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El pensamiento económico de José Martí: legado fundacional para la integración de América Latina (página 2)



Partes: 1, 2

"La genialidad de su pensamiento
político estriba en haber planteado la revolución
de independencia
sobre bases que garantizaran el ulterior desarrollo en
la
república. Esta concepción suya lo convierte en
pionero de la lucha antiimperialista en América…"[3]

La preparación teórica de
Martí
sobre temas económicos carecieron de una base
científica sólida, se caracterizaron por el
predominio de la Economía
Política Burguesa de corte liberal y los posibles
vínculos con las ideas marxistas tal vez fueron
mediatizados por las concepciones anarquistas vigentes en los
Estados
Unidos.

Durante sus estudios universitarios en
España
Martí
recibió por primera vez un curso de Economía Política como
componente curricular de la carrera de Derecho. La materia era
estudiada por un texto del
profesor
francés José Garnier que seguía con
fidelidad las ideas liberales de Adam Smith,
David Ricardo y
Jean Baptiste Say[4]Es muy posible que esa primera
formación influyera en la preferencia de Martí por
las ideas del liberalismo
económico hasta bien entrada la década de 1880,
Martí siguió adscrito al librecambio y a la defensa
del derecho de
propiedad, si bien siempre exaltó la función
social de la misma. Tampoco debemos olvidar que para el
Apóstol lo injusto era la mala distribución de la riqueza y no el
mecanismo capitalista de su obtención.

En su pensamiento de libre cambio
José Martí subrayaba: "A nadie daña tanto el
sistema
proteccionista como a los trabajadores. La protección
ahoga a la industria,
hincha los talleres de productos
inútiles, altera y descalabra las leyes del
comercio,
amenaza con una tremenda crisis, crisis
de hambre y de ira, a los países en que se mantiene.
Sólo la libertad trae
consigo la paz y la riqueza"[5] 

Agregaba además: "…la tarifa
proteccionista, que cierra el país al comercio extranjero
por favorecer una industria ambiciosa, y por sustentar  los
falsos beneficios de un número reducido de empresarios
mantiene la vida cara, las fábricas sin trabajo
suficiente, el comercio desigual y rastrero, y los ánimos
en la exasperación  y el desasosiego que precede a
las guerras"[6]

Martí asevera su perspectiva
librecambista cuando dice: "Lo que en naturaleza
humana se llama sociabilidad en la naturaleza del
derecho se llama reciprocidad, y en la naturaleza de la
economía libre cambio. El libre cambio es la prenda de
amistad entre los
pueblos, como las reciprocidades entre ellos la garantía
de la justicia."
Planteando además "la amistad de las naciones se basa en
su interés
mutuo; por cuidar cada uno del suyo alimenta el ajeno." Por
tanto, "de estas compensaciones resulta el progreso
común."[7]A pesar de no contar con las
herramientas
epistemológicas necesarias Martí pudo abordar los
complejos problemas
económicos de su tiempo
haciendo observaciones que demuestran su comprensión
realista. Es innegable la proyección de un rico
pensamiento económico en José Martí,
considerado, sobre todo, en su visión genial de los
cambios que se producían en el capitalismo de
su época, con el nacimiento del imperialismo.

