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El referente político de la cultura en el pensamiento de Carlos Rafael Rodríguez (1950–1962) (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

En Cuba
después del triunfo de la revolución
– hubo gente que quiso imponerlo, que luchó por eso,
pero jamás se impuso el realismo
socialista como política oficial
(63).

Carlos Rafael Rodríguez criticó igualmente y
llamó a combatir la idea de que el verdadero arte es
todavía inaccesible a las grandes masas, pero por otra
parte, con vigencia total en la actualidad, destacaba que "un
espectáculo teatral, una empresa
literaria, exigen trabajo,
preparación, bagaje cultural y técnico. No puede
hacerse teatro de masa
solo con buenos propósitos, sin conocer y dominar la
técnica teatral en todas sus manifestaciones. El poco
más o menos en materia de
arte no puede ser justificado con referencias al propósito
revolucionario que anima a los creadores, a los que llevan a
escena una obra" (64). Y al describir las especificidades de la
lucha de clases en el sector artístico decía:
"Derrotar a la burguesía en el terreno artístico es
superar sus hallazgos mejores, proyectándose por sobre su
nivel. Pretender que se vence a Hindemith con música de charanga
inspirada en temas populares o revolucionarios, o querer dejar
atrás a Annouilh con obras hechas a prisa, sin marca de
excelencia, es en definitiva, ayudar a la victoria de las
corrientes decadentistas" (65).

La importancia del tema de la herencia cultural
se realzó en la resolución al señalar que:
". sin acudir a las fuentes
culturales del pasado no podremos hacer obra de pensamiento o
arte de verdadero calado. En este sentido para nosotros –
expresaba – es indispensable la reevaluación del
siglo XIX cubano, con sus grandes manifestaciones
ideológicas, musicales y poéticas" (66). Por otra
parte como muestra de una
profunda dialéctica se decía que ". A la vez que
hurgamos en las fuentes nacionales de la cultura, hemos
de estar siempre avizores contra toda inclinación de
nacionalismo
cultural". "Nuestra fidelidad a lo propio no puede convertirse en
estrechez particularista". . "Hemos de esforzarnos por obtener
los modos cubanos en el arte, sin excluir por ello toda
influencia universal aprovechable. Si rechazamos el
cosmopolitismo amorfo, no menos peligroso resulta el
patrioterismo cultural" (67).

Cosmopolitismo amorfo y patrioterismo cultural, fueron los dos
términos que Carlos Rafael Rodríguez utilizó
siguiendo la denuncia martiana de la falsa erudición y del
aldeano vanidoso, para designar los dos extremos negativos dentro
del frente cultural, de la compleja dialéctica entre lo
singular y lo universal y que de manera recurrente va a citar en
sus trabajos de análisis sobre la cultura cubana en la
década del cincuenta, refiriéndose como
expresión el primero, para designar al proceso de
norteamericanización del arte y la cultura en general, en
tanto el segundo término será tomado para
caracterizar la posición que bloquea toda posible
vía hacia la universalidad auténtica en
términos culturales.

La advertencia sobre la forma correcta de asumir la compleja
dialéctica a través de una proyección
política no ha perdido valor en la
actualidad en la sociedad
cubana, donde ambos peligros se reeditan dentro del mundo
cultural, incluso con la cómplice participación en
ocasiones de importantes medios de
información locales y nacionales.

En el orden práctico la resolución indicó
entre otras vías para la consecución de sus
objetivos
programáticos, dos que recayeron bajo la responsabilidad de Carlos Rafael Rodríguez,
no solo por su condición de secretario de propaganda,
sino por sus conocimientos, dotes organizativas, profunda cultura
y extrema sensibilidad para relacionarse en el mundo intelectual,
se trata de la publicación de una revista (68)
que a la vez sería dirigida por él, y la
creación de una organización amplia en la que tuvieran
cabida, escritores, artistas y científicos sobre la base
de las concepciones del deslinde.

Surgió así la Sociedad Cultural "Nuestro
Tiempo", que
tuvo en Carlos Rafael Rodríguez su máximo
inspirador (69).

". Lo significativo de "Nuestro Tiempo" – destaca Carlos
Rafael Rodríguez – es que no se trataba, no fue, un
agrupamiento meramente político, sino una genuina
organización de cultura" (70). "No podrá hallarse
allí – afirmaba – ningún dogmatismo
infecundo ni presencia sectaria que cerrara caminos. Desde el
primer momento." "Si Nuestro Tiempo hubiera sido escenario para
militantes ya convencidos de la ideología marxista – leninista, su
resonancia habría resultado mínima, porque la
influencia directa del ideario socialista era todavía
escasa" (71).

La visión orientadora de Carlos Rafael Rodríguez
sobre La Sociedad Cultural, permitió que esta admitiera
todos los ismos y no se afiliara a ninguno, y por otra parte
negó toda pretensión de proscribir del arte
cualquier manifestación que no estuviese tarada por una
perceptible posición contrarrevolucionaria. "No
midió – además al decir de Carlos Rafael
Rodríguez – la excelencia del arte por su
acercamiento mayor o menor a la expresión realista del
objeto" (72), con lo que quedó claro su distanciamiento
del llamado realismo socialista como política cultural del
Partido Comunista de la Unión Soviética.

Carlos Rafael Rodríguez afirmaba que "el acierto de esa
posición y de ese enfoque político de la cultura lo
confirmó años más tarde Fidel Castro,
al definir que dentro de la revolución todo era posible
para la creación cultural y contra la revolución
nada sería admitido" (73).

Lo aportativo de Carlos Rafael Rodríguez en el orden
práctico junto a Juan Marinello y Mirta Aguirre, como la
verdadera dirigencia del movimiento,
reconocido así por su primer y único presidente, el
musicólogo Harold Gratmatges (74), pudiera resumirse en el
hecho de que casi ninguna personalidad
relevante de la cultura cubana en los años cincuenta,
abandonó la revolución e incluso muchos,
después del triunfo, transitaron hacia posiciones
marxistas o comprometidas con esa ideología (75).

"Cuando triunfó la revolución sucedió
entonces – dice Harold Gratmatges – una cosa muy
curiosa, que no hubo que ir a buscar intelectuales
a ningún lado, sino que éramos todos miembros de
Nuestro Tiempo y lo que hicimos fue pasarnos a nuestras propias
especialidades y responsabilidades: los músicos empezamos
a organizar (al igual que los demás creadores) la enseñanza artística de manera
vertical, dándole un reglamento, una metodología, y se produjo también ,
porque ya existía esa sección de cine, el
nacimiento del ICAIC, con Alfredo Guevara a la cabeza y
ahí se desarrolló Titón, por un lado,
Santiago Álvarez por otro, José Massip . esas
fueron las consecuencias de lo que realmente significó la
institución en su período de existencia" (76).

El propio Carlos Rafael Rodríguez refiere que "en
Nuestro Tiempo surgió el verdadero cine cubano, el que hoy
sitúa a la revolución al más alto nivel
mundial de la cinematografía (77).

Sin dudas hay que admitir que los avances experimentados en
tan poco plazo por una joven e inexperta revolución en la
dimensión artística de la cultura se debieron a que
la
organización creada con su estructura
organizativa y los talentos que en ella se desarrollaron
facilitaron la continuidad, al prolongar el pasado mejor de Cuba
en esa dirección y proyectar la obra emprendida
hacia el futuro, algo que no ha sido posible en otros procesos
revolucionarios, y en ello hay que destacar la labor de Carlos
Rafael Rodríguez.

Armando Hart destacó que:

"Con sensibilidad estética y vocación para la
política culta, Carlos Rafael Rodríguez,
logró entender los procesos de creación
artística. Resultó decisiva su participación
en la gestión
de la Sociedad Cultural "Nuestro Tiempo", emblemática por
haber articulado los mejores talentos artísticos, los
ímpetus de la vanguardia y
los afanes de justicia. Es
– dijo – una de las memorias
sagradas de la cultura" (78).

La sensibilidad estética de Carlos Rafael
Rodríguez, lo llevó a reconocer que mucho arte sin
trascendencia social inmediata, es válido por sí
mismo, por su contenido estético. Por su capacidad de
suministrar un puro goce espiritual (79), ideas como
éstas, rompían con enfoques en extremos
dogmáticos, aplicados en el otrora campo socialista este
– europeo y en la antigua Unión Soviética,
que provocaron como se ha planteado innumerables conflictos
entre los directivos de la política cultural y los
creadores, que desembocaron en muchos casos en contradicciones
políticas de carácter antagónico, con un
beneficio exclusivo para los planes desestabilizadores del
imperialismo.
Carlos Rafael Rodríguez no solo denunció estas
prácticas, sino que contribuyó a que
institucionalmente no se crearan condiciones para su
manifestación, al redactar el Capítulo treinta y
ocho de la primera Constitución Socialista cubana (80), donde
se proclama el reconocimiento a los creadores a utilizar las
formas que les parezcan más apropiadas en su obra
artística.

En este epígrafe de intento de destaque del aporte
teórico – práctico de Carlos Rafael
Rodríguez a la lucha política en el frente
cultural, en la década del cincuenta, no puede dejar de
mencionarse, su labor divulgadora del marxismo y de
la cultura en general, como acción
revolucionaria.

