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¿Es necesario prescindir del argumento divino para explicar el origen del Universo? (página 2)




Enviado por Luis Eduardo Cantero



Partes: 1, 2

Olbers plantea la dificultad de un universo infinito
e ilimitado. Si fueran infinitas las estrellas, cada línea
que partiese desde el observador hacia un punto de la
bóveda cueste encontraría una estrella en su
camino, por lo que la noche seria tan brillante como el
día. Para salir de esta paradoja y explicar la oscuridad
de la noche, Olbers propuso la existencia de materia
interestelar, que absorbería la radiación,
apartándola así nuestra línea de vista.
Dicha solución es a su vez rechazable, porque el material
interestelar, al absorber radiación desde t = 0
llegaría a un equilibrio
termodinámico y radiaría lo mismo que
absorbería Bondi marca la
formulación de esta paradoja como el surgimiento de la
cosmología moderna, al tener que afirmar la finitud del
universo observable (Jacki, S.L, 1967:50). Otro argumento
importante en la pregunta por el principio, lo supone la teoría
de la relatividad. Esta teoría se ha convertido en el
marco referencial en el que se formularon hasta la década
de los ochenta en adelante del siglo pasado, los problemas del
comienzo del universo y de la singularidad inicial. Esta
teoría en principio se presentó como una
reinterpretación geométrica de la teoría de
la gravitación de Newton, aunque
sus consecuencias van mucho mas allá que la de ser una
simple reinterpretación de la gravedad. Esta teoría
también, replanteó muchos problemas
filosóficos antiguos, especialmente los relacionados con
la naturaleza del
espacio y tiempo. Uno de
los principios de la
cosmología relativista era: el universo tal
como lo vemos es homogéneo e isotrópicos a grandes
escala y siempre
podemos definir una métrica.

Es importante aclarar que la cosmología de esta
época no distingue entre singularidad inicial o
singularidad de los agujeros negros, singularidad final del
universo. Todas tienen el mismo carácter físico, pues como Hawking
sostiene dado que las ecuaciones de
la relatividad general son invariante con respecto a la inversión temporal, no hay ninguna
diferencia entre la singularidad del Big Bang, o de la
del Big Crunch o de la de los agujeros negros. Una
dificultad importante surgió en la década de los
sesenta del siglo pasado con los teoremas que Penrose y Hawking
demostraron sobre las singularidades. Estos teoremas matemáticos indican que las singularidades
están intrínsicamente unidas a la relatividad
general. Si dichas singularidades existen en la realidad o no, es
un problema diferente que depende de si la relatividad general es
una descripción total de la relatividad
(Op, cit, p. 136).

La teoría de la relatividad es una teoría
clásica que no tiene en cuenta los principios de la
mecánica cuantica. La dificultad de superar
las singularidades en relatividad general contribuyó a la
identificación simplista de la singularidad inicial con la
creación, aun cuando ni la teoría física ni la
reflexión filosófica requieren necesariamente dicha
identificación. En esta cosmología caben dos
posibilidades antes de t = 0, o la nada, o bien la existencia de
un estado
anterior de contracción, estado del que se borraría
toda huella al pasar por la singularidad de t = 0.(1) Entre las
posibilidades propuesta para evitar las singularidades, Penrose
sugirió al menos uno de las cuatro opciones siguientes se
da en el interior de un cuerpo celeste que colapsa, reconociendo
que las cuatro posibilidades están interrelacionadas: a)
Energía negativa local, b) se violan las
ecuaciones de Einstein;
las estructuras
del espacio – tiempo es incompleta y el concepto de
espacio tiempo pierde su significado a altas curvaturas
posiblemente por fenómenos cuánticos (Hawking,
Op, cit p. 33- 113).

