus aspectos
económicos y de mercado. Esto refleja la importancia 
que están adquiriendo las universidades, en la medida que
han podido emprender alteraciones significativas en sus
estructuras para hacer su labor intelectual  del trabajo
académico fundamentado en la producción y
difusión de conocimientos a través de  las
funciones de docencia, investigación y
extensión.

           
En la medida que la producción de conocimientos se
presenta de forma cada vez más desigual  y no
equitativa, y que esto se ha relacionado con la nueva
expresión de la riqueza, también la distribución de los conocimientos, de la
ciencia y la tecnología se encuentra distribuida de manera
desigual, en detrimento de los países atrasados. Las
brechas entre los países derivadas de la
posesión, uso y beneficio de los conocimientos, se
perfilan como los nuevos indicadores de
valoración de las brechas en el crecimiento
económico, el desarrollo y la sustentabilidad mundial.
Didriksson.(2000)

           
Indica este autor que la idea de las universidades como
fábricas de conocimiento, como instituciones emprendedoras
o innovadoras en ciencia y
tecnología, se ha establecido como el paradigma
organizacional  de estos tiempos, sin descuidar que el
otorgamiento de los títulos de tercero y cuarto nivel
constituyen el medio mas utilizado para ingresar a segmentos
laborales mas dinámicos y competitivos.

BRECHA DEL
CONOCIMIENTO:

Brunner (2000), al referirse a la brecha del conocimiento
cuando anuncia los desafíos y retos de la educación
superior, plantea que por primera vez las sociedades
compiten en un mercado
global, donde América Latina representa mas de un 8%
de la población pero solo un 4% de los ingenieros y
científicos que trabajan en investigación y
desarrollo experimental, un 2 % del comercio de
tecnologías de información y menos de un 2 % de las
computadoras
conectadas a Internet. Expresa el autor
que el desarrollo de la naciones se ha vuelto cada vez más
dependiente de las infraestructuras de comunicación y sin
embargo, América Latina  posee sólo 20 % de
líneas telefónicas, y un 10 % de computadoras, por
igual número de habitantes en comparación con los
países desarrollados.

En el plano del conocimiento nuestra región
latinoamericana  produce menos ciencia que España o
Suiza y sólo Brasil, entre los
países latinoamericanos, supera el gasto en
investigación y desarrollo experimental de la empresa
Microsoft. En
resumen la
globalización, la revolución tecnológica
y la creciente importancia del conocimiento en todas las esferas
de la vida amenazan con ampliar la brecha que existe entre las
naciones.

La investigación realizada en un 10 % de las
universidades de la región, suele estar dispersa, mal
financiado y sub equipada. Las comunidades científicas son
pequeñas y su productividad es
insuficiente para superar la brecha que nos separa del mundo
desarrollado. Lo anterior se refleja en una débil
participación regional  dentro del esfuerzo
científico mundial, nuestros investigadores intervienen
apenas en un 17 % de las áreas activas del conocimiento
.Brunner (cit).

Plantea el autor que el mundo desarrollado y el mundo en
desarrollo progresan aceleradamente hacia nuevas formas de
organizar la producción, distribución y uso del
conocimiento avanzado, tratando de dar respuesta a cuales son las
principales innovaciones que pueden advertirse y que tiene que
ver con: las interfaces, la comunicación y la
competencia.

En relación a interfaces expresa que una parte
significativa de la revolución del conocimiento, se
está produciendo  no dentro de los 
departamentos tradicionales sino en torno a los múltiples
nuevos puntos de contacto que se crean entre las instituciones
del saber y su entorno externo, llámese empresas,
gobiernos, laboratorios industriales, agencias de innovación, oficinas consultoras o centros
de información y distribución del conocimiento.
Expresa el autor que estudios recientes internacionales 
muestran que las universidades exitosas han adoptado nuevas
formas de organizar su trabajo, sobre la base de responder a
demandas; establecer proyectos y
equipos que se congregan y disuelven con flexibilidad; emplear
aproximaciones inter o transdisciplinarias; estimular la
generación de patentes e, incluso, apoyar con capital de
riesgo
iniciativas que podrían generar un retorno comercial

De esta forma la universidad deja de ser una
institución puramente erudita, sin abandonar sus funciones
tradicionales, para convertirse en una institución
productiva, caracterizada por poseer un rico y variado conjunto
de vínculos con la economía y la sociedad que la
rodean.