La intención responde a una aseveración de
José Cantón Navarro de que "Carlos Rafael
Rodríguez, es una de las personalidades que más
aportó al desarrollo de
la cultura en el siglo XX cubano" (81) y al hecho de que
quizás algunos puedan considerar que no hay
descubrimientos originales en la relación estudiada, en el
pensamiento de Carlos Rafael Rodríguez o de que como se ha
planteado es solo un abridor de caminos.

Gramcsi puede ayudar en esa intención cuando afirma
"Crear una nueva cultura no significa sólo hacer
individualmente descubrimientos originales; significa
también, y especialmente, difundir verdades ya
descubiertas, "socializarlas", por así decir, convertirlas
en base de acciones
vitales, en elemento de coordinación y de orden intelectual y
moral. Que una
masa de hombres sea llevada a pensar coherentemente y en forma
unitaria la realidad presente, es un hecho filosófico
mucho más importante y original que el hallazgo, por parte
de un genio
filosófico, de una nueva verdad que sea patrimonio de
pequeños grupos de
intelectuales" (82).

Néstor Kohan por otra parte, señala que: "Uno de
los problemas
históricos más importantes que toda cultura,
filosofía y concepción del mundo
debe afrontar es el modo en que se hace masiva, se socializa, en
el momento en que disputa la hegemonía en el seno del
sentido común o, para decirlo con palabras del joven
Marx, el de la
forma en que puede devenir fuerza
material cuando se encarna en las masas. El momento en que la
filosofía deviene política "(83).

Para Carlos Rafael Rodríguez, la tarea que recuerda con
más cariño es precisamente "El haber divulgado
durante medio siglo el marxismo y el leninismo…" (84).

En la década de los años cincuenta,
además de los setecientos setenta artículos (85),
que escribió, entre los que se destacan temas
políticos, económicos, históricos,
filosóficos, polémicas con intelectuales de la
época de todas las tendencias, temas de arte y de cultura
en general, defensa del socialismo
mundial, entre otros, todos con un enfoque marxista, fundó
y dirigió un periódico
semanal y cuatro revistas (86), publicó nueve libros y
folletos (87), e impartió conferencias a diversos
auditorios y participó en decenas de programas
radiales.

La actividad divulgadora del marxismo en los años
cincuenta realizada por Carlos Rafael Rodríguez se hizo
acompañar, al decir de Ana Cairo, por una prosa con
dominio y
precisión de las posibilidades semánticas de los
vocablos, para expresar un pensamiento entrenado en el riguroso
ejercicio de la lógica
dialéctica (88).

En los cincuenta, los ensayos
escritos por Carlos Rafael Rodríguez, pueden agruparse en
tres grupos temáticos que son: Estados Unidos
(89), Defensa del marxismo – leninismo y de la URSS (90) y
Cuba (91).

Los ensayos sobre Estados Unidos y los cientos de
artículos que los acompañaron sobre todo, los
publicados por "Respuestas", tienen el inestimable valor de que
informan, enjuician y denuncian desde las posiciones del marxismo
– leninismo, la etapa de la llamada "Guerra
Fría", en la que se manifestaron no pocos
síntomas del fascismo en
Estados Unidos (92).

La temática sobre la defensa del marxismo –
leninismo, del sistema
socialista mundial y de la URSS, en los trabajos de Carlos Rafael
Rodríguez, adquirió un peso enorme, tanto en lo
cuantitativo como en lo cualitativo, pues la campaña
anticomunista en Cuba llegó a alcanzar niveles demenciales
(93).

De toda la ensayística sobre la revolución del
treinta, redactada en Cuba de importante valor como experiencias
para las nuevas contiendas revolucionarias, la investigadora Ana
Cairo considera que la Misión
Welles, escrita por Carlos Rafael Rodríguez en 1957, puede
considerarse "… Una meditación insuperada sobre la
actuación política del gabinete de Roosevelt en
1933 y sobre la interinfluencia de la situación
latinoamericana en las decisiones yanquis sobre el problema
cubano" y considera además – que este trabajo aporta
– "… un análisis en sistema aplicado a un hecho
histórico" (94) de importante valor
metodológico.

La difusión de la cultura como acción
revolucionaria, con una intención revolucionaria, presente
a lo largo de toda la obra de Carlos Rafael Rodríguez ,
encuentra un artículo escrito por él en la revista
"Respuestas", que puede considerarse clásico para
fundamentar esa faceta aportativa, dentro de la relación
investigada, se trata de "Otro caballo de Troya", en él
expone las verdaderas intenciones de la donación a Cuba
por la millonaria norteamericana Ana Hyat Huntington de la
"estatua ecuestre", una obra escultórica de siete metros
de alto sobre la que los pobladores más humildes de la
ciudad de la Habana, se preguntaban su significado, sin que nadie
les explicara realmente lo que la obra representaba. Carlos
Rafael Rodríguez dando muestra de profundos conocimientos
sobre esculturas, aprovechó con un lenguaje
sencillo, para exponer las formas básicas de la
apreciación artística que le permitieran
enseñar al pueblo a conocer su verdadero significado
colonizante y discriminatorio (95) y mostró además
cuál era el verdadero mensaje cultural que las masas
necesitaban se les proporcionara para comprender mejor la
realidad y transformarla.

La socialización de verdades ya descubiertas,
realizadas por Carlos Rafael Rodríguez, para convertirlas
en base de acciones vitales de proyección revolucionaria y
para permitir el desarrollo de un pensamiento coherente que logre
captar de forma unitaria la realidad, como enseñanza
gramsciana, puede apreciarse con solo leer cuadernos de arte y
ciencia, donde
publicó los resultados de las principales investigaciones
realizadas por la ciencia a
nivel mundial. En el primer número de esta revista, a
manera de presentación, que expusiera el objetivo de la
publicación escribió, "Una cultura, un arte, una
ciencia, cerradas en sí mismas, privadas de comunicación e intercambio, están
irremediablemente condenadas al agotamiento y la agonía" .
"Nada más absurdo, más ajeno a la sustancia misma
de lo cultural, por ello, que el intento de aislar a los pueblos,
interrumpir el dialogo de los
científicos, los escritores, los músicos, erigir
barreras de odio o de silencio entre culturas. Y, por desdicha,
vivimos bajo ese signo" (96).

Carlos Rafael
Rodríguez y la Reforma Universitaria de
1962

La visión desde la política de la
dimensión educacional de la cultura como se ha planteado,
fue objeto de análisis por Carlos Rafael Rodríguez
desde los años 30, con no pocos elementos aportativos, sin
embargo es en el diseño
de la Reforma universitaria elaborado por él junto a
Regino Boti y
Armando Hart entre 1960 y el 10 de enero de 1962 cuando se puso
en vigor, es donde se encuentran sus aportes más
relevantes.

La Reforma Universitaria no podía ser un trabajo
acabado como el mismo reconoce, pues dio respuesta no sólo
a necesidades acumuladas por siglos, sino a los reclamos urgentes
de una revolución en materia de formación de
profesionales que ocuparan lo más rápido posible el
puesto de los que marcharon hacia Estados Unidos.

La reforma fue proyectada, luego de un profundo estudio de la
trayectoria histórica de la Universidad
cubana y latinoamericana desde el siglo XIX y tomando como hilo
conductor en el siglo XX, el famoso movimiento de Córdova,
en que la juventud
estudiantil argentina expresó las inquietudes comunes a
los estudiantes de toda América
Latina frente a la crisis de la
docencia
Superior (97). El pensamiento de Mella es tomado por sus autores
como referente para el análisis histórico previo
(98) y para fundamentar que la reforma que se propone
debía ser parte de una transformación mayor en el
orden económico-social, único garante de que la
reforma pueda ser total y no quedara en los marcos de una reforma
parcial como lo máximo que pudiera aspirarse en las
condiciones de una transformación revolucionaria que no
rebasara la etapa democrático-burguesa.

El alcance y contenido de la reforma debía expresarse
según sus diseñadores en las respuestas a tres
interrogantes: "¿Qué se va a estudiar?,
¿Cómo se va a estudiar?, ¿Quiénes van
a estudiar?

La reforma se propuso destruir las concepciones de
dominación neocolonial imperialista que impedían
por ejemplo, que en las universidades surgieran estudios de
ingenierías tales como las de Minas, necesarios al
país, pero innecesarios para sus verdaderos dueños
que mantenían los recursos minerales de Cuba
como simple reserva de monopolios como la Bethlehan Steel
(99).

Carlos Rafael Rodríguez señalaba para
fundamentar su propuesta de nuevas carreras y planes de estudios
que:

".las ciencias
básicas, relacionadas siempre, de un modo u otro, con las
carreras tecnológicas a las que sirven y de las cuales
parten para sus grandes abstracciones, dormitaban vegetativamente
"y que un "país que produjo a Poey y Carlos de la Torre
(eminentes naturalistas) no recibía la menor atención para el desarrollo de sus
naturalistas y biólogos. (100)

".El primer gran vuelco de la Reforma Universitaria –
decía Carlos Rafael Rodríguez en 1962 –
consiste en cambiar la estructura de las carreras "(101) de
acuerdo con los nuevos planes de desarrollo del país.

