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La formación del eje ético-político pedagógico del personal docente en la Universidad de Venezuela (página 2)



Partes: 1, 2

El Estado Venezolano haciendo valer el derecho constitucional
que propugna sobre la educación, crea como estrategia, el
surgimiento de la Misión Sucre y de la Universidad
Bolivariana, con un paradigma totalmente novedoso e integrador,
como lo es la municipalización de la educación, ya
el ciudadano no va a los espacios académicos; la
universidad va a estar en cada rincón del país,
garantizando el ingreso de todos aquellos Venezolanos que por
muchos años estuvieron ajenos a este derecho.

Smeja y Téllez (2002) señalan, "no cabe duda
acerca de la inequidad social que caracteriza a este nivel de la
educación venezolana, en la cual se traducen las profundas
desigualdades sociales expresadas en el sistema educativo y,
particularmente, las que imperan en el acceso y desempeño
de los estudiantes."

La municipalización de la educación pretende
coadyuvar en reducir la brecha que se formó en la sociedad
venezolana, por carecer de educación, aumentando las
desigualdades sociales, poco sentido de pertenencia con lo
sociocultural y todo lo que implica ello, además de
instaurar un nuevo código ético, como el
individualismo y el servir a intereses particulares en detrimento
de la mayoría.

Documento Rector UBV (2003), señala, "el proyecto
pedagógico de la Universidad Bolivariana de Venezuela
asume el aprendizaje ético-político como
dimensión vital de su función formativa y de su
responsabilidad pública., la ampliación de
oportunidades educativas para dar respuesta a todos los grupos
sociales, en especial, a los históricamente excluidos de
este nivel educativo."

Construir este modelo nuevo de educación que haga
efectivo los principios, derechos y deberes consagrados en la
constitución requiere de cambios efectivos en los sentidos
de las relaciones sociales por lo que los actores involucrados en
estos procesos de cambio deben poseer las capacidades y
habilidades para asumir y emprender los retos que se les
presentan.

La importancia que reviste la formación de los
guías de este proceso es vital en la consolidación
de las metas propuestas por el Estado Venezolano, de allí
que los docentes y las docentes que forman parte en este proceso
histórico concreto, deben asumir posturas de apertura ante
el nuevo paradigma educativo municipalizado. Documento Rector
(2003), señala; "la formación de profesionales
altamente cualificados y de ciudadanos con sentido de
país, de justicia, libertad y solidaridad, capaces de
contribuir a la consolidación de una sociedad
democrática basada en la justicia social, la
participación y el respeto a las diferencias de
pensamiento y de acción."

La consolidación de este ciudadano dependerá de
la forma con el docentes o los docentes conduzcan el proceso de
enseñanzaaprendizaje, y la experiencia ha demostrado que
las funciones de los docentes y las docentes se basan en
prácticas donde prevalece, la utilización de
materiales en obsolescencia, poca interacción
docente-estudiante, currículos rígidos, falta de
continuidad de políticas de desarrollo en programas; entre
otros.

En el nuevo Sistema Educativo Bolivariano se plantea un perfil
distinto del docente que sea más y mejor participante en
el proceso de cambio, estar en consonancia con los cambios
sociales, para formar a un ciudadano crítico, reflexivo,
creador, de hacer cosas nuevas con mentes capaces de verificar y
no aceptar las cosas tal cual como se la presentan.

El docente en su práctica de enseñanza debe ser
un indagador, investigador constante y estudioso de la disciplina
que imparte, comprometerse en la construcción de una
comunidad pedagógica que traspase las fronteras del aula y
llegue al entorno.

A través de la municipalización se aspira la
formación de este nuevo perfil en el desempeño del
docente o la docente, y en consecuencia la obtención de un
profesional formado integralmente y con las herramientas
académicas suficientes para corresponder a la
dinámica de los cambios sociales.

La Universidad Bolivariana de Venezuela y la Misión
Sucre, orientan sus actividades de integración
comunitarias, transformación del currículo, la
participación de los docentes y los estudiantes en el
proceso de aprendizaje, con base en los ejes de formación,
como son: el epistemológico-metodológico,
profesional, estético-lúdico y el
ético-político y sociocultural.

Documento Rector (2003), señala; "la universidad se
inscribe en una nueva ética que centra lo colectivo como
horizonte de sus acciones para la búsqueda de una nueva
comprensión de la complejidad constitutiva de la
condición humana y cambiar de esta manera la
estigmatización social y toda forma de exclusión
cultural y racial."

