Retos pedagógicos y didácticos de la formación en ciencias naturales para pedagogos infantiles
Acerca de las conexiones de las ciencias naturales con la vida
cotidiana
Las competencias didácticas
Dimensiones de las competencias didácticas en Ciencias
Naturales
La formación de competencias
pedagógicas
Tipos de pensamiento a desarrollar
Referencias
Acerca de las
conexiones de las ciencias
naturales con la vida cotidiana
Las ciencias
naturales ejercen una gran influencia sobre la vida diaria del
hombre de la
postmodernidad, quien requiere adoptar una postura
documentada frente a temas que tocan su realidad de diversas
formas.
En gran proporción las ciencias naturales realizan
contribuciones directas a través de múltiples
desarrollos en tecnología y medicina, pues
muchos de sus conocimientos y descubrimientos tienen potencial de
aplicación práctica.
Posiblemente, la conexión más evidente con la
vida cotidiana actual sea la necesidad de comprender y responder
de forma acertada a los problemas
ambientales que afectan al planeta, para lo cual es necesario
un pensamiento
crítico y familiarizado con aspectos fundamentales del
funcionamiento de la naturaleza;
que permita al ciudadano evaluar la información proporcionada por los medios masivos
de comunicación sobre los problemas
ambientales y así pueda juzgar e incluso encontrar
alternativas de solución a estas problemáticas.
El conocimiento
científico ha ofrecido al ser humano la posibilidad de
entender con mayor profundidad su propia naturaleza, la de otros
organismos y la del planeta, permitiéndole apreciar las
formas de vida con mayor plenitud.
La
formación en competencias
investigativas
La educación en ciencias naturales, como
encargo social de la escuela, necesita
ser reflexionada profundamente sobre sus propósitos,
proyecciones y métodos,
permitiendo la implementación de modelos
pedagógicos que formen al niño en el pensamiento y
la
investigación desde su inicio en la vida escolar.
Una concepción equivocada pero muy común, es
adoptar como verdad que la objetividad científica demanda al
científico y por supuesto al estudiante ser indiferente
con los organismos que se estudien.
En realidad la buena ciencia no es
posible sin una profunda inversión emocional por parte del
científico. Y la capacidad de invertir emocionalmente
proviene de una sensibilidad por los organismos, que puede
explicarse como una especial emoción que el niño,
el lector y los mejores investigadores en ciencias naturales
tienen en común.
Como sea, la mayoría de los seres humanos no inician el
estudio de las ciencias naturales por un interés en
estructuras
microscópicas como las mitocondrias, mas si por
experiencias con organismos, como observar el descenso de una
araña a través de uno de sus hilos de seda; el
crecimiento de plantas en las
grietas de los andenes; el canto, plumaje y cortejo de las
aves; el
movimiento de
las hojas de los árboles
y la belleza de las flores. Todas estas evidencias de
la manifiesta Biofilia propia de todo niño.
El desarrollo de
la sensibilidad por las formas de vida es un aspecto crucial en
la formación del niño, enriqueciendo las
posibilidades de estudio de la naturaleza y permitiendo
desarrollar respuestas a preguntas como: ¿qué
clase de
organismo es este?, ¿dónde vive?,
¿cómo adquiere sus fuentes de
nutrición?, ¿cuál es la
relación entre sus estructuras y su forma de vida?
Las competencias
didácticas
La educación de un maestro demanda fundamentarse en una
actitud de
búsqueda crítica, esta le evitará caer en la
adopción
de formas de enseñar exclusivamente explicativas y
transmisionistas acogidas como modelos incuestionables.
Entonces, la formación disciplinar y científica
del pedagogo requiere orientarse hacia el desarrollo de la
capacidad de sospecha, de la búsqueda y
experimentación innovadora en la construcción de nuevos paradigmas que
le permitan trascender las explicaciones formales, y reflexionar
la
educación desde la participación activa como
maestro que construye nuevas formas de entender el proceso
educativo y que se mantiene en un proceso de formación
ininterrumpida, que garantiza el desarrollo de su capacidad de
proponer e innovar, encontrando en su práctica
profesional un instrumento para trascender y mejorar la
realidad del contexto escolar.
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