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¿Qué es la nueva economía? (página 3)




Enviado por irapavilo



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De acuerdo con cifras de la propia organización, sólo en el
período comprendido entre el año 1997 al 2000, el
Nasdaq hizo posible que 1649 compañías participaran
en el mercado de
capitales, y en el proceso de
crecimiento se recogieron alrededor de 320 millardos de
dólares americanos para ayudar a financiar las actividades
de las nuevas empresas. Como
bien sabemos, la realidad actual es un tanto diferente debido a
la quiebra
súbita de muchas empresas ?com y a los menores resultados
financieros (ganancias y flujo de caja)
que presentan las empresas de alta tecnología más
emblemáticas del sector.

Antes de la abrupta y para muchos inesperada caída de
las acciones de
las empresas tecnológicas que se cotizan el Nasdaq, y
dentro del espíritu de crecimiento y bonanza que imperaba
en el pensamiento de
determinados académicos y empresarios, Andrés
Suárez, por ejemplo, era de la opinión que:

"el Nasdaq. . . gestionado por "market makers" y
completamente informatizado, es considerado como uno de los
ejemplos a seguir por los mercados de
valores de
todo el mundo. Con más de cinco mil empresas cotizadas y
un volumen de
contratación que hace sombra a Wall Street, el Nasdaq ha
demostrado ser un mercado muy
eficiente para la promoción y desarrollo de
las pequeñas y medianas empresas innovadoras. Entre las
empresas que cotizan en el Nasdaq están Microsoft,
World ?com, Intel, Amazon, Zycos, Yahoo, entre otras muchas. El
término Nueva Economía fue utilizado – y lo sigue
siendo – para referirse a lo que vienen haciendo en el
campo económico los Estados Unidos de
América, y sobre todo para referirse a las
empresas que cotizan sus acciones en el Nasdaq, que tanta
prosperidad y estabilidad económica ha deparado a este
gran país". (49)

Guido Stein, por su parte, con un sentido mucho más
realista, menos optimista y más cuestionador de las
bondades del Nasdaq, y no tan seguro de las
infinitas posibilidades de la Economía digital
comenta lo siguiente:

"La historia,
maestra paciente, nos enseña que hubieron de transcurrir
veinticuatro años – de 1971 a 1995 a fin de que el
índice Nasdaq de Wall Street pasara de 100 a 1000 puntos.
En tres años se situó en 2000, y en poco menos de
cuatro meses, en noviembre de 1999, alcanzó los 3000. Un
mes más tarde llegó a los cuatro mil puntos, y
sesenta días después, el 10 de marzo, el
máximo de 5048, pero volvió a descender hasta 3300
a mediados de abril. ¿Es que acaso estos vaivenes
reflejaban que se había multiplicado la riqueza real por
cinco en tres años y medio, para luego reducirse a un
tercio, en poco más de un mes?. No me encuentro en
disposición de dar cuenta cabal de semejante tiovivo, ni
tampoco estoy muy seguro de que haya muchos que lo estén.
. ." (50)

Para fines de Febrero de 2002 el índice Nasdaq se
situó en 1770 puntos.

Como vemos, el tema del Nasdaq y su verdadera eficiencia
continúa siendo un asunto particularmente difícil y
debatible, en el que se encuentran envueltos procesos que
poco tienen que ver con la Economía y la Gerencia
misma, y donde además, presumimos, imperará en el
futuro próximo una especie de darwinismo digital.
Recordemos las aleccionadoras palabras de Piscitelli:

"Ganar a través de la incertidumbre es un premio para
los arrojados. Deberían desconfiar de meterse en una
industria
donde todos están seguros de que
les va a ir fantásticamente bien. He aquí la clave
de porqué el e-comerce de negocio a consumidor (B to
C) – no sólo en los Estados Unidos, está
siendo un soberano fracaso. Al haberse invertido tanta plata en
tantas compañías y generado una competencia
infernal, nadie puede salir ganando. Pero, al revés
podría ser que lo que vemos como un fracaso hoy, o como un
exceso de optimismo, se quede corto y de aquí a cinco
años las compañías que pudieron hacer pie en
Internet terminen
llenas de plata, darwinismo digital mediante." (51)

La
democratización de la tecnología y la
información

Los años finales del siglo XX pusieron a
disposición de los consumidores productos,
redes, sistemas que
permitieron que más y más personas se comunicaran
entre sí, de manera inmediata, a través de computadoras
personales, teléfonos celulares, modems, sistemas de cable
o Internet. Esta democratización de la tecnología
hizo posible acortar de manera significativa el tiempo y la
distancia, convirtiendo, ciertamente, al mundo en una verdadera
aldea global, donde, en principio, cualquier persona se
encuentra al alcance inmediato de cualquier otra,
independientemente de la hora y del sitio en que ambas personas
estén en ese momento a lo largo y a lo ancho del planeta
tierra.

Como lo hemos ya comentado, esta democratización se
basa en las innovaciones que tuvieron lugar a finales de los 80:
computarización, telecomunicaciones, miniaturización, mini
tecnología, digitalización, y, en particular, en la
posibilidad que tienen los habitantes del planeta con recursos
económicos para adquirir, cada vez más a menor
precio,
aparatos y equipos que, a su vez, incorporan más y mejor
tecnología, que se traduce en mayor velocidad de
comunicación e información. De esta forma, de un extremo
al otro del mundo, la gente tiene la real capacidad para
comunicarse y hacerse llegar información,
tecnología, dinero,
noticias y
fotos de la familia,
música,
programas de
televisión, información acerca de
productos y servicios
comerciales y financieros.

Recordemos la célebre frase del Presidente de la NBC
News, Laurence Groosman, quien sentenció lo siguiente:

"la imprenta nos
hizo a todos lectores, la máquina Xerox nos
convirtió en editores, la
televisión en videntes y la digitalización hace
de todos nosotros directores de cine".
(52)

Uno de los efectos más importantes que se desprende de
la democratización de la tecnología, es la
posibilidad real y efectiva de globalizar la producción. De esta forma, cualquier
empresa,
persona o gobierno tiene la
real factibilidad de
adquirir y de ensamblar tecnologías, utilizar materia prima,
y convertirse en productor final o en suplidor de una compleja
red productiva de
bienes y
servicios.

Tiene ciertamente razón Friedman cuando afirma que:

"El significado real de esta democratización
tecnológica radica en que el potencial para la
creación de riqueza se encuentra geográficamente
disperso, ofreciéndole a todo tipo de gente desconectada
entre sí, la ocasión de acceder y aplicar la
tecnología". (53)

Esta democratización de la tecnología viene
además acompañada por la de la información.
La televisión satelital, los sistemas de TV
por cable y la Internet han hecho posible que todo se conozca
rápidamente y que el más lejano habitante del mundo
puede saber al minuto, en vivo y en directo, lo que está
ocurriendo tanto en los centros de poder de
la Tierra como
en el más apartado rincón del planeta.

Las limitaciones pre-existentes, relacionadas con la
difusión de la televisión y de la radio, han
dejado de tener sentido e importancia. En especial, la
televisión por cable y la satelital han hecho posible que
más y más canales, de los que era posible
transmitir por el aire, se
encuentren a disposición de unos suscriptores que,
día a día, con sólo apretar uno que otro
botón, estén contemplando y disfrutando programas
de información, entretenimiento, culturales,
turísticos, de viajes o
ecológicos, provenientes de estaciones de
televisión públicas o privadas que emiten sus
señales
desde cualquier parte del mundo y en muy diversos idiomas. Al
cable, vino a añadirse el satélite para confirmar
que la televisión es un efectivo y accesible instrumento
de información global, una aliada de la
democratización de la información.

Pero no sólo la radio y la
televisión han contribuido de manera significativa a la
democratización de la información, el C.D., el
disquete, el D.V.D., han permitido también concentrar, en
un espacio pequeño y limitado, datos, imágenes y
contenidos muy variados que están a la orden y a la
disposición de cualquier usuario de computadoras o de
videos portátiles.

Pero, sin ninguna duda, la reina, la protagonista fundamental,
la responsable primordial de la democratización de la
información ha sido la Internet. De esta forma, el mundo
dejó de ser una de suma islas distantes y desconocidas
para convertirse en un planeta interactivo, integrado, que tiene
a su disposición además del fax, del
teléfono, de la televisión, las
computadoras personales que, gracias a la reina Internet, y al
príncipe e-mail, se han convertido en un instrumento real
de información y comunicación personal y de
difusión de la información más diversa.

