Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

¿Cambio de Clima o Calentamiento Global? (página 2)




Enviado por Karol S. T.



Partes: 1, 2, 3

Cuidar la economía, tratando del llegar a un equilibrio
entre el desarrollo y la conservación de ambientes sanos,
pues éstos deberían ser siempre más
importantes para no dejar a las futuras generaciones un
país desolado e inhóspito.

Luego, no hay duda que una vida más sencilla y una
economía familiar más austera aporta un granito de
arena, o al menos no empeora el drama que sufrimos como
habitantes del planeta.

En la práctica, esto significa utilizar menos aparatos
eléctricos cuando podemos emplear nuestras manos; usar
menos el vehículo cuando podemos caminar o ir en
bicicleta; comer menos alimentos refinados cuando los naturales
son igualmente nutritivos y más saludables; tomar jugos
diluidos de frutas en lugar de las carbonatadas y azucaradas;
leer, pasear y conversar más en lugar de ver tanta
televisión y jugar con la computadora; desechar menos
ropas y zapatos, reparándolos cuando se deterioran;
reciclar todo lo que se pueda (madera, metales, ciertos
plásticos, papel y trapos, etc.), y en fin vivir en mayor
sencillez y frugalidad, aunque nuestros ingresos nos
podrían permitir una vida más lujosa y
dispendiosa.

Los beneficios de un modo de vida más austero
serían numerosos. En Venezuela, con nuestro alto nivel de
pobreza, nos conviene ahorrar combustibles para que puedan ser
exportados y generar divisas, pues el consumo interno genera
pocos ingresos al país. De este modo, los mayores recursos
fiscales facilitarían el financiamiento de escuelas y
hospitales, y se podría mejorar la seguridad personal y
social, necesidades básicas de nuestra población y
que nos permitirán elevar realmente nuestra calidad de
vida. Y finalmente, la lucha contra la contaminación
representa la tendencia actual de toda comunidad y persona
comprometida con un futuro mejor para todo el planeta. Son
razones de peso para ser más conservacionistas y menos
derrochadores, además de dar el ejemplo a los demás
países y las futuras generaciones. Y, en el fondo,
tendremos la conciencia más limpia y menos mortificada, lo
cual debería constituir una motivación suficiente
para no contribuir al calentamiento global.

Introducción

Los recientes desastres naturales ocurridos en varias partes
del mundo mueven a la reflexión y deberían
inducirnos a la acción, pues se observa una tendencia
clara hacia el calentamiento global, fenómeno que
está afectando negativamente el clima en diversas partes
del planeta, con todas las consecuencias que ello implica. No
podemos pensar que el cambio climático mundial es un
problema de otras latitudes, pues en el pasado hemos tendido a
pensar -quizás por ser un país con un clima
benigno- que éramos inmunes a los efectos del
calentamiento global, obviamente la causa subyacente de las
fuertes lluvias que nos han azotado últimamente, producto
de la alta nubosidad creada por la mayor evaporación de
las aguas marinas y terrestres.

Se ha presenciado fuertes inundaciones en Europa, Norte y
Suramérica, India y China, entre otras, pero las
más severas han sido en Mozambique, el empobrecido del
país en el África meridional que apenas se estaba
recuperando de la cruenta guerra civil que sufrió desde su
independencia en los años 70, en medio de la guerra
fría. Al ver como un país puede ser tan trastornado
por las aguas desbordadas, necesariamente tenemos que reaccionar
en nuestro propio caso, pues se trata de fenómenos
demasiado destructivos y que pueden repetirse en años
venideros, por lo que no podemos darnos el lujo de ignorarlo como
si fuera una mala suerte ocasional.

Se ha comprobado con creces que la temperatura promedio del
planeta ha subido unos cuantos grados en este siglo a causa de la
creciente industrialización y uso de vehículos
automotores, y se espera que el siglo XXI sea aún peor si
siguen "desarrollándose" los países del tercer y
cuarto mundo, en busca de un mejor nivel de vida. Es importante
constatar la falacia del "progreso al estilo occidental", que
significa más industrias, más electricidad,
más vehículos, en fin todo lo que se asocia con el
desarrollo, pero que a la larga actúa como un bumerang al
afectar el clima y devolvernos como castigo una serie de
desastres naturales, signo inequívoco de que vamos por el
camino equivocado.

En un excelente documental del canal Discovery se pudo
observar recientemente como los glaciares de Alaska están
derritiéndose por el aumento de la temperatura ambiente, y
obviamente esto debe ser igual en toda la parte septentrional del
hemisferio norte, afectando también a Canadá,
Groenlandia, Escandinavia y Siberia. También en el sur, en
la Antártida, se constatan efectos similares, con la
desaparición de glaciares y la formación de
témpanos que vagan hasta que se derriten, elevando el
nivel de los mares. Y no pensemos que a nosotros no nos afecta,
pues en el mismo documental se reportó que los seis
glaciares que existían hasta los años 60 en los
Andes merideños, se han reducido a dos, y así
será probablemente en toda la cordillera andina, con sus
frecuentes secuelas de aludes, inundaciones y menores nevadas,
como lo podemos constatar a simple vista en nuestros ya escasos
picos nevados.

Quizás se piense que para las templadas zonas pobladas
del hemisferio norte sea beneficioso que aumente un poco la
temperatura ambiental, para que no sufran inviernos tan
fríos. Pero al mismo tiempo el calentamiento genera toda
una serie de fenómenos colaterales, pues la mayor
temperatura trae consigo la proliferación de insectos que
destruyen esos mismos bosques, como ya se ha comprobado en Alaska
y seguramente en otras regiones. Tampoco podemos ignorar los
efectos del clima en las corrientes marinas, pues el
fenómeno de El Niño y sus secuelas desastrosas
(inundaciones, muerte de fauna marina) son bastante nocivos como
para despreciar el aumento de la temperatura en los
océanos. También se ha calculado que un
desvío de la corriente del Golfo de México, que
dirige hacia Europa septentrional sus cálidas aguas,
causaría gélidos inviernos en Francia, Irlanda,
Reino Unido y los países escandinavos. Así, un
calentamiento del océano Atlántico, en lugar de
generar un clima más agradable en el norte de Europa,
causaría el efecto contrario. Esto sin considerar otros
efectos en la agricultura y la disponibilidad de corrientes aguas
dulces.

Y tampoco puede ignorarse el desastroso efecto en los
países tropicales, algunos ya afectados por sequías
crónicas, que sufrirían además un aumento de
la desertificación y la destrucción de suelos
fértiles. Además, se vislumbra toda una serie de
inundaciones por fuertes lluvias puntuales, que no serían
represadas por la vegetación, de por sí escasa en
muchos países africanos y asiáticos por la
desaparición paulatina de los bosques, resultado de
prácticas nocivas como la tala, la quema y el uso de
materia vegetal para la calefacción. Lamentablemente, el
poder adquisitivo de estos países tropicales es tan bajo
que no se podrían dar el lujo de utilizar combustibles
fósiles, pero aún si los utilizaran siempre se
produciría dióxido de carbono por la
combustión, lo cual empeoraría el efecto
invernadero de todos modos.

CAPÍTULO I

Cambio
climático

 El término "Cambio
climático"
puede referirse a la modificación
del clima con respecto al historial climático a una escala
global o regional, pero ya que el clima de la Tierra nunca es
estático. Tales cambios se producen a muy diversas escalas
de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos:
temperatura, precipitaciones, nubosidad, etcétera. Son
debidos a causas naturales y, en los últimos siglos se
sospecha que también a la acción de la
humanidad.

Se utiliza más propiamente para referirse a un cambio
significativo de una condición climática a
otra.

El término suele usarse, de forma poco apropiada, para
hacer referencia tan solo a los cambios climáticos que
suceden en el presente, utilizándolo como sinónimo
de calentamiento global. La Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el
término cambio climático sólo para
referirse al cambio por causas humanas:

Por 'cambio climático' se entiende un cambio de clima
atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que
altera la composición de la atmósfera mundial y que
se suma a la variabilidad natural del clima observada durante
períodos de tiempo comparables

Artículo 1, párrafo 2

Al ser producido constantemente por causas naturales lo
denomina variabilidad natural del clima. En algunos casos,
para referirse al cambio de origen humano se usa también
la expresión cambio climático
antropogénico
.

Además del calentamiento global, el cambio
climático implica cambios en otras variables como las
lluvias globales y sus patrones, la cobertura de nubes y todos
los demás elementos del sistema atmosférico. La
complejidad del problema y sus múltiples interacciones
hacen que la única manera de evaluar estos cambios sea
mediante el uso de modelos computacionales que intentan simular
la física de la atmósfera y de los océanos y
que tienen una precisión muy limitada debido al
desconocimiento actual del funcionamiento de la
atmósfera

CAPÍTULO II

Causas de los cambios
climáticos

A una escala de tiempo dada, el clima es un promedio del
tiempo atmosférico. Sobre el clima influyen muchos
fenómenos; constantemente, cambios en estos
fenómenos provocan cambios climáticos. Un cambio en
la emisión del Sol, en la composición de la
atmósfera, en la disposición de los continentes, en
las corrientes marinas o en la órbita de la Tierra puede
modificar la distribución de energía y el balance
radiactivo terrestre, alterando así profundamente el clima
planetario.

Estas influencias se pueden clasificar en externas e internas
a la Tierra.

Las externas también reciben el nombre de
forzamientos dado que normalmente actúan de forma
sistemática sobre el clima, aunque también los hay
aleatorios como es el caso de los impactos de meteoritos. La
influencia humana sobre el clima en muchos casos se considera
forzamiento externo ya que su influencia es más
sistemática que caótica pero también es
cierto que el Homo sapiens pertenece a la propia biosfera
terrestre pudiéndose considerar también como
forzamientos internos según el criterio que se use.

En las causas internas se encuentran una mayoría de
factores no sistemáticos o caóticos. Es en este
grupo donde se encuentran los factores amplificadores y
moderadores que actúan en respuesta a los cambios
introduciendo una variable más al problema ya que no solo
hay que tener en cuenta los factores que actúan sino
también las respuestas que dichas modificaciones pueden
conllevar. Por todo eso al clima se le considera un sistema
complejo. Según qué tipo de factores dominen la
variación del clima será sistemática o
caótica. En esto depende mucho la escala de tiempo en la
que se observe la variación ya que pueden quedar patrones
regulares de baja frecuencia ocultos en variaciones
caóticas de alta frecuencia y
viceversa.

1.     VARIACIONES
SOLARES

La temperatura media de la Tierra depende, en gran medida, del
flujo de radiación solar que recibe. Sin embargo, debido a
que ese aporte de energía apenas varía en el
tiempo, no se considera que sea una contribución
importante para la variabilidad climática. Esto sucede
porque el Sol es una estrella de tipo G en fase de secuencia
principal, resultando muy estable. El flujo de radiación
es, además, el motor de los fenómenos
atmosféricos ya que aporta la energía necesaria a
la atmósfera para que éstos se produzcan.

Por otro lado, a largo plazo las variaciones se hacen
apreciables ya que el Sol aumenta su luminosidad a razón
de un 10 % cada 1.000 millones de años. Debido a este
fenómeno, en la Tierra primitiva que sustentó el
nacimiento de la vida, hace 3.800 millones de años, el
brillo del Sol era un 70 % del actual.

