Introducción
Consideramos oportuno en primer lugar antes de
comenzar con el tema que nos refiere, hacer un breve recorrido en
la historia. El
origen del calzado se pierde en la noche de los tiempos. Existen
evidencias que
nos enseñan que la historia del zapato comienza a partir
del año 10.000 a.C., o sea, al final del periodo
paleolítico, pinturas rupestres de esta época en
cuevas de España y
sur de Francia, le
hacen referencia.
Nuestros antepasados inventaron un método
para cubrir sus pies de piedras, espinas, mordeduras de animales etc.,
así es como nace la primera versión de la sandalia
de paja trenzada, en civilizaciones de clima calido; y
se diseñan las botas de piel animal en
continentes de bajas temperaturas. En cambio,
curiosamente, los tacones de aguja fueron creados por carniceros
egipcios que querían elevar sus pies de la escena de la
masacre.
Con la revolución
Industrial, aparece la numeración del calzado, se
suplanta el cuero por la
goma y la producción es masiva, todo sucede de modo
rápido. Botas con botones, botas atadas, nuevos materiales,
diferentes tipos, formas y texturas de calzado y acorde con
distintos tipos de actividades. El zapato adquiere todas las
influencias estéticas del momento.
En la actualidad la industria
internacional de la producción de este elemento, se encuentra
en los países mas desarrollados. Estos han retenido la
fabricación de productos de
alta calidad y
diseño
innovador, muy ligados a la industria de la moda, mientras
que otros países trabajan una industria de bajo costo para
mercados de gran
extensión.
Los pies
Los pies, son los elementos de nuestra anatomía,
fundamentales para el desenvolvimiento diario de nuestras
actividades cotidianas.Sin ellos no podríamos trasladarnos
en forma normal a ninguna parte. Son los que nos permiten
caminar, correr, saltar, bailar, nadar, manejar, andar en
bicicleta, trepar a los árboles, etc. Podemos decir sin temor a
equivocarnos que el pie es un órgano vital para la
práctica deportiva y que cualquier alteración en su
morfología
puede disminuir su rendimiento. Es por esto que el calzado es
importante, porque nos protege los pies y de paso el resto del
cuerpo.
Mantener el apoyo necesario de todo el cuerpo al estar de pie
andando o corriendo es la característica más
importante de los pies.
Su forma arqueada y especialmente articular, les configura
entre otras, dos importantes funciones:
Absorber y amortiguar las vibraciones y golpes que se
producen a cada paso.Activar la circulación sanguínea al
comprimirse por el peso del cuerpo y a la vez contraerse al
dar el paso.
Anatomía del pie
El pie es una estructura
anatómica de 26 huesos, un
número mayor de ligamentos que los relacionan, tendones y
músculos que conforman su funcionamiento.
Se suele pensar al pie como un área de contacto con el
suelo, sin
embargo para una correcta función
este contacto debería estar limitado a solo tres "puntos"
dando lugar a un área de apoyo virtual triangular. Para
que esto ocurra debe haber zonas de su superficie levantadas y
otras en franco contacto con el suelo. Algunas de estas zonas
más elevadas nos son familiares y a una de ellas la
llamamos arco plantar, típicamente la superficie inferior
del pie que está en la mitad interna; con propiedad se
le debe llamar arco interno o medial. Sin embargo existen otros
arcos plantares que conforman en el pie sano este apoyo
tripuntual. Se trata de los arcos plantares externo o lateral y
el transversal.
Las tensiones necesarias para mantener el perfil de estos
arcos son tan grandes que solo músculos muy poderosos (y
grandes) pueden ejercer las fuerzas que las causan. Por eso estos
músculos no están en el pie sino en la pierna y
actúan a través de cuerdas llamadas tendones para
trasladar su fuerza. Cuando
estos músculos actúan correctamente levantan la
posición de los huesos del pie y mantienen los perfiles de
los arcos en un grado adecuado, pero cuando fallan en esa
función sobreviene lo que conocemos vulgarmente como
"pie
plano".
Pero. ¿qué es un pie plano? El
pie plano es solo una manifestación del apoyo de huesos
del pie en el suelo que no deberían estar en contacto con
éste. Como el pie forma parte de todo un sistema integrado
de apoyo y equilibrio del
cuerpo, las consecuencias de esta mala alineación de la
estructura de apoyo se sentirán inevitablemente en todo lo
que está apoyado sobre ellas dando lugar a problemas a
nivel de las rodillas (por rotación de la tibia), caderas
y columna vertebral, llegándose a dar hasta
síntomas de dolor a nivel de la cabeza.
Una de las formas más sencillas y prácticas para
determinar el estado de
los arcos del pie es la observación de la huella plantar.
La huella plantar puede ser categorizada en tres clases
distintas.
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