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Acerca de los valores humanos: una comprensión de los valores compartidos en las sedes universitarias municipales cubanas (página 2)



Partes: 1, 2

Es por ello que, la presente monografía
ofrece una aproximación teórica acerca de los valores en
el contexto de las sedes universitarias municipales.

Palabras clave: valor, valores
humanos, valores en
la
educación, valores compartidos.

DESARROLLO

Fundamentación
acerca de los valores humanos

  • LOS VALORES HUMANOS. BREVE EVOLUCIÓN
    HISTÓRICA

Los intentos de encontrar una definición del concepto de
valores humanos han tenido lugar desde tiempos remotos.

La génesis del valor humano
se desprende del vocablo latín aestimable que le da
significación etimológica al término
primeramente sin significación filosófica. Pero con
el proceso de
generalización del pensamiento
humano, que tiene lugar en los principales países de
Europa, adquiere
esta interpretación. Aunque es solo en el siglo
XX cuando comienza a utilizarse el término axiología (del griego axia, valor y logos,
estudio).

En un primer estadio se definieron los valores humanos
tratando con absolutismo la
esfera subjetiva del ser humano. Así aparece una etapa
importante del nacimiento de este concepto en el pensamiento de
los estoicos quienes definían a los valores humanos como
toda contribución a la vida sobre la base de la
razón. Se hablaba entonces de los valores de la virtud, la
dignidad, la
honestidad, etc.,
siempre desde la subjetividad humana.

Los valores fueron del interés
además de representantes de la filosofía como Platón
para el cual valor "es lo que da la verdad a los objetos
cognoscibles, la luz y belleza a
las cosas, etc., en una palabra es la fuente de todo ser en
el hombre y
fuera de él[2]

Por su parte, Aristóteles abordó en su obra el
tema de la moral y las
concepciones del valor que tienen los bienes. El
pensamiento filosófico de los siglos XVII y XVIII donde se
desarrolla el concepto de valores humanos sobre la base de que el
valor de todos las cosas es su precio dado
por el propio hombre, lo
cual presupone la persistencia de una concepción subjetiva
del término tal como lo sustenta el filósofo
materialista inglés
Thomas Hobbes
(Primera mitad del siglo XVII).

Hasta este momento de la historia de los valores y
luego en la axiología burguesa, se expresa el significado
externo de los objetos para el hombre, se hace un análisis idealista subjetivo, y desde este
punto de vista los valores se fetichizan o se reducen a
propiedades naturales.

Otro momento que da continuidad a la evolución del concepto de valores humanos
se encuentra en el pensamiento clásico alemán de
finales del siglo XVIII y principios del
XIX, donde este concepto se eleva sobre la noción del bien
vinculándola con significaciones económicas pero
siempre determinados por la posición del hombre como punto
de partida, la cual le da permanencia a un enfoque subjetivista
del problema.

En la segunda mitad del siglo XIX, con la agudización
de las contradicciones propias de la sociedad
capitalista, es cuando el estudio de los valores ocupó un
lugar propio e independiente en la filosofía burguesa
convirtiéndose en una de sus partes integrantes.

Max Scheler fue el filósofo burgués que
más abordó el tema en esta etapa. Para él
los valores son cualidades de orden especial que descansan en
sí mismos y se justifican por su contenido. El sentimiento
de valor es una capacidad que tiene el hombre para captar los
valores. Para Scheler: "el hombre es hombre porque tiene
sentimiento de valor".

En igual contexto histórico se desarrollaron los
clásicos del marxismo, pero
no se detuvieron en el análisis de los valores, no los
analizaron de forma independiente, aunque sí crearon las
bases para una solución científica de este
problema. Entre algunas de ellas se encuentran: un profundo
análisis crítico de todo el sistema de
valores de la sociedad capitalista, que sirve de fundamento para
el reconocimiento de los verdaderos valores de la humanidad. El
estudio del papel del factor subjetivo para el desarrollo
social, esta es la base para comprender el significado de la
valoración. En la teoría
marxista del capital se
analizan los valores económicos. La doctrina leninista
acerca de la coincidencia de los valores subjetivos de clase del
proletariado con las necesidades objetivas del desarrollo
social. También los postulados acerca de la posibilidad de
diferentes valoraciones de determinados fenómenos en
dependencia de la pertenencia de clase del sujeto valorante.
Estos señalamientos y postulados constituyen una
guía o fundamento metodológico para la
teoría marxista general de los valores.

A fines del siglo XIX y principios del XX con estos aportes
del marxismo se comienza a abordar el concepto de valor sobre la
base de la relación sujeto-objeto, de la
correlación entre lo material y lo ideal. De ahí
que la filosofía marxista leninista establezca el
análisis objetivo de
los valores, a partir del principio del "determinismo aplicado a
la vida social, donde se gesta el valor y las dimensiones
valorativas de la realidad", es decir, esa capacidad que poseen
los objetos y fenómenos de la realidad objetiva de
satisfacer alguna necesidad humana.

Los valores surgen en la relación práctico –
objetal y no en el simple conocimiento
de las cosas por el hombre. Son el resultado de la actividad
práctica del hombre.

Si bien es cierto que las necesidades del hombre
desempeñan un papel importante en el surgimiento de los
valores, no implica que la actividad subjetiva haga que los
valores sean también subjetivos pues están
determinados por la sociedad y no por un individuo
aislado.

En valor también pueden convertirse determinadas
formaciones espirituales las ideas, las teorías. Pero aún estos
fenómenos espirituales siendo subjetivos por su
existencia, sólo se convierten en valor en la medida en
que se correspondan con las tendencias del desarrollo social.

De tal forma los valores no existen fuera de las relaciones
sociales, de la sociedad y el hombre. El valor es un concepto que
por un lado expresa las necesidades cambiantes del hombre y por
otro fija la significación positiva de los
fenómenos naturales y sociales para la existencia y
desarrollo de la sociedad.

De acuerdo con este análisis que hiciera el
filósofo cubano José Ramón
Fabelo en su tesis de
doctorado, se considera que los valores son objetivos,
pues expresan las necesidades objetivas de la sociedad,
expresión de las tendencias reales del desarrollo social,
son un resultado de las necesidades históricas.

1.2 QUE ENTENDER POR VALORES HUMANOS

Entre los distintos intentos por ofrecer una definición
de valores humanos aparecer diversos investigadores y estudiosos
del tema, donde aportan definiciones desde las más simples
hasta las más generales.

Zaira Rodríguez aborda los valores con una
diferenciación entre los valores de las cosas (valores
objetivos) y valores de la conciencia
(valores subjetivos). Para esta autora Monografias.comlos valores como objetos o
determinaciones espirituales no son otra cosa que la
expresión concentrada de las relaciones
sociales.[3]"
Por lo que finalmente los
valores tienen un carácter objetivo.

En la actualidad, las condiciones se han trasformado, han
cambiado. De ahí que el pensamiento filosófico
capte las actuales condiciones, confirme así el
carácter histórico concreto del
valor, y ofrezca nuevas tesis.

Es importante considerar la idea de A. Hart cuando
expresó "hablar de valores en Cuba es pensar
en el siglo XXI"

Según González Rey, "los valores son todos
los motivos que se constituyen, se configuran, en el proceso de
socialización del hombre (…) Un valor se
instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores
formales, que regulan el comportamiento
del hombre ante situaciones de presión o
control externos,
y creo que no son los que debemos formar, y los valores
personalizados , expresión legítima y
auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi
opinión, los valores que debemos
fomentar…[4]

Hay que reconocer que existen valores universales propios de
todos los seres humanos y esos valores poseen las
características propias de una generación; y de un
lugar específico del mundo. Por eso el estado de
los valores humanos se determinan por la relación que
existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos
específicos propios de una época y de una
situación social dada.

El mundo de hoy inmerso en profundas crisis
económicas, políticas,
financieras y sociales retoma un nuevo redimensionamiento de los
valores humanos, pero es necesario primeramente, identificarlos y
determinar cuál es el contenido de ellos en la
generación de hoy, en correspondencia con las condiciones
en que se vive. Esa es la tarea que se tiene planteada en estos
momentos para poner en el lugar que le corresponde, para
perfeccionar su actitud y para
hacerlo más efectivo en su papel.

Es necesario aclarar que el valor humano depende en lo
fundamental del medio social en que se desenvuelve el hombre,
porque se relaciona con la forma en que se asimilan esas
condiciones sociales. De ahí que hay que preparar al
hombre para que responda al medio social en que vive y esto
está estrechamente relacionado con los valores
humanos.

Según Milton Rokeach, profesor de la
Universidad de
Míchigan, el valor "es una convicción o creencia
estable en el tiempo que un
determinado modo de conducta o una
finalidad existencial es personal o
socialmente preferible a su modo opuesto de conducta o a su
finalidad existencial contraria.[5]"

Aquí se demuestra el carácter estable y duradero
de los valores formados en las personas. Advierte que a cada
valor le corresponde un antivalor que son los que hay que
combatir.

El caso de José María García
Guzmán, Catedrático de Filosofía del
Instituto de Bachillerato Velásquez de Sevilla aporta el
siguiente concepto:

"A lo que más se parece el concepto de "valores" es
al de "fines", entendido éstos como la causalidad que
produce cualquier actividad esencial de los sujetos
dinámicos"[6].