La Reforma de la Enseñanza Superior, no se
proyectó ajena a la necesaria reforma de las
enseñanzas precedentes, que Carlos Rafael Rodríguez
consideraba imprescindible al destacar que ".el trabajo que
hay que realizar en la docencia secundaria para que estudiantes
cubanos adquieran la formación matemática, física y química que hoy es
esencial, y que nuestras escuelas de ayer sólo
administraban en dosis ridículas, es de proporciones
incalculables "(102)

Un nuevo médico se propuso crear la reforma, ".capaz de
resolver los problemas que plantea una medicina
preventiva –curativa integral, conocedor de la
relación directa que existe entre la salud y el subdesarrollo
económico y consciente de su papel en una sociedad
socialista "(103) algo que los que no han leído sobre la
reforma les parece que son planteos hechos en el siglo XXI
cubano.

"La medicina se enseñará en lo adelante-
planteaba Carlos Rafael Rodríguez – de un modo
activo y coordinado, lo que quiere decir que el alumno ha de
aprender no asignaturas separadas, sino los aspectos totales de
su ciencia. Y los aprenderá menos en el libro que ante
los enfermos, a través de un proceso en que se conjugan
las ciencias básicas y preclínicas con tres
años de trabajo clínico. Al final los estudiantes
podrán optar por las especializaciones más
asequibles "(104)

La proyección anterior es el verdadero antecedente y
fundamento de la idea de Fidel sobre el médico general
integral que comenzó a materializarse en los años
ochenta y que ha revolucionado la formación del
profesional de la medicina a escala
global.

Realmente la reforma representó una verdadera
revolución que ampliaba el diapasón de
conocimientos a impartir por especialidades e incluía
ramas independientes como la geografía que antes
era apenas una corta especialización de la carrera de
filosofía y letras o la psicología que se
transformó de asignatura en carrera independiente.

Las ciencias humanísticas fueron objeto de un cambio radical
en la reforma. Carlos Rafael Rodríguez llamó por
ejemplo a la carrera de Filosofía y Letras que se
impartió en la universidad hasta la entrada en vigor de la
reforma, engendro teratológico,." según el cual
decía- se mezclaban las filosofías y las letras en
maridaje cómico, sin que de una parte se imprimiese la
menor seriedad filosófica a los planes, ni de la otra se
atendiesen las letras de modo respetable "(105).

La reforma difirió la creación de la escuela de
filosofía para formar profesionales en ese ramo hasta
tanto no se prepararan los profesores, pues en consonancia con
los objetivos de la revolución, la filosofía que
debería enseñarse debía ser la
marxista-leninista, sin embargo introdujo para todas las carreras
de manera obligatoria la enseñanza de la filosofía
marxista, lo que Carlos Rafael Rodríguez fundamentó
al decir que " el contenido de la educación
superior no estaría completo, ni correspondía
al proceso revolucionario que vive Cuba, si los estudiantes
universitarios no recibieran una información
ideológica que les permitiera enfocar su ciencia, la vida
y los problemas políticos con la óptica
científica que el marxismo –leninismo brinda" (106)
, junto a esta propuesta destacaba que esos estudios, si bien
eran necesarios, no eran suficientes ni podrían sustituir
el hecho de que los jóvenes se harían marxistas en
el proceso mismo de la vida, bajo la influencia de las
transformaciones económico-sociales.

En cuanto a métodos
que respondía al ¿Cómo? Carlos Rafael
Rodríguez resumía diciendo que ".la reforma
proscribe la enseñanza verbalista. La enseñanza ha
de ser en lo adelante activa, práctica, dinámica "(107), y advertía que la
eliminación del verbalismo no debe consistir en eliminar o
darle escasa importancia al profesor. "por
ese camino se pasaría a una enseñanza basada toda
ella en seminarios prácticos, en experimentación
constante , lo que resultaría absurdo "(108).

".al condenar el verbalismo sancionamos- decía – al
profesor vacío que recite textos y rehuye las
interrogaciones del alumnado. La explicación combinada con
el seminario, con
el trabajo de clase, con el
debate: He
ahí el método
probado muchas veces para abrirle a los alumnos el camino hacia
el
conocimiento."(109).

Y con el mayor respeto se debe
decir que junto a los grandes avances de la pedagogía en Cuba reportados en la
actualidad, todavía se proponen teorías
que intentan presentarse como nuevas en lo que a métodos
llamados productivos se refiere y que en esencia, ya Carlos
Rafael Rodríguez había propuesto al decir ".lo que
se trata es de eso, de estimular en los estudiantes la
investigación por sí mismos, de los problemas
teóricos y prácticos de su disciplina, de
forjar un tipo de técnico que tenga las informaciones
esenciales, pero que sobre todo, aprenda a orientarse por si
mismo , a resolver problemas prácticos que le plantea su
profesión, su ciencia, su técnica. Lo que conduzca
a eso será lo mejor para la educación
superior: las vías para lograrlo son distintas en cada
disciplina. Sería error intentar una receta
genérica "(110). A estas indicaciones de extraordinario
valor metodológico y vigencia en la práctica de una
pedagogía científica, se sumaron en ese
imprescindible texto para el
análisis de lo que debe ser una política
científica como núcleo estructurador de la
dimensión educacional de la cultura, sus consideraciones
sobre los textos en las universidades y sobre quiénes iban
a estudiar en la enseñanza superior , donde precisó
que " en la nueva universidad de la reforma, todos los que puedan
servir al país con su capacidad para una carrera
podrán hacerlo. La medida del derecho a estudiar
estará dada por esa capacidad y por la devoción que
se ponga al estudio. "(111).

Para la universalización de la enseñanza
universitaria, proceso que hoy se reedita, Carlos Rafael
Rodríguez propuso desde la posibilidad de financiamiento
por el Estado a
carreras para trabajadores hasta la enseñanza a distancia,
esta última tan emboga en la actualidad.

Por último, reconoció al final de su trabajo que
no todo lo adoptado permanecerá y resistirá a la
prueba práctica y decía "tenemos ya la nueva
sociedad y la nueva universidad como lo pedía Martí.
Ambas son superables y dependen de nuestro esfuerzo "(112).

También desde la distancia de los años ochenta ,
reconoció haber dicho al entrar en vigor la reforma de que
". a pesar de mi esperanza de que un graduado de la universidad
,cualquiera que fuese su carrera, conociera a Esquilo, a Shakespeare o a
Beethoven, me bastaba por entonces que de la universidad que
preparábamos salieran los ingenieros y agrónomos
que iniciaran la transformación de nuestra tierra "(113)
, lo que indica que el momento histórico les reclamaba con
urgencia el especialista y era imposible proyectar lo que estaba
en su mente en relación con el llamado perfil del
egresado, un perfil que reconocía, debía ser lo
más amplio posible en términos de cultura.

Vigencia de las
concepciones de Carlos Rafael Rodríguez en el
enfrentamiento a
la Globalización Hegemónica en el
campo de la cultura

Merece antes de adentrarse en las concepciones vertidas por
Carlos Rafael Rodríguez en la década del cincuenta,
sobre las pretensiones del imperialismo de destruir la cultura
nacional, como medio para afianzar su dominio económico y
político sobre Cuba, hacer referencia a las propias
concepciones de este pensador sobre lo que significa el
término vigencia, donde se encuentran elementos
metodológicos de importancia para el análisis de
las figuras históricas y la historia de las ideas
revolucionarias.

Las enseñanzas de Miguel de Unamuno, le hicieron ver a
Carlos Rafael Rodríguez que para encontrarle a las
palabras su significado más hondo, era preciso acudir a
los redaños del idioma. "Vigencia – afirmaba Carlos
Rafael Rodríguez – quiere decir lo que tiene vigor o
lo que está en vigor. Pero a las personalidades
históricas, a diferencia de los decretos y normas
administrativas, no se les puede poner en vigor" (114). Y
continuó afirmando ".Si están en vigor es porque
han tenido ellos mismos la fuerte determinación necesaria
para mantenerse frente a la obra devastadora del tiempo que
derruye las personalidades menores incapaces de sostenerse a
través de las décadas" (115).

"La vigencia histórica – decía – sin
embargo, puede llegarle a una gran personalidad por distintos
caminos. O sigue vigente su ideología, el conjunto de
pensamientos en los cuales se sustentó y creó. O,
habiéndose, por el contrario agotado la actualidad de sus
ideas, persisten ellos mismos por el estilo de su vida, por la
manera de encarar los problemas de su época, por el
ejemplo vivo y actuante que dejan para las generaciones del
futuro" (116).

De Carlos Rafael Rodríguez puede decirse también
que su vigencia llega por ambos caminos, porque muchos aspectos
de su pensamiento están presentes y quedan como
contribución para el tiempo actual y porque el ejemplo de
su estilo revolucionario deberá ser fuente permanente de
consulta e inspiración para los actuales y futuros
dirigentes revolucionarios.

Su vigencia y actualidad en relación con el
enfrentamiento a la llamada Globalización Hegemónica en el campo
de la cultura, parten como en Martí y
Mella de sus anticipaciones sobre este proceso y en ideas que
pueden considerarse antecedentes a la hora de valorarlo.

Lo aportativo sobre lo anterior puede precisarse más
notoriamente en los análisis que realiza sobre toda la
trayectoria del desarrollo de la cultura cubana en su
vínculo con la política, que aparecen en los
trabajos, "Los comunistas ante el proceso y las perspectivas de
la cultura cubana" (117) y "Las instituciones
culturales y la situación cubana" (118), si son cotejados
con lo que está ocurriendo hoy a escala global en materia
de imposición por Estados Unidos de sus pretensiones
hegemónicas en el campo de la cultura.