Las variaciones en el campo magnético solar y, por
tanto, en las emisiones de viento solar, también son
importantes, ya que la interacción de la alta
atmósfera terrestre con las partículas provenientes
del Sol puede generar reacciones químicas en un sentido u
otro, modificando la composición del aire y de las nubes
así como la formación de
éstas.

2.     VARIACIONES
ORBITALES

Si bien la luminosidad solar se mantiene prácticamente
constante a lo largo de millones de años, no ocurre lo
mismo con la órbita terrestre. ésta oscila
periódicamente, haciendo que la cantidad media de
radiación que recibe cada hemisferio fluctúe a lo
largo del tiempo, y estas variaciones provocan las pulsaciones
glaciares a modo de veranos e inviernos de largo período.
Son los llamados períodos glaciales e interglaciares. Hay
tres factores que contribuyen a modificar las
características orbitales haciendo que la
insolación media en uno y otro hemisferio varíe
aunque no lo haga el flujo de radiación global. Se trata
de la precesión de los equinoccios, la excentricidad
orbital y la oblicuidad de la órbita o inclinación
del eje terrestre.

3.     IMPACTOS
DE METEORITOS

En raras ocasiones ocurren eventos de tipo catastrófico
que cambian la faz de la Tierra para siempre. El último de
tales acontecimientos catastróficos sucedió hace 65
millones de años. Se trata de los impactos de meteoritos
de gran tamaño. Es indudable que tales fenómenos
pueden provocar un efecto devastador sobre el clima al liberar
grandes cantidades de CO2, polvo y cenizas a la
atmósfera debido a la quema de grandes extensiones
boscosas. De la misma forma, tales sucesos podrían
intensificar la actividad volcánica en ciertas regiones.
En el suceso de Chichulub (en Yucatán, México) hay
quien relaciona el período de fuertes erupciones en
volcanes de la India con el hecho de que este continente se
sitúe cerca de las antípodas del cráter de
impacto. Tras un impacto suficientemente poderoso la
atmósfera cambiaría rápidamente, al igual
que la actividad geológica del planeta e, incluso, sus
características orbitales.

4.     INFLUENCIAS
INTERNAS

a.     LA DERIVADA
CONTINENTAL

La Tierra ha sufrido muchos cambios desde su origen hace 4.600
millones de años. Hace 225 millones todos los continentes
estaban unidos, formando lo que se conoce como Pangea, y
había un océano universal llamado Panthalassa. Esta
disposición favoreció el aumento de las corrientes
oceánicas y provocó que la diferencia de
temperatura entre el Ecuador y el Polo fueran muchísimo
menores que en la actualidad. La tectónica de placas ha
separado los continentes y los ha puesto en la situación
actual. El Océano Atlántico se ha ido formando
desde hace 200 millones de años.

La deriva continental es un proceso sumamente lento, por lo
que la posición de los continentes fija el comportamiento
del clima durante millones de años. Hay dos aspectos a
tener en cuenta. Por una parte, las latitudes en las que se
concentra la masa continental: si las masas continentales
están situadas en latitudes bajas habrá pocos
glaciares continentales y, en general, temperaturas medias menos
extremas. Así mismo, si los continentes se hallan muy
fragmentados habrá menos
continentalidad.

b.    LA
COMPOSICIÓN ATMOSFéRICA

La atmósfera primitiva, cuya composición era
parecida a la nebulosa inicial, perdió sus componentes
más ligeros, el hidrógeno diatómico (H2) y
el helio (He), para ser sustituidos por gases procedentes de las
emisiones volcánicas del planeta u sus derivados,
especialmente dióxido de carbono (CO2), dando lugar a una
atmósfera de segunda generación. En dicha
atmósfera son importantes los efectos de los gases de
invernadero emitidos de forma natural en volcanes. Por otro lado,
la cantidad de óxidos de azufre y otros aerosoles emitidos
por los volcanes contribuyen a lo contrario, a enfriar la Tierra.
Del equilibrio entre ambos efectos resulta un balance radiactivo
determinado.

Con la aparición de la vida en la Tierra se sumó
como agente incidente el total de organismos vivos, la biosfera.
Inicialmente, los organismos autótrofos por
fotosíntesis o quimiosíntesis capturaron gran parte
del abundante CO2 de la atmósfera primitiva, a la vez que
empezaba acumularse oxígeno (a partir del proceso
abiótico de la fotólisis del agua). La
aparición de la fotosíntesis oxigénica, que
realizan las cianobacterias y sus descendientes los plastos, dio
lugar a una presencia masiva de oxígeno (O2) como la que
caracteriza la atmósfera actual, y aun superior. Esta
modificación de la composición de la
atmósfera propició la aparición de formas de
vida nuevas, aeróbicas que se aprovechaban de la nueva
composición del aire. Aumentó así el consumo
de oxígeno y disminuyó el consumo neto de CO2
llegándose al equilibrio o clímax, y
formándose así la atmósfera de tercera
generación actual. Este delicado equilibrio entre lo que
se emite y lo que se absorbe se hace evidente en el ciclo del
CO2, la presencia del cual fluctúa a lo largo del
año según las estaciones de crecimiento de las
plantas.

c.     LA CORRIENTE
OCEÁNICA

Las corrientes oceánicas, o marinas, son un factor
regulador del clima que actúa como moderador, suavizando
las temperaturas de regiones como Europa. El ejemplo más
claro es la corriente termohalina que, ayudada por la diferencia
de temperaturas y de salinidad, se hunde en el Atlántico
Norte.

d.    EL CAMPO MAGNéTICO
TERRESTRES

De la misma forma que el viento solar puede afectar al clima
de forma directa, las variaciones en el campo magnético
terrestre pueden afectarlo de manera indirecta ya que,
según su estado, detiene o no las partículas
emitidas por el Sol. Se ha comprobado que en épocas
pasadas hubo inversiones de polaridad y grandes variaciones en su
intensidad, llegando a estar casi anulado en algunos momentos. Se
sabe también que los polos magnéticos, si bien
tienden a encontrarse próximos a los polos
geográficos, en algunas ocasiones se han aproximado al
Ecuador. Estos sucesos tuvieron que influir en la manera en la
que el viento solar llegaba a la atmósfera
terrestre.

e.     LOS EFECTOS
ANTROPOGéNICOS

El ser humano es hoy uno de los agentes climáticos de
importancia, incorporándose a la lista hace relativamente
poco tiempo. Su influencia comenzó con la
deforestación de bosques para convertirlos en tierras de
cultivo y pastoreo, pero en la actualidad su influencia es mucho
mayor al producir la emisión abundante de gases que
producen un efecto invernadero: CO2 en fábricas y medios
de transporte y metano en granjas de ganadería intensiva y
arrozales. Actualmente tanto las emisiones de gases como la
deforestación se han incrementado hasta tal nivel que
parece difícil que se reduzcan a corto y medio plazo, por
las implicaciones técnicas y económicas de las
actividades involucradas.

Según el ministerio ambiental español, las
reducciones de la intensidad energética en los
vehículos ligeros, que ofrecerían períodos
de amortización a los usuarios de tres a cuatro
años mediante el ahorro de combustible, pueden disminuir
las emisiones específicas entre un 10% y 25% para el
año 2020. Además, si se utiliza diesel, gas natural
o propano en lugar de gasolina, técnicamente se pueden
reducir las emisiones entre un 10% y 30%, que alcanzarían
el 80% si los combustibles proceden de fuentes renovables.
Así mismo, el control de las fugas de refrigerante puede
añadir otro 10% de reducción. La aplicación
de medidas fiscales sobre los combustibles, principalmente en
países con bajos precios, podría reducir las
emisiones del transporte por carretera en un 25%; aunque esta
medida tendría implicaciones económicas indirectas
en otros sectores.

f.     
RETROALIENTACIÓN Y FACTORES MODELADORES

Muchos de los cambios climáticos importantes se dan por
pequeños desencadenantes causados por los factores que se
han citado, ya sean forzamientos sistemáticos o sucesos
imprevistos. Dichos desencadenantes pueden formar un mecanismo
que se refuerza a sí mismo (retroalimentación o
"feedback positivo") amplificando el efecto. Asimismo, la
Tierra puede responder con mecanismos moderadores ("feedbacks
negativos
") o con los dos fenómenos a la vez. Del
balance de todos los efectos saldrá algún tipo de
cambio más o menos brusco pero siempre impredecible a
largo plazo, ya que el sistema climático es un sistema
caótico y complejo.

Un ejemplo de feedback positivo es el efecto albedo, un
aumento de la masa helada que incrementa la reflexión de
la radiación directa y, por consiguiente, amplifica el
enfriamiento. También puede actuar a la inversa,
amplificando el calentamiento cuando hay una desaparición
de masa helada. También es una retroalimentación la
fusión de los casquetes polares, ya que crean un efecto de
estancamiento por el cual las corrientes oceánicas no
pueden cruzar esa región. En el momento en que empieza a
abrirse el paso a las corrientes se contribuye a homogeneizar las
temperaturas y favorece la fusión completa de todo el
casquete y a suavizar las temperaturas polares, llevando el
planeta a un mayor calentamiento al reducir el albedo.

La Tierra ha tenido períodos cálidos sin
casquetes polares y recientemente se ha visto que hay una laguna
en el Polo Norte durante el verano boreal, por lo que los
científicos noruegos predicen que en 50 años el
Ártico será navegable en esa estación. Un
planeta sin casquetes polares permite una mejor
circulación de las corrientes marinas, sobre todo en el
hemisferio norte, y disminuye la diferencia de temperatura entre
el ecuador y los Polos.

También hay factores moderadores del cambio. Uno es el
efecto de la biosfera y, más concretamente, de los
organismos fotosintéticos (fitoplancton, algas y plantas)
sobre el aumento del dióxido de carbono en la
atmósfera. Se estima que el incremento de dicho gas
conllevará un aumento en el crecimiento de los organismos
que hagan uso de él, fenómeno que se ha comprobado
experimentalmente en laboratorio. Los científicos creen,
sin embargo, que los organismos serán capaces de absorber
sólo una parte y que el aumento global de CO2
proseguirá.

Hay también mecanismos retroalimentadores para los
cuales es difícil aclarar en que sentido actuarán.
Es el caso de las nubes. Actualmente se ha llegado a la
conclusión, mediante observaciones desde el espacio, que
el efecto total que producen las nubes es de enfriamiento.[1]
Pero este estudio solo se refiere a las nubes actuales. El efecto
neto futuro y pasado es difícil de saber ya que depende de
la composición y formación de las nubes.

CAPÍTULO III

Cambio climático
en el pasado y en la actualidad

CAMBIOS CLIMÁTICOS EN EL PASADO

Los estudios del clima pasado (paleoclima) se realizan
estudiando los registros fósiles, las acumulaciones de
sedimentos en los lechos marinos, las burbujas de aire capturadas
en los glaciares, las marcas erosivas en las rocas y las marcas
de crecimiento de los árboles. Con base en todos estos
datos se ha podido confeccionar una historia climática
reciente relativamente precisa, y una historia climática
prehistórica con no tan buena precisión. A medida
que se retrocede en el tiempo los datos se reducen y llegado un
punto la climatología se sirve solo de modelos de
predicción futura y pasada.