De ese conocimiento
profundo se nutre su concepción republicana que a pesar de
que "sus fundamentos están enraizados en el orden social
capitalista, Martí quiere que la república cubana-
amiga cordial del vecino poderoso, pero sin interferencias, ni
sumisiones, ni hipotecas que la subordinen,
esclavizándola, al interés político y
económico de su gobierno y de sus
banqueros-satisfaga el anhelo y la necesidad de cada ciudadano,
sin distinción de de razas ni de clases, mediante la
abolición de todas las desigualdades sociales y de una
equitativa distribución de la
riqueza"[8]Según el profesor Enebral
Veloso[9](2008) los principales rasgos del
pensamiento económico de Martí permite apuntar los
siguientes: "Primero, es un pensamiento original, creativo. Esto
está en plena correspondencia con su concepción de
que el problema de la nuestra América es nuevo y por tanto
las respuestas no podemos encontrarlas en los estereotipos que
ofrecen los libros y
experiencias europeas y estadounidense. Planteaba que "… cada
país crea su especial Economía. Esta ciencia no es
más que el conjunto de soluciones a
distintos conflictos
entre el trabajo y
la riqueza: no tiene leyes inmortales: sus leyes han de ser y
son, reformables por esencia. Tienen en cada país especial
historia el
capital y el
trabajo: peculiares son de cada país ciertos disturbios
entre ellos… A propia historia, soluciones propias. A vida
nuestra, leyes nuestras". De aquí se deriva la necesidad
de proyectar políticas
económicas propias como respuesta a los problemas que en
cada lugar han de ser objeto de solución.

De América
Latina le preocupaba que la educación siguiera
con los vicios que tenía en la colonia y la educación
tenía en su pensamiento un peso fundamental, por eso sus
ideas pedagógicas sobre el futuro hombre
latinoamericano van de la mano con su pensamiento
económico. No se puede construir la libertad con una
educación enajenada de las realidades autóctonas y
es interesante esta reflexión suya:

"En los pueblos que han de vivir de la
agricultura,
los gobiernos tienen el deber de enseñar preferentemente
el cultivo de los campos. Se está cometiendo en el sistema
de educación en la América Latina un error
gravísimo: en pueblos que viven casi por completo de los
productos del campo, se educa exclusivamente a los hombres para
la vida urbana, y no se les prepara para la vida campesina. Y
como la vida urbana sólo existe a expensas y por virtud de
la campestre, y de traficar en sus productos, resulta que con el
actual sistema de educación se está creando un gran
ejército de desocupados y de desesperados; se está
poniendo una cabeza de gigante a un cuerpo de hormiga. Y cada
día, con la educación puramente literaria que se
viene dando a nuestros países se añade a la cabeza,
y se quita al cuerpo."[10]Segundo, es un
pensamiento que asume la realidad con espíritu
crítico, lo que significa no atarse servilmente a las
reglas que se hayan aplicado en otros momentos aun en el mismo
país que las inspiró. En esto se percibe su
asunción dialéctica de la realidad
socioeconómica. Y tercero, en el pensamiento
socioeconómico de Martí tiene cardinal importancia
su clara comprensión de la relación entre
economía y política."[11] Estas dos
formas de la conciencia social
están mutuamente condicionadas. "Elabora una doctrina,
desarrolla la filosofía de la independencia y un
pensamiento humanista excepcional….desarrolla una
concepción integradora para América
Latina"[12]

La experiencia latinoamericana fue muy
importante en formación y maduración del
pensamiento económico martiano. El camagüeyano Rafael
Almanza dice:

"En México, en
Guatemala,
fugazmente en Venezuela,
desde La América, Martí diseña todo un
programa de
progreso económico que, reconociendo la propiedad
privada y apoyándose en ella, intenta promover la
capitalización autónoma. El caso guatemalteco es
definitorio: tal capitalismo no podía darse aquí.
La proyección martiana choca una y otra vez con los
procesos
políticos que, en el último cuarto del siglo,
transformaron definitivamente el capitalismo mercantil colonial
en moderno capitalismo del subdesarrollo
en Latinoamérica."
[13]

En México (1875-1876) enfrenta al
caudillismo, el
cual, en este caso, será representado por el general
Porfirio Díaz. La victoria militar de este jefe, a finales
de 1876, sobre el gobierno legalmente constituido, allanó
el camino a una parte de la burguesía mexicana subordinada
a los intereses económicos norteamericanos. Martí
rebate con la misma fuerza el
golpe de
Estado de Díaz y abandona el país. En sus
artículos "Alea jacta est", "La situación" y
"Extranjero", publicados el 7, el 10 y el 16 de diciembre
Martí plantea con mucha valentía y claridad sus
ideales contra el caudillismo, que se va a convertir en la cruda
realidad latinoamericana con la que va a chocar
repetidamente.