En la actualidad señala Ignacio Ramonet, "Estados
Unidos es la primera ciberpotencia: domina las innovaciones
tecnológicas, las industrias
numéricas, las extensiones y las proyecciones (materiales y
no materiales de todo tipo). Es el país del Web, de las
autopistas de la
comunicación, de la *nueva economía*, de los gigantes de la informática (Microsoft,
IBM, Intel) y de los campeones de Internet (Yahoo, Amazon,
American Online) (119). Y agrega además ". América
ejerce, por si fuera poco, una hegemonía en materia
cultural e ideológica. Este país ostenta el dominio
de lo simbólico que le da acceso a lo que Max Weber
denomina *dominación carismática*" (120).

"En múltiples campos Estados Unidos se las
arregló para obtener el control del
vocabulario, de los conceptos y del sentido; obliga a enunciar
los problemas que crea con las palabras que propone; proporciona
los códigos que permiten descifrar los enigmas que ella
misma impone, y dispone para ello de gran cantidad de
instituciones de investigación y de tanques pensantes (think
tanks) con los que colaboran miles de analistas y expertos"
(121).

Se está en presencia de lo que para muchos
especialistas, siguiendo a Ignacio Ramonet, denominan
"Globalización Hegemónica en el campo de la
cultura" (122). La
globalización sin apellidos, por otra parte es una
definición postmoderna que la mayoría de los
estudiosos en el campo de las ciencias
sociales utilizan para designar a un fenómeno tan
viejo como tan nuevo, el de los procesos de
internacionalización de las fuerzas productivas y los
capitales (123), que es considerado un fenómeno
esencialmente económico, pero no exclusivamente
económico, pues se extiende también a esferas como
las de la cultura.

En la dimensión cultural, según Néstor
García Canclini, el proceso de globalización ha
conllevado a cuatro grandes trasformaciones a partir de los
años setenta (124):

  • a) El predominio de las industrias de
    comunicación sobre las formas tradicionales de
    producción y circulación de cultura tanto
    ilustrada, como popular.

  • b) El desplazamiento de los consumos culturales de
    los equipamientos públicos (teatros, cines,
    bibliotecas, casas de cultura y salas de concierto) a los
    medios electrónicos que llevan los mensajes a
    domicilio (radio, televisión, video, Internet,
    etc.).

  • c) Disminución del papel de las culturas
    locales, regionales y nacionales ligadas a territorios e
    historias particulares en beneficio del incremento de los
    mensajes generados y distribuidos mediante circuitos
    trasnacionales.

  • d) Redistribución de responsabilidades entre
    Estado e iniciativa privada respecto a la producción;
    financiamiento y difusión de los bienes
    culturales.

Por otra parte, si bien puede asumirse la tendencia a la
globalización como algo irreversible, los conflictos que
ésta plantea son principalmente tres:

  • ¿Cuál será el destino de las culturas
    locales, regionales y nacionales en una etapa de
    globalización?

  • ¿Lo global se convertirá en un sustituto de
    lo local y éstos llevará necesariamente a la
    homogenización cultural?

  • ¿El modo neoliberal de globalizarnos será el
    único posible?

La solución a los conflictos anteriores en favor de los
intereses mayoritarios a escala universal, requerirá de
políticas consensuadas por estados y regímenes
políticos no dispuestos a permitir que lo global
hegemónico, imponga una pseudocultura que sustituya las
culturas locales, regionales y nacionales. En ese camino, un
primer paso sería el de difundir por todas las
vías, la esencia de la Globalización
Hegemónica en el campo de la cultura a través de la
exposición de sus rasgos más
generales, así como las posibles opciones que pueden tener
pueblos y gobiernos, ante ella, independientemente de su poderío
económico, posibilidades de acceso y uso de los medios de
información e incluso regímenes sociales, pues el
objetivo de las pretensiones norteamericanas es el dominar, a
todo el mundo, incluyendo sus propios parientes
ideológicos algo que la mayoría tendría que
tener en cuenta.

La pretensión norteamericana de ir disolviendo la
identidad
nacional y cultural con fines políticos, como se
propone la hoy conocida Globalización Hegemónica en
el campo de la cultura, comenzó a denunciarse por Carlos
Rafael Rodríguez desde 1949 cuando dijo:

"La mentalidad *americana* no se manifiesta sólo en
aquellos que postulan el sometimiento a los imperialistas. Como
una infección, el americanismo ha ido invadiendo al
extremo de sustituir nuestras costumbres, nuestros modos de ser.
El chicle, la música y las ideas norteñas permean
la vida de zonas considerables de la población, penetrando incluso en las capas
populares. Con ello se va perdiendo el carácter nacional y
se prepara el camino al sometimiento político" (125).

Carlos Rafael Rodríguez se percató además
al analizar la realidad cubana de lo que representa para la
cultura de un pueblo la entrega de sus riquezas, la
pérdida de su soberanía y la disolución de sus
esencias nacionales, algo que exponencialmente se produce en las
condiciones de la aplicación de modelos
neoliberales (126) en la actualidad, decía en 1956,
refiriéndose a los primeros veinticinco años de
neocolonia en Cuba:

"Si esos primeros veinticinco años, entrañan un
languidecimiento de la cultura, se debe a que presencian
también una entrega metódica de la riqueza, una
renuncia progresiva de la soberanía, un desvaimiento de
las esencias nacionales" (127).

En un juego de
acciones y reacciones quedó expuesta por él, la
dialéctica de como la entrega de las riquezas nacionales
al extranjero y la limitación de la soberanía ante
él, contribuyen a la pérdida de la cultura nacional
que a su vez se convierte en un factor que favorece aún
más el propio sometimiento económico y
político.

Prescindiendo del orden de importancia se pueden
señalar como Carlos Rafael Rodríguez
anticipó muchos de los rasgos de la actual
Globalización Neoliberal y lo que puede considerarse uno
de sus subsistemas, la Globalización Hegemónica en
el campo cultural, decía:

"La doctrina de que la concepción de la
soberanía nacional resultaba anticuada – obsoleta -,
como prefieran decir los acólitos ayanquizados –
venía acompañada de un renacimiento de
las corrientes abstraccionistas y deshumanizadas en lo
artístico. Lo nacional empezó a presentarse como un
rezago del siglo XIX, un siglo de provincialismo limitador"
(128).

Lo primero expuesto sobre la existencia de toda una doctrina
sobre la supuesta obsolescencia de la soberanía nacional
es un antecedente a considerar a la hora de valorar, como se ha
venido haciendo, en las últimas dos décadas, las
doctrinas neoliberales que propugnan el debilitamiento del
estado –
nación
(129) y al valorar la doctrina de la llamada "soberanía
limitada" (130), expuesta por la
administración de George Busch en el período
2000 – 2008.

La deshumanización del arte, es un rasgo que se reedita
en la propuesta cultural que logra encontrar espacio en los
medios masivos de comunicación que se han
trasnacionalizado, proceso este último que Carlos Rafael
Rodríguez también denunció desde sus propios
inicios (131).

La propuesta cultural generalizada en los medios de
comunicación exalta por encima de los valores
humanos y estéticos al consumo y lo
colocan en la posición de imprescindible para alcanzar la
máxima felicidad, el hombre es
presentado en la propuesta como una criatura hecha para el
consumo. ". la utopía – como afirma Abel Prieto
– es donde hay cosas, donde puedes consumir cosas" (132).
Estas propuestas pseudoculturales ". excluyen de manera radical
el pensamiento emancipador, el pensamiento transformador, el
pensamiento de cambio" (133).

También hoy lo nacional auténtico se presenta
como un rezago o en el mejor de los casos como un pseudofolklor y
se pretende con ello abolir la memoria
histórica, destruir el sentido histórico. Se trata
de inculcar que lo más importante es el aquí y el
ahora con toda su carga de consumismo y banalidades.

Carlos Rafael Rodríguez denunció los intentos
del imperialismo norteamericano por maccartizar la vida cultural
cubana y por trasladar a los medios intelectuales,
científicos y artísticos, el modo de vida
norteamericano (134), algo que se reedita en las condiciones de
la actual globalización (135) y que el propio Carlos
Rafael Rodríguez desde aquella época decía
"No se trata, desde luego de algo exclusivamente destinado a
nuestro país, por el contrario forma parte de un vasto
programa,
fraguado en las más altas esferas norteamericanas, para
salir a la conquista
ideológica del mundo" (136).

Los ejecutores de la política cultural de la revolución
cubana en la actualidad, cuya esencia está planteada
al decir de Armando Hart en "Palabras de Fidel a los
intelectuales" (137) y que se ha reiterado y ampliado en el
decursar histórico en otras intervenciones de Fidel Castro
(138), plantean que ". uno de los aspectos más importantes
de nuestra política cultural con respecto a la
globalización – es -; la idea de que no puede
reducirse este asunto a una oposición simple entre cultura
o identidad
nacional y globalización cultural. Esta no es la
oposición que debe presidir las discusiones nuestras sobre
estos asuntos, no es una simple oposición, tenemos que
defender nuestra identidad nacional y al mismo tiempo tenemos que
defender el acceso de nuestro pueblo a la auténtica
universalidad en la cultura" (139).

Se reconoce además que la globalización ".
daña o erosiona tanto las identidades nacionales de los
pueblos, como el acceso real de esos pueblos a la universalidad,
porque ofrece opciones de falsa universalidad." (140).