LA PARADOJA DEL SOL DéBIL

A partir de los modelos de evolución estelar se puede
calcular con relativa precisión la variación del
brillo solar a largo plazo, por lo cual se sabe que, en los
primeros momentos de la existencia de la Tierra, el Sol
emitía el 70% de la energía actual y la temperatura
de equilibrio era de -41 ºC. Sin embargo, hay constancia de
la existencia de océanos y de vida desde hace 3.800
millones de años, por lo que la paradoja del Sol
débil sólo puede explicarse por una
atmósfera con mucha mayor concentración de CO2 que
la actual y con un efecto invernadero más grande.

·         EL
EFECTO INVERNADERO EN EL PASADO

La concentración en el pasado de CO2 y otros
importantes gases invernadero como el metano se ha podido medir a
partir de las burbujas atrapadas en el hielo y en muestras de
sedimentos marinos observando que ha fluctuado a lo largo de las
eras. Se desconocen las causas exactas por las cuales se
producirían estas disminuciones y aumentos aunque hay
varias hipótesis en estudio. El balance es complejo ya que
si bien se conocen los fenómenos que capturan
CO2 y los que lo emiten la interacción entre
éstos y el balance final es difícilmente
calculable.

Se conocen bastantes casos en los que el CO2 ha
jugado un papel importante en la historia del clima. Por ejemplo
en el proterozoico una bajada importante en los niveles de CO2
atmosférico condujo a los llamados episodios Tierra bola
de nieve. Así mismo aumentos importantes en el
CO2 condujeron en el periodo de la extinción
masiva del Pérmico-Triásico a un calentamiento
excesivo del agua marina lo que llevó a la emisión
del metano atrapado en los depósitos de hidratos de metano
que se hallan en los fondos marinos lo que aceleró el
proceso de calentamiento hasta el límite y condujo a la
Tierra a la peor extinción en masa que ha padecido.

EL CO2 COMO REGULADOR DEL CLIMA

Durante las últimas décadas las mediciones en
las diferentes estaciones meteorológicas indican que el
planeta se está calentando. Los últimos 10
años han sido los más calurosos desde que se llevan
registros, y los científicos anuncian que en el futuro
serán aún más calientes. La mayoría
de los expertos están de acuerdo que los humanos ejercen
un impacto directo sobre este proceso, generalmente conocido como
el efecto invernadero. A medida que el planeta se calienta, los
casquetes polares se funden.

Dado que la nieve tiene un elevado albedo devuelve al espacio
la mayor parte de radiación que incide sobre ella. La
disminución de dichos casquetes también
afectará, pues, al albedo terrestre, lo que hará
que la Tierra se caliente aún más. El calentamiento
global también ocasionará que se evapore más
agua de los océanos. El vapor de agua actúa como el
mejor "gas invernadero", al menos en el muy corto plazo.
Así pues, habrá un mayor calentamiento. Esto
produce lo que se llama efecto amplificador. De la misma
forma, un aumento de la nubosidad debido a una mayor
evaporación contribuirá a un aumento del albedo. La
fusión de los hielos puede cortar también las
corrientes marinas del atlantico norte provocando una bajada
local de las temperaturas medias en esa región. El
problema es de difícil predicción ya que, como se
ve, hay retroalimentaciones positivas y negativas.

Naturalmente, hay efectos compensadores. El CO2
juega un importante papel en el efecto invernadero: si la
temperatura es alta, se favorece su intercambio con los
océanos para formar carbonatos. Entonces el efecto
invernadero decae y la temperatura también. Si la
temperatura es baja, el CO2 se acumula porque no se
favorece su extracción con lo que aumenta la temperatura.
Así pues el CO2 desempeña también
un papel regulador.

CAMBIO CLIMÁTICO ACTUAL

Combustibles fósiles y calentamiento global

A finales del siglo XVII el hombre empezó a utilizar
combustibles fósiles que la tierra había acumulado
en el subsuelo durante su historia geológica. La quema de
petróleo, carbón y gas natural ha causado un
aumento del CO2 en la atmósfera que últimamente es
de 1,4 ppm al año y produce el consiguiente aumento de la
temperatura. Se estima que desde que el hombre mide la
temperatura hace unos 150 años (siempre dentro de la
época industrial) ésta ha aumentado 0,5 ºC y
se prevé un aumento de 1 ºC en el 2020 y de 2ºC
en el 2050.

Además del dióxido de carbono (CO2), existen
otros gases de efecto invernadero responsables del calentamiento
global , tales como el gas metano (CH4) óxido nitroso
(N2O), Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y
Hexafluoruro de azufre (SF6), los cuales están
contemplados en el Protocolo de Kyoto.

A principios del siglo XXI el calentamiento global parece
irrefutable, a pesar de que las estaciones meteorológicas
en las grandes ciudades han pasado de estar en la periferia de la
ciudad, al centro de ésta y el efecto de isla urbana
también ha influido en el aumento observado. Los
últimos años del siglo XX se caracterizaron por
poseer temperaturas medias que son siempre las más altas
del siglo.

EL MÍNIMO DE MAUNDER

Desde que en 1610 Galileo inventara el telescopio, el Sol y
sus manchas han sido observados con asiduidad. No fue sino hasta
1851 que el astrónomo Heinrich Schwabe observó que
la actividad solar variaba según un ciclo de once
años, con máximos y mínimos. El
astrónomo solar Edward Maunder se percató que desde
1645 a 1715 el Sol interrumpe el ciclo de once años y
aparece una época donde casi no aparecen manchas,
denominado mínimo de Maunder. El Sol y las estrellas
suelen pasar un tercio de su vida en estas crisis y durante ellas
la energía que emite es menor y se corresponde con
períodos fríos en el clima terrestre.

Las auroras boreales o las australes causadas por la actividad
solar desaparecen o son raras.

Ha habido 6 mínimos solares similares al de Maunder
desde el mínimo egipcio del 1300 a. C. hasta el
último que es el de Maunder. Pero su aparición es
muy irregular, con lapsos de sólo 180 años, hasta
1100 años, entre mínimos. Por término medio
los periodos de escasa actividad solar duran unos 115 años
y se repiten aproximadamente cada 600. Actualmente estamos en el
Máximo Moderno que empezó en 1780 cuando vuelve a
reaparecer el ciclo de 11 años. Un mínimo solar
tiene que ocurrir como muy tarde en el 2900 y un nuevo
período glaciar, cuyo ciclo es de unos cien mil
años, puede aparecer hacia el año 44.000, si las
acciones del hombre no lo impiden.

MODELOS CLIMÁTICOS

Los modelos climáticos más recientes dan una
buena simulación de los cambios globales de temperatura en
el siglo XX. Las simulaciones climáticas no atribuyen
inequívocamente el calentamiento que ocurrió desde
1910 hasta 1945 a variaciones naturales o a forzamientos
antropogénicos. Todos los modelos muestran que el
calentamiento habido entre 1975 y 2000 es en gran medida
antropogénico. Estas conclusiones dependen de la exactitud
de los modelos utilizados y de la correcta estimación de
los factores externos.

La mayoría de los científicos están de
acuerdo en que hay procesos climáticos importantes que
están incorrectamente explicados en los modelos
climáticos, pero no piensan que otros modelos mejores
puedan cambiar la conclusión sobre el origen del
calentamiento global actual (fuente IPCC).

Los críticos puntualizan que hay defectos y factores
externos no especificados que no se han tenido en
consideración, y que podrían cambiar la
conclusión del IPCC. Algunos críticos no
identificados dicen que las simulaciones climáticas son
incapaces de acomodar los mecanismos de autorregulación
del vapor de agua ni de manejar nubes. Algunos efectos solares
indirectos pueden ser muy importantes y no han sido explicados
por los modelos (fuente The Skeptical Environmentalist.

El IPCC en Climate Change 2001: The Scientific Basis.
Cambridge, UK: Cambridge University Press, 2001, p774: "En la
investigación y la creación de modelos
climáticos, debemos reconocer que nos enfrentamos con un
sistema caótico no lineal, y por lo tanto las predicciones
a largo plazo de los estados climáticos futuros no son
posibles".

CAPÍTULO IV

Calentamiento
global

 El termino "Calentamiento global" se
utiliza habitualmente en dos sentidos:

  1. Es el fenómeno observado en las medidas de la
    temperatura que muestra en promedio un aumento en la
    temperatura de la atmósfera terrestre y de los
    océanos en las últimas décadas.
  2. Es una teoría que predice, a partir de proyecciones
    basadas en simulaciones computacionales, un crecimiento futuro
    de las temperaturas.

Calentamiento global y efecto invernadero no son
sinónimos. El efecto invernadero acrecentado por la
contaminación puede ser, según algunas
teorías, la causa del calentamiento global observado.

La temperatura del planeta ha venido elevándose desde
mediados del siglo XIX, cuando se puso fin a la etapa conocida
como la pequeña edad de hielo.

Cualquier tipo de cambio climático además
implica cambios en otras variables. La complejidad del problema y
sus múltiples interacciones hacen que la única
manera de evaluar estos cambios sea mediante el uso de modelos
computacionales que intentan simular la física de la
atmósfera y del océano y que tienen una
precisión limitada debido al desconocimiento del
funcionamiento de la atmósfera.

La teoría antropogénica predice que el
calentamiento global continuará si lo hacen las emisiones
de gases de efecto invernadero (GEI). El cuerpo de la ONU
encargado del análisis de los datos científicos es
el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC,
Inter-Governmental Panel on Climate Change).

El IPCC indica que "[…] La mayoría de los aumentos
observados en las temperaturas medias del globo desde la mitad
del siglo XX son muy probablemente debidos al aumento observado
en las concentraciones de GEI antropogénicas.
".
[]Sin embargo, existen algunas discrepancias al
respecto de que el dióxido de carbono sea el gas de efecto
invernadero que más influye en el Calentamiento Global de
origen antropogénico.

El Protocolo de Kyoto, acuerdo promovido por el IPCC, promueve
una reducción de emisiones contaminantes (principalmente
CO2). El protocolo ha sido tachado en ciertas ocasiones de
injusto, ya que el incremento de las emisiones tradicionalmente
está asociado al desarrollo económico, con lo que
las naciones a las que más afectaría el
cumplimiento de este protocolo podrían ser aquellas zonas
menos desarrolladas.

El período sobre el que se discute la evolución
de la temperatura varía, a menudo, indebidamente,
según la tesis que se quiere defender. En ocasiones desde
la Revolución Industrial, otras desde el comienzo de un
registro histórico global de temperatura alrededor de
1860; o sobre el siglo XX, o los 50 años más
recientes.

