- Introducción
- Composición
del costo de la energía eléctrica - Las fuentes
renovables - Conclusiones
- Referencias
Resumen
El objetivo
principal de este artículo es el análisis de los factores que determinan la
viabilidad económica de los proyectos
energéticos de baja potencia que
prescinden de combustibles onerosos.
Se presenta una expresión para el cálculo
del costo de la
energía y, sobre la base de su análisis, se
determinan las condiciones apropiadas para lograr la viabilidad
económica de este tipo de proyectos.
El análisis realizado conduce a conclusiones que
demuestran que los paradigmas que
constituyen los fundamentos de muchas de las ideas actualmente
predominantes sobre las fuentes
energéticas renovables son erróneos.
Abstract
The aim of this paper is to analyse the factors
which determine the economic viability of energy projects of low
power that do not use onerous fuels.
An expression to calculate the energy cost is put forward, and
on the basis of its analysis the appropriate conditions to
achieve the economic viability of these kinds of project are
determined.
The analysis carried out leads to conclusions which
demonstrate that the paradigms that constitute the current
fundamentals of several predominant ideas about renewable energy
sources of low power are mistaken.
Introducción
El mayor desafío que la humanidad debe enfrentar en
este tercer milenio es su propia transformación para
asegurar el futuro de las generaciones venideras. Al respecto hay
diversas posturas, situadas entre dos extremos: una de las
corrientes de pensamiento
augura el colapso del planeta en un plazo relativamente reducido,
mientras que la opuesta niega la existencia del problema. En
realidad, el estado
actual del conocimiento
no permite aún realizar estimaciones certeras en cuanto a
plazos, aunque ya no quedan dudas de que el riesgo de afectar
irreparablemente el futuro de la humanidad es real.
El problema de la sustentabilidad es complejo y comprende
muchas dimensiones, no obstante, algunas de ellas están ya
claramente identificadas, particularmente aquellas que se
relacionan con los modos de
producción y consumo
predominantes en la actualidad. En ese marco, la provisión
de energía para satisfacer las crecientes necesidades
humanas es uno de los problemas
claramente identificados y que debe ser resuelto. A
continuación se presentan gráficamente un conjunto
de datos que
corroboran esta afirmación.
La figura 1 muestra una
proyección de la demanda
mundial de energía hacia finales de este siglo
según tres escenarios posibles[1][2][3].
En la figura 2 se expone la distribución de emisiones de gases de
efecto
invernadero (GEI) según la actividad[4][5]. Como puede
observarse, en la actualidad, la mayor fuente de producción de GEI es la generación
de electricidad.
La figura 3 indica la responsabilidad de distintos grupos de
países por las emisiones de GEI, en función de
su nivel de desarrollo[4][5]. Entre los países
desarrollados se han considerado los pertenecientes a los
siguientes grupos: América
del Norte, Europa, Japón y
Australia. Entre las naciones en desarrollo se incluyeron
China,
India, Corea
del Sur, Turquía, países de África,
América Central y del Sur, otros países en
desarrollo de Asia y el Medio
Oriente. EUS comprende a los países de la ex Unión
Soviética.
La figura 4 muestra como se distribuyó el
consumo mundial de energía por regiones en el año
2001[6].
A la luz de estos
datos, es indiscutiblemente evidente la significativa mayor
responsabilidad por las emisiones de GEI de los países
económicamente más desarrollados; además, es
bien conocido que el sistema
energético mundial se asienta hoy principalmente en
fuentes no renovables, en consecuencia, también a dichos
países les cabe la mayor responsabilidad por la
explotación de esos recursos.
Según las proyecciones, en los
próximos 20 años se deberá añadir una
capacidad de generación de electricidad mayor que toda la
instalada en el siglo precedente; esto implica que, de
continuarse con el modelo
energético mundial actual, se consumirán alrededor
de 15 millones de toneladas de petróleo por día y será
necesaria una producción anual de gas de 4 billones
de metros cúbicos, equivalente a toda la reserva actual de
EEUU[7].
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