Otra interesante interpretación la hace el Dr. Antonio
Pascual Acosta, Consejero de educación y ciencia de la
Junta de Andalucía quien define los valores humanos
como:

"Ideales que actúan al modo de causas finales, esto
es, son, por una parte, el motor que pone en
marcha nuestra acción
y, a la vez, la meta que
queremos alcanzar una vez puestos los medios
adecuados. Por lo tanto, los valores son finalidades y no medios
y, por ello, estimables por sí mismos y no con vista a
alguna otra cosa"[7].

Al tomar en cuenta estos elementos se puede entender por
valores humanos y se coincide con el criterio que ofrece el
filósofo cubano José Ramón Fabelo Corso al
afirmar que:

"Valor humano es la significación socialmente
positiva que poseen los fenómenos y objetos de la
realidad, no cualquier significación, sino aquella que
juega un papel positivo en el desarrollo de la
sociedad"[8].

Para conducirse con mayor éxito
al estudio de los valores humanos es importante, no solo precisar
que son, sino que se hace necesario ilustrar y desarrollar
algunas afirmaciones que aparecen, como las relacionadas que
cuando se habla valores hay que evitar el trabajo
hacia valores aislados, es por ello que asumiendo la
comprensión del Dr, Cándido Aguilar, profesor de la
Universidad de Ciencias
Médicas de Camaguey, cuando afirma que:

1.3 EL CONCEPTO DE SISTEMA DE VALORES.

El fortalecimiento de la formación de valores
deberá comprenderse sobre la base del principio de que hay
que tributar a conjunto de valores, es decir, no se debe trabajar
hacia valores aislados. Esta consideración se desprende de
la idea rectora de que los componentes de los valores se
complementan mutuamente y al expresarse en acciones
interactúan entre si.

La concepción de un sistema de influencias educativas y
de estrategias de
intervención para la formación de la
personalidad exige la determinación del sistema de
valores humanos sobre el cual se debe erigir la labor formativa
de ese proyecto; se
trata de que hay que seleccionar tales o cuales valores y sobre
la base de sus principales componentes determinar las acciones
que conforman el plan.

Es obvio suponer que al analizar el concepto de sistema de
valores humanos nos encontramos con el problema de que la
significación social del medio exterior puede ser tan
extensa y tan variada que haría infinita la lista de
valores que puede asimilar la formación del individuo. Por
lo tanto, la determinación de un sistema de valores solo
se podrá lograr a través de la
jerarquización que se haga de un grupo de ellos
tomados de esa infinitud que presupone la significación
social del medio exterior. En tal sentido se puede aceptar una
definición del concepto sistema de valores en los
siguientes términos: "Sistema de valores humanos es el
conjunto de aquellos valores que se jerarquizan en la
significación social de la realidad producto del
lugar y del momento en que se desarrolla el individuo".

Se pudiera destacar como dimensiones de este concepto a los
siguientes elementos:

1ro.-La jerarquización de determinados valores tomados
del conjunto de la significación social del medio
exterior.

2do.-Las particularidades del desenvolvimiento del individuo
en un lugar determinado.

3ro.-Las condiciones del momento en que se despliega el
individuo en el conjunto de las relaciones sociales.

El problema de jerarquización de valores implica tener
en cuenta, por una parte, las condiciones del medio exterior que
circundan al individuo y, por otra parte, los intereses que se
mueven en ese individuo al asimilar ese mundo exterior. Esto
significa que la determinación de un sistema de valores
tiene en cuenta un momento objetivo determinado por las
condiciones del medio en que se desenvuelve el individuo y un
momento subjetivo determinado por la deseabilidad del valor, es
decir, la conciencia de su necesidad por el individuo.

1.4 EL CONCEPTO DE COMPONENTES DE LOS VALORES
HUMANOS.

El fortalecimiento de la formación de valores humanos y
la educación en valores en general, exigen la
determinación de los componentes principales de cada valor
del sistema elegido, a partir de las características del
medio social en el que se inserta el individuo en un momento y en
un lugar determinado y de sus intereses vitales.

Determinar los componentes de los valores humanos presupone
encontrar aquellos elementos fundamentales de los cuales
está compuesto cada valor en un contexto social dado que
permiten precisar las acciones que contribuyan al fortalecimiento
y consolidación de esos valores en la personalidad.

La elección de las tareas de un sistema de influencias
educativas y de una estrategia de
intervención para la formación de la personalidad
debe tomar como base a los componentes principales que se definan
para cada uno de los valores que conforman el sistema
elegido.

Una definición conceptual del término
componentes de los valores humanos que puede ayudar a concretar
la tarea de la educación en valores puede ser la
siguiente: "Componentes de los valores humanos son aquellos
elementos fundamentales que permiten conformar cada valor a
partir de las características del medio exterior que
circundan al individuo y de sus intereses vitales, con los cuales
se pueden concretar las acciones que tributan a la
formación de la personalidad"(15).

Las dimensiones de este concepto se pueden apreciar en los
siguientes elementos:

1ro.- La determinación de los elementos principales que
conforman cada valor humano.

2do.- La determinación de los componentes a partir de
las características del medio que circunda al individuo y
de sus intereses vitales

3ro.- La determinación de los componentes que permitan
encontrar las acciones que tributan al fortalecimiento de los
valores.

La concepción de componentes de los valores humanos nos
pone en condiciones de asumir la estructura
interna de los valores, en el que la definición de sus
elementos no debe olvidar el enfoque sistémico, el cual
presupone la necesaria relación que se debe establecer
entre dichos elementos.

De lo anterior se desprende la idea de que no podemos decidir
componentes aislados del valor sino la integración de elementos que lo lleven a su
conformación como tal. Precisamente en esto radica la
importancia metodológica de trabajar el fortalecimiento de
valores sobre la base del esclarecimiento de sus componentes
principales.

1.5 CONCEPTO DE BANCO DE
VALORES.

Para poder realizar
la jerarquización de aquellos valores que más
directamente responden a las condiciones de época y de
lugar en que se desarrolla el individuo se hace necesario
disponer de una fuente de valores potenciales que tipifiquen el
perfil humano en determinadas condiciones sociales. Por ello, es
sugerente trabajar en la confección del banco de valores,
término que pudiera definirse como "la
caracterización de todos aquellos valores potenciales que
pueden conformar el modelo del
perfil humano que tipifica al individuo en el momento y en el
lugar en que despliega sus relaciones
sociales[9]

La conformación de los bancos de valores
constituye un tipo de trabajo
metodológico que se sustenta en el estudio de
caracterización de las etapas del desarrollo del individuo
que condiciona el papel de los distintos tipos y niveles de
enseñanza en el proceso de fortalecimiento
de valores, haciendo énfasis en el papel de las
disciplinas y las asignaturas dentro de la estructura curricular
y de la precisión de los objetivos de las actividades
extracurriculares.

Es muy importante asumir el criterio de potencialidad de los
valores humanos, que de hecho constituye el elemento principal de
la dimensión humana, la cual nos brinda la riqueza de
significación social donde se identifican los valores. Por
su parte, ese estado
potencial debe reflejar lo más acertadamente posible el
diseño
del hombre de un tiempo y de un lugar. Es por eso muy importante
hacer el estudio de los bancos de valores, incluso, por esferas
de la actividad humana, lo que nos permite hablar de banco de
valores éticos-morales,
político-ideológicos, socio-culturales,
artísticos, estéticos, ambientalistas, etc.

Sin dudas que no son estas las únicas clasificaciones o
agrupaciones de valores que existen, pero son entre otras las
más trabajadas por la educación cubana en todas las
enseñanzas.

1.6 EL CONCEPTO DE EDUCACIÓN EN VALORES.

En las terminologías, fundamentalmente
pedagógicas contemporáneas, se hace común la
utilización del concepto educación en valores.
Resulta evidente que el uso de este término ofrece ciertas
ventajas al promover la dependencia mutua entre educación
y valores. Es obvio suponer que cualquier influencia educativa
conlleva, de alguna manera, a tener presente el fortalecimiento
de valores, pero no siempre se hace consciente desde el punto de
vista conceptual para establecer las previsiones de la
concepción del proceso educativo. Por ello, el hecho de
asumir un concepto que estimule o conscientice el nexo existente
entre educación y valores constituye un importante paso en
la prioridad que adquiere el enfoque de los valores dentro del
proceso educativo. En tal sentido es recomendable trabajar con el
siguiente concepto: "La educación en valores es la
concepción de toda actividad educativa sustentada en una
plataforma de valores humanos esenciales que respondan a las
condiciones de época y lugar en que tiene lugar el proceso
de formación del individuo".

El esclarecimiento conceptual del término
educación en valores nos pone en condiciones de poder
concretar con mayor precisión el contenido de las
influencias educativas, ya que plantea la exigencia de tomar en
consideración determinados valores humanos como
sostén de cualquier actividad educativa.

Es por ello que los Valores Humanos se encuentran
históricamente condicionados por las situaciones objetivas
que atraviesan las sociedades, lo
que provoca que los mismos y su estado constituyan un reflejo de
la sociedad que les da cabida. Esto fundamenta el hecho de que en
períodos donde las sociedades atraviesan crisis, se
produzca un reflejo de las mismas en el sistema de valores que
les corresponde.