HISTORIA DEL CALENTAMIENTO GLOBAL

El primero en manifestar un interés por la materia fue
Arrhenius, quien en 1903 publicó []Tratado de
física del Cosmos
que trataba por primera vez de la
posibilidad de que la quema de combustibles fósiles
incrementara la temperatura media de la Tierra. Entre otras cosas
calculaba que se encestarían 3000 años de
combustión de combustibles para que se alterara el clima
del planeta, bajo la suposición que los océanos
captarían todo el CO2 (Actualmente se sabe que
los océanos han absorbido un 48% del CO2
antropogénico desde 1800). Arrhenius estimó el
incremento de la temperatura del planeta cuando se doblara la
concentración de dióxido de carbono de la
atmósfera. Fijaba un incremento de 5 ºC y
otorgaba una valoración positiva a este incremento de
temperatura porque imaginaba que aumentaría la superficie
cultivable y que los países más septentrionales
serían más productivos.

En las décadas siguientes las teorías de
Arrhenius fueron poco valoradas, pues se creía que el
CO2 no influía en la temperatura del planeta y
el efecto invernadero se atribuía exclusivamente al vapor
de agua. El 19 de mayo de 1937, 35 años después de
que Arrhenius publicara su teoría, Callendar
(tecnólogo especialista en vapor) publicó La
producción artificial de dióxido de carbono y su
influencia en la temperatura,
[
]tratado que corregía algunas estimaciones
realizadas por Arrhenius, como la capacidad de los océanos
para absorber CO2. Callendar estimaba en
0,003 ºC el incremento de temperatura por año
(actualmente se estima que en la segunda mitad del siglo XX se ha
producido un incremento de 0.005 ºC por
año).

En los años 1940 se desarrolló la
espectrofotometría de infrarrojos, que ha permitido
conocer que el CO2 absorbe la luz de manera distinta al vapor de
agua, incrementando notablemente el efecto invernadero. Todo esto
fue resumido por Gilbert Plass en el año 1955.

Pese a los estudios teóricos, no existían
aún evidencias científicas del cambio
climático. La primera evidencia científica
apareció en 1958 cuando Charles Keeling empezó a
representar el comportamiento del CO2 atmosférico. Usaba
datos de una estación en Mauna Loa y otra en la
Antártica. Un poco antes, la Organización
Meteorológica Mundial ya había iniciado diversos
planos de seguimiento, que tenían como objetivo, entre
otras cosas, de calcular los niveles de CO2 en la troposfera.

En 1974, aceptadas ya las hipótesis científicas,
la OMM decidió crear un equipo de expertos sobre el cambio
climático. Así en 1985 tuvo lugar la conferencia de
Villach (Austria), donde las Naciones Unidas y el Consejo
Internacional para el Medio Ambiente concluyeron que para finales
del siglo XXI se podría producir un aumento en las
temperaturas de entre 1,5 y 4,5 ºC y un ascenso del nivel
del mar entre 20 y 140 cm.

El revuelo social que produjeron todos estos estudios
facilitó que en 1988 se fundara el Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
(IPCC), que en 1990, concluyo después de su primera
reunión que de seguir con el ritmo actual de emisiones de
gases de efecto invernadero, cabría esperar un aumento de
0,3 ºC por decenio durante el próximo siglo (mayor
que el producido durante los últimos 10.000 años).
En 1992 se celebró en Río de Janeiro la Conferencia
de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,
también conocida como la Cumbre de la Tierra, donde mas de
150 países acudieron y se logró aprobar la
Convención Marco sobre el Cambio Climático para
tratar de estabilizar las emisiones de gases de efecto
invernadero a un nivel aceptable.

En 1997 se comenzó a redactar el protocolo de Kyoto
sobre el cambio climático cuyo objetivo era reducir las
emisiones de los principales gases de efecto invernadero:
dióxido de carbono, metano, óxido nitroso,
hexafluoruro de azufre, hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos.
Se justificó no incluir el vapor de agua entre los gases
de efecto invernadero considerados. Su redacción
finalizó en 1998 aunque no entró en vigor hasta
noviembre de 2004 cuando fue ratificado por Rusia.

Tras el tercer informe del IPCC,[] se consideró la
necesidad de un nuevo protocolo mas severo y con la
ratificación de más países a parte del G77.
Por esta razón, en 2005 se reunieron en Montreal todos los
países que hasta el momento habían ratificado el
protocolo de Kyoto y otros países responsables de la
mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero,
incluyendo Estados Unidos, China e India. La negociación
en Montreal proveía la redacción de unas bases para
la futura negociación de un nuevo protocolo que
entraría en vigor en 2012, fecha de caducidad del actual
protocolo. Durante la reunión, varios países
pusieron objeciones y retrasaron el pre-acuerdo (es el caso de
Estados Unidos o Rusia) pero después de retrasar algunos
días el final de la negociación se llegó a
un pre-acuerdo.

En Bali entre el 3 y el 13 de diciembre de 2007 se reanudaron
las negociaciones y aunque no se fijaron límites para los
gases de efecto invernadero, se alcanzó un acuerdo que,
entre otras cosas, incentivaba la distribución de
energías renovables entre los países en vías
de desarrollo para que estos no basaran su crecimiento
económico en la quema de combustibles fósiles.

REGISTROS DE TEMPERATURA

El período sobre el que se discute la evolución
de la temperatura varía, a menudo, indebidamente,
según la tesis que se quiere defender. En ocasiones desde
la Revolución Industrial, otras desde el comienzo de un
registro histórico global de temperatura alrededor de
1860; o sobre el siglo XX, o los 50 años más
recientes.

La década más calurosa del pasado siglo XX fue,
con diferencia, la de los años 90. Los que niegan que haya
calentamiento encuentran culpable que muchos gráficos
empleados para mostrar el calentamiento empiecen en 1970, cuando
comienza a subir de nuevo la temperatura después de 36
años de un ligero descenso. Señalan que durante los
años posteriores a la Segunda Guerra Mundial se
incrementó mucho la emisión de los gases de efecto
invernadero, y afirman, falsamente,que en la época
predominó entre los especialistas la alarma por un posible
oscurecimiento global o enfriamiento global a finales del siglo
XX. La interpretación actual, dentro del emergente
consenso científico sobre el cambio climático, del
enfriamiento relativo de mediados de siglo, lo atribuye al
aumento en las emisiones de aerosoles claros, que amplifican el
albedo, determinando un forzamiento negativo. Su reducción
siguió a la sustitución de combustibles y
tecnologías por otros que emiten menos de estos aerosoles,
en parte por las medidas de lucha contra la contaminación
urbana e industrial y la lluvia ácida en los países
desarrollados, de manera que el aumento en la emisión
global de aerosoles se ha frenado.

En los últimos 20.000 años el suceso más
importante es el final de la Edad de Hielo, hace aproximadamente
12.000 años. Desde entonces, la temperatura ha permanecido
relativamente estable, aunque con varias fluctuaciones como, por
ejemplo, el Período de Enfriamiento Medieval o
Pequeña Edad del Hielo. Según el IPCC, durante el
siglo XX la temperatura promedio de la atmósfera se
incrementó entre 0,4 y 0,8 ºC.

Las temperaturas en la troposfera inferior se han incrementado
entre 0,08 y 0,22 ºC por decenio desde 1979.. El aumento de
la temperatura no sigue una ley lineal, sino que presenta
fluctuaciones debidas a la variabilidad natural, siendo la
más notable de ellas el fenómeno de El Niño.
Durante el mismo periodo las temperaturas en la superficie
terrestre muestran un incremento de aproximadamente 0,15 ºC
por decenio.

CALENTAMIENTO GLOBAL EN EL PASADO

Los geólogos creen que la Tierra experimentó un
calentamiento global durante el Jurásico inferior con
elevaciones medias de temperatura que llegaron a 5 ºC.
Ciertas investigaciones[][] indican que esto fue
la causa de que se acelerase la erosión de las rocas hasta
en un 400%, un proceso en el que tardaron 150.000 años en
volver los valores de dióxido de carbono a niveles
normales. Posteriormente se produjo también otro episodio
de calentamiento global conocido como Máximo termal del
Paleoceno-Eoceno.[]

CAPÍTULO V

Teoría de causas
del calentamiento global

Muchas de las teorías del calentamiento global son
motivo de controversia, principalmente por sus repercusiones
económicas. Existe un debate social y político
sobre la cuestión, en tanto que la comunidad
científica internacional ha llegado a un consenso
científico suficiente para exigir una acción
internacional concertada para aminorar sus efectos.

Los defensores de la teoría del calentamiento global
por causas antropogénicas expresan una amplia gama de
opiniones, aunque la posición mayoritaria es la defendida
por el IPCC, que culpa a la actividad industrial y pide la
disminución de emisiones de gases de efecto
invernadero.[] Algunos científicos
simplemente reconocen como datos observables los incrementos de
temperatura.

Otros apoyan medidas como el Protocolo de Kyoto sobre el
cambio climático, que intentan tener cierto efecto sobre
el clima futuro y llevar a cabo otras medidas posteriormente.
Estos piensan que el daño medioambiental tendrá un
impacto tan serio que deben darse pasos inmediatamente para
reducir las emisiones de CO2, a pesar de los costos
económicos para las naciones. Por ejemplo Estados Unidos,
que produce mayores emisiones de gases de efecto invernadero que
cualquier otro país, en términos absolutos, y es el
segundo mayor emisor per cápita después de
Australia.

Los economistas también han alertado de los efectos
desastrosos que tendrá el cambio climático sobre la
economía mundial con reducciones de hasta un 20% en el
crecimiento, cuando las medidas para evitarlo no
sobrepasarían el 1%.[]
[]

También existen autores escépticos, como
Björn Lomborg, que ponen en duda el calentamiento global,
basándose en los mismos datos usados por los defensores
del calentamiento global. La revista Scientific American (enero
de 2002), dedicó un numero especial para refutar el libro
de Björn Lomborg, donde los autores de los reportes citados
por el autor, le acusan de falsearlos o malinterpretarlos.

Algunos científicos defienden que no están
demostradas las teorías que predicen el incremento futuro
de las temperaturas, argumentando que las diferencias del
índice de calentamiento en el próximo siglo entre
los diferentes modelos informáticos es más del 400%
(a pesar de que en esta horquilla de variación siempre se
recogen aumentos significativos). Estos científicos han
sido acusados de estar financiados por consorcios
petroleros[] o presionados por sus fuentes de
financiación públicas como el gobierno de los EE.
UU.

1.     TEORIA DE LOS CAMBIOS DE
TEMPERATURA

El clima varía por procesos naturales tanto internos
como externos. Entre los primeros destacan las emisiones
volcánicas, y otras fuentes de gases de efecto invernadero
(como por ejemplo el metano emitido en las granjas animales).
Entre los segundos pueden citarse los cambios en la órbita
de la Tierra alrededor del Sol (Teoría de Milankovitch) y
la propia actividad solar.

Los especialistas en climatología aceptan que la Tierra
se ha calentado recientemente (El IPCC cita un incremento de 0.6
± 0.2 °C en el siglo XX). Más
controvertida es la posible explicación de lo que puede
haber causado este cambio. Tampoco nadie discute que la
concentración de gases invernadero ha aumentado y que la
causa de este aumento es probablemente la actividad industrial
durante los últimos 200 años.