En "Alea jacta est" el 7 de diciembre de
1876, dice: "En pueblos que están en crisis siempre
está latente el peligro de la tiranía; es que una
facción quiere a toda costa levantar a su caudillo a la
presidencia definitiva de la república; es que una falange
de partidarios azuza a su jefe y le extravía; es que un
grupo de
voluntades desordenadas han hecho garra en el corazón
destrozado del país". [14]

Plantea con claridad su posición
como liberalista al adherirse a las soluciones
democráticas, siempre respetando al país: "…ese
militarismo nos irrita: esa falta de respecto a la patria exalta
nuestra indignación. Tenemos leyes hechas, caminos
precisos, vías directas para venir al Gobierno de la
patria: como los grandes afectos, nuestro amor a la
ley no se ha
hecho sentir aquí sino en el momento en que la hemos visto
irrespetada y vulnerada: cada hombre es un sacerdote de esa
religión
que no hemos querido respetar".[15] En esta frase
observamos la influencia del pensamiento de los paradigmas del
liberalismo burgués de su época.

Su arribo a Guatemala (1877-1878) se
produce en un momento en que el hervidero liberal
estremecía a Centroamérica y en esta nación
gobernaba una nueva generación de políticos
liberales que se distinguía por su pragmatismo y
su adhesión a las ideas positivistas sobre el progreso. A
principios de
1871 había triunfado el liberalismo guatemalteco en el que
resaltaba la figura de Justo Rufino Barrios, un caudillo joven y
pudiente, hacendado cafetalero, con grandes extensiones de
tierras cercanas a la frontera con
México.

Barrios presidió Guatemala entre
1873 y 1879, y puso en práctica el pensamiento liberal.
Eliminó la posición de jerarquía y los
privilegios que tenía la Iglesia
católica y proclamó la educación laica como
una función estatal. Esta idea entusiasmó a
Martí quien participó en el proyecto y lo
enriqueció con su pensamiento. En Guatemala Martí
se relacionó con importantes figuras del mundo
político e intelectual, conoció al ministro de
relaciones exteriores, Joaquín Macal; más tarde
también conoció personalmente al presidente Justo
Rufino Barrios.

En una carta a Valero
Pujol fechada el 27 de noviembre de 1877, refiriéndose a
su situación política en Guatemala martí
dice: "Vivir humilde, trabajar mucho, engrandecer a
América, estudiar sus fuerzas y revelárselas, pagar
a los pueblos el bien que me hacen: éste es mi oficio".
[16]

Debido al ambiente
hostil en los círculos oficiales en su contra, en marzo de
1878 decide irse del país. Escribe a su amigo Manuel
Mercado[17]una carta fechada el 30 de marzo de
1878, contándole su realidad en la Universidad y le
comenta:

"Aquí, por celos inexplicables del
Rector de la Universidad, hombrecillo de cuerpo y alma, a quien
no he hecho más mal que elogiar en un discurso
mío otro discurso-lectura suyo
que no merecía elogio -me he quedado siendo
catedrático platónico de Historia de la
Filosofía, con alumnos a quienes no se permite la
entrada en clase; y sin
sueldo. En cambio, se me anuncia que se me nombrará
catedrático de la Ciencia de
la Legislación. Se me abriría con esto un vasto
campo, y yo sembraría en él la mayor cantidad de
alma posible. Doy gratuitamente una clase de filosofía: el
mejor sueldo es la gratitud de mis discípulos".
[18]

Se va a Venezuela, donde vive la primera
mitad del año 1881; allí vuelve a conocer el perfil
despótico del dictador, en la persona del
presidente Antonio Guzmán Blanco. La situación con
este general presidente se hace inadmisible sobre todo en el mes
de julio, en la que Martí publica el primer número
de la Revista
Venezolana y sus trabajos en La Opinión Nacional.
Martí sigue siendo un vehemente defensor de las ideas
liberales, hecho que confirma su admiración por el
pensador venezolano Cecilio Acosta, quien pereciera el 8 de julio
de 1881.

