Programa de capacitación ambiental para profesores de la sede universitaria "Salvador García", municipio Camagüey, Cuba
Hace unos 20 000 años el hombre vagaba por la tierra en busca de caza y
frutos, éste tomaba de la naturaleza lo que necesitaba
para satisfacer sus necesidades de vestido alimentación y vivienda. La naturaleza
soportaba bien todas estas demandas y ofrecía sus riquezas
sin sufrir grandes alteraciones; pero con el posterior desarrollo de la técnica
y los instrumentos, unido a la explosión demográfica
mundial, al incremento de la pobreza y al uso irracional de
los recursos naturales el planeta
comenzó a dar señal de agotamiento en estos
últimos años, afectando al hombre en forma
general.
En la actualidad millones de personas sufren las
catastróficas consecuencias de la degradación
ambiental, de la pérdida de la biodiversidad, del calentamiento global de la
atmósfera, y los peligros
que trae consigo el deterioro de la capa de ozono, lo que
demuestra que la capacidad y conciencia del hombre para cuidar
y proteger el planeta han quedado rezagadas respecto a su
capacidad y necesidad de explotarlo y si no se toman medidas
inmediatas para impedirlo el hombre edificara su propia
destrucción en un período no muy lejano.
Al respecto nuestro comandante expresó en la Cumbre
Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo,
celebrada en Río de Janeiro en el año 1992, más
conocido, como Cumbre de la Tierra:
.Si se quiere salvar a la humanidad de
esa auto-destrucción hay que distribuir mejor las riquezas y
tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujos y menos
despilfarros en unos pocos países para que haya menos hambre
en gran parte de la tierra, no más transferencia al Tercer
Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que encierran al medio
ambiente.[1]
Algo se ha logrado desde ese entonces, en que Fidel y
varios presidentes denunciaran la gravedad de lo que ocurre con
el medio ambiente. Pero a pesar de ello, el planeta está
casi al borde de un precipicio y su salvación requiere de
todos los gobiernos, en especial los de países
desarrollados, que son los más grandes implicados en la
destrucción, la contaminación y deterioro
del ambiente.
Esta situación es tan alarmante que ha llevado a
muchos estudiosos a ahondar en los peligros que corre la
humanidad. Sin embargo, a pesar de nuestros anhelos de perdurar,
muy poco podrá lograrse si los gobiernos a nivel
internacional no toman real conciencia del problema y adoptan
acciones que lleven a
erradicar, o al menos aliviar, los daños que se han
causado.
Por todos es sabido, que el modo de vida actual no es
ambientalmente sostenible y que el hombre está en vías
de destruir los sistemas naturales que lo nutren,
debido a la relación desequilibrada que se ha mantenido
durante años entre éste y el medio; y él mismo
tendrá que pagar el precio de su incapacidad para
proteger el medio ambiente.
Desde diferentes puntos de la Tierra, incluyendo los
lugares más inaccesibles del mundo, llegan mensajes clamando
por detener la acción destructora del
hombre contra la naturaleza y contra sí mismo.
Esto apunta a que toda actividad económica debe
asegurar que el ambiente sea sostenible y que no destruya el
capital humano y social ni los
recursos de la sociedad, donde todos sus
beneficios sean distribuidos equitativamente dentro de las
sociedades.
Lograr la sostenibilidad en el desarrollo es la
opción para enfrentar los efectos nocivos de la contaminación, la
degradación y sobreexplotación de los recursos
naturales, lo que requiere que la actividad económica y
social no afecte o degrade irreversiblemente estos recursos,
ecosistemas, riquezas y
valores ambientales, tanto a
escala global, regional o
nacional. [2]
El desarrollo sostenible, se define
como un desarrollo duradero, o sea, para nosotros y para nuestros
hijos y nietos, por ello se ve como un desarrollo capaz de hacer
frente a las necesidades actuales sin impedir que las
generaciones futuras puedan hacer otro tanto en su
momento.[3]
Al respecto la Sra G.H Brundtland expresó en 1990:
"el problema del desarrollo está vinculado a los problemas de los derechos
humanos".[4] Los derechos humanos no solo de las presentes,
sino de las futuras generaciones, a tener un clima, un medio ambiente sano y
saludable, donde los hijos y nietos puedan estudiar jugar, crecer
en plena armonía con el medio, sus costumbres y
tradiciones.
En el proceso de modificación y
transformación del medio ambiente, y bajo la acción
humana, se establecen formas de relación con la naturaleza y
entre los hombres. Se crea cultura, modos de hacer,
pensar y percibir el mundo. Las alteraciones que se derivan como
consecuencia de la acción e interacción entre la
sociedad y la naturaleza, cambian el modo en dependencia de las
acciones y las formas de asimilación del
entorno.
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