También existen diferencias llamativas entre las
mediciones realizadas en las estaciones meteorológicas
situadas en tierra (con registros en raras ocasiones comenzados
desde finales del siglo XIX y en menos ocasiones todavía
de una forma continuada) y las medidas de temperaturas realizadas
con satélites desde el espacio (todas comenzadas a partir
de la segunda mitad del siglo XX). Estas diferencias se han
achacado a los modelos utilizados en las predicciones del aumento
de temperatura existente en el entorno de las propias estaciones
meteorológicas debido al desarrollo urbano (el efecto
llamado Isla de calor). Dependiendo del aumento predicho por
estos modelos las temperaturas observadas por estas estaciones
serán mayores o menores (en muchas ocasiones incluso
prediciendo disminuciones de las temperaturas).

TEORIA DE LOS GASES INVERNADEROS

La hipótesis de que los incrementos o descensos en
concentraciones de gases de efecto invernadero pueden dar lugar a
una temperatura global mayor o menor fue postulada extensamente
por primera vez a finales del s. XIX por Svante Arrhenius, como
un intento de explicar las eras glaciales. Sus coetáneos
rechazaron radicalmente su teoría.

La teoría de que las emisiones de gases de efecto
invernadero están contribuyendo al calentamiento de la
atmósfera terrestre ha ganado muchos adeptos y algunos
oponentes en la comunidad científica durante el
último cuarto de siglo. El IPCC, que se fundó para
evaluar los riesgos de los cambios climáticos inducidos
por los seres humanos, atribuye la mayor parte del calentamiento
reciente a las actividades humanas. La Academia Nacional de
Ciencias de Estados Unidos (National Academy of Sciences,
NAC) también respaldó esa teoría. El
físico atmosférico Richard Lindzen y otros
escépticos se oponen a aspectos parciales de la
teoría.

Hay muchos aspectos sutiles en esta cuestión. Los
científicos atmosféricos saben que el hecho de
añadir dióxido de carbono CO2 a la
atmósfera, sin efectuar otros cambios, tenderá a
hacer más cálida la superficie del planeta. Pero
hay una cantidad importante de vapor de agua (humedad, nubes) en
la atmósfera terrestre, y el agua es un gas de efecto
invernadero. Si la adición de CO2 a la
atmósfera aumenta levemente la temperatura, se espera que
más vapor de agua se evapore desde la superficie de los
océanos. El vapor de agua así liberado a la
atmósfera aumenta a su vez el efecto invernadero (El vapor
de agua es un gas de invernadero más eficiente que el
CO2. A este proceso se le conoce como la
retroalimentación del vapor de agua (water vapor
feedback
en inglés). Es esta retroalimentación
la causante de la mayor parte del calentamiento que los modelos
de la atmósfera predicen que ocurrirá durante las
próximas décadas. La cantidad de vapor de agua
así como su distribución vertical son claves en el
cálculo de esta retroalimentación. Los procesos que
controlan la cantidad de vapor en la atmósfera son
complejos de modelar y aquí radica gran parte de la
incertidumbre sobre el calentamiento global.

El papel de las nubes es también crítico. Las
nubes tienen efectos contradictorios en el clima. Cualquier
persona ha notado que la temperatura cae cuando pasa una nube en
un día soleado de verano, que de otro modo sería
más caluroso. Es decir: las nubes enfrían la
superficie reflejando la luz del Sol de nuevo al espacio. Pero
también se sabe que las noches claras de invierno tienden
a ser más frías que las noches con el cielo
cubierto. Esto se debe a que las nubes también devuelven
algo de calor a la superficie de la Tierra. Si el CO2
cambia la cantidad y distribución de las nubes
podría tener efectos complejos y variados en el clima y
una mayor evaporación de los océanos
contribuiría también a la formación de una
mayor cantidad de nubes.

A la vista de esto, no es correcto imaginar que existe un
debate entre los que "defienden" y los que "se oponen" a la
teoría de que la adición de CO2 a la
atmósfera terrestre dará como resultado que las
temperaturas terrestres promedio serán más altas.
Más bien, el debate se centra sobre lo que serán
los efectos netos de la adición de CO2, y en si
los cambios en vapor de agua, nubes y demás podrán
compensar y anular este efecto de calentamiento. El calentamiento
observado en la Tierra durante los últimos 50 años
parece estar en oposición con la teoría de los
escépticos de que los mecanismos de autorregulación
del clima compensarán el calentamiento debido al
CO2.

Los científicos han estudiado también este tema
con modelos computerizados del clima. Estos modelos se aceptan
por la comunidad científica como válidos solamente
cuando han demostrado poder simular variaciones climáticas
conocidas, como la diferencia entre el verano y el invierno, la
Oscilación del Atlántico Norte o El Niño. Se
ha encontrado universalmente que aquellos modelos
climáticos que pasan estas evaluaciones también
predicen siempre que el efecto neto de la adición de
CO2 será un clima más cálido en
el futuro, incluso teniendo en cuenta todos los cambios en el
contenido de vapor de agua y en las nubes. Sin embargo, la
magnitud de este calentamiento predicho varía según
el modelo, lo cual probablemente refleja las diferencias en el
modo en que los diferentes modelos representan las nubes y los
procesos en que el vapor de agua es redistribuido en la
atmósfera.

Sin embargo, las predicciones obtenidas con estos modelos no
necesariamente tienen que cumplirse en el futuro. Los
escépticos en esta materia responden que las predicciones
contienen exageradas oscilaciones de más de un 400% entre
ellas, que hace que las conclusiones sean inválidas,
contradictorias o absurdas. Los ecólogos responden que los
escépticos no han sido capaces de producir un modelo de
clima que no prediga que las temperaturas se elevarán en
el futuro. Los escépticos discuten la validez de los
modelos teóricos basados en sistemas de ecuaciones
diferenciales, que son sin embargo un recurso común en
todas las áreas de la investigación de problemas
complejos difíciles de reducir a pocas variables, cuya
incertidumbre es alta siempre por la simplificación de la
realidad que el modelo implica y por la componente caótica
de los fenómenos implicados. Los modelos evolucionan
poniendo a prueba su relación con la realidad prediciendo
(retrodiciendo) evoluciones ya acaecidas y, gracias a la
creciente potencia de los ordenadores, aumentando la
resolución espacial y temporal, puesto que trabajan
calculando los cambios que afectan a pequeñas parcelas de
la atmósfera en intervalos de tiempo discretos.

Las industrias que utilizan el carbón como fuente de
energía, los tubos de escape de los automóviles,
las chimeneas de las fábricas y otros subproductos
gaseosos procedentes de la actividad humana contribuyen con cerca
de 22.000 millones de toneladas de dióxido de carbono
(correspondientes a 6.000 millones de toneladas de carbón
puro) y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera
terrestre cada año. La concentración
atmosférica de CO2 se ha incrementado hasta un
31% por encima de los niveles pre-industriales, desde 1750. Esta
concentración es considerablemente más alta que en
cualquier momento de los últimos 420.000 años, el
período del cual han podido obtenerse datos fiables a
partir de núcleos de hielo. Se cree, a raíz de una
evidencia geológica menos directa, que los valores de
CO2 estuvieron a esta altura por última vez
hace 40 millones de años. Alrededor de tres cuartos de las
emisiones antropogénicas de CO2 a la
atmósfera durante los últimos 20 años se
deben al uso de combustibles fósiles. El resto es
predominantemente debido a usos agropecuarios, en especial
deforestación.[]

Los gases de efecto invernadero toman su nombre del hecho de
que no dejan salir al espacio la energía que emite la
Tierra, en forma de radiación infrarroja, cuando se
calienta con la radiación procedente del Sol, que es el
mismo efecto que producen los vidrios de un invernadero de
jardinería. Aunque éstos se calientan
principalmente al evitar el escape de calor por
convección.

El efecto invernadero natural que suaviza el clima de la
Tierra no es cuestión que se incluya en el debate sobre el
calentamiento global. Sin este efecto invernadero natural las
temperaturas caerían aproximadamente 30 ºC. Los
océanos podrían congelarse, y la vida, tal como la
conocemos, sería imposible. Para que este efecto se
produzca, son necesarios estos gases de efecto invernadero, pero
en proporciones adecuadas. Lo que preocupa a los
climatólogos es que una elevación de esa
proporción producirá un aumento de la temperatura
debido al calor atrapado en la baja atmósfera.

Los incrementos de CO2 medidos desde 1958 en Mauna
Loa muestran una concentración que se incrementa a una
tasa de cerca de 1.5 ppm por año. De hecho, resulta
evidente que el incremento es más rápido de lo que
sería un incremento lineal. El 21 de marzo del 2004 se
informó de que la concentración alcanzó 376
ppm (partes por millón). Los registros del Polo Sur
muestran un crecimiento similar al ser el CO2 un gas
que se mezcla de manera homogénea en la
atmósfera.

TEORÍA DE LA VARIACIÓN SOLAR

Se han propuesto varias hipótesis para relacionar las
variaciones de la temperatura terrestre con variaciones de la
actividad solar, que han sido refutadas por los físicos
Terry Sloan y Arnold W. Wolfendale.[] La comunidad
meteorológica ha respondido con escepticismo, en parte,
porque las teorías de esta naturaleza han sufrido idas y
venidas durante el curso del siglo XX.[] Sami
Solanki, director del Instituto Max Planck para la
Investigación del Sistema Solar, en Göttingen
(Alemania), ha dicho:

"El Sol está en su punto álgido de actividad
durante los últimos 60 años, y puede estar ahora
afectando a las temperaturas globales. (…) Las dos cosas: el
Sol más brillante y unos niveles más elevados de
los así llamados "gases de efecto invernadero", han
contribuido al cambio de la temperatura de la Tierra, pero es
imposible decir cuál de los dos tiene una incidencia
mayor."

Willie Soon y Sallie Baliunas del Observatorio de Harvard
correlacionaron recuentos históricos de manchas solares
con variaciones de temperatura. Observaron que cuando ha habido
menos manchas solares, la Tierra se ha enfriado (Ver
Mínimo de Maunder y Pequeña Edad de Hielo) y que
cuando ha habido más manchas solares, la Tierra se ha
calentado, aunque, ya que el número de manchas solares
solamente comenzó a estudiarse a partir de 1700, el enlace
con el período cálido medieval es, como mucho, una
especulación.

Las teorías han defendido normalmente uno de los
siguientes tipos:

  • Los cambios en la radiación solar afectan
    directamente al clima. Esto es considerado en general
    improbable, ya que estas variaciones parecen ser
    pequeñas.
  • Las variaciones en el componente ultravioleta tienen un
    efecto. El componente UV varía más que el
    total.
  • Efectos mediados por cambios en los rayos cósmicos
    (que son afectados por el viento solar, el cual es afectado por
    el flujo solar), tales como cambios en la cobertura de
    nubes.

Aunque pueden encontrarse a menudo correlaciones, el mecanismo
existente tras esas correlaciones es materia de
especulación. Muchas de estas explicaciones especulativas
han salido mal paradas del paso del tiempo, y en un
artículo "Actividad solar y clima terrestre, un
análisis de algunas pretendidas correlaciones" Peter Laut
demuestra que hay inexactitudes en algunas de las más
populares, notablemente en las de Svensmark y Lassen.