1.7 LA FORMACIÓN DE VALORES EN EL
ÁMBITO EDUCATIVO.

La formación de valores no puede asumirse a
través de zonas o grados escolares aislados, aunque
tengamos que reconocer que pude poseer especificidades propias en
distintos niveles de enseñanza y edades. Se trata, por
tanto, de un proceso que se debe iniciar en la familia y
extender con marcadas fuerzas a las instituciones
educativas, donde el niño comienza a apreciar y percibir
sentimientos y valores elementales de convivencia grupal y social
de acuerdo con sus años de vida.

Hay que desarrollarlo en todos los niveles de
enseñanza, transitando desde la educación infantil
hacia la educación
superior. Se debe acrecentar notablemente en este
último, de manera que cada nivel de enseñanza
cumpla con el deber que le corresponde, considerando el nivel de
profundidad requerido.

Pero es más bien un proceso que se extiende como
tendencia a toda la vida del hombre, pues éste siempre
está abierto a influencias positivas o negativas sin
excluir, claro está, la incidencia de modelos-padres, maestros, figuras
políticas, pensadores – y el decisivo aporte del
arte, la
literatura y los
múltiples medios de
comunicación masiva en su conjunto. Estos
últimos se convierten en trasmisores y modeladores de un
estilo específico de vida.

La formación de valores posee una gran
significación en el campo de la educación, por
constituir uno de los principios objetivos de este proceso de
desarrollo moral de
nuestros niños,
adolescentes y
jóvenes; desarrollo que aunque problemático y no
exento de contradicciones debe producirse en los marcos de
correspondencia con los principales valores de nuestro proyectos social.
Es por ello que resultan indispensable defender una manera
específica de ser y pensar, y con ello el conjunto de
valores e ideales que identifica al pueblo: la libertad, la
democracia y
la ética
que ha permitido realizar a lo largo de más de un siglo,
la extraordinaria hazaña de una Revolución
con los pobres de la Tierra.

La educación en valores no es algo nuevo en el
ámbito educativo, ni debe verse necesariamente como algo
añadido, o como una simple orientación más
que se convierte en algo externo y formal; no pueden entenderse
solo como un tema más sino como toda una proyección
estratégica de la escuela cubana
actual. Su importancia es, por tanto, de ayer, de hoy y de
siempre; y su urgencia actual se debe, entre otras razones, a las
difíciles condiciones coyunturales en que se desenvuelve
nuestro proyecto histórico. Es por ello que su imperiosa
necesidad no puede confundirse con un llamado del momento actual,
o una simple consigna, pues su imprescindible valía debe
asumirse como parte consustancial y de encauzamiento del trabajo
docente-educativo, incluido el sistema de educación
superior cubano.

En este caso específico, la coherencia y claridad son
fundamentales a la hora de formar los valores deseados en el
curso actual de nuestros proyectos social. Ello deviene algo
esencial para nuestro proceso educativo. La adhesión del
sujeto humano es el fundamento de todo valor. Por eso, la
educación en valores no es solo vital para el
estudiantado, sino también, en mi opinión, para
profesores y otros sectores, así como entidades sociales
implicados en ese quehacer.

No por gusto algunos autores hablan de la "educación de
los educadores", rescatando, dando sentido y fuerza a la
idea de que el profesor necesitan también ser educado, es
decir, formado.

Trabajar desde lo educativo para que el maestro alcance una
profunda formación cultural, política-ideológica y moral es
también educar en el ámbito de los valores
más relevantes para nuestra sociedad.

Así se torna imprescindible que el hombre,
llámese educador, estudiante o directivo, etcétera,
alcance un nivel de interiorización axiológica lo
más óptimo posible. Se trata de que el sujeto (o
los sujetos) implicado logren alcanzar o plasmar niveles de
desarrollo axiológicos relevantes y plenos de actitudes
humanas expresadas o plasmadas por el sujeto en el ejercicio de
su comportamiento diario. Esto es indispensable para el proceso
de enseñanza-aprendizaje,
incluso para otros niveles y ámbitos de expresión,
adecuación y efectividad del valor.

No es extraño entonces afirmar que los valores han
sido, son y continuarán siendo soportes imprescindibles
para un adecuado desarrollo y funcionamiento de la sociedad
humana. Sin embargo cuando estos valores no pasan a formar parte
de los componentes de la personalidad, se produce una
regulación externa y la conducta moral presenta un
carácter formal. Muy vinculado a esta situación
aparece el problema de la doble moralidad,
dañino fenómeno comportamental que afecta tanto el
funcionamiento del individuo en términos concretos, como a
la sociedad en su conjunto.

De ahí el significado de formar valores de notable
incidencia en la comunidad
universitaria y de vital importancia para la vida espiritual de
la nación
cubana. En este proceso interviene con peculiar
significación la fuerza del pensamiento creador que sean
capaces de trasmitir los profesores universitarios y su medio
académico, así como otras vías de
perfeccionamiento espiritual como el arte, la literatura, la
comunidad y
los medios de
comunicación que poseen, entre otras alternativas
posibles, la función de
formar valores de indiscutible sentido para nuestra sociedad
actual.

Cabe, sin embargo, recordar que la labor educativa debe
involucrar un ambiente
apropiado, de ejemplaridad y acción individuales. Es una
obra en la cual la familia, la
escuela, los educadores, los educandos y los demás
elementos devienen condición indispensable de este
proceso, si es que se quiere lograr algo más que una
simple capacitación y no un formalismo en este
sentido. No por gusto en el libro Educar
en la Posmodernidad
se insiste en que el descubrimiento, la incorporación y la
realización de los valores constituyen tres fundamentos
básicos del trabajo en esa esfera.

Quienes participan en este proceso necesitan asumir estos
valores emocionalmente. Ello significa que estos no pueden
imponerse sino interiorizarse como algo atractivo y útil.
De lo que se trata es de propiciar un ambiente desde el
ámbito educativo y familiar que favorezca alternativas, es
decir, cree un clima facilitador
de la experiencia de autoapropiación que caracteriza la
tarea de autenticación humana y que implica necesariamente
fundamentación y futuro.

Cuando se intenta formar hábitos de conductas, valores
y normas
elementales de convivencia, como las buenas maneras y costumbres,
solidaridad y
respecto, se está trabajando no solo para el presente,
sino también para el futuro.

El sistema educacional en su conjunto debe preparar al
estudiante en el difícil camino de cómo afrontar
diversos problemas que
se presentan en el transcurso de la vida, los cuales se puede
predecir sobre la base de un mejor planeamiento de
la propia labor educativa. Incluso se puede propiciar un
aprendizaje de esta naturaleza,
dirigido a que el alumno pueda apropiarse de valores como la
honestidad, la verdad, la prosperidad y la plenitud de la propia
vida, así como de otros valores que son elementales para
el normal funcionamiento de la sociedad.

Todo esto se puede enseñar por medio de los
conocimientos que la Universidad puede trasmitir de manera
indirecta y que no está plasmado necesariamente en los
programas de
estudio.

1.8 LA FORMACIÓN DE VALORES ANTE LOS DESAFIOS DE LOS
NUEVOS TIEMPOS

No pocos estudiosos coinciden en que vivimos en una
época de falta de sentido, criterio que se difunde
rápidamente.

No se puede perder de vista que en el actual mundo unipolar al
que hoy asistimos se perfila, cada vez más, la decadencia
moral y se ponen en crisis valores humanos universales que han
sido conquistas históricas del progreso moral de la
humanidad.

No hay duda de que estamos en tiempos en que estos
fenómenos de orden negativo asaltan y se hacen sentir por
doquier. Sin embargo, esta situación no quiere decir que
se dejen de formar valores, pues un factor esencial sigue y
tendrá que seguir siendo el hombre y su formación
en sus múltiples elementos.

Es cierto, también, y esto es de vital importancia, que
el mundo vive en una crisis de valores en la que Cuba se inserta
con sus propias peculiaridades.

No son pocos los autores y personas comunes que hablan del fin
del bien y del mal, y niegan su significado como
categorías axiológicas, elogian el nihilismo y se
pronuncian en contra de las normas sociales. Otros
únicamente le conceden valor a aquellas normas que poseen
un sentido humano-universal. Hay quienes piensan que las normas
se aplican atendiendo a criterios muy rígidos, externos, a
exceso de moralización, y por la influencia del temor y al
qué dirán.

En este proceso existen aquellos que o bien justifican esta
situación condenando toda forma de esperanza y de
entusiasmo, o se declaran contrarios, refiriéndose al
absurdo de contenidos como norma, ideales y valores. Otra
cuestión esencial es no querer tomar en cuenta la
incidencia de la esfera axiológica y apoyarse en el
supuesto de que las necesidades y las formas de conducta de
índole más elevada son aprendidas y carecen de base
genética.

En este sentido, los científicos conductistas y ahora
los posmodernos, entre otros, han rechazado el estudio de los
valores en la medida en que tal punto de vista no va de acuerdo
con los datos observables
y carecería de pertinencia científica. El solo
hecho de no considerar la posibilidad de estudiar
científicamente los valores, no solo debilita a la ciencia y a
los científicos que se apoyan en tal concepción,
sino que, además, les impide lograr un desarrollo pleno,
dejando en este caso a la humanidad abandonada al dominio del
relativismo ético, Lo anterior ejemplifica el peligro de
una ciencia que opera libre de valores.