Si se valora el análisis realizado por Carlos Rafael
Rodríguez en el año 1956 y que a
continuación se referencia se puede decir que en el
planteo anterior se llegó a las mismas conclusiones por
otros caminos, o que se le tuvo en cuenta como antecedente o como
una anticipación previsoria, Carlos Rafael
Rodríguez dijo:

"En efecto si la tarea histórica que nuestro
país tiene ante sí es la de realizar su
emancipación nacional, todo cuanto contribuya a que Cuba
sea ella misma, todo cuanto afirme el contorno nacional, ha de
servir a ese esfuerzo. Importante es rescatar una fuente de
riqueza o erigir una industria que
hasta ahora nos estuviera vedada. Pero importante, asimismo, es
revalidar nuestra música, librarla del ayanquizamiento que
la desdibuja, traducir el paisaje y el pueblo en la
plástica de modo que aumente el amor de los
cubanos hacia su atmósfera, darle
cauce lírico a la cubana. Todo eso se hace a la postre
subversivo para quienes pretenden despojarnos del alma nacional,
como medio de seguir arrancándonos la tierra, el
níquel, el
petróleo y la caña. La destrucción de la
cultura nacional, el trabajo por borrar sus aristas, por darle a
nuestro arte un tinte de cosmopolitismo y permear nuestro
pensamiento de una falsa universalidad, que sustraiga a los
intelectuales cubanos de su circunstancia inmediata, es una labor
de zapa a que los imperialistas y sus funcionarios locales se
entregan con tanto cuidado como a la de sembrar entre nosotros la
idea de que no habrá para Cuba desarrollo
económico posible si no se le sitúa al cuidado
del capital
extranjero y con renuncia de toda aspiración
independentista" (141).

Y más adelante planteaba: "Cuanto hemos dicho conduce,
a pasos contados, a una conclusión inexorable: las fuerzas
auténticas de la cultura –es decir, aquellas que
quieren alzar y extender la vida cultural de nuestro país,
llegar a lo universal sin perder el carácter propio y
ensamblar el arte, el pensamiento y la ciencia a todo el proceso
de crecimiento histórico de nuestra patria – tienen un
mismo deber inmediato, cualesquiera que fueren sus divergencias
finales y sus rumbos ulteriores. Hace falta por tanto, darle
coherencia y programa a ese objetivo, poner fin a la
dispersión que nos debilita, delimitar los fines comunes y
unir los medios. He ahí lo perentorio" (142).

Las ideas anteriores son opciones de hoy y mañana que
compulsan a defender y difundir lo nuestro en toda su amplitud y
diversidad, desde el folclor de origen afro, hasta los poemas de
Lezama Lima (fue amigo de Carlos Rafael, quien respetó y
admiró su obra), que independientemente de su contenido
esotérico y complejidad, reflejan cubanidad. Estas
concepciones clamaban al mismo tiempo, desterrar del pensamiento
y apego de los cubanos, las opciones de falsa universalidad, algo
que la Globalización Hegemónica en la cultura,
trata de imponer, con la apología de lo yanqui como
superior, como mecías salvador de la humanidad de la
invasión terrorista del mundo islámico, y de su
modo de vida como el único estilo con validez
universal.

Con vigencia en el enfrentamiento que hoy desarrolla Cuba y
toda la humanidad progresista a la Globalización
Hegemónica en el campo de la cultura, debe
señalarse además, que destacó uno de los
rasgos que también caracteriza a ese proceso de
dominación y es el hecho de presentar un mensaje cultural
que da una imagen deformada
a los pueblos de sí mismos, con una profunda carga de
racismo y
desprecio.

En el artículo "Una buena iniciativa descaminada",
Consideró a los comic de la época una
supeditación colonial "…hechos en tierra extraña
con total desconocimiento de nuestro medio, de nuestras
costumbres, de nuestros intereses nacionales. Ya esto es grave,
cientos de miles de niños
de la América Latina crecen moldeados, deformados por
situaciones, personajes y tendencias que le son ajenas" (143).
Mas adelante señaló, "Pero no es lo peor: los
muñequitos impresos en New York, en Chicago, son mil veces
reflejo de una actitud
despectiva, ofensiva, para los pueblos hispanoamericanos"
(144).

Y afirmó además "…minan las
resistencias
nacionales, para incitar una admiración desbordada por el
modo de vida norteamericano y para ofender y desprestigiar a los
pueblos al sur del río grande. No hay más que
estudiar por algún tiempo las entrañas de estas
cintas cómicas: la discriminación nacional y racial no
tardará en aparecer, los indios y mestizos mexicanos, como
los negros y mulatos de las Antillas aparecen allí como
seres inferiores, desvalidos, arteros, cobardes, siempre batidos
por los cawboys. Intención sinuosa de ablandar desde la
infancia toda
obra de resistencia y
liberación" (145).

En este trabajo que trata sobre la
realización de una crítica
a una exposición de tiras cómicas bajo el auspicio
del "INC" (Instituto Nacional de Cultura). Los expositores
defendían el criterio que lo que viene de Estados Unidos,
en alusión a los muñequitos, se puede hacer en Cuba
por lo que reclamaban este derecho, en tanto exponían
ejemplos de sus realizaciones en ese sentido. Carlos Rafael
Rodríguez se cuestionó en el artículo, sobre
qué bases los dibujantes cubanos exigían, se les
diera una oportunidad, si era sobre la base de mantener la misma
superficialidad, la chabacanería y vulgaridad de los comic
norteamericanos, o teniendo en cuenta los intereses nacionales y
proponía: "…que nuestros artistas se inspiren en los
intereses de nuestro pueblo, que adsorban con buen sentido la
gracia cuantiosa de nuestro medio nacional, que estudien de veras
las características cubanas, que contribuyan realmente a
la cultura de los muchachos, que impulsen el mantenimiento
de nuestras hermosas tradiciones democráticas, el culto a
la acción mambisa y la solidaridad con
nuestras luchas libertadoras de hoy" (146).

El culto a la acción mambisa en los
muñequitos como proyección del pensamiento de
Carlos Rafael Rodríguez, lo sitúa
incuestionablemente, salvando épocas y paternidad creativa
directa, como el padre teórico del actual "Elpidio
Valdés" que tantas batallas ha ganado en el afianzamiento
de nuestra identidad entre niños y adolescentes.

El mismo Carlos Rafael Rodríguez
decía, ". la cuestión podía parecer a
algunos baladí – simple entretenimiento infantil,
pero tiene una gran importancia política" (147).

Con vigencia en la actualidad, pueden
señalarse además dos conclusiones en éste,
de perfecto acomodo a la hora de valorar los rasgos de la actual
Globalización Hegemónica en el campo de la
cultura.

La primera cuando afirmó, "Convertir la
cultura en entretenimiento, en fuga, es falsificarla, castrarla.
Y servir a sus enconados enemigos" (148).

Si hoy se hace un análisis y un balance
sobre las propuestas mayoritarias en Internet, en la
televisión de la mayoría de los países
del mundo, en los videos y películas que circulan, en los
videos – juegos, en los
"programas de participación popular a través de
la radio y la
televisión, entre otros aspectos, solo en
muy contadas y honrosas excepciones, el mensaje cultural no se
distorsiona. Abel Prieto ha reflexionado al respecto y
señalado:

"El hombre ve que
placer e inteligencia
no están reñidos. Es con la civilización
norteamericana donde hoy se separan ambos conceptos: Han
introducido la figura del súper especialista, que en su
centro científico ejercita su inteligencia de una manera
muy competitiva, tiene que publicar un artículo todos los
años. Ese tipo llega a su casa y pone el televisor, para
ver la mayor cantidad de violencia,
sandeces, pornografía, al tipo le desmantelan su
equipo de pensar, desconectar es la palabra que usamos nosotros y
es una palabra peligrosa, lo que quiere decir que podemos caer en
esa tentación" (149).

Y plantea además: "Yo creo que una de las
cosas sobre la cual tenemos que seguir trabajando es en la idea
de que la gente no vea la diversión como algo ajeno al
ejercicio de la inteligencia. "(150).

Carlos Rafael Rodríguez habla de " fuga",
Abel Prieto dice "desconectar", para denunciar ambos un mismo
fenómeno, que falsifica y castra la cultura
auténtica y que es realmente muy peligroso si se le
entronca con su efecto desmovilizativo, en términos de
lucha política, lo que sirve a los enconados enemigos de
la cultura, los imperialistas.

Una segunda conclusión, también
ronda en lo global, en tanto a hecho que se produce en muchos
países, pero como se adviene a una práctica que se
ha generalizado en la Cuba de hoy, los ejemplos que la ilustran
más adelante, son de la isla.

Carlos Rafael Rodríguez señalaba en
1958, ". una feria, un fashion show – para emplear el
yanquismo favorito – no tienen nada que ver, ni directa, ni
indirectamente, con la cultura. Seguirlo realizando a su nombre
resulta indefendible. Y contra ellos, como actividades de las
instituciones culturales en esta hora de Cuba, nos pronunciamos"
(151).