En 1991 Knud Lassen, del Instituto Meteorológico de
Dinamarca, en Copenhague, y su colega Eigil Friis-Christensen,
encontraron una importante correlación entre la
duración del ciclo solar y los cambios de temperatura en
el Hemisferio Norte. Inicialmente utilizaron mediciones de
temperaturas y recuentos de manchas solares desde 1861 hasta
1989, pero posteriormente encontraron que los registros del clima
de cuatro siglos atrás apoyaban sus hallazgos. Esta
relación aparentemente explicaba, de modo aproximado, el
80% de los cambios en las mediciones de temperatura durante ese
período. Sallie Baliuna, un astrónomo del Centro
Harvard-Smithsoniano para la astrofísica
(Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics), se
encuentra entre los que apoyan la teoría de que los
cambios en el Sol "pueden ser responsables de los cambios
climáticos mayores en la Tierra durante los últimos
300 años, incluyendo parte de la reciente ola de
calentamiento global
".

Sin embargo, el 6 de mayo de 2000 la revista New
Scientist
informó que Lassen y el astrofísico
Peter Thejil habían actualizado la investigación de
Lassen de 1991 y habían encontrado que, a pesar de que los
ciclos solares son responsables de cerca de la mitad de la
elevación de temperatura desde 1900, no logran explicar
una elevación de 0,4 ºC desde 1980:

"Las curvas divergen a partir de 1980 y se trata de una
desviación sorprendentemente grande. Algo más
está actuando sobre el clima. […] Tiene las
«huellas digitales» del efecto invernadero."

Posteriormente, en el mismo año, Peter Stoff y otros
investigadores de Centro Hadley, en el Reino Unido, publicaron un
artículo en el que dieron a conocer el modelo de
simulación hasta la fecha más exhaustivo sobre el
clima del Siglo XX. Su estudio prestó atención
tanto a los agentes forzadores naturales (variaciones solares y
emisiones volcánicas) como al forzamiento
antropogénico (gases invernadero y aerosoles de sulfato).
Al igual que Lassen y Thejil, encontraron que los factores
naturales daban explicación al calentamiento gradual hasta
aproximadamente 1960, seguido posteriormente de un retorno a las
temperaturas de finales del siglo XIX, lo cual era consistente
con los cambios graduales en el forzamiento solar a lo largo del
siglo XX y la actividad volcánica durante las
últimas décadas.

Sin embargo, estos factores no podían explicar por
sí solos el calentamiento en las últimas
décadas. De forma similar, el forzamiento
antropogénico, por sí solo, era insuficiente para
explicar el calentamiento entre 1910-1945, pero era necesario
para simular el calentamiento desde 1976. El equipo de Stott
encontró que combinando todos estos factores se
podía obtener una simulación cercana a la realidad
de los cambios de temperatura globales a lo largo del siglo XX.
Predijeron que las emisiones continuadas de gases invernadero
podían causar incrementos de temperatura adicionales en el
futuro "a un ritmo similar al observado en las décadas
recientes
".

 []

OTRAS
HIPÓTESIS

Se han propuesto otras hipótesis en el ámbito
científico:

  • El incremento en temperatura actual es predecible a partir
    de la teoría de las Variaciones orbitales, según
    la cual, los cambios graduales en la órbita terrestre
    alrededor del Sol y los cambios en la inclinación axial
    de la Tierra afectan a la cantidad de energía solar que
    llega a la Tierra.
  • El calentamiento se encuentra dentro de los límites
    de variación natural y no necesita otra
    explicación particular.[]
  • El calentamiento es una consecuencia del proceso de salida
    de un periodo frío previo, la Pequeña Edad de
    Hielo y no requiere otra explicación.
  • En ocasiones se atribuye el aumento en las medidas al sesgo
    en la lectura de los termómetros de las Estaciones
    Meteorológicas "inmersas" en la isla de calor que han
    formado las edificaciones en las ciudades.

Algunos escépticos argumentan que la tendencia al
calentamiento no está dentro de los márgenes de lo
que es posible observar (dificultad de generar un promedio de la
temperatura terrestre para todo el globo debido a la ausencia de
estaciones meteorológicas, especialmente en el
océano, sensibilidad de los instrumentos a cambios de unas
pocas decenas de grados Celsius), y que por lo tanto no requiere
de una explicación a través del efecto
invernadero.

LA TESIS

Para la mayoría de los científicos, un factor
determinante es la contaminación, tesis que es apoyada por
Green Peace. Las emisiones de dióxido de carbono ocasionan
el cambio climático global.

Para detener el cambio climático la humanidad requiere
de una respuesta global, acordada entre gobiernos, para salvar el
equilibrio del planeta y darle prioridad por encima de los
intereses de industrias transnacionales.

LA ANTITESIS

Un grupo de científicos de Nuevo León,
encabezados por el Biólogo Nasif Nahle, responsable de
Biology Cabinet, considera la actividad humana no es responsable
de que el calentamiento global ocurra, pues se señala que
el fenómeno se debe a factores naturales como las
anomalías en la intensidad de la radiación
cósmica solar, la disminución cíclica en la
fuerza del campo magnético terrestre, la liberación
de metano y óxido nitroso desde el fondo del
océano, la putrefacción de la materia
orgánica, etc.

En los comentarios se mezclan temas. El documental afirma
que:

1.     El calentamiento global no lo
produce el aumento de CO2. Y eso ES CIERTO.

2.     Los cambios climáticos
están influenciados principalmente por la acción
del Sol. Y eso es cierto, (actividad solar + oscilaciones del eje
terrestre +…) producen una cadena de acontecimientos
retroalimentados extraordinariamente compleja en la cual la
biosfera también juega su rol.

3.     El tema de las subvenciones: Hay
MUCHOS INTERESES de que las cosas se presenten de una determinada
manera. Si apoyas te financian, si vas en contra no te financian.
Gran parte de los científicos trabajan directa o
indirectamente para la industria y sus descubrimientos se
convierten en "verdades sesgadas".

Otra cosa distinta es si deberíamos cambiar este
sistema que destroza bosques, agota rápidamente recursos,
contamina agua, aire y tierras, arrasa ecosistemas que
necesitaron millones de años para equilibrarse, etc. etc.
Por supuesto que si. Pero el impulsor de ese cambio no debe ser
el clima. Por ejemplo, se argumenta mucho (incluso grupos
"ecologistas") que para no emitir CO2 quemando combustible se
instalen más centrales nucleares… esto es una
barbaridad… y no se cuestiona el despilfarro
energético tan enorme de los países desarrollados,
llegando a la "ultima estupidez" de convertir alimentos en
combustible para "alimentar" más de 500 millones de
automóviles ineficientes por las ciudades contaminando
todo de gases nitrosos, partículas cancerigenas y ruido.
Hay enormes intereses financieros en el tema de la
producción-consumo energético. El cambio debe de
venir por un cambio de conciencia del humano con respecto al
entorno y redefinir que se entiende por calidad de vida (para los
presentes y para generaciones futuras).

CAPÍTULO VI

Efecto
invernadero

¿QUE SON LOS GASES DE EFECTO
INVERNADERO?

Se denomina efecto invernadero al fenómeno por
el cual determinados gases, que son componentes de una
atmósfera planetaria, retienen parte de la energía
que el suelo emite por haber sido calentado por la
radiación solar. Afecta a todos los cuerpos planetarios
dotados de atmósfera. De acuerdo con el actual consenso
científico, el efecto invernadero se está viendo
acentuado en la Tierra por la emisión de ciertos gases,
como el dióxido de carbono y el metano, debida a la
actividad económica humana.

Este fenómeno evita que la energía solar
recibida constantemente por la Tierra vuelva inmediatamente al
espacio, produciendo a escala planetaria un efecto similar al
observado en un invernadero.

BALANCE RADIACTIVO TERRESTRE

La imagen muestra cómo estos flujos se combinan para
mantener caliente la superficie del planeta creando el efecto
invernadero. Si el calor total recibido en la superficie fuera
235 W/m2, entonces la temperatura de equilibrio de
la superficie de la Tierra sería de -22 °C (Lashof
1989). En cambio, la atmósfera de la Tierra recicla el
calor que viene de la superficie y entrega unos 324
W/m2 adicionales que elevan la temperatura media
de la superficie a aproximadamente +14
°C.[]

El efecto invernadero es un factor esencial del clima de la
Tierra. Bajo condiciones de equilibrio, la cantidad total de
energía que entra en el sistema por la radiación
solar se compensará exactamente con la cantidad de
energía radiada al espacio, permitiendo a la Tierra
mantener una temperatura media constante en el tiempo.

Todos los cuerpos, por el hecho de estar a una cierta
temperatura superior al cero absoluto, emiten una
radiación electromagnética. La radiación
electromagnética se traslada sin obstáculos a
través del vacío, pero puede hacerlo también
a través de medios materiales con ciertas restricciones.
Las radiaciones de longitud de onda más corta (o
frecuencia más alta) son más penetrantes, como
ilustra el comportamiento de los rayos X cuando se los compara
con la luz visible. También depende de las propiedades del
medio material, especialmente del parámetro denominado
transmitancia, que se refiere a la opacidad de un material dado
para radiación de una determinada longitud de onda.

RADIACION RECIBIDA POR EL SOL

El Sol es el responsable de casi toda la energía
alcanzada desde el exterior a la superficie de la Tierra. El Sol
emite radiación que se puede considerar de onda corta,
centrada en torno a la parte del espectro a la que son sensibles
los ojos, y que llamamos por ello luz visible. Incluye
también dosis significativas de radiación
ultravioleta, de longitud de onda menor que la visible. La parte
ultravioleta es absorbida en buena parte por el ozono y otros
gases en la alta atmósfera, contribuyendo a su
calentamiento, mientras que la luz visible traspasa la
atmósfera casi sin problemas. La Tierra intercepta una
energía del Sol que en la parte superior de la
atmósfera vale 1366 W/m2. Sin embargo,
sólo intercepta energía la sección de la
Tierra orientada hacia el Sol, mientras que la irradia a toda la
superficie terrestre, así que hay que dividir la constante
solar entre 4, lo que lleva a 342 W/m2.

ALBEDO

De la radiación que llega al planeta, principalmente en
forma de luz visible, una parte es reflejada inmediatamente. Esta
fracción de energía que es devuelta inmediatamente
al espacio se llama albedo, y para la Tierra vale 0,313 (31,3%),
así que se pierden en el espacio

por lo que quedan

que es la energía que no es reflejada por la
atmósfera, el suelo sólido o el océano. El
albedo de la Tierra es un factor causal importante de su clima,
afectado por causas naturales y también por otras
antropogénicas.

Es frecuente confundir los efectos del albedo con los del
efecto invernadero, pero el primero se refiere a energía
devuelta directamente al espacio, mientras que el segundo lo hace
a energía primero absorbida y luego emitida. En el primer
caso se trata de los mismos fotones llegados desde el Sol, en el
segundo se trata de los que la Tierra emite, tras calentarse,
precisamente por no haber reflejado toda la radiación
solar.

EFECTO INVERNADERO

La Tierra, como todo cuerpo caliente, emite radiación,
pero al ser su temperatura mucho menor que la solar, emite
radiación infrarroja de una longitud de onda mucho
más larga que la que recibe. Sin embargo, no toda esta
radiación vuelve al espacio, ya que los gases de efecto
invernadero absorben la mayor parte.