Sin fin ético, una sociedad tendrá que
conformarse con hombres como Eichmann y Hitler, bombas
atómicas y cuestiones por el estilo.

En lugar del relativismo ético-cultural, se sugiere que
existen normas básicas que trascienden a toda la especie
humana las que deben permitir que esta viva a plenitud.

Sin tales pautas simplemente faltaría base para someter
a crítica
ideas fascistas, reaccionarias y antiéticas.

La ciencia es también un tipo específico de
valor social y moral, en tanto es de utilidad para
algo y se pone al servicio de
alguien. Como dice Victoria Camps:

"El discurso
ético (.) ha de adaptarse a las necesidades y carencias de
los tiempos y las sensibilidades"[10].

La ética tal como surgió en la pérdida y
en el novum, es siempre una respuesta vital, una modalidad de
supervivencia, una más plena producción de existencia que tiende a la
felicidad. Hoy es como si ella se encontrara en un punto crucial
de su evolución: sobrevivirá y progresará si
sabe hacer la elección justa, encontrar el punto de
contacto ente su naturaleza, su historia y la respuesta del
ambiente en el que vive. Si racional es lo que mantiene la
promesa, elecciones racionales serán aquellas que eviten
la devastación, no eliminando el progreso moral ya
realizado.

Todas estas reacciones son expresiones del descontento de una
sociedad que –con motivos fundados- tiene miedo del proceso
histórico actual.

Por tanto, es perfectamente comprensible que para nada sirve
elogiar la indiferencia en esta esfera de vital importancia para
el hombre, pues una sociedad no puede vivir sin valores; es
justamente por esta razón que los produce. Esto
precisamente explica que "mientras haya humanidad, mientras haya
historia, habrá también desarrollo
axiológico".

Valores como la consagración, la modestia, la dignidad,
el sentido de la justicia y la
solidaridad, se hacen imprescindibles aun en los tiempos
más cruentos y turbulentos. La expresión "situarse
por encima del bien y del mal", designa precisamente toda la
indiferencia a las valoraciones morales. Por eso, desde el
ángulo propiamente moral, una sociedad, un grupo social o
una persona que se
vanagloria porque está por encima o "más
allá del bien y del mal" únicamente puede prometer
opresión, elogio de la fuerza u egoísmo.
Téngase en cuenta que a partir de estos dos conceptos
estamos expresando precisamente una valoración positiva o
negativa de los fenómenos sociales, y hasta del
comportamientos de las personas en el proceso d su devenir
social.

En el ámbito educativo hay que estar atentos a las
sugerencias desmovilizadoras que emanen de ideologías
vacías de contenido como el posmodernismo, pues de un
tiempo a la fecha cada vez más estudiosos del tema han
enfocado su reflexión hacia el clima de desengaño,
que para muchos ha devenido el fracaso del proyecto optimista de
la modernidad, cuyas
cosmovisiones, apoyadas en la idea del progreso indefinido del
hombre por su poder mismo, plantearon un mejor e inmediato
futuro.

En el ámbito de la reflexión ética, su
regla suprema es : " Se vale lo que me agrada, no se vale lo que
no me agrada. Nada está prohibido".

Como bien puede comprenderse, dice Armando Hart:

(.) la degradación ética está en el
vórtice del drama posmoderno, se observa en el caos
intelectual de la sociedad internacional contemporánea, en
la tendencia a la fragmentación y la atomización
espiritual del hombre que se esconde tras la ilusión
globalizadota[11]

El punto de partida de la conducta es la razón
integrada por la inteligencia y
la voluntad. La franja de salida es justamente el otro. Por eso,
entre otras tantas razones, no se puede vivir sin normas de
conducta.

No obstante, la fundamentación de la moral requiere de
unos valores y principios básicos, y hoy precisamente se
da con frecuencia la siguiente confusión: una cosa es no
tener tabúes, que es algo que debemos valorar como
positivo, y otra es no tener principios, que se conoce como
negativo. Esto significa que si todo está permitido, si
todo vale, nos dirigimos a instaurar una sociedad dominada por la
indecencia, la insensibilidad, la prevalencia de hacer notar lo
último en materia de un
vulgar hedonismo, omitir valores como el decoro, el
humanitarismo, el civismo, etcétera. En definitiva nos
dirigimos hacia el caos, según el criterio de un conjunto
de autores contemporáneos.

Asumir en términos conductuales estas sugerencias
desmovilizadoras, significan algo imposible, pues
tornarían simplemente la vida insoportable, inviable en
términos de comportamiento
humano, moral. Uno mismo y los otros dejamos de ser personas
para convertirnos en cosas, para materializarnos.

La intensidad que la vía moderna requiere se diluye y
somete a las banalidades que piden paso. Los argumentos
biográficos se invierten ya no poseen el sentido de antes,
pues falla la base, es decir, la coherencia interior. Entonces se
aspira a formas de felicidad inmediata, externas, como el
bienestar, el nivel de vida, el tener y acumular,
etcétera. Es este un congelante escepticismo emanado de un
conjunto de autores posmodernos, que se convierte en un rasgo o
indicador de vacío moral, de crisis valorativa en los
tiempos que corren.

Por eso este embate que ha experimentado el mundo conduce a la
necesidad imperiosa de una redefinición continua de lo que
se considera esencial, es decir, de una búsqueda de
aquello que tienen valor por sí mismo y de aquello que se
convierte en medio adecuado para lograrlo. En cierto modo,
podría afirmarse que lo que caracteriza a nuestra
época es precisamente la búsqueda de lo que tiene
valor.

No es menos ciertos que la crisis de valores que hoy tipifica
a este período, que debe ser comprendida, se debe a una
búsqueda constante de lo nuevo, que nace del vertiginoso y
ascendente progreso científico-técnico y
económico, y a su vez de la fragilidad de aquellas cosas
que hasta ayer se juzgaban esenciales, y que frente a la prueba
suprema del tiempo hoy no superan el examen actual.

Este proceso transcurre por distintas vías, es decir,
por el estímulo en describir cosas que poseen valor por si
mismas, y por la necesidad de ver el carácter cambiante de
algunos valores que ya no resisten la prueba de los nuevos
tiempos y se hace necesaria su sustitución por otros. Esta
última idea expresa claramente la dialéctica y
metamorfosis que se produce al interactuar viejos valores con
otros que surgen motivados por un incesante redimensionamiento de
valores que contectualizan entornos sociales y épocas.
Esto no niega que hay valores universales, que deben existir
siempre, que deben caracterizar el carácter esencialmente
humano del hombre, pero también hay que comprender que el
hombre es un ser histórico, producto de una época y
de un lugar en la historia, por lo que siempre tendrán que
surgir nuevos valores humanos.

1.9 EL PROCESO DE FORMACIÓN DE LOS
VALORES EN LAS UNIVERSIDADES CUBANAS.

"La formación de valores en las Universidades cubanas,
es un fenómeno complejo que depende de multitud de
variables
entre las que se encuentran:

  • Las creencias y valores de sus fundadores. Toda
    organización surge de un impulso fundamental a partir
    de una idea y unos principios de acción más o
    menos implícitos. La consecución de recursos
    financieros, materiales y humanos para llevar a cabo dicha
    idea es un paso posterior.

  • Las creencias y valores de la dirección actual
    de la Universidad.
    La dirección de la Universidad,
    en un momento dado, puede pretender perpetuar, revitalizar o
    incluso modificar radicalmente las creencias y valores de su
    fundador, debiendo gestionar adecuadamente el conflicto entre
    lo tradicional y lo moderno.

  • Las creencias y valores de los estudiantes. Como ya
    hemos comentado la mayor fuerza formadora de creencias y
    valores en los estudiantes está, sin duda alguna,
    constituida por los sistemas de influencias educativas
    existente.

  • La formación y la influencia de los factores del
    territorio así como, del nivel superior de
    dirección.
    Naturalmente, un mecanismo esencial
    para modificar creencias y valores es la formación. El
    verdadero aprendizaje radica en el desaprendizaje de
    creencias y la incorporación de otras nuevas.

  • Normativas legales existentes. La
    legislación laboral, medioambiental, economía,
    educacional, etc, de cada país también influye
    significativamente sobre las creencias y valores de sus
    Universidades.

  • Los valores sociales de cada momento
    histórico.
    A principios del siglo XX, los valores
    sociales predominantes en los países desarrollados no
    eran los mismos que los actuales, y éstos no tienen
    porqué ser los mismo que los futuros.

  • La tradición cultural de cada sociedad.
    Existe una influencia mutua entre los valores sociales y los
    valores organizacionales.

  • Los resultados de la Universidad. Es de destacar
    que los sistemas de creencias y valores de la Universidad se
    retroalimentan en función de sus resultados.

Lo anterior apunta del carácter sistémico con
que deben verse y trabajarse todo el sistema de influencias
educativas que contribuyen al fortalecimiento de valores que
deben caracterizar al que trabaja en las Universidades
cubanas.