El 21 de julio publica en la Revista
Venezolana un elogioso trabajo en memoria de
Cecilio Acosta[19](en la foto a la derecha) que
era un decidido opositor de Guzmán Blanco. El 27 de julio
un ayudante del general-presidente le comunica a José
Martí que debe abandonar el país. El 28 abandona
las tierras de Venezuela, pero en su mentalidad se acaba de
conformar el modelo del
caudillo dictador, y se propone que esa práctica no fuera
a ocurrir en la futura república cubana.

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Almanza señala que: "Martí
aparece, hasta 1884, como vocero y teórico, quizás
el más completo, el más fino, el más
progresista por su declarada vocación popular, de ese
imposible afán de capitalización autónoma.
Si Martí hubiese muerto en 1884, aún
debiéramos admirarle el haber elaborado ese proyecto,
cuyas virtudes —muy especialmente su carácter democrático y humanista y
su condición de precursor de la transferencia
tecnológica—…" [20]

Escribe Almanza: "Felizmente no se
quedó allí. La idea del progreso económico
adquiere en él, en los diez años restantes, tres
importantes cualidades: su condición de irrenunciable,
urgentísimo instrumento de lucha contra el colonialismo
económico imperialista; su visión pos-liberal de
las relaciones económicas internacionales, que le
convierten en precursor del Nuevo Orden Económico
Internacional; y lo que es decisivo, la vinculación
definitiva del progreso económico con la justicia social y
su alianza estratégica con el proletariado
económico ". [21]

Sobre las formas de alcanzar el progreso en
Latinoamérica escribe Almanza: "Es preciso, pues, tener
muy en cuenta que existen dos momentos en la idea martiana del
progreso latinoamericano. El optimismo liberal define al primero;
el segundo está mechado de angustia y orientado por el
antiimperialismo. El primero es una extensa meditación de
toda una década: sólo tres años a lo sumo,
de 1891 a 1894, alcanzó el segundo, que además
aparece como concepto al paso,
con muy pocos textos en los que es el tema central. La acción
de Martí como hombre de letras, publicista y movilizador
social, es el instrumento del primero; en el segundo el autor es
el líder
de una revolución que apunta al progreso económico
como objetivo. Y si
en el primero Martí enfrenta la realidad del atraso, en el
segundo se acerca considerablemente a descubrir sus raíces
históricas". [22]

En la reflexión económica de
José Martí era esencial el hecho de "…
de que no habría independencia verdadera sin progreso
económico, e incita a lograrlo[23]sobre
esto manifiesta con mucha certeza Rafael Almanza
"… esa es la razón por la que decide
"desatar a América". Pero no para imitar el
señorío de las sociedades
europeas: en el continente nuevo los pueblos tendrán
abundancia común y libertad real: sutil
adjetivación que indica que aquellas sociedades
poseían una abundancia mal distribuida y una falsa
libertad". [24]

Sigue Almanza su idea diciendo que:
"…el proyecto de progreso económico que
finalmente propone nuestro héroe para
Latinoamérica, además de estar en oposición
a los designios del imperialismo y ser un arma contra él,
tenía un carácter intrínsecamente distinto
al del desarrollo norteamericano y europeo: aquí no
debían repetirse esos errores: la abundancia debía
estar equitativamente distribuida y la libertad debía ser
real, no meramente jurídica. Toda la meditación de
José Martí —especialmente su georgismo—
está detrás de esa proyección".
[25]