Hawking, en cambio,
propuso una posible superación de las singularidades con
su modelo del
tiempo imaginario basado en la teoría de Feynmann de la
mecánica
cuántica. Con este cambio, Hawking haciendo varias
simplificaciones, prueba que las singularidades desaparecen del
modelo. También, este cambio que Hawking hace, tiene otras
consecuencias: En primer lugar, espacio y tiempo son
matemáticamente equivalente, y no hay ninguna diferencia
entre ellos; en segundo lugar, no es necesario que el estado
actual del universo dependa de las condiciones iniciales de
éste. Usando sus palabras "el limite es la
condición del universo, este no tiene
limite."(Ibíd, p. 136) Estas consecuencias basadas en las
hipótesis del modelo y en las
simplificaciones hecha le llevaron a concluir que el universo
estaría totalmente autocontenido en si mismo, y por lo
tanto, no le afectaría nada externo a él; es decir,
no seria creado ni destruido. Simplemente es. Por lo tanto, su
propuesta implica la negación de un principio temporal del
universo, principio al que apunta la teoría general de la
relatividad en esta época.

En el libro de
Hawking encontramos una mezcla de problemas metafísicos
científicos y epistemológicos. Los problemas
científicos son los ya mencionados en este artículo
que pertenecen a dos campos de la ciencia:
los fundamentos de la mecánica cuántica, la relatividad
general y su difícil unión. El problema
metafísico al que Hawking quiere responder, es el problema
de dar una razón de la existencia del universo. A este
problema Hawking responde afirmando la autoexplicación del
universo partiendo de la ya mencionada eliminación de las
singularidades. Al hacer una crítica
de sus razonamientos hemos de analizar la coherencia interna del
sistema y de sus
consecuencias. Desde el campo de la física cuántica
no hay nada que objetar a su sistema. Es un modelo que en cuanto
modelo se hacen simplificaciones pues habitualmente las
ecuaciones no son resolubles en casos reales.

"En mi primera etapa del doctorado en el Instituto
universitario ISEDET – Dice el autor de este
artículo – tuve la dicha de cursar la asignatura
cosmovisión científica y teología,
allí tuve el placer de conocer varias personalidades
científicas eruditos del tema y leí varios libros de
científicos, entre ellos el libro de Hawking. Es un
texto
difícil para el publico en general, poco versado en
relatividad y mecánica cuántica, disciplina de
por si difícil." (2) Stephen Hawking en su libro demuestra
ser un gran científico en su campo, a pesar de sus
limitaciones físicas. Pero, como todo especialista cuando
pasa a otro campo no conocido, puede cometer los mismos errores
de Hawking. El refleja grandes vaguedades cuando sale de su
campo. Si Hawking hubiese entrado a fondo en la historia de la astronomía no haría juicios de
valor que
hace, por ejemplo: Aristóteles, según él, pone a
la tierra en
el centro por razones místicas; en la descripción
que hace del sistema ptolemaico demuestra no haberlo entendido a
fondo. Las afirmaciones que hace sobre Copérnico
quizás temeroso de ser considerado hereje por la Iglesia, no
tienen nada que ver con la realidad.

Hawking como otros físicos hacen las aproximaciones
desde su modelo, la calidad de sus
investigaciones se prueba por su capacidad de
hacer aproximaciones para resolver problemas. Pero,
también hay que tenerlo en cuenta a la hora de hacer
afirmaciones absolutas partiendo de un modelo. Hawking es
consciente de la dificultad de hacer predicciones
basándose en su modelo, con el nivel actual de conocimiento y
cálculo. Este es otro argumento a tener en
cuenta a la hora de hacer predicciones absolutas partiendo de la
física teórica. Desde el campo metafísico
hay que ver si es coherente negar la existencia del creador
partiendo de la negación del principio temporal del
universo. Negar las condiciones iniciales del universo o
identificar el espacio con el tiempo lleva también a
conclusiones precipitadas. La afirmación de la no
existencia de condiciones iniciales niega la relación
causal del estado actual del universo con su estado en el momento
del Big Bang. Si no hay relación causal, esto es
si el estado actual de nuestro universo no depende de las
condiciones físicas en ese momento se sigue que el
universo ha evolucionado a este estado, pero podría haber
evolucionado de la misma manera a otros estados u otros
universos.