1.10 IMPORTANCIA DE LOS VALORES

La importancia de los valores radica en que se convierte en un
elemento motivador de las acciones y del comportamiento humano,
define el carácter fundamental y definitivo de la
organización, crea un sentido de identidad del
personal con la organización. Son importantes porque
describen lo que es primordial para sus implicados, porque
identifican los resultados que la mayoría espera,
guían nuestras actuaciones y determinan si nuestras
organización tendrá éxito. También lo
son porque, cuando los valores están en línea
obtenemos varios beneficios como son: moral alta, confianza,
colaboración, productividad,
éxito y resultados. Por lo tanto, los valores son
formulados, enseñados y asumidos dentro de una realidad
concreta y no como entes absolutos en un contexto social,
representando una opción con bases ideológicas con
las bases sociales y culturales. Los valores deben ser claros,
iguales compartidos y aceptados por todos los miembros y niveles
de la organización, para que exista un criterio unificado
que compacte y fortalezca los intereses de todos los miembros con
la organización"[12].

Se hace necesario entonces educar en una ética
transformadora que permita alinear el comportamiento humano
entorno a un conjunto de valores que encierren las principales
aspiraciones que pretenden alcanzar las organizaciones
educativas.

Al fundamentar la necesidad del desarrollo de una ética
humanista en la sociedad el investigador Fidel Izquierdo
señala:

"Debemos educar en un humanismo cuyo
contenido fundamental radique en el amor al ser
humano, en la sensibilidad, en la generosidad, en la
preocupación por el otro, en la ayuda mutua y en la
solidaridad. Educar en un humanismo que sea noble y abierto y a
la vez exigente e intransigente con las faltas y las
debilidades, donde el hombre es más
preciado[13]Por ello es preciso señalar los
límites
en que se desea formar esa ética.

1.11 DE QUÉ ÉTICA HABLAMOS

Es cierto que en la compresión del saber ético
se han manifestado distintos puntos de vista. Uno bastante
generalizado que es el que asume que el discurso ético es
retórico y no lógico racional. En este sentido se
ha insistido en que la ética tiene un ámbito propio
que concierne más a lo que debe ser que a lo que es. Sin
embargo, este modo de comprender esta disciplina
tiende a concebirla desde una sola dirección filosófica. Modo un tanto
absoluto, pues la convierte en parte del saber filosófico
que se ocupa solo de lo que debe hacerse y no de lo que
prácticamente hacemos, estudiando de este modo, la
conducta
humana bajo un punto de vista normativo.

No es posible olvidar que en la comprensión de la moral
e, incluso, de sus principios, normas, valores, así como
de la propia estructura de la ética, se vinculan o
entrecruzan elementos cognitivos, axiológicos,
deontológico, prescriptivos y formativos que hacen
difícil llegar a una definición concluyente de
cómo comprender estos conceptos, sus interacciones y
diferencias fundamentales. Por eso, posee razón Esperanza
Guisán cuando dice que no hay una única respuesta
con respecto a este saber, esto es, no existe una ética
(como posiblemente no exista una historia, ni una sociología, ni una medicina),
sino diversos e incluso antagónicos puntos de vista acerca
de esta disciplina.

A su vez, la ética describe, fundamenta, prescribe y
enseña, cumpliendo de este modo una importante
función crítica y valorativa con respecto a la
moral socialmente establecida.

La moral, como vínculo humano, incuestionable
valía para un comportamiento virtuoso, es no solo como se
dice en ocasiones, un conjunto de actos, hechos y acciones, sino
también una determinada explicación de ellos, Por
eso, la moral cumple también una importante función
epistémica.

Cuando se argumenta que una de las tareas fundamentales de la
ética es enseñar la moral, se está aludiendo
también a la necesidad social de formar determinadas
concepciones. Principios. Normas y valores
morales. Es cierto lo que afirma Victoria Campus: pese a
Musil y a los profetas de la posmodernidad, no podemos aceptar la
idea de un hombre "sin cualidades".

Por eso es difícil renunciar al aspecto formativo de
esta disciplina. No por gusto, algún pensador dijo en su
momento que la ética que no ayuda a las personas a ser
mejores en el orden moral y humano es tan inútil como un
medicamento que no cura. Esta es precisamente una idea que cobra
un significado de vital importancia en la obra de Esperanza
Guisán. "A diferencia de lo que pensaba G. E. Moore, para
quien la ética debería ocuparse simplemente de los
buenos razonamientos más que de las buenas causas, a la
ética le preocupan de modo semejante las buenas razones
las buenas causas y la buena gente.

No hay por qué olvidar que las normas y valores se
encuentran en un proceso de génesis, desarrollo y
caducidad, lo cual demuestra que el desarrollo moral es un
proceso contradictorio y por ende dialéctico. No es menos
cierto que una reflexión ética realista no puede
reducirse a la mera descripción de las reglas de conductas,
sino que por el contrario, supone el estudio de los cambios
reales que se operan en la esfera de las relaciones morales:
extinción de viejas normas y nacimiento de otras nuevas
que paulatinamente comienzan a afianzarse, como necesidad de
oxigenar algunas pautas y valores que por distintos motivos han
perdido potencialidades reales para seguir regulando el
comportamiento moral de los seres humanos.

Es cierto que el propio desarrollo de la moral, de sus
principios, normas, ideales, valores e incluso de la propia
ética, comprendiendo como disciplina filosófica,
"lleva consigo necesariamente , de modo paralelo, un desarrollo
intelectual, mental, conceptual, lógico, como ingrediente
necesario pero nunca suficiente (.), aunque se han producido
cambios de enfoque epistemológico en este saber de
conciencia crítica más desarrollada, a convertirse
en el núcleo en torno al cual ha
de gravitar todo el proceso de producción cultural, científica y
educativa, todo el proceso de ordenamiento político y
jurídico[14]

Se aprende no solo de los libros
escritos, de películas, también del comportamiento
de las personas en su relación con las demás. Por
eso, se hace necesario evaluar las conductas y actitudes de los
estudiantes y trabajadores de la sede e identificar factores que
los afectan.

Pero para ello, es evidente que se debe estar teórica y
conceptualmente preparado para poder ofrecer juicios de valor
sobre los actos y comportamientos humanos. Esto es posible si se
estudian y se conocen las características que poseen los
valores humanos.

1.12 CARACTERÍSTICAS DE LOS VALORES

"¿Qué hace que algo sea valioso?. La humanidad
ha adoptado criterios a partir de los cuales se establece que los
valores expresan:

(a) Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de
la vida. Hay valores que son más permanentes en el tiempo
que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más fugaz
que el de la verdad.

(b) Integralidad: cada valor es una abstracción
íntegra en sí mismo, no es divisible.

(c) Flexibilidad: los valores cambian con las
necesidades y experiencias de las personas.

(d) Satisfacción: los valores generan
satisfacción en las personas que los practican.

(e) Polaridad: todo valor se presenta en sentido
positivo y negativo; Todo valor conlleva un contravalor.

(f) Jerarquía: Hay valores que son considerados
superiores (dignidad, libertad) y otros como inferiores (los
relacionados con las necesidades básicas o vitales). Las
jerarquías de valores no son rígidas ni
predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo
de la vida de cada persona.

(g) Trascendencia: Los valores trascienden el plano
concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la
sociedad.

(h) Dinamismo: Los valores se transforman con las
épocas.

(i) Aplicabilidad: Los valores se aplican en las
diversas situaciones de la vida; entrañan acciones
prácticas que reflejan los principios valorativos de la
persona. (j) Complejidad: Los valores obedecen a causas
diversas, requieren complicados juicios y
decisiones[15]

Se coincide con esta precisión al considerar
también que esas características son evidencia en
la práctica cotidiana de los seres humanos y que expresan
la concepción, el fundamento y la dinámica de los valores en su
evolución y desarrollo. Es muy importante considerar a la
hora de analizar la problemática de los valores en
cualquier organización estas características,
fundamentalmente porque pueden jerarquizarse, son afectados por
diferentes causas que hay que identificar y tratar, que a cada
valor le corresponde un antivalor y su carácter flexible
al poseer significación positiva en una época y
cambiar o perderla en otra. Pero no solo cambian de
significación de una época a otra, sino
también de una organización social, empresarial o
pública u otra.

Es importante cuestionarse, ¿Cómo valora el
ser humano? ¿Cómo expresa sus valoraciones?
El
proceso de valoración del ser humano incluye una compleja
serie de condiciones intelectuales
y afectivas que suponen: la toma de
decisiones, la estimación y la actuación. Las
personas valoran al preferir, al estimar, al elegir unas cosas en
lugar de otras, al formular metas y propósitos personales.
Las valoraciones se expresan mediante creencias, intereses,
sentimientos, convicciones, actitudes, juicios de valor y
acciones. Desde el punto de vista ético, la importancia
del proceso de valoración deriva de su fuerza orientadora
en aras de una moral autónoma del ser humano.

Es vital, a la hora de trabajar con las clasificaciones de
valores considerar las formas en que el hombre percibe y valora
la realidad, cómo se apropia de los mismos y entonces se
estará en mejores condiciones de encausas su
tratamiento.

  • ACERCA DE LA CLASIFICACIÓN DE LOS
    VALORES

Dentro de la diversidad de puntos de arranques parece
más apropiada la idea de que los retos de desarrollo a que
se somete el hombre en cada momento y en cada lugar dimensiona
sus valores y visualiza las distintas esferas en que éstos
se pueden identificar. Es aquí donde aparece la necesidad
de prestar atención a la tipología de
valores.

