- Un cierto
sentido de moralidad como factor esencial para la
adaptación de algunas especies
animales - La
ética humana y las leyes que gobiernan nuestra
especie - Antes de
que las leyes existieran, teníamos un entendimiento
rudimentario de la moralidad, que algunos definen como
altruismo animal - La crueldad como "experimento": Y, adonde la Ley Natural
se subvierte - El lapso imprevisto de la Ley Natural y sus
consecuencias psicológicas - La propensión a la decepción es atributo
evolucionado que existe en muchas
especies - En resumen
- Bibliografía
La moralidad y los principios éticos son temas
que nunca dejan de instigar nuestra curiosidad especulativa y
científica, porque del modo como los aplicamos, son
exclusivamente idiosincrásicos para nuestro género.
Estafas por miles de millones de
dólares, efectuados por miembros de la banca que dejan caridades, y a
los indigentes beneficiarios, en la ruina. Calumnias
irresponsables y tendenciosas que sirven para templar la envidia
que profesionales y académicos mediocres albergan contra
quienes a ellos los superan. Abogadescos picapleitos, de baja
estirpe, que venden su perfidia a quienes paguen por un plato de
mangú. Padres crueles y desalmados que, luego de abusar sus
hijos, tanto física como emocionalmente, pretenden
proyectarse como virtudes personificadas, proclamando un amor filial, del que harto han
demostrado carecer. Esposos que abusan sus cónyuges.
Cambistas que roban. Moderadores de programas que aprovechan la
oportunidad que se presente para explotar lo sensacional, aunque
para hacerlo distorsionen los hechos, pisoteando la verdad,
mientras que proclaman acudir en su resguardo.
La explicación o excusa: "…es
que somos seres humanos, y los seres humanos no son
perfectos".
He ahí, donde encontramos la fuente de
nuestro dilema filosófico.
Lágrimas que olvidar no
podemos…
En fin, que nuestra especie hace uso de
nuestro enorme cerebro, en la interpretación de los
principios morales de nuestras sociedades, de maneras que, a
veces nos resultan antitéticas y sorprendentes, por virtud
de lo tanto que exaltamos los valores éticos que
nos gobiernan, mientras que los ignoramos.
Un cierto sentido de moralidad
como factor esencial para la adaptación de algunas especies
animales
Algunos géneros vienen dotados de
específicos módulos natos que los impelen a conducirse
de maneras programadas para poder sobrevivir y medrar como
grupo.
Otras especies grupales despliegan
comportamientos altruistas, cuidan de sus hijos, defienden a sus
congéneres, protegen su entorno y demuestran estar dotados
con sentidos éticos, siendo capaces de reconocer la
decepción cuando la vislumbran.
Todos estos ajustes serían
adaptaciones necesarias para lograr prosperar en cualquier
microcosmos social. Quienes así lo hicieran, lo harían
para conformarse a las exigencias de reciprocidad del grupo, y
para poder convivir pacíficamente entre sus
miembros.
La ética humana y las leyes que gobiernan nuestra
especie
La ley natural
Para alcanzar mantenerse en harmonía,
sociedades humanas primitivas tuvieron que adoptar sistemas de ordenanzas que, al
principio, fueron desarrolladas de manera intuitivas, antes de
que fueran recopiladas para ser impuestas.
En mi contribución: De cómo
la regla del DNA gobierna un mundo de incertidumbres
ciertas, detallo minuciosamente la evolución histórica
y progresiva de este avance social, conocido como la Ley
Natural.
Antes de que las leyes
existieran, teníamos un entendimiento rudimentario de la
moralidad, que algunos definen como altruismo
animal
La moralidad humana, como noción, es
diferente al altruismo de otros animales en algunos de sus
aspectos, ya que como concepto no es fijo, sino que
resulta ser de uso flexible, relativo y, conveniente. Todos la
invocamos para apremiarla a nuestro servicio — lo que solemos
hacer, cuando la necesitamos para favorecernos — Como asimismo
hacemos con todos los principios éticos, que, como seres
civilizados, pretendemos respetar y que, en la realidad, con
presteza oportuna, se descartan, cuando, así hacerlo,
resulte expediente.
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