El origen del
Universo

La otra línea de pensamiento
seguida por la cosmología moderna es la de considerar el
origen del
universo como una fluctuación del vacío
cuántico, llegándose a identificar esta
fluctuación del vacío cuántico con la
creación exnihilo. Tanto este modelo como el anterior
tienen en común el basarse en afirmaciones
filosóficas que tienen su origen en los problemas causados
por la mecánica cuántica. Por lo tanto, para
entenderlos hemos de profundizar en las interpretaciones de la
mecánica cuántica. Aquí no se trata de
validar ciertas teorías, para justificar una teoría
absolutista, tanto cristiana o científica, tampoco,
quisiera excluir las posiciones científicas con respecto
¿Cuál es el origen del mundo? ¿Qué
sucedió? ¿Cómo sucedió? ¿Por
qué sucedió? Como por ejemplo, la teoría de
la relatividad elimina el concepto de un tiempo absoluto. Hawking
explica esto en la página 56 ss de su libro, para
demostrar estas consecuencias utiliza la metáfora de los
gemelos. En la teoría de la relatividad no existe un
tiempo absoluto único, sino que cada individuo
posee su propia medida personal del
tiempo, medida que depende de donde está y de cómo
se mueve. Estos nuevos conceptos de espacio y tiempo iban a
revolucionar nuestra imagen de
universo. La vieja idea del universo del universo inalterable que
podría haber existido y que podría continuar
existiendo por siempre, fue reemplazado por el concepto de un
universo dinámico, en expansión, que parecía
haber comenzado hace cierto tiempo finito y que podría
acabar en un tiempo finito en el futuro. Esta revolución
es el objeto de discusión en los capítulos tres al
cinco, donde el autor con la ayuda de Roger Penrose muestran como
la teoría de la relatividad general de Einstein implicaba
que el universo deberá tener un principio y posiblemente
un final.

Por ende, el universo no seria estático. Dice Hawking,
que a muchas personas no les gusta la idea de que el tiempo tenga
un principio, probablemente, porque suena a intervención
divina. La iglesia católica romana, por el contrario se
apropió del modelo del big bang y en 1951
proclamó oficialmente que estaba de acuerdo con la Biblia.
Por ello, hubo un buen número de intentos para evitar la
conclusión de que había existido un big
bang
. Como la propuesta de la teoría del estado
estacionario, en 1948, la idea era que conforme las galaxias se
iban alejando unas de otras nuevas galaxias se formaban
continuamente en las regiones intergalácticas, a partir de
materia nueva que era creada de forma continua. Otro argumento
para evitar la conclusión de que debe haber existido un
bin bang, y por lo tanto, un principio del tiempo, fue
realizado por dos científicos rusos Eugenii Lifschitz e
Isaac Khalatnikov, 1963. Ellos sugirieron que el bin
bang
podría ser, una peculiaridad de los modelos de
Friedmann, que después de todo no era más que
aproximaciones al universo real. En los modelos de Friedmann,
todas las galaxias se están alejando directamente unas de
otras, de tal modo que no es sorprendente que en algún
tiempo pasado estuvieron todas juntas en el mismo lugar.

