El ejercicio y sus beneficios inciertos: un análisis y revisión crítica para un nuevo año
- El ejercicio y la dieta. Binario
de las desesperanzas: La obesidad inefable. La realidad
ineluctable… - Lo que conocemos
- El
entrenamiento previene la diabetes tipo 2 - Pérdida
de peso - Prosigamos,
repitiendo la pregunta, el ejercicio físico:
¿garantiza una mejor salud? - Karen
- En
resumen - Bibliografía
Dos preguntas, que muchos pacientes nos formulan, cuando
esperan que los asistamos, profesionalmente, a perder de peso,
son las siguientes: ¿Está establecido de manera
conclusiva, que el ejercicio contribuye a la salud de manera
significativa y beneficiosa? Y, si de veras lo hace,
¿puede el ejercicio, ocasionalmente, perjudicarlos?
Las respuestas a estas preguntas, tan apropiadas como
profundas, aún no se han establecido de manera
conclusiva.
Pero, es el mes de Jano, dios romano de las puertas y de los
comienzos, y mes del año cuando todos hacen la
resolución efímera de perder las mismas libras que
han tratado de disipar por tanto tiempo.
El ejercicio y la
dieta. Binario de las desesperanzas: La obesidad inefable. La
realidad ineluctable…
Por ser principio de otro año, en este espacio
compartimos noticias
recientes acerca de los ejercicios aeróbicos, del perder
de peso, y del levantamiento de pesas o halterofilia, para lograr
hacerlo.
El Departamento de Salud y Servicios
Humanos de los Estados Unidos ha
publicado su más reciente documento acerca de los
beneficios para la salud de adultos, entre 18 y 64 años de
edad, alentándolos a que se ejerciten moderadamente.
Como ejercicios moderados, ellos recomiendan:
Una caminata energética o aeróbicos
acuáticos por una ó dos horas cada tres
días, oUnos treinta minutos de correr, nadar o montar bicicleta,
vigorosamente, por lo menos tres veces a la semana, oLevantar pesas, por treinta minutos, cuatro veces a la
semana — lo que no es tanto esfuerzo.
La asunción de los representantes de
esta agencia federal es que mientras más a menudo y con
más arranque se ejercita el cuerpo, mayores serán
los beneficios para la salud de quien lo hace, incluyendo la
reducción del riesgo a contraer
ciertas enfermedades
como son el cáncer
y la diabetes — y,
la obesidad, por
supuesto. Aunque lo último sea debatible, como ya
tendremos la oportunidad de discutir.Estudios citados por los
expertos documentan que las personas que se dedican a hacer los
ejercicios descritos, con la frecuencia prescrita, viven, por
promedio, de tres a siete años más que quienes
viven como teleadictos (o couch potatoes).
Las preguntas que, en esta ponencia
deseamos explorar, son: ¿De qué manera el ejercicio
nos ayuda? Y, si, haciéndolo, como se recomienda, conlleva
algunos riesgos.
Lo que
conocemos
Lo primero que se ha establecido
científicamente, es que el ejercicio es beneficioso para
el sistema
cardiovascular, aunque lo que se omite, cuando se recomienda,
es que los beneficios difieren entre especies y, aun entre
miembros del mismo género.
Por ejemplo el género de los
úrsidos, en gran manera, difiere del nuestro en estos
respectos, aunque de ellos mucho aprendemos. (Véanse mis
ponencias al respecto).
Durante los últimos diez años
la evidencia ha venido acumulando progresivamente demostrando, de
manera definitiva, que los entrenamientos vigorosos favorecen
el estado de
salud de muchas personas, disminuyendo el peligro de los
trastornos del corazón.
La razón para esto, se presume, que
sea la siguiente. Cuando una persona se
entrena, el músculo cardíaco se contrae con mayor
frecuencia y vigor, acrecentando la circulación arterial.
Este efecto, a su vez, produce cambios discretos en el sistema nervioso
autónomo, el cual es responsable por la contracción
y relajamiento de todos los vasos sanguíneos. Este
derivado, de ajustes delicados del sistema
cardiovascular resulta, a su vez, en un ritmo cardíaco
más lento durante el reposo, en una reducción en la
presión
arterial y en una respuesta más flexible en la acción
del corazón — todos estos últimos, son factores
reconocidos que disminuyen el riesgo del desarrollo de
enfermedades del sistema cardiovascular.
El ejercicio físico asimismo
incrementa la idoneidad del miocardio y las arterias,
disminuyendo la cantidad de triglicéridos en la sangre
circulante.
Otros efectos benéficos del
ejercicio es que aumenta la proporción HDL/LDL del
colesterol en favor del HDL, que es el "colesterol bueno" que a
todos nos beneficia.
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