La Universidad Bolivariana le otorga el reconocimiento que se
merece lo ético en la formación del nuevo
profesional, que transcienda la formación puramente
profesional y posibiliten la formación integral así
como el conjunto de procesos y logros que confluyen en el
desarrollo de actitudes, valores y capacidades, que permitan
formas de vida más solidarias, justas y libres.

Es necesario profundizar la formación,
preparación y valoración del ejercicio de la
profesión docente y otorgarle la relevancia que reviste
para mejorar el proceso educativo, por lo que es indispensable
asumir una conciencia ética en el quehacer universitario,
donde se demuestre la dignidad intrínseca de los seres
humanos, el derecho que tienen a ser tratados como iguales.

Lo planteado anteriormente reafirma la responsabilidad del
docente en las condiciones de municipalización, en la
construcción de las bases éticas y morales de la
sociedad, el docente ha de establecer un amplio diálogo
social para individualizar los problemas más urgentes a
los que se enfrenta la generación de estudiantes, y por
ende proponer las posibles soluciones desde el rol que
desempeña en los espacios universitarios.

La Universidad Bolivariana procura un modelo de
educación que supere la tradicional perspectiva de
conocimientos fragmentados, monocultural y etnocéntrica;
por un modelo de educación intercultural potenciador de la
participación ciudadana como reflejo de integración
social, impulsando la formación de valores y el modelaje
de conductas éticas.

Esta nueva concepción educativa considera a todos
elementos que intervienen en el proceso educativo como un
sistema, es decir, las relaciones que están dadas en este
asunto deben estar en correspondencia, al ajuste y
adecuación de los diseños curriculares,
formación integral de la persona, tratamiento de las
disciplinas desde la inter y trasdiciplinariedad conocimiento y
manejo del eje de formación ético-político y
pedagógico de los actores responsables de conducir la
formación.

Desde todo punto de vista resulta una tarea ambiciosa llevar
la educación superior a todos los espacios del territorio
Venezolano en condiciones de municipalización, más
aún asumir y cumplir los cambios que establece la
concepción del nuevo sistema educativo en pro a la
formación del nuevo hombre y mujer del futuro.

Hacer un análisis desde la municipalización
permite determinar una realidad que refleja debilidades bien
profundas por parte de los docentes y las docentes que
están involucrados en el proceso. Existe poca o nada de
pertinencia con la universidad y principios de ésta, no
hay la aceptación y puesta en práctica de los
programas ofrecidos por la universidad, no se aplican
políticas de evaluación y control del
desempeño de los docentes aún existiendo, la
docencia está siendo ejercida por profesionales de
diferentes áreas, y muchos carecen de la formación
pedagógica, no hay incentivos para los docentes por parte
de la institución.

Todos estos componentes generan un clima de incertidumbre,
haciendo difícil la consolidación del nuevo sistema
educativo así como el cumplimiento de los objetivos
propuestos y que se aspiran alcanzar a través de la
municipalización.

La búsqueda oportuna de soluciones a las variantes
presentes en la municipalización, será a
través del objetivo de la investigación de
Diseñar un sistema de talleres pedagógicos para
lograr la formación profesional del eje
ético-político y pedagógico de los docentes
y las docentes del Programa de Formación de Grado de
Estudios Jurídicos de la Universidad Bolivariana de
Venezuela.

En las indagaciones teóricas se aplican los siguientes
métodos sistémicos, método histórico
lógico, método deduccióninducción y
los métodos empíricos la observación y la
encuesta.

A través de la educación se logran los cambios
que la nación necesita y si la misma está al
servicio del modelo que prevalece en el país, entonces su
diseño curricular irá direccionado hacia la
formación de una persona que responda a las exigencias
requeridas, siendo que por mucho tiempo se estimuló la
competitividad laboral, la cultura del individualismo por encima
de lo colectivo, el consumismo desbordado, conductas que por
décadas han hecho cambiar el compromiso social, es decir,
la capacidad valorativa de las personas se ha dejado manipular
con la aparición de un nuevo sistema de valores.

En Venezuela, la actividad académica se ha alejado de
su objetivo fundamental como lo es producir conocimiento para
ponerlo al servicio de la sociedad y se ha instaurado la defensa
del clientelismo partidista, fragmentación del
conocimiento, creación de facultades, departamentos y
cuotas de poder dentro de las instituciones educativas,
prácticas éstas que van en contra de una cultura
reñida con lo ético.