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José Martí simpatizó
mucho con las ideas reformistas y críticas de Henry
George[26](En la foto a la derecha) quien en su
obra Progress and Poverty (1879), declaraba; tal vez influenciado
por el pensamiento económico de la fisiocracia, que todo
hombre tiene derecho material a aplicar su trabajo al cultivo de
la tierra,
mientras que la propiedad privada monopolista de la tierra anula
ese derecho, pues cada año los terratenientes aumentan de
manera injusta sus ingresos en forma
de renta, lo que trae como consecuencia un mayor dominio entre los
ricos y los pobres, ya que la renta se eleva con el progreso de
la sociedad y los
ingresos del obrero disminuyen relativamente.

Henry George proponía confiscar
mediante un impuesto
único los ingresos de la renta del suelo, sin por
ello oponerse radicalmente a la propiedad privada capitalista. La
admiración de Martí por George se pone de
manifiesto: " Solo Darwin en las
ciencias
naturales ha dejado en nuestros tiempos una huella comparable
a la de George en la ciencia de la
sociedad"[27].

Las dos razones básicas que llevan a
Martí a aceptar el georgismo (Según Almanza)
son:

1. Provocó un gran movimiento
reformador entre las masas trabajadoras en Estados
Unidos.

•  Uno de los problemas
más graves que padecía América Latina era la
explotación monopolista de la tierra; estaba convencido de
que la tierra era la fuente original de toda riqueza y por tanto
estaba contra el latifundio.

El propio título de su obra
fundamental: "Progreso y Miseria", identifica el punto de
partida de su análisis: " Me propongo buscar la
ley que asocia la pobreza con el
progreso y que aumenta la necesidad al crecer la riqueza; y creo
que en la explicación de esta paradoja encontraremos la
explicación de aquellos reiterados períodos de
parálisis industrial y mercantil que, considerados
independientemente de sus relaciones con un fenómeno
más general, parecen tan inexplicables"
[28]

La práctica revolucionaria
comprometida y responsable, que ejecuta dentro de los Estados
Unidos para organizar las fuerzas y medios y sumar
las voluntades para intentar la independencia de Cuba
condicionan la reflexión económica de José
Martí y a través de ella llega a una
posición antiimperialista militante, que le permite
describir la génesis del fenómeno monopolista en
sus propias entrañas. En la obra de Rafael Almanza que
hemos usado como literatura de apoyo
fundamental el autor delimita cuatro momentos básicos de
esta reflexión.

"El primero corresponde a los años
1882-1885, en el que aparecen sus dos vertientes principales: la
crítica
de las proyecciones internacionales del imperialismo y de la
tiranía de los monopolios dentro de Estados Unidos, en ese
orden. Martí comprende, primero, las consecuencias que se
derivarían del tratado de reciprocidad proyectado entre
Estados Unidos y México; luego, en 1885, denuncia
abiertamente la táctica de estos tratados como un
nuevo método de
colonización, esta vez económico. Al mismo tiempo,
en 1884, "descubre" el monopolio y
los cambios que introduce en la economía y la vida social
y política norteamericana: constata el fin de la libre
concurrencia y la creciente esclavización del obrero y del
ciudadano". [29]

" El segundo momento corresponde
al año 1888: en él lo esencial es la denuncia de la
subida al poder de la
oligarquía financiera —caracterizada por el autor en
la candidatura republicana— y el descubrimiento de que la
política proteccionista, a la que ha estado
atribuyendo los males económicos de la nación,
es un simple instrumento de los monopolios: a partir de ese
momento el liberalismo económico de Martí
retrocede, pasa a tercer plano, y prevalece en él la
proyección popular y antimonopolista ".
[30]