Quizás entonces el universo en expansión actual
no habría resultado de una singularidad como el bin
bang
, sino de una fase previa en contracción; cuando
el universo colapsó las partículas que lo formaron
podrían no haber colisionado todas entre si; sino que se
habrían entre cruzado y separado después, llegamos
a la teoría de Hawking, que el universo comenzó con
una singularidad como la del bin bang, su teoría
se titula teoría cuántica. Esta teoría la
discurre el autor, en el capitulo 4 donde explica los esfuerzos
realizados para combinar las dos teorías [Teoría
relatividad general y la mecánica cuántica] en una
sola teoría (Ibíd, Ver p. 81ss). En este
capítulo, Hawking comienza hablando del principio de
incertidumbre. Este principio tiene profundas implicaciones sobre
el modo que tenemos de ver el mundo. Incluso más de 50
años después, estas no han sido totalmente
apreciadas por muchos filósofos, y aún son objeto de mucha
controversia. El principio de la incertidumbre marcó el
final del sueño Laplace de una
teoría de la ciencia, un
modelo que seria totalmente determinista.Por lo anterior, la
mecánica cuántica nos permite predecir casi, todos
los fenómenos a nuestro alrededor, dentro de los limites
impuestos por
el principio de incertidumbre. La teoría de la relatividad
general de Einstein parece gobernar la estructura a
gran escala del universo. Es lo Hawking llama una teoría
clásica, es decir, no tiene en cuenta el principio de
incertidumbre de la mecánica cuántica, como
debería hacer para ser consistente con otras
teorías.

Finalmente, cierra esta discusión con el tema: las
partículas elementales y las fuerzas de la
naturaleza.
(Ver Capitulo 5). En esta parte, Hawking va a
citar a varios científicos sobre la cuestión de que
está formada la tierra, una de
ellas para citar: Cronin y Fitch probaron que si reemplazaban las
partículas por antipartículas y se toma la imagen
especular, pero no se invertía la dirección del tiempo, entonces, el universo
no se comportaría igual. Las leyes de la
física tiene que cambiar, por lo tanto, si se invierte la
dirección del tiempo: no poseen la simetría, T,
ciertamente, el universo primitivo no posee simetría T:
cuando el tiempo avanza, el universo se expande; si el tiempo
retrocediera, el universo se contraería. Según
Hawking, la gravedad determina la evolución del universo. Al respecto dice
Henry Morris acota, "Los astrónomos y evolucionistas
modernos han desechado de esta manera  la idea de un Dios
personal, omnipotente, omnisciente y Creador del universo",
(1985: 89) y concluye que la teoría evolutiva puede ser
aceptada "solo sí uno rechaza categóricamente la
existencia de un Dios omnipotente" (1974: 17).

Desafío de
los científicos a la teología

Desde la publicación en 1859 del libro de Charles
Darwin El
origen de las especies,
fue el acontecimiento inaugural de
una revolución intelectual que continua afectando a
numerosas áreas del pensamiento humano incluyendo a la
teología. Esta teoría planteó un
cuádruple desafío al cristianismo
tradicional: El desafío al literalismo bíblico; el
desafío a la idea de diseño.
El desafío al estatus de la humanidad; el desafío
que representan la ética
evolucionista y el darwinismo social. Los avances
científicos experimentados por la biología evolutiva
durante el siglo XX y según los argumentos expuesto por
Hawking en su libro. Como teólogo cristiano no se puede
excluir la posibilidad de que nos encontremos un día ante
una situación análoga que quiera de unos u otros
una clara conciencia del
campo y de los limites de sus respectivas competencias.
Todo esto nos abre un panorama de las posibilidades de un
dialogo
fructífero entre el campo científico y el campo
teológico que respete la respectiva naturaleza: la unidad
que buscamos, no es la identidad. Ni
tampoco generar incertidumbre o aislamiento entre una y la otra.
Al contrario, de una mejor comprensión se beneficiaran
tanto la ciencia como la teología. Como señala Luis
Eduardo Cantero en su tesis doctoral
en Filosofía, al preguntarse si la
teología cristiana era una ciencia:

La teología es una ciencia, porque tiende a pensar
y a reflexionar sobre la existencia del cosmo, del género
humano, y madura como ciencia en diálogo
fecundo con las ciencias
universales. Seguramente la teología tiene mucho que decir
sobre el concepto científico tan desprovisto de consuelo y
esperanza
. (2.000: 11)