" Cómo se clasifican los valores?,
¿Cuáles tipos de valores existen?
No existe una
ordenación deseable o clasificación única de
los valores; las jerarquías valorativas son cambiantes,
fluctúan de acuerdo a las variaciones del contexto.
Múltiples han sido las tablas de valores propuestas.

Lo importante a resaltar es que la mayoría de las
clasificaciones propuestas incluye la categoría de valores
éticos y valores morales. La jerarquía de valores
según Scheler (1941) incluye: (a) valores de lo
agradable y lo desagradable, (b) valores vitales,
(c) valores espirituales: lo bello y lo feo, lo justo y lo
injusto, valores del conocimiento puro de la verdad, y (d)
valores religiosos: lo santo y lo profano.

La clasificación más común discrimina
valores lógicos, éticos y estéticos.
También han sido agrupados en: objetivos y
subjetivos
(Frondizi, 1972); o en valores inferiores
(
económicos y afectivos), intermedios
(intelectuales y estéticos) y superiores (morales y
espirituales).

Rokeach (1973) formuló valores instrumentales o
relacionados con modos de conducta (valores morales) y
valores terminales o referidos a estados deseables de existencia
(paz, libertad, felicidad, bien común).

La clasificación detallada que ofrece Marín
Ibáñez (1976) diferencia seis grupos:
(a) Valores técnicos, económicos y
utilitarios; (b) Valores vitales (educación
física, educación para la salud); (c) Valores
estéticos (literarios, musicales, pictóricos);
(d) Valores intelectuales (humanísticos,
científicos, técnicos); (e) Valores morales
(individuales y sociales); y (f) Valores trascendentales
(cosmovisión, filosofía, religión)."
[16]

También en Cuba se está utilizando una
clasificación que tiene que ver con el estado de los
valores en los momentos iniciales y terminales del proceso de
transformación en los llamados valores de entrada y
valores de salida.

Se toma como referente la siguiente tipología de
valores[17]

Valores éticos- morales:

Son aquellos que orientan al hombre hacia la
consecución de sus concepciones, ideas, metas,
propósitos, aspiraciones y fines prácticos,
mediante la regulación de su conducta en los diversos
planos de su actividad que puede ser en lo individual, en lo
colectivo o en lo social propiamente dicho. Son valores que
permiten captar la actividad humana desde el ángulo del
significado social de sus resultados. Ejemplos de estos valores
pueden ser:

  • La honestidad.

  • La dignidad.

  • La sensibilidad.

  • La solidaridad.

  • La fidelidad, etc.

  • Valores Ideo Políticos:

Son aquellos valores que ponen de manifiesto el significado
social de la pertenencia a un grupo social determinado, desde el
cual el hombre despliega su actividad como ser humano. Esta
actividad constituye el conjunto de acciones que desarrolla el
hombre como miembro de una clase social, donde se propone
transformar tanto material como espiritualmente la realidad, en
correspondencia con determinados intereses, necesidades y
objetivos de esa clase a la cual pertenece. Dentro de estos
valores se pueden destacar los siguientes:

– Patriotismo.

  • Firmeza ideológica.

  • Justicia social.

  • Sentido de pertenencia ideológica.

  • Sentido del deber ideológico, etc.

  • Valores profesionales:

Son aquellos valores que expresan la repercusión social
del ejercicio de las profesiones como resultado de la actividad
humana. Se trata de la generalización de las
significaciones sociales desde una rama determinada del
conocimiento concebida como conocimiento
científico. Como parte de estos valores se pueden
señalar los siguientes:

  • Potencialidad creadora positiva.

  • Sentido conceptual adecuado.

  • Sentido transformador justo.

  • Responsabilidad científico tecnológica.

  • Integralidad científica.

  • Valores estéticos:

Son aquellos valores que contienen en si las formas de
apropiación práctico espiritual de la realidad por
el hombre como manifestación de su actividad humana.
Siendo la actividad estética un fenómeno asociado al
reflejo emocional metafórico y sugestivo de la realidad
por el hombre, produce determinados mensajes espirituales de la
realidad. Cuando estos mensajes adquieren el carácter de
significaciones sociales positivas entonces se comportan como
valores humanos. Algunos de ellos pudieran ser:

  • Sentido justo de la belleza.

  • Adecuado dimensionamiento de la armonía.

  • Correcta interpretación de la tragedia.

  • Uso adecuado del humor.

  • Inspiración positiva de la
    creación."[18]

De acuerdo con el escenario político, de limitaciones
en lo económico y en lo social tanto los valores ideo
políticos como los ético morales adquieren un
tratamiento y una significación especial para tomarlos
como referencia para las practicas sociales. Estos son por su
importancia valores que siempre se comparten por el pueblo, pues
han servido de guía a muchas generaciones de cubanos y
potenciados por la limpia y transparente obra de nuestra
Revolución y nuestro líder
indiscutible y para todos los tiempos, Fidel.

Esther Baxter Pérez en su libro: "La formación
de valores, una tarea pedagógica", ofrece una
comprensión general de los valores esenciales del socialismo, los
cuales son: la paz, la justicia social, la libertad, la
responsabilidad, el trabajo creador, el
colectivismo y la ayuda mutua, el patriotismo socialista, el
internacionalismo, la solidaridad y la
disciplina.[19]
. Como se observa se plantea
una relación de valores tomando como base el sistema
social característico de nuestro país.

En esta misma línea se encuentran otras argumentaciones
donde se destacan los valores fundamentales que a través
de la historia han caracterizado al pueblo cubano sin negar los
anteriormente citados.

El Ingeniero Miguel Angel López Vega y el Lic.
José Raúl Peña Sandoval , profesores de la
Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Unidad
Culhuacán, UNAM, en el V
Simposium "Los valores de la educación", febrero de 1997,
ofrecen la siguiente clasificación de
valores[20]

Valores de acción

Valores de contemplación

Valores Biológicos

Valores sociales

Valores de relación

Intelectuales

Económicos

Morales

Espirituales Estéticos Emocionales

De salud Alimentación
Habitación Vestido

De la persona Familiares Institucionales
Comunitarios

 

Relaciones humanas

Pedagógicos

 

 

En este cuadro se muestran las 17 áreas de la vida en
que se fundamentan los valores del ser humano.

En la clasificación anterior los valores morales son
incluidos dentro de los valores de acción porque son los
valores del mundo espiritual del hombre que están
relacionados de forma inmediata con su práctica
histórico – social, con su acción y su conducta
para con los demás, para con su entorno natural y para
consigo mismo.

José María García Guzmán, en "
Educación y Valores en España",
propone la siguiente clasificación:

Valores instrumentales: Son aquellos que sirven de
medio para alcanzar otros valores superiores.

Valores vitales: Se refieren a la instalación
del sujeto en el mundo y a su relación placentera con el
entorno.

Valores sociales: Son los que tienen que ver con las
normas de convivencia entre las personas y sus relaciones con
ellas.

Valores estéticos: Se refieren a la
creación de lo bello o su simple contemplación.

Valores cognoscitivos: Tienen que ver fundamentalmente
con el
conocimiento de la realidad y de las leyes que
organizan esa realidad tanto externa como internamente.

Valores morales: Son aquellos que presentan una bondad
o maldad intrínseca; son en el fondo, los que impregnan
toda la escala de valores
en un sentido, pues todas las preferencias se hacen sobre la base
de que se consideran "buenas" para el sujeto o la colectividad o
"justos" y aparecen como "derechos" o "deberes",
siendo la elección entre los polos axiológicos la
esencia de la "libertad"[21].

En esta clasificación se identifican de manera
independiente los valores morales, es importante destacar el
papel rector de los mismos en la actividad humana.

Aunque en este trabajo se hace énfasis en los valores
compartidos por lo apuntado anteriormente, se ha realizado el
análisis de diferentes clasificaciones porque los valores
no se manifiestan de forma aislada, ellos son asimilados en un
sistema, es decir, en combinación y dependencia unos con
otros.

Los criterios para la clasificación en sistema de
valores son disímiles, por el lugar que ocupan en la
estructura de la personalidad, por sus objetivos, por su
contenido social y personal, etc.

Es obvio suponer que al querer establecer y determinar
cuáles son los valores que deben poseer el trabajador en
una organización, se encuentra el problema de que la
significación social del medio exterior puede ser tan
extensa y tan variada que haría infinita la lista de
valores que puede asimilar su formación.

Por tal motivo, es interés de esta investigación incursionar en el campo de
los valores compartidos de una organización. En nuestro
caso, la sede universitaria de Najasa.

Cabe la pregunta, ¿por qué valores
compartidos en el contexto de nuestra sede?.
Es necesario
comprender que son aquellos valores que la dirección de la
sede desea fortalecer para alcanzar los resultados y metas
educacionales propuestas. Lo que no significa que estos
estén fortalecidos. Solo que son válidos hacerlos
prevalecer ante otros que pueden estar intrínsecos en el
actuar de los trabajadores y que lo caracterizan. En ellos se
encuentra una respuesta inmediata a los problemas puntuales que
afectan el actuar y desarrollo del trabajo pedagógico y de
formación ética. No se puede asociar valores
compartidos con valores fortalecidos. Los valores compartidos
absorben la complejidad organizativa, orientan la visión
estratégica y aumentan el compromiso profesional, a la vez
que constituyen una herramienta que permite identificar, promover
y legitimar el tipo de cambio
organizacional para lograr la implementación de las
estrategias educativas, lo cual contribuiría a elevar la
efectividad en el proceso pedagógico en las mismas.

