Posibilidades epistémicas de la discusión en el proceso enseñanza-aprendizaje
- ¿Cuáles son los
rasgos característicos de estos cambios
profundos? - Imaginario y
Valores de una Sociedad y Escuela
Tradicionales - ¿Cómo
se organizó esta Escuela? - La Escuela
ante la construcción de nuevos
sujetos - ¿Y
cómo los adultos piensan a los
adolescentes? - La crisis de
valores y la Institución escolar - Propuestas
- Conclusión
- Bibliografía
Si queremos adultos que piensen por
sí mismos, debemos educar a los niños
para que piensen por sí mismos"
Matthew Lipman
Introducción
Nuestra investigación intentará entender
¿cuáles son los rasgos característicos de la
discusión como metodología áulica?
¿Cómo piensan los docentes a sus
alumnos adolescentes?
¿Qué posibilidades epistémicas tiene el
mundo adulto para re-pensar la construcción de lo "juvenil"?
Partimos de la idea de que la principal tarea del
docente es "implantar el espíritu y la experiencia de
la
investigación o mejor dicho, el cuestionamiento para
desarrollar un pensamiento
crítico y reflexivo"[1], que implique
romper estructuras
rígidas de la "clase
magistral" propia de una pedagogía conductista. Y por otro lado,
indagar como piensan los docentes desde el mundo adulto a los
jóvenes alumnos que transitan la escuela
secundaria. Teniendo en cuenta que nuestro contexto actual es el
de una sociedad
dinámica, en profunda crisis. La
Escuela Secundaria recibe a jóvenes que no pertenecen a un
todo homogéneo juvenil, por ende la Institución
Educativa desde su rol de productora y re- productora de
conocimientos y valores
sociales transita lo que señala Arturo
Roig[2]"vivimos en un mundo transitado por
líneas conflictivas", éstas son:
Egoísmo Racional: Que parte de un discurso
Neoliberal, producto
de un proyecto de
sociedad que instala la mercancía como eje central,
ordenador de los restantes valores, de normas y
conductas. La dignidad
humana queda reducida a la moneda.Humanismo principista: Que parte de un discurso
humanizado, donde pone en juego la
solidaridad, el compromiso, la dignidad
humana.Morales filosóficas: ejercidas generalmente
en los ámbitos académicos.Morales de Emergencia: surgen dentro de un
ámbito menos institucional y más social, es lo
que en términos de Bloch, hablamos de "justicia
desde abajo". Exigida por movimientos sociales con diversos
grados de espontaneidad.
Desde que en la Antigua Grecia
Heráclito afirmó que todo cambia
permanentemente y Parménides replicó que lo
esencial es inmutable, calibrar la entidad y el significado de
los cambios parece ser denominados común de las
últimas décadas. En la Argentina como en el mundo,
en la política, como en la economía, en la tecnología, como en
las ideas y la vida cotidiana, en las comunicaciones, como en la educación,
rápidos y significativos cambios han transformado la vida
de gran parte de los hombres. Aunque el cambio lo
afecta todo y produce una crisis global de las distintas sociedades,
hay territorios, sectores, instituciones,
grupos y
generaciones, más o menos dinámicos, más o
menos dependientes, que viven la crisis de modo
diferente.
Para entender estos cambios, es necesario tener un hilo
conductor que permita aproximarnos a estas transformaciones.
Podemos buscar ese hilo conductor en muy distintas áreas
Economía a partir de la revolución
científico – tecnológica o postular la crisis
de valores, pero estas explicaciones suelen ser reduccionistas.
Por eso el punto de referencia es la transición, el corte
o el enfrentamiento modernidad
– posmodernidad.
¿Cuáles
son los rasgos característicos de estos cambios
profundos?
Modernidad, se había gestado en las
ciudades comerciales de la Edad Media,
caracterizada por:
El renacimiento artístico, descubrimiento
de nuevos mundos con afán de riquezas, desarrollo
científico (desarrollo de las ciencias
naturales). Lectura
matemática de la naturaleza.Desarrollo Científico se basa en la observación y la
experimentación. Desarrollo del empirismo
y racionalismo.El desarrollo de las Ciencias
Sociales está impregnado de esta idea de "progreso
y felicidad", como señala Adela
Cortina[3]"Los hombres desean ser felices,
pero parecen incapaces de discernir en que consiste la
felicidad". Las ciencias
humanas toman como modelos de
explicación científica el positivismo lineal, matemático, de las
ciencias naturales, por tanto "las conductas humanas
debían ser explicadas a través de la
cuantificación".
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