Los espacios universitarios estar diseñados para
generar la actividad creadora en las personas, incrementar el
patrimonio cultural, colaborar al avance científico y
contribuir al aceleradamente a resolver los problemas nacionales,
además de asumir los retos que el desarrollo de las
naciones significa.

Simón Rodríguez (1998) señala al
respecto, "educar es crear conciencia ciudadana, de que los
hombres no están en el mundo para entre destruirse, sino
para entre ayudarse, la falta de educación es la verdadera
ignorancia, la cual es la causa de todos los males que el hombre
se hace y hace a otros."

Es por medio de la educación se facilita la vía
para el acceso a los bienes de la sociedad, sin educación
no hay reconocimiento de las actuaciones éticas, el
sistema educativo se ha preocupado más en instruir que en
educar para la vida, causando males a la sociedad como son los
vicios de la ociosidad, la ignorancia y una peor aún la
apatía del espíritu.

Existe crisis de pensamiento productivo y proactivo, es
indudable que en las universidades existen conflictos de
pensamiento, de apertura a lo social y de un liderazgo
institucional creíble. En la opinión pública
la universidad ha perdido su función de educar y estar al
servicio de las comunidades, para privilegiar intereses
económicos y políticos particulares.

Las universidades fueron concebidas para ser espacios donde se
ponga de manifiesto la más clara expresión de la
sociedad en función de sus necesidades, estar abiertos a
incentivar en los miembros que pertenecen a sus espacios, el
ejercicio del pensamiento crítico, formación de las
personas desde la visión integral, responsabilidad con lo
publico, equidad social y el espíritu de
investigación, para dar respuesta a los problemas que
surjan por la dinámica de lo colectivo.

La enseñanza universitaria no es otra cosa que la
coronación del proceso educativo, en íntima
solidaridad con los demás ciclos que le preceden y de
donde toma la universidad el aporte humano en el cual
acentúa o complementa aspectos fundamentales para la
formación de la persona y del ciudadano, en el profesional
que egresa de sus aulas.

Como afirma Bogdan Suchodolki (2001), "se trata por
consiguiente, de elaborar una educación capaz de hacer que
el hombre establezca una relación espiritual con las
formas modernas de la vida, y que sea capaz de participar activa
y modernamente en todas las esferas de la actividad social."

Es proporcionarle al ciudadano moderno las condiciones para
lograr un desarrollo pleno de la existencia humana, la
educación es un proceso para la vida, significa la marcha
de las personas hacia la posibilidad de liberarse del hambre, la
miseria y la insuficiencia, del yugo de cualquier
alienación o explotación, tal es la tarea de los
educadores en el día de hoy.

Carlos Tunnermann (2000), en palabras del "aprender a ser" de
la UNESCO, "el hecho es que al educación está a
punto de franquear las fronteras en que la encerraron los
decretos de una tradición secular. En el hecho educativo,
el acto de enseñanza cede el paso al acto de aprender. Sin
cesar de ser enseñado, el individuo es cada vez menos
objeto y cada vez más sujeto."

Este proceso de apertura en el sistema educativo es el
indicado para formar el nuevo ciudadano, donde prevalezca una
cultura de igualdad de condiciones para todos aquellos que deseen
ingresar al sistema educativo superior. Debe prevalecer el
aprender a ser, que perita que la persona sea participante activo
del proceso de aprendizaje en el cual se encuentra
involucrado.

Son muchos los elementos que deben ser considerados al momento
de asumir los cambios que requiere el sistema educativo, entre
los cuales se encuentra la concepción que se tiene sobre
los diseños curriculares, porque es allí donde se
pone de manifiesto la filosofía educativa, los
métodos y estilos de trabajo que ofrece la
institución.

Carlos Tunnermann (200), "un currículo tradicional
implica métodos de enseñanza destinados a la simple
transmisión del conocimiento con predominio de
cátedras puramente expositivas que estimulan la actitud
pasiva del alumno; preponderancia de dedicación imparcial,
énfasis en el conocimiento teórico, entre
otros."

Hay que tener en cuenta la importancia que tiene hoy
día la modificación profunda del currículo,
este debe responder al proceso de formación, tanto del
Estado, del estudiante y de la cultura en el momento
histórico concreto, además de hábitos de
pensamiento reflexivos, críticos e investigativos que
permitan la formación de esquemas esenciales de vida, con
pertinencia social y un alto sentido ético-político
y pedagógico.