1.14 VALORES COMPARTIDOS

La Declaración Universal sobre los Derechos Humanos
de la ONU no hace
más que recoger el común sentir de los hombres que
reconocen los valores que dignifican y acompañan la
existencia de cualquier ser humano. No se cree que sea mera
retórica reconocer al hombre como "portador de valores
eternos", es decir, de valores que siempre, siempre, han de ser
respetados y compartidos.

En este caso la gestión
de valores debe orientarse en la ayuda al trabajador para que
aprenda a guiarse libre y razonablemente por una escala de
valores compartidos con la mediación de su conciencia como
"norma máxima del obrar".

Ello implica también ayudarle en la experiencia
(personal e intransferible) de los valores, desarrollando esa
"libertad experiencial" de la que habla Rogers, para que sepa
descubrir el aspecto de bien que acompaña a todas las
cosas, sucesos o personas; para que aprenda a valorar con todo su
ser, a conocer con la razón, querer con la voluntad e
inclinarse con el afecto por todo aquello que sea bueno, noble,
justo y valioso.

Pero, al mismo tiempo, debería ir haciendo el
difícil aprendizaje de la renuncia. Tendrá que
aprender a sacrificar valores menos importantes por otros que le
resultan más compartidos.

Dicho de otra manera, valores compartidos es lo mismo que
educar moralmente, o simplemente "educar", porque son los valores
los que enseñan al individuo a comportarse como tal, ya
que sólo el hombre es capaz de establecer una
jerarquía entre las cosas, y esto resultaría
imposible si el individuo no fuera capaz de sacrificio y
renuncia.

Los valores organizacionales se han venido formando en los
trabajadores desde la fundación de su organización
y que predispone a pensar, sentir, actuar y comportarnos de forma
previsible, coherente y estable entorno a aquellas
prácticas validadas por la experiencia y el aprendizaje
organizacional.

El valor compartido es, la convicción razonada y firme
de que algo es bueno para todos los miembros de una
organización en un contexto determinado y bajo
proyecciones educativas dadas. Esta comprensión permite
que los valores compartidos se conviertan de hecho en una fuerza
inductora de los cambios y transformaciones de las organizaciones
educacionales. Ha sido precisamente la identificación de
la fuerza de los valores compartidos organizacionales la que hace
que se esté orientado al éxito del cumplimiento de
los objetivos trazados.

Una vez identificados e interiorizados, los valores
compartidos se convierten en guías y pautas que marcan las
directrices de una conducta coherente que debe asumirse para
alcanzar objetivos.

Los valores compartidos se convierten en indicadores
del camino a seguir. De este modo, permiten encontrar sentido a
lo que se hace, tomar las decisiones pertinentes,
responsabilizarse de los actos asumidos y aceptar sus
consecuencias.

Los valores compartidos auténticos, asumidos
libremente, ayudan a aceptarnos como organización tal y
como somos. Dan sentido a una organización y facilitan la
relación madura y equilibrada con el entorno, con las
personas, acontecimientos y cosas, proporcionándonos un
poderoso sentimiento de armonía organizacional.

 Los "Valores Compartidos" son enunciados esenciales,
profundamente creíbles y están formados por
aquellos "valores básicos" que deben "guiar e inspirar las
conductas cotidianas de todos en la organización". Deben
servir como mecanismo de autocontrol y cauce del proceso
pedagógico que se realizan en cada organización
educativa.

Los Valores Compartidos no sólo le dan sentido a la
acción, sino que, además, le dan a cada entidad una
fuerza única y particular de carácter e identidad.
Dan pertinencia y caracterizan las ideas centrales alrededor de
las cuales tiene que trabajar cada organización
educativa.

En toda organización, como en todo grupo humano, pueden
prevalecer muchos valores, pero los "Valores
Compartidos"
son los pocos valores críticos que
deben servir de "eje" en el funcionamiento de cada entidad. Es
importante reconocer que, sobre un "eje" no pueden girar muchas
cosas porque si no el eje se rompe, se traba o no funciona, por
ello los "Valores Compartidos" son los "pocos" valores
críticos que tienen mayor peso o más impactan la
Misión
y la Visión de la
organización
[22]por lo que el conjunto
de valores presentes en una organización hay que
someterlos a un proceso de esclarecimiento e
identificación para encontrar aquellos pocos que se
quieren jerarquizar.

Salvador García y Shimón Dolan, en su libo sobre
la Dirección por Valores en un análisis sobre que
son realmente los valores compartidos afirman que son
aprendizajes estratégicos relativamente estables en el
tiempo de que una forma de actuar es mejor que su opuesta para
conseguir nuestros fines, o lo que es lo mismo, para conseguir
que nos salgan bien las cosos[23]

Según el Dr. Carlos Díaz Llorca, para poder
jerarquizar los "pocos valores" que deben ser compartidos en las
organizaciones, se considera necesario:

Partir de un diagnóstico del conjunto de los
valores
en que se mueve dicha organización. La
realización de este diagnóstico puede llevarse a cabo a partir
de que el grupo directivo principal identifique el conjunto de
valores con los cuales trabaja una organización.
Regularmente se identifica una lista grande de valores, todos de
carácter positivo. Sin embargo, es recomendable
también identificar aquellos de carácter negativo
que puedan existir, porque sólo identificándolos
éstos pueden ser neutralizados con el efecto de los
valores de carácter positivo.

Complementariamente pueden agregarse a la lista otros valores
que pueden resultar deseados, pero que no están presentes
en ese grupo humano en particular.

A fin de poder llegar a identificar aquellos "pocos valores"
que se deben jerarquizar dentro de la organización se
puede, en principio, utilizar algún criterio de
clasificación que ayude ha esclarecer , como el
siguiente:

· "valores ético-morales", son los que definen
cómo las personas se relacionan con los demás y
responden a la pregunta ¿qué valores nos han
permitido llegar a ser los que somos?;

· "valores prácticos", son los que definen
cómo se actúa en el trabajo y responden a la
pregunta ¿qué valores nos han permitido llegar
hasta donde estamos hoy?;

· "valores de desarrollo", son los que definen
cómo se genera, se crea y responden a la pregunta
¿qué valores nos han permitido lograr lo que hemos
querido lograr?[24]."

Los valores se manifiestan en el proceso de toma de decisiones
y como parte de estas, dentro de las acciones para declarar,
objetivos y diseñar estrategias educativas, proyectos
educativos. Los valores pueden servir de orientación para
actuar en situaciones de incertidumbre, donde el compromiso
marca pautas
en el accionar.

El mejoramiento continuo de la educación cubana exige
un cambio
cultural donde los valores ocupan un lugar de alta
significación, en tal sentido la puesta en práctica
del trabajo educativo tiene que apoyarse en esa
transformación.

Al tener en cuenta lo anterior se puede considerar que lo que
da coherencia a una organización educativa es precisamente
la claridad y consenso entre los objetivos educacionales y
valores compartidos.

En tal sentido se requiere de un cambio de actuación no
sencillo, el cual necesita de un liderazgo
integrador de conocimientos y de una cultura
general e integral.

Por tanto, un trabajo educativo basado en valores compartidos
ya no es una interesante elección formativa: hoy es un
imperativo para la supervivencia y para el desarrollo de la
educación cubana.

El Dr. Carlos Díaz Llorca, en su obra Hacia una
estrategia de valores en las organizaciones, ofrece un glosario de
términos interesantes y aborda desde su experiencia una
definición de valores compartidos con la cual se coincide
en parte:

"Valores compartidos: son aquellos valores que han sido
diseñados y están definidos como parte del sistema
de valores y que tienen validez para toda la organización,
así como que han servido para alinear a todos los
trabajadores alrededor de ellos. Están formados por los
valores estratégicos y los valores
tácticos".

No obstante, como clasificación más que es, y
que rompe con las restantes clasificaciones que van desde las
más clásicas hasta las tradicionales, no es que
estén formados por valores tácticos y
estratégicos absolutamente, sino que, adquieren esa
connotación al ser elegidos para alcanzar los objetivos
organizacionales planificados.

Sin lugar a dudas, los valores compartidos son una fuerza
integradora en la vida de los hombres, en los grupos, equipos de
dirección y en las organizaciones educativas en general.
Es por ello, que a través de la educación hay que
ayudar a identificar y expresar su valores, conceptualizarlos,
evaluar su estado, encontrar las causas que los afectan, tanto a
estudiantes y trabajadores de la educación ayudarlos a
identificar sus valores personales y evaluar y resolver las
incongruencias que se den o existan entre valores individuales y
organizacionales.

Es importante precisar a efectos de la
investigación y de los fundamentos abordados, que el
autor asume el concepto de valor compartido propuesto por el
M.Sc. Luis Ángel León López, profesor de la
Universidad de Camaguey en su tesis en opción al
título académico de master en Dirección,
donde afirma que:

Se consideran valores compartidos a: "todas las
significaciones socialmente positivas para las organizaciones que
se desean gestionar por la alta dirección y que ayudan a
inducir el comportamiento de las personas hacia el alcance de la
visión y los objetivos estratégicos
trazados"[25].