Si se hace abstracción de la Feria del
Libro, que es un acontecimiento cultural de importancia
extraordinaria, y de rectificaciones realizadas en los
últimos años por los directivos de cultura en
determinados municipios del país, todavía en muchos
territorios en las Semanas de la Cultura, lo que más se
potencia por las
autoridades, son las llamadas "Ferias", donde se expenden
fiambres, productos
industriales de uso doméstico y sobre todo mucha cerveza.
Cualquier sondeo de opinión a sectores de la
población, sobre sus criterios sobre la calidad de las
mismas, muestra con pocas excepciones, que el calificativo de
buenas o malas se hace depender de la cantidad y calidad de la
oferta
gastronómica, con lo que se han desvirtuado los verdaderos
objetivos de éstas actividades masivas.

Por último y sin que se pretenda dar por
terminada la búsqueda de antecedentes y anticipaciones en
el pensamiento de Carlos Rafael Rodríguez, pueden
señalarse criterios que expresan concepciones de valor
para los pueblos y antecedentes de la principal opción que
se tiene, ante las avalanchas globalizadoras: ". una cultura
libre resulta a la larga incompatible con la tiranía
política." (152), ". la cultura en sí misma, es una
espina irritante para todas las tiranías." (153).

Fidel Castro ha llamado a la emancipación
social de los pueblos por la cultura, y ha propuesto la principal
opción que tiene el mundo progresista ante las
pretensiones del imperialismo, ". esta política que ha
estado planteando el propio comandante en los últimos
tiempos, de llevar a escala de masas la cultura, de convertir a
nuestro pueblo en un pueblo auténticamente culto, es una
respuesta integral – es la única respuesta realmente
integral – que se puede ofrecer ante esta oleada
globalizadota en el campo de la cultura" (154).

En Carlos Rafael Rodríguez se pueden
encontrar también antecedentes a esa respuesta integral
cuando destacó: "Hemos realizado una hermosa, profunda,
abarcadora revolución educacional, pero nos falta
incorporar a esa revolución el ingrediente indispensable
de la cultura" (155). Y aseveró además, "Tenemos un
pueblo cada vez más instruido, pero todavía no
tenemos un pueblo culto"(156).

Conclusiones

A partir de los resultados de la investigación
realizada expuestos en los dos Capítulos se arriba a los
siguientes elementos conclusivos:

  • Las concepciones esenciales de José Martí
    sobre la cultura y la política no solo fueron
    interpretadas cabalmente y divulgadas por Carlos Rafael
    Rodríguez, con la intención de hacerlas
    próximas a cada generación que convivió
    con él, sino que además, fueron incorporadas a
    su práctica revolucionaria y devinieron fuente primera
    en su formación ideopolítica y cultural en
    general, condición básica para que su
    pensamiento transitara a las posiciones marxistas.

  • El ideal unitario, la crítica con sentido del arte
    y el sentido eticista de la política, como
    enseñanzas dentro del pensamiento martiano en torno a
    la cultura y la política, unido a las concepciones
    dialécticas que le aportó el marxismo sobre
    temas culturales, le facilitaron realizar entre otros aportes
    a Carlos Rafael Rodríguez, el diseño de
    políticas dentro del Partido Socialista Popular que
    impidieron que intelectuales de prestigio en la década
    del cincuenta, entraran en contradicciones insalvables con el
    partido y facilitaron su agrupamiento y evolución en
    dirección a posiciones comprometidas con la
    revolución antes y después de su triunfo.

  • Dentro de los intelectuales marxistas en el siglo XX
    cubano la inmensa mayoría de origen pequeño
    burgués o burgués, es en Carlos Rafael
    Rodríguez, donde más rápido se produce
    el tránsito de las posiciones de su clase de origen, a
    las posiciones marxistas.

  • En la numerosa bibliografía pasiva consultada, no
    se hacen referencias a la influencia del pensamiento de
    Antonio Gramsci en Carlos Rafael Rodríguez, sin
    embargo se corrobora en la investigación, la
    existencia de una influencia positiva del pensador italiano
    sobre él y además se argumenta cómo el
    propio Carlos Rafael Rodríguez fue el primer
    introductor de sus obras en Cuba en la década del
    cuarenta del siglo pasado y el primero que destacó la
    vigencia de su pensamiento para la lucha política de
    los comunistas cubanos antes de la revolución.

  • Carlos Rafael Rodríguez en sus análisis
    sobre la figura de Stalin, desarrolla una tesis apenas
    insinuada por Palmiro Togliati, que representa aportes en la
    valoración de esa figura desde las posiciones
    marxistas.

  • Carlos Rafael Rodríguez desde la adolescencia fue
    un difusor de la cultura concebida como acción
    revolucionaria, con una intencionalidad política y en
    ello radica uno de los elementos más aportativos de su
    pensamiento en torno a la relación cultura –
    política.

  • Desde el último año de la década del
    cuarenta e inicios de la del cincuenta, no solo
    reconoció que los comunistas cubanos no habían
    comprendido cómo poder utilizar la tradición
    filosófica cubana del siglo XIX, lo que podía
    aportar sólidos fundamentos teóricos para la
    lucha política e ideológica en el siglo XX
    cubano, lo cual los limitaba en su accionar contra sus
    opositores, en tanto mostró la forma de cómo
    hacerlo, enriqueciendo la teoría y la práctica
    política en esa etapa.

  • Carlos Rafael Rodríguez determinó haciendo
    uso de sus concepciones dialécticas sobre el deslinde
    en la lucha política, la línea de coincidencia
    mínima entre comunistas y las demás fuerzas del
    movimiento cultural y precisó hasta dónde
    debían extenderse los límites del frente
    único de escritores, artistas y científicos
    para el trabajo político con ese universo y su
    incorporación directa o indirecta a la lucha contra
    Batista y contra las presiones colonizantes de Estados Unidos
    en la esfera cultura.

  • En la proyección de la política de alianzas
    del Partido Socialista Popular en el frente cultural que tuvo
    en Carlos Rafael Rodríguez a su principal
    teórico, éste aportó los métodos
    y formas dialécticas a la hora de la
    realización de la crítica en los sectores
    intelectuales en el escenario artístico y
    científico cubano en la década del cincuenta y
    fundamentó las especificidades de la lucha de clases
    en el sector cultural en general con plena vigencia en la
    actualidad.

  • Carlos Rafael Rodríguez nunca compartió las
    concepciones del llamado "realismo socialista" como
    política cultural entronizada en la URSS
    fundamentalmente en el período stalinista, que hizo
    mucho daño al socialismo en ese país y en el
    otrora campo socialista en general. Con tacto político
    y sin desprenderse de la disciplina partidista, lo
    combatió de manera teórica y práctica
    antes y después del triunfo de la revolución.
    En ese combate hay aportes notables que quedaron refrendados
    institucionalmente en la primera constitución
    socialista cubana en el capítulo treinta y ocho, de su
    autoría.

  • Carlos Rafael Rodríguez si no es el primero,
    está entre los más importantes divulgadores del
    marxismo en Cuba en la primera mitad del siglo XX y puede
    considerarse una de las personalidades que más
    aportó al desarrollo de la cultura cubana en ese
    período.

  • La Reforma Universitaria de 1962, que tuvo en Carlos
    Rafael Rodríguez a uno de sus principales
    inspiradores, representó una revolución en
    materia de diseño de la Enseñanza Superior en
    Cuba. En ella se encuentran concepciones en cuanto a
    programas de estudio, métodos de enseñanza y
    políticas de ingreso que mantienen su vitalidad en la
    actualidad. La Reforma contenía además
    antecedentes y anticipaciones con respecto a la
    universalización de la enseñanza universitaria
    y a la formación de los profesionales de la salud,
    aspectos que se materializan en la actualidad y colocan a
    Cuba en la vanguardia a nivel universal.

  • En las concepciones de Carlos Rafael Rodríguez en
    torno a la relación cultura – política en
    el período 1950 – 1962, se encuentran referentes
    para el estudio del actual proceso de Globalización
    Hegemónica en el campo de la cultura y en ellas se
    pueden encontrar además, opciones de respuesta
    ideopolítica, posibles de ser utilizadas por los
    sujetos revolucionarios que la enfrentan en la actualidad
    tanto en Cuba como en el resto del mundo.

Recomendaciones

  • Si bien la etapa 1950 – 1962, es el período
    donde mayores aportes teórico – prácticos
    hace Carlos Rafael Rodríguez con sus concepciones
    acerca de la relación cultura – política,
    de importancia para la lucha política de los
    revolucionarios cubanos en el frente cultural y con vigencia
    en la actualidad, se recomienda continuar investigando la
    temática en otras etapas, pues le dio tratamiento a la
    relación estudiada a lo largo de toda su vida como
    dirigente político.

  • La consulta realizada de la amplia bibliografía
    activa de Carlos Rafael Rodríguez para la
    investigación del referente político de la
    cultura en su pensamiento, permitió determinar que
    tiene un pensamiento filosófico –
    político sobre la estructura socio clasista de la
    sociedad cubana en la etapa neocolonial, de gran valor para
    una mejor comprensión de ese período por parte
    de los investigadores, por lo que se recomienda la
    realización de estudios sobre esa faceta de sus
    concepciones.

  • Se recomienda que en el aborde con fines académicos
    y docentes que se haga en la actualidad del proceso de
    Globalización Hegemónica en el campo de la
    cultura, se tenga en cuenta como antecedentes y
    anticipaciones, las concepciones expuestas por Carlos Rafael
    Rodríguez en la década del cincuenta en torno a
    la relación cultura – política.