La
democratización del capital

Además del desarrollo, crecimiento,
consolidación y actual racionalización del Nasdaq,
y de la democratización de la tecnología y la
información, es conveniente recordar también que la
Nueva Economía ha encontrado su apalancamiento financiero
en el surgimiento y operación de nuevos mercados de
capital que ha
promovido la llamada democratización del capital o de
las finanzas
. Tomás L. Friedman, quien prefiere hablar
más bien de la democratización financiera nos
recuerda que:

"durante mucho tiempo en la era de la posguerra, los
préstamos financieros nacionales y los financiamientos
internacionales eran realizados fundamentalmente por los grandes
bancos
comerciales, los bancos de inversión y las compañías de
seguros. Estas instituciones
de "zapatos blancos" siempre preferían prestar dinero a
compañías que pudiesen mostrar un récord
financiero intachable. Estas circunstancias hacían al
préstamo bancario verdaderamente antidemocrático. .
. La actual democratización de las finanzas
comienza al final de los años sesenta del siglo XX con la
aparición de los mercados de papeles comerciales, es
decir, aquellos bonos emitidos
directamente por las propias empresas y dirigidas al
público en general con la finalidad de acumular capital ".
(54)

Posteriormente, las instituciones financieras y las empresas
continuaron buscando opciones para ampliar los mercados de
capital, como por ejemplo: el negocio de los créditos hipotecarios; la compra, en
consecuencia de compañías y empresas financiadoras
de hipotecas por parte de los bancos, la emisión
propiamente dicha de bonos hipotecarios; el financiamiento
de las denominadas empresas chatarras, es decir, aquellas
grandes empresas con problemas
coyunturales de financiamiento o nuevas empresas con un buen
negocio entremanos, pero carentes del capital requerido para
expandirse o diversificarse, que se produjo mediante el
ofrecimiento de los llamados bonos basura con
menores rendimientos, por supuesto, debido al riesgo que
implicaban las empresas chatarras.

Esta democratización del capital también ha
ocurrido a nivel internacional con el crecimiento de los
préstamos concedidos a empresas y gobiernos extranjeros, y
con las correspondientes soluciones
(todo tipo de bonos) para refinanciar, una y otra vez, la deuda
contraída por los gobiernos y las empresas públicas
o privadas con la gran banca
internacional.

En este proceso de democratización del capital o de las
finanzas, caracterizado, en una primera etapa, por la
democratización de los préstamos tanto a nivel
nacional como internacional, jugó también papel
importante la democratización de la inversión. Los
fondos de pensiones privados, creados por los gobiernos de muchos
países en las últimas décadas del siglo XX,
permitieron un movimiento
impresionante, y desconocido hasta el momento, del capital de
pequeños inversores (pensionistas), cuyas
compañías mutuales o fondos de pensión
apostaron al crecimiento del dinero de sus depositantes,
adquiriendo así acciones de compañías
consolidadas "blue chips", de la Nueva Economía, papeles
comerciales de empresas y bonos emitidos por diferentes Estados
en todo el mundo. Los movimientos de capital, esas inversiones
indirectas realizadas por los fondos o mutuales de pensiones,
aportaron una cantidad significativa de recursos para apalancar
financieramente la
Globalización, en general, La Nueva Economía, y
nuevos y emergentes mercados de capital.

Por otra parte, la eliminación de las limitaciones que
había impuesto, luego
de la Segunda Guerra
Mundial el Tratado de Bretton Woods, ha permitido el
surgimiento de un mercado de bonos nacionales, de países,
que se han convertido a su vez en fuente de inversión y en
mecanismo de financiamiento.

Recordemos que la Conferencia de
Bretton Woods, celebrada en Julio de 1944 en la pequeña
ciudad del mismo nombre situada en la Costa Este de los EEUU,
agrupó 44 representantes de diferentes naciones del
hemisferio occidental, con el propósito de proponer y
acordar las políticas
y principios que
serían utilizados para la re-organización
financiera y monetaria del mundo de la posguerra. De esta
reunión surgieron el Banco
Internacional de Reconstrucción y Desarrollo, mejor
conocido como el Banco Mundial,
y el Fondo Monetario
Internacional (FMI.), dos
organizaciones
que tendrían bajo su responsabilidad dirigir el proceso, establecer los
mecanismos, y definir los incentivos y
regulaciones necesarios para reconstruir la economía
mundial de la posguerra.

En este orden de ideas, podemos afirmar entonces que, gracias
a la democratización del capital, de las finanzas, hemos
pasado de un mundo en el que un puñado de banqueros
ejercía una soberanía irrebatible sobre las deudas de
sus nacionales y sobre las de un conjunto de países, a un
mundo donde, por efecto de los bonos nacionales, un grupo de
bancos posee las deudas soberanas de un conjunto de
países. A esta realidad bancaria, un tanto
paradójica, se suma además el hecho de que muchas
personas de manera individual, a través de las mutuales o
fondos de pensiones, poseen también entre sus activos la deuda
soberana de muchos países, además de acciones de
empresas de la Vieja Economía ("blue chips") y de las
empresas tecnológicas de la Nueva Economía.

Los elementos
institucionales

Como elementos de naturaleza
distinta a los analizados con anterioridad, podemos citar otros
de alcance más bien institucional, tanto en
términos de políticas nacionales como de alcance
multilateral. Entre estos elementos destacan las desregulaciones
y las privatizaciones.

a. La desregulación comercial.

La desregulación, en términos generales, supone
la remoción, la puesta de lado, la eliminación de
las restricciones legales que limitan, condicionan o
imposibilitan el libre juego del
mercado, el establecimiento de empresas privadas, la inversión
extranjera directa, y la manera o forma como las empresas
llevan a cabo sus actividades productivas de bienes o
servicios.

Principalmente las medidas destinadas a desregular el comercio
internacional, han sido condicionante fundamental y relevante
de la Nueva Economía globalizada. Recordemos que ya en
1947, un grupo de países suscribió el Acuerdo
Internacional sobre Comercio y
Tarifas Aduaneras, mejor conocido por sus siglas GATT. En efecto, en enero de
1948, el acuerdo suscrito inicialmente por 23 naciones (12
desarrolladas y 11 en desarrollo), comenzó a promover la
intensificación del comercio internacional mediante la
eliminación progresiva de las barreras y tarifas aduaneras
existentes, que tenían por finalidad proteger nacientes
industrias
nacionales o nichos específicos de mercado de empresas de
un determinado país o región. Progresivamente,
mediante el uso de rondas de negociación, el GATT fue cumpliendo su
misión
de acelerar el proceso de liberación arancelaria y
promover el libre comercio de
bienes y servicios, tal como

Se muestra en el
presente cuadro:

Evolución del proceso de liberación
arancelaria

Monografias.com

Fuentes: The Potential Economy of the World Trade
System. Oxford Press, 1995.

Continuando con su labor liberacionista y desreguladora, el
GATT apoyó la idea de que también era importante
ocuparse de los servicios y de su desregulación a nivel
internacional, sobre todo teniendo en cuenta lo difícil
que es definir con precisión un servicio, a
pesar, por supuesto, de su clara diferenciación de un bien
concreto y
tangible.

En todo caso, el Acuerdo General para Comercio de Servicios
(GATS), suscrito durante la Segunda Ronda de Uruguay
identificó las cuatro fuentes
más tradicionales de servicios que se prestan a nivel
internacional:

? Servicios que cruzan las fronteras nacionales, es decir,
servicios servidos por un país a otro (las llamadas
telefónicas internacionales, por ejemplo).

? Consumo en el
exterior que es realizado por personas o compañías
que utilizan un servicio foráneo mientras desarrollan
actividades personales, familiares, turísticas,
comerciales o financieras en otro país.

? Presencia comercial que implica la instalación por
parte de la casa matriz en un
país extranjero de una subsidiaria que provee servicios
financieros o comerciales.

? Presencia de personas naturales, se refiere fundamentalmente
a los servicios técnicos profesionales (los expertos) que
ofrece una persona calificada en un país extranjero.

b. La desregulación financiera

Otro elemento de capital importancia para el afianzamiento del
proceso de globalización en general, y de
consolidación de la Nueva Economía, lo constituye
la desregulación de los mercados
financieros. Durante mucho tiempo fue usual que los gobiernos
prohibieran o limitaran la entrada de empresas financieras
extranjeras a sus mercados de capital, o bien que prohibieran a
las empresas financieras de su respectivo país extender
sus actividades hacia el extranjero, así como que
segmentaran las actividades que podían realizar los bancos
o instituciones financieras, limitando su participación a
determinados sectores de la actividad económica, (el
comercio, la vivienda, la inversión), prohibiendo, en
consecuencia, la hoy conocida y expandida banca universal.

De la misma forma, los gobiernos limitaban o prohibían
la participación de personas naturales o jurídicas
extranjeras en la composición del capital accionario de
las compañías nacionales, así como la compra
o adquisición de bonos o acciones de
compañías extranjeras por parte de las personas
naturales o jurídicas bajo su regulación.

Sin embargo, después de 1970, se inició un lento
pero progresivo proceso que condujo a la desregulación de
los mercados financieros. El desarrollo de los euromercados que
no estaban sometidos a ningún control nacional,
acompañado de las crecientes y constantes presiones de las
instituciones financieras para ampliar, diversificar y extender
sus actividades en el propio país y en el exterior,
fueron, poco a poco, creando conciencia de la
necesidad de reducir o eliminar las innumerables regulaciones a
que estaban sujetas, a nivel mundial, dichas instituciones.

La creciente aceptación de la necesidad de un mercado
de bienes y servicios, incluyendo los financieros,
contribuyó significativamente a que países como los
EEUU, hacia finales de la década de los setenta del siglo
XX, permitiesen a los bancos extranjeros realizar operaciones en su
mercado financiero y que los bancos norteamericanos pudiesen
realizar también operaciones en ultramar.