No obstante, existen otras definiciones de valores compartidos
que precisan más, a juicio de la autora, el concepto
objeto de estudio abordado.

Es el caso del M.Sc Fidelio Félix de la Paz Leo, en su
tesis en opción al titulo de Master en Dirección
expone la comprensión de que valores compartidos donde
afirma que son: todas las significaciones socialmente
positivas para las organizaciones que se desean gestionar desde
el presente por la alta dirección y sus miembros, para
inducir el comportamiento hacia el alcance de los objetivos
estratégicos trazados[26]

Más adelante hace algunas precisiones al respecto, y
cito textualmente.

" Se hace necesario, hacer algunas precisiones para comprender
mejor el fenómeno y ayudar en la interpretación de
un tema que ha despertado polémicas entre investigadores
que no pertenecen a esta línea de investigación,
pero que tienen alta cultura científica y una basta
experiencia académica e investigativa.

Se coincide que los valores compartidos expresan y portan
significados positivos para la sociedad, tienden a la estabilidad
y perduran en el tiempo, se jerarquizan según la
significación para la época o el momento
histórico concreto, para la sociedad, instituciones
específicas y para una persona en particular que valora
esa significación y la incorpora a su practica.
También es cierto que estos se comparten por todos los
miembros de una organización en particular en tanto y en
cuanto estos formen parte de su tesoro cultural. Adquieren un
carácter estratégico cuando la alta
dirección a propuesta y en consulta con los subordinados,
considera que pueden ayudar significativamente a enfrentar las
debilidades y amenazas que circundan la organización y
el universo de
factores que la afecta. Otro elemento de considerable
importancia, a la hora de precisar los valores compartidos de una
organización, lo constituye la idea de pocos y vitales,
para concentrar energías en ellos
"[27].

A juicio de la autora, aquí se concretan ideas que
ayudan a comprender el porqué y el qué de los
valores compartidos en el ámbito de las organizacionales.
Las sedes universitarias están consideradas como
organizaciones educacionales.

En otras investigaciones
realizadas más recientes el MS.c. Luis Ángel
León López en la tesis de Diploma de la Lic, Yamila
Ibáñez Rubio , aporta una interesante
definición al fundamentar, que asume como valores
compartidos y enriqueciendo el concepto tratado a: las
significaciones socialmente positivas y comunes en un grupo
humano que en diferentes magnitudes se manifiestan en una
organización y que se desean gestionar desde el presente
por la alta dirección, para solucionar los problemas que
afectan su desarrollo e inducir el comportamiento de todos hacia
el alcance de los objetivos estratégicos
trazados
[28]

Esta es una comprensión válida en el contexto de
las Sedes Universitarias Municipales, puesto que se convierte en
un elemento para poder identificar con mayor precisión
aquellos valores que la dirección de la misma, apoyada y
fertilizada la decisión con el criterio de todos sus
miembros, deseen formar para alcanzar con éxito los
objetivos educacionales trazados. Pero no cualquier
comportamiento, sino que debe promoverse y desarrollarse el
ético, que humaniza más, fortalece y consolida la
convivencia entre todos los miembros de una organización
educativa.

Esta comprensión permite precisar y a propuesta de la
autora, que valores compartidos en el contexto de las Ciencias
Pedagógicas, y de las Sedes Universitarias Municipales,
institución educacional de vanguardia,
puede comprenderse como: Las significaciones socialmente
positivas y comunes que se manifiestan en una organización
educativa y que se desean formar, para conducir el comportamiento
ético de todos sus miembros hacia el alcance de los
objetivos educacionales propuestos.

Conclusiones

  • El problema de la formación en valores ocupa un
    lugar esencial en las discusiones actuales en todos los
    ámbitos, no sólo se valora la necesidad de
    trabajar en esta dirección en los centros
    educacionales, que ha centrado su trabajo en los estudiantes.
    Hoy se impone la necesidad de formar valores en los
    educadores. A partir de aquí se comprende la necesidad
    de consolidar determinados valores que se deben compartir por
    ambos.

  • El funcionamiento de las organizaciones educacionales
    está determinado en alguna medida por los valores que
    posee, éstos funcionarán como un sistema
    operativo y de orientación. Por ello, la
    formación de los valores compartidos debe enfocarse a
    la creación de mecanismos, estrategias y proyectos
    educativos para acelerar el desarrollo y fijación de
    tales valores organizacionales.

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Autor:

Lic. Ramona Díaz Guerra

Profesora adjunta de la Sede Universitaria del municipio
Najasa, Camaguey, Cuba.

Ing. Niurka del Pino Torres

Profesora adjunta de la Sede Universitaria de Camagüey,
Cuba.

Especialista en Economia.

Lic. Gladys Mar{ia Garcia Garcia

Profesora adjunta de la Sede Universitaria de Camaguey,
Cuba.

Especialista en Recursos
Humanos.

MS.c. Luis Ángel León López

.

Profesor de Dirección de la Universidad de
Camagüey, Cuba. Consultor de empresas.

[1] González Rey, F. Y A. Mitjana. "La
personalidad, su educación y desarrollo". Editorial
Pueblo y Educación. La Habana, 1989. Pág 148.

[2] Fabelo Corzo, José Ramón.
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[3] – Arana Ercilla, Martha La
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[4] González Rey, F. Y A. Mitjana. "La
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[5] Rockeach. M, 1973. The nature af Human
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[6] Educación y Valores en
España. Mercedes Muñoz Repiso..[et al ].
España: Secretaría General Técnica, 1992,
pág. 91

[7] Idem, pág.10

[8] Corso Fabelo, Ramón José.
"Práctica conocimiento y valor". Editorial Ciencias
Sociales. La Habana, 1987. p 38.

[9] Tomado de compilación sobre
valores humanos del Dr. Cándido Aguilar, ISCMC,
2007.

[10] BOMBINO LOPEZ, Luis. R, Por una Nueva
ética, Colectivo de Autores. Editorial Félix
Varela, La Habana, 2004, Pág. 339.

[11] BOMBINO LOPEZ, Luis. R, Por una Nueva
ética, Colectivo de Autores. Editorial Félix
Varela, La Habana, 2004. Pág, 340.

[12] Lic. Daylenes Martín .Profesora
del Centro de Estudio de Técnicas
de Dirección de la Facultad de Contabilidad
y Finanzas de
la Universidad de La Habana. La Habana, Diciembre de 2002.

[13] IZQUIERDO NAPOLES, Fidel. CEFOVAL.
"Informe
Parcial de Investigación", 1998.

[14] Bombino López, Luis. R, Por una
Nueva ética, Colectivo de Autores. Editorial
Félix Varela, La Habana, 2004. Pág. 401.

[15] Lifton, W. (1972). Trabajando con
grupos. México: Limusa Wiley. Pag,18

[16] Título:¿ POR QUé
UNA TIPOLOGIA DE VALORES HUMANOS ?.Autor: Dr. Cándido R
Aguilar Díaz, asesor del Centro para el Desarrollo de
las Ciencias Sociales y Humanísticas en Salud. Camaguey,
2007.

[17] Grupo de Investigación sobre los
Valores Humanos del Centro de Humanidades en Ciencias de la
Salud del Instituto Carlos J. Finlay. Camaguey. 2003

[18] Título:¿ POR QUé
UNA TIPOLOGIA DE VALORES HUMANOS ?.Autor: Dr. Cándido R
Aguilar Díaz, asesor del Centro para el Desarrollo de
las Ciencias Sociales y Humanísticas en Salud. Camaguey,
2007.

[19] Pérez Baxter, Esther. Op. cit.,
p. 5 La ética pedagógica y la formación de
valores: debate de
los maestros cubanos. p. 20 – 22. – En Con luz propia. – No. 1
. – La Habana, sep. – dic., 1997.

[20] El Ingeniero Miguel Angel López
Vega y el Lic. José Raúl Peña Sandoval ,
profesores de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Unidad
Culhuacán, UNAM, en el
V Simposium "Los valores de la educación", febrero de
1997.

[21] Educación y Valores en
España. Mercedes Muñoz Repiso..[et al ].
España: Secretaría General Técnica, 1992,
pág. 91

[22] GARCÍA SALVADOR., La
Dirección por Valores./ Salvador García y Shimon
Dollan./ SPI. La Habana., 1999.

[23] GARCÍA SALVADOR., La
Dirección por Valores./ Salvador García y Shimon
Dollan./ SPI, 63 pp..La Habana., 1999.

[24] Dirección por Objetivos y
Dirección Estratégica. La Experiencia Cubana.
Compendio de artículos. Centro Coordinador de estudios
de dirección. Ministerio de Educación Superior.
Ciudad de la Habana. Cuba. Septiembre, 1998.

[25] M.Sc. Luis Ángel León
López. Propuesta de procedimiento metodológico
para evaluar el estado de los valores compartidos en la
Universidad de Camaguey, 2007.

[26] M.Sc Fidelio Félix de la Paz Leo,
en su tesis en opción al titulo de Master en
Dirección. Camaguey, 2008

[27] Tomado de tesis en opción al
título académico de Master en Dirección,
de Fidelio de la Paz Leo, Camaguey, 2008

[28] Ibañes Rubio Yamila. Tesis para
el ejercicio de culminación del Diplomado en
Dirección, Universidad de Camaguey, 2008.

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