La primera tarea del teólogo académico consiste
en tomar conciencia del hecho de que la actual cultura
científica es un campo que hay que tener en cuenta. Esta
en juego la
credibilidad del teólogo como profesional, como
académico y como investigador. En el actual ambiente
impregnado de cultura científica, la teología corre
el riesgo de no ser
tomada en serio como una opción razonable. Como
diría Jean Staune "Se trata de proponer de nuevo la
credibilidad del cristianismo como religión en la
cultura científica actual." Por ello, a la hora de
dialogar con la ciencia, es necesario prestar atención para no limitar el discurso a los
aspectos éticos, o bioéticos. Hay que tener en
cuenta los grandes desafíos del siglo XXI son, en primer
lugar, de orden ético. Pero son también, de orden
epistemológico. Es decir, de ese dialogo no hay que
olvidar lo mas importante, que por ser de orden teórico,
requiere una elaboración conceptual mas rica, que permita
el abordaje de temas crudos, por ejemplo se oye hablar muy poco o
nada, del proyecto genoma
humano, la
clonación, los androide, etc., que se
convertirá probablemente en la cuestión
ético científica mas importante que la
teología evangélica cristiana tendrá que
afrontar.

Conclusión

En resumen, como teólogos académicos o
profesionales, si queremos entrar en los ambientes
científicos, implica la búsqueda de un lenguaje que
sea comprensible a todos. El lenguaje de
la cultura científica, la teología tendría
que retomar este desafío y buscar nuevas expresiones para
presentar su contenido en un modo comprensible a todos,
exactamente como hacen los autores de libros de ciencias que se
convierten en textos de éxitos. De todo esto ¿no
nos ha dejado el mundo científico sin argumentos?
¿No hemos de renunciar a la explicación racional
última del origen del Universo por la creación, y
debemos quedarnos solo con un Dios de amor, pero que
no explica el origen del Universo? Recurrir al argumento divino
para explicar el origen del Universo, ¿no es caer en la
teoría del Dios tapagujeros, que explica lo que nuestros
científicos no pueden explicar? El Dios tapagujeros, es el
Ser Divino que torpemente se adujo como explicación de los
fenómenos que la mente humana no podía explicar con
los conocimientos científicos de la época. Este Ser
Divino, era el argumento apologético antirracionalista del
siglo XVII. Esta apologética sin base científica o
con poca formación filosófica y científica
explicaba algunos fenómenos como el principio de las
especie del conocido Darwin, sus argumento eran considerado por
estos apologista hereje, porque no tenían una base
bíblica [.] (3)

Este Dios ha sido poco a poco arrinconado en nuestros
días por los nuevos planteamientos que nos brindan la
tecnología, la informática, la cosmología y
cosmogonía actuales. La gente de hoy esta inmersa no en el
Dios de la revelación cristiana, sino en el Dios de la
experiencia religiosa, que los lleva a considerar el argumento de
otras disciplinas como algo diabólico, esto le
sucedió tanto a Pascal como al
conocido autor, que he podido leer en la historia de la
filosofía, sobre todo asimilar su pensamiento
filosófico: Manuel García Moriente, un día
antes de vivir una experiencia religiosa dijo la siguiente
frase:

"Pensaba en Dios, pero siempre el Dios de la
filosofía, en ese Dios intelectual en el que se piensa,
pero al que no se reza. Dios, no humano, trascendente, puro ser,
puro término de la mirada intelectual…"

Después de una experiencia religiosa, escribe: N o se
cuanto tiempo permanecí inmóvil y como hipnotizado
ante su presencia. Si sé que no me atrevía a
moverme y que hubiese deseado que todo aquello:
El ser
ahí [Dasein] durará eternamente, porque su
presencia me inundaba de tal y tan intimo gozo, que nada es
comparable al deleite sobrehumano que yo mismo
sentía."
(En Obras completas Vol. II)