Posteriormente, Gran Bretaña, mediante el conocido
"Big Bang" de
octubre de 1986, eliminó las barreras que limitaban a
bancos e inversionistas para realizar operaciones de
inversión directa o indirecta en el extranjero, y
permitió, a su vez, a los bancos y empresas de servicios
financieros efectuar operaciones en el mercado financiero
británico.

En Francia,
ocurrió algo parecido en 1987, el proceso fue conocido
como el "Little Bang" y permitió la apertura progresiva de
sus mercados financieros.

Es cierto que existen algunos países –
desarrollados y en vías de desarrollo – que
todavía mantienen restricciones para la apertura de sus
mercados financieros. Sin embargo, la clara tendencia a la
desregulación financiera es una realidad incontestable que
además ha sido apoyada por decisiones de la
Organización Mundial del Comercio, en su carácter de árbitro.

De esta forma, a partir de 1980, la desregulación
financiera se convirtió en una práctica
común tanto de los países industrializados, como de
los llamados países emergentes de Europa Oriental,
Asia y
América
Latina.

Sin embargo, el mayor éxito
que arrojó la Segunda Ronda de Uruguay del GATT fue la
creación, el 1° de enero de 1995, de la
Organización Mundial del Comercio (O.M.C). Esta
organización fue creada dentro de los propósitos de
la Nueva Economía y del espíritu de la
Globalización. Sus principales objetivos son:
promover y ayudar el libre flujo del comercio, contribuir a
negociar mayores aperturas de los mercados y resolver eventuales
disputas que puedan surgir entre los países miembros de la
organización. La OMC
reemplazó así al GATT para transformarse en la
única organización multilateral que, a nivel
mundial, tiene como misión regular, mejor dicho,
desregular el comercio internacional.

  • d. La desregulación de las
    telecomunicaciones.

Otro aspecto de fundamental importancia en el surgimiento y
consolidación de la Nueva Economía, lo constituye
la liberación del mercado de las telecomunicaciones. Hasta
hace muy poco, cada mercado nacional contaba con un proveedor, un
suplidor de telecomunicaciones específico: ATT en los
EEUU, British Telecom en el Reino Unido, CANTV en Venezuela,
Telebras en Brasil, Deutsche
Telecom. En Alemania, etc.
Usualmente la propiedad de
estas empresas recaía en manos del Estado, es
decir, eran empresas públicas, y por lo general, actuaban
bajo condiciones monopólicos. Leyes, decretos y
resoluciones regulaban con detalle sus operaciones. Además
y como corolario de esta situación, no se permitía
el ingreso de otras empresas a competir con la firma local de
telecomunicaciones.

Sin embargo, la realidad actual es bastante más
distinta de lo que era en el pasado: los monopolios estatales se
han privatizado, como ocurrió en Alemania, Gran
Bretaña y recientemente en Venezuela; los mercados
internacionales de las telecomunicaciones se han desregulado y se
ha permitido la entrada de nuevos competidores en los mercados
dominados por las firmas tradicionales; nuevas
tecnologías inalámbricas han sustituido las
precedentes que se asentaban en el cable de cobre para que
los usuarios pudiesen realizar, a elevados costos, llamadas
sonoras nacionales e internacionales.

De la misma forma, gracias a la Internet, el volumen de
tráfico, no sólo de voz sino también de
imágenes, está creciendo de manera vertiginosa,
convirtiendo al área de las telecomunicaciones en una de
las propulsoras de las innovaciones tecnológicas y de la
Nueva Economía.

En 1997, por efecto de la intermediación de la
Organización Mundial del Comercio, 68 países,
responsables del 90% del ingreso por concepto de
telecomunicaciones a nivel mundial, estuvieron de acuerdo en
abrir sus mercados nacionales a los competidores
foráneos.

En opinión de Charles Hill:

"las consecuencias de estos cambios se vuelven cada vez
más evidentes. Un mercado global
para los servicios de las telecomunicaciones emerge
rápidamente. Cada compañía comienza a
penetrar el mercado de las otras. Los precios se
desploman, tanto en le mercado internacional, donde se
habían mantenido altos artificialmente, debido a la
ausencia de competencia para los servicios tradicionales de
comunicaciones."(55)

Esta desregulación de las telecomunicaciones, unida a
la comercial y financiera, ya comentadas, ha creado condiciones
muy favorables para la consolidación del fenómeno
llamado Nueva Economía.

d. Las privatizaciones

Según recuerdan Yergin y Stanilow en su estudio
Pioneros de la Globalización, finales de los años
sesenta, se había encargado a un joven político
conservador,

David Howell, desarrollar un plan que
desenredara el enorme sector estatal en Gran Bretaña y, al
mismo tiempo ampliara la propiedad de capital en la sociedad
británica. Explorando los Estados Unidos para encontrar
ideas sobre este tema, Howell se encontró con el
término Privatización en las obras del
teórico económico Peter Drucker, aunque lo
consideró un vocablo poco atractivo. Sin embargo,
también pensó que describía a la
perfección lo que él tenía en mente y lo
utilizo en un folleto publicado en 1969, titulado, Un nuevo
estilo de gobierno

De acuerdo con un excelente informe realizado
por Brian McBeth (56), las privatizaciones han jugado un rol muy
importante en las políticas que los Estados-nación
han puesto en práctica con la finalidad de liberalizar sus
economías. La privatización supone, en sentido estricto,
la transferencia de las acciones que el Estado
posee en una determinada empresa productora de bienes o servicios
al sector privado.

Sin embargo, de acuerdo con el abogado L. Rapp, uno de los
principales analistas de las privatizaciones ocurridas en
Francia, éstas pueden llevarse a cabo utilizando
diferentes procedimientos:
(57)

? Venta de
activos

? Venta de acciones

? Disolución de la propiedad pública mediante la
creación y posterior venta de acciones

? Transferencia de acciones a los trabajadores

? Privatización de la gerencia

? Liquidación

? Privatización de subsidiarias

? Desmantelamiento de los monopolios públicos

? concesiones

? Desregulación

En su completo y enjundioso estudio, McBeth señala que
las privatizaciones han sido efectuadas:

"no sólo en un largo número de países,
también en un largo número de industrias. Bancos,
compañías de servicio público,
compañías de transporte y
de recursos
naturales han sido siempre las primeras candidatas para la
venta. . . El proceso de privatización se encuentra bien
avanzado entre los mayores países industrializados del
mundo. . . El Banco Mundial reportó que, entre 1980 y
1991, alrededor de 6.800 empresas del Estado fueron privatizadas
a nivel mundial". (58).

Los factores de
producción de la nueva economía

Desde mediados de la década de los ochenta del pasado
siglo, los autores, analistas y empresarios han constatado que en
la Nueva Economía, en la Globalización económica y gerencial,
existen otros factores productivos a ser tomados muy en
consideración. Así, por ejemplo, el profesor Danny
Quah de la London School of Economics, sostiene el concepto de la
economía sin peso, en la que las personas
están dispuestas a pagar un precio a cambio de
actividades, productos y servicios intangibles. El valor
económico que se crea, en consecuencia, en una
economía sin peso es infinitamente
expansible
y posee la cualidad de ser inapropiable. En
su criterio, hemos pasado de la edad de la agricultura y atravesado la era
industrial
para llegar a la era de la
información
. En función de
estas nuevas realidades sociales, la naturaleza de la
economía y, en especial, la microeconomía está cambiando; la
naturaleza del trabajo
también se está transformando.

En la actualidad, se reconoce entonces que, más
allá de la era de la información, estamos
entrando en la sociedad del conocimiento, puesto que cada
día se confirma que el
conocimiento es mucho más que información,
debido a que aquél es información
productiva
, mientras que ésta (la información)
es, como su nombre lo indica, datos brutos, sin cernir, que
ameritan de otros procesos reflexivos, de un valor intelectual
añadido, para poder convertirse en verdadera
información productiva, significativa, relevante, en
conocimiento
pleno y efectivo.

Es esta nueva sociedad del conocimiento, ámbito y
entorno de la Nueva Economía, se reconocen y distinguen
los siguientes y novedosos factores de producción.

  • 1. Los clientes

Los nuevos enfoques económicos y gerenciales reconocen
el valor del cliente en el
proceso productivo, llegando incluso a afirmar que constituye un
nuevo, poderoso e insustituible factor de producción. Ya
los enfoques de calidad de
gestión, de calidad total, en
los ochenta del siglo XX, habían incorporado al cliente
como objetivo
fundamental de la actividad empresarial.

Sultan Kermally nos recuerda que:

"en la economía tradicional, el empresario
coordina los factores de producción para producir
artículos. El proceso de producción consiste en la
creación de utilidades y en la creación de valor.
Los artículos se producen para satisfacer las necesidades
de los consumidores. En el concepto de la cadena de
valor, los factores de producción crean valor,
mientras los consumidores lo "destruyen" durante el proceso de
consumo". (59).