"El tercer momento es inmediato a este
—1889-1891—; y si se le distingue es porque en el
anterior prima la denuncia de la vertiente interna del
imperialismo: y en éste, la internacional. En La Edad de
Oro, retoma su
antigua preocupación —de 1881, y aun antes—,
sobre la penetración colonialista en Asia y África:
erige, en contraste, a Latinoamérica como la vanguardia de
los pueblos pobres del mundo en trance de liberación y de
progreso. En los artículos, cartas y documentos sobre
la Conferencia
Internacional Americana[31]y la Conferencia
Monetaria Internacional[32]expone su nueva
visión acerca de las relaciones económicas
internacionales, muy lejos del optimismo liberal ricardiano de
1875, y propone una política
económica internacional antiimperialista. Al mismo
tiempo, se solidariza con la lucha obrera antimonopolista en
Estados Unidos, y se adhiere a la idea de las nacionalizaciones,
refiriendo con simpatía la posibilidad de la
estatificación de las industrias
monopolizadas". [33]

"El cuarto y último momento
corresponde a los años 1892-1894,… se proyecta con su
proyecto de estructura
económica para la nueva república. (…) en estos
años el líder del Partido Revolucionario Cubano
desarrolla las ideas del momento anterior: propone el desarrollo
cubano como instrumento de lucha contra el imperialismo y por el
equilibrio
económico y político mundial. Pero además,
su juicio sobre la realidad interna de Estados Unidos se endurece
definitivamente. Con motivo de la crisis económica de
1893, que afectó duramente a la emigración y a
través de ella al PRC, Martí publicó dos
artículos en Patria que constituyen sus últimas
reflexiones sobre la economía norteamericana. "El Norte ha
sido injusto y codicioso (escribe en "La crisis y el PRC); ha
pensado más en asegurar a unos pocos la fortuna que en
crear un pueblo para el bien de todos: ha mudado a la tierra
nueva americana los odios todos y todos los problemas de las
antiguas monarquías…" Identifica, pues, en este y otros
textos, a Estados Unidos con Europa, muy en
consonancia con aquella generalización sobre las
"sociedades europeas"… [34]

Estos cuatro momentos permiten comprender,
que José Martí estaba consciente, desde el punto de
vista económico, de lo que representaba el fenómeno
imperialista para Latinoamérica y las formas de enfrentar
este proceso desde
nuestros países, en especial desde Cuba, propone como
finalidad el desarrollo cubano como instrumento de lucha contra
el imperialismo y por el equilibrio económico y
político mundial.

Es interesante observar algunos de los
más importantes momentos de este pensamiento para
desplegar en toda su dimensión el ideario económico
martiano, tan importante ahora, en este momento de grandes
cambios que está viviendo Nuestra
América.

El gobierno de los Estados Unidos se lanza
a inicios de 1889 a materializar la conquista de
América Latina y convoca a la primera conferencia de la
naciones americanas, que se desarrolla en Washington, "y sus
objetivos
eran: la creación de una unión aduanera, la
construcción de un ferrocarril panamericano
y el establecimiento de una moneda y un banco de
carácter hemisféricos, pero los resultados
obtenidos estuvieron por debajo de lo esperado. A partir de 1889,
estas conferencias fueron la base de tratar de aplicar la
política exterior de los EE.UU., con el fin de obtener,
principalmente, una hegemonía económica y
política en todo el continente y eliminar la mencionada
influencia inglesa en la
región."[35]

La reacción de Martí se
caracteriza por su profundidad y carácter visionario:
"Jamás hubo en América, de la independencia para
acá asunto que requiera más sensatez, ni obligue a
más vigilancia, ni que pida examen más claro y
minucioso, que el convite que los estados Unidos potentes,
repletos de de productos invendibles, y determinados a extender
su dominio en América, hacen a las naciones americanas de
menos poder, ligadas por el comercio libre y útil con los
pueblos europeos, para ajustar una liga contra Europa y cerrar
tratos con el resto del mundo"[36]

Su genialidad se observa mejor al plantear
las consecuencias del desequilibrio en el comercio y la
dependencia de un solo mercado cunado
dice:

"…el pueblo que compra, manda. El pueblo
que vende sirve. Entonces, hay que equilibrar el comercio, para
asegurar la libertad.[37]"

Esta advertencia es vital dentro del legado
revolucionario de José Martí y mantiene en las
circunstancias actuales plena vigencia.