La sociedad reclama un nuevo modelo de aprendizaje que
esté direccionado hacia una educación de por vida y
para la vida, en relación a esto la UNESCO (1997); "las
instituciones de educación superior deben resaltar los
valores éticos y morales en la sociedad, procurando
despertar un espíritu cívico, activo y
participativo entre los futuros graduandos. Además de la
preparación para la vida profesional, se requiere
también un mayor énfasis en el desarrollo personal
de los estudiantes."

Lo anterior exige reexaminar las relaciones entre la
educación superior y la sociedad no hay que mirar esta
relación de manera aislada, sino para que se brinden
más y mejores respuestas a los problemas que enfrenta la
sociedad, de allí la importancia de incluir en sus
diseños curriculares los valores
éticos-políticos y pedagógicos, para que el
proceso de enseñanza-aprendizaje tengan mayor pertinencia
con la realidad social.

Carlos Tunnermann (2000), "todo esto implica que la
educación superior asuma su papel central en la sociedad
contemporánea y se establezca un dialogo permanente, una
comunicación de doble vía entre ella y el contexto
social. El ideal no es que la universidad se educadora de la
comunidad, ni siquiera en la comunidad, sino que la comunidad sea
educadora con la universidad."

La adopción de esta perspectiva permitirá la
sustitución de estereotipos rígidos, tradicionales
que tanto se empeñan las universidades en mantener, y
asumir métodos más flexibles donde se reconozca el
saber y las destrezas adquiridas fuera del aula, y no asumir que
todo el conocimiento lo tienen, ignorando los que poseen los
estudiantes y hasta las comunidades.

Carmen García Guadilla (2004), "la universidad, al
mismo tiempo que se transforma, debe preservar lo mejor de su
tradición que es la dedicación al saber y la
diversidad que cabe en lo universal de su misión, desde
una perspectiva humana, como clave ética de lo que ha sido
su dinamismo."

En este sentido las instituciones de educación superior
en su afán de cambio deben estar dispuesta a conocerse
mejor, y a evaluar ellas mismas el cumplimiento de sus
responsabilidades frente a la sociedad, y en este sentido debe
reforzarse y plantearse en términos donde prevalezcan los
valores éticos académicos.

Contribuir a estos cambios también es importante
considerar la formación continua del personal docente que
hace vida académica en los espacios universitarios, como
aparece establecido en las misiones y funciones de la
educación superior por la UNESCO, artículo ¡
(1998), "contribuir al desarrollo y la mejora de la
educación en todos los niveles, en particular mediante la
capacitación del personal docente."

Reforzar la formación del personal docente es una tarea
que debe ser asumida con responsabilidad por parte de las
instituciones de educación superior, y velar porque se
lleven a cabo la implementación de políticas de
adiestramiento continuo y adaptado a las exigencias que requiere
la dinámica educativa, esta formación debe ser
vista como una inversión del recurso humano, que se
consolidará en la formación del egresado."

En este mismo sentido la UNESCO, en su artículo 5
(1998), "las instituciones deberán velar porque todos los
miembros de la comunidad académica que realizan
investigaciones reciban formación, recursos y apoyo
suficiente."

La formación del personal que es pieza fundamental en
el funcionamiento y logro de los objetivos propuestos debe estar
en consonancia a dar respuesta a los cambios que se están
gestando en el sistema educativo superior venezolano, por lo que
la preparación continua del personal docente es un
imperativo, y que debe contar con el apoyo pertinente y oportuno
por parte de las autoridades de la institución.

De la misma manera es crucial que la comunidad
académica asuma el liderazgo de los cambios dentro de las
instituciones, también es indispensable que estas se
otorguen el liderazgo de sus procesos de transformación en
relación al conjunto de elementos que están
presentes en la educación superior, partiendo del reto que
implica lograr la convergencia entre los cambios, la
misión, identidad y funciones que tienen cada una de las
aristas presentes en las universidades.

María E. Castellano S. (2003), "de allí que
insistamos en un cambio en la cultura académica a otros
requerimientos que la universidad debe atender en el cumplimiento
de sus finalidades como espacio de lo público, atendiendo
a las demandas sociales y a los retos presentes y futuros, y la
convivencia de diferentes culturas que necesitan más que
nunca de a dimensión ética del ejercicio
ciudadano."

