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El problema del envejecimiento en Cuba



Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Desarrollo
    3. Conclusiones
    4. Referencias 
      bibliográficas

    Introducción

    El mundo se hace viejo. Es la primera vez en la historia de la humanidad en
    que un gran número de personas llegan a la ancianidad. Es
    evidente que todo este proceso ha
    provocado un determinado impacto en ciertos sectores
    estratégicos de la estructura
    social, entre los que se encuentran el sistema
    educacional y de salud. Cuba no ha
    sido una excepción en ese sentido. Hasta hace unos pocos
    años no existía ninguna tradición
    geriátrica ni de profesionales que se dedicaran
    específicamente al anciano, los cuales se atendían
    en los diferentes servicios
    conjuntamente con los adultos jóvenes a pesar de las
    particularidades propias del proceso de
    envejecimiento.

    La población cubana va envejeciendo
    aceleradamente. La definición clásica de
    envejecimiento de la población establece el aumento de la
    proporción de personas de edad avanzada con
    relación al resto de la población, pero
    también se ve como la inversión de la pirámide de edades,
    debido a que el fenómeno no es solamente un aumento de la
    proporción de ancianos, sino también una
    disminución de la proporción de niños y
    jóvenes menores de 15 años. En Cuba en 1978 la
    población de adultos mayores rebasaba ya el 10 % de la
    total. En la actualidad alcanza el  15,1 % y una esperanza
    de vida alrededor de 78 años. Este crecimiento, sumado al
    hecho de la reducción de los cohortes de nacidos implica
    un estrechamiento de la base de la pirámide poblacional y
    un ensanchamiento de parte de la cúspide.

    En los comienzos de la presente década se
    introdujo el término "Envejecimiento sociogénico"
    para expresar la presión
    ejercida por el grupo social
    sobre el anciano; hoy, cuando se rinde culto a la velocidad, la
    técnica, la eficiencia y la
    juventud, se
    olvida con frecuencia el valor de la
    experiencia y la sabiduría de lo vivido presente en los
    ancianos, que se niegan a reajustar su existencia a normas que no
    concuerdan con su ritmo biopsicosocial instituido en otras
    circunstancias socioculturales. Se establecen así conflictos en
    cuanto al papel social del anciano en el mundo actual.
     

    La aplicación de los principios de la
    bioética, disciplina que
    se ha considerado como "conflictiva" y que se desarrolla bajo la
    premisa de la autonomía del paciente, mientras no se
    demuestre lo contrario, se hace particularmente interesante si se
    toma en cuenta que la relación de salud con un anciano
    debe ser llevada adelante por el profesional de la
    salud.

    En tales casos se tiene en cuenta no sólo la
    intervención propia y la del paciente, sino que
    además invariablemente intervendrán otros
    elementos, como la familia,
    más o menos bien informada y con la mejor
    intención, los órganos de la seguridad
    social, de justicia, y el
    sistema de salud sin considerar la eventual participación
    de las redes de apoyo
    formal e informal, por lo que pueden producirse discrepancias
    entre las partes interesadas en el manejo del problema, ya sea
    enfermedad, discapacidad, el
    cambio de
    status y roles del anciano posjubilación, o aun por
    problemas del
    espacio doméstico y social del anciano que asiste a
    solicitar atención de salud.

    La familia y el
    grupo social cuyo criterio se rige por el principio de justicia y
    con motivaciones que pueden ser la más pura
    búsqueda de lo mejor para solucionar el problema de salud
    del anciano, hasta el deseo expreso de dar por terminado un
    "enojoso problema" y pasando por la más absoluta
    indiferencia, a menudo entorpecen la buena marcha de la
    relación entre el médico y el anciano. Se pretende
    violar la confidencialidad al cuestionar la competencia o
    incompetencia del anciano, ejerciendo así presión
    sobre las decisiones del médico.

    Desarrollo

    En 1959 comenzaron a efectuarse cambios
    radicales en la atención médica y social de toda la
    población en Cuba. En 1978 aparece el primer programa de
    atención al anciano conocido por "Modelo de Atención Comunitaria".
    En la década de los 80, al ponerse en vigor la Ley 24 de
    Seguridad
    Social se amplían los servicios de Geriatría del
    Sistema Nacional de Salud en hospitales y áreas de salud
    comunitarias, toma un papel importante el médico y la
    enfermera de la familia, surgen movimientos como los
    círculos y las casas de abuelos, que demuestran la
    importancia priorizada y creciente que muestra el Estado
    a la tercera edad.En 1987 comienzan a surgir
    diferentes servicios de Geriatría muy especializados, con
    profesionales de alto nivel científico y con recursos de la
    más alta tecnología, con el
    propósito de brindar asistencia médica
    cualitativamente mejor y con un alcance cuantitativo poco
    despreciable. Ejemplos de ello son el Hospital
    Clínico-quirúrgico "Hermanos Ameijeiras", el CIMEQ
    y otros.En 1992 se inaugura en La Habana el Centro Iberoamericano
    de la Tercera Edad, con objetivos
    de carácter asistencial y evaluativo e investigativo-epidemiológico.
    Si bien hemos tenido logros incalculables en el campo de la salud
    y la seguridad social, quedan por analizar con profundidad un
    conjunto de aspectos, que pueden conducir a reflexiones para
    investigar en los campos de la salud
    pública y la demografía. El propósito
    sería mejorar nuestra
    asistencia y por consiguiente la calidad de vida de los mayores.El
    estado cubano
    y las organizaciones
    gubernamentales, de masas y no gubernamentales trabajan con ese
    objetivo. Las
    líneas de estudio estarían encaminadas a conocer:
    las consecuencias a mediano y largo plazo del proceso de
    envejecimiento en nuestro país con sus condiciones
    concretas, las características particulares de las
    personas de la tercera edad en cuanto a género,
    inserción socio-clasista, nivel educacional, estado
    conyugal, lugar de residencia y otras variables como
    potencialidades productivas, convivencia familiar y sus
    características, condiciones de vida de los ancianos sin
    amparo filial,
    formas de violencia
    hacia el adulto mayor, utilización del tiempo libre,
    recreación, vida cotidiana de los
    institucionalizados y todo lo inherente al concepto social
    de las personas mayores.

    Proceso de envejecimiento poblacional en Cuba

    Partes: 1, 2

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