Conclusiones

De estas ideas resumimos que para el bien
más ansiado para Nuestra América es la libertad, y
esta se defiende también en el comercio, porque cayendo en
las tupidas redes del convite yanqui,
estaría América Latina perdiendo su independencia
económica y la otra consecuencia sería la
pérdida gradual de la independencia
política.

Esta es la razón por la que
incursiona Martí en el pensamiento económico,
porque observa el tremendo peligro que representa el poder de los
monopolios yanquis. Un pueblo que pierde el control sobre sus
riquezas, pierde también su libertad.

En la víspera de su muerte escribe
a Manuel mercado: "…ya estoy todos los días en
peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber, puesto
que lo entiendo y tengo fuerzas con qué realizarlo, de
impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan
por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza
más sobre nuestras tierras de
América…"[38]

La independencia de Cuba, en el ideario del
Apóstol además de mera cuestión de
patriotismo nacional, es una acción importante dentro de
una idea estratégica superior que era salvar a Nuestra
América de la profunda voracidad del naciente imperialismo
yanqui que intentaba alterar el equilibrio del mundo realizando
un nuevo reparto colonial a expensas de los restos del Imperio
español y
de las nuevas naciones aún indefensas surgidas de las
Guerras de Independencias de la primera mitad del Siglo
XIX.

Hoy, el engañoso convite sigue en
pie, hace poco los pueblos han derrotado el ALCA; pero el
peligro se mantiene latente, por tanto el ideario avanzado de
José Martí es ahora arma indispensable en el
arsenal ideológico de las nuevas hornadas de pensadores y
hombres de acción que han proclamado en el siglo XXI "la
segunda independencia" de Nuestra América. El pensamiento
económico del Apóstol de la independencia de Cuba
es un arma poderosa para enfrentar el reto imperialista y
vencerlo en batalla de ideas.

Bibliografía

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José Martí ¿Doctrina económica o
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http://www.centrovision.cu/Especiales/Marti/Mdoctrina06128.htm

 

 

 

 

 

 

Autor:

Lic. Roberto Garcés
González[39]

Milagros Hernández
García[40]

Lic. Belkis Lázara García
Bello[41]

[1] Lezama Lima, José. 1998. Para leer
debajo de un sicomoro. Editorial Letras Cubanas. La Habana.
Pp.79.

[2] Lezama. Ibíd. Pp. 65.

[3] Roa, Raúl. 1977. Retorno a la
Alborada. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. Tomo1.
pp.707.

[4] Jean-Baptiste Say, economista
francés nacido el 5 de enero de 1767 en Lyon y fallecido
el 15 de noviembre de 1832 en París. Es uno de los
principales exponentes de la Escuela
Clásica de economistas. Admirador de la obra de Adam
Smith, e influenciado por otros economistas franceses como
Turgot, Say ganó reconocimiento en toda Europa con su
Tratado de Economía Política. (Tomado de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Baptiste_Say)

[5] Martí, José. 1963.
"Libertad, ala de la industria." OC. Editorial Ciencias
Sociales. La Habana. Tomo 9. Pág. 452.

[6] Ibídem. "Cartas de Martí".
Obra citada. Tomo 11. Pág. 173.

[7] Martí, José. . 2000. Obra
citada. Edición crítica. CEM. La Habana. Tomo 2.
Pág. 196

[8] Roa, Raúl. Op. Cit. Pp710.

[9] Luís Enebral Veloso. Profesor de
la Escuela Provincial del PCC de Santi Spíritus.

[10] Martí, José. 1975. Obras
completas. Editorial de Ciencias. La Habana. Tomo 8 pp.369.