La atmósfera transfiere la energía así
recibida tanto hacia el espacio (37,5%) como hacia la superficie
de la Tierra (62,5%). Ello representa 324 W/m2,
casi la misma cantidad de energía que la proveniente del
Sol, aún sin albedo. De este modo, el equilibrio
térmico se establece a una temperatura superior a la que
se obtendría sin este efecto. La importancia de los
efectos de absorción y emisión de radiación
en la atmósfera son fundamentales para el desarrollo de la
vida tal y como se conoce. De hecho, si no existiera este efecto
la temperatura media de la superficie de la Tierra sería
de unos -22 ºC, y gracias al efecto invernadero es de unos
14ºC.

En zonas de la Tierra cuya atmósfera tiene poca
proporción de gases de efecto invernadero (especialmente
de vapor de agua), como en los grandes desiertos, las
fluctuaciones de temperatura entre el día
(absorción de radiación solar) y la noche
(emisión hacia el cielo nocturno) son muy grandes.

Desde hace unos años el hombre está produciendo
un aumento de los gases de efecto invernadero,[2] con lo que la
atmósfera retiene más calor y devuelve a la Tierra
aún más energía causando un desequilibrio
del balance radiactivo y un calentamiento global.

¿QUE SON LOS GASES DE EFECTO
INVERNADERO?

Se denomina gases de efecto invernadero (GEI) o
gases de invernadero a los gases cuya presencia en la
atmósfera contribuye al efecto invernadero. Los más
importantes están presentes en la atmósfera de
manera natural, aunque su concentración puede verse
modificada por la actividad humana, pero también entran en
este concepto algunos gases artificiales, producto de la
industria.

Los denominados gases de efecto invernadero o gases
invernadero, responsables del efecto descrito, son:

  • Vapor de agua (H2O).
  • Dióxido de carbono (CO2).
  • Metano (CH4).
  • Óxidos de nitrógeno (NOx).
  • Ozono (O3).
  • Clorofluorocarburos (artificiales).

Evolución de las emisiones de
dióxido de carbono, en millones de toneladas por
año, discriminada por región.

Variación de la temperatura global y
de la concentración de
dióxido de carbono
presente en el aire en los últimos 1000
años.

EL VAPOR DE AGUA

De todos los gases de efecto invernadero naturales el vapor de
agua es el más poderoso. En realidad es del vapor de agua
del que depende naturalmente el efecto invernadero. Pero el agua
en la atmósfera se presenta de dos formas, que dependen de
la humedad relativa, en vapor de agua, incoloro, y en forma de
pequeñas gotas de agua en suspensión: nubes.

Hasta el momento la inyección de vapor de agua por
parte de la actividad humana no ha sido relevante. Podría
ser muy importante, sólo tienen que imaginarse qué
pasaría si los coches privados en lugar de emitir CO2
emitiesen vapor de agua; las ciudades serían mucho
más húmedas y durante buena parte del año la
niebla sería permanente.

El efecto de las nubes tiene un doble sentido. Las nubes
actúan como una «manta» impidiendo que el
calor acumulado en la superficie se escape (por eso las noches de
invierno nubladas son mucho más cálidas que las que
están despejadas), pero también reducen el brillo
del sol, impidiendo que se caliente la superficie y enfriando la
atmósfera baja. En esta situación se establece una
inversión térmica en altura. La parte alta de las
nubes son potentes reflectantes de la radiación solar.

En las nubes bajas, muy densas, la capacidad de reflejar
radiación es mayor que su efecto invernadero, por lo que,
a la larga, la atmósfera se enfría. Un aumento
masivo de nubes en la atmósfera baja puede ser una de las
causas de las grandes glaciaciones. Por el contrario, las nubes
altas, cirros e iridiscentes, son poco densas y permiten que la
radiación solar alcance la superficie de la Tierra. Sin
embargo también tiene un notable poder invernadero, aunque
más débil que el de las nubes bajas. El balance de
las nubes altas es positivo, porque su efecto invernadero es
mayor que su poder reflectante, contribuyendo a calentar la
atmósfera. Esta puede ser una de las causas de los
interglaciales.

No obstante, para que las nubes tengan influencia en el clima
global deben cubrir grandes extensiones del planeta, ya que se
distribuyen irregularmente.

MECANISMO

No todos los componentes de la atmósfera contribuyen al
efecto invernadero. Los gases de invernadero absorben los fotones
infrarrojos emitidos por el suelo calentado por el sol. La
energía de esos fotones no basta para causar reacciones
químicas " para romper enlaces covalentes " sino que
simplemente aumenta la energía de rotación y de
vibración de las moléculas implicadas. El exceso de
energía es a continuación transferido a otras
moléculas, por las colisiones moleculares, en forma de
energía cinética, es decir de calor, aumentando la
temperatura del aire. De la misma forma, la atmósfera se
enfría emitiendo energía infrarroja cuando se
producen las correspondientes transiciones de estado vibracional
y rotacional en las moléculas hacia niveles menores de
energía. Todas esas transiciones requieren cambios en el
momento dipolar de las moléculas (es decir, modificaciones
de la separación de cargas eléctricas en sus
enlaces polares) lo que deja fuera de este papel a los dos gases
principales en la composición del aire, nitrógeno
(N2) y oxígeno (O2), cuyas
moléculas, por estar formadas por dos átomos
iguales, carecen de cualquier momento dipolar.

ORIGINALMENTE

El efecto invernadero es un
fenómeno natural que permite la vida en la Tierra. Es
causado por una serie de gases que se encuentran en la
atmósfera, provocando que parte del calor del sol que
nuestro planeta refleja quede atrapado manteniendo la temperatura
media global en +15º centígrados, favorable a la
vida, en lugar de -18 º centígrados, que
resultarían nocivos.

Así, durante muchos millones de
años, el efecto invernadero natural mantuvo el clima de la
Tierra a una temperatura media relativamente estable y
permitía que se desarrollase la vida. Los gases
invernadero retenían el calor del sol cerca de la
superficie de la tierra, ayudando a la evaporación del
agua superficial para formar las nubes, las cuales devuelven el
agua a la Tierra, en un ciclo vital que se había mantenido
en equilibrio.

Durante unos 160 mil años, la
Tierra tuvo dos periodos en los que las temperaturas medias
globales fueron alrededor de 5º centígrados
más bajas de las actuales. El cambio fue lento,
transcurrieron varios miles de años para salir de la era
glacial. Ahora, sin embargo, las concentraciones de gases
invernadero en la atmósfera están creciendo
rápidamente, como consecuencia de que el mundo quema
cantidades cada vez mayores de combustibles fósiles y
destruye los bosques y praderas, que de otro modo podrían
absorber dióxido de carbono y favorecer el equilibrio de
la temperatura.

Ante ello, la comunidad
científica internacional ha alertado de que si el
desarrollo mundial, el crecimiento demográfico y el
consumo energético basado en los combustibles
fósiles, siguen aumentando al ritmo actual , antes del
año 2050 las concentraciones de dióxido de carbono
se habrán duplicado con respecto a las que había
antes de la Revolución Industrial. Esto podría
acarrear consecuencias funestas para la viva
planetaria.

CAPÍTULO VII

GEI y actividad
industrial

Si bien todos ellos (salvo los CFCs) son naturales, en tanto
que ya existían en la atmósfera antes de la
aparición del hombre, desde la Revolución
Industrial y debido principalmente al uso intensivo de los
combustibles fósiles en las actividades industriales y el
transporte, se han producido sensibles incrementos en las
cantidades de óxidos de nitrógeno y dióxido
de carbono emitidas a la atmósfera, con el agravante de
que otras actividades humanas, como la deforestación, han
limitado la capacidad regenerativa de la atmósfera para
eliminar el dióxido de carbono, principal responsable del
efecto invernadero.

Estos cambios causan un paulatino incremento de la temperatura
terrestre, el llamado cambio climático o calentamiento
global que, a su vez, es origen de otros problemas
ambientales:

•       
Desertización y sequías, que causan hambrunas

•       
Deforestación, que aumenta aún más el
cambio

•       
Inundaciones

•        Fusión
de los casquetes polares y otros glaciares, que causa un ascenso
del nivel del mar, sumergiendo zonas costeras.[3] Sólo
influye en dicha variación el hielo apoyado en suelo
firme, ya que el hielo que flota en el mar no aumenta el nivel
del agua.

•          
Destrucción de ecosistemas

•       
Además, el efecto invernadero es uno de los principales
factores que provocan el calentamiento global de la Tierra,
debido a la acumulación de los llamados gases invernadero
CO2, H2O, O3, CH4 y CFCs en la atmósfera.

LA INFLACION DEL DIOXIDO DE CARBONO

En 1958 Keeling colocó en primer medidor de CO2
atmosférico en Mauna Loa (Hawai), lejos de las grandes
aglomeraciones industriales que contaminan la atmósfera
inmediata, debido a la combustión de hidrocarburos y
carbones. El CO2, al contrario que el vapor de agua, es un gas
que tiende a distribuirse homogéneamente por la
atmósfera. En esta estación se ha comprobado que
los niveles de CO2 en la atmósfera han aumentado desde las
315 partes por millón en 1958 a 362 en 1993. En los hielos
antárticos se ha comprobado que hacia 1850 era de 280
partes por millón, y que durante la última
glaciación eran de 170 partes por millón.
También se ha comprobado que la temperatura media de la
Tierra tiene ciclos muy similares.

¿Podemos atribuir el incremento del CO2 a la actividad
industrial? Parece que la actividad industrial sería
responsable del 55% del incremento actual. El resto serían
causas naturales. Las causas naturales de la presencia de CO2 en
la atmósfera son: la actividad volcánica, la
disolución de las calizas, la descomposición de los
seres vivos y su respiración.

Sin CO2 no sería posible la fotosíntesis, ni,
por lo tanto, la vida como la conocemos. El aumento natural de
los porcentajes de CO2 se debe a un aumento de la actividad
volcánica, un aumento de la disolución de las
calizas debido al ascenso del mar que invade con su agua
corrosiva regiones calizas y la reducción de la masa
vegetal y los microorganismos marinos que fijan el carbono para
producir oxígeno y realizar la fotosíntesis.

LA INFLACION DEL METANO

El metano (CH4) es un gas invernadero muy potente, 58 veces
mayor que el CO2. Su presencia en la atmósfera se debe a
la descomposición de las materias orgánicas en un
medio anaerobio. Sus fuentes naturales masivas son los manglares
y los pantanos. También los gases de los animales de la
ganadería, y las grandes extensiones de arrozales,
contienen grandes cantidades de metano, aunque su
contribución al aumento de metano en la atmósfera
es marginal.

El metano se retira de la atmósfera porque queda
atrapado y congelado en el suelo permafrost o en el suelo
oceánico bajo grandes presiones. Este metano congelado es
una fuente de energía muy potente, y puede explotarse como
recurso. No obstante, el calentamiento de la atmósfera
derrite el hielo, esto, junto con la subida del nivel
eustático del mar, libera grandes cantidades de metano a
la atmósfera. El porcentaje de metano en la
atmósfera ha aumentado en los dos últimos siglos de
0,8 a 1,7 partes por millón.