A esta concepción tradicional de la
destrucción de valor
por parte de los consumidores,
los defensores y sustentadores de la Nueva Economía
argumentan que, por el contrario, los clientes deben
ser considerados como

Creadores de valor. En un texto
especialmente dicente y pedagógico, Rafael Ramírez
afirma que:

"Al leer este periódico,
¿está usted creando valor o destruyéndolo?
Mucho depende de su respuesta a esa pregunta. Su respuesta le
colocará en una de las dos maneras radicalmente opuesta de
considerar la Economía industrial que estamos abandonando,
se suponía que el consumo de bienes y servicios por los
clientes destruye el valor que los fabricantes crean para ellos.
Esta opinión está siendo cada vez más
cuestionada a medida que aparece una Economía alternativa.
Este artículo mantiene que al utilizar la pulpa y el
papel, la tinta y los recursos intelectuales
e informativos que el Financial Times utilizó para
producir este diario, al leerlo, usted estará creando
valor. Su lectura
compensa con creces la destrucción física que
produciría arrugarlo y borronear la tinta. Del mismo modo,
todos los clientes de la Economía emergente deben ser
considerados como creadores de valor para las empresas". (60)

Clientes mejor preparados intelectualmente, con mayor capacitación profesional y formación
académica, y mucho más informados, son los nuevos
creadores de valor en la Economía emergente, en la Nueva
Economía. De acuerdo con las investigaciones
efectuadas por los analistas económicos y empresariales y
por las propias empresas, se ha podido concluir lo siguiente, en
relación con el carácter del cliente como factor
productivo:

"? El valor no se añade sencillamente sino que se
inventa y se produce conjuntamente con el cliente.

? El cliente final no existe.

? Las necesidades no son útiles para determinar como
relacionarse con el cliente.

? El valor no está en el artículo o servicio,
sino que se establece interactivamente.

? Lo que compite en el mercado son las ofertas, no las
empresas.

? Es necesario replantear la diferencia entre artículos
y servicios". (61)

La Nueva Economía reconoce a plenitud el valor del
cliente como nuevo factor de producción. En efecto; como
bien lo expresa Alejandro Piscitelli:

"Recién en los últimos dos años los
profetas de la reingeniería están empezando a
aceptar que hicieron casi todo mal, y que dar vuelta a las
organizaciones como un guante no tiene mayor sentido a menos que
los ahorros, las reestructuraciones, las molestias e impactos de
la auto-estima de sus empleados no redunden en importantes y
demoledores beneficios para sus clientes tanto internos como
externos. Está lleno de libros,
opúsculos, ensayos que
repiten a diario este endiosamiento del cliente. Sin embargo, por
más que se insiste en él hasta el hartazgo,
recién ahora se esta empezando a entender de qué se
está hablando". (62)

En efecto, los textos y manuales de
gerencia acostumbran incluir un conjunto de fórmulas,
consejos, advertencias y recomendaciones que podemos resumir en
las siguientes proposiciones: (63)

  • Se debe encontrar el cliente correcto.

  • La empresa debe apropiarse de la experiencia total del
    cliente.

  • Se deben poner en práctica procesos que impacten en
    el cliente.

  • Se debe dejar que los clientes se ayuden a sí
    mismos y entre ellos.

  • Es necesario proveer un servicio personalizado al
    cliente.

  • Se debe ayudar a los clientes a hacer su trabajo.

  • Se debe fomentar la idea de comunidad entre la empresa y
    el cliente.

En materia de
comercio electrónico, es decir, el mercadeo de
bienes y servicios apoyado por la Internet, las recomendaciones
para personalizar la relación con el cliente incluyen,
usualmente, las siguientes prácticas:

  • La facilidad necesaria para que el cliente efectúe
    el negocio.

  • Focalizar todas las acciones de la empresa en el
    consumidor final.

  • Rediseñar los procesos teniendo en cuenta al
    cliente.

  • Diseñar una arquitectura de negocios comprensiva
    del cliente.

  • Fomentar a toda costa la lealtad de los clientes. (64)

Pedro Nueno confirma que en la Nueva Economía, en el
cliente coinciden dos roles que antes podían ser vistos
como antagónicos: el del accionista y el del ahorrador. En
este orden de ideas, expresa que:

"así pues tenemos a un consumidor ahorrador que exige
valor a las empresas desde dos puntos de vista: valor como
cliente y valor como accionista. Los gestores hoy se encuentran
sometidos a esta tenaza del mercado convencional y el mercado de
capitales, que configura el mismo protagonista con dos papeles
simultáneos y que exige valor en dos direcciones: en los
productos y en los fondos que financian el proceso empresarial".
(65).

De esta forma, el cliente a lo largo del siglo XX, fue
adquiriendo diversos roles que transformaron su simple
misión original de consumidor pasivo en busca del mejor
precio u oportunidad que las empresas promovían en
ocasiones propicias para el propio negocio (saldos,
liquidaciones, rebajas especiales, pequeños defectos,
cambio de estación). Hoy en día, el cliente, el
consumidor, es considerado como socio del negocio, una especie de
accionista que no participa en la definición de estrategias, pero
las condiciona; como un accionista de la empresa, que
sin estar representado formalmente en las asambleas, tiene una
voz y un voto decisivo para que atiendan prontamente a sus
requerimientos y prioridades; como factor de producción
nuevo e impensado que sustituye con creces a los tradicionales,
y, por supuesto, ahora en la Economía digital pasó
de ser consumidor pasivo, desinformado, para convertirse en un
cliente pleno, conocedor, en permanente búsqueda de la
mejor calidad y del mejor precio, exigiendo además que el
bien o el servicio se adapte lo más posible a sus gustos,
preferencias y necesidades.

Mucha razón tiene Guido Stein cuando afirma que:

"antes, la hegemonía comercial residía en el
poder del producto, que
por su calidad se vendía. A estas alturas, el poder del
cliente es aclamado como omniabarcante, y su lugar natural son
los supermercados virtuales, previo paso por el portal
correspondiente, en los que encuentran bienes de consumo,
también perecederos, servicios financieros, de ocio o
sanitarios. Seguro que pronto dispondrán, asimismo, de
paquetes ideológicos a medida. La razón reside en
que los consumidores reclaman trato individualizado,
personalización de los productos y servicios deseados, y
por último, poder de decisión sobre el precio e
información ajustada a sus necesidades". (66)

De esta forma, desde el punto de vista de sus estrategias, las
empresas tienen ahora más que nunca que ocuparse del
cliente y de sus preferencias. Las amenazas y las oportunidades,
las debilidades y fortalezas, las barreras de entrada, la
conducta de
los competidores, el perfil estratégico, todos estos
conceptos permanecen en la reflexión y los escritorios de
los directivos de la empresa con un nuevo añadido
sustancial y prioritario que, ahora, se denomina el cliente.

Gaby Wiegram y Hardy Koth consideran igualmente que:

"la personalización siempre ha sustentado un valor
potencial para los clientes. Muchas grandes empresas han visto
reducidas sus capacidades para personalizar debido a unas
operaciones demasiado rígidas, o a una economía de
escala que
excluía la variación. . . sin embargo, la
era de Internet proporciona oportunidades sin precedentes, para
personalizar el diseño
de un producto, de un servicio y de un precio. "(67)

Para los autores:

"Internet ofrece la posibilidad de restablecer el
círculo de comunicación entre fabricantes y
clientes. Tiene el poder de situar de nuevo ambas partes donde se
encontraban antes de la Revolución
Industrial aunque en este caso, no estén confinados a
los límites de
un pueblo. El pueblo se ha convertido, literalmente, en el mundo
entero. Ahora el fabricante, produce para el mercado mundial,
pero, al mismo tiempo, se comunica individualmente con cada
cliente a través de la red". (68).

A los efectos de la personalización del cliente se
tiende a diferenciar entre personalización activa y
personalización pasiva.

  • La personalización activa, es la aportada por el
    propio cliente de manera voluntaria. En términos
    generales, la inicia el propio consumidor al pedir correos
    personalizados e información en la web del
    comerciante, acerca de productos o servicios
    específicos que son del interés del cliente. De
    esta forma, el vendedor puede, desde muy temprano, reunir
    información valiosa y pertinente acerca e las
    preferencias, gustos y necesidades del cliente. Si su cartera
    de clientes personalizados, interesados en un mismo tipo de
    productos, es grande e importante, puede llegar incluso a
    hacer negociaciones con los productores o fabricantes del
    servicio o del bien. En estos casos, resultan favorecidos el
    propio cliente, quien puede disponer de bienes y servicios de
    su gusto y preferencias a menor precio y personalizados, el
    vendedor quien cuenta con un portafolio de clientes leales y
    satisfechos, de los que obtiene convenientes márgenes
    de ganancia, y finalmente, el propio productor o fabricante,
    quien dispone de antemano de una demanda mucho más
    definida y con una clientela eventualmente dispuesta a
    adquirirla.

  • La personalización pasiva, en este caso, la
    iniciativa proviene del vendedor, quien ya conoce por
    sí mismo o mediante otros compradores, los gustos y
    preferencias de estos clientes que pueden ser ocasionales o
    recomendados por otros clientes virtuales, leales y
    habituales. La personalización pasiva se utiliza
    normalmente para grupos o conjuntos de consumidores que
    tienen los mismos gustos y preferencias.