[11] Enebral Veloso, Luís. 2008.
José Martí: ¿Doctrina económica o
pensamiento económico?
http://www.centrovision.cu/Especiales/Marti/Mdoctrina06128.htm

[12] Castro Ruz, Fidel.2006. Cien horas con
Fidel. Conversaciones con Ignacio Ramonet. Tercera
edición. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado.
La Habana. Pp.45.

[13] Almanza, Rafael. 1990. En torno al
pensamiento económico de José Martí,
Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. pp. 408.

[14] Martí, José. 1992. Alea
jacta est. El Federalista, México, 7 de diciembre de
1876, en Obras Escogidas, Tomo 1, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, , , p. 98

[15] Martí, José. Ob.cit. pp.
99.

[16] Martí, José. 1992."Carta a
Valero Pujol, Director de El Progreso ", Obras completas , tomo
7, p. 112

[17] Gran amigo mexicano de José
Martí. Manuel Antonio Mercado y de la Paz nació
en La Piedad de Cabadas, Michoacán, México, el 28
de enero de 1838 y murió en Ciudad México, el 9
de junio de 1909.

[18] Martí, José Ibíd. ,
tomo 20, p. 46.

[19] Importante escritor, periodista y
exponente del humanismo
durante la segunda mitad del siglo XIX venezolano.

[20] Almanza, Rafael. Op. cit. pp.
408-409

[21] Ibíd.

[22] Ibíd. Pp. 410.

[23] Ibíd.

[24] Ibíd.

[25] Ibíd., pp. 411

[26] Henry George (Filadelfia, 2 de
septiembre de 1839 – Nueva York, 29 de octubre de 1897) fue un
economista estadounidense y el representante más
influyente del los defensores del Single Tax (impuesto
único o impuesto simple) sobre el suelo. Inspiró
la filosofía y la ideología económica conocida como
Georgismo, que sostiene que cada uno posee lo que crea, pero
que todo lo que se encuentra en la naturaleza, y como
más importante el suelo o la tierra, pertenece
igualmente a toda la humanidad. Autor del libro
Progress and Poverty (Progreso y Pobreza),
escrito en 1879. (Tomado de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Henry_George )

[27] Martí, José. 1975. Obras
Completas, Editorial Ciencias, La Habana, T 11, p. 146

[28] George, Henry.1996. Progreso y Miseria,
Robert Schalkenbach Foundation, New York, p. 12

[29] Almanza. Rafael. Op. Cit. pp. 416.

[30] Ibíd.

[31] Realizada en Washington, 2 de Octubre de
1889-19 de Abril de 1890.

[32] Se celebró en Washington, en
marzo de 1891, allí la delegación norteamericana
propuso el uso del oro y la plata para la moneda, con
relación fija.

[33] Ibíd. Pp.417.

[34] Ibíd.

[35] Escandell Sosa, Vicente E. 2006.
José Martí: ALCA ¿Apariencia o realidad?
http://www.cubasocialista.cu/texto/cs0230.htm

[36] Martí José. Op. Cit.
Pp.46.

[37] Martí José. Op. Cit. Tomo
6. Pág. 159

[38] Martí José. Op. Cit. Tomo
4. Pág. 168.

[39] Licenciado en Ciencias Sociales.
Subdirector de Investigaciones
y Postgrado de la Sede Universitaria Municipal de Remedios.
Profesor de Historia de la Filosofía y Pensamiento
Filosófico y Social Contemporáneo. Miembro de la
Asociación cultural José Martí.

[40] Estudiante de Tercer año de
Contabilidad
y Finanzas en
la Sede Universitaria Municipal de Remedios. Gerente de
CADECA en Remedios.

[41] Licenciada en Matemáticas. Coordinadora de la carrera
de Contabilidad y Finanzas de la Sede Universitaria Municipal
de Remedios. Profesora de Cálculo
y Marketing.

Partes: 1, 2
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