  • Se debe continuar profundizando sobre la
    introducción del pensamiento gramsciano en Cuba, por
    la importancia de este pensador y para una mayor
    comprensión de posibles influencias sobre otras
    personalidades en períodos anteriores a los que hasta
    ahora se habían establecido por los cientistas
    sociales, como en los que se comenzó a divulgar sus
    ideas en el país.

Notas y
referencias bibliográficas

INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULO No 1.

(1)- Miranda Francisco Olivia. Carlos Rafael Rodríguez
Tradición y Universalidad. Editora Política La
Habana 1997, Pág. 17.

(2)- Hart, Armando. "Perfiles". Editorial Pueblo y Educación.
Pág. 195.

(3)- Ibídem Pág. 194.

(4)- Castro Ruz, Fidel. Discurso en la
Sesión de clausura del V Evento Internacional de
Economistas sobre Globalización y Problemas del
Desarrollo. 14 de febrero del 2003/ Oficina de
Publicaciones del Consejo de Estado. Las Habana, 2003,
Pág. 34, pp. 2.

(5)- Martí José. Maestros ambulantes. New York
1884. Obras Completas. Tomo VIII. Editoral de Ciencias Sociales/
La Habana, 1975, Pág. 288.

(6)- Castro Ruz, Fidel. Discurso pronunciado en la clausura
del Congreso Pedagogía 2003. 7 de Febrero del 2003.
Oficina de publicaciones del Consejo de Estado. La Habana 2003,
Pág. 19.

(7)- Toledo, Reineiro Lorenzo. Glosarios de Términos
más usados en los estudios sociopolíticos y de
opinión. Centro de Información del CESPO (Centro de
Estudios Sociopolíticos y de Opinión). La Habana,
Marzo de 1999.

(8)- El paradigma al
cual se suscribe la investigación se caracteriza por:

  • La unidad de lo objetivo y lo subjetivo. Lo objetivo como
    lo existente independientemente de la conciencia y los
    sentimientos humanos. Lo subjetivo como el proceso de reflejo
    de esa realidad objetiva en la conciencia del hombre, a lo
    que se agrega una independencia relativa de la subjetividad y
    su carácter activo transformador sobre la propia
    realidad objetiva.

  • La unidad dialéctica expresada en pares de
    categorías, como escalones del proceso del
    conocimiento de la realidad objetiva.

  • Por su carácter ontológico, la realidad
    natural y social no son idénticas, pero no se
    contraponen metafísicamente, en tanto la realidad
    objetiva en su conjunto es primaria a toda idea, sentimiento
    o subjetividad aunque reconoce el carácter activo y
    relativamente independiente de lo espiritual.

  • Desde el punto de vista epistemológico tanto la
    realidad natural como la social están sometidas a
    leyes generales cuyo accionar se da a través de la
    actividad consciente de los hombres, por lo que no podemos
    considerarlas como automatismos dogmáticos sino en su
    orientación tendencial, lo que significa reconocer la
    subjetividad y el propio carácter activo de la
    conciencia.

  • Su carácter metodológico se expresa en que
    sus principios, leyes y categorías son punto de
    partida como metodología general en el proceso
    investigativo, y presupone además la aceptación
    de una variedad de métodos concretos sin patrones
    prefijados en dependencia de los objetivos de la
    investigación.

(9)- Miranda Francisco, Olivia. "Metodología para el
análisis del pensamiento social", en proceso de
impresión:

La propuesta presupone entre otros aspectos
esenciales, tener en cuenta la problemática de la
intervinculación de lo nacional y lo internacional en el
proceso de conformación de la autoconciencia nacional, en
la medida que expresan los nexos de la historia de Cuba y la
historia
universal, precisando el proceso de nacimiento de la isla
como colonia, su paso por el periodo neocolonial, proceso en el
que surge y se desarrollan la nacionalidad y
la nación
cubana, que se consolidan al calor de la
lucha por la liberación nacional en estrecha
interrelación con el anhelo de emancipación del
hombre de los lastres de explotación socioeconómica
que impedían el avance progresivo de la sociedad.

La doctora Miranda refiere que el estudio de los
ideales en la época actual deberá al menos
cumplimentar cinco aspectos metodológicos de esencia
lógico – histórica:

  • Los periodos claves en los que se han producido
    transformaciones de carácter cualitativo de
    proyección ascendente hacia posiciones más
    avanzadas, en correspondencia con cambios sociales internos y
    externos.

  • El aparato teórico – conceptual capaz de
    captar los nexos entre las diversas esferas de la
    producción espiritual que la ideología
    sistematiza, desde diferentes y aún contrapuestos
    intereses socio clasistas, y la relación de las ideas
    que expresan las peculiaridades internas y las predominantes
    internacionalmente, en una época histórica
    determinada, en la conformación de la autoconciencia
    nacional en las diferentes etapas captadas en su movimiento
    interno.

  • El contenido y estructura del término
    articulación, al que algunos investigadores sociales
    cubanos no se advienen, pero que capta al decir de sus
    introductoras, específicamente, la
    interrelación entre las tradiciones nacionales
    progresistas y revolucionarias y la ideología del
    proletariado en el siglo XX, en Cuba, en sus diferencias
    esenciales con otras formas precedentes de vinculación
    de lo nacional y lo internacional en la esfera de la
    ideología, y de la inserción del marxismo y el
    leninismo en las culturas nacionales en otras regiones del
    mundo.

  • La interconexión de las concepciones socio
    filosóficas y político filosóficas con
    las ideas en torno a la historia en tanto historia de la
    cultura que desempeña las funciones de ciencia,
    memoria de los pueblos y arma de lucha ideológica.

  • El lugar y el papel del hombre en su condición de
    integrante de determinada clase o sector etnocultural, como
    sujeto y objeto del devenir social: de la cultura, la
    historia y la política, y muy especialmente en el
    proceso mismo de esta articulación en el pasado
    siglo.

La suscripción al enfoque anterior permite captar la
articulación de las tradiciones nacionales, a partir del
pensamiento martiano, y el marxismo y el leninismo, en la obra
teórica y práctico revolucionaria de los fundadores
de la ideología del proletariado en Cuba, y de sus
continuadores más destacados, entre los que se encuentra
Carlos Rafael Rodríguez.

(10)– Miranda Francisco, Olivia. Historia, cultura y
política en el pensamiento revolucionario martiano.
Editorial Academia, La Habana, 2002.

(11) Ibídem. Pág. 141, pp. 1.

(12)– Rodríguez, Carlos Rafael. Palabras a los
setenta. Ediciones Políticas. La Habana, 1984, Pág.
70.

(13)- Ibídem. Pág. 107.

(14)- Diario "La Correspondencia", Cienfuegos, 23 de mayo de
1932.

(15)- Ariel: Grupo fundado
en Cienfuegos, por Carlos Rafael Rodríguez, Juan David,
Raúl Aparicio, Edith García Buchaca, Raúl
Dorticós y otros jóvenes cienfuegueros el 28 de
enero de 1933. El Grupo se propuso poner en movimiento el
ambiente
cultural de Cienfuegos con un sentido revolucionario, en aquel
sombrío período en que la docencia quedó
paralizada por la clausura de los centros de enseñanza
secundaria y superior y la persecución machadista a
profesores y alumnos. Ariel puede considerarse una versión
provinciana anticipada del Grupo Orígenes creado por
Lezama Lima en 1937 en lo que a una estética que rompe los
cánones tradicionales se refiere pero no en su
proyección política donde fue criticado este
último por su alejamiento evidente de esta
problemática.

(16)- La Revista "Juventud" fundada por Carlos Rafael
Rodríguez y Jorge A. González en noviembre de 1931
y cuyo nombre parece haber sido tomado de la homónima que
fundara Mella en octubre de 1923, dejaba claro en su primer
número sus pretensiones "Escribir volviendo torpemente las
espaldas a la triste realidad de nuestra Cuba doliente y
esperando tan sólo recoger laurel glorificante en un
torneo de frases, no es tarea digna de una juventud, que como la
nuestra ha de llevar sobre sí el peso de una total
renovación de nuestro ambiente". Una sección
importante de la Revista fue la titulada "Páginas
martianas".

(17)- Segur: Revista fundada por Carlos Rafael
Rodríguez y Juan David como órgano del Grupo Ariel
en enero de 1934 y de la que solo vio la luz un primer
número.

(18)- Cantón Navarro, José. Presencia de
José Martí en la obra de Carlos Rafael
Rodríguez. Anuario del Centro de Estudios martianos No 20
de 1997, Pág. 159, pp. 3.

(19)- Rodríguez, Carlos Rafael. Significación
del Grupo Ariel. Letra con Filo, Tomo III. Ediciones
Unión, La Habana, 1983, Pág. 627, pp. 2.

(20)- Rodríguez, Carlos Rafael. "Palabras a los
setenta". Ediciones Políticas, La Habana, 1984,
Pág. 79, pp. 1.

(21)- Ibídem. Pág. 107.

(22)- Martí, José. Prólogo al libro "Los
poetas de la Guerra". Obras
Completas, Tomo V. Editorial Ciencias Sociales, 1975, Pág.
229 – 235.

(23)- Ralph Waldo, Emerson (1803 – 1882): Ensayista y
poeta estadounidense, nacido en Boston el 25 de mayo de 1803. Sus
padres y antepasados fueron pastores de la Iglesia
Unitaria de Boston.

Se graduó en Harvard a los 18 años y
ejerció como maestro en Boston. Estudió
además teología en la Harvard Divinity School y en
el 1829 fue ordenado pastor. En 1832 dimitió de su cargo
pastoral por contradicciones teológicas y luego de una
gira por Europa
comenzó a dar clase en la Universidad de Boston.

Muchos estudiosos martianos señalan que Emerson fue el
más completo indicador del pensamiento martiano porque
vino a confluir con la inspiración "trascendentista de sus
años juveniles". En 1882, Martí escribe un ensayo
sobre él, "Emerson", (que aparece en el Tomo 13 de las
Obras Completas, página 25) a penas dos años
después de haber llegado a los EE. UU bajo la impronta del
medio intelectual y la filosofía trascendentista de la que
este pensador constituía su principal representante.

Es una realidad la influencia en él del aspecto
ético del trascendentalismo que preconizaba "La necesidad
de una vida limpia".

Sin embargo el hecho de que hubiera mostrado en 1882 su
identificación con Emerson, no significa que hacia 1890
siguiera manteniendo igual inclinación como analizan
Antonio Martínez Bello en "Ideas filosóficas de
José Martí". Editorial Ciencias Sociales, 1989 y
Medardo Vitier en "Martí estudio integral", 1954.

(24)- Rodríguez, Carlos Rafael. "José
Martí, contemporáneo y compañero". Letra con
Filo Tomo III. Ediciones Unión, Ciudad de la Habana, 1987,
Pág. 248.

(25)- Martí, José. "Cuentos de hoy
y de mañana de Castro Palomino", Prólogo de
Martí. Obras Completas, Editorial Nacional de Cuba, La
Habana, 1963, Tomo V, Pág. 102.

(26)- Félix Varela y Morales (1787 – 1853). Fue
considerado por Carlos Rafael Rodríguez en su trabajo,
"Félix Varela", que apareció en la Revista
Mediodía, No 47, publicada en la Habana, el 20 de
diciembre de 1937, como el primero que abrió vías
al pensamiento cubano, ofreciendo según él a las
imprecisiones de éste, un método, una vía
segura, sin recodos en que estraviarse, que se opuso a los
métodos escolásticos de enseñanza, erigiendo
sobre ellos a la experiencia y la razón como únicas
fuentes o reglas del conocimiento.
Se puede consultar para ampliar, el libro de Isabel Monal y
Olivia Miranda. "Pensamiento cubano siglo XIX", Editorial
Ciencias Sociales, Tomo I, La Habana, 2002, Pág. 183 –
293.

(27)- José de la
Luz y Caballero (1800 – 1862). Maestro y profesor,
discípulo y continuador de Félix Varela.
Estudió leyes en la
Habana, luego de abandonar los hábitos. Ejerció
como catedrático en varios centros de educación y
fundó el colegio "El Salvador".
Martí destaca su admiración por él en
"Cartas
inéditas de José de la Luz", en el "Economista
americano", Nueva York, marzo de 1888 que aparece en el Tomo V de
las Obras Completas, Ediciones citadas, Pág. 249. Carlos
Rafael escribió un trabajo sobre él que
apareció en la Revista "Fundamentos" de julio de 1947,
donde realiza un análisis marxista de su figura y destaca
su labor como pedagogo que impalntó una Reforma Educativa,
que se opuso al clericalismo y la escolástica en la
enseñanza y sus batallas por la introducción de la física, y los
estudios experimentales, que constituyeron a su decir un aporte
que lo situó por encima de casi todos los pensadores y
pedagogos de América en su época. Supo,
según Carlos Rafael Rodríguez, ver su función
pedagógica como parte de un proceso de desarrollo
histórico nacional y advertir que en la preferencia que se
dé a unas materias sobre otras en los planes de estudio,
ha de tenerse siempre encuentra las necesidades del
país.

Se puede consultar para ampliar el libro citado de Isabel
Monal y Olivia Miranda, Pág. 297 – 317.

(28)- Rafael María de Mendive (1821 – 1826):
Poeta, periodista, abogado, promotor y divulgador de la cultura
cubana, maestro y director del colegio "San Pablo" desde donde
descubrió la grandeza y cualidades de José
Martí y a quien podemos considerar fue su padre espiritual
al inculcarle sobre todo su oposición al gobierno colonial
español.
Martí se refiere con un inmenso reconocimiento a la figura
de su maestro Rafael María de Mendive en su carta a Enrique
Trujillo, que aparece en "El porvenir", New York el primero de
julio de 1891 y que puede localizarse en el tomo II de las Obras
Completas citadas en la Pág. 298.

(29)- Ver Martí, José. "Educación
Científica".Obras Completas. Editorial Ciencias Sociales,
La Habana, 1975, Tomo VIII, Pág. 278.

(30)- Martí, José. "Escuela de electricidad". La
América, Nueva York, noviembre de 1883. Obras Completas,
Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1975, Tomo VIII,
Pág. 281.

(31)- Entrevista al
Dr. Raúl Valdés Vivó en el Anexo No 1.

(32)- Diario "La Correspondencia de Cienfuegos" fundado el 31
de octubre de 1898 y que se convirtió en el
periódico más importante de la provincia de las
Villas en los años treinta del siglo pasado. En este
periódico Carlos Rafael Rodríguez publicó
numerosos artículos entre los que podemos destacar:
"Nuevas directrices", "La poesía
de Martí", "Paralelo entre Unamuno y Ortega y Gasset,
entre otros.

(33)- Augier, Ángel. "Prólogo al libro Letra con
Filo". Ediciones Unión, Ciudad de La Habana, 1987. Tomo
III, Pág. 8, pp. 2.

(34)- Rodríguez, Carlos Rafael. "Palabras a los
setenta". Ediciones Políticas, La Habana, 1984,
Pág. 108.

(35)- Rodríguez, Carlos Rafael. "José
Martí contemporáneo y compañero". Obras
citada Tomo III, Pág. 242 – 243.

(36)- Entrevista al Dr. Raúl Valdés Vivó
en el Anexo No 1.

(37)- Rodríguez, Carlos Rafael. "José
Martí contemporáneo y compañero". Obras
citada Tomo III, Pág. 243.

(38)- Oscar Wilde: Poeta inglés
que se estableció en Estados Unidos a partir de enero de
1882 y del que José Martí realizó una
profunda valoración en artículos publicados en los
diarios "La nación de Buenos Aires2 el 10 de diciembre de
1882 y en el diario venezolano "La opinión nacional" el 21
de enero de 1882. Los artículos aparecen respectivamente
en Obras Completas de José Martí, Tomo 15,
Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975 Pág. 361 a
368 y en el Tomo 9 Pág. 221 a 228.

(39)- Rodríguez Carlos Rafael. "Letra con Filo",
Ediciones citas, Tomo III.

(40)- Martí, José. Obras Completas, Ediciones
citadas, Tomo 15, Pág. 363, pp.1.

(41)- Ibidem Pág. 367.

(42)- Ibidem Pág. 367, pp. 1

(43)- Rodríguez, Carlos Rafael. "José
Martí, contemporáneo y compañero". Letra con
Filo, Tomo III. Ediciones Unión, Ciudad de la Habana,
1987, Pág. 247.

(44)- Ibídem, Pág. 241, pp. 3.

(45)- Flaubert, Gustave (1821 – 1880), novelista
francés encuadrado dentro de la escuela realista, alabado
por su objetividad y la esmerada perfección de su estilo,
cualidades ambas que se pueden encontrar en "Madame
Bovary", su trabajo más representativo, escrito en
1857, considerada una de las mejores novelas de la
literatura
francesa. Otras novelas importantes escritas por Flaubert fueron:
"Salambó" (1862) y la "Tentación de San Antonio"
(1874). Flaubert fue maestro de Emile Zola y el modelo vivo
del realismo aunque en casi todas sus obras combina elementos
tanto románticos como naturalistas. A su muerte
Martí le dedicó un artículo muy favorable:
"".

(46)- George Sand (1804 – 1876): Seudónimo de
Amadine Aurore Lucie Dufin, baronesa Dudevant, novelista francesa
del movimiento romántico. Sand fue una escritora
prolífica que expresaba en sus obras una honda
preocupación por las mujeres de su época.

(47)- Flaubert, Gustave. Citado por José Antonio
Portuondo en "Martí escritor revolucionario". Editora
Política. La Habana, 1982, Pág. 5 y 6.

(48)- Francesco de Sanctis (1817 – 1883): Crítico
literario italiano y político nacionalista. Sus opiniones
críticas, especialmente su concepción de la gran
literatura como el producto de
grandes hombres y su énfasis en la independencia
del arte, ejercieron una gran influencia sobre muchos ensayistas
y pensadores posteriores entre los que se encuentra Benedetto
Croce, que editó los escritos inéditos de De
Sanctis

(49)- Martí, José. "El estómago de
Enrique Gaspar". Obras Completas, Editorial Nacional de Cuba, La
Habana, 1964, Tomo XV, Pág. 70.

(50)- Martí, José. "El libro talonario". De
José Echegaray. Obras Completas, Editorial Nacional de
Cuba, La Habana, 1964, Tomo XV, Pág. 79.

(51)- Martí, José. "Boletín de Orestes",
junio 29 de 1875. Obras Completas, Editorial Nacional de Cuba, La
Habana, 1964, Tomo VI, Pág. 248.

(52)- Francesco De Sanctis: Saggi Critce. Citado por
José A. Potuondo. Obra citada, Pág. 7 y 8.

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