En todo caso, como bien lo afirman los ya citados Wiegran y
Koth:

"el vendedor puede aprender rápidamente del cliente.
Cada vez que éste visite el sitio web o compre
algo, el vendedor puede analizar su comportamiento
y añadir más datos a los que ya tiene. Cuanto
más a menudo vuelva el cliente, más posibilidades
tendrá el vendedor de obtener una imagen completa.
Hay dos niveles en una relación de aprendizaje.
Primero, el vendedor tiene que saber sobre las necesidades y
deseos del cliente. Desde el conocimiento referente a un
producto, una empresa puede
adivinar educadamente los gustos y necesidades de otros productos
y hacer sugerencias de acuerdo con lo aprendido. El otro nivel es
descubrir, incluso anticipar, cómo varían las
necesidades del cliente. Las necesidades y los gustos van
cambiando, a lo largo del tiempo". (69)

2. Las competencias

En un célebre artículo publicado en 1990 en la
Harvard Business Review C.K. Prahalad y Garay Hamel plantearon su
concepto de competencias
empresariales. De acuerdo con estos autores (y
permítasenos esta larga cita):

"La mejor manera para vencer la competencia global sigue
siendo invisible para la mayoría de las empresas. Durante
la década de 1980, se juzgaba a los altos ejecutivos por
su capacidad para reestructurar las empresas, reduciendo el
personal y sus niveles jerárquicos. En la década de
1990, se les juzgará según su capacidad para
identificar, cultivar y explotar las capacidades básicas
que hacen posible el crecimiento; de hecho, deberán
replantear el propio concepto de la empresa. . . A largo plazo,
la competencia deriva de la capacidad de incorporar a un costo menor y con
más rapidez que la competencia, las capacidades
básicas de las que surgen los productos novedosos. Las
verdaderas fuentes de la ventaja deben buscarse en la capacidad
de los directivos para extender las tecnologías y las
capacidades de producción a toda la empresa y
transformarlas en las competencias que le permiten adaptarse
rápidamente a las diferentes oportunidades. . . Las
competencias básicas constituyen el saber colectivo de la
organización y, especialmente, la coordinación de las distintas capacidades
de producción y la integración de los múltiples equipos
tecnológicos. . . Las competencias básicas son
la
comunicación, la participación y un profundo
compromiso con el trabajo por
encima de las fronteras internas. Incluye muchos niveles de
personas y todas las funciones. . . A
diferencia de los activos físicos, que se deterioran con
el tiempo, las competencias crecen si se aplican y se comparten.
Pero aún así hay que alimentarlas y protegerlas; el
conocimiento se esfuma sí no se usa. Las competencias son
la argamasa que une las actividades. También son el
motor de los
nuevos desarrollos de la empresa. Los modelos de
diversificación y la entrada en los mercados pueden ser
orientados por ellas, y no sólo por el atractivo que
presentan esos mercados. . . Creemos que lo que
caracterizará a los triunfadores de la década de
los 90 será una obsesión por la creación de
competencias". (70)

De acuerdo con la pionera e innovadora concepción de
los autores citados, podríamos decir entonces que las
competencias constituyen el conjunto de acciones que se realizan
en una empresa determinada y tienen como finalidad fundamental
conocer, reformular, optimizar, cambiar y, especialmente,
innovar. La vocación primordial de las competencias es la
de alimentar la estrategia
comercial de la empresa. Su carácter de factor de
producción sólo será posible en la medida en
que la competencia oriente la estrategia corporativa y favorezca
la generación de valor.

Scott B. Parry propone agrupar las competencias en cuatro
categorías:

"? administrativas, incluye la gerencia del tiempo, el sentido
de prioridad, el manejo de procesos, el establecimiento de metas,
y el sentido de planificación y programación de actividades.

? Comunicativas, comprenden la capacidad para escuchar,
generar información adecuada y estructurar
información imparcial.

? Supervisoras, agrupan, por su parte, el análisis del entorno, la capacidad para
evaluar amenazas y oportunidades, fortalezas y debilidades, el
manejo de la incertidumbre, la delegación, el
reconocimiento a los demás, la
motivación y orientación de los
supervisados.

? Cognoscitivas, incluyen la capacidad para identificar y
resolver problemas, la toma de
decisiones y la capacidad para asumir riesgos, la
capacidad de análisis y la estructuración de
pensamiento". (71)

Desde otra perspectiva, Jeanne C. Meister, analizando el tema
de las competencias desde la perspectiva de las llamadas
universidades empresariales, distingue las siguientes
competencias genéricas:

Aprender a aprender. Los cambios permanentes del
entorno establecen la necesidad de renovar continuamente los
conocimientos. Más importante que acumular
información es ampliar la capacidad para adquirir
información. Los datos y las ideas envejecen y pierden
vigencia aceleradamente, y la única manera de estar
actualizado es mediante la renovación y el refrescamiento
constante del conocimiento.

Comunicación y colaboración. La gerencia
y la
educación son procesos eminentemente comunicacionales
y colaborativos. La capacidad para interactuar y ponerse de
acuerdo, así como la sensibilidad para armonizar y
concertar esfuerzos en equipo son factores condicionantes de las
mejores prácticas gerenciales. La realidad que mejor
valida la importancia de la comunicación procede de los
siguientes datos ofrecidos por la American Society of Training
and Development (ASTD): el trabajador promedio dedica 8.4% de su
tiempo a comunicaciones escritas, 13% a leer, 23% a hablar y 55%
a la comunicación directa (real o virtual) con los
demás.

Pensamiento creativo y solución de problemas. La
identificación de desajustes organizacionales y el
análisis de opciones de solución reclaman la
generación de ideas y enfoques distintos. El entorno de
hoy requiere de soluciones actualizadas, se reconoce que los
éxitos de ayer no aseguran los buenos resultados de hoy.
En este sentido, la solución de problemas tiene que estar
acompañada de una capacidad para promover el pensamiento
creativo e innovador.

Cultura tecnológica. La manera de pensar y hacer
las cosas en el mundo contemporáneo no puede separarse de
las posibilidades, reales y a veces impensadas, que brinda la
tecnología. Las redes comunicacionales y los recursos para
el análisis, asociados con los nuevos medios
tecnológicos, amplían y repotencian todas las
capacidades de sobre vivencia del hombre y de
las organizaciones de nuestro tiempo.

Desarrollo global de los negocios. Prolongar las
visiones y percepciones en sentido global, así como
comprender la dinámica de los negocios, se
han convertido en enfoques indivisibles. La identificación
y evaluación
de oportunidades de negocio, al igual que la
identificación y control de las situaciones de riesgo
constituyen factores clave para el éxito de las
organizaciones.

Cultivo del liderazgo. El liderazgo,
entendido como la autoridad con
capacidad para influir en los otros y para obtener ayuda leal y
honesta, revela la conducta más importante del mundo
contemporáneo. En este sentido, proyectar una
visión y facultar, darle poder y responsabilidad a la
gente conforman los soportes más importantes para
incentivar el progreso de las organizaciones.

Autogestión de la carrera profesional. La
capacidad para conocer y orientar las decisiones asociadas con el
propio desarrollo
personal y profesional es fundamental en la actualidad. De
esta manera, se impone que cada sujeto tenga conciencia de sus
conocimientos, habilidades y valores para que pueda
desarrollarlos y asociarlos con las organizaciones a las que
presta sus servicios. (72)

Es de destacar que, además de estas competencias
genéricas, es posible distinguir también las
llamadas competencias específicas de carácter
funcional, las cuales se encuentran concentradas en los
diferentes departamentos o unidades operativas o asesoras de la
empresa: finanzas, producción, recursos
humanos, comercialización, distribución y transporte, etc.

Es menester que, para que la competencia pueda ser considerada
como un verdadero y efectivo factor de producción,
ésta oriente la estrategia de la empresa. Kegll Gronbaug y
Odd Norhaug han reflexionado ampliamente acerca de la
vinculación entre las competencias y la estrategia
corporativa, y proponen una metodología para hacer efectiva y eficiente
esa vinculación. A estos fines, sugieren una serie de
pasos que deben ser cumplidos con la finalidad de que la
estrategia de la empresa se base ciertamente en las competencias
de la compañía. De acuerdo con estos autores, el
enfoque por pasos
puede ser visto así:

Monografias.com

Fuente: Sultan Kermally, Cuando Economía
significa Oportunidad. La estrategia de la competencia: el
enfoque por pasos. pag. 195

3. El conocimiento

Ya son muchos los artículos, libros, conferencias y
foros dedicados al tema del conocimiento desde que Leif Edvinsson
y Michael Malone comenzaron a definir lo que entendían por
capital
intelectual, es decir, la posesión de conocimientos,
experiencia aplicada, tecnología organizacional,
relaciones con los clientes y destrezas profesionales que otorgan
una ventaja competitiva en una empresa frente a sus
competidores.

Ahora bien, este fenómeno no es fruto del azar, no es
fortuito:

"es sólo un importante aspecto de una profunda
transformación socioeconómica: el pasaje de una
sociedad industrial a otra basada en la información. En
consecuencia, se está verificando paulatina pero
seguramente un achicamiento del sector de trabajadores
empeñados en la producción de bienes materiales y
un correlativo aumento del personal dedicado a la
creación, el tratamiento, la utilización y la
distribución de la información y el
conocimiento."(73)

Este reconocimiento de la importancia del conocimiento ha
tenido innegables efectos sobre la consideración acerca de
cómo son y serán las empresas, los lideres y los
trabajadores del conocimiento. En relación con las
empresas se reconocen, y así lo transmitió la
Revista
Fortune en su edición
de mayo de 1993, estas seis tendencias que van a transformar
significativamente el sitio de trabajo:

  • "la empresa promedio será más pequeña
    y empleará a menos personas.

  • La estructura jerárquica de la empresa tradicional
    será reemplazada por una variedad de formas de
    organización, y la principal de ellas será la
    red de especialistas.

  • Los técnicos, desde los que reparan computadoras
    hasta los radiólogos, reemplazarán a los
    obreros de fabricación como elite laboral.

  • La división vertical del trabajo será
    reemplazada por la división horizontal.

  • El modelo comercial pasará de la fabricación
    de productos a la provisión de servicios.

  • El propio trabajo sufrirá una redefinición;
    habrá aprendizaje constante, un pensamiento de nivel
    superior y menos horarios fijos".

Estas tendencias que los analistas de la Revista Fortune
preveían como posibles y factibles en el mercado de
trabajo son en muchas empresas, y en especial, en las de la Nueva
Economía, una realidad incontestable y evidente. En
efecto, se confirma que estas empresas son cada vez más
pequeñas en talla, que el nuevo empleo
está en el área de los servicios y no en el de la
producción. Incluso, el mundo global parece distinguirse
cada vez más en función de la localización
física de los empleos: los productores manuales y
vinculados propiamente con la manufactura se
ubican en el Sur, mientras que los de mayor conocimiento, los
vinculados con la innovación y la creatividad,
con la
investigación y el desarrollo, y con los servicios
tecnológicos se localizan en el Norte.

La Nueva Economía y la Globalización comercial y
productiva han cambiado muy rápidamente la imagen y la
fenotipia del trabajo que se venía realizando durante las
primeras ocho décadas del siglo XX. De esta forma, se
está pasando muy rápido de una sociedad, cuyo
funcionamiento se basa en la repetición serial de
operaciones productivas a otra de innovación, de
creación, diversa, flexible, personalizada y de mucho
menor talla que las grandes empresas que se suponían las
exclusivas propietarias del éxito económico y
financiero.

Los estudiosos de esta nueva realidad coinciden en
señalar que las empresas nuevas, de la inteligencia,
de la información, del talento, en fin, del conocimiento
tendrán estas características:

  • La materia prima estratégica es, de ahora en
    adelante, la materia gris.

  • La sociedad de reproducción del pasado está
    siendo reemplazada por la sociedad de creación.

  • La desmaterialización de la técnica
    transfigura la producción y el poder.

  • El porvenir depende de la educación y de las
    inversiones en capital.

Por supuesto, que estas nuevas empresas ameritarán de
nuevos líderes y de nuevos trabajadores. En lo referente
al liderazgo se reconoce, en estos tiempos signados por al
información y el conocimiento que el nuevo líder
es aquel que es capaz de coordinar procesos de enseñanza-aprendizaje, a la vez que inspira
y fomenta la autoridad, la pertenencia, la solidaridad, la
confianza entre los trabajadores.

En una larga reflexión acerca de la historia y las
modalidades del liderazgo, Guido Stein concluye que el
líder encarna unos valores que a la vez recrea en su
entorno; el líder renovado, el dirigente empresarial que
requieren los nuevos tiempos económicos y la sociedad de
la información y del conocimiento, debe tener, en criterio
del autor, las siguientes características:

  • "El mejor caldo de cultivo para que debuten los
    líderes son los tiempo difíciles, las
    épocas de crisis, desconcierto, desorientación,
    pesimismo. El líder recompone el rompecabezas apoyado
    en su visión, que transforma en una suerte de
    misión de la que manan el entusiasmo y las fuerzas
    requeridas. Consigue mucho con poco.

  • El líder es un conocedor cabal de las personas.
    Sabe que las personas se caracterizan por ser susceptibles de
    perfeccionarse a través del aprendizaje teórico
    y práctico. Liderar, en definitiva, es educar,
    ilusionar, abrir horizontes personales y corporativos.

  • El líder es consciente de que la autoridad no se
    impone, sino que se inspira, y la confianza no se exige, sino
    que se otorga. Subrayar la autoridad jerárquica es
    propia de subordinados. Ponerse generosamente a
    disposición es una derivación del talento.

  • Liderar es centrarse en los resultados y no en los
    esfuerzos. Es mirar hacia fuera y hacia delante y conseguir
    que los demás también lo hagan. El líder
    no es hombre que viva, según el poeta, en la voz
    pasiva de los verbos, sino el que los conjuga con fuerza y
    entusiasmo.

  • Liderar es distinguir entre lo importante y lo urgente. Es
    evitar que los problemas técnicos se trasladen a la
    alta dirección, pues allí se convertirán
    en problemas políticos de solución más
    compleja.

  • El líder no confunde la lógica con la
    eficacia, pues conoce, como sostiene Peter Drucker, que "los
    comportamientos únicamente lógicos no son
    siempre los más eficaces". Los clientes, por ejemplo,
    no siempre se guían por criterios que generalmente se
    aceptarían como lógicos.

  • El líder además de esforzarse por ser
    eficaz. – conseguir realizar lo que se propone -, ha de
    preocuparse por ser fecundado, – transmitir a otros lo que
    tiene dentro". (74)

Finalmente, en materia laboral, los
analistas de la relación entre la Nueva Economía y
empleo, utilizan un término acunado por Peter Drucker para
designar a la nueva generación de empleados que son los
protagonistas del cambio e impulsores de las súbitas
transformaciones que hemos experimentado en los últimos
veinte años: los trabajadores del conocimiento.

Se habla de convocar a la inteligencia, de reclutar el
talento, en fin, de incorporar a las empresas de la Nueva
Economía, y en general, a todas las empresas, a aquellas
personas que tienen la real capacidad de generar ideas y
soluciones en relación con los retos y problemas que
plantea una múltiple realidad cambiante e incierta. Carlos
M. Reyles, refiriéndose a la relación
simbiótica que existe entre el ser humano y la
tecnología en la Nueva Economía, en la sociedad del
conocimiento, considera que se encuentra en proceso de
elaboración una nueva cultura. A
diferencia de la cultura precedente que tenía su centro de
gravedad funcional en el empleo de la fuerza y la
energía, la nueva lo ha desplazado hacia la inteligencia
que, complementada con la imaginación, genera el
conocimiento y lo aplica de manera innovadora. Es así, nos
dice Reyles, que

"han comenzado a superarse las rutinas embotadoras y
alienantes inherentes a las actividades productivas
clásicas, transferidas a las fábricas robotizadas,
las oficinas automatizadas y los servicios profesionales
asistidos por computadoras". (75)

Por su parte, Alejandro Llano, con excelente propiedad, afirma
que en la sociedad digital no importa tanto el hombre del
trabajo sino el trabajo del hombre, y expresa que:

"La superación del economicismo se halla en la
línea de interpretación antropológica del
trabajo. El valor añadido de cualquier labor es, ante
todo, la ganancia en perfección humana que en ella se
obtiene, más allá de su posible – y conveniente no
pocas veces – determinación económica . .
.
El valor fundamental del trabajo es el perfeccionamiento
antropológico, el incremento intelectual y ético
que en él se gana y con él expande. Porque la
esencia del trabajo consiste en la realización de una
aportación personal". (76)

En lo que se refiere a una posible caracterización del
trabajador del conocimiento, Guido Stein, propone algunas pautas
fenotípicas:

  • "tiene una posición similar a la del profesional
    liberal, incluso mejor pagado en algunos casos.

  • Depende de la organización en que está y la
    organización depende de él: son mutuamente
    interdependientes.

  • Requiere de incentivos adicionales distintos de los
    tradicionales: mejor formación profesional y
    actualización profesional en áreas del
    conocimiento que, por su propia naturaleza, cambian
    vertiginosamente.

  • Debe complementar lo técnico con lo
    humanístico, lo general y la especialización.
    Han de ser capaces de entender lo tecnológico, aunque
    no sean ingenieros ni científicos, a la vez que han de
    tener un conocimiento amplio de las humanidades, la
    economía y la política, sin ser especialistas
    en esos campos.

  • Es a la vez directivo de la empresa, en el sentido de que
    en la era digital, trabajar es aprender y dirigir es
    enseñar, y el que obedece – el que aprende
    – debe poder enviar también sus puntos de vistas
    y apreciaciones al que manda, es decir, al que enseña
    ". (77)

Opiniones coincidentes expresa también Don Tapscott,
quien enfatiza que:

"cuando el conocimiento constituye la base de la
creación de valor, el trabajo y el aprendizaje
son una misma cosa. Los trabajadores intelectuales, cuyos
"productos" frecuentemente no existen en el mundo físico,
tienen una relación diferente con su trabajo y sus
empleadores. Y expectativas diferentes en lo que concierne a su
crecimiento profesional. Debido a que el conocimiento es el quid
de la ventaja competitiva, las compañías se ven en
la necesidad de ofrecer de por vida oportunidades de aprendizaje
a los empleados". (78)

Según análisis y recomendaciones de la OCDE, es
necesario en la Nueva Economía fomentar la
formación y el desarrollo de aptitudes y capacidades que
garanticen a todos los empleados, inmersos en una alta
rotación laboral, un puesto de trabajo. Esto es,
plantearse, desde la perspectiva del empleado, la
formación y el aprendizaje como una cuestión
indispensable para sobrevivir en el mercado laboral. Y por parte
de la empresa, concebir esas inversiones en adiestramiento y
formación como dinero que reportará en la calidad
de sus servicios y productos.

La dinámica laboral de la Nueva Economía
conlleva que la mayoría de empleados no terminen de
comprometerse con el destino de la empresa en la que trabajan,
porque esa empresa tampoco les garantiza la seguridad y la
estabilidad mínima para adquirir ese compromiso. Por esta
razón, los empleados están más pendientes de
su próximo empleo que del actual.

Una de las medidas que propone el análisis de la OCDE
para evitar esta falta de compromiso es, precisamente, la
inversión en los empleados mediante la formación,
el adiestramiento, la educación, que debe
convertirse en un incentivo prioritario para asegurar tanto la
satisfacción del empleado como las necesidades de la
empresa.

Con su aguda y acostumbrada perspicacia, Charles Handy (79)
sostiene la idea de que en el futuro, muchos empleados
serán trabajadores de cartera que venderán
sus capacidades a diversos clientes, y que buscarán el
sentido de su vida y su identidad
más allá del trabajo. De acuerdo con su criterio,
el siglo XXI será calificado como el siglo de la
organización
y, a estos fines, acuñó la
formula de la mitad por dos por tres, es decir, que las
empresas del futuro tendrán la mitad de los trabajadores,
les pagarán el doble y producirán el triple
. La
otra mitad se hallará fuera de las empresas, y quienes
tengan más capacidades de convertirán en
trabajadores independientes que venderán la mayor parte de
sus servicios a varias empresas a la vez.

Repercusiones de la
nueva economía.

Entre los efectos, implicaciones o repercusiones que ha tenido
la Nueva Economía, y, más especialmente, sobre la
gerencia contemporánea, podemos destacar las
siguientes:

  • 1. Ha dado origen, y es su base, a Portales de
    Internet, algunos de los cuales por su característica
    de ser negocio en sí mismos, y no simples portales de
    información se convirtieron en negocios, en las
    llamadas empresas(com. Recordemos que un portal es la puerta
    de entrada de un usuario para navegar por Internet; esta
    navegación puede ser realizada a través de
    portales que son a su vez autárquicos o no. Como bien
    lo expresa Giovanna Schiavo en su Trabajo de Grado: para
    optar al título de Especialista en Negocios
    Internacionales de la Universidad Metropolitana punto com.
    Auge y caída de un negocio global:

"generalmente es confuso diferenciar entre un buscador y un
portal. Las personas que se conectan a la red confunden el
significado de portal y buscador, un portal puede ofrecer como
uno de sus servicios un buscador de recursos world wide
web
, especialmente para la búsqueda de páginas
web. Existen buscadores
bien definidos como por ejemplo: http://www.google.com
que proporcionan a los usuarios múltiples direcciones en
Internet; a diferencia de portales como http://
www.terra.com
que presenta información y contenidos
específicos propios: noticias, publicidad,
clasificados, horóscopo, comercio electrónico,
correo
electrónico gratuito, entre otros."

  • 2. Dadas las facilidades para instalar una
    página web, tanto en términos
    tecnológicos como de financiamiento, durante los
    años 98 y 2000 del pasado siglo, se efectuó un
    auge sin precedentes de las empresas(com; sus inversores
    querían ganar dinero rápido y fácil,
    invirtieron grandes sumas de dinero en sus portales que
    esperaban recuperar con prontitud. Sin embargo, la realidad
    se comportó de otra manera. Los inversores
    norteamericanos vieron durante enero de 2000 y enero de 2001
    quebrar cerca de 1.500 empresas (com., fundamentalmente
    dedicadas al comercio electrónico, con el consiguiente
    despido del personal del sector y del desplome de las
    acciones de las compañías.

Los problemas o aspectos que condujeron a esta
situación fueron entre otros los siguientes:

  • Excesiva valoración financiera de las empresas en
    los mercados bursátiles, en virtud de las grandes
    inversiones que suponía la instalación de una
    página Web.

  • Vinculación progresiva del valor de la empresa con
    pretendidos clientes fieles y continuos; se incluían
    también a los ínter nautas curiosos y
    ocasionales.

  • La pretensión de que las barreras
    geográficas iban a desaparecer y que los consumidores
    se volcarían a comprar en la red casi
    exclusivamente.

  • La persecución desaforada de la innovación
    constante.

  • Los excesivos gastos en publicidad.

  • La creencia de que las empresas de la Vieja
    Economía no iban a responder utilizando las
    posibilidades que ofrece la red para mercadear sus productos
    con marca e imagen ya reconocida, pudiendo así
    prescindir de los portales de intermediación (subastas
    virtuales, por ejemplo) que progresivamente disminuían
    la razón de ser de su negocio electrónico.

  • 3. La pérdida de vigencia del taylorismo y de
    los enfoques organizacionales autoritarios, basados ahora en
    esquemas estructurales achatados, en las llamadas
    organizaciones planas.

  • 4. El surgimiento de las llamadas empresas en red,
    posibilitado por la capacidad de interconexión de la
    Internet.

  • 5. Una nueva valoración de la cultura
    corporativa. Las empresas entienden que el cumplimiento de su
    misión, visión, valores y principios
    éticos por parte de empleados leales y comprometidos
    es fundamental para su éxito.

  • 6. Una nueva relación con el cliente, en el
    que éste desempeña un doble rol: por un lado,
    es el tradicional consumidor pasivo en busca de la mejor
    relación calidad-precio, y, por el otro, se ha
    convertido en un elemento fundamental de la empresa, en una
    especie de accionista más, que debe ser tomado muy en
    cuenta al momento de establecer estrategias.

  • 7. Se ha hecho posible además de la
    personalización de los clientes, la de los productos y
    los precios. De esta manera, el consumido también
    dicta pautas en lo referente al proceso productivo y a la
    tasación de los precios de los bienes o servicios
    personalizados.

  • 8. Las empresas, el liderazgo y los trabajadores
    cambian de dimensión y perspectiva, el conocimiento y
    la información se transforman en uno de los
    principales factores de producción.

  • 9. La Nueva Economía se basa sustancialmente
    en la confianza entre consumidor y vendedor en la
    relación que plantea el comercio electrónico.
    De allí que la ética gerencial adquiera un
    carácter relevante.

  • 10. En el mundo laboral se registra la
    aparición de la tele trabajo y la existencia de
    trabajadores electro autónomos.

  • 11. La llamada Vieja Economía comienza a
    utilizar intensivamente la Internet para ampliar sus
    posibilidades y mecanismos gerenciales, incorporando el uso
    de las tecnologías de información y
    telecomunicaciones. En este sentido, debemos advertir que los
    analistas económicos, los académicos y los
    medios de comunicación se centraron exclusivamente en
    el análisis y comentario de las empresas (com . Sin
    embargo, pareciera que la autentica revolución tiene
    lugar en las empresas tradicionales que están
    adoptando las nuevas tecnologías, y analizando las
    implicaciones de las TIC para sus empresas y modelos de
    negocio.

  • 12. Finalmente, la llamada Nueva Economía
    atraviesa por una etapa de revisión y
    transición, los aficionados, los promotores de
    portales de intermediación o gratuitos han sido
    desplazados; y aun cuando las empresas de alta
    tecnología ("high tech") mantienen su vigencia, a
    pesar del menor crecimiento de la economía mundial y
    de una reducción en el valor de sus acciones cotizadas
    básicamente en el Nasdaq, no se prevé
    significativamente que, en el corto plazo, puedan contribuir
    a la recuperación económica mundial. Como bien
    lo señalan los investigadores y analistas de la Nueva
    Economía, sólo las empresas que tengan otra
    fuente de ingresos más allá de la Internet
    (periódicos, bancos tradicionales, ensambladoras,
    empresas tecnológicas consolidadas) estarán en
    capacidad de capear el actual temporal de números en
    rojo, para luego disfrutar de los beneficios reales e
    innegables que brinda la Internet, gracias no a la
    tecnología de comunicación misma, sino a su
    potencial financiero, sus productos, su fuerza de venta, su
    cartera de clientes y sus reconocidas y reputadas marcas
    comerciales.