LA INFLACION DE LOS CLOROFLUOROCARBUROS

Los clorofluorocarburos (CFC) no son productos naturales, sino
fruto de la química industrial. Son gases inertes que no
reaccionan con los tejidos animales ni vegetales, por eso se han
empleado masivamente en la producción de frío
artificial, la propulsión de aerosoles y las espumas
plásticas de la construcción. Desgraciadamente, al
no ser naturales, su degradación es muy difícil,
por lo que su presencia en la atmósfera se prolonga
durante muchos años. Se degradan combinándose con
el ozono, en la estratosfera, en condiciones de frío y
luminosidad. Desgraciadamente esa reacción química
también implica la destrucción del ozono.
¿Son los responsables de buena parte del agujero de la
capa de ozono? No está claro que sean los únicos,
ni siquiera que sean los principales. La duda planea porque el
agujero de la capa de ozono tiene variaciones anuales demasiado
grandes, que no se justifican por una reducción de los
CFC. Las medidas tomadas en los años 90 han sido muy
escasas y su influencia en la atmósfera, debido a la larga
vida de los CFC, aún no se debe notar. Los últimos
estudios parecen apuntar a que el agujero de la capa de ozono es
natural.

El poder invernadero de los CFC es fortísimo, varios
miles de veces más que el CO2. Sin embargo su
concentración es de unas diez milésimas de partes
por millón por o que su contribución al efecto
invernadero no está clara.

LA INFLACION DE LOS GASES "ANTIINVERNADEROS"

La combustión de hidrocarburos y carbones produce ozono
en superficie; y los abonos nitrogenados emiten dióxido de
nitrógeno (NO2). Estos gases, que también son
invernadero, se combinan rápidamente con el dióxido
de azufre (SO2), también procedente de la
combustión, y forman ácido sulfúrico (lluvia
ácida). Las nubes con grandes cantidades de SO2 tienen
gran capacidad reflectante, con lo que enfrían las capas
bajas de la atmósfera.

Resumiendo: el incremento de los gases invernadero no ha sido
mayor que en otras épocas históricas, y el planeta
ha tenido recursos suficientes para contrarrestarlos. Aun
suponiendo que todo el aumento del efecto invernadero sea culpa
de la contaminación humana, nada hace suponer que no
vuelva a ser así. En el largo lapso de la historia del
planeta nuestra civilización es una recién llegada;
y, seguramente, un episodio intrascendente. La vida en la Tierra
no corre peligro por la intervención humana. Todo lo
más corre peligro nuestro modo de vida, que bastante
es.

Contaminación

Si bien todos ellos "salvo los compuestos del flúor"
son naturales, en tanto que existen en la atmósfera desde
antes de la aparición del hombre, a partir de la
Revolución Industrial, y debido principalmente al uso
intensivo de combustibles fósiles en las actividades
industriales y el transporte, se han producido sensibles
incrementos en las cantidades de óxidos de
nitrógeno y dióxido de carbono emitidas a la
atmósfera. Se estima que también el metano
está aumentando su presencia por razones
antropogénicas (debidas a la actividad humana).
Además, a este incremento de emisiones se suman otros
problemas, como la deforestación, que han limitado la
capacidad regenerativa de la atmósfera para eliminar el
dióxido de carbono, principal responsable del aumento
antropogénico del efecto invernadero.

CAPÍTULO VIII

Efectos calentamiento
global

Muchas organizaciones públicas, organizaciones
privadas, gobiernos y personas individuales están
preocupados por que el calentamiento global pueda producir
daños globales en el medio ambiente y la agricultura.

Esto es materia de una controversia considerable, con los
grupos ecologistas exagerando los daños posibles y los
grupos cercanos a la industria cuestionando los modelos
climáticos y las consecuencias del calentamiento global
"subvencionando ambos a los científicos para que
también lo hagan".

Debido a los efectos potenciales en la salud humana y en la
economía, y debido a su impacto en el ambiente, el
calentamiento global es motivo de gran preocupación. Se
han observado ciertos procesos y se los ha relacionado con el
calentamiento global. La disminución de la capa de nieve,
la elevación del nivel de los mares y los cambios
meteorológicos son consecuencias del calentamiento global
que pueden influir en las actividades humanas y en los
ecosistemas. Algunas especies pueden ser forzadas a emigrar de su
hábitat para evitar su extinción debido a las
condiciones cambiantes, mientras otras especies pueden
extenderse. Pocas de las ecorregiones terrestres pueden esperar
no resultar afectadas.

Otro motivo de gran preocupación para algunos es la
elevación del nivel de los mares. Los niveles de los mares
se están elevando entre 1 y 2 centímetros por
decenio, y algunas naciones isleñas del Océano
Pacífico, como Tuvalu, están trabajando en los
detalles de una eventual evacuación.[38] El calentamiento
global da lugar a elevaciones del nivel marino debido a que el
agua de los mares se expande cuando se calienta, además de
que se produce un aumento de la cantidad de agua líquida
procedente del adelgazamiento de los casquetes polares, del hielo
marino y de la reducción de los glaciares. En palabras del
TAR del IPCC:

Se prevé que el nivel medio global del mar se
elevará entre 9 y 99 cm entre 1990 y 2100. […] y en caso
de que todo el hielo de la Antártida se derritiera, el
nivel del mar aumentaría 125 m.

Con un aumento de 6 m, se inundarían Londres y Nueva
York. Esto es debido primariamente a la expansión
térmica y a la pérdida de masa de los glaciares y
casquetes polares.

Conforme el clima se haga más cálido la
evaporación se incrementará. Esto causaría
un aumento de las precipitaciones lluviosas y más
erosión. Mucha gente piensa que esto podría
resultar en un tiempo meteorológico más extremo
conforme progrese el calentamiento global. El TAR del IPCC
dice:

Se prevé que la concentración global de vapor de
agua y las precipitaciones se incrementarán durante el
siglo XXI. Para la segunda mitad del siglo XXI es probable que
las precipitaciones se hayan incrementado en las latitudes
medio-altas y en la Antártida en invierno. En las bajas
latitudes habrán tanto incrementos como decrecimientos
regionales según diferentes áreas. En la
mayoría de las áreas serán probables
variaciones interanuales y se espera un incremento en las
precipitaciones.

El calentamiento global tendría otros efectos menos
evidentes. La corriente del Atlántico norte, por ejemplo,
se debe a los cambios de temperatura. Parece ser que, conforme el
clima se hace más cálido, esta corriente
está disminuyendo, y esto quiere decir que áreas
como Escandinavia y Gran Bretaña, que son calentadas por
esta corriente, podrían presentar un clima más
frío, en lugar del calentamiento general global.

Hoy se teme que el calentamiento global sea capaz de
desencadenar cambios bruscos de temperatura, incluso a la
baja[39] . La corriente del Atlántico Norte data de la
época del deshielo de la última glaciación
(hace 14.000 años). Hace 11.000 años esa corriente
sufrió una interrupción que duró 1.000
años. Esto provocó el miniperíodo glacial
conocido como Dryas reciente "el nombre de una flor silvestre
alpina, Dryas octopetala" que duró 900 años en el
noroeste de Norteamérica y el norte de Europa. (Ver la
discusión sobre la teoría del caos para ideas
relacionadas.)

El calentamiento global modificaría la
distribución de la fauna y floras del planeta. Ello
supondría la expansión de enfermadades de las que
algunos de esos animales son portadores. Tal es el caso de la
malaria, el dengue o la fiebre amarilla, cuyos vectores son
ciertas especies de mosquitos que habitan principalmente en zonas
tropicales.

El calentamiento global también podría tener
efectos positivos, ya que las mayores temperaturas y mayores
concentraciones de CO2 pueden mejorar la productividad
de los ecosistemas. Los datos aportados por satélites
muestran que la productividad del Hemisferio Norte se ha
incrementado desde 1982. Por otro lado, un incremento en la
cantidad total de la biomasa producida no es necesariamente
bueno, ya que puede disminuir la biodiversidad aunque florezcan
un pequeño número de especies. De forma similar,
desde el punto de vista de la economía humana, un
incremento en la biomasa total pero un descenso en las cosechas
podría ser una desventaja. Además, los modelos del
IPCC predicen que mayores concentraciones de CO2
podrían favorecer la flora hasta cierto punto, ya que en
muchas regiones los factores limitantes son el agua y los
nutrientes, no la temperatura o el CO2. Tras ese
punto, incluso aunque los efectos invernadero y del calentamiento
continuasen, podría no haber ningún incremento del
crecimiento.

Otro posible punto de discusión es la influencia de los
efectos del calentamiento global en el equilibrio
económico humano norte-sur. Por ejemplo, si
provocaría una mayor desertización de los
países áridos y semiáridos y un clima
más benigno en los países fríos, o bien si
el efecto sería diferente.

En el plano económico, el Informe Stern encargado por
el gobierno británico en 2005 pronosticó una
recesión del 20% del PIB mundial debido al cambio
climático, si no se tomaban una serie de medidas
preventivas que, en conjunto, absorberían el 1% del PIB
mundial.

RELACION ENTRE EL CALENTAMIENTO GLOBAL Y LA REDUCCION DE
OZONO

Aunque se menciona frecuentemente en la prensa popular una
relación entre el calentamiento global y la
reducción de ozono, esta conexión no es fuerte.

 Existen tres áreas de enlace:  

  • El calentamiento global producido por el forzamiento
    radiactivo por CO2 se espera que enfríe
    (quizás sorprendentemente) la estratosfera. Esto a
    cambio, podría darnos lugar a un incremento relativo en
    la reducción de ozono, y en la frecuencia de agujeros de
    ozono.
  • A la inversa, la reducción de ozono representa un
    forzamiento radiactivo del sistema climático. Hay dos
    efectos opuestos: La reducción de la cantidad de ozono
    permite la penetración de una mayor cantidad de
    radiación solar, la cual calienta la troposfera. Pero
    una estratosfera más fría emite menos radiaciones
    de onda larga, tendiendo a enfriar la troposfera. En general,
    el enfriamiento predomina. El IPCC concluye que las
    pérdidas estratosféricas de ozono durante las dos
    décadas pasadas han causado un forzamiento negativo del
    sistema de la superficie troposférica.
  • Una de las predicciones más sólidas de la
    teoría del calentamiento global es que la estratosfera
    debería enfriarse. Sin embargo, y aunque este hecho ha
    sido observado, es difícil atribuirlo al calentamiento
    global (por ejemplo, el calentamiento inducido por el
    incremento de radiación solar podría no tener
    este efecto de enfriamiento superior), debido a que un
    enfriamiento similar es causado por la reducción de
    ozono.

CAPÍTULO IX

Efectos del cambio
climático y calentamiento global

El clima de la Tierra ha cambiado en muchas ocasiones, sin
embargo, nunca antes se había dado un cambio tan
drástico y peligroso. Un cambio que afecta a nuestro
medioambiente, economía, sociedad, y que es una amenaza
para el planeta.

Durante el pasado siglo, la temperatura media de la superficie
de la Tierra subió aproximadamente 0,6º Celsius. Las
pruebas demuestran que la mayoría de los acontecimientos
del calentamiento global que han tenido lugar en el planeta en
los últimos 50 años han sido causados por la
actividad humana.

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter