Asertividad: un estudio comparativo en estudiantes de México y Cuba
Introducción
Durante décadas, los psicólogos
trans-culturales han tratado de explicar los fenómenos
psicológicos por medio de procesos y
constructos universales (éticos) versus las
características ideosincráticas particulares y
distintas conductas específicas a grupos culturales
(émicos) (p.e. Berry, 1969; Davidson, Jaccard, Triandis,
Morales & Díaz-Guerrero, 1976; Van de Vijver &
Poortinga, 1982; Díaz-Loving, 1993, 1999) lo cual ha sido
fundamental para la creación de un área de
Psicologías Autóctonas en los países
desarrollados y el área de la Etnopsicología en los
países en desarrollo
(Díaz-Loving, 1993).
Los estudios empíricos para el desarrollo de una
Etnopsicología Mexicana comienzan con el trabajo
teórico-empírico de Díaz-Guerrero (p. e.
Díaz-Guerrero, 1955; 1967; 1972; 1977). Por su parte, los
trabajos sobre la asertividad en
México
inician a partir del año de 1985, como parte de una serie
de estudios para explicar la
personalidad del mexicano y sobre todo generar instrumentos
de evaluación
psicológica, elaborados por y para mexicanos; es decir,
adecuados a la realidad socio-cultural. Particularmente, la
investigación sobre asertividad se origina con el
objetivo de
conceptuar y medir el constructo, puesto que en la
revisión teórica realizada del concepto y la
medición con diversos instrumentos
desarrollados en otros países, sobre todo en Estados Unidos,
podrían no ser válidos y confiables para nuestra
cultura.
Así como también se buscaba resolver las
controversias en cuanto a la multidimensionalidad o
unidimensionalidad del constructo y porque se consideró
importante conocer si los mexicanos eran asertivos
(autoafirmativos) o no asertivos (abnegados) según lo
propuesto por Díaz-Guerrero (1994).
Flores y Díaz-Loving (2004) en la revisión
realizada sobre las definiciones de asertividad mencionan que
éstas se han centrado en torno de la
expresión emocional de la autoexpresión, del
autodescubrimiento y de la capacidad de establecer
valoración por sí mismo. También se habla de
formas de comunicación sobre la intimidad, la
expresión de los derechos, los efectos de la
autoafirmación en el medio ambiente
y las clases de respuestas específicas capaces de ser
generadas ante determinadas situaciones. En este sentido, se
podrían retomar tres elementos generales de las
definiciones:
1) El individuo
tiene derecho de expresarse2) Es necesario también el respeto
hacia el otro individuo3) Es deseable que las consecuencias del
comportamiento sean satisfactorias para ambos
miembros de la interacción, o al menos estén
encaminadas hacia esta dirección.
A partir de lo anterior, Flores (1994b) define a la
asertividad como:
"la habilidad verbal para expresar deseos,
opiniones, limitaciones personales, sentimientos positivos y
negativos, así como la defensa de derechos e intereses,
manejo de la crítica
positiva y negativa, manifestación y recepción de
alabanzas, declinación y aceptación de peticiones e
iniciación de la interacción de manera directa,
honesta y oportuna, respetándose a sí mismo y a los
demás durante las relaciones
interpersonales en situaciones de servicio o
consumo,
relaciones afectivas y educativo-laborales en un contexto
sociocultural determinado".
Esta definición es producto de
una serie de estudios exploratorio para definir el concepto
(Flores, 1994a), así como también del análisis de la literatura existente sobre
la temática y de los primeros estudios sobre la
elaboración y validación de un instrumento para
medir este constructo en la cultura mexicana (Flores, 1989; 2001;
Flores y Díaz-Loving, 2004, Flores, Díaz-Loving y
Rivera; 1987).
De ahí que una de las mayores contribuciones al
estudio etnopsicológico de la asertividad haya sido la
elaboración de la Escala
Multidimensional de Asertividad (EMA) de Flores y
Díaz-Loving (2004) que mide tres estilos de respuesta:
asertividad, asertividad por medios
indirectos y no asertividad, estilos que se han encontrado
consistentemente a través de las diferentes investigaciones
(Flores, 1989, 1994, Flores y Díaz-Loving,
2004).
A partir de los hallazgos de la investigación sobre el constructo en
México desde la perspectiva etnopsicológica, Flores
y Díaz-Loving (2002, 2004) proponen un modelo
teórico-conceptual que permita el estudio de la
asertividad en un contexto cultural determinado. Dentro de este
marco, la expresión de una respuesta asertiva está
influida por la cultura en la que se desarrolla el individuo, por
el contexto situacional y psicológico, por las personas
involucradas y/o percibidas en la interacción, por las
variables
sociodemográficas tales como el sexo, edad,
escolaridad, nivel socioeconómico, etc. y por variables de
personalidad.
Factores que influyen en la Asertividad
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