Citas y
notas

(1) Lauria H. Eitel, Ciencia y
Tecnología de cara al siglo XX. USAL, Argentina, 2000
pp.205 y 206.

(2) Piscitelli Alejandro, La generación
Nasdaq, Apogeo (¿y derrumbe?) de la economía
digital. Ediciones Granica, Buenos Aires,
p.p.37 y 38.

(3) Ferrer Aldo, Historia de la globalización tomo I:
Orígenes del orden económico mundial y tomo II: La
revolución
Industrial y el segundo Orden Mundial. Fondo de cultura
Económica. Serie Economía. México,
1998 (Tomo I), México, 2000 (Tomo II)

(4) Idem, tomo I, p.9

(5) Idem, tomo II, p.9

(6) Idem, tomo I, p.p.12 y 13

(7) Cardini, Franco. Barbarroja. Ediciones Peninsula.
Barcelona, 1985.pp.30 y 31.

(8) Ferrer, op.cit, tomo I, p.39

(9) Pirenne H, Historia económica y social de la
Edad Media,
Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1987, p.82

(10) "Mercados y Ferias: un fenómeno del renacimiento del
comercio medieval, fueron las ferias. Estas eran el punto de
encuentro de los mercaderes que venían tanto del norte
(ciudades hanseáticas) como del sur (Génova,
Venecia, etc.). Se originaron en el siglo XIII, y
respondían al espíritu de nomadismo de los
comerciantes. Tuvieron en un principio, una motivación
religiosa.

Los príncipes y otros señores feudales
autorizaban la celebración de estas ferias y fijaban su
sede. También les proporcionaban un estatuto
jurídico privilegiado. Esto significa que las
disposiciones feudales quedaban suspendidas y en su lugar se
aplicaba un derecho
mercantil incipiente; por ejemplo, la prohibición
canónica contra la usura quedaba, sin efecto,
fijándose un tipo máximo de interés
para los préstamos. Se suspendían además las
sentencias judiciales y se permitían los juegos de
azar.

Las ferias más importantes fueron las ferias de
Champagne, de Frankfurt, y de Sevilla. Pero la de Champagne,
ubicada en la ruta comercial entre Italia y Flandes
era la que tenía más movimiento.

La gran cantidad de pagos que se efectuaban en las ferias,
hizo que pronto esas se convirtieran en un mercado monetario,
controlado por los comerciantes especializados, los cambistas,
que prestaban el servicio de cambio de moneda. También se
originaron en estas ferias, los documentos de
crédito
para el pago de deudas entre comerciantes, de donde es probable
que procedan las letras de cambio.

Tomado de Estévez A., José Tomás. Temas
de Historia Económica, Mundial y Venezolana. Editorial
Panapo, Caracas, 1995, p.39.

  • (11) Ferrer, op.cit., Tomo I, pp.65 y 66.

  • (12) Weber Max, Historia Económica General,
    p.247. Fondo de Cultura Económica, México,
    p.35

  • (13) Historia Universal. Baja Edad Media y
    Renacimiento. Planeta, España, 2001, p.11

  • (14) Idem, p.11

  • (15) Idem, pp 136 y 137.

  • (16) Ferrer, Tomo I, op cit., p.114.

  • (17)  Ashton T.S. La Revolución Industrial,
    Fondo de Cultura Económica, México, Quinta
    reimpresión, 1983, p.22 y 23.

  • (18) Idem, p.23

  • (19) Idem, p.167

  • (20)  Kermally Sultan, Cuando economía
    significa oportunidad, Prentice Hall, Madrid, 2000, p.27.

  • (21)  Ferrer, Tomo II, op.cit., pp. 362 y 363

  • (22)  Ídem, p.10

  • (23)  Informe solicitado por el Consejo Europeo en su
    reunión de Diciembre de 1993 y que se presentó
    en GORFÚ en Junio de 1994. En el Informe participaron
    entre otros su presidente Martín Bangeman,
    vicepresidente de la Comisión Europea, Carlo de
    Bendetti, presidente de Olivetti, Pascual Maragall, alcalde
    de Barcelona, España, Cándido
    Velásquez-Gasteló, presidente de la
    telefonía española, entre un total de veinte
    personalidades vinculadas con el campo de las
    tecnologías de información y
    telecomunicaciones.(las Tic).

  • (24)  Aguadero Francisco, La sociedad de la
    Información. Vivir en el siglo XXI, Editorial Acento,
    2°da edición, Madrid, 2000. p.15

  • (25)  Ídem, p.13

  • (26)  Ver las siguientes páginas web:
    www.beyond 2000.com; www.sony.com

  • (27)  CFR. Kermally Sultan, op.cit., prólogo
    de Andrés Suárez.

  • (28)  Trejo R. La nueva alfombra mágica
    Fundesco, Madrid, 1996.

  • (29)  Aguadero Francisco, op.cit., p.61 y SIG.

  • (30)  Piscitelli, op.cit., p.p. 170-171.

  • (31)  Mickletwhait John y Woolridge Adrian. A future
    perfect. Crown Business, New York, 2000, p.107.

  • (32)  Idem, pp.35 y 36.

  • (33)  Idem, p. 36.

  • (34)  Gates, Bill, Los negocios en la era digital.
    Plaza y Yanés Editores, S.A., Barcelona,
    España;p.8

  • (35)  Aguadero, op.cit., p.16

  • (36)  Aguadero, op.cit., p.16. Por su parte, Paula de
    Masi, Marcello Esteváo y Laura Koches en la Revista
    Finanzas y desarrollo, Junio de 2001 señalan lo
    siguiente: "las innovaciones tecnológicas pueden
    elevar la productividad del trabajo mediante 1) el aumento de
    capital de TIC en relación con el trabajo de modo que
    se incremente la producción (intensificación
    del uso del capital) y 2) la modificación de la
    interacción entre el capital y el trabajo, (mejores
    técnicas u organización) de modo que aumente la
    producción aunque el volumen de capital y mano de obra
    utilizados siga siendo el mismo; en otras palabras, aumenta
    la productividad total de los factores (PTF). Si bien, en
    principio, estos dos componentes del aumento de la
    productividad del trabajo puede actuar independientemente el
    uno del otro, están interrelacionados en lo que
    respecta a las TIC. El aumento de la productividad total de
    los factores en los sectores que producen bienes vinculados a
    las TIC se traduce en fuertes reducciones de los precios de
    estos productos; la tasa de acumulación de capital de
    TIC excede el insumo global de trabajo, y el capital de TIC
    como la intensificación del capital de TIC fomenta el
    crecimiento de la productividad del trabajo. Además,
    los continuos cambios en el comportamiento de las empresas
    como resultado del uso generalizado de estas
    tecnologías probablemente acelerarán el
    crecimiento de la PTF en otros sectores de la
    economía."

(37) Micletwhait y Woodridge, op.cit., pp. 106 y SIG.

(38) Idem, pp. 108 y 109

(39) Schwartz Peter y Leyden Peter. The Long Boom: A history
of the future 1820-2020. Wired, July 1997.

  • (40) Lewis William W. Y Harris Marvis Why
    globalisation must prevail en The Mckinsey Quaterly. N°.
    2,1992, p. 115.

  • (41) Cfr. Piscitelli, Alejandro C., op. Cit., p.
    185

  • (42) Malone, Michel S, The coming Internet Depression
    economics, W.W. Norton Company, New York- London,1999,
    Introducción y Cap.9.

  • (43) Piscitelli, op.ct.p.48

  • (44) Cfr. Krugman Paul, The return of depression
    economics, W.W. Norton Company, New York- London, 1999,
    Introduction y Cap.9.

  • (45) W. Brian Arthur en Strategy y Business, Segundo
    trimestre p.98-99

  • (46) W.Brian Arthur,op.cit., p.99

  • (47) Aley James. The theory that made Microsoft.
    Fortune. Abril, 1996, pp. 23-24

  • (48) Cfr. www.nasdaq.com

  • (49) Suárez Andrés, citado por Kermally
    Sultan, op.cit., p.XXI

  • (50) Stein Guido, Éxito y fracaso de la Nueva
    Economía. Reglas para dirigir en la era de Internet.
    Gestión 2000.com., Barcelona, 2001, pp. 51-52

  • (51) Piscitelli Alejandro, op.cit., p. 184-185

  • (52) Cfr. Miccklewhait y Wooldrigde, op.cit. p.45

  • (53) Friedman L. Thomas, op.cit. p.53.

  • (54) Idem, p.48

  • (55) Hill Charles, Negocios Internacionales, Irwin-
    Mc Graw Hill, México, 2000, p.4 y SIG.

  • (56) McBeth, Brian, Privatization A Strategic Report.
    Euromoney Publications, England, 1996

  • (57) Citado por McBeth, idem, p.40

  • (58) Idem, p.1

  • (59) Kermally Sultan, op.cit., p.78

  • (60) Ramirez Rafael Unchaining value in a new
    economic age en FT Mastering Global Business, Londres,
    Financial Times Management, p.p 129-132

  • (61) Ibidem

  • (62) Piscitelli, op.cit., p. 35 y 36

  • (63) Ibidem

Partes: 1, 2, 3, 4
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