Comunicación es el nombre del gran cambio que se
está dando en el mundo académico. No solo se
extienden las formas tradicionales de educación a
distancia, vía correspondencia, radio y televisión, sino que adicionalmente, se
emplean las redes electrónicas para crear, transmitir y
entregar conocimientos. Se estima que en Estados Unidos
más de tres mil instituciones ofrecen cursos en
línea, 33 de los estados poseen, al menos, una universidad
virtual. Más de un 50 % de los cursos emplea correo
electrónico como medio de comunicación y al
menos un tercio de la red para distribuir materiales y
recursos de apoyo.

El otro elemento innovador es la competencia. El conocimiento
humano, medido a la manera de los bibliometristas, demoró
1750 años en duplicar por primera vez su volumen. La
siguiente vez lo hizo en 150 años, luego en 50 años
y hoy se duplica cada cinco años. Se estima que el
año 2020 aumentará al doble cada 73 días.
Esto implica que junto con crecer el conocimiento se fragmenta y
se especializa. Las revistas científicas han aumentado
de  10.000 en 1990 a más de 100.000 en la actualidad.
Actualmente se emplean pulsaciones de energía
electromagnética para incorporar y transmitir mensajes que
antes se enviaban por medio de la voz, la imagen y el
texto..
Diariamente aparecen más de tres millones de nuevas
páginas electrónicas en la Red. Los usuarios de
Internet pronto alcanzarán a mil millones de personas. En
tales condiciones resulta difícil que la universidad pueda
mantener su monopolio sobre la información o que pueda
erigirse, ella sola, en la institución central de sistema
intelectual de una nación.
Mas bien, las instituciones de educación superior
están aprendiendo a competir, y en ocasiones a colaborar
dentro de este nuevo escenario. Nosotros seguimos apegados a un
modelo introvertido, de transmisión analógica,
renuente a la diferenciación y flexibilización, que
considera a cada institución aisladamente y no como parte
de una red,
temerosos de la competencia y con sospechas con respecto a la
colaboración público-privada. Brunner (cit)

Al concebir la universidad como organización
responsable de la creación y difusión del
conocimiento , como su principal producto, nos inquieta como debe
ser  administrada y nos obliga a conocer de ella
criterios  tales como: Eficacia en cuanto a la selección,
distribución y organización de los recursos
utilizados de tal manera que sea apropiados a los resultados que
se obtengan.. Eficiencia para conocer la relación entre el
uso que se hace de los recursos institucionales en beneficio de
su principal producto y  Pertinencia para comprobar
que  los objetivos
propuestos por la institución corresponden a los
requeridos por la sociedad. 

           
La universidad como organización creadora de conocimiento
se contextualiza en la llamada hoy sociedad del conocimiento,
sujeta al fenómeno de la globalización y de la
competitividad, con abundante tecnología
de la información y comunicación, en el marco
de una educación con gran tendencia a su
masificación. Para lograr la verdadera pertinencia social
de la universidad; de tal manera de contribuir a alcanzar los
grandes desafíos establecidos por la UNESCO como son: el
desarrollo, la protección del ambiente y la
cultura de  paz , necesitamos llenar la brecha que nos
separa, superando limitaciones que identifican la universidad de
hoy tales como: baja producción y desigual
distribución del conocimiento, poca reflexión para
conocer el proceso de nuestro propio conocimiento, conocimientos
obsoletos, conocimiento fragmentado, investigación
dispersa, estructura
organizacional tradicional  ineficiente, exiguo contacto
con el entorno, elevado desperdicio de recursos y talentos y
temprana especialización, entre otros.

COMUNICACIÓN
Y DISTINTOS TIPOS DE CONOCIMIENTO:

En  el mundo occidental la única forma de pensar
en las organizaciones es considerarlas como máquinas
de procesamiento de información. Este punto de vista
está muy arraigado  en las tradiciones de administración occidentales, desde Taylor hasta
Herbert Simon, y obliga a pensar que el conocimiento es
explícito (formal y sistemático) .El conocimiento
explícito puede expresarse con palabras y números,
y puede transmitirse y compartirse fácilmente en forma de
datos, fórmulas científicas, procedimientos
codificados o principios
universales. El conocimiento se considera el código
de computadora,
una fórmula química o un juego de
reglas generales.