La concepción del proceso enseñanza-aprendizaje
de estar concebida desde el eje de formación
ético-político, diseñado como uno de los
ejes de formación de la universidad Bolivariana, porque
permite considerar a la persona desde el ser, y le otorga el
valor que posee lo colectivo en la construcción de los
procesos de cambio, además del compromiso y
comprensión de la realidad y con los objetivos sociales en
el desarrollo integral del nuevo profesional y por ende del
país.

La formación en valores es garante de una mejor
convivencia entre todos los miembros de una comunidad
universitaria y su entorno. El docente y la docente deben de
proyectarse como líderes educativos y deben enseñar
a vivir en medio del conflicto, esto encierra un aspecto
político porque son temas de interés
público, y porque uno de los principales objetivos
olvidados de la enseñanza es el aprender a vivir en
sociedad.

La ética se presenta como una vía para
comprender la racionalidad que define a la sociedad, es el punto
de partida para generar cambios en los valores y actitudes de las
personas, con el fin de alcanzar la sociedad que se aspira, una
sociedad justa, equitativa, basada en unos valores y principios
éticos.

La formación de la ética está asociada a
los contenidos de las distintas disciplinas del saber que se
imparten en las universidades, sería absurdo suponer que
la ética puede y debe ser enseñada aisladamente del
contenido programático de los pensum de estudios de las
diferentes carreras universitarias, es preciso asociar el
desarrollo ético al desarrollo integral del estudiante,
para de esta manera lograr alcanzar el objetivo en el estudio de
cualquier disciplina.

Los profesionales en docencia deben estar convencidos de que
el proceso de aprendizaje tienen un instrumento fundamental, para
facilitar y consolidar la ética, esto permitirá
construir una educación actualizada y pertinente,
dotándola de un sentido ético que reafirme los
valores democráticos basados en el respeto a la cultura y
lo colectivo.

Alamilla (2002) señala,"las instituciones educativas
universitarias, tradicionalmente trasmisoras y formadoras de la
cultura a través del proceso de enseñanza de los
conocimientos, materialmente se han visto arrastradas hacia la
transformación de sus propias visiones, incluso de sus
estructuras académico-organizativa."

Se requiere trabajar mucho, con la finalidad de impulsar las
acciones para el logro de los cambios necesarios en las
organizaciones de educación superior, deben centrarse en
la sensibilización de los diferentes actores y en el
acompañamiento del desarrollo de planes nacionales de
educación en valores y ética, que favorezcan la
colaboración y cooperación entre las universidades,
y desarrollar acciones formativas en el campo de la
educación en valores.

Samaniego (2001), "educar en valores alude al aprendizaje
humano que permite apreciar valor, incorporando prácticas
y actitudes que den paso al cumplimiento y responsabilidades de
las personas y que a su vez propicien la construcción y
profundización de la democracia."

La universidad forma hábitos, actitudes justas, un
lugar en el que los estudiantes puedan encontrar los medios y
oportunidades convenientes para su desarrollo personal,
intelectual, estético y ético. Donde los docentes y
las docentes se formen, investiguen, generen y comuniquen
conocimientos deseables y ajustados a la realidad social.

Serrano (1998), "la universidad debe desempeñar un
papel preponderante en la construcción ética que
rija las relación entre las personas y los pueblos, que no
atropelle, que no pretenda por ningún medio homogenizar
culturas, deseos o historias; una universidad que respete las
diferencias, el reconocimiento y la valoración del
otro."

El criterio ético, debe ser visto como una
dimensión de avance dentro del contexto social, donde se
enfrentan contradicciones que van a ser caracterizado por el
desarrollo ético en el devenir histórico de la
realidad Venezolana, esto indica la necesidad de tener en cuenta
que el perfil ético del hombre y mujer demandan una
actitud de compromiso desde lo individual hacia lo colectivo,
ajustado a la realidad social.

El docente y la docente deben poseer una gran sensibilidad
humana que le permita conducir el proceso de enseñanza
desde una perspectiva global sobre la base de una amplia cultura
general, científica, ética con un alto contenido
humanista, con una mentalidad dialéctica, flexible ante
los cambios y disposición a romper esquemas viejos, para
aplicar nuevas formas y métodos, con un espíritu
crítico en aras del perfeccionamiento, el progreso y el
desarrollo del contexto social.

Luís B. Prieto F. (1979), señala al respecto,
"la función de la educación no es solo preservar
los valores sociales, sino promover el cambio sin traumas, en
aras al progreso y del hombre mismo."