Por lo anterior, nos surge otra pregunta, nuestra fe en Dios
¿tiene apoyo racional o hemos de renunciar a ella para
creer? Renunciar a este apoyo supondría caer en un
planteamiento fideista que la Iglesia Católica Romana
siempre ha rechazado. Después de este desafío
científico ¿podemos seguir hablando de racionalidad
de la fe, por ejemplo en algunos temas, como: la creación,
la evolución, los clones, orientación sexual, entre
otros? El teólogo Wolfhart Pannenberg que ha investigado
con detalle algunas de estas cuestiones científicas y
defiende que el teólogo también puede utilizar
criterios universales de racionalidad para examinar de manera
criticas las creencias religiosas entre ellas las del
cristianismo. (1981: 157) Las preguntas al comienzo de este
artículo, como las finales que el mundo científico
le hace a la teología, implica respuesta urgente que el
teólogo académico debe responder, o de lo contrario
seguiremos en el viejo conflicto
armado que ha hecho del pueblo colombiano una costumbre mas.

Notas:

  • (1) Ian Barbour dice: "combinando la
    información que nos brindan la astronomía y la
    física de altas energías, cabe reconstruir de
    manera verosímil la historia del universo. Imaginemos
    un viaje hacia atrás en el tiempo. Doce mil millones
    de años después del big-bang
    aparecieron en nuestro planeta las primeras formas
    microscópicas de vida. El planeta mismo se
    formó diez mil millones de años después
    de la explosión. Las primeras galaxias y estrellas
    surgieron cuando habían transcurridos mil millones de
    años desde el momento inicial. Los átomos
    constituyentes datan de 500.000 años. Cuando el
    universo solo tenía tres minutos de vida, empezaron a
    constituirse núcleos atómicos a partir de
    protones y neutrones. Religión y ciencia.
    Madrid, Editorial Trotta, 2004, pp. 325 – 365.

  • (2) Luis Eduardo Cantero, comentario
    personal
    , 2006-01-10

  • (3) El lector puede avanzar un poco sobre el tema,
    leyendo el libro Juan Arana, Las raíces ilustradas
    del conflicto entre fe y razón,
    Madrid,
    Encuentro, 1999, p. 27ss.

Bibliografía

Arana, Juan, Las raíces ilustradas del conflicto
entre fe y razón,
Madrid, Encuentro, 1999.

Barbour, Ian, Religión y ciencia. Madrid,
Editorial Trotta, 2004.

Cantero, Luis Eduardo, comentario personal,
2006-01-10.

__________________, Filosofía y Teología. Un
acercamiento al problema,
Clearwater, Laud Hall Seminary,
Tesis doctoral
en Filosofía, 2.000.

Hawking, Stephen, "Historia del Tiempo." En obras maestras
del pensamiento contemporáneo.
Planeta, España,
1992.

García Moriente, Manuel, El hecho extraordinario en
Obras completas
Vol. II

Jacki, S.L. The Paradox of Olbers paradox, New york,
Herder, 1967.

Morris, Henry, Creation And The Modern Christian,
Master Book Publishers, El Cajon, California, 1985.

___________, Scientific Creationism, Master Book Publishers,
El Cajon, California, 1974.

Pannenberg, Wolfhart, Teoría de la ciencia y
teología,
Madrid, Cristiandad, 1981.

 

 

 

Autor:

Luis Eduardo Cantero

Luís Eduardo Cantero, colombiano,
es Doctor en Filosofía, pastor bautista, profesor,
miembro de la Iglesia Evangélica Bautista de Flores, Bs.
As, Argentina; también ha ejercido la docencia
universitaria y teológica en varias universidades y
seminarios de su País y del exterior. Actualmente
está trabajando su tesis doctoral en el Departamento de
Historia del INSTITUTO UNIVERSITARIO ISEDET. Decano Ad –
Honoren y profesor del Seminario
Teológico Misionero Tiranno, San Justo Bs. As. Argentina.
www.luiseduardocantero.visitame.es

www.transformandovida.visitame.es

www.misiontiranno.es.tl

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