Las empresas niponas tienen una idea muy distinta de lo que es
conocimiento .Consideran que el que se expresa en palabras y
números es sólo la punta del iceberg. Para ellos el
conocimiento es principalmente tácito (algo no muy
evidente y difícil de expresar o comunicar) .este tipo de
conocimiento es muy personal y no es
fácil de plantear a través de lenguaje
formal, por lo que resulta difícil transmitirlo y
compartirlo con otros. La intuición, las ideas y las
corazonadas subjetivas son parte de él. Además,
este tipo de conocimiento tiene su  raíces en lo mas
profundo de las acciones y la
experiencia individual, así como en los ideales, valores y
emociones de
cada persona  La diferencia entre el conocimiento
explícito y el tácito es la clave para entender la
forma diferente en la que los occidentales y los japoneses tratan
con el conocimiento. Aunque los gerentes occidentales
están más acostumbrados a trabajar con el
conocimiento explícito es necesario reconocer el
conocimiento tácito y su importancia por varias
razones:

       Primero, porque genera un
nuevo punto de vista acerca de la organización, es decir,
en vez de concebirla como una máquina para el
procesamiento de la información se le considera un
organismo viviente .Incluye ideales, valores y emociones,
así como imágenes y
símbolos, que a pesar de ser elementos
cualitativos y un tanto vagos son necesarios para entender la
forma como los japoneses conciben el conocimiento. Ellos, los
japoneses, asumen que el conocimiento tácito no es
fácil comunicarlo, plantean que el aprendizaje mas
importante proviene de la experiencia lo que contrasta con la
premisa, tan arraigada en occidente , de que el conocimiento
puede ser enseñado a través de la educación
y la capacitación  Segundo: Una vez que se
acepta la consecuencia del conocimiento tácito se empieza
a considerar de otra manera la innovación., ya que se
trata de un proceso de autorrenovación personal e
institucional. El compromiso de quienes conforman la empresa, su
identidad con ésta y con su misión se hacen
indispensable. Tercero: Los ejecutivos occidentales necesitan
abandonar su esquema de conocimiento y empezar a centrarse en
cosas altamente subjetivas como la intuición y las
experiencias.  

En este momento, la universidad como organización que
ha venido ganando presencia y prestigio con el auge
científico y tecnológico de la época, se ve
sometida a fuertes presiones y demandas desde diferentes sectores
de la sociedad, desde el Estado, desde el sector productivo
y  desde los demás niveles del sector educativo.

La universidad por  el potencial científico y
tecnológico que concentra en su seno y por los cuantiosos
recursos económicos que la sociedad invierte en su
creación, desarrollo y consolidación, está
llamada a ofrecer su decisivo aporte a la sociedad, como su
obligación, y aún mas en los momentos en que
nuestro país atraviesa una de sus peores crisis en los
diferentes ordenes :político, económico, social y
cultural; crisis que tiene lugar, a su vez, en un escenario
mundial caracterizado por la multiplicidad y velocidad de
los cambios, todo lo cual exige un reordenamiento de sus
estructuras académicas y administrativas.

CONCLUSIÓN:

Se puede concluir entonces que en este cambio de época,
caracterizado por una paradoja entre la globalización por
una parte y la nacionalización por la otra, la sociedad
exige de  las universidades conocimientos para afrontar los
cambios y lograr el desarrollo y progresos de los pueblos. Para
ello la universidad como organización requiere renovarse
en sus estructuras académicas y administrativas  que
le permitan abordar sus funciones con éxitos, aprovechando
para ello los recursos que  ofrecen las nuevas
tecnologías de la información y
comunicación, A la alta dirección universitaria le
corresponde revisar su visión y definir un adecuado
sistema de comunicación que le permita entre otras cosas
afianzar su rol, de organización generadora y difusora de
conocimientos capaz de garantizar que tanto la docencia, la
investigación y la extensión cumplan su
cometido.

REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS:

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Autor:
Freddy E. Díaz Díaz

San Cristóbal, Julio de 2003

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMÓN
RODRÍGUEZ

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DEL TÁCHIRA

VICERRECTORADO ACADéMICO

DECANATO DE POSTGRADO

PROGRAMA: DOCTORADO EN CIENCIAS ADMINISTRATIVAS

SEMINARIO  DOCTORAL INDEPENDIENTE

Partes: 1, 2
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