La educación es para toda la vida, y es a través
de ella que se logran los cambios en las personas integrantes de
grupos sociales, de allí la importancia que poseen las
políticas de Estado en cuanto a educación se
refiere y las orientaciones y supervisión a la que deben
estar sometidos los docentes que se desempeñan en los
espacios académicos.

La formación del docente es quizás una de las
aristas más importante en el engranaje que constituyen las
universidades y que a la vez presenta mayores dificultades de
reorientar la enseñanza de los contenidos desde la
ética, existe apatía, indiferencia por parte de los
docentes a cara de los cambios en las universidades, asumiendo
como objetivo prioritario la formación de los estudiantes
desde lo instrumental, dominio de un oficio.

La relación educativa no es una relación de
poder, es más bien una relación ética que
hace del reconocimiento y afirmación del otro, es decir a
partir de las necesidades reales de los estudiantes y de sus
intereses concretos para que su aprendizaje sea una respuesta a
situaciones reales y contribuya a la realización personal
del mismo, dependiendo en gran medida como el docente esté
formado y por ende como dirija el proceso
enseñanza-aprendizaje.

Este aprendizaje transformador exige un dialogo entre el
docente y el estudiante que permita develar la realidad,
interpretarla y conocerla, esta praxis pedagógica se
desenvuelve en una situación de dialogo como
apología de lo humano, se exige una pedagogía que
lleve a la complicidad con el otro, una educación como
acontecimiento ético.

Esta concepción de un modelo universitario donde se
tome como centro del proceso de enseñanza aprendizaje al
estudiante, se tome en cuenta la formación integral y el
diseño de currículos flexibles y abiertos; es hacia
donde va direccionado la visión y misión de la
Universidad Bolivariana, desde su nacimiento.

El Estado Venezolano siente que debe saldar la gran deuda
social que se tiene en materia de educación en todos sus
niveles, y que por muchos años no fue atendida, causando
las fallas y debilidades que están presente en la
educación venezolana.

Se debe activar mecanismos puntuales de solución al
sistema de educación superior, por lo que se plantea como
propuesta la elaboración de un sistema de talleres
pedagógicos para los docentes del Programa de
Formación de Estudios Jurídicos de la Universidad
Bolivariana de Venezuela.

El sistema de talleres pedagógicos viene a constituir
una herramienta novedosa, dinámica, e interactiva, ya que
va a estar concebido y elaborado desde la realidad, partiendo del
estado actual del los docentes en condiciones de
municipalización y que están adscritos al Programa
de Estudios Jurídico, para proporcionarles el conocimiento
y dominio necesarios sobre el eje de formación
ético-político y pedagógico, y se logre la
aprehensión del eje y se revierta en el logro de los
objetivos propuestos por la universidad.

La organización de los talleres pedagógicos,
obedece, entre otras cosas, al desarrollo de los siguientes
ejes:

  • Integración, implementación y
    consolidación del eje de formación
    ético-político y pedagógico dentro del
    Programa, por medio de grupos de trabajo, con carácter
    transversal, con el propósito de desarrollar el
    acuerdo cooperativo del grupo, potenciando el aprendizaje y
    colaboración entre los miembros.

  • Aproximación a la formación docente desde el
    eje ético-político y pedagógico,
    mediante el análisis permanente del contexto al asumir
    su quehacer profesional, docencia, investigación y
    gestión, enmarcado en un contexto de la
    universidad.

  • Atención a las necesidades e intereses particulares
    de formación de los docentes y las docentes, haciendo
    énfasis en el eje de formación
    ético-político y pedagógico; o
    facilitando al personal docente la opción de formarse
    en aquello que considere de primer de acuerdo sus
    intereses

El taller concuerda con la concepción desarrolladora de
la educación en la medida en que él, se logre la
integración; entre teoría y práctica,
producción y transmisión de conocimientos,
habilidades, y hábitos, valores y ética
profesional, temático y dinámico,
investigación y docencia. Aspectos que no se integran
conscientemente en las actividades del proceso de
enseñanza-aprendizaje.

La estructuración y aplicación de los talleres
pedagógicos, deben dar respuesta a los requerimientos del
personal docente, en cuanto al eje ético-político y
pedagógico, además de permitir el logro y
fortalecimiento de las siguientes actividades:

  • Lograr un trabajo científico para resolver un
    problema generado en la acción profesional y que se
    revierte en una nueva acción. Esto conforme al proceso
    del taller, en el cual se debe mantener como principio
    didáctico fundamental: "práctica teoría
    y práctica cualitativamente superior.

