Acerca de los valores humanos: una comprensión de los valores compartidos en las sedes universitarias municipales cubanas
Introducción
En un mundo tan competitivo, cambiante y complejo como el de
hoy, las organizaciones
educacionales deben ser dirigidas de forma eficaz para que puedan
cumplir con efectividad su encargo social. Por tanto, los
educadores para tener éxito
tendrán que hacer frente con empuje y dinamismo a los
cambios que operan en el entorno educacional y estar aptos para
poder
enfrentar los retos que impone el surgimiento de las nuevas
tecnologías
educativas.
Todas estas exigencias son adecuadas y válidas, pero
solo alcanzarán resultados sostenibles si en el orden
interno de las organizaciones educativas se fomenta un sistema de
valores que
esté acorde a los momentos y retos sociales del entorno en
que tiene lugar el proceso
formativo.
En la actualidad, las condiciones se han trasformado, han
cambiado. De ahí que el pensamiento
filosófico capte las actuales condiciones, confirme
así el carácter histórico concreto del
valor, y
ofrezca nuevas tesis.
Es importante considerar la idea de A. Hart cuando
expresó "hablar de valores en Cuba es pensar
en el siglo XXI".
Esta afirmación demuestra la continuidad del proceso de
formación de valores y es expresión del
carácter histórico que adquiere.
Según González Rey, "los valores
son todos los motivos que se constituyen, se configuran, en el
proceso de socialización del hombre (…)
Un valor se instaura a nivel psicológico de dos formas:
los valores formales, que regulan el comportamiento
del hombre ante situaciones de presión o
control externos,
y creo que no son los que debemos formar, y los valores
personalizados , expresión legítima y
auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi
opinión, los valores que debemos
fomentar…[1]
Esta importante tesis de González Rey, explica
cómo debe ser conducido en las universidades cubanas el
proceso de formación de valores. Sin dudas demuestra que
hay que trabajar con el estudiantado, no desde acciones
impuestas, sino trabajar desde la conciencia,
buscar la implicación y el compromiso, la legitimidad y
entrega.
No hay duda de que estamos en tiempos en que estos
fenómenos de orden negativo asaltan y se hacen sentir por
doquier. Sin embargo, esta situación no quiere decir que
se dejen de formar valores, pues un factor esencial sigue y
tendrá que seguir siendo el hombre y su
formación en sus múltiples elementos.
La sede universitaria municipal de Najasa tiene entre sus
propósitos, el perfeccionamiento de la dirección del proceso pedagógico, y
el enriquecimiento espiritual de educandos y educadores, el
mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de
todos sus miembros, por tanto, debe crearse un ambiente tal
que impulse y promueva, no que cree barreras y esto solo es
posible con un adecuado ambiente a través de la educación en
valores.
El proceso educativo, siempre que funciones con la
necesaria eficacia, tiene
como objeto la perfección intelectual, física, moral y
axiológica de los educandos. Estos momentos, vinculados
con otros no menos importantes, tienen como principal objetivo
propiciar el mejoramiento, el crecimiento humano y en definitiva
incidir en la formación integral de ellos.
A partir de la complejización que enfrentan las
sociedades, el
surgimiento e implementación de nuevos modelos
pedagógicos, como la semipresencialidad, la educación a
distancia, el reto de los educadores aumenta
significativamente. Ante esta oportunidad para los educadores,
que además exige una fuerte dosis de preparación y
actualización, se impone la necesidad de educarlos
también en valores que impulsen el desarrollo de
las instituciones
educacionales a las cuales pertenecen.
No se puede educar valores si quienes lo deben formar no los
vivencian, puesto que hay que tener en cuenta la coherencia entre
los juicios y la acción,
algo vital para la formación de valores.
No por gusto algunos autores hablan de la educación de los
educadores, rescatando y dando sentido y fuerza a la
idea de que el profesor
necesita también ser educado. No en vano trabajar desde lo
educativo para que el educador alcance una profunda
formación cultural y moral, es también educar en el
ámbito de los valores más relevantes para la
sociedad.
Una necesidad para poder concebir el proceso de
formación de valores en la educación, ha sido el
estudiar y profundizar en la teoría
o las teorías
que se han generado a lo largo de la historia de la
educación del hombre. En este empeño, surgieron
diversas interpretaciones y posiciones desde las más
reaccionarias hasta las posiciones humanista. Con ello
también múltiples definiciones, principios,
procedimientos, etc, que han ido caracterizando y
conformando el polémico tema. Cada investigador en aras de
resolver un problema científico, siguiendo una idea y
guiado por un objetivo ha encontrado la manera de expresarse
científicamente.
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