Inconstitucionalidad de la extensión de la jornada de trabajo
- Antecedentes
históricos - La
anterior reforma laboral de 1995 al 1998 - Decisiones
del tribunal supremo - Pretensiones
patronales - Falacias
que se promueven tras la legislación - Conclusión
La legislación laboral es el
ordenamiento que promueve protecciones básicas a los
trabajadores. Estas deben ser garantizadas por el Estado para el bienestar
social de los ciudadanos. Es innegable que en la compra-venta de la mano de obra la
relación de los contratantes es desigual por lo cual la no
intervención del Estado condonaría serias injusticias.
Sin embargo, hay quienes argumentan que la intervención del
Estado mediante legislación laboral obstaculiza el
crecimiento empresarial entorpeciendo la creación de empleos
y colocando a Puerto Rico al margen de la
competitividad
internacional.
En la actualidad existen varios pensamientos sobre
el trabajo. Hay quienes
piensan que el propósito del trabajo es utilizar la mano de
obra como un recurso puramente económico para aumentar sus
riquezas y capital. En este contexto el
Profesor Francisco Catalá
"Argumenta que en la teoría neoclásica de
maximizar la ganancia el único protagonista es el empresario o dueño de los
medios de producción… al
trabajador no se le reconoce un valor distinto a los elementos
de producción por lo que queda reducido, precisamente a un
valor más de producción que junto a la materia prima y los
instrumentos de producción, forma parte de una función
técnica"[3]. Por el contrario, mi visión
es defender la dignidad del trabajo. El
trabajo no tiene como fin sólo la producción, sino
también, la subsistencia, el perfeccionamiento y desarrollo del trabajador. El
trabajo es humanizante y sirve como mecanismo de socialización de los
componentes. Durante años se ha tratado de superar la pobreza mediante el trabajo;
se ha intentado cerrar la distancia entre los que tienen mucho y
los que no tienen nada. A través del trabajo, se procura el
pan de cada día y el progreso social. El trabajo crea
valores humanos, cultura, comunidad, solidaridad y justicia social.
El éxito que ha tenido
Japón con su economía se ha basado en
crear que los trabajadores tengan un sentido de pertenencia hacia
la empresa, un sentido de
grupo y solidaridad.
Según el profesor Catalá en el libro antes citado establece
que "en Japón la clave de su competencia se debe, no a su base
de capital, sino a una política respecto a su recurso humano,
proveyéndoles a los trabajadores compensaciones adicionales
como la seguridad de empleo, y bonos para complementar su
salario.
No obstante, ante la desesperación patronal por la
debacle financiera y económica en Puerto Rico y los Estados Unidos, producto de la
desregulación de los mercados, se ha reactivado un
movimiento en Puerto Rico que
promueve sin cesar la desregulación de la legislación
de obreros patronales. Uno de los cambios propuestos es la
ampliación de la jornada de trabajo para aumentar la misma a
diez y doce horas al día. Quieren revivir el Proyecto de la Cámara
núm. 3747 que promovía el aumento de la jornada diaria
de trabajo. Estos movimientos promueven hacer más riqueza "a
costillas" de los trabajadores. Y aunque entiendo que las
empresas están para
producir ganancias, respetuosamente opino, que las posiciones
desde las que se propulsa la "no intervención" del Estado y
la desregulación de la legislación protectora del
trabajo, no reconocen nuestro acervo histórico, como pueblo
ni la responsabilidad social de las
empresas.
El Estado históricamente ha sido una bujía
económica para el sector privado y ha funcionado como
árbitro entre los patronos y los trabajadores. La
Operación Manos a la Obra fue un ejemplo de la
participación del Estado en el desarrollo económico del
país. Hoy en día es precisamente el Estado y sus trabajadores
contribuyentes quienes están interviniendo para rescatar al
país de la recesión económica y crisis financiera.
ANTECEDENTES
HISTORICOS
La jornada laboral de ocho horas como la tenemos hoy, ha
sido históricamente punto de controversia entre los obreros
y los empresarios. La lucha por la jornada comenzó el 1 de
mayo 1886, en Chicago, Illinois cuando un grupo de trabajadores y
Congreso de Sindicatos en los Estados
Unidos comenzó una huelga, la cual solicitaba la
reducción de la jornada de trabajo para evitar largas
jornadas laborales, brindar oportunidad empleo a los desempleados
y evitar los estragos que causaba las largas horas de trabajo al
organismo humano.
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