  • Superar la separación del aprendizaje por
    asignaturas, encasillado y la realidad del mundo integrado e
    interdisciplinar que necesita soluciones colectivas, trabajar
    para el colectivismo y las relaciones colectivas en el
    ejercicio de las funciones profesionales.

  • Arribar a un proceso en que el trabajo esté
    centrado en lo interdisciplinario, se desarrolla una actitud
    de búsqueda de las causas y consecuencia de los
    problemas para desde ellas proyectar las soluciones y
    así se produzca una superación en el proceso
    del conocimiento y de la producción
    científica.

  • Desarrollar conocimientos, habilidades, hábitos y
    capacidades para el trabajo en grupo, con el grupo y para el
    grupo.

La realización de los talleres pedagógicos para
la formación del eje ético-político y
pedagógico, pretende sensibilizar a los docentes del
Programa de Estudios Jurídicos, acerca de la importancia
que posee el dominio del eje y su aplicación desde la
transversalidad en los contenidos abordados.

En este sentido se enfatiza en el análisis de los
fundamentos teóricos-epistemológicos sobre los
cuales deben proyectar su práctica profesional docente,
así como su articulación con los fundamentos
axiológicos sociales que lo caracterizan.

Los talleres pedagógicos deben proporcionarle las
herramientas didácticas sobre las cuales se debe orientar
la educación del Sistema Educativo Bolivariano,
además de permitir desarrollar las siguientes
perspectivas.

  • Caracterización de la dinámica en el
    funcionamiento de la institución educativa en que
    laboran los docentes, si así fuera, en estrecha
    relación con las funciones del docente y el modo de
    actuación profesional tomando como referente
    teórico los últimos adelantos de las ciencias
    de la educación.

  • Problematización sobre las funciones del docente en
    el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje y
    su perfeccionamiento en la práctica, enmarcados por
    los planteamientos de la UNESCO y regulaciones emanadas por
    el Estado y documentos inherentes a la universidad.

  • Diseño de proyectos y/o estrategias de trabajo
    grupal para responder a las problemáticas del proceso
    enseñanza-aprendizaje planteadas a las exigencias del
    Sistema Educativo Bolivariano.

  • Valoración de las situaciones y
    problemáticas presentadas por los participantes en el
    conocimiento y aplicación del eje de formación
    ético-político y pedagógico,
    además de la generalización de experiencias
    positivas.

  • Adquisición de una visión interdisciplinaria
    que permita encontrar el apoyo teórico permanente para
    el modo de actuación profesional.

  • Proyección de actividades de investigación
    grupal y de equipos de las problemáticas de la
    universidad.

  • Formación de un grupo de trabajo comprometido para
    formar a los futuros profesionales de acuerdo al contexto
    social

Debe resaltarse la importancia de la docencia ética
como mecanismo para enseñar éticamente, y el
compromiso fundamental lo deben asumir las universidades y con
ella los docentes y las docentes con criterios éticos
claros para que se conviertan en practicantes del liderazgo
ético.

Es difícil que las universidades pretendan contribuir a
la preparación de los futuros profesionales si tan solo se
ocupan del aspecto cognoscitivo, y dejan a un lado la
formación integral que apunte a los valores y al
comportamiento ético, con la intención de obtener
un profesional egresado consciente y responsable de su papel en
la construcción de una sociedad justa, democrática,
solidaria, con pertinencia social y comprometido con la urgencia
de llevar a cabo arduos procesos de transformación que
efectivamente una actitud ética en todo y cada una de las
actividades que realice en y para las comunidades.

El profesional de la docencia debe ser formado desde los
valores, para que sea capaz de educar en valores, no solo a sus
estudiantes, sino a la comunidad en la cual está
inserto.

La sociedad requiere una nueva ética, que impida los
conflictos de convivencia de las personas. Para la labor de
construir ética es necesaria la participación de
todos y la universidad tiene un rol fundamental, se debe asumir
como punto central en esta transformación a los miembros
de la institución que estos comprendan e internalicen que
la ética es importante para alcanzar verdaderos procesos
de cambio que permitan lograr el desarrollo social y humano.

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Autor:

Lisbeth Coromoto Díaz Salas

Partes: 1, 2
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